Cambios mi versión 7ma parte
Sandra estaba avergonzada de como perdió el control de su cuerpo en la finca, al estar con tantos hombre a la vez, por eso pensaba evitar tener contacto con los viejos. Solo que a la final, ella misma sin querer volvería a caer en juego sexual de ellos, y hasta pensaba en ser la amante de los dos, siempre que ellos le guardaran el secreto. Ya que su marido seguía con el pensando que ella jamás le seria infiel, menos con dos viejos. Mientras él será acosado por la nueva criada.
Cambios mi versión 7ma parte
Sandra estaba avergonzada de como perdió el control de su cuerpo en la finca, al estar con tantos hombre a la vez, por eso pensaba evitar tener contacto con los viejos. Solo que a la final, ella misma sin querer volvería a caer en juego sexual de ellos, y hasta pensaba en ser la amante de los dos, siempre que ellos le guardaran el secreto. Ya que su marido seguía con el pensando que ella jamás le seria infiel, menos con dos viejos. Mientras él será acosado por la nueva criada.
Como siempre en este relato en mí versión original contiene algunas fotos, solo imaginar y tener una idea de cómo se daban algunos acontecimientos, con la variante que entre las fotos, está la modelo, que alimenta mi imaginación he inspira de como es el cuerpo y cara de Sandra.
Recomiendo leer el capítulo anterior para poder entender el porqué de los hechos y diálogos en este relato.
https://www.todorelatos.com/relato/170358/ 6ta parte mi versión
Para la pareja el fin de Semana definitivamente había sido distinto. Sandra por su parte se sentía, diferente ya que había experimentado nuevas facetas en el sexo, ya que esa noche tuvo relaciones sexuales con más de 7 hombres, amaneció con uno de ellos y hasta tuvo un encuentro lésbico, haber estado con tantos hombres en una sola noche, resultaba ser muy impactante para ella. Claro todo esto lo analizaba ahora con más calma, mientras esa mañana hacia sus ejercicios matutinos en la misma habitación donde su marido hacia los suyos, con mucha pena algunas veces lo veía de reojo.
Sabía que su comportamiento en la finca no fue el más ideal, siendo ella una mujer casada, todo para ella ocurrió de una manera, en la que por inocencia y confianza, ocurrieron todas esas situaciones en las que sin querer perdió el control de su cuerpo y hasta de sus emociones, y con mucha vergüenza tenía que reconocer, que disfruto más de lo que nunca pensó, solo que ahora viendo a su esposo, le daba remordimiento haberse comportado como una mujer fácil, cosa que nunca hizo cuando era soltera.
Por eso estaba resuelta o trataría en lo posible de no tener contacto con los viejos incluyendo a su compadre, tenía que controlase, no podía seguir siendo la puta de los viejos, ya que podría destruir su vida matrimonial, incluso hasta su vida social, por eso su decisión de alejarse de los viejos, por lo menos temporalmente hasta que recapacitara acerca de su situación con ellos.
Por su parte Rodrigo también se sentía bastante extraño después de la fiesta, ya que esa misma noche fue acosado por varios muchachas, todas muy lindas con ropas demasiado sugerentes y sexys, casi todas les mostraron sus bellas piernas, por sus cortas faldas o vestidos, esa noche pudo ver un sinfín de muchas pantaletas, hasta juraría que algunas estaban sin nada, también pudo bailar con varias de ellas incluyendo a la sustituta lulú.
Al terminar con sus ejercicio la pareja se fueron a asear para luego vestirse he irse a sus labores, Rodrigo siempre salía un poco más temprano, Sandra al rato, en las tardes, era lo contrario, el hombre a las 5 ya estaba en su casa y su esposa una hora después.
Cristina y sus encuentros con Rodrigo
La jovencita vivía con su mama y una hermanita, como a 2 calles de la pareja, era una chica muy suelta, segura de sí misma, bastante sencilla, prevenida, tal vez por eso aún se mantenía virgen, sentía atracción por los hombres maduros, por eso desde que vio a Rodrigo en el salón de clases se impactó por su porte, lo conoció justo saliendo de su adolescencia y al provenir de la capital, esto lo hacía un poco diferente a los hombres de su pueblo, se podía decir que hasta se sentía dichosa, ya que trabajaría en su casa, esos detalles no se los pensaba confesar a lulú, también le gustaba, reír, echar broma, escuchar música, bailar, y algo coqueta. La noche anterior Lulú la puso al tanto con respecto a los viejos, claro no dijo lo que sospechaba de su jefa, si le describió como era Sandra y Rodrigo gustos entre otras cosas.
Esa mañana Sandra ya se había bañado y se vestía, cuando sonó el timbre, activo el monitor que comunicaba a la cámara que estaba en la entrada, vio que era lulú con Cristina, así que le anuncio que bajaría a abrirles.
-hola jefa buenos días, como amanecieron? Como ve hoy me vine con cristina, me va acompañar para que conozca la casa y de todo lo que debe hacer.
Sandra saludo a las chicas con el mismo encanto que le caracterizaba, se dieron unos besitos en las mejillas y las 3 pasaron a la casa.
La chica llego con un vestido blanco por la mitad de sus piernas, Sandra con una sonrisa le dijo
-bienvenida Cristina, sé qué seremos grandes amigas además que harás un buen trabajo y que pronto te acostumbraras a nosotros cuando mi marido baje, te lo presento por si no se conocen.
Las 3 mujeres recorrieron toda la casa, primero afuera y después por dentro, en una de esas Rodrigo ya se había bañado y vestido, se encontró con las mujeres, mientras hablaban amenamente en la sala, el hombre se maravilló por el encanto juvenil de Cristina, además que le gusto como venía vestida, ya que lulú acostumbraba a vestir como una señora, y la reconoció ya que fue su alumna, lulú igualmente se la presento
-jefe ella es a Cristina
-hola como estas? si yo me acuerdo de ti, estabas en la fiesta el fin de semana y una vez te di clases verdad?
Además de reconocerla rápidamente se acordó que ella estaba en el grupo de chicas que lo acosaron, esa noche mientras su mujer estaba quien sabe dónde, cuándo sentada frente a él con un mini vestido verde, pudiendo ver el triángulo de sus braguitas
La joven también se acordó de su travesura, ligando que este no la fuera a delatar, por lo que sonrió sonrojada diciéndole.
-si usted me dio clases, en el octavo semestre, pero me tuve que retirar, ya que mi papa se fue de la casa, así que por eso me veo en la obligación de buscar trabajo
-tranquila mi niña, aquí tienes las puertas abiertas y con gusto te ayudaremos en todo lo que se pueda, si te adelanto que esta semana te la pagare completa, lulú creo que trabajas hasta mañana miércoles como me dijo mi esposa
-si patroncito, así es por eso quiero poner pilas a Cristina.
-perfecto no se diga mas
A lo que Sandra también dijo
-bueno entonces manos a la obras chicas y las dejo ya que me tengo que terminar de vestir para ir a mi trabajo.
De esa manera las chicas se fueron a lo suyo, mientras Rodrigo se despedía de su esposa.
Por el camino Rodrigo se fue pensando en la nueva criada, la diferencia con lulú era mucha, aunque de cuerpo se veían iguales, algo tenía la chica que le gusto, su bella sonrisa, la suavidad y fragilidad de su mano, además de tener unas piernas muy lindas.
Debido a la diferencia en las llegadas a la casa de la pareja, Rodrigo sin proponérselo comenzara a inter actuar, con Cristina ya que esta se iba, un poco antes de las 6 de la tarde y muchas veces se quedaría a dormir en la casa, igual que lulú, cuando querían lavar o adelantar algún trabajo, entre sus funciones, era que estaba encargada de ver que los obreros, servirles el almuerzo y que dejaran todo en orden, antes de salir de la casa.
Ya en la noche, hubo cambio de planes respecto a lulú, ya que le avisaron que debían salir a primera hora del día siguiente, por lo que no le daría tiempo de despedirse de sus patrones, su tío Gilberto también se iría con ella, ya que tenía unos asuntos pendientes en la capital y regresaría solo en unas semanas, dejando a Fidencio al frente con los trabajos de la casa, Sandra y cristina prepararon una merienda como despedida, luego entre lágrimas y risas, lulú se despedía por ahora de sus patrones, prometiéndole que pronto los visitaría.
De esa manera cristina, comenzaría formalmente el día siguiente. Con el detalle que la chica por ser muy coqueta siempre iba con ropa, muy a la moda, faldas cortas, y leguis muy ajustados, Sandra lo veía como algo normal ya que las chicas de su edad se visten así y usar faldas cortas estaba de moda, de hecho ella también las usaba siempre que podía, los viejos incluyendo a Rodrigo si tenían que ver con la belleza de la muchacha, ya que lulú nunca se vistió de esa manera, además que la chica desbordaba coquetería y siempre estaba con una bella sonrisa.
La joven no escatimaba en mostrar sus bellas piernas al llegar a la casa y más estando adentro
Ya que se colocaba unas prendas con las que era imposible pasar desapercibida más que todo a su jefe, donde más de una vez este quedaba asombrado cuando por alguna razón tenía que ir a la cocina o pasar donde ella estaba.
Más de una vez se detenía a deleitarse por los cortos chores que utilizaba, que al parecer usaba de uniforme, dejando hasta la mitad de sus nalgas al descubierto, claro la chica que también era muy picara, cuando estaba con esas prendas tan pequeñas en la casa, trataba de vestirse antes de que llegara su jefa y trataba de no tener contacto con los viejos, cuando le servía la comida al medio día, se las daba por la ventana, ya que ellos comían en el cuarto donde estaban las herramientas, para después echar una pequeña siesta antes de comenzar la faena en la tarde.
Pero la vestimenta de la muchacha era normal en ella, solo que ahora lo hacía para alegrarle la vista a su jefe, además de coquetearle, ya que le gustaba su porte varonil, desde que lo conoció en el instituto, ella misma no sabía cuál era el fin que tenía con Rodrigo, solo se sentía bien tratando de agradarle todo lo que podía, por eso lo atendía todo lo bien que podía, cuando el regresaba de su trabajo.
Rodrigo a pesar de su control con este tipo de ataques, no podía ser indiferente a tanta persistencia de la jovencita, ya que la tenía todos los días en su casa, él nunca perdía el control con chicas de su edad, ya que por ser profesor tenía mucho tiempo tratando con jovencitas como ella, ya que muchas veces, en los salones de clases, las chicas le abrían las piernas, por distintos motivos, coquetería, para captar su atención, para que él les mejorara las notas, las que lo hacían tenían sus motivos, pero el cómo todo un caballero, siempre se mantuvo en la raya, ante estos comportamientos, pero Cristina estaba en su casa, y al parecer era más coqueta cuando su esposa no estaba.
el martes de la segunda semana de trabajo de la chica, los obreros tuvieron que cortarle el agua al baño particular de la muchacha, por los trabajos que estaban adelantado para la aducción de la piscina, esa tarde Rodrigo llego un poco antes de su trabajo, con ganas de orinar, sin acordarse de lo que ya le había dicho sobre el corte de agua, así que por descuido fue directo al baño que estaba en el nivel de abajo, donde en ese momento la bella muchacha se estaba dando una ducha, para refrescarse de su labor diaria, cuando de pronto su jefe entro, viéndola totalmente desnuda, por supuesto que su primera reacción fue cubrir su desnudes, al escuchar que abrían la puerta
Pero al ver que se trataba de su jefe, aliviada se quitó la mano de su intimidad, tratando de tapar sus senos, pero sin hacer mucho esfuerzo, diciéndole ya calmada y con una bella sonrisa en su cara
-hay jefe me asusto, pensé que era uno de los obreros
Rodrigo no supo que hacer, por unos segundos, solo se quedó mirando su desnudes, en especial su intimidad, que se mostraba a toda su plenitud y que se le podía ver unas gotas del agua de la ducha.
Cuando por fin reacciono y sin quitarle la vista de encima, solo dijo
-per, perdón Cristina, no sabía que estaba ocupado el baño,
La chica quiso decir algo, pero el hombre sin más salió del baño, confundido por lo que acababa de suceder. La jovencita quedo tan impresionada como el, ya que no esperaba que llegara tan temprano y menos que fuera entrar a ese baño, pero en el fondo se alegró y hasta se sintió excitada, cuando vio a donde su jefe tenia dirigida su mirada, pero pensó que debía salir a atenderlo así que se secó rápidamente para salir, afuera Rodrigo con vergüenza sintió que tenía una erección, recordando la imagen de la muchacha, agarro su maletín para subir a su habitación, pero volteo la vista cuando escucho que la chica salía del baño, de nuevo se encontraron, con el detalle que ella tenía la toalla agarrada con una mano cubriendo, solo la parte de adelante, ya que en su afán de salir rápido, a atender a su jefe, no se la enrollo por el cuerpo, al ver al hombre aun en la sala, se calmó y con la mayor naturalidad que pudo, trato de disculparse así como estaba.
-jefe disculpe, que utilice este baño, es que el mío no tiene agua, por los trabajos que están haciendo los chicos allá afuera, por favor no le diga a la jefa, nada de esto, me visto rapidito y le subo su cafecito.
Sin dejarlo a que hablara, se dio la vuelta en dirección a su cuarto.
El hombre atontado con la muchacha, solo la miro hasta que se perdió en dirección a su cuarto. Y este día definitivamente fue lo que cambio el comportamiento de Rodrigo para con cristina, ya que difícilmente podría borrar esa imagen de su mente, a pesar que su esposa tenía un cuerpo con mejores proporciones, pero la gracia, los movimientos y el encanto juvenil de la chica, podían corroer cualquier vestigio de moralidad en un hombre, además que la muchacha actuaba con naturalidad, aunque con la coquetería normal de una chica de su edad.
Sin más el hombre subió a su cuarto, y tuvo que bajarse el pantalón para poder sacar su herramienta y poder orinar, ya que aún tenía una gran erección.
Los gestos de coquetería de la chica, hacían que Rodrigo en las noches se desquitaba con su mujer, aunque también hicieron que el hombre comenzara a sentir cierta atracción física hacia la muchacha.
A pesar que la relación del matrimonio era estable y Rodrigo sabía, que su esposa era una mujer extraordinaria, atenta con todas sus cosas, nunca hasta la fecha lo había celado y él tampoco tenía razón para celarla, la imaginaba una mujer fiel, aunque sabía que su cuerpo siempre llamaba la atención a cualquier parte donde iban, pero para su alivio veía que ella era indiferente a todas esas miradas, pero estaba consiente que ella podía sentirse atraída por cualquier hombre al igual que el con cualquier mujer, teniendo en cuenta que lo que paso con Melanie, fue algo pasajero, o una pequeña aventura casi normal en un matrimonio joven y estaba más que seguro que su esposa nunca llegaría al extremo de tener ninguna aventura con otro hombre, y los más cercanos a su círculo, eran los que trabajaban en su casa pero eran viejos, el más joven su compadre Elauterio así que también lo descartaba, Ernesto otro conocido que según él, nunca había ido a su casa, todo esto le daba cierto alivio, y de no ser así, el igual confiaba plenamente en su mujer.
Además que él nunca fue hombre de andar enamorando a mujeres, claro sabia admirar la belleza femenina, pero hasta ahí ya que no tenía ese instinto morboso, que tenemos muchos hombres cuando vemos a una mujer bonita, se mantuvo siempre así hasta cuando estaba en la universidad, pero como todo hombre casado algunas veces se le presentaban oportunidades difíciles de rechazar, aun así siempre se mantuvo en la raya, ya que él era profesor y en sus clases, sobraban las chicas bonitas, y coquetas a las que el siempre miraba con naturalidad, pero de un tiempo para acá, al parecer, le era más difícil controlar esas situaciones, que de alguna manera lo estaban persiguiendo, desde que llego a este pueblo. y manteniendo su posición de alguna manera pensaba que ver a Cristina no podría ser pecado, más bien era como colirio para sus ojos, ella era una de las tantas que veía a diario, así como también reconocía que su esposa era el colirio a la vista de otros hombres.
Y como todo matrimonio lo más importante era el amor que los unía, por eso y mucho más se sentía dichoso con su bella esposa, imaginándose que era el único hombre que había y podía disfrutar de su cuerpo, más de su forma tan especial de hacer el amor.
