Cambio de vida (7)
El día siguiente estaba bastante cansado, pensé en ir al gimnasio...
El día siguiente estaba bastante cansado, pensé en ir al gimnasio y largarme para casa, al llegar saludé a Rocío, la recepcionista de la tarde.
YO: Buenas tardes Rocío, ¿cómo estás?
ROCIO: Muy bien señor David.
YO: ¿No podrías tutearme por favor?, eso de usted siempre me hace sentir muy viejo.
ROCIO: Lo siento señor, son la normas, nos obligan a llamarle de usted a todos los socios.
YO: Pues dile al responsable que eso es muy antiguo.
Ella me miraba continuamente a los ojos con una sonrisa.
ROCIO (riendo): Ya se lo diré de su parte, ¿se lo pasa bien en el club?
YO: Sí mucho, gracias.
ROCIO: Ya, ya.
¿Qué habría querido decir con lo de “ya, ya”?, no tarde mucho en descubrirlo, entraron Ana y Carmen y me cogieron cada una de un brazo llevándome para adentro.
CARMEN: David desde hoy eres nuestro ídolo tío.
ANA: Y tanto, eres famoso en todo el club y solo ha pasado medio día.
Me paré en seco mirándolas a las dos.
YO: ¿Se puede saber de qué me estáis hablando?
CARMEN: Esta mañana temprano he hablado con Katia en la clase de zumba.
ANA: Sí, yo también estaba.
YO: ¿Y?
ANA: Que nos ha explicado lo de anoche.
YO: No me jodáis.
CARMEN: Con pelos y señales.
ANA: Ya sabe todo el mundo que tú has sido el primero en aguantarle todo el asalto.
YO: ¿Todo el asalto?
CARMEN: Que hiciste que se corriera, te está dejando tan bien que a partir de ahora las tías te van a acosar.
Me quedé en silencio sin saber que decir.
ANA: Yo quiero ser la primera en salir contigo, de hecho fuimos las primeras en conocerte, ¿saldrás conmigo no?
YO (nervioso): Sí, sí, claro.
ANA: Perfecto, ya quedaremos vale.
Se despidieron de mí y me dejaron alucinado, entré al vestuario y me encontré con Víctor.
VICTOR: Hola campeón, ¿ya sabes que se está hablando mucho de ti?
YO: Sí, ya me he enterado, pero no me hace ninguna gracia.
VICTOR: Después del gimnasio he buscado un partido con Andrés y otro compañero, te esperamos en la pista.
YO: Hoy solo pensaba hacer un poco de gimnasio y largarme.
VICTOR: Va ostia no nos dejes colgados hombre, ya descansaras mañana.
Por hacerles un favor acepté de poca gana, cuando nos vimos en la pista estaban Víctor y Andrés junto a otra persona que me presentaron.
VICTOR: Te presento a Javi.
Nos saludamos chocando la mano.
ANDRES: No se la choques tanto que está mosqueado contigo.
JAVI: No, no es verdad, no le hagas caso, este Andrés es un cabrón.
YO: ¿Pero qué pasa conmigo hoy?
ANDRES: Que el pobre llevaba cinco meses detrás de la rusa y no se ha comido una mierda, y tú llegas el primer día y zas, en toda la diana.
YO: No me digas, ¿de verdad que llevabas tanto tiempo detrás de ella?
JAVI: Joder tío, no sabes cómo me pone la tía, pero no ha habido manera, lo he probado de todas las formas, la he invitado, le he hablado con cariño, hasta me atreví a rozarme con ella un día y casi me mata del cabreo que pilló, ¿cómo coño te lo hiciste?
YO: No lo sé, puede que fuera porque le toqué el culo con toda la mano.
VICTOR: ¿Qué le hiciste qué?
ANDRES: No puede ser, estarías muerto ahora mismo.
JAVI: Pero si esa tía no se deja tocar para nada, no puede ser.
YO: Os prometo que fue así, le tiré sin querer un saque en el culo y después sin darme cuenta le pasé la mano para disculparme.
Los tres se descojonaban de risa.
