Cambio de vida (4)

El lunes llegué a la oficina...

El lunes llegué a la oficina con una sonrisa enorme, hasta Pilar la eficiente secretaría que tenía desde los inicios de la empresa me notó diferente.

PILAR: Buenos días, parece que el fin de semana le ha ido bien, hace muy buena cara.

Ella era un año más joven que yo, rubia teñida con ojos claros y un poquito pasada de peso, pero siempre radiaba felicidad, me gustaba trabajar con ella por su eficiencia y por su carácter abierto y optimista.

Cuando me senté en mi mesa y repasé los últimos mails la llamé, entró en el despacho y se sentó delante con una libreta, para tomar notas de los trabajos que pensaba que le iba a mandar hacer.

YO: Hola Pilar, no, no te va ha hacer falta la libretita, solo te quería hacer una consulta.

Abrí la boca para decírselo y me corté sintiendo algo de vergüenza de pedírselo, yo me quedé con la boca medio abierta, ella me escuchaba con los ojos muy abiertos y supongo que al verme a mí también acabó entre abriendo la boca esperando que hablara.

YO: Yo, estooo, es que me da un poco de vergüenza.

PILAR: Si quiere me voy y se lo piensa mejor.

YO: No, no, ¿tú conoces?, quiero decir, ¿sabes de algún sitio por aquí cerca qué?

Ella abría cada vez más los ojos esperando la pregunta.

YO: Para deprrrrrrlle.

PILAR: ¿Qué, cómo ha dicho?

Me estaba poniendo rojo de la ostia, respiré profundamente.

YO: Para depilarme Pilar, para depilarme.

PILAR: A vale, sí, yo voy a veces cuando acabo el trabajo, ¿quiere que le pida hora?

YO (nervioso): Sí por favor, a ver si pude ser mañana a primera hora.

Me sentí otra vez gilipollas perdido, yo sudando y ella se lo tomó con total naturalidad, ¿sería verdad que era todo yo muy antiguo?, Pilar me confirmó la hora para el siguiente día a las nueve y media de la mañana.

Ya tarde y cambiado de ropa pasé por el chiringuito a cenar algo y ver a Sandra, mientras cenaba se sentó un rato conmigo.

SANDRA: ¿Cómo te ha ido el día David?

YO: Muy bien como siempre, ¿y el tuyo?

SANDRA: Pues ya ves, de aquí para allá, sirviendo comidas, bebidas, limpiando mesas, todo muy distraído y divertido.

Se río de su propio chiste mirándome a los ojos, yo bebí un poco de vino y le dejé caer.

YO: Cuando acabes pasarás por mi casa.

SANDRA: No, ya hemos pasado el fin de semana juntos, mejor descansamos un poco uno del otro.

YO: Vale, como quieras.

Me miró con una sonrisilla, seguimos hablando un rato y volvió a su trabajo, cuando acabé de cenar me despedí de ella con un beso y me fui a casa, puse música y me relajé en el sofá, no sé qué hora era que llamaron a la puerta, me sorprendí porque no esperaba a nadie, la abrí y me encontré a Sandra con las dos manos apoyadas en jarra con la cabeza baja, la levantó despacio como a cámara lenta y estaba sería.

SANDRA: ¿Y supongo que me volverás a pedir que me quede a dormir contigo?

Yo la miraba preocupado por su cara, levantando y bajando la cabeza confirmándoselo, ella hizo una mueca, bajó las manos y entró.

SANDRA: Me cago en “tó” David, me cago en “tó” lo que se menea.

Se tiró a mi cuello y me abrazó juntando su cuerpo con el mío.

YO: ¿Qué te pasa, has tenido algún problema con alguien?

SANDRA: El problema lo tengo contigo tío.

La separé de mí mirándole a los ojos, cogiéndole las manos.

YO: Pero, ¿por qué, he hecho algo que te ha molestado?

SANDRA: Hoy no tenía intención de venir, que nos veamos en el chiringuito me gusta, pero salir juntos no quiero que sea cada día, ni quedarme a dormir tampoco.

YO: Pues vale, por mí no hay problema, lo hacemos como tú quieras.

SANDRA: ¿No te enteras verdad?

YO: Joder Sandra, ya empezamos, ¿no me entero de qué?

SANDRA: Me iba para mi casa y he dado media vuelta para venir a verte.

Me debió de ver la cara de no enterarme una mierda de lo que me estaba diciendo, subió las cejas con gesto de tener mucha paciencia conmigo.

SANDRA (levantando la voz): David, que no he podido, las ganas de verte y estar contigo me han hecho dar media vuelta para venir aquí.

