Cambio de vida (24)

Pasaron unos veinte minutos...

Pasaron unos veinte minutos desde que se fue que escuché que se abría la puerta de entrada, era Sandrita abriendo con unas llaves que yo le di cuando pasó la semana conmigo, consideraba que aquella casa era tanto mía como suya y que podía entrar y salir cuando le diera la gana, llevaba una bolsa colgada del hombro.

SANDRITA: ¿Pero qué os ha pasado?, ayer os oí por teléfono tan bien y hoy me dice mi madre que se vuelve al pueblo sin ti.

YO: Yo que sé cariño, no entiendo a tú madre te lo juro, hemos pasado unas horas increíbles, esta mañana he tenido el despertar más feliz de mi vida con ella al lado, pensaba que todo estaba claro y hoy sería el primer día para empezar de nuevo los tres juntos y me dice que se lo tiene que volver a pensar, me ha dejado hecho polvo.

Mi hija me escuchaba cayéndole las lágrimas por la mejilla.

SANDRITA: La quieres mucho, se te nota, no te preocupes yo la he visto muy bien, te diría que hasta contenta, no sé porque se ha marchado, quería que fuera con ella pero me he negado, necesitaba verte a ti para saber cómo estabas y animarte, estoy segura que se lo pensará.

YO: ¿Sabes lo que pasa?, que me estoy empezando a hartar de todo esto Sandra, no sé si vale la pena sufrir tanto para estar toda la vida pensando que día le va a dar un ataque y dejarme de nuevo.

SANDRITA: Ten un poco más de paciencia por favor, solo un poco, déjame un par de días por lo menos para que hable con ella, por favor.

YO: A ti no te puedo negar nada cariño, haré lo que tú me pidas.

Me abrazó y me besó en la cara, pasamos el día juntos, ella salió varias veces a la piscina para hablar por teléfono en la intimidad, no sé con quien hablaba ni le pregunté.

Al día siguiente nos levantamos tarde y desayunamos, después ella sacó un paquete de su habitación.

SANDRITA: Toma te he traído un regalo, ayer no me pareció que fuera el mejor momento para dártelo pero hoy me gustaría que te lo pusieras y dar un paseo por la playa contigo.

YO: Cariño, hoy no estoy de muy buen humor, tengo ganas de tirarme en el sofá y dormir, vamos a dejarlo para otro día vale.

SANDRITA: No, no, de eso nada, no quiero depresiones, nos vamos a pasear ya.

Lo abrí, era un camisa y un pantalón blanco de tela muy fina para el verano, me lo puse y esperé que saliera ella de su habitación, se me cayeron los ojos cuando la vi, se había puesto un vestido largo también blanco que estaba guapísima.

SANDRITA: Ves ahora vamos a juego, vámonos David.

Como le iba a negar nada a mi hija con lo tonto que estaba con ella, le ofrecí mi brazo y salimos de casa paseando por el sendero que llevaba a la playa, al llegar al chiringuito nos descalzamos para pisar la arena de la playa con nuestros pies desnudos y seguir con el paseo. A la vuelta nos sentamos a tomar un helado, ella volvió a levantarse para hablar con alguien por teléfono y al volver a sentarse.

YO: ¿Hablas con tú madre Sandra?

SANDRITA: Sí, no entiendo cómo te hace esto.

YO: Déjala tranquila, tiene derecho a seguir con su vida como quiera, es normal que esté defraudada conmigo, he estado demasiado tiempo pensando en mí y no paré a pensar en ella ni en nadie, si no hubieses aparecido tú no se me hubiera ocurrido buscarla, me merezco acabar solo.

SANDRITA: No hables así por favor, nunca más estarás solo, confía en mí.

YO: Déjalo Sandra, ya me estoy haciendo a la idea, he tenido muy cerca el sueño de estar con vosotras como una familia, pero algo debí de hacer mal estos días para que tú madre se volviera a ir, tal vez sea lo mejor para todos, y tú tendrías que estar a su lado como toda tú vida has hecho.

Me miró con los ojos llorosos, estiró una mano y me la apoyó en el hombro.

SANDRITA: Vámonos para casa o acabaremos haciendo un drama por la calle.

Caminamos despacio, tenía ganas de llegar para estirarme en la cama y que mi hija se fuera con su madre, quedarme solo para llorar lo que me diera la gana, abrí la puerta y me dirigía a mi habitación.