Él no podía evitar tener en su casa a una jovencita, que ayudaba en los quehaceres diarios como en cualquier hogar, claro solo que la gran diferencia con la anterior, es que esta era extremadamente linda, coqueta y al parecer muy traviesa, y además que sin saber porque siempre lo trataba de una manera muy especial.
Cristina siempre tratando de llamar la atención de su patrón, esa tarde sin proponérselo lo había logrado a sobre manera, ya que después que la vio desnuda, desde ese día Rodrigo por alguna razón bajaba más seguido a la cocina por cualquier razón, ya sea por agua, café, un dulce o hacerle una pregunta tonta a la muchacha, con tal de poder ver su divina figura, ya que le gustaba como se vestía.
Ella siempre con gestos de coquetería se hacia la inocente, cuando él llegaba notando dé como el la veía, con una bella sonrisa también le buscaba algún tema de conversación
Su idea no era el de conquistarlo, ya que sabía que el adoraba a su esposa, más que todo su intención era llamar su atención y querer ser agradable a la vista de su patrón, con él se sentía muy bien, que hasta le coqueteaba, cosa que no hacía con otros hombres, ni si quiera en la calle, pero con el sentía un extraño impulso que ella misma no entendía, lo cierto que sin querer desde hace rato había logrado que su rico culito fuera el centro de atención del hombre y que ya lo estaba sacando de sus patrones de moralidad.
La jovencita uno de tantos días, buscando una excusa de poder ir a su cuarto o estudio con más frecuencia, se le ocurrió decirle.
-patroncito cuando usted quiera algo yo se lo puedo llevar a su oficina, o donde quiera, yo puedo ir con mucho gusto de vez en vez y veo que necesita, así me despejo un poco de todo, aunque me encanta cuando usted viene para acá, pero mi intención es poder ayudarlo y complacerlo en todo lo que necesite y eso para mí de verdad me llenaría de gusto.
Esto último lo hizo con la mejor de sus sonrisas y como toque final se llevó un dedo a la boca, crispando los sentidos del hombre, que solo dijo respondiendo al ataque de la bella muchacha
-sí, si tienes razón, así me alegrarías la vista por unos minutos,
Acto seguido los dos se rieron, cada uno sumergidos en sus pensamientos.
Cristina no escatimaba esfuerzo para lucir bella delante de su patrón, cada vez que llegaba a la casa, usando faldas muy cortas y sugerentes
Sandra no le prestaba atención, ya que sabía que esas prendas eran muy comunes en las chicas de su edad, además que muchas veces Sandra lucia las suyas casi igual de atrevidas.
Muchas veces era Rodrigo que bajaba a abrirle la puerta, mientras su mujer se estaba arreglando, y la chica aprovechaba para darle un besito en las mejillas, pero solo cuando no estaba presente su esposa.
Él siempre se maravillaba por su forma de vestir, y por tantos detalles el hombre ya veía a Cristina más como mujer que como a una criada, además que la chiquilla también tenía a los viejos de cabeza, pero cuando estos la miraban mucho, les ponía cara seria, para mantenerlos en la raya y ellos no se atrevían a propasarse ya que veían que era muy amiga de su jefe, además que también era quien los supervisaba por órdenes de Rodrigo.
para ellos era muy menuda de cuerpo, no podían negar que era un espectáculo como se vestía, si no era por sus faldas, muy atrevidas, eran los legui que utilizaba, en donde dejaba muy poco a la imaginación.
Por donde se viese a la chica volvía loco a más de uno
Pero solo Rodrigo se llevaba la mejor tajada, ya sea cuando entraba en la cocina y la encontraba haciendo algo, en las que más de una vez la pillo inclinada pudiéndole ver sus braguitas
cuando él estaba abajo y la chica subía las escaleras
Era inevitable no verle el chochito abultado de su intimidad debido a lo corto de sus faldas.
Esa misma semana la jovencita se comenzó a quedar en la casa, así que solo algunas tardes y los domingos se iría a la suya, por eso desde temprano aprovechaba para subir a los cuartos, sabiendo que sus patrones estaban en el otro haciendo sus ejercicios, así que aprovechaba para tenderles la cama, con la suerte para Rodrigo que cuando se regresaba a buscar algo más de una vez lograba verla inclinada arreglando la cama.
Cosa que la traviesa chica hacía con intención cuando lo veía venir, así que él hombre por fin se dio cuenta que la chica hacía algunas cosas premeditadas, cuando su esposa no estaba.
Ya a la tercera semana en la que había más confianza entre la chiquilla y Rodrigo, una tarde que el hombre llego de su trabajo, se bañó y como siempre bajo a la cocina por cualquier cosa, y cristina viendo que aún faltaba mucho para que llegara Sandra le dijo a su jefe.
-hay patrón será que me puede agarrar el banquito, mientras yo limpio esa mancha que esta hay en la pared,
El hombre no se pudo negar y le dijo
-como no mi niña, pero súbete con cuidado
La chica se subió al taburete con un pañito en la mano y cuando ya estaba arriba, ese día como siembre tenia puesta una falda muy corta, el hombre no se contuvo y al levantar la vista le pudo ver la braguitas y el divino culo de la muchacha, que no hizo nada por taparse.
En seguida al hombre se le encendieron los sentidos, ya que la chica estuvo un buen rato y mientras limpiaba su divino culo se movía de lado a lado, hasta que por fin se bajó, dejando al hombre empalmado. Luego le dijo
-hay jefe gracias, no me atreví decirle a los obreros porque me daba pena. Creo que con usted tengo más confianza.
-si bebe, siempre que este a mi alcance, puede pedirme lo que desees,
Y para completar antes de salir le volvió a dar las gracias, con un beso en la mejilla, solo que casi se lo da en la boca, total que el hombre salió de la cocina, sin saber a qué había ido.
Como esa situación se fueron dando otras, unas más atrevidas que otras, donde el hombre casi siempre tenía la oportunidad de verle las braguitas, dejándolo con la duda de no saber qué hacer, con la chiquilla, que muchas veces lo dejaba caliente.
Sandra tratara de distanciarse de los viejos
Ese mismo día que llego cristina, la rubia al terminar de arreglarse, se dispone a salir en su carro, justo en el momento que lulú le abría la puerta Fidencio y a Mario, pero ella que esa primera semana, sentía mucha vergüenza por su comportamiento en la finca, en verdad que no quería ni saludarlos, con solo acordarse de todo lo que había vivido con ellos en la fiesta se puso roja como un tomate, por eso termino de salir con su carro rumbo a su trabajo.
Pero por el camino iba pensando que definitivamente tenía que volver al cauce normal con su matrimonio, ya que en las ultimas semana estaba llevando una vida sexual muy intensa, y para excusarse, le echaba la culpa de los viejos, por ser tan permisiva con ellos y con todo los que se le cruzaron en la finca, así que se propuso evitar en lo posible el contacto con ellos, por lo menos hasta que pudiera aclarar sus ideas, Aunque reconocía muy a su pesar que todos los encuentros sexuales hasta la fecha le habían gustado muchísimo, no podía negar que todos la habían hecho sentir mujer en todo el sentido de la palabra, cada uno a su manera pero todas muy satisfactorias, pero sentía que en la finca se había sobrepasado, ya que se acostó con siete hombre de los cuales varios repitieron y tuvo su primer acto lésbico, que también le había gustado mucho, por eso debía a toda costa, controlar su comportamiento, sabía que era muy sensible a ciertos tocamientos, en sus senos, cuello y sobre todo en su vagina, si alguno de esos lugares eran estimulados definitivamente perdía el control, su esposo era el encargado de satisfacerla, solo que muchas veces no llenaba todas sus expectativas como mujer, y sin saberlo estaba descubriendo que era una mujer muy caliente, pero esto no era razón para prostituirse, así que debía evitar esos encuentros.
Y de tanto recordar los últimos acontecimientos, sintió cierta humedad en su intimidad, por eso un poco antes de llegar a su trabajo se detuvo en un semáforo y al tocarse comprobó con asombro, que su braguita estaba empapada de sus jugos.
Rápidamente se pasó una servilleta sobre las bragas, para no mojar la falda.
Mientras seguía con el pensamiento de hacer una rutina entre su trabajo y su casa, donde según ella evitaría todo contacto con los viejos, ni siquiera pensaba ir al abasto donde se encontraría con Ernesto, se quiso encerrar en una burbuja, que pronto ella misma rompería, por una serie de acontecimientos que se irían dando por si solos, dándole paso a desbordar toda su pasión, que lamentablemente su esposo no era capaz de apagar, ya que la bella mujer sin querer, había conocido el morbo de lo prohibido.
Cambios de Sandra y algunos encuentros morbosos en su consultorio
Sandra estuvo alejada de los viejos por más de un mes, pensando que con eso volvería a su vida cotidiana cuando llego al pueblo, pero esto no evito que le pasaran ciertas situaciones en su consultorio con otros viejos, ya conocidos por ella, entre ellos el padre de Ofelia, El señor Rivera, don Teodoro Andrade, incluso con el dueño de la clínica.
Ese lunes Sandra después que estaciono su carro en el edificio donde estaba su consultorio, se comenzó a sentir rara, tal vez por recordar todos los últimos, así que, antes de subir a su lugar de trabajo, se le antojo comprar unas galletas en una tienda cercana, caminando se sintió el centro de las miradas, en especial las del sexo masculino, a pesar que había poca gente en la calle por la hora.
Ella desde que se desarrolló llamaba la atención por su cuerpo, más por la forma en que movía sus caderas al caminar, algo inevitable para ella
Recordando sus inicios, desde que era una niña se burlaba de como caminaban sus tías, cuando fue creciendo caminaba como ellas solo para imitarlas, pero al ser ya una mujercita, sus caderas se soltaron y se movían solas, de tanto imitarlas al caminar, ya a estas alturas se movían en forma natural, no pudiendo controlar sus movimientos, todo eso la hacían ver muy coqueta y femenina, razón por eso muchos hombres volteaban a verla.
De por si Sandra siempre fue muy coqueta, y consciente de todos los atributos de su cuerpo, pero esto nunca hicieron que se elevara su ego, al contrario siempre trataba de ser sencilla, sin opacar a las que estuvieran con ella, solo con su divino caminar, era capaz de despertar en cualquier hombre deseos insanos.
Además que la bella rubia era natural, con unos senos muy grandes y apetecibles, sus caderas rotundas, con una cintura de señorita, vientre plano, sus medidas sin saberlo era 80 por 60 por 90, cosas que muchas mujeres pagan una fortuna para tener la mitad de todo lo que la catira poseía desde que se casó, sin contar que sus bellas y robustas pierna llamaban la atención hasta cuando iba en pantalones, su cara era el de una actriz de cine, más el candor de su sonrisa y mirada le daban el toque final a todo el esplendor, que ella irradiaba.
Esa mañana la casada todo eso le brotaba por los poros, se sentía más mujer, hasta valiente ya que no rehuía, las miradas atrevidas de algunos hombres que la miraban con descaro, compro sus golosinas y con su mismo andar coqueto, se dirigió a su consultorio
Al llegar saludo a Ofelia con su natural encanto, luego se dedicó a atender a sus pacientes que eran muchos. En la tarde igualmente evito encontrarse con los viejos, y al día siguiente repitió lo mismo, solo que esta vez se colocó un conjunto con una falda un poco más corta que la del día anterior
Fue al mismo lugar a comprar sus golosinas.
Definitivamente después de ese fin de semana, estaba experimentando unos cambios, que de alguna manera le gustaban, sentirse admirada por hombres, al llegar a su consultorio, fue igual al anterior, con muchos pacientes de todas las edades, al medio día comió con Ofelia en un espacio dedicado para eso, mientras compartían de temas comunes, en la tarde al regresar a su casa, los viejos seguían con su empeño en querer verla, pero ella los eludió, entrando rápidamente a su casa. Al tercer día su vestimenta seguía igual de atrevida
Hasta desabrocho unos botones en la parte baja de su vestido, a la casada le gustaba su nueva actitud, verse admirada por tantos hombre, sin que le faltaran el respeto la hacían sentir bien, hasta volteo con una sonrisa al escuchar a dos hombres que le dijeron algún piropo chistoso pero alabando su cuerpo.
Luego con naturalidad volvía a sus labores, pero ese día sería diferente ya que al saludar como siempre a los pacientes que la esperaban desde temprano vio al señor Rivera, el mismo que hace un tiempo atrás, el muy abusador metió una de sus manos entre sus piernas, mientras ella lo atendía.
El otro detalle era que Sandra ya tenía más de una semana sin tener relaciones sexuales, con su marido, y su cuerpo sin darse cuenta ya necesitaba de las caricias masculinas, y ella en su afán de querer mostrar su cuerpo, hacían que sintiera humedad en su entrepiernas, así que cuando le tocó el turno al señor rivera, este se iba a encontrar a una mujer en celo, ella estaba revisando su historial, cuando el hombre al entrar quedo maravillado al ver sus hermosas piernas cruzadas.
La casada al verlo le dijo con naturalidad,
-bienvenido señor rivera, tenía tiempo que no lo veía
-es verdad, pero aquí me tiene de regreso
Diciendo esto el hombre tomo asiento y en vez de colocar su brazo en su lugar lo dejo al lado de afuera, ya que con ansias deseaba volver acariciar las piernas de su doctora favorita.
No habían pasado ni 2 minutos cuando el viejo se aventuró a bajar su mano, y enseguida se encontró con la pierna desnuda de la bella mujer, que al tener el vestido tan corto, este dejaba ver sus piernas hasta el inicio de sus braguitas, que para desdicha del hombre por su posición no podía disfrutar y Sandra al sentir la indiscreta mano, por alguna razón prefirió no decirle nada, ya que sabía que lo de su tratamiento no duraría mucho tiempo.
El viejo viendo que tenía permiso para lo que estaba haciendo, se aventuró a subir poco a poco su mano, a pesar que era un poco incómodo lo que está haciendo, la mujer que solo quería ver hasta donde era capaz de llegar el viejo, así que cuando le toco buscar algo en la mesita donde tenía sus cosas abrió un poco más las piernas, ya que la mano del viejo le resultaba bastante agradable. Ella en el fondo quería saber hasta qué grado era capaz de soportar esas sensaciones, que hasta ahora estaba logrando, solo que aún faltaba la parte más sensible, mientras sentía como el viejo continuaba con su peligroso avance rumbo a su vagina.
La bella doctora trataba de concentrarse con su aparato para seguir con el tratamiento en los dientes del hombre, al que para nada le molestaba lo que le hacían en la boca, con tal de llegar al lugar más sagrado de la rubia.
Pero Sandra de repente sintió que su rica cavidad se le comenzaba a humedecer, y hasta se mordió el labio inferior, por el gusto que sintió cuando el hombre toco con sus dedos su caliente monte de venus, con la clara intención de lograr colar uno de sus dedos por entre sus braguitas, y estando a unos milímetros de lograr su objetivo, la rubia le dijo
-ya, ya señor rivera por hoy hemos terminado.
Sandra prefirió cortar por lo sano, por su bien y la de los otros pacientes que seguían afuera, el manoseo del hombre que de seguir, definitivamente supo que no sería capaz de seguir la batalla, ya que después iba a perder el control, el señor rivera al cortado por su reacción le dijo.
-sí? si tan rápido termino?
-si amiguito solo le hice una pequeña limpieza a la muela y le coloque una pasta, ya vio que no era mucho, por favor pase a donde Ofelia y dígale que puede enviar al otro paciente.
Mientras le decía esto con la mejor de sus sonrisas, también, se arreglaba el vestido levantándose de su silla, para que el hombre no le fuera a ver las pantaletas.
Después de ese detalle la rubia respiro aliviada, por haber reaccionado a tiempo.
Luego de eso continuo con su faena, hasta que recobro la calma.
Esa noche fue ella la que busco una relación íntima con su marido colocándose una ropa de dormir muy provocadora, pero cuando se quitó la dormilona quedo en con un conjunto, compuesto de un rico bikini tipo hilo, con sostén que dejaba poco a la imaginación
Con unos encajes que la hacían lucir muy sexi, todo en color negro y su marido al verla quedo más que maravillado, así que esa noche era imposible resistirse.
Además que ese día su criada, también había estado muy intensa con su coqueteo, usando sin saber las misma estrategias que Sandra utilizaba cuando se iba a su trabajo, solo que cristina al estar en la casa era mucho más sugestiva, con sus prendas de vestir, dándole la oportunidad a su jefe que le viera las bragas cada vez que podía. Mientras Sandra esa tarde había sido manoseada por un viejo.
