Cambio de vida (19)

La semana siguiente el lunes la fui a buscar al tren...

La semana siguiente el lunes la fui a buscar al tren, me cogí esos días de fiesta avanzados a mis vacaciones, fuimos pasando la semana con mucho sexo, me pareció que nunca la había visto tan caliente conmigo, pero llegó el viernes y todo se giró, estábamos por la tarde en el sofá abrazados.

SANDRA: Dime David, desde que te separaste eres muy feliz con tú vida, ¿verdad?

YO: Sí Sandra, gracias a conocerte estoy disfrutando de mi vida como nunca.

SANDRA: Intentarás mantener esta vida todo lo que puedas siendo tan feliz.

YO: Sí, eso es justo lo que busco.

Se giró dándome un beso acariciándome el pelo mirándome a los ojos y volvió a juntar su cuerpo al mío.

Estaba anocheciendo y llamaron a la puerta, la abrí y entró Silvia disparada.

SILVIA: Toda la semana sin noticias tuyas y tú tan tranquilo en tú casa, que cojones tienes David…

Llegó hasta dentro del salón encontrándose a Sandra estirada en el sofá, se paró de golpe girándose para mirarme, Sandra se puso de pie porque sabía perfectamente lo que pasaba.

SILVIA: David tío, ¿esto qué es?

SANDRA: Esto se llama Sandra y soy amiga suya.

SILVIA: Una amiga estirada en el sofá en camiseta enseñando las bragas

SANDRA: Creo que tú también has estado en esta situación más de una vez y nadie te ha venido a tocar los cojones.

SILVIA (levantando la voz): ¿Perdona?

Veía que la cosa empezaba a complicarse y quise poner un poco de tranquilidad.

YO: Bueno chicas, porque no nos sentamos y hablamos como personas…

Sonó el timbre de la puerta otra vez, me acojoné al ir a abrirla y me tocó la lotería, entró sin parar Isabel encontrándose con las otras dos de pie al lado del sofá, abrió la boca para decir algo.

YO: No digas nada y ven a sentarte con nosotros.

Se acercó a las otras mirándoselas como si fueran dos tigres de bengala.

ISABEL: ¿Pero qué está pasando David?

Todo el mundo se quedó callado, se hizo un silencio tenso, yo me puse nervioso sin saber que decir en ese momento.

SANDRA: Sois amigas de David que os invita a su casa ¿no?, pues no veo el problema.

SILVIA: Claro, y tú eres la niña bonita enteradilla que todo lo sabe.

ISABEL: David, ¿pero quiénes son estas tías?

SANDRA: ¿Es que no os enteráis?, las tres somos iguales para él.

SILVIA: Sí, porque tú lo digas.

ISABEL (seria): David vete fuera que quiero hablar con ellas sin que estés tú delante.

Le salió la vena de abogada, yo me cogí una cerveza y me fui a la piscina a ver si me tranquilizaba un poco sentándome en un lugar desde donde las podía ver, estuvieron mucho rato hablando entre ellas, a Isabel se le veía como moderadora pasándole la palabra a una o a la otra y hablando ella también, me fijaba en lo parecidas que eran de tipo, supongo que era la mujer que me gustaba, me acabé la cerveza y me quedé fuera mirando las estrellas para no entrar y molestarlas, se abrió la puerta de la terraza.

ISABEL: Nos vamos a cenar.

YO: Vale perfecto, ¿donde queréis que vayamos?

ISABEL: No, tú no vienes, nos vamos nosotras, quédate solo en casa como tanto te gusta estar.

YO: No me vais a hacer eso, ¿verdad?, es una broma.

Salió también Silvia.

SILVIA: De broma nada, nos vamos las tres que nos queda mucho por hablar y aclarar.

En ese momento salía Sandra metiéndose una blusa por dentro de un tejano que se había puesto.

SANDRA: ¿Pasa algo?

SILVIA: Que no se creé que nos vayamos solas a cenar.

SANDRA: Porque cenes solo una vez más no pasa nada, no seas llorón David, me llevo unas llaves de casa.

Se acercó y me dio un beso en la cabeza marchándose las tres, así que cené cuando quise y después de ver una película me fui a dormir sin que ellas hubieran llegado, bastante tarde llegó Sandra encendiendo la luz de la habitación empezando a quitarse la ropa, levanté la cabeza medio dormido.

YO: ¿Estás bien Sandra?

SANDRA: Un poco puestecilla por las copas que nos hemos tomado después.

YO: ¿Y ellas, donde están?

SANDRA: Se han ido, cállate y prepárate que te voy a follar para acabar bien la noche.

YO: Será para acabar bien la tuya porque la mía ha sido una puta mierda.