YO: Bueno eso está bien, ¿no?

SANDRA: ¿Cómo coño va a estar bien joder?

YO: ¿A no?

SANDRA: Joder tío, me pones de los nervios de verdad, yo quiero ser libre para hacer lo que me da la gana, no quiero atarme a nada ni a nadie, no sirvo para eso, ¿lo entiendes ahora?

YO: Claro, ¿pero quién quiere atarte?

Se puso roja mirándome como si quisiera fundirme con la mirada.

SANDRA: Por Dioooooos, contigo no puedo, de verdad que no puedo.

Salió de casa como una exhalación caminando como si le siguiera el diablo, me quedé de pie otra vez con cara de idiota, cerré la puerta y me senté de nuevo intentando encontrar sentido a la conversación con Sandra, volvió a sonar el timbre de la puerta, me levanté y la abrí en espera de lo que pudiera pasar, entró como un rayo, se me abrazó y enganchó sus labios a los míos, caminó orientando mi cuerpo sin dejar de besarme tirándome en el sofá con ella encima, nos besamos mucho rato repasándonos las lenguas, con una de sus manos acariciándome la cara y con las mías encima de su culo, separó los labios levantando la cabeza y me miró a los ojos.

SANDRA: Está bien, tú ganas, nos veremos cada día si quieres, y me quedaré a dormir siempre que me lo pidas, ¿te parece bien?

YO: Claro que me parece bien, mañana en vez de la mochila tráete una maleta llena de ropa.

SANDRA (riendo): Menudo cabrón estás hecho tío.

YO: Has cenado Sandra, ¿quieres que te prepare algo?

SANDRA: No, no he cenado y tengo hambre.

YO: ¿Qué te apetece?, te lo hago en un momento.

SANDRA: Quiero tú polla cabroncete, llévame a la cama y fóllame hasta dejarme bien saciada y sin hambre.

Me quedé sorprendido, me intenté levantar y ella hizo fuerza encima para que no pudiera, me miró riendo.

SANDRA: ¿Qué te pasa David?

YO: Que quiero llevarte a la cama y no me dejas.

SANDRA: Si me quieres follar tendrás que liberarte.

Intenté levantar el tronco con ella encima pero se cogía con las manos en el sofá y no me dejaba muriéndose de risa.

SANDRA: Muy pocas ganas debes de tener de follarme si no puedes conmigo.

Le hice cosquillas en las costillas, ella levantó las manos para taparse y aproveché para rodearle los brazos con los míos inmovilizándola levantándome de golpe dejándola en el aire, la levanté metiéndole mano en el culo y me la puse en el hombro como si fuera un paquete caminando para la habitación.

SANDRA (descojonándose): Cabrón eres un tramposo, has hecho trampas.

YO (riendo): Sí, sí, te vas a enterar de las trampas que hago.

Me encantaba oírla reír, la llevé hasta la cama y la dejé caer de espaldas rebotándole el cuerpo, le abrí las piernas y me metí en medio arrodillado quitándome las chancletas y la camiseta, le quité la suya y el sujetador, ella me miraba sonriendo interesada en mis movimientos, le desabroché el botón del pantaloncito, le bajé la cremallera, le puse las piernas juntas y elevadas delante de mí, le saqué las zapatillas y le quité el pantalón junto con las bragas, tirándolo todo a un lado, le bajé las piernas de nuevo dejando una a cada lado, ella las flexionó por la rodilla apoyando los talones en la cama, la tenía mirándome con una sonrisa y aquella carita, desnuda y con las piernas abiertas, podría haber estado horas mirándola, como me gustaba aquella chica, pero estaba demasiado caliente como para perder el tiempo, me quité los pantalones y ropa interior tirándolo encima de su ropa en el suelo, puse una mano a cada lado de su cuerpo dejándome caer muy lentamente hasta alcanzar sus labios para besarlos y sentirlos en mi boca.