A la final esa noche la pareja hicieron el amor desahogando la morbosidad que cada uno tenía en sus pensamientos, Rodrigo estaba tan excitado que esa noche logro que su esposa tuviese dos orgasmos, cosa que tenía tiempo que no lograba con ella, Sandra también quedo satisfecha, ya que sus clientes ya tenían días acosándola. Todo esto ocurría en la pareja sin que por eso dejaran a un lado el amor que ambos se tenían.
Pero de igual manera Sandra siguió el resto de la semana, con la rutina de salir a lucir sus encantos, deleitando a los hombre por donde trabajaba.
Con lo que se vistiera la rubia igual llamaba la atención, así fuera con pantalones siempre muy ceñidos, con los que mostraba a la perfección las ricas curvas de su cuerpo, y con el detalle que con los leguis se le marcaba divinamente el monte de venus
Claro esto era porque la tela de sus bragas era muy delgada, ajustándose a sus labios vaginales y el legui le quedaba algo ajustado, ya que al parecer su culo le había crecido un poco más y la visión de ese divino panorama, hizo que sus admiradores, fueran más osados con sus piropos, embobados por el espectacular bollo de la doctora, cosa que Sandra noto en sus caras y tal vez por eso, detallo esa mañana, que habían caras repetidas de los días anteriores, comprobando que ya tenía a un grupo de hombres, que por grupitos separados, la esperaban en las mañana, solo para poder deleitarse de su divino cuerpo, ella una que otra vez volteaba en forma discreta, como si viera a algún lugar, solo para comprobar de que si eran los mismos hombres, solo que por voltear daban la impresión de que les estaba coqueteando, siendo en parte verdad.
De igual manera a la rubia se le presentaron otras situaciones morbosas con otro hombres en su consultorio, algunos de estos los fans que la veían por las mañanas, sin ser esta la intención pero que de igual manera había logrado llevarlos a su lugar de trabajo, pero ella ya estaba aprendiendo a torearlos de una manera bastante discreta, apartando esas manos que de alguna manera siempre querían tocar sus piernas, pero el que si fue más relevante fue el del doctor Raymundo Jiménez, director del hospital, que un día le pidió que le hiciera un chequeo, solo que este fue más tímido que otros que hacían lo mismo, y para su suerte el director estaba perfecto de sus dientes, por lo que no duro mucho tiempo sentado en la silla.
De esa manera Sandra siguió viviendo otras situaciones morbosas con algunos de sus clientes, siendo tal el caso que ya le gustaba todo lo que los atrevidos hombres trataban de hacerle, pero teniendo que apartar unas manos, más osadas que otras, por lo que seguía llegando caliente a su casa, al igual que su marido, que muchas veces se empalmaba de tanto verle el culito respingón a cristina, sus pantaletas y gestos sugerentes
Una de tantas tardes Sandra llego como siempre, después que su marido, se saludaron como siempre con besos, subieron cada uno a lo suyo. Sandra preparo la bañera y cuando estuvo lista entro y sintió agradable el agua tibia, con la mejor intención de relajarse, de pronto su marido entro al baño, a buscar algo, pero cuando la vio en la bañera con los ojos cerrado le dieron ganas de estar con ella, aunque el estaba acostumbrado a verla desnuda, esa vez la veía diferente
Sus senos parecían flotar en el agua, ella sintió que seguía en el baño, abrió los ojos y le dijo con vos sensual
-me acompañas?
Ella logro notar una erección, en el short que tenía puesto, lo miro a la cara y con una bella sonrisa le tendió la mano, el hombre no se aguantó y fue a su encuentro, con la intención de darle un beso, pero de repente metió su mano en la bañera buscando su vagina.
Sandra enseguida sintió los dedos de su marido cuando le tocaba su lugar más sensible, así que le correspondió a los besos con más pasión, luego Rodrigo se desnudó, metiéndose en la bañera, entre besos y caricias la mujer cedió a la pasión de su esposo, al rato queriendo apagar su propia calentura, se dispuso a disfrutar de sus caricias, la bella mujer era un volcán si le tocaban la vagina, ella misma se impresiono de cómo estaba excitada con su marido, así que al rato ya hacían el amor, ella se colocó boca arriba sobre el dándole la espalda, sin salir del agua tibia de la bañera, su esposo que ya estaba más que caliente, se la metió en la vagina desde donde estaba, la mujer hecho sus caderas hacia atrás para lograr una mejor penetración, y con pequeños movimientos circulares, lograron un buen acople, así que Sandra dueña de la situación comenzó a mover sus caderas, buscando su propio placer pero tratando de que su marido también gozara. Fueron varios minutos entre gemidos y caricias en que los dos gozaron como nunca
Rodrigo estaba impresionado de como su mujer se movía y casi gritaba de gusto
-siii, aaasiii paaapiiii, queee riiiicoooo, meeteeemeelaaa maaasss siiiii siiii
El hombre logro mantener la erección hasta que la sensual mujer exploto en un gran orgasmo, sus ricos fluidos salían de su vagina, para mezclarse con las aguas de la bañera. Y hasta gimió como nunca lo había hecho
-aaaaaauuuuummm roooodriiigooooo siiiii, siiiiiii queeee riiiiicoooo miiiiaaamoooorr
Rodrigo no salía de su asombró al escuchar los gritos de su mujer, era primera vez que la veía tan expresiva, sus gemidos en otras ocasiones eran unos más fuertes que otros, también sentía como su mujer se movía, con más soltura y fuerza, noto muchos cambios en su mujer incluso sintió como su vagina le comprimía el miembro, con más intensidad que otras veces, y tanta pasión hicieron que no se pudiera seguir aguantando, por lo que comenzó a rellenarle la vagina con abundante semen, contenido por todo el día viendo a su criada.
Sandra al sentir como le palpitaba el miembro, hizo que su orgasmo se prolongara, con lo que siguió moviendo sus caderas, ya que le gustaba sentir cuando le echaban chorros de leche caliente en su útero.
Después de un rato al relajarse, fue cuando tomo en cuenta la forma en que se comportó con su marido, ya que ni en su luna de miel, se había comportado de esa manera, así que disimulando un poco le dijo
-papi, discúlpame no sé qué me paso, no fue mi inten..
Pero él no la dejo terminar de hablar
-no te preocupes mi reina, me encanta que hallas disfrutado, por eso te amo bebe.
La bella mujer giro un poco su cuerpo, y los 2 se comieron a besos, después que el miembro ya había salido, el hombre le dijo,.
-bueno te dejo para que puedas seguir con tu baño
Se dieron otros besos, dejándola en el baño. Sandra se quedó pensando en cómo hasta con su marido había perdido el control, sintiendo que se había comportado de una manera poco usual,
Ya para dejar de pensar en lo sucedido se sumergió, en la bañera y aguanto la respiración todo lo que pudo, después saco su cara, respirando fuerte y riéndose de sus locuras.
La casada no lo quería aceptar pero desde que comenzó a tener relaciones sexuales con los viejos había cambiado de una manera bárbara, se sentía más mujer, notaba hasta cambios en su cuerpo, tenía la impresión que sus senos le habían crecido un poco al igual que su trasero. Sentía más confianza en ella misma, hasta sentía un raro impulso de coquetear con los hombres, todo esto después de haber regresado de la finca, ya que antes no les prestaba atención a las miradas insinuantes de los hombres y de repente le comenzaron a gustar, aunque seguía siendo ingenua y hasta un poco inocentona.
Pero estaba consciente de que era una mujer casada, amaba a su esposo, pero algo la impulsaba a cambiar su actitud ante los hombres, más que todo lejos de su casa, o en otro sitio donde no la fueran a conocer, para evitar el chismorreo de la gente. Ella misma no entendía de porqué de sus cambios, pero lo cierto es que le gustaban.
Mientras Mario y Fidencio todos los días hacían esfuerzo para poder encontrarse con la casada a la que ya tenían tiempo sin poder gozar de su cuerpo, por eso en las mañanas llegaban más temprano para por lo menos poder verla cuando iba saliendo, en las tardes, trataban de quedarse, un rato más, pero si era más difícil ya que trabajaban en la parte de atrás de la casa, hasta querían ir a visitarla a su consultorio, pero Rodrigo les había pedido que terminaran pronto la piscina, si no tendría que contratar a otros obreros para que los ayudaran, y como ellos no quería más viejos en la casa, entre los 2 le dedicaban todo el tiempo que podían, de hecho en ese mes casi la tenían lista, con las tuberías, vaciados de concreto y cerámicas, ya solo les faltaban detalles menores.
Sandra sin proponérselo, pasa una tarde de puro sexo en casa de Mario
Uno de tantos días, justo cuando ya había pasado un mes, en que la casada había tomado la decisión de alejarse de los viejos, estando en su consultorio con un paciente, la luz parpadeo varias veces a mitad de mañana, a la final todo quedó a oscuras, enseguida se prendieron las luces de emergencia, al rato subió alguien del condominio, avisando que hubo un corto circuito en uno de los tableros, que en unas horas todo estaría solucionado, Ofelia prefirió cambiarle la cita a todos los pacientes de la mañana.
Sandra aprovecho y salió un momento para hacer unas compras en un lugar cercano, cuando regreso al medio día, se encontró que todo el piso seguía sin luz, Ofelia cuando le vio le dijo
-patrona llame a los pacientes de la tarde diciéndoles que hoy no los podría atender, ya que el señor del condominio nos dijo que la reparación del corto circuito se iba a llevar el resto del día.
Sandra resignada la ayudo a reprogramar todas las citas y como a la una de la tarde salía rumbo a su casa, ya en la vía cuando se disponía a tomar la troncal principal que la sacaría de San Antonio vio a un hombre pidiendo cola parecido a Mario, así que redujo la velocidad, al reconocerlo, bajo el vidrio del copiloto ya que por el papel ahumado este no la iba a poder ver, el hombre no estaba familiarizado con los modelos de carro, ya que a todos los veía igual, por eso de momento no la reconoció, por lo que pensó que alguien le iba a dar un aventón, pero cuando la bella mujer se detuvo, con asombro le dijo
-patrona, que suerte, me va a dar la cola??
El hombre sin más abrió la puerta y entro, mientras atrás le tocaban corneta para que se apartaran, así que la rubia puso el vehículo en movimiento, mientras le preguntaba al hombre
-claro Mario, y que hace por estos lares?? No fue a trabajar hoy?
Pero el hombre antes de responder, con descaro le miro las piernas a la mujer, que iba enfundada en un vestido corto y sentada se le recogía bastante, discretamente ella bajo la vista fijándose que se le veían las pantaletas, por lo que trato de acomodárselo, pero el viejo ya había visto más que suficiente
Luego para disimular un poco el hombre, cambio la mirada a la carretera mientras le respondía.
-si patrona fui un rato esta mañana a su casa para avisar que tenía que salir, le quise pedir la cola a usted, pero no me vio cuando ya iba saliendo, así que le dije a la chica nueva, ya que su esposo también se había ido, vine en transporte a resolver un problema en el banco, hay me retuvieron un buen rato, me vine corto de lanas, ni si quiera pude ir a donde usted arregla los dientes, para que me prestara alguito de dinero, por eso me toco pedir cola, así que me acaba de caer del cielo y como regalo de cumpleaños
El hombre hablaba con una gran sonrisa en la cara y viendo cómo podía las bellas piernas, además de sus preciosos senos
Pero quería ser discreto, si ella se fijaba en su mirada, de seguro se iba acomodar el vestido y la blusa. La casada extrañada le pregunto
-cumpleaños? No sea mentiroso Mario, en verdad está cumpliendo hoy?
-si patroncita mire ya le muestro mi tarjeta de identificación
El hombre saco su tarjeta y Sandra que no se lo podía creer la miro, mientras manejaba con cuidado
-es verdad Mario, disculpe por desconfiar jijijijijiji
-no se preocupe patrona, ve que si me callo del cielo, yo en este desierto con hambre y sed, mas este calol que me tiene caliente las chanclas jejejejeeje, y usted ya salió de la chamba?
-si me vine porque hubo un corto circuito donde trabajo y nos quedamos sin luz, para mañana viernes ya debe estar todo solucionado
-ah está bien, y usted si va re cómoda en este carrote y con este aire a nadie le da calor, jejejeje
-bueno ya usted sabe, todo lo hemos comprado con bastante sacrificio, pero me dijo que tenía hambre, déjeme y me paro más adelante a echar gasolina mientras le doy para que se compre algo, le parece?
-claro, claro patroncita me haría otro gran favor.
Así lo hicieron la casada le dio dinero, el viejo se compró algo y hasta de abusador, compro 4 cervezas, la casada no quiso pero termino de aceptar por la insistencia del hombre, con la excusa de celebrar su cumpleaños. Mientras La bella mujer seguía batallando con su falda, que se le subía, mostrando sin querer el triángulo de sus pantaletas,
Mario hablaba como un perico, contándole sus cosas y hasta algunos chistes malos, a los que Sandra, se reía por lo malo que eran, hasta hicieron otra parada en las que el hombre compro 4 cervezas más, aunque ella todavía iba por la segunda, el hombre cuando podía seguía recreando con sus bellas piernas, y Sandra no podía estar bajándose del vestido, por estar pendiente de la carretera, solo seguía riéndose de sus chistes malos.
El viejo hasta estuvo tentado en tocarle las piernas, pero se aguantó, no quiso abusar de la confianza, ya que de alguna manera pensaba sacarle provecho a la suerte que le brindaba el destino, justo el día de su cumpleaños. De tanto hablar le pidió a la mujer que lo llevara hasta su casa, y ella acepto con la excusa de acompañarlo un ratico por su cumpleaños, ya que aún era temprano.
aparte de eso Sandra estaba permisiva con el viejo, ya que tenía que reconocer que ultima mente estaba muy fría con ellos, que si bien sea por lo que paso en la finca, ella también tuvo mucho que ver, así que las culpas eran mutuas, por eso acepto acompañar al viejo un ratico, total apenas iban a ser las dos y media y ella casi siempre llegaba a su casa pasada las 6 de la tarde y sin darse cuenta ya estaban llegando al pueblo, la casada se metió por una calle que había visto una vez cuando paseaba con su esposo, hasta que llegaron a la casa de Mario que para la suerte de ella no estaba muy adentro del barrio, ella aprovecho y le dijo
-porfa cuando lleguemos me podrá prestar su baño?
-claro y toda mi casa si quiere jajajajaja
Al estacionarse justo enfrente de su casa, el hombre quiso salir antes que ella del carro, para ver si de premio podía verle las pantaletas cuando la casada saliera, pero se enredó quitándose el cinturón de seguridad, así que la mujer lo tuvo que ayudar y sin querer, vio el gran paquete del hombre, pero el solo quería salir rápido a ver si podía verle las bombachas cuando saliera del carro y tuvo su recompensa justo cuando la casada salía del carro.
Al viejo casi se le salen los ojos, por el tremendo espectáculo que le dio la rubia, que abrio las piernas para poder salir y que le fue imposible disimular por lo corto de su vestido, así que con vergüenza se levantó todo lo rápido que pudo, sabiendo que Mario ya le había visto gran parte de su intimidad, pero prefirió restarle importancia al hecho, ya que eso era normal cuando tenía que salir del carro, cuando la mujer acciono los seguros con el control remoto, Mario le hizo señas a sus amigos, para que estuvieran pendiente del carro, pero estos solo veían a Sandra con asombro, por su belleza y pensaron que era alguna puta de lujo, ya que era lo que Mario acostumbraba a llevar a su casa, cuando tenía algún dinero de más.
Mientras La mujer veía todo el lugar, y esperaba a que Mario le indicara cual era la puerta de su casa.
Este camino rápido para guiarla a donde era su casa, mientras los amigo de Mario se la comían con los ojos, sin poder sobrepasarse por respeto a su amigo, Sandra igual volteo a verlos con naturalidad.
La bella catira era un espectáculo de mujer por donde se le viera, el viejo le abrió la puerta invitándola a pasar, ella pensó que la casa iba a ser un desastre al tratarse de un hombre soltero, pero más bien encontró todo un poco arreglado, claro se veía que faltaba una mano femenina, Mario sin que le preguntara le indico cual era el baño, que tampoco estaba tan sucio tal vez un poco desarreglado, la chica hizo su necesidad, mientras afuera el hombre la esperaba con 2 vasos de una bebida que ella ya conocía por el color, así que le pregunto
-no me dirá que ese es el mismo brebaje que me dio la primera vez?