ANDRES: Pues chaval ya has dado el pistoletazo de salida y a partir de ahora vas a follar como ni te imaginas.
YO: Pero es que aquí no puedes hacer nada sin que se enteré todo el mundo.
VICTOR: Nos enteramos hasta cuando unos les ponen los cuernos a los otros, no nos vamos a enterar de cosas como la tuya tío.
Jugamos, me duché y me fui para casa, por el camino conduciendo pensaba como se podía ser tan cotillas y que mierda de sitio que la intimidad se vulneraba de aquella manera, estaba en esas y me llamaron.
YO: Si.
ANA: Hola soy Ana, hemos hablado esta tarde.
YO: Sí, ya me acuerdo, ¿pasa algo Ana?
ANA: Que quiero quedar contigo antes de que otra zorrona se me adelante.
YO: Ana, no sé si hacerlo o desaparecer un tiempo del club, lo de hoy no lo he encontrado nada normal que quieres que te diga.
ANA: Por favor, por favor, quedamos una noche, solo una noche vale.
La vi tan ilusionada a la chica que sin pensarlo le contesté.
YO: Vale, ¿mañana te va bien?, nos vemos en el club y vamos después a cenar antes de que se haga muy tarde que no vivo cerca.
ANA: Sí, muchas gracias David, monto un partidito antes y así pasamos el tiempo antes de cenar, hasta mañana.
Una tía dándome las gracias por salir con ella, eso sí que me sonaba raro, hacía unos meses hubiera sido imposible salir de “ligoteo” con nadie y ahora me tenía que ver así, mi vida estaba evolucionando y cambiando a marchas forzadas, lo apunté en la agenda y seguí para casa.
Pilar al llegar al despacho por la mañana…
PILAR: David he visto que ha apuntado en la agenda que esta noche tiene una cena, y que cada semana se ha reservado una noche para una tal Katia.
YO: Sí Pilar, es personal pero así no se me olvida.
PILAR: Si no digo nada, al revés me parece bien que salga y socialice con gente, no puede quedarse en casa sin hacer nada.
“Socializar”, así se llamaba ahora quedar para follar, madre mía donde vamos a llegar.
Por la tarde me encontré con Ana que había quedado con dos chicas más para jugar.
ANA: Hola guapo, te presento a Marta y Silvia, amigas desde hace mucho tiempo.
Ana me cogía de la cintura con total confianza, las otras dos me miraban como si fuera un cuadro de museo del Prado, las saludé con dos besos y Ana me volvió a coger.
MARTA: ¿El es el “domador”?
ANA: Sí, ¿a que es guapo?
SILVIA: Como te admiramos David.
YO: ¿Domador?
MARTA: Sí, el único hombre que ha sido capaz de “domar” a la rusa.
YO: Joder que es una mujer no un potrillo coño.
SILVIA: Ja, eso díselo a todos los tíos que han ido detrás de ella y no se han comido una mierda.
ANA: Vale ya, vamos a jugar de una vez, yo con David contra vosotras.
MARTA (riendo): Y no podríamos sortear quien va con él.
ANA: Una mierda para vosotras nenas.
Cuando acabamos el partido antes de que reaccionara Ana, Marta y Silvia me cogieron una por cada lado llevándome caminando.
SILVIA: ¿Algún día saldrás con nosotras, estamos deseando también?
YO: Sí claro, ya buscaré dos días en la agenda.
Me pararon de golpe mirándome las dos fijamente.
MARTA: No, no, un día solo, saldremos las dos a la vez contigo.
Ana que venía detrás aprovechó la parada para cogerme de la cintura otra vez y llevarme para adelante, dejándolas a ellas detrás.
YO: Has oído Ana, que quieren salir las dos conmigo el mismo día.
ANA: Sí que lo he oído, es que estas dos me parece a mí que se comen el chichi una a la otra de vez en cuando.
YO: ¿Pero qué me dices Ana?
Las chicas se acercaban por detrás corriendo.
ANA (flojito para que no la oyeran): No te preocupes que el día que salgáis van a comer almeja y salchicha sin problemas.
Ya me estaba poniendo nervioso solo de pensarlo, quedamos en la cafetería pero cuando llegué solo estaba Ana.
