Cambio de Zapatos 02

La segunda parte de la un cambio de Zapatos, muy morbosa y excitante.

Me llamo Uriol Castro, te contare un poco de cosas locas y rondón de mi vida Gay. Soy moreno, alto de 1.85cm, flojo y perezoso a morir, por lo que mi cuerpo no tiene ni una pizca de musculoso, soy vegetariano asi que soy de tendencia ser delgado, nací y crecí en Venezuela, pero mi madre es Española-catalana, por lo que mi vocabulario está bastante mesclado, aunque todo el que me escucha se da cuenta de que mi origen es Venezolano. Mis historias a continuación son reales, solo modifico como siempre nombres por seguridad o privacidad de los implicados. Disfruten, mastúrbense y coman sano. Síganme para más consejos.

Parte 01

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CAMBIO DE ZAPATOS 2

Voy viajando en el metro rumbo a mi casa, llevo el cuerpo y las manos llenas de Semen, el olor me llega a la nariz sin esfuerzo alguno, me mantengo cachondo todo el tiempo, cada vez que alguien se acerca siento que puede oler al igual que yo el rastro de sexo en mí, mi mente vuela sobre ello, solo pienso en todo lo que acabo de hacer, me estoy excitando otra vez, se me pone duro el pene, bajo la mirada a mi pantalón y veo gran bulto, en un día normal odiaría eso, pero ahora estoy tan extasiado con el olor de semen sobre mí, que no me importa en absoluto, siento que me ven y no siento pudor por mi erección, por suerte no veo caras escandalizadas, de hecho hay algunos interesados, pero no me da oportunidad de hacer algo, me toca bajar y salir del metro, como un robot camino a casa, tengo hambre pero quiero sexo.

Desde el metro a mi casa hay un tramo de 20 minutos andando, lo recorro con la mirada fugitiva de alguien con quien desahogar mis ganas, nada pasa, decepción, llego a casa sudado y con hambre, por suerte no hay nadie, como poca cosa de la mesa, me voy a mi cuarto y sin hacer nada mas, me acuesto a pensar, recuerdo cada cosas como si estuviera pasando nuevamente, veo mis pies, aun tengo puesto los zapatos de Daniel, siento una alegría en el pecho, alguien tal vez pueda acompañarme de ahora en adelante a mis morbosidades, Daniel puede ser alguien con el que sexualmente haga de todo, rápidamente pienso que no puedo enamorarme, pero, sueño despierto, me imagino lavando su ropa y despertándolo en la mañana, valla pedazo de tonto estoy hecho, Daniel, se me viene todo a la mente nuevamente, recuerdo su pene en mi mano, y aquí voy de nuevo en el bucle sexual, no lo pienso dos veces, meto mi mano en el pantalón, ya la tengo dura, levanto la camisa y sube el olor a Daniel, el olor a su semen, me abro el pantalón, me lo bajo, me quito los zapatos uno lo pongo en mi pecho y el otro en mi nariz, los zapatos de Daniel, me masturbo, subo y bajo por todo el grosor de mi pene, las venas se sienten al tacto, mi cabeza gruesa palpita de emoción,  con ánimo sigo subiendo y bajando, cada vez más energía y fuerza en el brazo, sigo oliendo los zapatos de Daniel, me voy a correr, coloco mi pene dentro del zapato y eyaculo todo dentro, Uufff, desahogo.

Todo mi semen lo dejo en el zapato, no lo limpio, No me bañe en todo el día hasta que sentí que llegaba mi familia a casa, esa noche me masturbe 2 veces más con los zapatos y si volví a dejar todo mi semen en ellos, hasta que finalmente en la noche caí rendido en cama, a la mañana siguiente me despierta el puto reloj, alarma del demonio, soñaba con una orgia en el metro, era un poco fuera de lugar pero igual me gusto el extraño sueño y si señores, la erección matutina, decido orinar y darme un baño nada mas de pie, mi erección no me deja orinar nunca en el retrete, mi verga erecta es firme hacia arriba, lanzar el chorro de orine hacia abajo es complicado, hora de ir a la universidad, muy temprano recibo un mensaje de Daniel, diciéndome textualmente lo siguiente:

D.- Buenos días galán de bello monte, tus zapatos no están en condiciones de salir de mi casa, digamos que aun no se han secado del todo, los pasas buscando tu luego por casa y asi estarán ya secos.