-si patroncita, quería decirle para comprar unas cervezas pero ya no quise abusar de su confianza, por favor no me la rechace es lo único que tengo para beber, el ron que tenía me lo tome anoche.
La casada sabia perfecta el efecto que le ocasionaba esa bebida, pero no quiso rechazarlo, además que no pensaba quedarse mucho tiempo, su idea era brindar y salir lo más pronto a su casa. Pero el viejo adivinando sus pensamientos le dijo
-no se preocupe, solo nos tomaremos 2 traguitos para brindar, además todavía es re temprano, mire apenas van hacer las 3 de la tarde y no se preocupe por su carro, mis amigos se lo van a cuidar como si fuera mío, venga brindemos jejejeje
-está bien Mario lo hago solo por usted y porque es temprano
de esa manera la pareja brindaron como 2 buenos amigos mientras el viejo la invitaba a sentarse, y pensando cómo sacarle provecho a la situación, además que el primer trago que Sandra le dio a su bebida la hizo acordar de la primera noche que estuvo con Fidencio y después con él, y de cómo quedó impresionada por el gran miembro de su actual acompañante, gracias a ellos ya había visto y sentido otras igual de grandes, pero la de Mario definitivamente era la más gruesa, sin saber porque sintió una extraña sensación en su vagina, y como le dio calor hasta vio mejor soltarse el cabello, para luego tomarse otro trago de su bebida, estaba en sus pensamientos cuando Mario terminaba de decir algo que debió ser gracioso, ya que este se estaba riendo, así que se rio como una tonta sin saber porque, no se quería entusiasmar mucho ya que corría el riesgo de caer en los brazos del viejo, pero sin poder evitarlo, dirigió su mirada al paquete del hombre que seguía parado frente a ella, acercando el mueble de enfrente, buscando sentarse, delante de ella y de esta manera tendría un mejor Angulo de sus piernas y poder ver el preciado triangulo de sus braguitas.
La casada se dio cuenta a donde dirigía su mirada, así que trato de taparse un poco, no se atrevió a cruzarlas ya que con el movimiento le podría mostrar mucho más.
Al rato los dos ya hablaban amenamente, solo que Sandra ya comenzaba a sentir los efectos de la bebida afrodisiaca de Mario, sintiendo ese extraño calor o ardor en sus partes íntimas, así que para cortar por lo sano le dijo al viejo.
-mire don Mario la conversación está muy buena, pero creo que mejor lo dejo, me imagino que usted querrá celebrar su cumpleaños con sus amigo.
Pero el viejo buscando una excusa para que la mujer se quedara un rato más, dramatizo diciéndole
-amigo? No mi güerita linda, por aquí solo hay una cuerda de vividores, pendientes en querer tomarle el roncito de uno, ya que ninguno brinda ni siquiera una copita, hoy no me han regalado ni siquiera el periódico, más cuando ellos cumplen uno si tiene que llevar de todo, así que esta noche la voy a pasar más solo que oso invernando jejejeje
La casada antes de hablar se reia de las ocurrencias del hombre
-hay no diga eso señor Mario, por lo menos yo vine a visitarlo, así que no se queje.
-si claro, esto me gusta, pero vea usted tampoco me ha dado ningún regalo jejejeje ya quisiera un regalo especial de usted.
Con esto el viejo se le quedo mirando descaradamente las piernas y luego sus turgentes senos, la mujer viendo su mirada, en seguida supo a qué regalo especial se refería el hombre, así que le dijo
-hay viejito listo ya sé a qué regalo te refieres, pero creo que eso no será posible otra vez, ya que lo que…
El hombre no la dejo seguir hablando y le dijo
-no patroncita, claro que me gustaría ya usted sabe que jejejeje, pero no quiero abusar de la confianza de usted, a pesar que ya hemos estado juntos varias veces
-qué bueno que toca ese tema, justo de eso quería hablarle don Mario, creo que todos esos encuentros, como sabrá, se han dado de una manera poco usual, por lo menos para mí, más que todo, debido a varios eventos que se han presentado, así que no es conveniente volver a repetirlos
La casada trago grueso, mientras seguía buscando las palabras adecuadas para excusarse por todas las veces que había estado con él, sin querer mencionar a los otros viejos, trataba de excusarse por haberse comportado como una mujer débil, aunque reconocía que ellos nunca la habían forzado de una manera violenta, tal vez al comenzar usaban un poco la fuerza, pero que a la final ella siempre cedía de una manera, casi natural llevada por las calenturas del momento, así que algo nerviosa, quería acabar con el tema y salir de su casa, tratando de cerrar continuo diciéndole
-por eso señor Mario le pido que entienda, sé que no me comporte como una mujer casada y por eso no debo repetir nada de eso, así que no creo poder complacerlo con lo que me pudiera pedir, a lo sumo un apretón de mano y quedar como amigos.
Con sus palabras pensó que el hombre se quedaría tranquilo, pero el veterano viejo no se iba a dejar convencer con sus argumentos, ya que desde hace rato, solo tenía en mente que se la iba a coger ese mismo día, así tuviera que violarla.
-claro patroncita entiendo todo lo que dice, pero yo solo quería pedirle algo más sencillo y rápido, no tiene nada de sexo, bueno solo un poco, es algo que toda mi vida he querido saber que se siente y como usted y yo ya tenemos cierta confianza, sería el mejor regalo que pudiera recibir en mi vida.
-no, no lo entiendo don Mario, a que regalo especial se refiere y que no tiene nada de sexo?
-bueno déjeme explicarle, yo toda mi vida he querido saber que se siente colocar el pene entre los senos de una mujer.
La casada, se asombró al escuchar lo que acababa de escuchar, abrió los ojos como platos, trato de subir la vos, pero se contuvo, igual se levantó de su asiento, diciendo
-queee eestaa diicieendoo? Me está pidiendo que yo lo deje colocar su horrible cosa entre mis senos??, como se le ocurre decir algo semejante?? Es lo más cochino que he escuchado en mi vida, por, por favor ábrame la puerta que me voy a mi casa.
El viejo de ante manos estaba mintiendo, ya que esa paja cubana como le dicen era la que más practicaba con las putas que frecuentaba, hasta con la mujer de su gran amigo Fidencio, una de tantas que les gustaban sentir su garrote entre sus senos, y sabía que si lograba convencer a la catira, esta se haría adicta a esta práctica. Así que usando sus mejores palabras siguió en su empeño en querer convencerla.
-no, no patroncita espere, con esto le aseguro que no tendríamos nada de sexo, la verdad no es como se lo imagina, en realidad es sencillo y es todo lo que le pido, después de esto prometo no volver a molestarla y hasta seria capas de caerle a golpe a cualquiera que se quiera propasar con usted.
-Mario pero como se le ocurre pedirme algo semejante, yo nunca he hecho eso no tengo ni idea de cómo es y con solo pensarlo me dan ganas de vomitar, de verdad que nunca espere que me pidiera algo semejante, creo que de verdad está abusando de mi confianza.
El viejo hasta se alegró cuando la casada se volvió a sentar para decirle esto último así que utilizando todo su poder de súplica se arrodillo frente a ella, implorando por su regalo
-por favor, por favor jefecita no se me ponga bravita, solo quiero saber que se siente, muchos de mis amigos, lo han hecho y yo a la edad que tengo, no sé cómo es eso, solo le pido unos minutos y después se va a su casita, no deje que me valla de este mundo sin saber que se siente, usted es mi amiga de confianza, y sé que me puede complacer, tal vez se lo podría pedir a otras, pero serían capaces de cobrarme una fortuna si no me denuncian antes.
El hombre sabiendo que la mujer era de buen corazón, le estaba inventando cosas que ni el mismo se creía, pero sabía que con esas palabras lograría ablandarla, así que cualquier estrategia era buena, con tal de poder colocar su herramienta en sus tetas, y con el solo pensamiento ya la tenía dura, además por saber cómo a las mujeres tetonas, les gusta sentir un duro palo entre sus senos, luego el mismo morbo hacia que les daban ganas de metérselo a la boca, a la final dejaban todos sus agujeros a la orden del afortunado macho, hasta la fecha todas las que le habían hecho esta paja, quedaban encantadas al sentir su dureza, así que estaba más que seguro que la casada no sería la acepción, más sabiendo que ya se había tomado 2 vasos de su afrodisiaco y viéndola a la cara, ya no tenía la expresión de horror cuando estuvo a punto de irse.
La mujer sin saber ya estaba cayendo en sus garras, además que le dio sentimiento verlo arrodillado frente a ella, y le dio a entender al viejo que ya estaba en sus manos cuando le dijo
-por favor Mario no me pida eso, soy casada, amo a mi marido, me daría mucha vergüenza conmigo misma, y más si alguien se entera de esto.
La catira prácticamente ya había caído en el juego del hombre que sin contemplación solo tenía como meta cogérsela esa misma tarde, sin importarle nada, por eso continuo con su ataque
-cónchale patroncita, yo solo quería saber que se siente, es solo un momento y como le dije nada de sexo, solo eso, serían algunos unos minutos, después yo me las podría arreglar manualmente, después que usted se valla.
Al terminar con su nuevo argumento, bajo la vista como si ya se estuviera resignando a su destino, sabiendo que ya había ablandado el corazón de la catira
-pe, pero señor Mario entiéndame por favor, no creo que sea prudente, no debo hacer eso con usted.
Sandra la verdad que le daba mucho sentimiento ver los gestos del hombre, ya que era el primero que se arrodillaba frente a ella, claro lo que le estaba pidiendo de por sí, para ella era muy cochino, por lo que no podía aceptar su proposición. Así que Sandra estando apunto de pararse otra vez del asiento con la intención de salir de aquella casa, el hombre haciendo un último esfuerzo le volvió a suplicar, solo que esta vez coloco sus manos en las rodillas de la bella mujer, bajando su cabeza hasta el piso.
-por favor, por favor, patroncita, es solo un favor hoy día de mi cumpleaños, le aseguro que de mi parte nadie sabrá nada.
Sandra casi le quita las manos de sus piernas de un manotazo, pero siendo como era se controló, ya que le conmovieron sus palabras de súplica del viejo que casi lloraba con lo que decía, de pronto se encontró en no saber qué hacer, con vergüenza tenía que reconocer que su vagina reclamaba la atención masculina, hace poco había salido de su periodo menstrual, por lo que tenía días sin tener relaciones con su esposo, las manos del viejo y la bebida afrodisiaca la tenían también bastante caliente, por lo que le urgía salir de ese lugar, antes de que perdiera el control de sus emociones, pero también le dolía hacerle un desplante al viejo.
Se acordó que unas de sus piyamadas con sus amigas antes de casarse, unas de ella menciono justo eso de la paja rusa y que ella por sus tetas sería una buena candidata, por supuesto que todo termino entre carcajadas entre ellas, pero después en su casa busco en internet de cómo era eso y cuando vio las fotos, se imaginó un miembro entre sus senos y por vergüenza cerro la computadora, no volviendo a tocar ese tema, hasta ahora que Mario se lo pedía. por eso talvez su curiosidad más viendo al hombre que seguía arrodillado frente a ella, por lo que dudo por un minuto en tomar una decisión, de irse o complacerlo.
Y Mario que también hasta de repente prefirió esperar otra oportunidad, confiando que de seguro otro día se la podría coger, ya quería dejar todo hasta ahí, aunque también quería tomarla a la fuerza, pero sabía que se arriesgaba a perder futuros encuentros, así que estaba a punto de rendirse, a pesar de sus ganas de estar con la bella mujer, ya le iba a decir que se fuera y que le perdonara el abuso. Pero Sandra conmovida por el viejo, sin saber por qué, ya sea de tanto pensar, o hasta por el efecto de la bebida, decidió complacer al viejo. Así que unos segundos antes de que el viejo se rindiera, Sandra le dijo.
-Mario yo no sé cómo hacer lo que quiere, pero por solo esta vez voy a tratar de complacerlo, pero con la condición de que no abra nada de sexo, después que haga lo que quiere, me iré de su casa, además que esto quedara entre nosotros, nadie absolutamente nadie se debe enterar de esto. Estamos?
Al viejo casi se le salen los ojos por lo que acababa de oír, jamás pensó que lograría convencer a la casada de su proposición así que manso como un corderito, para no desbordar la alegría que sentía, le dijo
-cla, claro patroncita este será el secreto más grande de mi vida.
Sandra claudico por varios motivos, uno de ellos que el viejo quitara las manos de sus piernas, ya que no le gustaba esa rara sensación que sentía en su vagina, por la bebida que de verdad ya le estaba haciendo mucho efecto, también por la curiosidad de saber que se siente tener un pene entre los senos, que asegún la misma Melanie una vez le dijo que le gustaba muchísimo, también porque quería complacer al viejo, y que según el complacería su mejor fantasía y así se quedara contento por su regalo de cumpleaños, también que a pesar del tiempo que tenía en su casa, aún era temprano, aún no eran ni las 4 de la tarde, que según ella al complacerlo en su fetiche este la dejaría ir, y que de quedar excitada su marido bien podría satisfacerla cuando llegara a su casa. Así que de una manera fría le dijo
-bueno dígame que debo hacer? Y acuérdese que no quiero llegar tarde a mi casa.
Mario que de momento no hallaba que decir, estaba como paralizado, la mujer más bella del pueblo le acababa de dar permiso de colocar su macana entre sus tetas, así que le dijo lo primero que se le ocurrió, acordándose que las putas con las que hacia todo eso, ellas mismas dejaban los senos al descubierto, la mayoría quedaban en pantaletas y otras se desnudaban por completo.
-bu, bueno lo primero es que dejes sus senos libres del vestido, usted me entiende no? Solo para que este más cómoda y no se le valla a ensuciar, luego se sienta, yo me coloco frente a usted, y ya podemos comenzar
El viejo le decía todo eso, mostrándole la mejor de sus sonrisas, mientras la bella mujer ya decidida a terminar con todo lo más rápido posible y algo nerviosa se levantó de donde estaba, dejo sus cosas en una mesita y camino hasta donde se debería sentar por indicación del viejo
Respiraba agitadamente por eso sus senos daban la impresión de querer salir del vestido, ella sabía que estaba a tiempo de arrepentirse y salir de esa casa, antes de complacer al viejo, pero como ya había dado su palabra prefirió, continuar con su trato, segura que al terminar con el morboso pedido de viejo, se iría a su casa, sabiendo que para esto debía controlar su cuerpo, así que sería la mejor prueba que se auto podía hacer, solo que el efecto de la bebida seguía actuando en su cuerpo, y tanto era su nerviosismo que antes de colocar el vaso en la mesita, inconscientemente tomo un gran sorbo, con la excusa de sentir la garganta seca, o para que le diera valor por lo que estaba a punto de hacer, y sin saber que justo ese trago la aria perder el control esa misma tarde.
El hombre queriendo apurar todo le dijo
-la ayudo con el vestido?
-no gracias, yo puedo sola
La casada se desabrocho el vestido, se dio la espalda para bajárselo hasta la cintura, ya que el viejo no le quitaba la mirada de encima, se quitó el sostén que era algo más que un adorno y lo coloco en el mueble, se tapó los pezones que sin querer los tenía muy erguidos y roja como un tomate se sentó en el mueble quedando de frente al viejo
El viejo ante la impresionante vista que tenía enfrente, sin pensarlo 2 veces se bajó los pantalones, hasta quitárselos por completo.
Sandra no entendió porque se los quito del todo, pero le restó importancia al ver el gigantesco falo del viejo, que se levantaba como desafiando la gravedad. Ya se lo había visto otras veces, pero ahora al tenerlo tan cerca en donde supuestamente no tendrían relaciones sexuales, sintió como se le humedecía la vagina y la boca se le hacía agua. Así que tragando grueso miraba al viejo a los ojos interrogante, ya que no sabía que más hacer.
Bajo la vista el miembro del viejo, no salía de su asombro, de cómo podía un hombre tener algo tan grande, era tan grande como su brazo.
Y al parecía que cada vez aumentaba de tamaño, balanceándose de lado a lado cuando el se le fue acercando, de una manera automática bajo sus brazos dejando sus senos a la disposición del hombre.
