Cambio de vida (5)

Me duché con abundante jabón...

Me duché con abundante jabón, me puse el bañador y la camiseta de rigor y me fui a comer al chiringuito, estaba bastante lleno, busqué una mesa vacía y le hice una señal a Sandra por si podía sentarme, me lo confirmó con la cabeza en la distancia sonriendo, cuando pudo se acercó a la mesa con la libreta en la mano para apuntar.

SANDRA (con una sonrisa): Hola David, has venido muy temprano hoy.

YO: Tú eres muy hija de la gran puta, ¿los sabes no?

Se quedó tiesa borrándosele de la cara la sonrisa.

SANDRA: ¿Pero qué te pasa, por qué me dices eso?

Me levanté la camiseta dejándole ver todo el pecho sin un pelo.

YO: Tú sabías a donde me enviabas y no me dijiste nada cabrona de mierda.

Dejó la libreta y el boli encima de la mesa cogiéndome la cara con las manos, me dio un beso aguantando sus labios junto a los míos.

SANDRA: Oooooh, ¿Te han hecho daño David?, ¿lo has pasado mal?

YO (haciéndome la victima): Sí, lo he pasado fatal, me han hecho un montón de daño tía.

Me soltó la cabeza volviendo a coger la libreta y el boli.

SANDRA: Pues te jodes coño, yo llevo toda la vida haciéndolo y no me he quejado nunca, que quieres para comer que hay gente y tengo prisa.

La miré como si fuera una asesina en serie sin sentimientos.

YO: Paella y vino blanco.

SANDRA: Marchando.

Me miró, se descojonó de risa en mi cara y se giró caminando para pedir mi comida, al rato me trajo el plato de paella y la copa de vino.

SANDRA: Tú paella guapo.

YO (serio): Muchas gracias señorita.

Se fue con una risilla que me estuvo haciendo cada vez que nos mirábamos mientras trabajaba, acabé el plato y me lo vino a retirar.

SANDRA (riendo): ¿Quieres algo más rey?

YO: Un café con hielo señorita.

SANDRA: Muy bien marchando.

Me trajo el café riendo.

SANDRA: Tú café con hielo campeón.

YO: Gracias señorita.

La seguía mirando serio para que viera que estaba enfadado con ella, creo que no le afectaba mucho porque ella seguía mirándome con una sonrisa enorme, me pareció que se estaba cachondeando de mí a base de bien, estiré el café todo lo que pude y le pedí otro haciéndole un gesto con la mano, me lo trajo.

SANDRA: ¿No has tenido bastante con uno?, no te vayas a poner nervioso eh.

YO: Gracias señorita, no se preocupe por mi salud.

Se volvió a ir aguantándose las ganas de soltarme una carcajada en la cara, tardé en tomarme el café mirando como ella se movía y atendía las mesas, que guapa era joder, me sonreía y yo seguía serio, cuando no quedaba mucha gente me levanté y fui a la barra a pagarle a José, me fui y no había recorrido cuatro metros que vino corriendo Sandra a buscarme, me cogió de una mano parándome.

SANDRA: ¿Pero dónde vas?, y además te ibas a traición cuando no te veía, menos mal que José me ha avisado.

YO (gritando): José, eres un traidor.

Escuché una carcajada que salía de dentro del chiringuito.

SANDRA: ¿Te has enfadado conmigo?

Yo le miraba a la cara haciéndome la víctima, ella me metió la mano por debajo de la camiseta acariciándome el pecho.

SANDRA: Ooooh, pero que fino, que bien.

Me cogió el cuello de la camiseta estirándolo levantando la cabeza para mirarme desde arriba por dentro.

SANDRA (contenta): David estas guapísimo tío, bajarás esta tarde para verte un rato.

YO: No creo, estoy muy triste.

SANDRA: Va venga que me gusta verte hombre.

YO: No, me quedaré en casa.

SANDRA: Si vienes y como te has depilado esta noche te enseñaré a hacer una cosita que te gustará mucho.

YO: Sí, eso, ahora me intentas sobornar, que poca vergüenza tienes tía, ¿a qué hora quieres que venga?

SANDRA (riendo): A las siete y media, te esperas hasta las nueve y nos vamos juntos.