Me rodeó el cuello con sus brazos sin dejar de sonreír, la besé un buen rato, me incorporé de nuevo con la polla apuntando al techo, le acaricié suavemente los muslos por fuera acercando poco a poco las manos a sus caderas, desplacé una por encima del pubis y suavemente la dejé caer para meter un dedito en medio de la rajita pasándolo de arriba abajo, al llegar al agujerito noté humedad que aproveché para extenderla por el resto del chichi, su cara dejó de sonreír y se puso excitada mirándome con deseo, le agarré una mano y le pasé la lengua por la palma mojándola, sin soltarla la puse alrededor de mi polla por el tronco, Sandra me la cogió apretando subiéndola y bajándola un par de veces, soltando el aire de su boca de la excitación, nos fuimos masturbando el uno al otro un rato, la notaba muy mojada y caliente, le metí un dedo despacio en la vagina y ella gimió mirándome fijamente, entendí que ya era el momento de meter otra cosa, le quité la mano del coño apoyándola a un lado de su cuerpo dejándome caer despacio encima de ella, ella todavía me la tenía cogida por el tronco dirigiéndosela a su chocho, la apuntó bien y le ayudé metiéndosela un poco, gimió y rodeó con sus brazos mi cuello, acompañándome mientras me acababa de dejar caer encima de su precioso cuerpo, la polla por el propio peso entro toda, Sandra gimió suavemente, mi cabeza quedó encima de la suya, la bajé y la besé despacio, con cariño, deseándola, me cogió la cabeza colocándola al lado de la suya.…

SANDRA (excitada): Despacio David, fóllame muy despacio.

Empecé a mover mis caderas muy lentamente sacando la polla tiesa hasta la punta para volver a meterla hasta el fondo.

SANDRA: Así, así, muy bien, quiero notarla, que bien.

Mantenía un ritmo muy lento sintiendo como rozaba en sus paredes humedeciéndose todo cada vez más, ella me mantenía la cabeza al lado de la suya con una mano que jugaba con mi pelo sin dejar de hablar y gemir muy excitada.

SANDRA: Más, más, un poquito más rápido David por favor.

Aceleré un poco aumentaron sus gemidos, tras un rato a ese ritmo lo aumenté un poco más y ella gritó bajando sus manos agarrándome con fuerza la espalda, levanté la cabeza mirándole la cara, la tenía medio desencajada del placer y la excitación, apoyé mis manos en la cama levantando el tronco cogiendo fuerza para aprovechar una de las veces que le había sacado la polla hasta la punta para meterla de un golpe rápido y fuerte, Sandra me miró abriendo mucho los ojos pegando un buen grito, interpreté que ese grito era porque le había gustado y volví a repetirlo, bajó sus manos cogiéndome el culo con fuerza, se la metí de nuevo duro tres veces seguidas sacándole un grito enorme.

SANDRA: Fóllame fuerte que me corro, por favor no pares.

Saqué toda la artillería dándole golpes a toda máquina, ella gritaba sin parar abriendo la boca, girando la cabeza cada vez más para atrás hasta empezar a correrse clavándome las uñas en el culo, el dolor se convirtió en placer y le descargué toda la leche que me subió dentro de su coño mojado, no podía parar de moverme y ella no paraba de gritar, seguí hasta perder todas las fuerzas dejando caer mi cabeza al lado de la suya besándole el cuello, sintiendo como poco a poco se aflojaban los gemidos que salían de su boca, relajaba las manos apoyando las palmas en mi culo, subiéndolas por mi espalda hasta cogerme la cabeza y levantármela, me miró a los ojos.

SANDRA: Con lo novato y antiguo que eres, ¿cómo puedes hacer que me corra de esta manera?

Volvió a morirse de risa, me puse a su lado, nos abrazamos y nos quedamos dormidos.

Al día siguiente temprano la acompañé a su casa, preparó una bolsa grande con ropa para que me la llevara dándonos un beso de despedida, abrí la puerta de su apartamento y antes de salir.…

SANDRA (riendo): Adiós antigualla.

Dejé la bolsa en el suelo, me acerqué a ella y le metí la lengua en la boca abrazándola, metiéndole mano en el culo sobándoselo bien sobado.

YO (mirándole a los ojos): Adiós preciosa.

Me miró a los ojos fijamente sonriendo, la dejé de pie mirándome mientras cerraba la puerta, metí la bolsa en el maletero del coche y me fui a trabajar, entré al despacho puse el ordenador en marcha, miré cuatro cosas y sonó el interfono.…

PILAR: Acuérdese que en veinte minutos tiene hora para depilarse.

Ostia, con tantas emociones no me acordaba, Pilar me indicó donde tenía que ir, estaba a un par de manzanas del despacho, fui paseando y entré en el local, me atendió un señora o señorita muy amable y bastante guapa.

SEÑORITA: Usted viene a depilarse, que es lo que quiere hacerse.

YO: ¿Perdón?

SEÑORITA: Si se quiere hacer una zona en concreto.

YO: ¿Una zona?

Se dio cuenta al instante.

SEÑORITA: ¿Es la primera vez?

YO: Sí, no sé cómo va esto, una amiga me ha dicho que tengo mucho pelo y que tengo que modernizarme.

Se puso a reír.

SEÑORITA (levantando la voz): Tere, a este señor hay que hacerle una depilación total.

