Cambio en mi vida VI

Como un hola te cambia la vida

Nuestra relacion habia cogido viento de cola, a favor y todo parecia que ocurria a un ritmo mayor que el normal. Daba la sensacion de que ambos queriamos recuperar el tiempo perdido. Ademas, nuestros proyectos empresariales, a parte de nuestros trabajos comenzaban a marchar.

Digamos que en nosotros no existe avaricia, pero si somos ambiciosos respecto a un nivel de vida que nos permita disfrutar de la vida a un nivel superior al normal. Un ejemplo de ello era que me dedique durante varias semanas, hasta que di con ello, a buscar un chalet al borde del mar, con una pequeña cala privada, para pasar nuestras vacaciones el siguiente verano. Vacaciones para gozar, relajarnos y disfrutar.

Teniamos a punto de abrir un local que habiamos estado montando las ultimas semanas. Tras mucho stress porque todo estuviese preparado para la fecha en que teniamos en mente la inauguracion, llego el dia. Era viernes por la tarde y ese primer dia se confirmaron nuestras expectativas. Llegamos a casa por la noche y a pesar del cansancio acumulado esa semana, la excitacion de ver cumplido un pequeño sueño hizo que nos pasasemos gran parte de la noche follando.

A la mañana siguiente, me levante y prepare el desayuno para mi amor. Se lo lleve a la cama, y bajo la servilleta deje escondidos 2 billetes de avion para ir al aeropuerto de Bilbao. Le habia organizado un dia en una ciudad que ella siempre habia querido visitar, San Sebastian. Asi que estuve todo el tiempo fijandome en cada movimiento suyo. Incluso me pregunto si me pasaba algo, algo que me produjo una leve sonrisa.

Cuando levanto la servilleta los billetes cayeron de la bandeja. Los miro y los remiro, no comprendia nada, asi que para hacerla reaccionar la tuve que indicar que debiamos preparar una pequeña maleta, que teniamos que irnos.

El avion salia a las 13.35h, por lo que fue una ventaja no necesitar una maleta grande. Cuando llegamos era cerca de las 14.45h, y aunque estabamos hambrientos, decidimos coger un taxi que nos llevase a algun restaurante de calidad que no quedase a desmano. Creo recordar que el taxista nos llevo a un restaurante llamado Anton o algo asi, y se situaba junto a otros varios restaurantes en un pequeño monte a las afueras de Bilbao. Lamento no recordar el nombre de la zona.

La verdad es que a pesar del precio, hacia tiempo que no habia comido asi. Y lo mas recomendable de todo fueron los postres.

El taxista nos habia dejado una tarjeta con su telefono personal, ya que le indicamos que teniamos que ir a San Sebastian (un trabajo mas que goloso para el, y mas con esta crisis). Vino a buscarnos sobre las 4.30 y nos llevo a toda velocidad hasta el Hotel Maria Cristina en San Sebastian.

La habitacion era exquisita, con un gusto refinado, aunque se veia necesario lo que en poco tiempo ocurriria, una reforma completa. A pesar de no estar en primera linea, las vistas eran impresionantes, el Kursaal y el relajante mar.

Tras descansar un momento y darnos una ducha, me prepare y ordene a mi amor, mi putita, que se pusiese lo que encontraria en un paquete en la maleta, un liguero negro, las correspondientes medias, unos zapatos de tacon y absolutamente nada mas, solo el fino abrigo que ella habia llevado en el viaje.

Mi amor tuvo suerte que no hacia frio esos dias en el norte, asi que pudimos irnos a comer pinchos sin que mi putita cogiese una pulmonia.

Primero dimos un paseo por la playa de la concha, llegando hasta el peine de los vientos. Alli habia unos agujeros en el suelo que segun llegaban y rompian las olas en aquella rompiente, salia un chorro de aire, aunque imagino que en dias en que la mar estuviese muy movida el chorro seria de agua.

Le susurre a mi putita que haciendose la despistada se colocase encima para probar la sensacion que tenia al salir ese chorro de aire y pasar por su coño y su culo. Asi hizo, notamos la ola rompiendo y la note como daba un pequeño salto, a la vez que se le enrojecia la cara. Segun me conto mi putita, lo malo era que el chorro de aire era un poco frio, pero que la sensacion la habia gustado y la habia excitado subitamente.

Hicimos el mismo camino que anteriormente pero en el sentido contrario, hasta llegar a la zona vieja. Alli comenzamos a callejear buscando bares para comer los famosos pinchos de San Sebastian.

Disfrutamos muchisimo de aquellos manjares, ademas de tomar unos vinos, lo que provoco que nos sintiesemos un poco achispados.

Los bares se encontraban bastante llenos de gente, tanto gente mayor como gente joven (estos preparados para salir por la noche). En cada bar aprovechaba para ademas de besar a mi putita, meterla mano entre los botones del abrigo. Nos gustaba saber que podian vernos, nos ponia muchisimo, y estamos convencidos que mas de uno se dio cuenta de lo que mi putita y yo haciamos.

Cuando entramos en el ultimo bar le ordene que buscase algun tio joven que le gustase. Ella tras echar un vistazo me dijo un par de chicos que estaban sentados en una mesa tomando una cerveza. Nos colocamos de manera que mi putita quedase a su vista frente a ellos. Le abri los dos ultimos botones del abrigo y comence a magrearla. Estaba muy humeda y mi polla habia crecido hasta estar a punto de reventar el pantalon.

Al momento que uno de los chicos cogio el telefono, el otro comenzo a mirar a su alrededor, hasta que su mirada quedo fija en mi putita. Sus ojos se abrieron como si le hubiesen dado un susto, lo que me hizo mucha gracia.

Le ordene a mi putita que le hiciese un gesto para que se acercase a ella. El hizo como si fuese a pedir algo al camarero y se coloco al lado de mi putita. Ella le dijo que acercase su cabeza a ella, lo que aprovecho para susurrarle que la metiese mano y probase su sabor. El introdujo su mano por el abrigo y medio minuto despues saco su mano, llevandose un par de dedos a su boca. El volvio a acercarse a ella y le dijo que le gustaba mucho su sabor, por lo que ella le pidio que hiciese que se corriese y asi podria probar el sabor de su corrida.

Me fije que su amigo habia vuelto a la mesa y comenzo a buscar con la mirada a su amigo. No se si se daria cuenta de lo que su afortunado amigo estaba haciendo, pero minutos mas tarde pudo saborear el orgasmo arrollador que tuvo mi putita.

En aquel momento, le cerre los botones que anteriormente habia soltado, la cogi de la mano y tras un beso muy humedo salimos fuera y continuamos con nuestro fin de semana.

Supongo que el necesitaria ir al baño y soltar un buen chorro de leche, no creo que sea muy agradable ir de fiesta y tener un enorme dolor de huevos.

Llevabamos un fin de semana de muchas sensaciones y sin parar, asi que nos dirigimos al hotel para poder descansar un poco y follar en aquella habitacion que tanto nos habia gustado. Ademas, el dia siguiente tenia previsto llevar a mi amor a Bilbao y ver el museo Guggenheim.

Al llegar a la habitacion pedi una botella de champan, la cual disfrutamos en la bañera dandonos un baño calentito y relajante.

Al dia siguiente fuimos a Bilbao, pero la verdad es que no pudimos disfrutar completamente debido al dolor de cabeza que nos produjo el vino y el champan del dia anterior.