Cambio radical en familia #3

Sandra empieza a instruir las “clases” para su hermana

La charla

Sofía estaba parada en el pasillo frente a la habitación de su hermano y si escuchó bien su tía le dijo a este que se marturbara, quería mucho a su tía pero a veces podía ser muy rara.

— Ven, vamos a mi habitación — lo que le acababa de decir su tía la sacó del trance en el que estaba, Sofi supuso que quería que la acompañara a su habitación para seguir conversando.

Al llegar a la habitación su tía se acostó en la cama y le hizo gestos para que esta también lo hiciera.

— Acá podemos seguir hablando tranquilamente, por cierto, no deberías tratar a tu hermano de esa forma, casi pareces que lo odias.

— Lo hago, en verdad lo odio — Sofía no estaba siendo del todo honesta, no odiaba del todo a su hermano pero esta vez estaba muy molesta con él.

— Claro que no lo haces, tú lo amas, cuando eran pequeños siempre buscabas que jugaran juntos, era muy adorable, ¿qué pasó con ustedes si eran tan amigos?

— Lo qué pasó es que crecí, me empecé a juntar con mis amigas y no con mi hermano menor, es lo más normal del mundo, la gente madura.

— Oh por favor Sofía, no sabes cuánto me hieren esas palabras, nunca se es demasiado viejo para ser amigos con tu hermano, míranos a tu mamá y a mi.

— Pero si mamá y tú no son tan cercanos, no creo que sean un buen ejemplo.

— Pues yo no sé si tu mamá piense lo mismo, pero yo la considero como mi mejor amiga, me hiere que no sientas lo mismo hacía tu hermano.

— Pero es que… — a Sofía se le estaban acabando los argumentos — él es un pajero y un perdedor, ¿acaso no escuchaste como se refería de mis amigas?

— A qué te refieres, en ningún momento se sobrepasó con tus amigas, solo es un poco penoso y no se sabe expresar — Sandra pensó “más bien hizo comentarios sobre ti y no tus amigas”

— Pero igual, ya no se si quiero que vengan mis amigas acá sabiendo que él va a estar pensando eso.

— Sinceramente qué más esperas, es un joven de 18 años con las hormonas alborotadas, las dos vimos lo cómo se le paraba solo por unos cuantos pensamientos, estoy segura de que no lo hace de mala manera, además, deberías ayudarlo presentándole alguna de tus amigas, ya sabes, para que gane un poco de confianza en sí mismo.

— No lo pienso ayudar en nada, simplemente no quiero.

— Se que te preocupas por tu hermano y eventualmente lo ayudaras; ahora creo que ya es tiempo de terminar con nuestra conversación, planeo tomar una siesta.

— Como digas tía, te dejo sola — Sofía se paró de la cama para salir de la habitación.

— ¡Espera! — dijo Sandra mientras le agarraba la mano a Sofía para que no se fuera — quiero hacerte una pregunta, en la casa que está enfrente de mi ventana he visto varias veces pasar a una mujer, ¿como se llama?

— Oh creo que te refieres a Paola, allá adelante se mudaron hace poco una pareja joven, ¿a qué viene la pregunta?

— Nada Nada, pura curiosidad, ya te dejo ir

Así Sofía se fue de la habitación de su tía y llegó directo a su habitación, había escuchado a su madre decir lo rara que era su tía, antes no lo creía pero lo de insinuar que su hermano se hiciera una paja justo después de hablar con ellas le pareció muy extraño. También le pareció muy extraño oír cómo se abría la puerta de la habitación de su tía, se supone que iba a dormir, pero seguro tendrá sus razones.


Sandra se escabulló hacia la habitación de su hermana sigilosamente para que nadie la escuchara, la habitación estaba vacía, justo lo que necesitaba, tomó rápidamente la cámara polaroid y se fue hasta su habitación, ya estaba lista para preparar su clase, solo faltaba poner seguro a su cuarto para asegurarse que nadie entrara y listo.


Sandra estaba sudando en su cama, sentía como le faltaba el aire , eran las 5:50, ya casi era hora, se paró y fue a su baño, primero se sentó en la taza del retrete y pensó si lo debería hacer, no dudo mucho, tomó una ducha rápida, se secó y fue caminando desnuda hasta la ventana, justó como pensó, la vecina de enfrente también se bañaba a esa hora y tenía la costumbre de aplicarse crema corporal frente al espejo junto a su ventana, no debía esperar que alguien la viera, después de todo la única forma que la vieran es desde el cuarto de huéspedes de la casa de enfrente , pero ella no sabía que la habitación que normalmente estaba vacía ahora tenía una nueva dueña.