YO: ¿Y las chicas?
ANA: Las he enviado a tomar por culo, ya han quedado contigo para otro día ¿no?, pues hoy eres solo para mí.
Tomamos algo hablando del club.
YO: ¿Es cierto que aquí se ponen los cuernos unos a otros que da gusto?
Ana miró para los lados observando a las personas que estaban por allí, como si fuera una espía a punto de pasar unos informes secretos.
ANA: Hay una serie de gente casada que se dedica a esas cosas, intercambio de parejas y cosas raras, alguna vez algunos han acabado a ostias, gente como el monitor Víctor y algún amigo suyo intentan aprovecharse y pegar algún polvo de tanto en tanto, yo de ti no me metería en esas mierdas, hay muchas chicas con las que podrás salir que no tenemos ningún compromiso, y después de la fama que te has ganado con la rusa te aseguro que no te faltaran ofertas.
YO: Joder Ana, te aseguro que estoy flipando con todo esto, ¿cómo ha podido correr la voz de lo de la rusa tan rápido?
ANA: Por qué la tía iba muy caliente desde hace mucho tiempo, nos lo explicaba cada vez que coincidíamos con ella en el vestuario, ha salido con varios pero por lo visto no acabó nada bien la noche, a uno no se qué pasaría que le acabo rompiendo la nariz de una ostia, al ir contigo bien no ha tardado nada en decírselo a todo el mundo, yo creo que tenía algún complejo y tú la has liberado.
No quise seguir con aquella conversación, hablamos tomándonos algo de su trabajo y del mío hasta la hora de salir a cenar, quedamos en ir con mi coche y dejó el suyo en el parking del club, cenando me explicó las diferentes fiestas y cenas que organizaba el club durante el año, cuando estábamos en los postres…
ANA: ¿Te gustaría tomar una copa después?
YO: Estaría bien, ¿dónde te gustaría ir?
ANA: Si no te importa, a tú casa.
YO: Por mí no hay problema pero que sepas que vivo en la costa a media hora de aquí.
ANA: Sabes que pasa, que en casa tengo a mi hijo con la canguro, ya he quedado con ella que lo llevara mañana al colegio para tener toda la noche libre, ya ves que te lo digo con sinceridad.
YO: ¿Quieres venir a casa tomar una copa y dormir conmigo?, ya ves que también te lo digo en confianza, mañana te acompaño a recoger tú coche y listo.
Me miró a los ojos sonriendo pasando a una risa, metiéndose una cucharada del postre en la boca.
ANA: Ahora entiendo lo que le gustó a la rusa de ti, que fueras tan directo y sincero.
YO: Eso es un sí.
ANA: Cómo te voy a decir que no, con las ganas que tengo de meterme en la cama contigo para ver si tienes la fama bien ganada.
Aquella conversación me la estaba poniendo dura sin haberla tocado.
YO: Ya me estás metiendo presión Ana, si luego no estoy a la altura será culpa tuya.
Nos reímos un rato, pagamos y nos fuimos para casa.
Entramos y Ana se lo repasaba todo con la vista, hasta se dio un paseíto por el salón para enterarse bien, se giró.
ANA: Tienes una casa muy bonita, muy limpia y ordenada para ser hombre y vivir solo.
YO: Es una señora que me ayuda en esas cosas y estoy muy contento con ella, me lo ordena todo y trabaja muy bien, bueno, ¿qué quieres tomar, un gin tonic te va bien?
ANA: Vale como quieras.
Los preparé y salimos a la terraza de la piscina a tomarlos.
ANA: Pues sí que es bonita la casa sí, esta piscina es fantástica.
Cuando estábamos acabando las copas.
ANA: ¿Sabes lo que tengo ganas de ver de la casa?
YO: Siempre me ha fascinado lo que os gusta a las chicas que os lean el pensamiento, ¿como coño voy a saber lo que te gustaría ver?
ANA: Tú habitación David, tengo muchas ganas de ver tú habitación.