Ninguno de los dos se atrevía a decir nada, Sandra por vergüenza y Mario para no romper el encanto del momento, ya que notaba el nerviosismo de la rubia y no quería que fuera a salir corriendo, por unos segundos el único sonido que escuchaban los dos era la música que provenía de una de las casas.
Así que el viejo tomando la iniciativa se le acercó, rubia sintió un olor que al principio no le gusto, pero enseguida supo, que era el olor normal de un miembro, y ni se movió esperando a que el viejo terminara de hacer lo que tenía que hacer. Y sin pensarlo tomo su falo rozando la punta sobre uno de los pezones de la cazada, el viejo moría de ganas de mamar cada pezón, pero algo le decía que ya habría tiempo para eso
Tanto la mujer como el hombre sintieron un calor rico al tacto de las carnes, Sandra solo le veía el miembro sin moverse, mientras el viejo solo seguía frotando la punta de esa cosa contra sus grandes senos, sus pezones hasta le dolían de lo erecto que los tenia,
Hasta que el viejo se hacer todo lo que pudo abriendo sus piernas para quedar entre las de ella, le separo un poco los senos, coloco su miembro entre los dos, agarro sus manos y le hizo señas para que ella agarrara los lados de sus grandes senos, acordándose de como tenía que hacer gracias a las imágenes que vio por internet
Así que por inercia tomo los costados de sus senos y los comprimió contra el gran trozo de carne del viejo, y para su asombro pensó que sería desagradable el contacto, pero fue todo lo contrario, le gustó mucho cuando se la sentí o, muy dura caliente y palpitante, sentía que tenía vida propia, hasta su olor le gusto, recordó que la idea era hacerle una paja con sus senos y con mucha suavidad comenzó a subir y a bajar su pecho, mirando al hombre a ver si lo hacía bien.
Pero el roce del miembro seco le molestaba un poco, Mario que se lo imagino le dijo, como el que no sabía nada
-jefecita si quiere le escupe un poquito y vera que es mucho mejor para los dos
La casada haciéndole caso escupió un poco por los lados pero no le salía mucha saliva, así que el hombre queriéndole sacar más provecho a la situación tan morbosa, agarro el vaso con su bebida, diciéndole
-déjeme echarle un poco de su bebida.
Pero Sandra por fin hablo diciendo.
-noo, noo espere que me va a manchar el vestido, mejor deje que me lo quite.
La inocente mujer sin tomar en cuenta de lo que estaba haciendo, se dio la espalda y se quitó el vestido, lo doblo colocándolo en el espaldar del mueble, siguiendo con la idea, que el hombre se conformaría con rosar su miembro entre sus senos un ratico, cuando ella misma estaba muy excitada, pensando que al llegar a su casa le pediría a su esposo que le hiciera el amor, ya que según ella seguía renuente a volver hacer el amor con los viejos, pero con cierto deseo ahora de la polla de Mario, así que respirando fuerte se volvió a girar ante el viejo que quedo más que asombrado cuando la vio con el pequeño bikinis negro que tapaba justo su monte de venus.
Parecía la propia estrella porno, con solo sus tacones y una diminuta tanga, la verdad que estaba para tomarle una foto, ella estaba tratando de ser natural, sabiendo que lo que estaba a punto de continuar haciendo no estaba bien siendo una mujer casada, queriendo cumplir con su trato, trago grueso para después, sentarse en el borde del mueble, con las piernas abierta para que el hombre se pudiera ubicar dónde estaba sin decir nada, el hombre que solo miraba lo bella que se veía, tampoco dijo nada, y se le volvió a colocar su garrote, entre los senos indicándole que los apretara con sus manos
Con vergüenza agarro sus grandes mamas, comprimiendo la caliente vara del viejo
La infiel mujer con asombro sintió como enseguida, su vagina se comenzaba a humedecer, teniendo que reconocer que le gustaba sentir el miembro en sus tetas, hubiera querido salir al baño a colocarse una toalla, ya que sabía el efecto que su olor provocaba al sexo masculino, como en efecto ella misma comenzó a sentir el olor de sus jugos, también se acordó que cuando él se ubicó la primera vez, él fue el que abrió las piernas, pero ya era tarde para cambiar de posición.
Mientras sentía como su propia excitación iba en aumento y el viejo sabiendo eso le dijo tomando su vaso,
-tómese un poquito para que se refresque patroncita, y luego lubricamos la zona.
La casada no hallaba que responder, así que solo se tomó un trago de la bebida, luego sentir como el viejo le echaba parte de la bebida entre sus senos y su miembro, como si se tratara de una salsa, en una carne rellena, solo que eran sus senos rellenos con el miembro del viejo, sintió la bebida fría mojaba sus pezones, que se le pusieron como piedras, y este corrió hasta abajo, mojando mucho más sus pantaletas, el recorrido del líquido le gusto a sobremanera, tal vez por eso, comprimió sus mamas con más fuerza el miembro del hombre,
Hasta lo escucho gemir de gusto,
-uuuuummmmm uuuuyyyyy rrrrrr
Pero le restó importancia, ya solo quería terminar con la parte de su trabajo, y por esa razón la casada comenzó a mover su pecho de arriba hacia abajo, con más esmero, lento y después rápido, sabiendo que el roce del miembro y la bebida, la tenían más que caliente, y su vagina que no ayudaba, ya que sentía como emitía más fluidos, el divino olor a mujer excitada, ya estaba en todos los sentidos del viejo, que tenía el miembro más duro que nunca, cosa que la infiel mujer, también sentía, sin haberse tomado ninguna viagra, el mismo una vez le dijo a Fidencio, que la rubia en si era el mejor estimulante para cualquier hombre. Estaba más que extasiado viendo como la bella mujer, le ponía empeño a su trabajo.
El veterano viejo notaba como la rubia le veía el miembro con gusto, signo inequívoco de que la estaba pasando muy bien, ella misma escupía, de vez en vez
Para mantener lubricada la zona, el hombre sabía que ya había logrado parte de su plan, ahora solo faltaba que se metiera su macana en la boca, y estaba seguro que estaba a un paso de lograrlo, Mario estaba más que feliz, definitivamente este era su mejor regalo de cumpleaños, cuando se levantó esta mañana ni le paso por la mente que hoy tendría en su casa a la hembra más codiciada por todos los hombres que la conocían.
Sandra solo miraba como salía la cabezota del miembro de entre sus senos cada vez que ella bajaba y subía su pecho al compás de los movimientos de caderas del viejo, estaba maravillada de sentir ese macanon, entre sus tetas, nunca pensó que se pudiera sentir también, el calor y roce de esa dura vara de carne que la tenía extasiada de gusto, ya no quería que terminara ese momento.
Ella desde adolecente fue muy sensible en sus senos, era su segundo punto débil después de su vagina, más de una vez estuvo a punto de abrir las piernas, pero se contenía, solo que ese instinto de conservación, lo había perdido desde que conoció a los viejos, la rubia sin darse cuenta, movía todo su cuerpo con más gana, cada vez que el viejo le echaba la bebida, para mantener la zona lubricada.
La infiel mujer tanto le gustaba lo que estaba haciendo, que en un movimiento brusco de los dos el miembro salió de su lugar y de una manera natural casi inocente tomo de nuevo la vara caliente del hombre, para colocárselo ella misma entre sus senos
Después fue que se dio cuenta de lo que acababa de hacer, ya que nunca le había agarrado directamente el miembro a Mario de esa manera, que hasta le gusto por lo dura que la tenía, casi no pudo cerrar su mano alrededor del falo, esto hizo que su boca se llenara de saliva, luego rápidamente la coloco donde mismo y le hizo presión a sus senos para comenzar de nuevo con su cubana
Sandra no salía de su asombro, de como ella siendo una mujer casada, con una buena posición económica, estaba frente a un obrero de su marido, masturbándolo con sus senos y para su vergüenza le gustaba lo que sentía, no sabía si era por lo novedoso, pero la sensación de sentir esa polla caliente y dura entre sus senos, le gustaba de una manera tal, que no quería apartarse de donde estaba,
Ella imaginaba que el viejo debería eyacular en algún momento, después de eso todo acabaría, se vestiría, saldría de su casa y mañana todo volvería a la normalidad, no tenía por qué pasar nada fuera de ese contexto, tal vez por eso seguía complaciendo al cumpleañero, además que sabía que él no la iba a forzar a tener nada que ella no quisiera.
Con esos pensamientos levanto la vista con la intención de preguntarle al viejo, si aún le faltaba mucho. Pero al hacerlo el hombre la tomo de sorpresa, por la nuca para darle un beso en la boca.
Que ella correspondió al principio, juntando su lengua con la del viejo, pero después recapacito con lo que estaba haciendo apartando su cara rápidamente, sin decir nada a pesar que el viejo la quiso retener un rato más. Ahora con más razón, sentía la necesidad de terminar con lo que estaba haciendo, ya que no quería perder el control de su cuerpo, como ya le había sucedido otras veces, y justamente con el viejo Mario, con la excusa de terminar, continúo bajando y subiendo su pecho, contra la vara de carne que tenía en sus senos, ahora con más razón quería que todo eso acabara de una vez, tratando de no hacer notar que le gustaba, solo que para colmo sentía como sus jugos comenzaban a correr entre sus piernas, inundando toda la sala de su olor vaginal.
El hombre, que como todo zorro viejo, sabía perfectamente que la catira ya estaba a un paso de abrirle las piernas, su olor vaginal, su respiración agitada, la forma en que acepto su beso que hasta ella misma le ofreció su lengua, y viendo que la chica cada vez tenía su miembro muy cerca de su cara, comenzó a hacer movimientos más alargados con su cadera para que la punta de su macana se le acercara cada vez más a su boca, que a todas estas se le veía que no sabía qué hacer, cada vez que se la veía, tratando de apartar su boca, pero la bella mujer tenía una lucha interna contra ella misma, ya que de igual manera seguía moviendo su pecho contra el miembro del viejos, oliéndole y viendo al miembro
Luego el viejo la tomo por las axilas, para acostarla boca arriba sobre el sofá, diciéndole con suavidad
-venga patroncita, mejor acuéstese aquí para que este más cómoda.
La mujer ya sumisa sin decir nada, solo se dejó hacer y el hombre rápidamente le volvió a colocar su gran miembro en su pecho, y ella de una manera automática, solo la comprimió contra sus senos.
De esa manera ahora era Mario que tenía dominio de los movimientos, casi sentado sobre el cuerpo de la mujer, podía llegar su macana más cerca de su cara, que al ver la punta del miembro tan cerca solo se atinó a preguntar, con vos muy suave.
-falta mucho señor Mario?
-no patroncita, pero si le pasa la lengüita, acabamos estos mas rápido, no quiero que se sienta mal por mí.
El hombre decía eso solo para distraerla, ya que veía como la mujer tenía sus bellos ojos en la cabeza de su miembro que ya tocaba la parte de baja de su cara, el olor a macho que expelía el miembro la tenían embriagada de placer, el hombre insistiendo con su ataque y le dijo
-ándele jefecita es solo un beso, para poder terminar todo esto, para que no se nos haga tan tarde
En parte el viejo según sus pensamientos tenía razón, con un beso en su cosa, sería suficiente para acabar con la situación, además de excitada la tenía nerviosa, y no quería perder el control de su cuerpo.
Tal vez por eso la infiel mujer no se aguantó, ya que también quería acabar ya con la incómoda situación así que saco su lengua, para la dicha del hombre que sonreía cuando efectivamente vio y sintió esa rica suavidad en la punta de su machete, la casada saboreo ese líquido que desde hace rato goteaba mojando su pecho.
Ese fue uno de tantos errores de la rubia esa tarde, que lo miro a la cara y termino dándole un besito y luego otro besito
Sandra reconocía que Mario, siempre tenía un don de convencimiento al que ella no podía decir que no, de alguna manera siempre la envolvía, pero esta vez, estaba segura que no se dejaría convencer por el hombre, tenía la confianza que podría dominar la situación, otro error más en su contra, además que el ambiente no estaba a su favor, sola en la casa de un hombre, desnudo sentado sobre su pecho, ella excitada y vestida solo con unas breves pantaletas húmedas por sus jugos, para colmo, le había gustado tener el miembro entre sus senos, y también su sabor cuando le había paso su lengua.
Así que la tentación, fue muy grande para la bella rubia, ya que después que le paso la lengua varias veces, sintió unas ganas enormes de probar la cabezota palpitante y caliente, sin darse cuenta, comenzó a mover su cabeza metiéndose lo que podía en la boca, mientras el hombre hacia movimientos de caderas, metiéndosela lo más que podía
Sandra no se daba cuenta que prácticamente ya le estaba haciendo una felación al viejo y con eso inevitablemente terminaría haciendo el amor con el ya que difícilmente lograría controlar su cuerpo, y a estas alturas, todavía se quería convencer de lo contrario, creyendo que en unos minutos, este se quedaría tranquilo, cuando ella misma ya respiraba cada vez más fuerte por su propia excitación.
A todo este panorama Mario no salía de su asombro, por todo lo que la rubia hacia sin el decirle nada, pensó que por algún arranque la mujer podría salir corriendo, así que tomo las riendas de la situación, aprovechando la excitación de la infiel mujer, sentándose en el sofá, sabiendo que la infiel mujer ya le había agarrado el gusto a su macana, le dijo con descaro
-venga patrona déjeme acomodarme para que este más cómoda.
La mujer que ya estaba casi entregada y obsesionada por la gran macana del viejo, sin decir nada, dejo que este se sentara, para luego ella misma tomar su gran pija y llevársela a la boca.
Sandra como hechizada por la macana del hombre, le pasaba la lengua saboreándola, ya que seguía segregando líquido pre seminal
Aunque no era primera vez que se la mamaba, tal vez el hecho de estar en su casa, se le ocurrió pensar que lo máximo entre los dos esa tarde, sería que él le acabara en la boca y después la dejaría ir a su casa, pero ella ya le había agarrado el gusto al miembro duro del hombre, así que antes de irse se la quería mamar con todas la de la ley, dejarlo contento y así acabar con su trato, como pudo se metió el gran miembro hasta la garganta.
Ya solo quería que el viejo se corriera de una vez, pero después de unos minutos de estar mamándole el chaparro al viejo, este la acomodo hasta que la pareja quedo en un 69, y antes de lograr la posición el hombre logro bajarle las pantaletas más debajo de sus nalgas, ella inútilmente las agarro, pero el hombre insistió y a la final ya no quiso forcejear, porque este casi se las rompe, así que prefirió bajárselas ella misma hasta las rodillas, para terminar de quitársela con los pies, al igual que sus tacones, en unos segundos ya estaban en posición, comiéndose cada uno los sexos, la excitación de Sandra aumento, el doble sentir la boca y lengua del viejo en su vagina, por lo que varias veces tuvo que sacarse el miembro de la boca, tratando de gemir de gusto, pero no lo hacía por vergüenza, al calmarse se volvía a meter el miembro en la boca, con la intención que este acabara de una vez.
Con su vagina en la cara del viejo, no auguraba un buen final para la excitada mujer.
Mario estaba más que contento, volver a sentir la boca de la rubia en su macana era algo que no tenía precio, además que se daba el gusto de tragar sus ricos jugos vaginales, que mojaban su cara por lo abundantes, su olor y textura eran el mejor manjar que se estaba tragando ese día.
Su miembro estaba duro a más no poder y la divina mujer le ponía corazón a lo que hacía, que igual se detenía cuando, el afortunado hombre se concentraba en su clítoris.
Los dos estaban muy excitados, hasta Mario que se asombró por lo rápido que estaba comenzando en sentir los estertores de una eminente eyaculación, ya que la mujer le mamaba el chaparro con mucha vehemencia algo inusitado para él, además que la anterior paja con sus grandes y suaves senos, era algo que no se presentaba todos los días, aunque algo le decía que ella se la volvería hacer, la rubia para el definitivamente era especial, su suave piel, el olor de sus jugos vaginales, los labios de su vagina pequeños como los de una adolecente, todo en ella podía volver loco a cualquier hombre, aun para el que era un veterano por su gran repertorio de mujeres.
Mientras Sandra también sintió como un choque eléctrico en toda su intimidad, teniendo de repente un tremendo orgasmo acompañado de muchos jugos, y esta vez no pudo aguantar sus gemidos, contenidos desde hace rato.