YO: Será mejor que recojas tus cosas y te marches, si quieres llévate mi coche, no lo voy a necesitar.

SANDRITA: Ven conmigo un rato a la piscina, hablamos un poquito más y si quieres después me iré.

YO (deprimido): No tengo ganas cariño, ya henos hablado mucho y no vamos a encontrar ninguna solución.

SANDRITA: Papá por favor, quiero estar un rato más contigo.

YO: ¿Me has dicho papá?, es la primera vez que me lo dices.

SANDRITA: Siempre serás mi padre y me gusta llamarte así, ven un rato más conmigo por favor.

Y como no, me convenció para hablar un rato más con ella, abrió la puerta de la terraza y me dejó salir a mi primero, al salir vi de reojo algo extraño girando la cabeza, allí estaba su madre vestida también de blanco preciosa y con una flor blanca en un lado del pelo, me quedé sin habla, sin fuerzas y sin entender una puta mierda de lo que estaba pasando, Sandrita me cogió por la cintura no sé si por cariño o para que no me cayera al suelo redondo.

SANDRITA: Es una sorpresa que te hemos preparado.

Sandra levantó un brazo pasándome la cajita del anillo escapándosele algunas lágrimas.

SANDRA: Ahora sí que es el momento David.

Le cogí la caja de las manos.

YO: Lo será para ti, porque a mí me tienes hecho una mierda nena.

Se acercó mirándome a los ojos y me besó en los labios pasándome los brazos por el cuello.

SANDRA: Dime que no me quieres y me vuelvo a mi puto pueblo con mi hija jodiéndonos los dos.

YO: Pero como coño puedes ser tan cabrona hija de puta.

SANDRITA (levantando la voz): ¡Papá!

YO: Y tú cállate que eres igual que tú madre.

Sandrita me cogió la caja sacando el anillo, se puso delante de nosotros.

SANDRITA: Muy bien, prometéis no volver a hacer el tonto nunca más y estar juntos para siempre para quereros como os merecéis.

Besé a Sandra estrechándola contra mi cuerpo agarrándole el culo con fuerza.

SANDRITA: ¿Eso es un sí?

SANDRA: Sí hija, es que tú padre se expresa de una manera un poco rara.

YO: Que sí coño, claro que sí, ¿y tú, que todavía no has dicho nada?

SANDRA: A no, primero ponme el anillo en el dedo y luego ya veremos.

YO: Sí hombre, para que te largues con mi anillo sin darme una respuesta.

SANDRA: Si no me lo pones no hay respuesta.

YO: Dame una respuesta satisfactoria y te lo pongo.

SANDRA: Tú primero.

YO: No, primero habla tú.

SANDRITA (levantando la voz): Si vais a estar así toda la vida, la que se larga soy yo, que pesados por Dios.

SANDRA Y YO A LA VEZ: No, que es broma.

Riendo le puse el anillo en el dedo a Sandra mirándole a los ojos esperando su respuesta, ella me miró riendo haciendo un silencio.

SANDRITA: ¡Mamá!

SANDRA: Que sí coño, claro que sí, que iba a hacer yo sin el zoquete de tú padre.

Nos enganchamos en un morreo tocándonos por todos lados.

SANDRITA: Podríais esperar a llegar a vuestra habitación por lo menos ¿no?

Cogí a Sandra en brazos metiéndonos para adentro.

YO: Si oyes gritar a tú madre no avises a la policía que está bien.

SANDRA: Cariño, avísala ahora mismo que vete a saber lo que me va a hacer el degenerado de tú padre.

SANDRITA: Anda y que os den, que sois los dos iguales coño, yo me tiro al agua y vosotros apañaros como podáis.

Entré en la habitación con Sandra en los brazos descojonándonos de risa, la dejé en el suelo y me arrodillé metiéndome debajo de vestido besándole el chocho por encima de las bragas, se las aparté pegándole una par de lametazos en el coño sujetándola por el culo para que no se separara, ella cerró las piernas de la impresión.

SANDRA: Que bruto eres coño.

Le quité las bragas oliéndolas delante de ella.

SANDRA: Y que guarro.

Nos desnudamos despacio y me estiré encima de ella besándola.

YO: Explícame qué coño ha pasado estás últimas horas o me levanto y me largo a bañarme con tú hija para que se me pase el calentón.