YO (serio): Vale.

Me giró la cara sujetándomela con las dos manos, me dio un beso en los labios y me abrazó.

SANDRA: Hasta luego guapísimo.

Me fui a casa a dormir la siesta pensando en que me presentaría tarde para hacerle sufrir, si ella se presentaba un cuarto de hora tarde yo lo haría media hora, ¡toma!, y antes de las siete estaba otra vez en el chiringuito con una cerveza delante mirando cómo se movía Sandra con su sonrisa, que le vamos a hacer, soy así.

No había mucha gente cuando salió José a saludarme sentándose conmigo, estuvimos hablando un rato y le pedí si Sandra podía acabar antes para cenar los dos juntos, me dijo que no había ningún problema y que él mismo nos serviría, a las ocho estaba Sandra en la barra esperando que le pusieran una cerveza para llevársela a un cliente, salió José, llamó a otra camarera y le dijo que se ocupara ella de todos los clientes, cogió de la cintura a Sandra y la acompañó hasta mi mesa que ya le había puesto un mantel, los cubiertos con las copas y una velita, le apartó la silla para que se sentara.

JOSE: Que tengan una buena velada los señores.

SANDRA: ¿Esto es cosa tuya?

Le hice una cara de tío interesante para decirle que sí.

SANDRA: Tendrías que saber que no me gusta que se metan en mis cosas, y menos en mi trabajo, yo acabo a las nueve cuando se cierra.

Me puse de pie a su lado, me levanté la camiseta por debajo y le cubrí la cabeza dejándola dentro.

YO: ¿Tú has visto lo que he hecho por ti sufriendo como un cerdo, y tú no puedes ni aceptarme una cena romántica?

Me abrazó por la cintura besándome la barriga y el pecho, en ese momento llegó José con una cubitera con el vino dentro.

JOSE (riendo): ¿Pero qué hacéis chicos?

Sandra sacó la cabeza de dentro de mi camiseta.

SANDRA: José perdona a David, esta hora descuéntamela al final de mes.

JOSE: Pero que dices niña, esta hora tú sigues trabajando cenando con tú novio.

Me guiñó un ojo y nos sirvió el vino en las copas, Sandra se quedó seria y José se marchó, levanté mi copa para brindar y ella cruzó los brazos en su pecho mirándome.

SANDRA: ¿Qué somos novios, se lo has dicho tú?

YO: Te prometo que ha sido cosa suya, vamos a brindar.

No movió ni un dedo y seguía seria interrogándome con la mirada.

SANDRA: ¿Eso es lo que buscabas desde el principio?

YO: ¿El qué, qué buscaba?

SANDRA: Vamos hombre, no te hagas el tonto ahora, desde el principio que has querido tener una relación seria conmigo, y como has visto que yo no pasaba por el aro has convencido a José para cenar aquí y declararte.

Se me quedó el brazo levantado sujetando la copa de vino sin saber que decirle.

YO: ¿Declararme?

SANDRA: No me hagas el papel este que haces siempre de no enterarte de nada, que ya te he pillado por dónde vas tío.

Me dio un ataque de risa de la ostia, no podía parar, se me saltaban las lágrimas de tanto reír y ella me miraba con curiosidad.

YO: Declararme, ¿de verdad te crees que me voy a declarar?, que me voy a arrodillar, sacar un anillo y pedirte en matrimonio.

No podía seguir hablando del ataque de risa, ella empezó a reír también tímidamente, paré un poco pasándome la mano para limpiarme las lágrimas y sonarme con una servilleta de papel los mocos.

YO: Acabo de salir de un matrimonio del que he terminado hasta los cojones, y tú te crees que me quiero meter en otra relación sería, ¿tan gilipollas me ves?, ¿de verdad?

Ahora era ella quien no sabía qué cara poner, parecía que dudaba.

SANDRA: No, no hombre, lo que pasa es que me tienes confundida, estás todo el tiempo que puedes conmigo, me pides que me quede a dormir en tú casa, que ya estoy más tiempo que en la mía, si pasamos todo el día juntos joder, yo pensaba.…

YO: Claro, me gusta estar contigo, pero precisamente porque tú ya me dejaste claro que no querías nada serio, que eres libre y quieres hacer lo que quieras siempre, yo te lo respeto.