-uuummm uuumm uuuuuummm aaaaaaaaaaggggggg siiiiii siiiiii maaariiiioooo queeee riiiiiicooooo meeeee coooomeeeeees laa vaaagiiinaaa
Sus jugos salían disparados a cualquier parte y el viejo queriéndolos atrapar, tampoco se quedó atrás, ya que también sintió como de sus testículos salían los primero chorros de leche, llenándole la boca a la rubia, que inevitablemente se tragó los 2 primeros chorros y el resto callo en su cuello y senos cuando levanto un poco la cara, no pudo evitar que uno de los chorros mojaran sus cabellos, la rubia quedo atontada que era primera vez que tenía un orgasmo, mas con un miembro disparando semen en su boca
-aaaaaaaaaauuggggg guuuuuuaaaaaooooo queeeee riiiiiicoooooo paaaatrooonaaaaaa
El hombre ya soltaba los últimos chorros de leche. La infiel mujer quedó asombrada cuando sintió toda esa leche en su cuello, senos, sin contar la que se tragó, mientras se sentaba en el sofá, pero el hombre no contento con lo que hizo, se colocó casi arrodillado en el piso frente a la confundida mujer que tenía las piernas abiertas con los pies en el piso y con descaro le dio un fuerte beso en la boca, Sandra atontada todavía, sintió el olor y sabor de sus propios jugos en la cara del viejo, notando que también tenía toda la cara pegoteada de jugos, pero de igual manera, abrió su boca correspondiéndole el beso, después le dijo
-No, no por favor Mario, ya mire como esta de mojado y tengo irme, se me va hacer tarde, por favor, ya, ya no por favor
Pero el hombre todavía con el miembro duro, bajó hasta su pecho, beso y chupó sus pezones con mucha pasión uno después el otro, mientras la mujer trataba de quitárselo de encima, y sintiendo que algo duro chocaba contras sus piernas.
-noo, noo, Mario ya, ya por, por favor
Aunque sin hacer mucho esfuerzo y esto le dio la oportunidad al excitado hombre que rápidamente se acomodó entre las piernas de la mujer, Sandra que daba todo por terminado, no se creyó cuando vio la intención que tenía el viejo, así que esta vez reaccionó con más fuerza, para quitarse al viejo de encima, solo que no le puso todo el empeño que debería.
-noo, noo Mario noo quee vaa haaceeer? eso no, por favor, ya, ya cumplí con mi parte,
Pero el hombre no la escuchaba, más bien se aprovechó de la pequeña confusión en la casada, hasta que logro dejar su macana justo en la entrada de la jugosa vagina, pero la mujer seguía forcejeando con el hombre evitando que se la metiera
-noo, noo maariiioo eesee noo eera el traatoo
-solo un poquito jefecita, no me deje con las ganas, déjeme metérsela solo un poquito,
La mujer seguía con su forcejeo, pero el viejo ya había logrado coronar, la punta de su macana ya estaba comenzando a entrar pero ella con sus movimientos, no lo dejaba entrar,
-nooo, nooo viiiejiitoo teeercooo noo seaa vivoooo
La casada se quejó, cuando sintió que le entraba, otro pedazo de carne caliente y para su pesar le estaba gustando sentir como poco a poco le entraba, ya que con sus movimientos, le entraba una buena parte pero por sus movimientos, lo empujaba y lograba hacer que se la sacara, pero el viejo insistía, logrando que le volviera a entrar un poco más, su vagina en vez de cerrarse, al parecer sentía como se iba adaptando a la incursión del hombre.
Que con alegría sintió que ya estaba entrando algo más que la mitad de su dura macana, pero Sandra ya casi rendida, sentía como cada vez el viejo iba ganando la batalla, estaba dispuesta a dejar que se la metiera toda de una vez, para acabar con ese tormento, pero no quería dar su brazo a torcer, ya que el después iba a pensar que si era una mujer fácil, luego el hombre la volvió a sorprender ya que paso rápidamente sus brazos por su espalda para agarrarla por los hombros y sin más comenzó a empujar su gran miembro, en la apretada cuca de la mujer, que no se esperaba esa nueva estrategia, por lo que se volvió a quejar, al sentir que le entraba otra gran porción del miembro
-nooo nooo maaarriiioo nooo meee laaa meeetaaa nooo, nooo pooor faaavoooor
Mientras gemía y gemía de dolor,
-uuuuummmmgggg nooooo laaa meeetaaa yaaa por, pooofaavooor
No quería seguir con el acto sexual, sabiendo que el duraba mucho en acabar además que no quería llegar tarde a su casa.
Pero fue imposible continuar luchando, el miembro del hombre continúo entrando en su vagina, haciéndola sentir una gran molestia interna, ya que tenía tiempo que no recibía un instrumento tan grande y grueso,
-ya, ya patrona, falta poco, quédese quieta, y gocemos un ratico
-nooo, nooo siigaaa yaaa, usted dijooo soloo un poquiitoo, yaaa, yaaa, nooo seeaa VIIIVOOOOOOOO
Grito cuando sintió los testículos del viejo chocar contra sus labios vaginales, abriendo los ojos sin saber si era, de gusto o de dolor,
lo cierto es que trataba de disimular que le había gustado un mundo, sentir como sus grandes testículos se aplastaban contra su intimidad, fue como la primera vez que se la cogió, solo que ahora se la sentía mucho más rico,
Mario contento como un muchacho por haber logrado su cometido, la levanto por las cadera para acostarla a lo largo del sofá y como estaba consciente del gran tamaño de su miembro, y no quería dañar a la bella mujer, permaneció rato sin moverse dentro de ella, hasta que sintió como la hembra se iba relajando, para después sacársela un poco y volver a metérsela con mucha calma.
La casada al sentirse penetrada de esta manera por completo por el viejo, no le quedó más remedio que aceptarlo y relajarse, sabiendo que ya no tenía caso seguir forcejeando y no podía hacer nada para quitárselo de encima y que muy a su pesar le gustaba sentirse llena, por la macana del hombre, que hasta le palpitaba como si tuviese un corazón propio, a la final le gusto su fuerte incursión.
El viejo viendo que la casada se había rendido por completo y haciendo gala de su gran miembro se la saco toda
A lo que Sandra solo pudo gemir de dolor y gusto cuando el viejo se la volvió a meter por completo, haciendo que abriera la boca, como buscando aire,
-aaaaaaaaauuuuuummm
Además que le abrió las piernas todo lo que pudo, y ella misma colaboro resignada, dejando que el miembro se acoplara dentro de ella, más que dolor solo sentía una molestia y el morbo del gusto de saber que tenía un gran miembro dentro de ella. Seguía con los ojos cerrados por vergüenza que el fuera a descubrir lo bien que se sentía
La infiel mujer por un segundo recordó a su marido, consciente de su infidelidad, pero no podía evitar lo rico que era sentir el gran miembro del viejo, que movía todos sus órganos internos al llegar hasta su útero, con vergüenza se le salió un gemido justo en el oído del viejo cuando este se acostó sobre ella aplastando su vientre y sus senos,
-uuuuuuuummmmgggggg uuuuuummmmm
Y aprovechando que el viejo, tenía su cara por su cuello, cerró los ojos, mordiéndose el labio inferior por el gusto de volver sentir su gran macana, pero sintió que le salían muchos jugos, y pensó que se había orinado, ya que sentía como de su vagina, salían muchos fluidos.
-vio jefecita, que si es bien rico?, su panocha es bien apretadita y calentita
Sandra se acordó que tenía más de un mes sin recibir una buena verga, y era lógico que se le hubiera cerrado un poco
Luego el viejo la comenzó a besar, por el cuello y en la boca, la infiel mujer le correspondió al beso uniendo su lengua con la de él, pero viendo que este comenzaba a metérsela lo más profundo que podía, haciéndola sentirse muy llena de polla, así que le dijo
-uuuuummmm maaaariiiioooo cooon cuuidaadooo, queeee laaa tieeeneeees muy graaandee
De igual manera abrió sus piernas, todo lo que pudo, buscando estar más cómoda, para luego mover su vientre como olas, y así poder disfrutar el tolete de carne del hombre.
Sus gemidos de gozo al comienzo eran muy leves, cada vez que el viejo se la metía hasta el fondo y luego salía con lentitud, disfrutando de la gruta de la mujer y a la vez haciendo que ella también gozara
-uuuuummm, uuuuummm uuuummmmggg uuuuummmm
Igual que los del viejo
-aaaagggg uuuummm maamaazotaa quee riiicaa eestaaas, que cuucaa tan rica tiene patroncitaa
Luego se fueron moviendo con más celeridad al igual que sus gemidos de gustos que se fueron haciendo más audibles, pero que eran opacados, por una música proveniente de alguna parte del barrio, con esa música de fondo tanto Sandra como Mario podían gritar como quisieran, sabiendo que nadie se daría cuenta de lo que ocurría en esa humilde vivienda.
Mientras en su casa su esposo era acosado por la coqueta criada, que se aprovechaba mientras su esposa no estaba. Solo que Rodrigo no sabía que su bella esposa era agasajada en la casa de uno de sus empleados, pensando que seguía en su consultorio y Sandra disfrutaba de un nabo de 30 centímetros, gimiendo divinamente.
La infiel mujer ya movía sus caderas al mismo ritmo que el viejo, sintiendo como si toda esa vara removiera su estómago. Sandra sin habérselo propuesto volvía a gozar del sexo que rehuyó por un mes, siendo Mario el afortunado hombre que definitivamente cambiaría el futuro sexual de la casada, ya que el viejo logro despertar ese día a la Sandra que no quería aceptar su sexualidad, ya que ella se negaba a aceptar sus cambios, pero por ahora solo sentía como entraba y salía el gran tolete de carne del viejo, haciéndola gozar de una manera de una manera demasiado rica.
El hombre la tenía boca arriba en el centro del sofá
Mientras seguía entrado y saliendo en la caliente vagina, la bella mujer gemía de gusto cada vez que el viejo tocaba su útero con su gran tolete de carne, la caliente mujer queriendo aparentar con el trataba de quitárselo de encima, ya que no quería quedar otra vez como una mujer fácil, pero era imposible Ya que su propia excitación no la dejaban controlar su cuerpo y esto Mario lo sabía por sus gemidos, respiración y por lo colorado de su cara que delataban, todo lo que estaba disfrutando.
Luego la puso de lado, y enseguida Sandra se sintió ensartada por el mástil del viejo,
Que volvía a entrar y salir de su caliente gruta del amor, la cual una vez solo le perteneció a su esposo, siendo profanado por enésima vez por miembros de diferentes machos, Sandra sin poder contenerse coloco su pierna abrazo la cintura del hombre y con desesperación comenzó a mover sus caderas dentro de lo que podía, aceptando y correspondiendo todos los besos de lengua que el viejo le daba,
Gozando como poseída de los 30 centímetros de polla que tenía adentro Sandra definitivamente perdía el control cuando se la cogía como a ella le gustaba, así su marido llegara en ese momento, no detendría sus movimientos de caderas, ni sus gemidos de placer, la mejor prueba era que se comía al viejo con sus besos y este aprovecho y hasta le dijo
-gra, gracias patroncita, por este regalo, que desde ahora sé que me la dará si es posible todo los días, gracias, gracias
La infiel mujer que no podía decir nada solo disfrutaba de los frenéticos golpeteos de sus vientres gimiendo de gusto
-ma, maarioo no, nooo siiigaaa vi, viejiitooo, poorr faaavoor yaaa quee meee vaaa a maaataatar de guuustooo
Ya no podía controlar su cuerpo de lo rico que se sentía con el hombre
Besándolo con mucha pasión, cosa que nunca hizo con su esposo ni cuando le quito la virginidad, la infiel mujer sentía como un gran orgasmo, venía en camino, hasta que por fin no lo pudo seguir conteniendo y grito como nunca en su vida, de una manera desesperada, al sentir que los músculos de su vagina comenzaron a convulsionar al igual que todo su cuerpo.
-MAAAAARIIIIIIIOOOOO AAAAAUUUUUMMMMMMGGGG SIIIIIIII QUUEEE RIIIIICOOOOOO MEEEE COOOOGEEEEE. SIIIIIIIII
De no ser por la música que seguía sonando afuera, a todo volumen, de seguro alguien hubiera entrado a la casa a ver qué pasaba, pero solo él supo del rico orgasmo de la rubia
El viejo que seguía tan duro como cuando comenzó, se aprovechó sacándosela de la vagina para en esa misma posición metérsela por el culo,
La asombrada mujer no tuvo tiempo de rechazarlo solo sintió como la dura estaca comenzó a entrar por su vía trasera.
-MAAAARRIIIIOOO NOOOO POOOORR HAY NOOOOOOOOOO MAAARIIIOOO NOOOO
Pero el hombre de 3 certeros zarpazos logro meter todo su tolete de carne en el jugoso culo de la casada. Coloco las bellas piernas, por sus costados y estaba de frente se la comenzó a coger, atrayendo sus caderas hacia él, ya que la mujer en esa posición no se podía mover mucho.
Después de unos minutos la mujer en vez de dolor, comenzó a sentir, solo placer volviendo a disfrutar de la fuertes envestidas de su macho de turno
Era increíble ver a una mujer como Sandra, disfrutar del sexo con un hombre que bien podría ser su padre, pero las ganas conque se la cogía superaba de una a 50 veces, a su esposo, eran una de las razones por las que se dejaba coger por el viejo, además que estos la hacían descubrir muchas cosas que ella desconocía, sentía que con ellos se podía desatar y sacar su verdadero yo en la cama, cuando el placer la envolvía, pudiendo liberar todo ese potencial erótico, que hasta la fecha todavía estaba conociendo en ella, más estando fuera y lejos de su marido con lo que tenía libertad de gritar todo lo que quisiera.
Mario en parte sabia como activarla, disfrutando a un ángel que le había caído del cielo, por lo que tenía que utilizar sus mejores armas, para poder traerla otra vez a su nido de amor, y la mejor manera de poder seguir disfrutando de este manjar, era tratarla todo lo mejor que pudiera, asegurando que gozara, con cada uno de sus encuentros, como en ese momento,
La bella mujer no podía controlar el goce que sentía,
Sus gemidos los quería hacer apagados, pero en su cara, sus ojos entre cerrados, su boquita abierta, denotaban una sensualidad, que avivaría los sentidos de cualquier hombre, además de sus pezones erectos, su vagina caliente, que desbordaba jugos, al sentir el miembro entrar y salir, con toda la veteranía que el viejo le aplicaba, por eso la infiel mujer le era imposible dejar de mover su vientre al compás de las arremetidas del hombre. Pero la casada en algún momento de lucidez, le dijo
-ya, ya Mario, usted no se cansa?
-nooo mi reina bella con esta cuquita tan rica que tienes quien se va a cansar de usted, si fueras mi cuaimita, no le sacaría nunca mi chaparro
Las palabras ordinarias del viejo en vez de molestarla, le gustaban ya que sabía que así hablaba él y hasta la calentaron más de lo que ya estaba, por su forma tan natural de decir lo que sentía, igual seguía moviendo sus caderas, mientras le dijo loca de excitación.
-qué dice? Viejito loco, dos o tres serían más que suficientes y después a dormir
-bueno usted se podrá dormir, pero yo me la cogería hasta que los gallos se cansen de cantar jajajaja
Diciendo eso viendo la rubia sonreía con sus palabras, y viendo la cara de placer que no podía esconder, le comenzó a amasar los senos y jalar los pezones, a lo que Sandra no le quedó otra que volver a cerrar los ojos, gozando de todo lo que el hombre le hacía, más que el viejo le comenzó a susurrar en el oído.
-eres la güerita más rica y bella, que ha pasado en mi puta vida, tienes el mejor culo y el mejor cuerpo de este planeta y tu cuquita es la más caliente y apretada donde he metido mi machete, ya verás que hasta te voy a dar varios chichitos con los que vamos a llenar toda una escuela completa.
Con esto el hombre le saco su miembro, sentándose en el sofá, y le dijo
-mejor los vamos pal cuarto allá estaremos más cómodos
La casada que todavía estaba más que excitada, no pudo reaccionar ya que el hombre a duras penas la cargo, y como pudo la llevo a su cuarto, como cuando un hombre lleva a su esposa a la cama en su luna de miel, Sandra sorprendida por lo que estaba haciendo le dijo
-noo, noo que haaaces, bájame que nos podemos caeeer
Pero viendo que no le hacía caso, solo se agarró de su cuello, esperando a ver que más vendría,
Todo fue muy rápido para la mujer, en el cuarto, la dejo en la cama, y sentándose en el centro, de la cama con su miembro apuntado al techo
Él sabía que a ella no le gustaba que se la metiera en la vagina, después de habérsela metido por el culo, así que se limpió con la sabana, el agarro por un brazo invitándola a que se sentara sobre él.