No hay descanso para mis erecciones con Daniel, el al igual que yo nos habíamos corrido en nuestros zapatos, haberlos cambiado había sido la mejor idea jamás hecha, al comprobar el estado de sus zapatos estaban igual de húmedos, locura total y el olor, Uuff, sexo y morbo, pero yo si fui atrevido, me fui a la universidad con ellos puestos y decidí no responder el mensaje.

En el camino iba tan excitado que pensé que estaba enfermo sexualmente, iba imaginando que tenía sexo con los hombres que se me cruzaban, una vez dentro del metro a las 7 am iba tan repleto que casi no logro subir, ya dentro decido echar un ojo a ver quién me rodeaba, a mi lado derecho una señora la cual ignore rápidamente al ver mi lado izquierdo, un chico moreno con camisa azul y corbata, parece que trabaja en un banco, rápidamente me puse a imaginar en mi mente la película porno con mi vecino de camisa, yo no le quitara para nada la ropa, solo le bajara el sierre del pantalón, le saco su pedazo de carne y se lo chupo mientras veo como su linda corbata hace juego con su camisa, la película va tomando forma cuando una voz me trae a mi realidad, era Raúl, si el mismo de ayer, mi compañero nuevo de clases, el que se sonroja de una manera tierna que provoca violarlo, con sus labios rosados tan lindos me dice:

R.- Hey, Uriol es tu nombre verdad? Que alto eres chamo.

Debo decir que mi mente estaba en una película porno cuando la voz de Raúl me saco del sueño, aproveche su comentario de mi altura para poner mi bolso frente a mí, la erección estaba latente y no podía ver si se veía sobre el pantalón, en todo caso había algunas personas entre nosotros, Raúl no podía ver nada.

U.- Hola, si, si, ese es mi nombre, hombre alto sí, pero no es pá tanto.

R.- Vas a clases también? Yo voy igual a la universidad.

U.- sí, vamos al mismo lugar, esperemos llegar a tiempo, por que creo que vamos un poco justos.

R.- vamos bien, llegaremos…   ... ¿vives por dónde?

U.- vivo en Bello monte, y tú?

R.- Vivo en Gato Negro.

U.- Haaa mi tía vive cerca del metro, un cao ese lugar, bueno todas caracas es un caos últimamente.

R.- sí, cada vez las cosas se ponen más caóticas.

Debo decir que eran las 7 y algo de la mañana, íbamos en el metro como sardinas en lata, todo lleno de gente, entre Raúl y yo había una señora de por medio, la conversación se podía hacer por que las señora ya mencionada era pequeña y yo alto, mi cabeza sobresalía mucho, por eso Raúl hace referencia a mi altura nada más verme, pero al poco rato la señora al ver que Raúl y yo no parábamos de hablar, se movió a un lado, dejándonos frente a frente, nosotros de manera automática nos acercamos un poco, bueno, Raúl se acercó a mi, yo no me moví, pero seguimos hablando de cosas normales.

Raúl era mucho más pequeño que yo, su frente quedaba en mi pecho, y entre empujones y estar apretados en el metro, quedamos muy pegados, debo decir que yo también lo busque, me acomode de tal modo que con una mano me sostenía y la otra mantenía el bolso, Raúl quedo entre la pared del metro y mi cuerpo, debajo de mi brazo, a unos centímetros de mi axila, yo podía sentir el olor de mi propio desodorante, asi que imagine a Raúl oliéndome, gracias al cielo me bañe antes de salir.

El primer olor que percibía de Raúl era de crema dental, pero también de champú y alguna crema hidratante, era tan delicado que me hizo fantasear nuevamente con él, su cabello negro y bien peinado, sus manos gorditas y blanquitas, sus labios de un rosado tierno,  un poco regordete de contextura y de baja estatura, pero con unas nalgas redonditas que ufff, me estoy excitando, me volvía loco, era muy tímido, se sonrojaba en momentos, me hablaba pero desde que subí el brazo no me sostenía la mirada, se mostró más tímido, subía la mirada a mí con cautela y la bajaba rápidamente a ver que le estaba viendo,  me sentí el dominante, el macho alfa, el duelo de la situación, mi actitud cambio, mi excitación hizo salir mi lado morboso, asi que empecé el juego, mis ojos se pusieron fijos en él, me lo quería comer, la conversación paso de cosas sin sentido a nervios entrecruzados y palabras torpes, mi respiración la hice notoria y fuerte, miraba con cuidado a los lados y luego con mucho dominio lo volvía a mirar cuando sentía que subía su mirada.

