Cambio de vida

Dos amigos encuentran un trabajo al otro lado del mundo y por un error en los equipajes descubren que tienen gustos escondidos y que ellos mismos ignoraban

David y Jorge eran amigos desde el primer año de universidad. Se habían ayudado a aprobar los exámenes y trabajaban bien juntos, por ello, después de licenciarse decidieron buscar trabajo para los dos.

Casualmente una empresa buscaba dos ingenieros informáticos para un proyecto en Colombia, por al menos tres años. David animó a su amigo a aceptar el trabajo, pues este último acababa de pasar una ruptura amorosa y un cambio de aires le iba a venir bien. David no tenía familia ni nada que le atase a quedarse.

Así pues, alquilaron un piso desde España, hicieron las maletas y los dos cruzaron el Atlántico en busca de un futuro.

La cosa se torció nada más aterrizar. Las maletas de Jorge se extraviaron y llamarían del aeropuerto cuando aparecieran.

-Tranquilo, empezamos a trabajar la semana que viene, aparecerán antes, hasta entonces te dejo ropa, o compramos algo.

Jorge miró a su amigo. David era un hombre grande de un metro ochenta y setenta y siete kilos de músculo definido, mientras que el era el típico delgadito de sesenta kilos y metro setenta, si lo veías por detrás no tenías muy claro si era hombre o mujer.

-Gracias, tío, pero espero que llegue pronto mi equipaje.

Finalmente fueron a su piso. Un pequeño piso a las afueras de la ciudad, así salía más barato, era de un tamaño medio, dos habitaciones, cocina, salón y baño. Estaba completamente amueblado, era un piso bonito, ideal para que alguna vez cayera alguna chica.

Jorge pasó la noche con ropa varias tallas más grandes que la suya, pero al menos no tenían que verle.

A la mañana siguiente llamaron al timbre, los de la aerolínea por fin traían las maletas de Jorge. El personal fue amable, se disculparon por las molestias y se fueron.

-David... No son mis maletas.

-¿Qué dices? Si que son, son tus dos maletas.

Jorge sacó un sujetador del interior de la maleta.

-Esto no es mío.

Las maletas estaban llenas de ropa de mujer, ropa fina, bonita y cara, pero de mujer.

-Al menos parece más de tu talla que mi ropa jajajajaja.

Jorge miró con odio a su amigo, llamó a la aerolínea, los cuales dijeron que no podían hacer nada más, y decidió ir a comprar algo de ropa.

-venga tío, luego te invito a cenar, así se te pasa.

David cumplió su palabra, fueron a tomar unas cervezas, a cenar unas hamburguesas y después unas copas.

La noche era bastante infructuosa, no había chicas con las que charlar. Así que decidieron tomar la última copa en casa.

Llegaron bastante borrachos, pero David decidió ir a por hielo y preparar unos gin tonics, se sentaron en el sofá y bebieron mientras charlaban, al de un rato Jorge se levantó para ir a por algo de picar, entonces David se fijó en un detalle.

-Jorge, ¿llevas tanga?

Su amigo se ruborizó.

  • No he comprado calzoncillos... Las costuras del pantalón rascaban y me acordé de lo que dijiste de que era mi talla.

  • ¿En serio te has puesto un tanga? Quiero verlo

-Ni de coña.

  • No se lo voy a decir a nadie, que me has creado curiosidad.

Jorge miró a su amigo y con un suspiro se desabrochó el pantalón, al bajárselo dejó al descubierto un tanga negro de encaje.

David miró atentamente. No sabía si era el alcohol o la abstinencia de estar sin una mujer desde hacía meses, pero esa vista lo excitaba. Miró a Jorge, por delante y por detrás, éste estaba rojo, así que David decidió animar a su amigo.

  • Te queda muy bien, parece hecho para ti.

Comenzó a acariciarle el muslo hasta la nalga, Jorge no sabía cómo, pero aquello lo excitaba, y mirando el paquete de David sabía que aquello le gustaba mucho a el también.

-¿Qué te parece si yo preparo más bebida y tu miras a ver si te puedes poner algo más?