No hicieron falta más palabras, la rubia aún tenía el chocho palpitante, ya que estuvo a punto de otro orgasmo, cuando se la saco en la sala.
Sandra fácilmente pudo intentar salir de la situación he irse a su casa, pero no lo iba hacer, por eso se dejó manipular por el viejo, ya que seguía con ganas de seguir cogiendo.
El hombre se agarró su tolete de carne y con la otra mano la atrajo para que ella se sentara sobre él y la infiel mujer que no se conocía a sí misma, sin decir nada, se acercó hasta donde él estaba, abrió sus piernas para buscar sentarse a horcajadas sobre la macana del hombre
El viejo agarro su machete apuntándolo al centro de su chocho, la casada al sentir que ya la tenía en toda su entrada, sin más se fue sentando sobre su amante fortuito.
Gimiendo de placer al sentir como le entraba el miembro del hombre
-uuuuuuuuummmmmggggg
Y Mario la sujetaba por las caderas empujándola hacia él, a lo que la casada solo dijo
-diiiiooooos queee duuuraaa la tieeneees
Y no se detuvo hasta que sintió los testículos del hombre
Y nadie podía decir que el la obligo a que se sentara sobre su miembro, era la mujer que entregada al placer solo pensaba en disfrutar, y teniendo el control de la situación solo se dispuso a gozar del momento
En solo 2 veces que se la metió por completo ya a la tercera con asombro ya se podía sentar sobre el viejo, sin ningún problema, le gustaba sentir los duros testículos aplastarse contra sus labios vaginales. Y una vez más se dispuso a gozar, sin más tabúes, de rico miembro, además que los pelos del pubis del viejo rosaban deliciosamente la zona de su clítoris
Mario sabía que la mujer estaba necesitada de su polla ya que sentía como comprimía los musculo de su vagina, el ahora solo disfrutaba viéndola como ella buscaba su propia satisfacción.
Después que su vagina ya estaba adaptada, ella misma fue aumentando la velocidad, gimiendo de gusto, cada vez que le llegaba al fondo
-aaauugg aaauuummmgg, aaauuuummm
Luego el viejo viendo su disponibilidad, esta vez se dispuso a gozar de su regalo de cumpleaños
Dándoles fuertes nalgadas, metiéndole el chaparro con mucho más fuerza y hasta metiéndole un dedo por el culo
La infiel mujer se quejaba, pero era más que evidente que le gustaba el duro trato, que demostraba con sus gemidos de placer y agitando sus nalgas contra el miembro del viejo.
-MA, MARIO NOO SEEEAAS TAAMBRUUUTOOO UUUUMMMGG AAAA Y QUE RIIICOO MEEE COOGEEES VIIEJITOO VEERDEE
La catira podía gemir y gritar con libertad ya que afuera seguían sonando las bachatas y ballenatos propios del lugar donde vivía el viejo y su carro estaba más que cuidado ya que los amigos de Mario se instalaron a tomar cerca de él, sin estar pendiente de que ocurría en la casa del hombre, que de escuchar algo no les extrañaría, ya que el en otras ocasiones llevaba putas a su casa.
Mientras adentro la bella rubia gozaba con su afortunado amante, que no se esperaba tener un pastel tan rico en su cumpleaños.
El hombre le amasaba los senos, y le pellizcaba los pezones fuertemente a lo que la excitada mujer no decía nada, ya que en ese momento todo le gustaba
La rubia movía sus caderas en forma circular y como quisiera con tal de disfrutar de la rica polla de su amante, ya apunto de su orgasmo,
Como de hecho así fue, el viejo lo supo ya que sabía cuándo la rubia iba a orgasmar, ya que tensaba su cuerpo, luego su vagina comenzaba a convulsionar por dentro, comprimiendo su miembro y esto era lo que más le gustaba de ella, sus gemidos la delataron con todas las sensaciones que el ya se esperaba,
-MAA, MAARIIIOOOO SIIIII SIIIII QUEEE RIIIICOOOOO QUUEEEE RIIIICOOO MAAAARIIIIIOOO SIIIIII SIIIIIII UUUUUUUUMMMM AAAAAAAAGGG
El viejo estaba más que extasiado, ni se movió disfrutando como los músculos de la vagina comprimían una y otra vez su gran chaparro, también sentía como el cuerpo de la casada temblaba del gozo que estaba teniendo, luego la gran cantidad de líquidos mojando sus testículos
Todo esto para él era una delicia, por eso le daba gracias a la creación por haberla llevado a su pueblo y ahora a su cama.
Después que la mujer se hubo calmado un poco, el hombre se la saco acostándola boca abajo y se la comenzó a comer a besos, por todo el cuerpo comenzando por sus nalgas y ano.
Sandra se quiso levantar pero el hombre no la dejo, además que sintió un gran alivio cuando el viejo le comenzó a comer el culo, todavía un poco adolorido por la incursión de hace un rato, el viejo también levanto sus caderas para succionarle la vagina y esto también le agrado mucho a la mujer, que se acomodó un poco para facilitarle el trabajo.
La mujer estaba maravillada ya que el viejo se dedicaba a mamarle el culo y después lo hacía con su vagina, esto ya estaba encendiendo de nuevo todos sus sentidos, luego ella misma se dio la vuelta ya que deseaba que le prestara más atención a su pulsante vagina, este capto el mensaje, ya que en un arrebato de locura, tomo la iniciativa sentándose en el pecho del hombre, ofreciéndole su pulsante vagina, para que se la chupara, el hombre sin perder tiempo se apodero de ella.
Así estuvieron por varios minutos y continuando con sus arrebatos de locura, se acostó boca arriba, atrayendo su cara rumbo a su vagina, que el viejo con mucho gusto siguió saboreando
Su lengua era un alivio para su vagina un tanto adolorida, estaba tan excitada que gimió de gusto, al sentir su lengua y nunca supo si soltó jugos o si se orino en la cara del viejo, lo cierto en que todos sus fluidos fueron directo a la boca del hombre, que trago con rapidez, mientras le metía la lengua lo más profundo que podía para sentir las contracciones de la rica totona.
Sandra apenas se estaba recuperando, cuando el viejo ya la tenía boca abajo, levanto sus caderas y casi con desesperación de dos zarpazos desde atrás se la metió en la chorreante cucota. Si no es por la música de afuera, las personas de la zona hubieran pensado que algo le habría pasado a la mujer, por el grito que emitió al sentir como le entraban los 30 centímetros de polla caliente en lo más profundo de su ser.
-aaaaaaaaaaauuuummmmggggg maaaaaariiiiiiooooo queeeee riiiiicooooooo meee cooogeeeess
Sus gritos llenaron de brío al viejo que comenzó un frenético mete y saca en la esponjosa cavidad vaginal de la catira, que sin poder moverse mucho, gozaba como el hombre salía una y otra vez de su cuca, así estuvieron unos minutos hasta que ahora Mario la volteo colocándola boca arriba, Sandra como una rica muñeca de carne se dejaba manipular por su amante, y sintió mucha satisfacción al saber que por fin se la iba a coger en la posición de misionero, indudablemente era la que más le gustaba a ya que le podía sentir el peso de su macho, sobre sus senos y vientre, además que el choque en su pelvis, estimulaba la zona de su clítoris, también podía mover su vientre al compás de las envestidas que recibía, por eso le dio como premio un apasionado beso de lengua a su amante de turno.
Mario ya se la metía todo lo profundo que podía, Sandra sentía como le llegaba hasta su útero, le fascinaba sentirse completamente llena, pudiendo disfrutar esta vez de la rica cogida que le daba Mario, ya que hace unos días en la finca, cuando se la cogió al lado de su marido, no podo gritar y gozar como ahora, por consideración a él, que a pesar que estaba dormido, le daba pena, pero esta tarde estando en la cama del viejo, podía mover su cuerpo a plenitud, abrir sus piernas como quería, sin la vergüenza de chocar con las de su esposo, además que podía gritar como quisiera. Por la bulla de afuera, todo esto hacia su goce más pleno.
De alguna manera Mario también sabia de todas estas libertades que tenía la bella mujer, también la sentía más dada y que también movía su vientre y caderas de una manera más sensual y erótica, ninguna de las putas o casadas que se había cogido con anterioridad, lo hacía también como la bella rubia que tenía bajo su cuerpo, la mujer superaba a cualquier otra en su vida, eso que hasta se había acostado, con adolecentes, maduras, vírgenes, casadas, solteras, con comadres, y hasta con varias sobrinas, tal vez por todo eso nunca entablo una relación seria con ninguna mujer,, aunque si lo intento más de una vez, por eso tenía en alguna parte 2 hijas, que a duras penas recordaba sus nombres, ya que estas desaparecieron de su vida cuando eran muy niñas, en definitiva Mario era un hombre muy corrido con mucha experiencia en todo lo relacionado al sexo, en comparación con la rubia que apenas estaba entrando a este mundo, ya que con su marido había aprendido muy poco en comparación, de todo lo que ya había hecho desde que conoció a los viejos.
Por eso gozaba de como el viejo se la cogía, estando consiente de lo que hacía, si la bebida la había embriagado un poco el efecto, ya había pasado por completo así que era ella con su instinto natural, sin drogas ni nada con lo que pudiera excusarse de estar abierta de piernas con uno de los obreros de su marido, por eso su goce era pleno, sus gemidos naturales, esto la hacía sentir plena, amaba a su esposo y por nada del mundo pensaba cambiarlo por ninguno de los viejos, pero el placer que estos le daban no se podía comparar con nadie, en especial Mario, tal vez por su gran miembro, pero a pesar de lo tosco y ordinario, era muy caballeroso con ella, le decía cosas que le hacían poner los pelitos de punta, con solo verle la paloma le hacía cosquillas en su vientre y un poco más abajo, por eso esa tarde cuando lo vio en la carretera, sintió algo que no pudo definir, pero no se imaginó que llegaría a estar como estaba en ese momento, sintiendo como esa dura vara de carne taladraba una y otra vez su vagina, y sin querer casi no dejaba que el hombre se moviera, al tenerlo aprisionado contra su cuerpo, rodeando su cintura con sus piernas
Pero a Mario esto no le incomodaba, al contrario le gustaba hacerla gozar, además porque sabía que cuando ella lo abrazaba con sus piernas de esa manera, era porque estaba a punto de un orgasmo, como en efecto así fue, sintió como comenzaba a temblar y tensar su cuerpo, lo demás solo fueron gritos y gemidos de placer.
-AAAAA UUUUU SIIIIII SIIIII MAAARIIIOOOO QUEEEE RIIIICOOOO MEEE COOOGEEEES UUUU MIIIIAAAMOOOOR SIIIIII SIIIII
Mientras su vagina le daba el beso más rico que una mujer le puede dar a un hombre, sintiendo como los músculos de su cuca comprimían su dura estaca de carne que se negaba a soltar leche por ahora, mientras la mujer seguía orgasmando sin poder controlarse.
-MAA, MAARIIIO SIIII MARIO, MARIO, MARIO, MARIO QUEEE RIICAAA ME HACES SENTIR, TEEE AAAMOOO TEE AAMOO MIIIAMOOOOR MAARIIIOOO, EEEREESS LOO MEEJOOOR QUEEE ME HAA OCURRIDO EEEN LAAA VIIIDAAA MIII AAMOOOR.
Con esto lleno de besos al hombre, y por increíble que parezca Sandra estaba consciente de lo que decía, la otra vez igual se lo dijo en aquella cabaña al lado de su marido, pero esta vez estaba decidida a tener algo enserio con el viejo, claro esto iba a depender de varias cosas.
Pero tenía que reconocer que en definitiva el viejo le llenaba algo más que la vagina, y todo esto era un pensamiento interno de ella, ya que no pensaba decirle nada, solo quería que el fuera su amante, por su puesto a escondidas de su esposo y de ser posible de sus amigos.
Mario aún no había acabado así que ahora comenzaría con sus penetraciones, más profundas y seguidas, así que el hombre es un movimiento rápido se la sacó. Se levantó un poco para hacer más fuertes sus penetradas, mientras Sandra veía como esa gran vara entraba y salía una y otra vez moviendo todo su cuerpo,
Por lo que la mujer abría su boca, como dándole espacio a semejante trozo de carne
-MARIO, MARIO SIII SIII SIII QUEEE RIIIICOOO MIIII AMOOOOR SIIIIGUEE SIIIIGUEEE AAAAUUUUMMMGGG
la infiel mujer ya no le importaba que tan duro se la metiera, solo seguía soportando la gigantesca macana, dándole besos al hombre, para demostrarle cuanto le gustaba
Para nada se acordaba de su marido, ni si era una mujer casada, este momento para ella era de puro sexo, que estaba más que segura que de alguna forma los volvería a repetir las veces que fueran necesarias.
También seguía bajando la vista para poder ver entre los dos cuerpos, esto le gustaba, para tener ese recuerdo cuando estuviera a solas en su cuarto.
Ese mismo morbo la hizo tener otro orgasmo que la sorprendieron tanto a ella como al hombre
-AAAAAAAUUUUUMMMGG MAAAARIIIIIIOOOOO AAAAAAUUUUUMMMGG SIIIIIII QUEEEE RIIIIICOOOOOO
Luego Sandra lo abrazo, queriéndolo tener pegado a ella.
Sintiendo como le palpitaba y crecía el miembro adentro de su vagina, también ya sabía que estaba a punto de eyacular, así que lo soltó para que el tomara la posición que quisiera, este se levantó y la divina mujer dejo sus piernas abiertas todo lo que pudo como una ranita de laboratorio
Estando los dos de frente ella aun boca arriba, el viejo se la comenzó a meter lo más profundo que podía tratando de contener su eyaculación, haciendo sus mete y saca un poco más lentos, también comenzó a jugar con su clítoris, volviendo a encender a la mujer que comenzó a gemir nuevamente mientras se mordía los labios
-maaaaartiiiinnnn meeee vaaaas a maaaataaaar deee guuustoooo miiiaaamooor
La casada casi nunca lo llamaba por su nombre original, pero esa vez se le ocurrió por el morbo de recordar el día que lo conoció junto a sus amigos.
El hombre se comenzó a mover tan fuerte que la cama rechinaba a punto de reventarse, por el movimientos de los cuerpos, ese sonido llegaba a los oídos de la infiel mujer, llenándola de más morbo y como pudo comenzó un frenético movimiento de caderas a la misma velocidad que la de su amante, soltaba tantos jugos que estos salpicaban cada vez que chocaban sus cuerpos y Sandra ya gritaba con toda la lujuria del momento, sin importarle que alguien la pudiera escuchar
-SIII SIII, AAASIIÍ MAAARTIIINN, MAAARTIIINN, QUEEEÉ RIIICOOO MEEE COOOOGEEES, SIIII QUEEEE MIEEEMBROOO TAAAN RIIICOOO TIIIEEENEESE MAAARTIIINN SIIIII NOOOO MEEEE LAAA SAAAQUEEÉS, SIIII SOOOY TUUUYAAA, CÓOOGEEEMEEE LAAAS VEEEECEEES QUEEE QUIIIEEERAAAASSS MIIII AAAAMOOOOR SIIIII, SIIIII, COOOOGEEEEMEEEE COOOGEEEMEEEE RIIIICOOOO.
Sus propios gritos la tenían loca de placer, hasta que sintió como el miembro del viejo crecía y se ensanchaba dentro de ella, en seguida sintió como un potente chorro de leche chocaba contra las paredes de su útero que casi podría jurar que la leche estaba llegando directo a sus ovarios, le paso por su mente quedar en estado del hombre, sus pensamientos se cortaron al sentir que le sobrevino otro orgasmo, al sentir como Mario no dejaba seguía derramando leche en su vagina. Esta vez los dos gritaron al Unísono
-AAAAA SIIIII TOOOOOMAAAA MIII LEEEEECHEEEEE RIIICUUUURAAAA, QUIIIEEEROOOO QUEEE TEEE SAALGAAA POOOOR LAAA BOOOOCAAAA, CUUUANNTOOO EEEXTRAAÑABAA EEESTAA CUUCAAAA
-AAAAA SIIIII QUEEEE CAAALIIIIEEEENTEEEE EEEEESS TUUUU LEEEEECHEEEE VIIIIIEEEJIIITOOOOO DAAAMEEELAAA TOOOODAAAA Y PREEEÑAAA…
La catira estuvo a punto de decir que la preñara, pero recapacito y prefirió comentarle por todo el líquido caliente que sentía adentro de ella que debería estar saliendo por el borde de su panocha.