SANDRA: Tú no te vas a ninguna parte nunca más cielo, lo que pasó es que al reencontrarnos en la cama lo vi todo tan claro que pensé en hacer algo diferente para comprometernos, te quería dar una sorpresa haciéndote esperar una semana para preparar algo con toda la familia en la playa, pero Sandra me avisó que estabas muy mal y que una semana no la ibas a aguantar, lo tuve que acelerar todo para hacerlo como ha pasado hoy, lo siento David pensé que después de tantos años no vendría de una semana.

YO: Después de tantos años me viene de cada segundo cariño, quiero estar con vosotras a todas horas disfrutando cada momento.

Nos abrazamos con fuerza, me acarició el pelo mirándome a los ojos.

SANDRA: Va cariño demuéstrame lo bien que te enseñé a follar.

Abrió las piernas y me fui colocando en medio besándonos.

YO: Y tú, ¿no has aprendido nada nuevo en estos años?

SANDRA: Si lo he hecho a ti te lo voy a contar.

Le metí la mano en el chocho descubriendo que estaba empapada, pasándole el dedo haciéndole una paja entreteniéndome en el clítoris dándole vueltas y presionándolo, pegó un pequeño grito abriendo los ojos.

SANDRA: Cabrón, tengo que reconocer que has mejorado tú habilidad con los deditos.

Le presioné el botoncito un poco más fuerte volviendo a gritar.

SANDRA: Como sigas así me voy a correr cabroncete.

Aceleré los movimientos de los dedos metiéndole a la vez un par en la vagina, la abracé colocando su cabeza en mi cuello sintiendo sus gemidos y gritos hasta correrse, le saqué los dedos y me los chupé delante de su cara excitada.

SANDRA: Como me estás poniendo nene.

Me giró y se subió encima metiéndosela hasta el fondo, empezó moviéndose muy despacio subiendo el ritmo lentamente hasta estar los dos a punto de corrernos, la giré poniéndola a cuatro patas follándola a un ritmo infernal corriéndonos los dos a la vez pegando unos gritos tremendos, cayendo los dos encima de la cama cansados.

SANDRA: Pensaba que durarías más campeón.

YO: ¿Pero qué dices?, si ya estás hecha polvo y no puedes con tú alma chiquilla.

SANDRA: Eso te lo crees tú, dame más caña y lo veras.

YO: Es que quiero que vayamos a la piscina un rato con Sandrita que está sola.

Me miró con una sonrisa enorme.

SANDRA: Como me gusta la vena de padrazo que te ha salido amor.

Me besó con una sonrisa, nos duchamos y salimos en traje de baño a la piscina a bañarnos los tres juntos. Preparamos un aperitivo y nos sentamos en la terraza.

SANDRITA: ¿Ya lo habéis celebrado como se merece?

SANDRA: Bueno, tú padre a perdido algo de facultades, debe ser por la edad que le vamos a hacer.

YO: ¿Pero qué dices?, no me provoques o te vas a enterar de las facultades que he perdido, me voy a meter debajo de la mesa y te voy a comer el c…

SANDRITA: Papá por favor que estoy yo delante.

SANDRA: Es que tú padre es un poco guarro nena.

YO: Sí, todo lo guarro que me enseñó ella.

SANDRITA: ¿Ein?

SANDRA: Sí hija, cuando lo conocí no sabía ni tocar un chi…

SANDRITA: ¡Mamá!, no me expliques estás cosas a mí joder.

YO: ¿Pero tú no querías saber cosas de tus padres?

SANDRITA: Sí claro, pero estás no coño, donde os conocisteis, como empezasteis a salir, cosas así hombre.

SANDRA: Yo trabajaba en el chiringuito de la playa y apareció él con su cara de “atontao” y me dio pena el pobre.

YO: Que cojones tiene, pero si no me quitaba la vista de encima riéndome.

SANDRA (riendo): Porque me dabas pena, ya te lo he dicho.

YO: ¿Y quién fue la primera que dijo que saliéramos?, listilla.

SANDRA: ¿Salir?, yo solo quise sacarte una noche de fiesta para que te espabilaras, pero es que tenía tan pocas luces el pobre nena.

SANDRITA: Ostia, pues para ser tan corto hay que ver cómo te enamoraste de él.

YO: Eso, eso, tú hija tiene razón.