Fui cerrando el espacio entre nosotros, primero puse mi pies tocando los suyos, empecé respirar con más profundidad, inhalaba suave y exhalaba fuerte justo en su cara, el seguía quieto sin moverse, yo por mi parte, me movía con pausa y con cuidado, posaba poco a poco mi cuerpo sobre el de él, ya su cara estaba totalmente en mi pecho, me olía, me sentía, cada vez que giraba mi cara, mi barbilla tocaba su cabello recién lavado, gire mi cara hacia la derecha, el subió la mirada, yo gire a verlo y mis labios tocaron por un momento la altura de su frente, el bajo rápidamente la mirada, y yo me reí para mis adentros, esto me gustaba, fue cuando me di cuenta de que mi erección se notaba mucho y él con su mirada baja podía ver mi gran erección, asi que hice que se moviera mi pene un par de veces, sin duda, él podía ver claramente mi verga viva en mis pantalones, con esto el juego subió de nivel, me pegue totalmente y me aleje con el movimiento del metro, repetí este movimiento un par de veces más, entre movimientos sentía como el roce lo ponía más nervioso, sin duda se dio cuenta del pedazo de carne que tengo, se lo restregué con mucha evidencia entre un vaivén del metro.

Raúl no volvió a verme a los ojos, se puso rojo como un tomate, yo estaba al borde de la excitación, pero no quería ser abusivo, por un momento pensé en blanco ¿y si esto no le gusta? ¿Será que lo estoy forzando? asi que intente calmarme un poco, por mis hormonas no pude deducir su Raúl quería todo aquello, además de que estábamos en el metro, asi que poco a poco fui cambiando nuevamente de actitud, poco a poco me fui alejando, lo primero que hice fue cambiar el brazo que estaba en sima de él, dándole libertad de salir o moverse, luego me aleje un poco y respire profundo, y fue cuando por fin se movió, me quede helado al sentir la mano de Raúl posarse en mi pecho, era como si se estuviera sosteniendo en mí, solo puso su mano en mi pecho, nada más, no sabía si era un si o un no, lo mire evaluando la situación, seguía rojo y sin verme, pero note el boleto de entrada al mundo de lo morboso, tenia una erección, y me la hizo notar pegando su cuerpo a mí en una curva del metro, este nene hermoso es mío.

Volví a subir mi mano, lo volví a poner contra la pared del metro, abrí un poco las piernas para quedar a las alturas correctas y espere el movimiento del metro, les juro que si estuviéramos desnudos mi pene lo fuera perforado, mi empujón fue acertado, me pose con tal magnitud sobre el que cuando nuestros cuerpos se tocaron a Raúl se le escapo un gemido suave, nuestros penes están juntos, era la follada perfecta con ropa, bombeo y bombeo, estaba en el cielo, su pene se movía sobre el mío, el mío sobre el suyo, íbamos a la par con los movimientos del metro, su respiración era fuerte, Raúl estaba rojo y mordía sus labios mientras veía a los lados, yo lance una mirada fugitiva y la ver que nadie nos veía me abalance como fiera sobre sus labios, un veos fugaz pero me traje conmigo todo su aliento, me miro son sorpresa pero con una risa picara, como pensé, sus labios eran la gloria, volví a repetir el movimiento, otro beso con el empujon de mis caderas juntando nuestras vergas sobre el pantalón, que excitado estaba, tenia ganas de hacerlo mío ahora mismo, quiero un tercer beso, vuelvo a ver a los lados en busca de privacidad para mi siguiente ataque y sorpresa, encontré complicidad.