Sandra sacó un frasco con crema corporal, se aplicó un poco en la mano y empezó a esparcirlo por su cuerpo, cada cierto tiempo levantaba la mirada para ver si su vecina había captado lo que hacía, se demoró tiempo extra para ponerle crema a todo su cuerpo desnudo para que su joven vecina la descubriera, y así lo hizo, cuando la joven de enfrente terminó de aplicarse crema se percató que su vecina la estaba copiando, en su cara se formó una medió sonrisa y pasó a cambiarse, pero en ningún momento hizo el ademán de taparse.

Cuando su vecina se terminó de cambiar ya no tenía sentido en seguir echándose crema, se puso una pijama ligera sin sostén y con ropa interior de un personaje animado, nada glamoroso, pero eso sí, muy cómodo. Le mando un mensaje de texto a su hermana diciéndole si podía venir a su cuarto, y dicho y hecho, a los 10 minutos escucho como tocaban su puerta.

— Ya estoy aquí, ¿qué quieres? — dijo María por fuera de su habitación.

— puedes pasar— Sandra vio como su hermana entraba a su habitación, tenía puestas ropas demasiado recatadas para estar un sábado en su casa, o por lo menos eso le pareció a ella — que fría hermana, porque me tratas así, después de tantas cosas que he hecho por ti — esto lo dijo de forma de broma.

—  Sí sí, lo que sea, ¿qué quieres?

— Primero toma asiento — le señaló a su hermana que se acomodará en su cama, María dudó un poco pero lo hizo.

Sandra se paró un momento para tomar una caja de zapatos que tenía sobre una mesita, después se sentó al lado de su hermana.

— Doy por comenzadas nuestras clases, voy a hacer uso de estas fotos para ilustrarte — tomó la primera foto que tenía, esto siempre tapando la caja para que no se pudiera ver su interior.

En la foto se podía ver a Sandra en frente del espejo del baño sosteniendo la cámara polaroid que le dio a su hermana.

— Hija de puta, porque usas mi cámara.

— La cámara que te regale, y fue solo un momento para tomar unas cuántas fotos, ya la regresé a tu cuarto.

— ¿¡Y a ti quien te dio permiso de entrar a mi cuarto!? — si algo le molestaba a María era que tomaran sus cosas.

— No empecemos con lo de siempre, ya lo hecho hecho está — Sandra puso la foto que sacó a un lado — Esa primera foto fue para probar la cámara, voy a sacar otra.

La siguiente foto era casi idéntica a la anterior, misma pose y todo, solo que en esta Sandra se encontraba sin ropa.

— ¿Si la anterior fue para probar la cámara para que es esta? — María le quitó la foto a su hermana — ¿para mostrar tu falta de tetas?, en serio hermanita, estás peor de lo que pensé.

— No todo el mundo puede tener esas pechugas qué traes tú, pero eso no significa que no tenga nada más — Sandra sacó otra foto de la caja y se la pasó a su hermana.

En esta foto se podía ver un primer plano del culo de Sandra llevando solo ropa interior de hello kitty, ese era un punto para la hermana menor, Maria no tenía forma de compararse con ese tremendo culo.

— Pues sí muy lindo, ¿pero no tenías una tanga más sexy, lencería o algo así?, parecen las que usaba Sofía cuando tenía 10 años — María intentaba amortiguar la derrota aplastante que le dio su hermana.

— Para tu información son extremadamente cómodas, es casi como no tener nada puesto, de hecho ahora mismo tengo una puesta, pero esas no eran las fotos que te quería mostrar, esas son para mi, las siguientes si forman parte de la clase.

Sandra sacó otra foto, en esta estaba su mano sosteniendo el árbol de metal que María no supo que era.

— Mira, esto se llama un buttplug, es para el juego anal

— No no no, yo mejor me voy — María hizo en intento de pararse pero su hermana se lo impidió.

— Nada de eso, necesitas aprender esto, no es la gran cosa, te va a gustar —  Sandra sacó otra foto.

En esta foto se ve un frasquito de lubricante, no era el mismo que le regaló a su hermana, este era para todo tipo de usos, no solo anal.

— Mira, en lo que te regalé hay un lubricante, pero ese no es como este que se ve en la foto, el que te di es especial para juego anal, ese hace que no te duela al momento de la penetracion.

Sandra volvió a sacar una foto de la caja, en esta se veía como esparcía el lubricante en el buttplug.

— ¿Ya ves? Hay que hacerlo de esta manera, ahora, no quiero que vayas a formar un escándalo ¿ok? — no le dio tiempo a su hermana a responder cuando ya había sacado otra foto.