Le cogí una mano y acerqué despacio mis labios, ella me miraba fijamente a los ojos acercando los suyos a los míos hasta encontrarse y juntarse dulcemente, los abrimos saboreándolos, uno los del otro juntando los cuerpos cada vez más, me levanté y sin soltarle la mano la llevé hasta mi habitación, entramos y encendí la luz.
YO: Ana, esta es mi habitación.
La llevé hasta el lado de la cama, la volví a besar y con mi cuerpo la acompañé hasta estirarnos uno al lado del otro sin dejar de besarnos, separé un momento los labios.
YO: Y esta es mi cama.
ANA (riendo): ¿A sí?, ¿y para qué sirve?
YO: Hoy para follarte hasta dejarte bien satisfecha.
Se le borró la sonrisa de la cara mirándome fijamente, me tiré a comerle la boca colocándome encima de ella, abrió las piernas poniéndome en medio bajando una mano palpando un muslo para subirla despacio por debajo de su vestido, pasando a la parte interna y acabar de subirla hasta tocarle el chocho por encima de las bragas, se despegó de mis labios mirando atrás gimiendo a la vez que me cogía la polla por encima del pantalón, que a esas alturas ya la tenía bastante preparada, le besé y lamí el cuello, ella volvió a gemir, pasé una mano por detrás de la espalda bajándole la cremallera del vestido, le bajé los tirantes y quedaron delante de mí un par de tetas que se le aguantaban muy bien, se las lamí despacio llegando al pezón chupándoselo, le creció quedando puntiagudo de un buen tamaño, me lo metí en la boca succionándolo despacio haciéndole gemir sin parar, le bajé el vestido quitándoselo, le quité el tanga sacándolo por los pies aprovechando para descalzarla, la tenía toda en pelotas y estaba buena de cojones, o al menos así lo veía yo en aquel momento que estaba caliente de narices, ella se incorporó quitándome la camisa, los pantalones y toda la ropa que pudo hasta dejarme en bolas, me miró y se tiró a buscar mi polla con su boca, la cogió con la mano y se metió el capullo chupándolo como si fuera un “calipo”, en poco tiempo la tenía a mil, levantó la cabeza y sin dejarme tiempo a reaccionar se sentó encima metiéndosela hasta el fondo dando un grito, se empezó a mover a golpe de caderas cambiándole la cara por momentos, gritando cada vez más hasta correrse, respiraba rápido mirándome.
YO: Me parece que te hacía falta.
ANA (riendo): No lo sabes bien.
Me giré con ella encima dejándola debajo, la besé con cariño y bajé mi boca hasta su coño empapado metiéndole la lengua, lamiendo despacio desde arriba hasta el ojete del culo, volvió a gemir cogiéndome de la cabeza, me entretuve en el agujero de su vagina lamiéndole y metiéndole la lengua apretando, pasó de gemidos a gritos, planté la lengua encima del clítoris y se lo chupé despacio notando como subía su excitación, cambié a lamérselo y succionárselo pegando ella un grito tremendo corriéndose de nuevo moviendo las piernas como si le dieran calambrazos, tenía la polla tan tiesa que me empezaban a doler los huevos, me estiré encima de ella, me limpió la boca pasándome su mano y me besó con pasión, moví mis caderas y se la metí entera entrando muy suave de lo mojado que lo tenía, pegó otro grito mirándome a los ojos.
ANA: No pares David, no pares por favor, sigue, sigue.
Puse en movimiento las caderas entrando y saliendo de ella a ritmo, le besé el cuello, ella giró la cabeza para atrás cerrando los ojos gimiendo y gritando sin parar, fui aumentando el ritmo y la fuerza con la que la empotraba sin dejar de lamer y besar su cuello, no tardó nada y empezó a moverse toda corriéndose de nuevo quedando jadeando profundamente, me abrazó muy fuerte juntando nuestros cuerpos escondiendo su cara en mi cuello.
ANA: Que bueno eres cabrón, estoy destrozada y con más ganas de follar, no pararía.