Se subió a la cama quitándome la camiseta y el pantalón dejándome en bolas, me besó dulcemente.

SANDRA: Hay cariño, que desastre de hombre estás hecho.

Le iba a decir algo pero se metió mi polla en la boca chupando con fuerza para ponerla bien dura y no me dejó hablar, se subió encima metiéndosela cabalgándome lentamente aumentando poco a poco el ritmo y los gemidos, esperando que yo estuviera a punto para corrernos los dos juntos, se estiró a mi lado y me dio las buenas noches quedándose dormida.

Al día siguiente quise sacarle algo de la conversación con las otras chicas y no hubo manera de que me dijera nada, era el último día que íbamos a pasar juntos y no paró en todo el día de buscarme para tener sexo, me acabó dejando reventado y con la polla escocida de tanto follar. El lunes me despedía de ella en el arcén de la estación, me abrazó muy fuerte y me acarició la cara mirándome a los ojos.

SANDRA: Sigue siendo feliz vale, te lo mereces.

Cuando el tren se iba alejando algo me decía que aquella despedida había sido muy especial y dudaba de que la volviera a ver, noté que ella quería hacer su vida y para eso se tenía que alejar de mí, probablemente tuviera ganas de conocer a un hombre con quien compartir y sabía que yo no se lo podía dar, me cayeron unas lágrimas de pena y tristeza por si no la volvía ver. Conduciendo para la oficina me quise engañar a mi mismo, pensando que igual yo me imaginaba demasiadas cosas y ella me llamaría para pasar algunos días conmigo más adelante. Fueron pasando los días de la semana sin tener noticias de ninguna, el jueves me decidí a enviar un mensaje a Isabel:

“Hola, ¿cómo estás?, te va bien que nos veamos algún día.”

Esperé un rato y no tenía ni la confirmación de que lo hubiera abierto, así que le envié el mismo a Silvia también sin respuesta, el viernes por la mañana me llegaron las dos respuestas iguales, demasiada coincidencia.

“Gracias David, de momento prefiero alejarme de ti”

Esto me hizo sospechar algo y llamé a Sandra, la respuesta.

“El teléfono al que llama no existe”

Entonces me acordé de la maldita cena de las tres, creo que hablaron de alejarse las tres de mi, total, que dos no me hacían ni caso y la tercera directamente se había cambiado el teléfono para no hablar conmigo, me entristeció mucho acabar de esta manera con ellas, cuando me fui de la oficina Pilar me vio la cara.

PILAR: Jefe, ¿le pasa algo?

YO: Que tenias toda la razón Pilar, “selección natural” y ha acabado como el rosario de la Aurora.

Se levantó de su mesa acercándose, me acarició la cara mirándome a los ojos.

PILAR: Lo siento mucho David, sé que con ellas eras feliz, cualquier cosa que necesites este fin de semana llámame vale.

YO: Gracias Pilar, será un fin de semana como muchos que he pasado, solo en casa, no pasa nada.

Me miró levantando las cejas.

YO: De acuerdo, un poco más triste de lo normal.

Me lo confirmó con la cabeza.

PILAR: Si te sientes mal, llámame por favor, no hace falta que lo pases tú solo.

Entonces se lo confirmé yo con la cabeza y me fui, pasé el fin de semana solo pensando, no fue agradable pero tenía que hacer examen de conciencia y que no me volviera a pasar nunca más, ni por mí ni por cualquier mujer que no se merecía sufrir por enamorarse de un patán como yo que se le metió en la cabeza acabar su vida sin ninguna pareja estable nunca más.

El mes de agosto desaparecí de vacaciones por el extranjero, al volver quise comenzar vida nueva, no volví a pisar el club abonándome a un gimnasio bastante grande que había cerca de la oficina, el primer día me fijé que una monitora del gimnasio me miraba bastante pero no quise meterme de lleno en el asunto haciéndome el loco, el segundo día estaba haciendo pectorales en el banco y se acercó, rubia con ojos claros, pelo bastante largo cogido en una trenza, un cuerpo dentro de la licra que giraba las miradas de los tíos y unas tetas que parecían que te apuntaban con los pezones cuando estaba delante de ti, acabé una serie y me senté en el banco, ella se agachó para hablar conmigo.

MONITORA: Hola me llamo Sonia, soy la monitora de la sala, ¿quieres que te ayude con tus ejercicios?

YO: Hola, yo me llamo David, y sí, mejor acompañado que solo.

Empecé una nueva serie con más peso con su ayuda acompañándome la barra, al acabar me miró a los ojos apoyando una mano en mi pierna.

SONIA: Me parece David que tendrás bastante éxito por el gimnasio.

Le sonreí levantando una ceja.