En esta foto se veía como Sandra se abría de par en par el culo para echarse lubricante en su ano.

— ¡Que asco, eres una enferma! — Otra vez María intentó irse pero su hermana la agarró.

— No vayas a empezar, no te hagas la santa, yo se que no es la primera vez qué haces algo relacionado con el juego anal.

— Yo nunca haría eso — María estaba furiosa

— Ya lo hiciste, recuerdo una vez te encontré en tu habitación con el culo bien abierto, no pude llegar a ver qué te estabas metiendo, pero estabas muy dilatada, y no vayas a decir que eras joven en ese entonces porque ya tenías la edad de Sofía en ese momento.

María había suprimido esa memoria de su cerebro, pero era verdad, se quedó callada porque no tenía que responder, en eso Sandra sacó dos fotos.

— Mira — Sandra se refería a la primera de las dos fotos, ahí se podía ver como intentaba meterse el buttplug — y una vez lo logras introducir queda así — en la segunda foto se veía como Sandra tenía el buttplug bien enterrado en el culo, solo sobresalía la parte plana decorada con una gema falsa.

Créeme hermana, una vez lo haces se siente muy bien, también cuando lo metes y lo sacas, por eso te di dos, uno pequeño para que te vayas acostumbrando y uno grande para cuando tengas más experiencia.

— Espera, ¿ese que estás usando es el mío?, para que me lo das si vas a terminar usándolo tú.

— Claro que no, ese es uno mío, solo que te compre uno igual, así tenemos un par las dos.

— ¿Un par las dos?, deja de hablar como si fuéramos unas gemelas que se visten juntas, yo no quiero usar eso, gastaste tu dinero comprando eso, si quieres quédatelos tú y métete todas las cosas que quieras por el culo, pero a mi no me metas en tus cosas.

— Lo regalado no se devuelve, ahora eso es tuyo, y porfa quita esa cara como de oler mierda que pones siempre — Maria frunció el ceño — Estoy segura que lo siguiente te va a gustar más.

Sandra sacó otra foto, ahora se veía ese tal gel estimulante para el clítoris, María no lo utilizó porque no supo que era.

— Ahora necesito que te acuestes — le dijo a su hermana mayor mientras ella buscaba algo en un cajón de su mesita de noche, su hermana se acostó a regañadientes.

ahora saca la siguiente foto de la caja — Mari le hizo caso y sacó la foto, en esta se veía a su hermana en tetas sosteniendo el tubito de gel estimulante — a pesar de su nombre este gel se puede utilizar para más cosas que solo el clitoris.

Sandra puso sus piernas a cada lado de su hermana y se colocó encima de ella, le mostró que en la mano tenía un tubito igual que el de la foto.

— Ahora sí me disculpas, tengo que liberar estas — Sandra le alzó la blusa a su hermana —también voy a tener que sacar esto — con un dedo apuntaba a el sostén de su hermana, esta estaba apunto de decir algo cuando fue interrumpida — saca otra foto.

En la siguiente foto Maria vio como su hermana menor se rociaba ese gel por sus pezones de color claro, se distrajo tanto que no se dio cuenta cuando su hermana movió su sostén y liberó sus tetas.

— ¡Oye, quítate de encima!, ¿qué vas a hacer?

— No voy a hacer nada que no te guste, yo te conozco — Sandra se echó un poco del gel en sus dedos y empezó a rociarlos por los pezones más oscuros y grandes de su hermana — ahora vas a ver qué pasa .

Mari empezó a sentir como sus pezones se calentaban, pero al mismo tiempo el gel era fresco, esto hizo que sus pezones se pusieran tan duros como para rayar diamantes.

— Todavía no has visto lo mejor — Sandra se acercó a las tetas de su hermana y comenzó a soplarles un poco a los pezones —¿cómo se siente eso eh?

— Ufa — Maria soltó un jadeo — deja de hacer eso.

— ¿Por qué lo voy a dejar de hacer si te encanta? — Sandra se recostó en las tetas de su hermana como sí de almohadas se tratasen — de hecho ahora tengo ganas de hacerlo yo.

Se recompuso, se quitó la parte de arriba de la pijama y se aplicó también un poco de gel.

— Ahora te toca a ti — la menor acercó sus pequeñas tetas a la cara de su hermana

— ¿Ahora me toca hacer que?, no te voy a chupar las tetas.