SANDRA (descojonándose): Porque era un pesado que no me dejaba para nada, quería que durmiera con él cada noche.

YO: Coño, y tú que aceptabas no te jodes, si un día se quería ir a su apartamento a dormir y acabó volviendo aquí porque no podía estar sin mí.

SANDRA (seria): Eso no hace falta que lo sepa.

SANDRITA: Eso es precisamente lo que quiero saber mamá, como os enamorasteis.

SANDRA: Perdona, me enamoré yo, él no sabía ni lo que era eso el tonto.

YO: Como puedes decir eso Sandra.

SANDRA: Si el día que nos despedimos después del verano no derramaste ni una lagrimilla por mí.

YO: Lloré en casa al volver de lo que te echaba de menos tonta.

SANDRA: No sería tanto como lo hice yo en aquel puto tren que me alejaba de ti.

Nos quedamos los tres en silencio, habíamos llegado a un momento de nuestra historia que seguramente no debió de pasar nunca pero ocurrió.

SANDRITA: No entiendo que si os queríais tanto pudierais separaros de aquella manera.

Otro corto silencio.

YO: Porque tú padre era un inmaduro, tú madre tiene razón, no me enteraba de nada y dejé escapar al amor de mi vida.

Sandra sonrió mirándome a los ojos cogiéndome una mano.

SANDRA: Y yo era demasiado joven y con demasiado ego, siempre había querido ser libre para hacer lo que quisiera y no quise aceptar la verdad.

SANDRITA: ¿Y ya estabas embarazada de mí mamá?

SANDRA: No, nos volvimos a ver dos veces más, un fin de semana largo y una semana entera en el verano siguiente, esa semana, esa semana…

SANDRITA: ¿Qué pasó mamá?

SANDRA: Vine con la idea de quedarme embarazada de él y desaparecer, y así fue.

SANDRITA: Pero eso es muy cruel, ¿nunca se enteró de que yo existía?

SANDRA: Entiéndelo, yo tenía miedo de que si se enteraba te apartara de mi lado, tú eras su recuerdo, a ti te podía dar todo el amor que no podía darle a él.

Empezó a llorar abrazándose a su hija.

YO: Vale ya, el pasado, pasado está, yo estoy muy feliz de poder estar con vosotras y quiero seguir siéndolo, además, ahora me voy a cobrar todo el amor que tú madre no me ha dado en tanto tiempo.

Sandra dejó de llorar riendo secándose las lágrimas.

SANDRA: Si por ti fuera no saldríamos de la cama.

YO: Es justo lo que vamos a hacer esta tarde guapa, te voy a dejar que no vas a poder decir ni hola.

SANDRITA: ¿Ya empezáis otra vez?

SANDRA: Si es un marrano, ya te lo he dicho.

SANDRITA (riendo): Anda que no te gusta a ti que sea tan marrano mamá.

Un año y medio más tarde estoy escribiendo esta historia en casa, vivimos en el pueblo donde trabaja Sandra y cuando ella está en el colegio yo no tengo mucho que hacer, muchos fines de semana vamos a la casa de la playa. Sandrita está estudiando en la universidad y la vemos los sábados, domingos y durante las vacaciones, la convencí yo, porque ella quería ver mundo como su madre, le dije que si estudiaba una carrera yo le financiaría su viaje por donde quisiera. No sé en qué estado se está mejor, yo fui feliz siendo libre para hacer lo que me diera la gana y ahora lo soy con Sandra porque no me hace falta ninguna otra mujer para nada, además estoy enamorado de ella como el primer día, porque ella y no fue Silvia o mi ex Isabel, un buen motivo es que es la madre de mi hija, pero una vez había conocido a Sandrita podía estar con ella toda la vida, con su madre o sin su madre, si me hubiera interesado podía haber intentado buscar a otra mujer, el principal motivo por el que pensé que con Sandra sería feliz y luché por ella, es porque fue la única que respetó mi idea de la vida dejándome vivirla a mi manera, aún muriéndose de ganas de estar conmigo y que fuera su pareja, lo único que le he echado muchas veces en cara es que no me dijera antes que tenía una hija, pero me hace cuatro mimos y ya la he perdonado, que le vamos a hacer, soy así, y tengo que reconocer que el amor está muy bien cuando lo disfrutas con la persona adecuada.

FIN