-Maariioio pooor diiooios dee dóondee saacaaas taaantaaa leeecheee?
-se la tenía acumuladita para usted patroncita, de tanto tiempo que me tenía abandonao
La catira cerro los ojos, ya que le hizo acordar de todo lo que vivió en la finca, así que prefirió cerrar los ojos, para seguir gozando, como sentía el miembro pulsando dentro de ella, de seguro soltando las ultimas gotas de leche por esa noche, además que ella aún sentía los estertores en los músculos de su vagina, fue tanta la leche que el viejo le deposito que esta le comenzó a salir por los lados de sus labios vaginales, mojando las sabanas
La mujer que en algún momento quedo de lado, flexiono las piernas para quedar otra vez boca arriba y el hombre se volvió a costar sobre ella, volviendo a enfundar su miembro en la pulsante vagina de la casada.
Mario estaba dispuesto a seguir, por eso no se la quería sacar a ver si volvía a calentar a la bella casada, aunque sabía que no era conveniente que a su jefa le fuera agarrar la noche donde vivía, pero también sabía que si le daba dinero a sus amigos, serían capaces de amanecer cuidando el carro, mientras tomaban y escuchaban música.
Como transmisión de pensamientos, la catira supuso algo parecido, y aunque sentía como el miembro del viejo palpitaba dentro de ella, no tan duro como al comienzo, pero sabía que ese animal podría recobrar vida otra vez, así que le dijo.
-Mario ya levántese, que debo arreglarme para irme
-patroncita porque no se queda esta noche conmigo, me aria el más hombre las feliz del mundo, ándele, solo esta noche
-no Mario como se le ocurre pedirme eso? Así quisiera no puedo, soy una mujer casada y mi marido me está esperando en la casa.
-está bien, entonces solo un horita más, yo la acompaño hasta su casa y le digo al patrón que se le presento un problema y yo la ayude, luego yo me vengo caminando a la casa como siempre.
-hay Mario por favor no insista, ya le dije que no puedo, entiéndame, la verdad que no debo
El hombre viendo que en verdad la chica tenía razón tuvo que aceptar que por esa tarde ya estaba más que satisfecho.
-jejeje es verdad tiene razón, pero patroncita dígame que si podemos repetir otro día, si no podemos aquí soy capaz de reunir para poder pagar un hotel
Mario no lo sabía, pero Sandra ya había pensado en ser su amante, pero tampoco se lo podía decir abiertamente, él tendría que darse cuenta de su decisión por sí solo, además que tendría que pensarlo muy bien, no le convenía hacer pública una relación como esa, así que le dijo para tranquilizarlo
-hay que cosas dice Mario? Yo no puedo ir a un hotel con usted en este pueblo, todos se enterarían de alguna manera, tal vez pudiéramos ir a otro sitio, solo pórtese bien y ya veremos.
Pero viendo la cara de tristeza del viejo le dio un beso, donde duraron varios minutos jugando con sus lenguas.
-ya y no pongas esa carita, estoy segura que algo inventaras, siempre me convences viejito pícaro, además ya te di tu regalo, que más quieres
Sus palabras llenaron de aliento al viejo, sabia con esto que pronto volvería a repetir con la bella mujer así que le dijo.
-si es el mejor regalo que he recibido en mi puta vida, cuenta con mi discreción catira linda,
Con esto repitieron el beso y a duras penas el viejo se tuvo que separar de la exquisita mujer, que todavía irradiaba belleza, a pesar de la larga faena de sexo.
Cuando el hombre le saco su tolete de carne la mujer, sintió como tenía su abertura vaginal bastante dilatada
Y sentía como bajaba la leche del viejo mojando su ano
Con vergüenza cerro las piernas rápidamente, para que el hombre no la siguiera viendo, y con descaro el viejo le dijo
-jejejeje la deje llenita patroncita
La mujer sonrió y después le dijo,
-por favor me puede prestar el baño?
Hubiera querido pedirle una toalla pero, también le dio pena, así que solo pensó en ir rápido al baño, pero cuando salió de la cama sintió una molestia en su vagina y con vergüenza tuvo que caminar un poco abierta por el fastidio en su entre piernas, además de la gran cantidad de semen que corría por sus piernas
Mario no dejo de verla hasta que se encerró en el baño. La mujer se lavó como pudo, ya que no pensaba bañarse sin nada en los pies, al finalizar se acordó que su vestido, estaba afuera así que salió tapándose los senos, hasta donde cubría una franela que agarro del viejo y que también utilizo, para secarse.
Al salir del baño él ya se había vestido, así que rápidamente se puso el vestido dándole la espalda, ya que no le quitaba los ojos de encima, luego busco su bikini y no lo vio en ninguna parte, pero se acordó que una vez Melanie, le dijo que los hombres en especial los viejos tenían un extraño fetiche por la ropa interior de las mujeres, por lo que supuso que Mario la debió agarrar y como no quería darle más vuelta a la situación, sabiendo que este no se la daría le dijo.
-por favor si llega a ver mi bikini me lo guarda, no sé dónde lo puse.
Al ver su reloj supo que había pasado mucho tiempo en casa del viejo, ya que había llegado como a las 3 de la tarde y ya eran las 7 de la noche, sabiendo que ella llegaba a su casa máximo a las 6pm, antes de salir Mario le interrumpió el paso y le dijo
-patroncita quería pedirle dos cositas y no me valla a decir que no por favorcito
-está bien Mario dígame rapidito, que será? a ver si está a mi alcance
-bueno solo que por favor no nos ignore, o mejor hablo por mí, yo quisiera que en las mañanas, cuando salga a su chamba, me conformaría no se? Con una sonrisita suya o tan siquiera una miradita, eso me alegraría el día, llenaría de fuerza hasta poder esperar un tantito como el de hoy.
El hombre vio que la mujer iba a decir algo, pero la interrumpió siguiendo con sus pedidos.
-ah y la otra cosita que le quería pedir y perdone de verdad el abuso, usted tiene un cuerpito muy rechulo, como dicen por ahí, usted tiene el mejor culito, que ha llegado a este pueblo jejejeje, por eso me gustaría que me dejara ver solo un poquito de sus bellas piernas, y lo que pueda cuando ande, por allá en su casita, hasta cuando se valla a su chambita jejejeje
Al terminar la bella rubia se rio diciéndole
-ahí Mario que cosas dice, no le parece que este vestido ya es bien corto? Más de esto sería estar desnuda, y no puedo andar por la calle enseñando todo.
Pero se sintió alabada por sus cumplidos repitiendo en sus pensamientos (usted tiene el mejor culito que ha llegado a este pueblo) no tenía idea de porque lo había dicho, ya que ella veía a muchas mujeres con mejores cuerpos que el de ella, aunque, tal vez a ella la veían diferente al ser de la capital, lo cierto es que el viejo, la estremeció con sus palabras y para no darle más larga al asunto, prefirió despedirse de una vez. Le iba a dar un beso en la mejilla al hombre pero por un extraño impulso le dio un beso en la boca
Con la excusa de Volver a desearle un feliz cumpleaños, el muy abusador aprovecho llevando sus manos a sus nalgas amasándoselas con fuerza, que la casada tuvo que apartar, ya que tenía la intención le levantarle el vestido, luego se acordó que le quería decir algo, y decidida se lo dijo
-para la próxima córtese los pelitos de allá abajo, ya que molestan mucho en la nariz.
Mario abrió los ojos como plato y le pregunto
-que me corte que cosa??
Sandra sencillamente lo miro a los ojos sin decirle nada, y se giró para luego ella misma abrir la puerta un tanto apenada, por lo que dijo.
Esto era algo que no creyó necesario decirle, pero sabiendo que de seguro otro día le tocaría, tener que llevarse su cosa a la boca, indudablemente lo quería sin pelos, también hubiera querido decirle que se lavara antes, pero no tuvo el valor, solo esperaba a que el viejo la entendiera, ya que su marido era al único hombre que se lo había hecho si es por lo legal, siempre tenía toda esa zona sin un solo pelo, y aseada, aunque el olor a macho le gustaba, mas no donde se notaba el mal aseo.
Mario seguía como en show por lo que le dijo la rubia, está ya estaba saliendo de la casa y ya afuera la rubia se asombró por el ambiente de la calle, había mucha gente afuera de sus casas, hablando, riendo, tomando, otros jugaban domino, al fondo muchachos jugando pelota, música que provenía de las casas, nada que ver por donde ella vivía, donde la gente era mucho más tranquila y eso solo se veía cuando era algún día especial, los hombres que estaban cerca se le quedaron mirando apenas salió de la casa de Mario,
Hasta unos muchachos que ya le iban a decir algún piropo, pero cuando vieron la cara del viejo se abstuvieron, y Sandra para no dar la vuelta al carro, por temor a que alguien la reconociera, acciono el seguro de la puerta del carro y entro por la puerta del copiloto, alegrándole la vista al viejo, ya que iba sin ropa interior.
Al tratar de salir con su carro, tuvo que maniobrar un poco por haber otros carros y a la final salir de retroceso con mucho cuidado porque habían, muchachos jugando y corriendo.
Por el camino quiso llamar a su esposo ya que tenía remordimiento, por haber pasado la tarde haciendo el amor con uno de sus empleados, pero se abstuvo ya que tendría explicarle el porqué de su demora, así que ya le inventaría algo, apenas salió de la calle donde vivía Mario, por alguna razón se acordó de Fidencio, imagino debía vivir cerca, hasta de repente le llego a la mente la noche, en la que el viejo se aprovechó de ella, esa noche, el viejo la tomo desprevenida y la hizo conocer un mar de sensaciones, que difícilmente podría borrar de su mente, algunas veces trataba de borrar todo eso, teniendo relaciones con su marido, pero disfruto tanto con los dos, que de solo recordarlo hacían que su vagina se humedeciera,
Y sea como sea Fidencio fue el que tuvo el coraje que ninguno de sus amigos tuvo, ni en su época de estudiante, por esto no podía dejarlo a un lado, a pesar del encuentro que acababa de tener con su mejor amigo, definitivamente los dos viejos la llenaban como mujer, aunque amaba a su esposo, pero como si el encuentro que acababa de tener con Mario, hacían que todo en ella debería de cambiar, a pesar que estuvo un mes rehuyendo de ellos.
Pero ahora reconocía que le hacían falta, no claro tampoco se iba a emputecer con ellos, pero ya pensaba cumplir con uno de los pedidos de Mario, ya que estaba dispuesta a coquetearles en las mañana antes de irse a su trabajo, además que le gustaban las miradas lujuriosas, algo común en las mujeres, cuando se sienten admiradas por machos como ellos a pesar de sus edades.
Ella sin saber al parecer quería justificar el poder estar con los viejos, sin saber que esto era apenas el comienzo de los cambios que estaba empezando a vivir, en su vida sexual, creyendo que estas travesuras, eran solo pasajeras.
Sin darse cuenta ya estaba a una cuadra de su casa, el recorrido desde la casa de Mario a la suya eran solo como 5 minutos en carro, solo que ella se detuvo en todos los semáforos que encontró y algunas veces hasta permaneció detenida, solo para pensar en las transformaciones que estaba viviendo desde que se vino a vivir a este pueblo con su esposo
Estando frente al portón del estacionamiento accionó el control en forma inconsciente, un timbre anunciaba que ya estaba abriendo, al terminar de abrir vio el carro de su marido estacionado, ahora le tocaba inventar algunas mentiras, ya que al salir de la casa de Mario, solo se secó el semen que tenía en sus partes íntimas, y tal vez hubiera sido mejor darse un baño rapidito, pero en ese momento solo quería salir de su casa y llegar a la suya, y lo peor es que sentía un fuerte olor a macho, se tocó su intimidad y vio que todavía le salía semen, se miró en un espejo y fue cuando se percató que tenía una parte de su cabello con algo reseco, enseguida supo que era parte del semen que le había caído, cuando el viejo le acabo en la cara, así que rápidamente se pasó un peine, para tratar de mejorar su aspecto, pero no podía estar mucho tiempo en eso. Estando en la casa, tenía que entrar, ya que su marido podía salir a revisar si era ella, se hecho perfume así que respiro profundo, y salió del carro rumbo a la puerta de la casa.
Ya adentro fue directo a la cocina para dejar unas cosas que compro, cuando salió en la mañana, escucho la ducha del baño de cristina, por lo que supuso que se estaba bañando
Subió a su habitación ligando que su marido, no se diera cuenta de su aspecto y para su suerte escucho que también estaba en la ducha, respiro aliviada ya que ese era un punto a su favor, ya que así no le iba a poder dar el beso que se daban, abrió la puerta y lo saludo desde donde estaba.
-hola papito ya llegue.
-hola bebe como estas, no escuche cuando llegaste, porque te tardaste? tuviste algún problema?
-no mi vida, solo que hubo un corto circuito en el edificio del consultorio, y me quede hablando con Ofelia esperando a que regresara la luz, que a la final no llego y no me di cuenta de la hora
La infiel mujer con una bella sonrisa termino su argumento.
-eso suele suceder, ya termino para que te bañes
-no mi amor no te preocupes, me puedo dar una ducha rapidito en el otro baño y luego te preparo algo de comer
- está bien, pero no tienes por qué preparar nada, cristina ya nos hizo una ensalada.
-ah qué bueno papi, entonces nos vemos en un ratico,
La casada agarro su bata de baño, y se dirigió con premura al baño de abajo, ya que sentía como de su vagina seguía saliendo semen. Se quitó la ropa y por ahora solo quería borrar de su cuerpo toda evidencia del encuentro con el viejo.
A la final con su preocupación no se dio cuenta que su marido, casi nunca se baña a esa hora, ya que él lo hace apenas llega.
Por ser jueves, al día siguiente les tocaba un día normal de faena, así que al rato después de comer, se fueron a su habitación, y cristina se encargó de recoger todo, mientras la pareja subía a su cuarto, Sandra antes de acostarse se dio una ducha vaginal y se hecho una crema, que le recomendó su ginecóloga para cuando tuviese un prolongado encuentro sexual, al salir del baño su esposo ya estaba en la cama, con besos se dispusieron a dormir, Rodrigo pensando en lo coqueta que resultaba cristina y Sandra con el dilema con los viejos.
Cuando Sandra se levantó ese viernes, su marido ya no estaba en la cama, luego como siempre, su marido salió antes que ella, cuando ya estaba lista, salió y se encontró que los viejos, a parecer acababan de llegar, así que al salir los vio como si los dos buscaran algo en el cuarto al lado del estacionamiento, y con descaro vio que Fidencio le daba un codazo a Mario indicándole que ella iba saliendo de la casa, camino coquetamente como si no los hubiera visto.
La bella mujer iba con un vestido blanco, que se le pegaba al cuerpo, como siempre un poco más arriba de la mitad de sus piernas, los viejos se maravillaron cuando la vieron y Fidencio estuvo a punto de acercársele, con la intención de decirle algo, pero Mario lo retuvo diciéndole que se esperara, la chica se acordó de uno de los pedidos de Mario, así que abrió la puerta del carro, he hizo que iba a buscar algo en el asiento del copiloto, colocando una rodilla sobre su asiento, dejando que los hombres le vieran el trasero
Que maravillados hasta le pudieron ver algo que debió ser su ropa íntima, luego la casada, se acomodó en su asiento y cerró la puerta del carro, sin voltear a verlos, pero sabiendo que los viejos la habían visto, cosa que comprobó al verlos a través del vidrio ahumado del carro, sonrió para ella misma y luego salió de la casa
El día transcurrió como siempre, pero al llegar a su casa se enteró que su marido al saber del cumpleaños de Mario, le dijo que el sábado le invitaría unos tragos a los 2 viejos, en la piscina de su casa, ya que justo ese viernes los hombres la llenaron para ver si todo estaba bien, antes de inaugurarla formalmente.
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