Cambio radical en familia #2

Sandra pasa una tarde hablando con sus sobrinos sobre su juventud junto a su madre.

Día en familia

Sandra tomó una ducha rápida para bajar a desayunar, ya tenía en mente lo que haría para su “clase” con María, pero esto lo haría después, necesitaba unos cuantos preparativos primero.

Al bajar a la cocina fue recibida por un desayuno rápido hecho por su hermana, unas tostadas, huevos revueltos y un jugo de naranja, a Sandra le pareció un desayuno demasiado típico de Estados Unidos, ella quería algo más sustancioso, pero no se iba a quejar sabiendo que su hermana se lo hizo con mucho esfuerzo.

— Muchas gracias hermanita — dijo abrazando a María por detrás y agarrando su comida — ¿qué planes hay hoy?, después de todo Pedro tiene el día libre y tú ya no trabajas.

— Para hoy el plan es quedarse en la casa — Mari rechazó la muestra de cariño de su hermana.

Sandra supo que esa conversación no iría a ninguna parte y prefirió ir a la sala donde se encontraba su sobrina viendo una serie en la televisión.

— Buenos días mi amor.

— Buenos días tía — le respondió Sofía poniéndole pausa a la serie que estaba viendo — ¿Siempre te despiertas tan tarde?

— No siempre, en ocasiones me despierto un poco más temprano, pero ten en cuenta que acabo de llegar acá y me lo tomo como si fuera unas vacaciones, y hablando de vacaciones, ¿no planean hacer algo hoy, salir o algo por el estilo?

— Para nada, así es como son las cosas en esta casa — Sofía sonó como si estuviera decepcionada de la monotonía.

— Ya veo, creo que voy a tener una charla con tu madre, va a terminar matando a mis sobrinos del aburrimiento, y también al pobre de Pedro — Sandra pensó “bueno, seguro él está contento de quedarse en esta casa con mi hermana” y se rió de su ocurrencia.

— Ojalá te haga caso a ti, yo le he intentado decir pero es un poco infructífero porque no cuento con el apoyo de David, él no tiene problema quedándose aquí encerrado — Sofía parecía molesta por la apatía de su hermano — claro, como él no tiene con quien salir entonces ese no es su problema, ni siquiera tiene sentido preguntarle.

— Hablando de tu hermano, ¿dónde está?

— Debe estar encerrado en su habitación, está usando esa consola que le regalaste, por cierto tía, ¿no te salió muy caro?

— Pues sí, un poco, pero igual yo tenía un poco de dinero juntado y también tengo el dinero que me quedó del divorcio — Sandra ya había terminado de comer, se levantó y le dijo a su sobrina — Ven vamos a la habitación de tu hermano.

— ¿Por qué vamos a ir allá?

— Pues para hablar con tu hermano, vamos a ver si ganamos su apoyo para salir.

— Nunca voy a su cuarto, prefiero quedarme aquí.

— Claro que no, son hermanos, cuando yo era más joven tú madre y yo podíamos salir y entrar en el cuarto de la una y la otra cuando quisiéramos, son familia, no es la gran cosa — Sandra agarró a su sobrina por la muñeca — vamos, te voy a llevar así sea a la fuerza.

— Dios, está bien, pero solo porque tú lo dices

Sofía quitó la serie que estaba viendo y apagó la televisión mientras su tía lavaba los platos, realmente no quería entrar a la habitación de su hermano, no era que le cayera mal pero eran más bien apáticos el uno a al otro , pero bueno, iba a ir solo porque estaba acompañada de su tía. Las dos mujeres subieron y tocaron la puerta de la habitación de David, no hubo ninguna respuesta.

— David, mi vida, ¿podemos entrar? — no hubo respuesta, Sandra abrió la puerta un poco y asomó la cabeza para ver si estaba bien pasar Creo que no pasa nada sí entramos — esta vez se lo dijo a Sofi

Sandra entró a la habitación como perro por su casa, detrás de ella iba Sofía, en esta ocasión David si se dio cuenta de que entraron a su habitación, puso pausa al videojuego que estaba probando en su nueva consola y se quitó los audífonos.

— ¿Qué haces vestido así? — preguntó Sofi haciendo referencia a que su hermano solo llevaba puesto un bóxer y nada más.

— Es mi habitación y puedo andar como quiera, ¿tú qué haces aquí? — la pregunta iba dirigida a su hermana, se enfocó tanto en ella que no se había percatado que junto a ella estaba su tía.