Se había corrido tres veces en nada de tiempo y seguía excitada, me incorporé, le giré el cuerpo dejándola boca abajo, salí de la cama y la cogí por las caderas levantándola dejándola a cuatro patas en el borde, me cogí la polla apuntándola otra vez a su agujero del coño, me fijé y el flujo y la lubricación le caían por las piernas de lo mojada que estaba, se la metí de golpe, pegó un grito enorme levantando la cabeza abriendo la boca, la follé con fuerza y velocidad a todo lo que podía, ella pegaba unos gritos que se caía la casa encima, le temblaba cada vez más el cuerpo, se le caía de la boca la baba encima de la cama, los temblores se fueron agudizando, su coño estaba chorreando por todos lados, pegó un último grito largo y fuerte a lo tarzán corriéndose con un orgasmo tremendo moviendo el culo sin parar, me corrí dentro como un animal de lo cachondo que me puso aquella mujer, no paró de mover el culo hasta que me sacó la última gota, se dejó caer temblorosa sobre la cama con los ojos cerrados y la cara sobre las sabanas respirando que le faltaba el aire, me estiré a su lado retirándole el pelo de la cara, le sequé la boca llena de baba con la sabana y le di un beso en la frente, ella abrió los ojos cansada y satisfecha, se juntó más a mi cuerpo y metió su cara en mi cuello besándolo delicadamente.
ANA: Dime que no será la última vez y saldrás más veces conmigo.
YO: Desde luego Ana, claro que saldremos cuando…
Se había quedado dormida y respiraba acompasadamente subiendo y bajando su pecho, estiré una mano para coger la sabana y taparnos, ella se acomodó pasándome un brazo por encima abrazándome y colocó su cabecita mejor sin dejarme de dar besitos en el cuello dormida. Nos despertamos en la misma posición, me miró con sus ojos brillándole, me besó en los labios sin separarlos en un ratito.
ANA: Buenos días David.
YO: Buenos días princesa.
Nos duchamos, vestimos, desayunamos y la dejé en el parking del club para que recogiera su coche antes de ir al trabajo, ella no paró de mirarme toda la mañana y casi no habló, nos despedimos con un abrazo y quedamos en llamarnos.
Entré a la oficina, Pilar se levantó de su mesa siguiéndome, me saludó.
PILAR: Hoy es viernes, a las once vendrá el jefe de personal para reunirse con usted y no tiene nada más en la agenda.
YO: ¿Ya es viernes Pilar?, se me ha pasado la semana volando.
PILAR: Se nota que ha estado distraído esta semana.
Distraído, no sé si podía decirse así pero lo cierto es que los días se me habían pasado muy rápidos, pensé que al salir me iría directamente a casa, hoy nada de club, llegué y me cambié con ropa cómoda, me fui al paseo, busqué un restaurante y me metí entre pecho y espalda algo para picar y una paella de puta madre con una botella de vino blanco, volví a casa pegándome una buena siesta, me levanté sobre las siete, escuché algo de música y me relajé, estaba encantado con mi nueva vida, el fin de semana fue para solo para mí, el domingo me llamó Sandra.
YO: Hola guapísima.
SANDRA: Como te va Don Juan.
YO: Cómo que Don Juan.
SANDRA: Seguro que estás triunfando entre las chicas como nunca en tú vida cabroncete.
Pero como podía saber si me iba bien o no con las mujeres, a veces parecía bruja.
YO: Bueno, normal supongo, tranquilo y trabajando.
SANDRA: Ya, ya.
YO: ¿Y tú?, que te explicas.
SANDRA: He encontrado un trabajo con un familiar, es muy temporal pero estoy contenta y puedo ir viviendo.
YO: Si alguna vez quieres venir a verme avísame y te ayudaré a venir vale.
SANDRA: ¿Me estás diciendo que me echas de menos?
YO: Pues sí, encuentro a faltar esos momentos contigo que tanto reíamos, y verte también.
SANDRA: Ya sé yo lo que tú encuentras a faltar golfillo, a mí también me gustaría que no pasara mucho tiempo sin volver a verte, deja que me organice y te diré algo vale.
YO: Cuando tú quieras Sandra, pero que no pase mucho tiempo por favor.
SANDRA: No te preocupes, yo te llamo.