En ese momento llegó José con los platos de la cena, nos puso uno a cada uno delante.

JOSE: Así me gusta, que os riais mucho y seáis felices.

Se marchó riendo y nosotros nos descojonamos de risa los dos, cenamos hablando del día que había pasado ella y de mi experiencia traumática en la depilación, se moría de risa cuando se lo explicaba e intentaba imitar la cara de Tere cada vez que pegaba un grito de dolor.

Cuando acabamos fuimos caminando a casa cogidos por la cintura.

YO: Sandra, ¿sabes que aunque estemos así, tú puedes hacer lo que quieras?, a mí no me importa si tú quieres salir algún día con tus amigos, lo único que te pediría es que si es un follamigo, no lo traigas a casa.

SANDRA (medio cachondeo): ¿No me dejarías llevar a tú casa a un ligue?

YO: Pues no, preferiría no verlo si no te importa.

SANDRA: ¿No te excitaría verme con otro?

Paré de golpe de caminar mirándole a los ojos.

YO: ¿A ti te pondría verme follar con otra tía?

Se puso sería, bajó la cabeza y la movió negándolo.

YO: ¿Te pondría ver cómo te miro mientras tú te follas a otro?

Siguió diciendo que no con la cabeza, la levantó mirándome a los ojos y me pasó sus brazos por mi cuello, me dio un beso en los labios y seguimos caminando.

SANDRA: No te pienses que soy tonta, sé que estamos teniendo una relación o algo muy parecido, me gusta estar contigo y veo que tú también estás bien conmigo, sino, no estarías cada día mirándome en el chiringuito y queriendo dormir conmigo, y me gusta sentirme libre para hacer lo que quiera en cualquier momento aunque no puedo hacerlo.

YO: ¿Me estás diciendo que te gustaría ir más en serio?, más oficial, no sé cómo decirlo.

Me miró a la cara y algo vio que respondió muy rápido.

SANDRA: No, no, ya estamos bien así, ¿verdad?

YO: Yo estoy de coña, soy muy feliz viviendo así.

Me besó con cariño.

SANDRA: Yo también soy muy feliz así.

Entramos en casa y fuimos a la habitación.

SANDRA: Me voy a dar una ducha espérame.

Yo aproveché para cambiarme poniéndome un camiseta y un pantalón cómodo, me quedé sentado en la cama mirando el móvil esperando que ella saliera para verla desnuda que me encantaba, salió con la toalla enrollada en el cuerpo.

SANDRA (riendo): ¿Te has quedado para verme en pelotas pervertido?

YO: Claro, ¿es qué lo dudas?

Me miró con una sonrisa y se quitó lentamente la toalla dejándola caer al suelo, se acercó dando pasos muy despacio, cuando tenía el chichi a un palmo de mi cara me puso un dedo debajo de la barbilla levantándome la cabeza para que le mirara la cara.

SANDRA: Quiero verte el cuerpo depilado, levántate.

Me levanté dejando el móvil en la cama, me quitó la camiseta pasándome la mano por el pecho, por las axilas y las fue bajando despacio hasta bajarme el pantalón cayendo a mis pies, sin dejar de mirarme a los ojos pasó la mano por el pubis, los huevos y por debajo llegando a tocarme el agujero del culo comprobando que no había nada de pelo, la polla me estaba creciendo de cómo me estaba poniendo tanto toqueteo.

SANDRA (susurrándome): Te lo han hecho muy bien.

YO: ¿Te gusta?

SANDRA (seguía susurrando): Me encanta, ahora te voy a dar tú regalo por haberlo hecho por mí.

YO: ¿Me has comprado un regalo por depilarme?

Me miró a los ojos sonriendo.

SANDRA: Qué tonto eres a veces David.

Me empujó suavemente y me sentó en la cama.

SANDRA: Estírate bien y abre las piernas.

Moví el culo para el interior de la cama y me estiré separando las piernas, ella se subió arrodillándose en medio y me cogió la polla pajeándola lentamente.

SANDRA: ¿Te gusta?