— David tiene razón Sofi, si es su habitación puede estar como quiera, pero no venimos acá a discutir, ¿tienes un momento para hablar cariño?— en ese momento David se percató que estaba su tía ahí, se maldijo en ese momento por no haber puesto seguro.

— Si por supuesto tía, deja me pongo un poco de ropa — David intentó salir de la situación incómoda.

— Oh no es necesario, no te preocupes por nosotras, igual estamos en familia, no hay que tener tanto pudor.

— Muchas gracias tía — maldita sea, no funcionó su idea — pero voy un momento al baño.

Sandra y Sofía se sentaron en la cama de David mientras él fue al baño de su habitación, Sofía estaba un poco incómoda por ver así a su hermano, en su casa no era normal andar en ropa interior por ningún motivo, siempre iban por las áreas comunes bien vestidos, en ese momento David terminó de usar el baño y se sentó en el lado opuesto donde se encontraban su tía y su hermana.

— Pero porque tan alejado, nosotras no mordemos, acércate acá y dale un poco de cariño a tu querida tía — Sandra se acomodó más al centro de la cama y dio pequeñas palmadas a sus lados llamando a sus sobrinos, Sofía se sentó a su derecha y David a su izquierda.

— Emmm, ¿de que querían hablar? — preguntó David incómodo por toda la situación.

— Diganme niños, ¿acaso en ocasiones no se hartan de su madre?, porque yo ciertamente sí, aunque sea mi hermana es muy obtusa, no se porque, antes no era así pero bueno, me alejo del tema, ahora respondan.

— mmm, si un poco — dijo David como si tuviera miedo de que su madre lo oyera.

— Sí, definitivamente — Sofía era mucho más directa.

— Pues exactamente de eso les quería hablar, voy a intentar convencer a su madre para que no sea tan estricta, más tarde planeaba hablar de eso con ella — Bueno, planeaba hablar de eso y de otra cosa un poco más “picante”, pero eso no lo tenían que saber por ahora sus sobrinos — También quería hablar de otra cosa, me parece muy raro que ustedes dos no tengan una relación cercana, antes me pareció que estaban incómodos por el simple hecho de entrar a la habitación del otro, en mi época eso o era así.

— Hablas de “tu época” como si hubiese sido hace mucho, sigues siendo joven tía — Sofía siempre había admirado a su tía, era su ejemplo a seguir, aún por encima de su madre, ella parecía disfrutar la vida de verdad.

— Pues quizás no fue hace mucho tiempo pero sí era muy diferente, yo y su madre hablamos y nos compartíamos todo, era como si no hubiese puertas entre nuestras habitaciones, dormíamos juntas algunas veces, nos prestábamos la ropa y cosas por el estilo.

— Pues no creo que sea posible compartir la ropa — dijo David como una pequeña broma.

— Pues no, pero eso no significa que no puedan ser amigos y compartir otra cosa, si les digo un secreto, su madre y yo llegamos a compartir novio, pero de esto ni una palabra a su madre eh?

— Pero tía, ¿le robabas los novios a mamá? — preguntó Sofía extrañada por lo que dijo su tía.

— ¿Quién ha dicho algo de robar?, cuando digo compartir me refiero a que todos los involucrados sabían de antemano, pero de mi no van a escuchar una palabra más, y no le cuenten a su madre que les dije, y antes de que lo pregunten, no, no hicimos lo mismo con Pedro.

— me extraña mucho viniendo de ti, pero me extraña aún más viniendo de mí madre, pero aún así, no creo que sea posible que compartamos eso — David no sabía cómo sentirse sobre lo que acababa de escuchar.

— Pues quien sabe, nunca digas nunca, pero ese no es el punto principal, lo importante es que sean amigos, y vamos a empezar aquí y ahora, Sofía, ¿porque crees que no hablas mucho con tu hermano?

— Él es un recluido social, no soy yo el problema, es él.

— ¡Hey!, yo también tengo amigos.

— Pues sí, pero amigos por internet, bien podrían ser secuestradores que intentan sacarte los órganos para venderlos.

— Sofi, deja de burlarte de tu hermano, y tú David, te voy a hacer una pregunta muy importante, porque crees que no eres bueno en situaciones sociales.