-Trato hecho.

Los dos empezaban a darse cuenta de que aquello se les iba de las manos hacía rato, pero a la vez era un juego excitante. David se encendió un cigarrillo mientras iba a la cocina a por sal y limón, pensó que lo mejor para esa situación eran unos chupitos de tequila.

Después de un rato, apareció Jorge de nuevo, llevaba unas medias con liguero, el tanga y un corsé negro de encaje, además se había maquillado, un poco de colorete, sombra de ojos y pintalabios, nada excesivo, pero le quedaba bien.

Teniendo en cuenta su físico, que era de piel clara, y estaba completamente depilado a láser, el conjunto era muy bueno. Tenía las facciones muy finas unos preciosos ojos verdes oscuros y además necesitaba un corte de pelo.

  • Vaya, pareces una tía de verdad.

  • Ya tengo disfraz para carnaval jajajajaja, he encontrado maquillaje también en las maletas.

David le indicó que se sentase junto a él y le pasó un vaso de chupito, ambos hicieron el ritual de la sal, el traigo y el limón y Jorge dijo.

  • Al menos invitas a una chica a beber esta noche.

Ambos se rieron y bebieron otro chupito. El calor del alcohol empezó a hacer efecto, David volvió a acariciar el muslo de su amigo, y este comenzó también a acariciarlo.

  • Esto no es lo que yo tenía pensado cuando vinimos, quería follarme a alguna, no ser yo una alguna.

  • Es tan sencillo como parar.

Se tomaron otro chupito, sin sal ni limón, dejaron los vasos en la mesa y se abrazaron besándose apasionadamente. Jorge notó como la lengua de David entraba en su boca y acariciaba la suya. David notó cómo la mano de Jorge acariciaba su rabo, cada vez más duro, por encima del pantalón. David se separó un segundo y de un manotazo se desabrochó el vaquero.

  • Todo.

Dijo Jorge con ojos lujuriosos.

David se levantó y se bajó todo, se quitó hasta los calcetines y después la camiseta. Jorge lo miró detenidamente. Era grande y fuerte, velludo por todas partes. De piel más morena, ojos marrones, mandíbula cuadrada y pelo negro corto.

David se sentó y volvió a besar a Jorge acariciando su rabo a través del tanga que cada vez abultaba más y tapaba menos.

Jorge se dio cuenta de lo que estaba esperando David, así que le guiñó un ojo y se bajó del sofá al suelo. Se colocó entre sus piernas y mirándolo a los ojos sacó la lengua rozando el glande de su grueso rabo. Bajó hasta sus huevos y subió diecisiete centímetros hasta su capullo. Seguía relamiendo como si se tratase de un helado oyendo la respiración entrecortada de David. Entonces abrió la boca y se dejó caer sobre la polla de su amigo, chupaba con un ritmo suave mientras que con una mano le masajeaba los huevos. David acariciaba la cabeza que subía y bajaba por su polla, notaba su lengua y sus labios recorrer su tranca, empezó a presionar la cabeza de su amigo hacia abajo, añadiendo presión a la mamada y fue marcando un ritmo suave.

Jorge notaba los gemidos de su amigo y cerró más los labios alrededor de aquella polla que estaba mucho mejor de lo que se imaginaba y se dejó llevar por un ritmo que cada vez iba a más.

David hundió la cabeza de Jorge de golpe hacia abajo y éste se tragó la polla hasta los huevos. David notó la tos ahogada y la arcada de Jorge en su rabo y lo soltó para dejarle respirar.

Jorge se separó de la polla con hilillos de baba aún conectándole a ella, miró a David y se acercó para darle un beso mientras aún le pajeaba con la mano.

La respiración de David empezó a acelerarse en los labios de su compañero y este supo qué significaba, siguió pajeando pero con la boca abierta cerca del capullo mientras miraba los ojos cerrados de David.

David ahogó un grito y un chorro de leche cayó sobre la cara de Jorge, dejando una buena porción en su boca abierta. Tras este salieron tres chorros disparados más, llenándole la cara de semen caliente.