Hablamos un rato más y nos despedimos, Sandra era una amiga muy especial, le estaba tan agradecido de todo lo que me había enseñado, me di cuenta después de la última salida con Ana, la cara que se le quedó, sus alabanzas sobre lo bien que follaba, esas cosas si no hubiera conocido a Sandra no me las hubieran dicho en la vida, con lo mustio que era yo joder.
El lunes al medio día estaba sentado en mi mesa del despacho y empezaron a llegarme mensajes al móvil.
KATIA: Recuerda David guardar noche para mí.
SILVIA: Acuérdate que tenemos que salir contigo un día de esta semana.
ANA: No dejes pasar mucho tiempo para volver a vernos por favor.
Pasó por delante Pilar en ese momento.
PILAR: ¿Pero que son tantos mensajes a la vez David?
YO: Qué se me está llenando la agenda por momentos Pilar.
PILAR (con cierto recochineo): Socializar está bien, pero si se hace demasiado a lo mejor no es muy sano.
Levanté la cabeza mirándola.
YO: ¿Qué dices Pilar?
PILAR (riendo): Nada jefe que se organice bien.
Contesté los mensajes quedando con Marta y Silvia el martes, con Katia el miércoles y con Ana el jueves, por la tarde llegué al club y me metí directo al gimnasio a sudar, tenía ganas de quemar grasa y cansarme, me relajaba el cuerpo y la cabeza, en eso estaba y apareció Víctor con la pala de pádel en la mano, se puso a mi lado en la cinta de correr.
VICTOR: Escucha campeón, tengo en un cuarto de hora una clase con dos chicas que tiran de espaldas, les prometí la semana pasada que buscaría a otra persona para hacer un partido con ellas y no me he acordado hasta ahora, hazme el favor y juega con nosotros por favor.
YO: Joder Víctor que venía con la idea de estar un rato y largarme para casa.
VICTOR (puso cara de pena): Por favor David, te deberé una vale.
YO: ¿Té quieres tirar a una o a las dos cabrón?
VICTOR: Ok me has pillado, ya me gustaría que fueran las dos pero es imposible, sé que si vienes tú seguro que una de ellas te buscará y yo podré salir con la otra.
YO: Va cabronazo déjame diez minutos más y nos vemos en las pistas.
El tío se fue contento de cojones, a la hora en punto estaba con él en la pista.
VICTOR: Se retrasan un poco es normal.
En esos momentos aparecieron por el pasillo dos pibones alucinantes.
YO: Víctor por tu madre, ¿pero esto qué es tío?
VICTOR: Son dos universitarias que están como un queso.
Una rubita con carita de muñequita con ojos claros, la otra una morenaza con ojos oscuros, las dos con un tipazo que tiraban de espalda.
VICTOR: ¿Qué tal chicas como estáis?, le he pedido a David que viniera a jugar con nosotros, ha hecho un gran esfuerzo por hacerme el favor, Rut, Tania os presento a David.
Les di dos besos a cada una, ellas mientras me los daban me miraban a los ojos abriéndolos mucho, se quedaron las dos delante sin hacer ni decir nada, yo empezaba a estar un poco incomodo, nadie hablaba y las dos no me sacaban la vista de encima.
TANIA (la rubia): Víctor, este es David el de la rusa.
Se me cayeron los huevos al suelo, no podía creer que me conocieran todos por eso.
RUT: Yo voy con él y tú con Víctor.
TANIA: No nena, voy yo con él, tú con Víctor y otro día ya hablaremos.
Me di cuenta rápido quien de ellas llevaba la voz cantante, se puso a mi lado y empezamos a pelotear para calentar, fuimos a buscar del suelo una pelota los dos y al acercarme.
TANIA: ¿Quieres tomar algo conmigo después?
YO: Vale, quedamos en la cafetería cuando nos duchemos.
TANIA: No, mejor nos vemos en el parking y vamos fuera, aquí hay mucho cotilla.
Joder era la más jovencita y la que lo tenía más claro, nos encontramos en el parking y la seguí en su moto hasta un bar muy moderno no muy lejos, nos sentamos en unos sillones muy cómodos y pedimos un par de cervezas, que después de hacer una buena sudada entra de narices.