— ¿Quién dijo algo de chupar?, me refiero a que soples como te hice yo, no alcanzo yo misma a hacerlo

— No voy a hacer eso, ponte frente a un ventilador si quieres

— Ash, siempre es lo mismo, yo hago una cosa y tú no puedes devolver el favor, te juro que si lo haces yo te voy a volver a soplar a ti, ¿está bien?, por favor hermanita

María suspiró, cerró sus ojos y empezó a soplar a la dirección donde estaban los pezones de su hermana

— ¿Así está bien? — Mari al abrir los ojos vio como su hermana tenía la cara colorada — Ahora apúrate y haz lo mismo

Sandra sin rechistar empezó a soplar en los peñones de su hermana uno a uno, se tomaba su tiempo para hacerlo bien, también le agarró las tetas y las junto para hacer el trabajo más cómodo

— Ese regaló si me gusta, todos deberían ser así, y no como la mierda esa para hacer anal — María empezó a soltar la lengua por el efecto de lo que le estaba haciendo su hermana — ya quiero mostrárselo a Pedro.

— Y no has visto nada, este no es el mejor de sus usos — Sandra junto las tetas de su hermana y les dio unos cuantos besos — adoro estas tetas, ojalá yo las tuviera así, ahora te voy a mostrar todo lo bueno que tiene que ofrecer este gel.

María por estar caliente no se escandalizó tanto porque su hermana le besara las tetas, pero se iba a asegurar de hacerle saber lo equivocado que estaba eso, pero lo haría después de ver que iba a hacer su hermana, de momento se estaba poniendo más gel en su mano derecha y se quitó de donde estaba para quedar a su lado izquierdo.

Sandra con los dedos llenos de gel fue metiendo su mano en la tanga de su hermana, pero esta la detuvo antes de que tuviera contacto con su piel.

— ¿Q-Qué piensas hacer?

— Pues el producto se llama gel estimulante del clítoris, ¿qué crees que voy a hacer?

— Pero tú no deberías hacer eso.

— Upss — Sandra bajó la mano y tocó los labios carnosos de su hermana y empezó a buscar su clítoris, cuando lo encontró le echó el gel y lo empezó a masajear haciendo círculos con los dedos.

A Mari se le salió un gemido, pero rápidamente se tapó la boca con sus manos, aunque esto fue muy tarde, ya su hermana la había escuchado.

— ¿Viste?, sabía que te iba a gustar — Sandra levantó las piernas y se quitó todo lo de abajo, agarró la mano de su hermana e hizo que esta siguiera masajeando su clítoris — ahora tú sigue mientras yo hago lo mismo — Sandra se echó gel en sus dedos y se lo puso en su clítoris.

María vio como a su izquierda su hermana estaba directamente haciéndose una paja y ella tenía un gel en su clítoris, este le exigía que ella también se masturbara y así lo hizo.

Las dos hermanas se empezaron a masturbar, Sandra estaba completamente desnuda y María aunque tenía toda su ropa tenía las tetas al aire y se masturbaba por debajo de la tanga que tenía puesta; en ese momento algo interrumpió a María, era la voz de su hermana.

— Mari, este no es el mejor momento pero… — Sandra intentaba hablar pero necesitaba hacer pausas para tomar aire — no es el mejor momento pero, creo que deberías ser menos estricta con tus hijos, deberían… poder salir sin preocupaciones.

— Cállate — La mayor tenía los ojos cerrados mientras intentaba concentrarse.

— todavía… no me voy a callar, tenía pensado llevarme a los niños a dar un paseo mañana, piénsalo bien, así Pedro y tú pueden pasar cogiendo todo el día, así… todo el mundo gana — a Sandra le costaba horrores hablar en ese momento, ya estaba muy cerca de llegar al orgasmo.

— Sí, sÍ, está bien — en cuanto Mari escucho que podía pasar el día teniendo sexo acepto sin pensarlo.

María llegó al orgasmo primero, lo hizo mordiéndose los labios para no hacer mucho ruido y pellizcándose los pezones con la mano izquierda mientras se masturbaba con la derecha, Sandra llegó a notar cómo enroscaba los dedos de los pies mientras llegaba al orgasmo.

— Ufff — Maria esperó a que su hermana llegara al orgasmo también, cuando está lo hizo se acomodó su ropa y estaba lista para irse sin decir nada, pero fue interrumpida por su hermana.

— ¡Espera! — dijo Sandra a la que le faltaba el aire — llévate la caja, ahí hay más fotos y explicaciones en la parte de atrás, mañana cuando me vaya con los niños úsalos con Pedro, y no te olvides de tomar fotos.

María tomó la caja y se acercó a la puerta sin decir nada, no sabía lo que podía salir de sus labios.

— ¡Otra cosa más! — Mari dio la vuelta para ver qué quería esta vez su hermana — ¡Te quiero mucho hermanita! — esto lo dijo mientras le tiraba un beso con la mano, María sonrió y salió de la habitación.


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