Salió de detrás de una puerta la Tere, me dio la mano saludándome y me pidió que la acompañara, me dio una toalla y me pidió que me desnudara en una habitación y me pusiera la toalla para taparme, al salir me estaba esperando para hacerme entrar a otro sitio donde había una camilla en medio de la sala.

TERE: Estírese por favor.

YO: Tere, una cosa, depilación total no incluye el pelo de la cabeza, ¿verdad?

Me miró con una cara que no sé ni describirla, se descojonó de risa que tuvo que aguantarse con una mano en la camilla para no caerse.

YO: Perdón, perdón, me parece que he metido la pata hasta el fondo.

Tere me puso una mano en el hombro.

TERE (no pudiendo parar de reír): Tranquilo, relájese que le dejaré bien limpito.

Me estiré en la camilla nervioso.

TERE: Hoy lo haremos con cera, la próxima vez ya tendremos para hacerlo con láser.

Le escuchaba pero era como si me hablara en chino, no entendía una mierda, me puso la mano en el pecho tocando el pelo.

TERE: Lo tiene muy fino, todo irá bien no se preocupe.

Acercó un aparato, y sacó un líquido espeso enrollado en una especie de palo estirándomelo por encima del pelo, yo intentaba relajarme.

TERE: ¿Preparado?

Pensaba, ¿preparado?, ¿para qué?, se lo confirmé con la cabeza y ella acercó la mano al mejunje aquel que me había puesto por encima agarrándolo por una punta, me miró, yo la miré a ella, pegó un tirón de golpe que me arrancó un montón de pelos del pecho de cuajo, pegué un alarido de dolor levantando el tronco sentándome en la camilla.

YO (gritando): ¡Hija de la gran puta la madre que te parió!

Tere me miraba aterrada, se abrió la puerta y entró la chica que me atendió primero.

CHICA: ¿Qué pasa?, ¿qué pasa?

Tere no podía ni hablar.

YO: Nada, nada, lo siento, perdón, perdona Tere, es que no me lo esperaba.

Nos tranquilizamos un poco.

YO: Tere, ¿esto va ha ser todo el rato igual?

Me lo confirmó con la cabeza, todavía se le notaba el susto en la cara.

Me estiré, ella volvió a colocar mejunje encima de los pelos que quedaban en el pecho, me miró, la miré.

TERE: ¿Preparado?

Cerré los ojos y confirmé con la cabeza, me pegó otro tirón que vi las estrellas.

YO (gritando): ¡Jooooder!

Tere dio un saltito de otro susto, yo respiraba profundo y rápido, acabó con el pecho, siguió con los hombros que no fue tan doloroso porque tenía cuatro pelos, por la espalda nada por suerte, empezó con las piernas, me estiró de las pantorrillas, pegué otro grito enorme.

YO (gritando): Me cago en mi puta vida.

Tere dio un salto del susto otra vez.

TERE (seria): Si no me da un infarto hoy no me lo va a dar en la puta vida coño.

Acabó las piernas y noté que Tere se ponía nerviosa, me miró dudando y un poco asustada.

YO: ¿Qué pasa Tere?

TERE: Qué, qué, solo nos queda la parte íntima.

YO: Ya, y, ¿pasa algo?

TERE: Qué, qué, es la parte más dolorosa.

YO (exaltado): No me jodas Tere.

TERE: No, no, si yo.…

YO: Perdona, ya sé que tú no tienes la culpa.

Me bajó la toalla dejándome el pelo del pubis al aire, se lo miró, cogió una maquina y lo recorto bien corto, extendió la cera, me miró, cerré los ojos y apreté los dientes, pegó el tirón, abrí los ojos que pensaba que se me saldrían de las cuencas cayendo por el suelo.

YO (otro grito enorme): ¡Por Dioooooooooos, joder!

Tere estaba de pie mirándome asustada con el trozo de cera en la mano colgando con los pelos de mis cojones enganchados.

En fin, después de sufrir como un cerdo en el matadero, conseguí salir de allí sin un puto pelo en el cuerpo y dejando a Tere en perfectas condiciones, llegué a la oficina.

PILAR: ¿Cómo le ha ido?

Me vio la cara que le puse y se giró volviendo a su mesa sin decir nada más. A la una estaba hasta los cojones de estar en el despacho.

YO: Pilar, si hay alguna cosas que llamen mañana o coges la nota por favor, me voy.

Llegué a casa, me desnudé en el baño mirándome en el espejo, me miré por todos lados pensando que parecía un recién nacido, como les podía gustar a las mujeres aquello, lo único positivo era que la polla sin pelo parecía más grande.