Jorge saboreó lo que le había caído en la boca y empezó a acercarse con los dedos lo que tenía por la cara para tragárselo todo. David miraba maravillado.

  • Deberías haberte pintado las uñas también.

  • No había pintauñas, que he mirado todo.

  • Bueno, ya compraremos.

Jorge sonrió al notar el morbo que eso le generaba y besó a David, su boca se notaba pastosa y sabía a semen, David alguna vez lo había probado después de pajearse, siempre le pareció un sabor insulso, pero esta vez le estaba sabiendo a gloria.

Jorge se sentó y sirvió dos chupitos, le ofreció uno a David y bebieron.

David cogió un cigarrillo y lo encendió. Su amigo hizo lo mismo.

  • Hacía años que no fumabas.

  • Parece que hay algunos cambios.

La respuesta de Jorge encendió una chispa en la cabeza de David. Aspiró otra calada y preguntó

  • ¿Sabes qué nombre te hubieran puesto si llegas a ser chica?

  • Si, Clara, no sé qué tiene que ver ahora.

  • Porque hoy vas a serlo.

David se puso en pie y fue corriendo desnudo a su habitación. Jorge siguió sentado fumando sujetando el cigarrillo con una mano, con la otra fue acariciando su pecho, bajó al corsé, le gustaba el tacto de la prenda. Siguió bajando hasta llegar al tanga. Estaba mojado y su rabo luchaba por salir.

  • Quitatelo.

No había oído llegar a David, que traía un bote en la mano, era lubricante. David nunca tenía pareja fija pero si se lo proponía se hinchaba a follar, así que no le sorprendió que estuviera equipado hasta para follar culos o coños algo resecos.

La idea le asustaba bastante, pero también estaba excitado, sabía lo que tocaba. Alzó un poco el culo y se sacó el tanga, dejando expuesto un rabo de quince centímetros completamente depilado.

David le indicó que se diera la vuelta y se apoyó el pecho en el respaldo del sofá ofreciéndole el culo,tampoco tenía vello ahí.

David se arrodilló y empezó a besarle las nalgas, después pasó a lamerselas. Su lengua se iba aproximando a su ojete, Jorge colaboró en la tarea separando sus nalgas con las manos. David hizo círculos con su lengua en el hoyo de Jorge y finalmente, cuando la respiración de éste se aceleró y su polla empezaba a gotear, metió su lengua dentro.

Jorge estaba extasiado, notaba la lengua moverse dentro de él y era algo maravilloso.

Después de unos minutos comiendole el culo David se separó, cogió el bote de lubricante y echó un chorro generoso en el babeado culo. También su dedo índice recibió algo de la gelatinosa sustancia y cambió su postura de ataque.

Se tumbó boca arriba, bajo la polla erecta de Jorge y empujó la cadera de éste hacia abajo. Jorge entendió el juego y bajó la cadera hasta que notó el calor húmedo de una boca en su polla. Mientras bombea a con suavidad notó cómo un dedo grueso y duro le entraba por el culo.

Gracias a la excitación y el lubricante, sus miedos se aplacaron, no sentía dolor, era una sensación muy rara, pero le gustaba.

David le chupaba la polla mientras iba metiendo y sacando el dedo con suavidad.

David empezó a meter dos dedos en ese ano cada vez más abierto.

Jorge lo notó, le encantaba, aceleró un poco. De repente se quedó clavado, el dedo de David le había tocado la próstata. Esa sensación fue como una descarga eléctrica, una oleada de placer recorrió su cuerpo. El dedo de David siguió acariciando esa pared y finalmente el rabo de Jorge se vació dentro de la boca de su amigo. David notó como los chorros de semen golpeaban su lengua, su garganta, su paladar y se tragó todo sin desperdiciar una gota.

Jorge estaba muy excitado como para notar que los dedos ya no estaban ahí. David se puso en pie con el rabo duro como el hormigón y apuntando hacia Jorge. Cogió el bote de lubricante y se echó un chorro muy grande por el rabo. Se lo extendió con la mano con bastante maestría y acercó su boca al oído de su amigo.