YO: Sí.

Se la metió en la boca chupándola despacio bajando la cabeza poco a poco hasta tenerla toda dentro, la volvió a sacar y lo repitió unas cuantas veces dejándomela tiesa a punto de reventar, se incorporó y se sentó encima metiéndosela.

SANDRA: Tienes prohibido correrte, aguanta y deja que me corra yo, vale.

YO: De acuerdo, lo que tú digas.

Empezó a mover sus caderas acariciándome el pecho cerrando los ojos, gimió y aumentó el ritmo un poco volviendo a gemir más fuerte, siguió moviéndose, pasaba el tiempo y ella se movía cada vez más rápido gimiendo más fuerte, abrió los ojos mirando los míos, paró un momento cogiendo aire y empezó de nuevo con fuerza dejando ir un grito enlazándolo con otros corriéndose, al acabar me dio un beso en los labios sonriendo.

SANDRA: Que bueno, que bueno ha sido, no te muevas que ahora vuelvo.

Se levantó y abrió el armario donde guardaba su bolsa grande de la ropa, sacó algo y volvió a mi lado, se estiró en la cama boca abajo a mi lado y me enseñó un botecito, ponía vaselina.

YO: ¿Y eso?

Cogió un cojín y se lo puso debajo de la barriga levantándole el culo precioso que tenía, me dio el bote.

SANDRA: Pon vaselina en el agujerito de mi culo por favor.

Entonces entendí que es lo que quería hacer, me empecé a poner nervioso.

YO: ¿Estás segura?, ¿no te hará daño?

SANDRA: Es tu regalo, si no lo quieres dímelo.

No dije nada y abrí el bote, ella sonrió y se colocó bien, metí un dedo dentro mojándolo de vaselina y se lo pasé por el agujero untándolo bien.

SANDRA: Mete la punta de un dedo muy despacio por favor.

Apreté con la punta de un dedo y entró suavemente dilatando el agujerito, fui moviéndolo poco a poco apretando un poco más para introducirlo más adentro, ella me miraba confirmando con la cabeza que lo estaba haciendo bien.

SANDRA: Ahora junta otro dedo y mételos despacio.

Al meterlos ella movió el cuerpo un poco parándome al momento, la miré y me confirmó que todo estaba bien, los moví un ratito viendo como el agujero cada vez estaba más dilatado y abierto, solo de pensar que se la iba a meter me estaba poniendo caliente a más no poder, me cogió la mano apartándola.

SANDRA: Ya puedes meter lo que tienes tantas ganas de meter cariño, pero con cuidado al principio por favor.

Me acerqué moviendo las rodillas apuntando mi polla su culito, cogí más vaselina untándomela, ella sonrió confirmando con la cabeza que lo había hecho bien, le puse la punta apoyada en el agujero y apreté un poco, vi como se le dilataba alrededor de mi polla entrando la punta cerrándose cuando entró todo el capullo, Sandra gimió un poco, la miré para saber si todo estaba bien, pasó una mano hacía atrás apoyándola en un muslo acercándome más a ella, la fui metiendo poco a poco hasta que ella me paró con la mano volviendo a gemir, tenía la mitad adentro más o menos, volvió a empujarme lentamente hasta meterla toda.

SANDRA: Uf, déjala dentro sin moverla por favor.

YO: Cómo me tienes nena, tengo unas ganas de follarte este culo que no te lo puedes imaginar.

SANDRA (riendo): Sí que me lo imagino sí, ya la noto muy grande hoy, te ha crecido bien marranote, por favor empieza muy despacio, muy despacio.

La saqué un poco y la volví a meter muy lentamente, lo repetí haciendo un poco más de recorrido dentro de su culo, después de tres o cuatro veces más ya se la metía y sacaba entera, en cada embestida chocaba mi pubis contra su culo, cada vez el choque era más fuerte sonando un golpe con el contacto, Sandra se llevó las manos a los cachetes abriéndoselos dejándome una visión increíble de mi polla clavada en su agujerito, pudiendo metérsela más profundamente, fui aumentando el ritmo y la fuerza perdiendo totalmente la cabeza acabando con unos golpes sobre su culo terribles corriéndome dentro a lo bestia, me estiré sobre su espalda sin sacarla.