TANIA: No sabes las ganas que tenía de conocerte.
YO: ¿Lo de hoy así, ha sido una encerrona de Víctor?
TANIA (riendo): No te enfades con él, siempre nos tiraba los tejos para salir con alguna de nosotras, el pobre estaba desesperado por qué siempre le decíamos que no, la semana pasada salió la conversación de la rusa, nos interesamos por ti y el cabrón aprovechó para decirnos que conseguiría que tú vinieras si salía alguna con él.
YO: Que pedazo de cabrón está hecho.
TANIA: No te puedes hacer la idea de la cantidad de tías que saldrían contigo si te conocieran, todavía hay gente que se piensa que no existes y eres un bulo.
YO: ¿Pero cómo puede ser eso?, solo salí con ella una noche.
TANIA: Pues por lo visto eres tan bueno que le dejaste huella tío, se ha corrido la voz y a las tías les chorrea el chichi por ti chaval.
No me lo podía creer, cuanto más tiempo pasaba más grande se hacía la bola y yo no sabía cómo pararla, estaba con mis pensamientos y cuando me di cuenta Tania me había cogido del cuello y me estaba pegando un morreo de cojones, tenía los ojos encendidos y me miraba como si quisiera comerme.
YO: ¿Y esto Tania?
TANIA: Nos acabamos las cervezas y te vienes a mi apartamento que me tienes con las bragas mojadas tío.
La volví a seguir en la moto y me llevó a una zona llena de edificios, subimos a su casa, era un apartamento pequeño con una habitación.
TANIA: Es mi casa durante la semana, me la alquilaron mis padres para estudiar, cerca de aquí vive Rut.
YO: Es bonito para ser tan…
No me dejó decir nada más que se me enganchó en los labios, metiéndome mano sin ninguna vergüenza amasándome el paquete, la cogí por la cintura levantándola, la llevé hasta la cama estirándola encima, le desabroché el pantalón tejano quitándoselo con las bragas, los calcetines y las zapatillas, cuando levanté la mirada ella se había quitado todo de la parte de arriba y se estaba abalanzando sobre mí para desnudarme, una vez en bolas los dos le abrí las piernas y me capucé en su chumino comiéndomelo por todos lados, no dejé un rincón por visitar, ella gemía moviendo la cabeza sin parar, me paré en el clítoris chupándolo poco a poco con más fuerza siguiendo el ritmo de sus gritos hasta que se corrió a lo bestia, que vitalidad tenía aquella chica, claro que a su edad era normal, como era más bien delgadita y pesaba poco la cogí por el culo levantándonos de la cama, la apoyé contra la pared con sus piernas enrolladas en mi cintura y se la metí de golpe, pegó un buen grito mirándome fijamente a los ojos, la subía y bajaba empalándola en mi polla, ella me pasaba los brazos alrededor del cuello, yo me animaba por momentos subiéndola y bajándola con más fuerza, las paredes del apartamento eran una mierda porque empezaron a caer algunos cuadros que tenía colgados del movimiento, ella no perdía la concentración y seguía gritando a cada bajada de su cuerpo, hasta pegar un buen grito con la boca al lado de mi oreja que me dejó sordo corriéndose de manera escandalosa abrazándome muy fuerte con sus brazos.
TANIA (jadeando): Que fuerte tío, que fuerte…
La giré y la puse en la cama a cuatro patas sin decir nada, me tenía caliente como un animal, se la metí de golpe en el chichi encharcado, con aquella postura me gustaba acabar porque controlaba cuando quería correrme y me excitaba una barbaridad, esperé a que le viniera un último orgasmo alargándoselo follándola bien fuerte y cuando parecía que ella empezaba a bajar la intensidad me corrí yo llenándole el coño de leche volviéndola a excitar pegando unos cuantos gritos juntos, se estiró en la cama mirándome.
TANIA: Tío eres la leche, ¿saldrás conmigo alguna vez más verdad?
La madre que me parió, como aquello siguiera así me iban a faltar días para salir con todas, me vestí, le di un beso en los labios de despedida y me fui para casa a cenar y descansar.