  • Hoy vas a ser Clara

Se separó de él y se puso justo frente a su culo. Jorge seguía teniendo las nalgas separadas con las manos. David apoyó el capullo en el agujero de Jorge y susurró.

-¿Quieres que siga?

Jorge, presa de una excitación indescriptible, asintió con la cabeza.

  • Muy bien, Clarita, disfruta como la puta que eres a partir de hoy.

La polla de David fue entrando lentamente, para evitar hacer daño, pero sabía que su polla era bastante gorda.

Jorge sintió cómo su culo se iba abriendo poco a poco, y como la polla iba perforandolo, de pronto David dió un empujón. Jorge sintió una oleada de dolor que le nacía del culo y se movía por cada fibra de su ser. En unos segundos el dolor se fue apagando, dando paso a una sensación bastante agradable. David comenzó a mover la cadera, saliendo y entrando con suavidad. Jorge jadeaba mientras notaba cómo su amigo lo iba sodomizando suavemente y empezaba a coger un ritmo más constante.

David le dio un azote en la nalga a Jorge y se arrancó a aumentar el ritmo de la follada.

Jorge le pedía que aumentase el ritmo entre jadeos y su amante obedecía con gusto embistiendo con fuerza. Jorge sintió cómo su rabo volvía a soltar leche, esta vez contra el sofá de piel sintética y el suelo. Unas embestidas más tarde, David descargaba el contenido de sus huevos dentro del culo de Jorge, el cual notó el golpe de los chorros en su intestino.

David sacó su polla y se dejó caer junto a Jorge en el sofá.

  • Yo nunca había hecho esto.

Jorge lo miró con una mirada extraña.

  • Y en serio te creerás que yo alguna vez me he travestido, me he maquillado y he follado con otro tío.

David se calló, tenía razón, el había sido siempre un picaflor, pero Jorge era de relaciones largas, pero siempre con mujeres.

Jorge se levantó del sofá.

-Voy al baño... Que se me escapa esto del culo.

-Espera, te ayudo

  • No, no tranquilo, no hace falta.

David se arrodilló y empezó a lamer el ojete de Jorge quitando los restos de semen que caían.

Jorge no tenía problemas con el semen de su culo, su problema era más una necesidad. En una décima de segundo, ya que David había insistido lo decidió. Le gustaba la sensación de la lengua en su culo, pero quería probar algo diferente. Se separó de David, y le dijo que se quedase ahí, se giró y dejó su rabo justo a la altura de la cara de su amigo.

David se dio cuenta de lo que iba a pasar, ya lo había hecho antes con alguna chica. Abrió la boca y sintió el sabor del chorro de orina que emergió del rabo de Jorge. El chorro potente entró en su boca, le dio en la cara, el pecho y el pelo de David, abrió más la boca y tragó lo que pudo, aumentando la excitación de Jorge, que no sabía que a su amigo le gustase eso.

Una vez hubo terminado, David se puso en pie y besó a Jorge, sus labios y su lengua sabían amargos, pero ricos a la vez, así que lo abrazó y lo besó con más pasión, saboreando.

David fue al baño, se secó lo mejor q pudo con una toalla y decidió que la ducha podía esperar al día siguiente, estaba demasiado cansado y borracho como para meterse en la ducha.

Jorge se encaminó a su habitación, David lo cogió de la mano.

-¿Dónde vas?

  • A quitarme esto y dormir

  • No, Clara, no vas a quitarte nada, ven.

Los dos fueron al dormitorio de David, se metieron en la cama como cualquier pareja y Jorge (Clara) se recostó sobre el pecho de David, preguntó

-¿Esto se puede repetir?

  • Las veces que quieras, aquí estamos tu y yo solos. Mañana echa un ojo a las maletas, mira qué puede hacerte falta, a parte del pintauñas, no se, lencería, vestiditos y tal.

  • Una peluca hasta que me crezca el pelo

  • ¿Vas a dejártelo largo?

  • ¿Te parece mal?

  • No, Clara, me parece perfecto.

  • Me gusta que me llames así

Se besaron se abrazaron en la oscuridad y se quedaron dormidos.