A nuestro lado estaba un chico, viendo todo, no se desde cuándo, recuerdan al chico de la camisa azul que vi nada mas entrar al metro, pues nos estaba observando, con una mano en su prominente erección, era moreno oscuro, cabello muy corto, dientes perfectos, labios prominentes, una barbilla que dejaba claro su gran masculinidad, bestia una camisa azul y una corbata negra y azul,  Raúl y yo seguimos entre bombeo y bombeo, ambos vimos al vecino, y este se acercó más a nosotros, posando su verga dura a la altura de mi mano, y cerrando en un triángulo perfecto nuestro juego sexual a los demás, nadie podía ver dentro del triángulo, esto nos daba una nueva libertad y otro nivel de morbosidad.

De repente paso lo impensable, Raúl tomo la iniciativa, metió su mano en mi pantalón, ufff, mi verga estaba toda mojada de tanto precum, soy de mojar mucho, Raúl saco la mano y se la llevo a la boca probando mi líquido, y volvió a meter la mano en mi pantalón, a la vez el vecino movía su verga sobre mi mano, no aguante, deje caer mi bolso y por seguridad que no se perdiese lo pise, con la mano libre metí la mano en el pantalón del chico nuevo y el chico nuevo metió la mano en el pantalón de Raúl, era tan morboso y secreto, los tres veíamos a los lados de vez en cuando y luego volvíamos a cambiar miradas de intimidad, el chico nuevo tenia un olor a sudar fuerte y bueno, me lo imaginaba sudado haciendo ejercicios y lo más importante, tenía una verga tan grande que al ponerla recta salía sobre el pantalón, le llegaba al ombligo, era fina pero larga y grande, toda negra y la cabeza rojiza y brillosa, parecía un caramelo, como el color de sus labios, quería besarlo y el quería besarme también.

Entre el vaivén del metro, el chico se acercó a mi cuello y lo beso pícaramente, estaba en la gloria, espere un poco a otro movimiento y lo volvió hacer, puso sus labios en mi cuello, no besándome, solo los puso, Raúl me hacia el pajote del siglo, yo rápidamente gire mi cara hacia los labios del chico nuevo, un piquito tan delicioso que hizo que el se viniera sobre nosotros(piquito en Venezuela es peso pequeño y rápido),su semen brotaba blanco y espeso, no era mucho pero si muy visible, al ver toda la leche del chico cayendo note que Raúl ya se había corrido antes, que morbo me vio ver sus pantalones llenos de semen, mire fijamente a Raúl y explote, me corrí en  sus manos, con la respiración entre cortada Raúl saco su mano del pantalón y se la llevo a la boca, probo mis semen sin pestañar.

Después de haber terminado nos  vieno un susto horrible llamado realidad, intrigados y viendo a los lados a ver si alguien más vio nuestro gran acto sexual, nos acomodamos y nos tapamos como pudimos, escuche la señal del metro y por suerte faltaban un par de paradas a la nuestra, el moreno de labios sexys se bajó, Raúl y yo seguimos hacia la siguientes estaciones, por creer que alguien mas nos vio yo no decía ni una sola palabra, sentía como vergüenza, guarde silencio durante el trayecto final hasta nuestra estación de metro, Raúl aún tenía las orejas y parte del cuello rojo, supuse que era timidez y que pensaba igual que yo, nos bajamos y salimos del metro a paso rápido, ya estando en la calle, solo respire hondo, le puse mi mano en su hombro a Raúl y le dije:

U.- la pasaremos muy bien, ya lo veras, seremos burda de Panas.

R.- Si, muero de la pena, pero repetiría este día mil veces.

Los zapatos de Daniel iban llenos del rastro de semen del chico sexy del metro, valla coincidencia tan excitante, Raúl saco su camisa por fuera para tapar su mancha de semen, el final termino corriéndose dentro del pantalón por las manos del chico nuevo,  cuando llegué al salón de clases y lo vi el rostro de Daniel se me acelero el corazón, como puede ser tan jodidamente bello, se me acerco y me abrazo con un gran saludo, me había mentido, llevaba puestos mis zapatos, muy pícaro miro mis pies y solo reímos, nos sentamos casualmente igual que el día anterior, Raúl a un lado y Daniel de frente, la clase estuvo llena de miradas picaras y erecciones que yo sin duda podía notar en Raúl y Daniel.

Muchas gracias por leer mis relatos, les dejo mi correo por si desean hacer algún comentario.

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