— No soy malo en situaciones sociales, simplemente no me obsesiono sobre eso como ella — David dirigió la mirada hacia su hermana.

— Claro que lo eres, eres un perdedor, cuando vienen mis amigas a visitar a duras penas le diriges la palabra para saludar.

— Pues en ese caso no es porque le tenga miedo a las situaciones sociales, es porque…

— Porque…? — su tía esperaba que David terminara su oración.

— Pues porque son mujeres, y la verdad no sé cómo comportarme y eso.

— ¿Ya ves tía?, es un perdedor.

— Está bien, vamos a hablar sin juzgarnos los unos a los otros, dime David, cuáles son amigas de tu hermana son las que hacen que te comportes como un perdedor — Sandra no quería hacer esa broma, lo hizo sin pensar

— Pues… Amanda, Michel, Rosa, ¿y cómo es que se llama la rubia que tiene el pelo corto?

— Básicamente todas las que han venido acá, y estás hablando de Judith, y eres un cerdo, como te van a gustar todas.

— Sofi, deja de juzgar a tu hermano, además lo mande a que dijera cuáles son las chicas que lo ponen nervioso, no las que fueran de su tipo — Sandra pensó por un momento — David ahora di cuál es tu tipo.

— Emmm, pues, me gustan con el pelo negro, piel clara y que comparta mis gustos, solo eso supongo.

— Por favor David,  es obvio que no has dicho todo, no tienes porque tener pena, habla como si nada.

— Pues me gustan lindas de rostro, con grandes mmm, como decirlo — al mismo tiempo David hacía gesto de estar cargando unos melones frente a su pecho.

— Tetas David, diles por su nombre, tetas — la que habló esta vez fue su hermana, le molestaba que intentara usar eufemismos baratos.

— Sí eso, con tetas grandes, aunque no tienen que ser gigantes solo deben ser ehhh, del tamaño óptimo, y ahora que podemos hablar más abiertamente también me gustan que tengan traseros si bien no gigantes que sean de un tamaño respetable, aunque no es de tanta importancia — a David le costó una fortuna decir eso, pero tenía la esperanza de que por fin lo dejaran en paz.

— Ya veo eh, que sean lindas de rostro, pelo negro, piel clara, tetas grandes y un “trasero respetable” — Sandra a duras penas podría aguantar su risa — me parece a mi que estás describiendo a tu hermana jajajajajajaja.

— Eww — Sofía por fin se dio cuenta de las similitudes — definitivamente eres un cerdo.

— ¿Así que te gustan estás eh? — dijo su tía al tiempo que agarraba las tetas de su sobrina por encima de su ropa y las estrujaba — oh espera, ya se, estás describiendo a María jajajajajaja.

— Claro que no, no es más que una coincidencia — David se puso a sí mismo en una situación de mierda por no cuidar lo que decía, ahora por eso debía sufrir que creyeran que estaba atraído a su hermana y a su madre.

— espera, por esa misma lógica a mí me debes odiar, soy lo opuesto a lo que te gusta.

— Sí pero no lo tomes a ofensa tía, tú eres una excepción a la regla.

— ¿Así que una excepción a la regla eh?, creo que debe ser verdad, pareces estar muy feliz.

Sandra se refería a la cabeza de su pene que ahora se asomaba por la parte de arriba de su bóxer, lo que imagina qué pasó es que puso así su miembro para intentar esconder una ereccion pero el tiro le salió por la culata y ahora su tía y su hermana lo acababan de descubrir.

— Eww, guárdate eso perdedor, nadie quiere ver aquí tu deprimente pene — Sofía decía eso al mismo tiempo en el que le daba manotazos a su hermano que irónicamente impedían que lo hiciera.

— Sofi, deja a tu hermano, es una reacción natural del cuerpo, además que más quieres que haga el pobre muchacho si lo hicimos describir su tipo ideal de mujer; quizás ya es tiempo que termine esta charla, será mejor que hable con cada uno por separado, y no se preocupen porque yo hablaré con su madre más luego — Sandra es la tía divertida pero puede ponerse muy seria cuando la situación lo amerita, este era uno de esos momentos — vámonos del cuarto Sofi.

Las dos mujeres salían del cuarto dejando solo a un ruborizado David, pero antes de salir del todo su tía le dijo.

— David, por cierto tienes que hacer algo sobre eso, alíviate con un video de internet o algo — y con esa última frase cerró la puerta.


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