YO: Madre mía que cosas me enseñas Sandra.

SANDRA: Sácala por favor.

Se levantó con una mano en el culo.

SANDRA: Ven conmigo a la ducha que te la tienes que limpiar bien o no me la meto en la boca nunca más.

Me levanté de un salto y nos metimos debajo del agua enjabonándome bien por todos lados.

SANDRA: Tela como me has dejado el culo tío.

YO: ¿Cómo te lo he dejado cariño?

SANDRA: Escocido y muy abierto chaval.

La abracé apretando su cuerpo contra el mío debajo del agua.

YO: No quiero hacerte daño, quiero que disfrutemos juntos.

SANDRA: ¿Quién te ha dicho que me has hecho daño y que no he disfrutado?, te he dicho que lo tengo escocido y dilatado, ya está.

YO: ¿Ya está?

SANDRA: Buf, anda cállate y vamos a tomar una copa.

Estábamos en la terraza tomando la copa hablando, ella paró de hablar de golpe y me miró…

SANDRA: ¿Me ha parecido que nos hemos dicho cariño el uno al otro esta noche?

YO: Sí Sandra, estamos decayendo, esto ya es lo último, que desastre, ¿no sé si podré mirarte a la cara nunca más?

SANDRA (riendo fuerte): Que tonto eres tío.

YO: ¿Y qué pasa si nos hemos dicho cariño?, yo te tengo mucho de cariño, cariño, decirnos cariño no……

SANDRA: Vale, vale, entendido, no pasa nada y ya está.

Se hizo un silencio.

SANDRA: Cariño.

Nos miramos y nos descojonamos de risa.

Fue pasando el verano y prácticamente vivíamos juntos, llegó el mes de septiembre y un día entre semana que casi no había nadie aquella tarde en el chiringuito, se sentó conmigo José con una cerveza para hacerme compañía, dio un sorbo y me miró a los ojos.

JOSE: ¿Ya habéis hecho planes con Sandra?

YO: ¿Planes?, ¿a qué te refieres?

JOSE: Coño David, Sandra está temporalmente aquí, el mes que viene será el último que tendré abierto el local y se le acaba el trabajo, pensaba que ya lo habríais hablado para seguir juntos, ¿o no?

Me encogí de hombros dándole a entender que no habíamos hablado nada.

JOSE: Ya me dice mi mujer siempre que tengo la boca muy grande, me podía haber quedado calladito joder.

Cuando se acabó la cerveza se fue, pensé en lo que me había dicho, no había caído antes en eso, vivía tan al día disfrutando de todo que no me planteaba nada para mañana, pero algo así debía hablarlo con Sandra.

Cenando en casa intentaba sacar la conversación pero no sabía cómo hacerlo, ella hablaba de sus cosas y de pronto paró de hablar.

SANDRA: ¿Te pasa algo David?

YO: Pues verás, he estado pensando en una cosa, y es qué……

SANDRA (seria): Dilo de una vez hombre.

YO: Se está acabando el verano y supongo que el chiringuito cerrará, se acabará la temporada y no sé qué harás tú.

SANDRA: Pues volver a mi pueblo.

Nos miramos fijamente en silencio, en ese momento ella se dio cuenta, ninguno de los dos lo habíamos pensado antes, se puso la mano sujetándose la cabeza.

SANDRA: ¿Qué hacemos David?, yo tengo que volver a ver a mis padres y hermanos, además nosotros siempre hemos estado de acuerdo que lo nuestro no era nada serio, ¿verdad?

YO: Es verdad, lo que pasa es que me gusta mucho tú compañía y te echaré de menos.

SANDRA (riendo): Lo que echarás de menos es follar conmigo golfillo.

YO: Eso también.

Llegó el día que la acompañé a coger el tren para irse, nos despedimos sin traumas quedando en que me llamaría para pasar algunos días conmigo cuando ella quisiera, entré en casa de vuelta y me senté en el sofá, si la primera vez después de separarme de mi mujer me sentía liberado, esta vez solo hacía que mirar el salón echándola de menos escapándoseme algunas lágrimas.