El día siguiente me estaba esperando en la zona de pesas para ayudarme en todos los ejercicios, me saludó con dos besos muy lentos dándome señales de que podría ser la primera mujer de mi nueva etapa, fuimos hablando de diferentes cosas mientras me ejercitaba hasta que acabé, me pasó la toalla para que me secara el sudor cogiéndole la mano junto con la toalla.

YO: ¿Tienes algo que hacer cuando acabes?

Ella se puso coquetona.

SONIA: ¿Por qué me lo preguntas David?

YO: Por si quieres ir a tomar algo o cenar y hablar un poquito más tranquilos.

SONIA: Hoy salgo a las nueve, si quieres cenamos.

Salió con un tejano apretado que le marcaba la figura y una camisa que le disimulaba el tamaño de las tetas, de guapa lo era un rato, la seguí en su coche y fuimos a un restaurante que conocía ella, era de una de sus alumnas de una clase dirigida, una chica menudita, morena delgadita con buen tipo que parecía muy tímida y muy guapita de cara, cenamos hablando para conocernos mejor y nos despedimos en la puerta, me dio dos besos sujetándome la cabeza por la nuca.

SONIA: ¿Vendrás mañana a seguir con tú programa?

YO: Vendré a seguir trabajando en el gimnasio y a verte a ti que eres muy guapa.

Me miró a los ojos sonriendo y nos fuimos cada uno a su casa.

Cuando llegué por la mañana a la oficina algo debió ver Pilar en mi cara que solo entrar.

PILAR: Hoy hace muy buena cara, mucho mejor que últimamente, ¿le ha pasado algo bueno?

YO: Nada importante Pilar, empiezo a “socializar” de nuevo, eso es todo.

PILAR: Hay jefe, tenga cuidado esta vez para no repetir los mismos errores por favor.

YO: Tranquila, espero haber aprendido algo de todo lo vivido.

Trabajamos aquella mañana y después de comer algo me fui a hacer mi ejercicio y sobre todo a ver a Sonia, en ella tenía puestas mis esperanzas de empezar de nuevo con mis relaciones, empecé con mis rutinas sin ella que no la veía por ningún sitio, de pronto apareció con unas mallas y un top que me dejaron boquiabierto, me miró con una sonrisa sabiendo que me había sorprendido.

SONIA: ¿Cómo estás hoy David?

YO: Con la boca abierta de verte Sonia, ¿pero cómo te vistes así criatura?, va a ser imposible hacer un buen trabajo contigo al lado mujer.

SONIA: Es para impresionarte y que me vuelvas a pedir para salir esta noche.

YO: Pues me has impresionado tanto que te puedo invitar todo un fin de semana si quieres.

SONIA: Bueno, bueno, ya hablaremos, acaba tus ejercicios anda.

YO: ¿Hoy a las nueve?

Me sonrió y me lo confirmó con la cabeza.

Ese día la cabrona venía preparada, salió con una minifalda conjuntada con una blusa que le marcaba bien las tetas y unos taconazos, la vista en conjunto era para caerse de espaldas, salí del coche para saludarla.

YO: Parece que hoy te has propuesto impresionarme dentro y fuera de la sala.

Ella reía orgullosa de haberlo hecho.

La invité a un buen restaurante solo por lo guapa que iba, estábamos en el primer plato y recordé lo que pasó con las otras chicas de mi vida.

YO: Mira Sonia quiero ser sincero contigo para que no confundamos las cosas, no sé si iremos mucho más lejos, yo estoy a gusto contigo hablando y cenando pero que sepas que no pretendo ninguna relación seria…

Me cortó en medio de la conversación.

SONIA: ¿Estás casado?

YO: No, no es eso, estoy divorciado hace bastante tiempo, es que es mi filosofía de vida, ya estuve en pareja mucho tiempo y la experiencia no fue muy buena, desde que estoy en la situación que estoy ahora soy mucho más feliz y no la quiero cambiar por nada.

Me miró a los ojos.

SONIA: De acuerdo, ¿algo más?

YO: Pues no.

SONIA: Pues vale, es muy bueno este restaurante.

YO: Sí, es uno de mis preferidos.

Pensaba que ella rehuía de la conversación.

SONIA: Así que lo que te gusta es ir follando con todas las que se te ponen por delante sin comprometerte a nada, ¿eso es lo que quieres decir?

De la manera que me lo dijo pensé que aquello se acababa con ella, pero no podía mentirle y luego volver a liarla.

YO: Exactamente Sonia, a eso me refiero, solo que no son todas las que se me ponen por delante, solo las que me entran muy bien por la vista.

SONIA: No, si encima serás exigente, no te jode.

YO: Perdóname si no era lo que esperabas, si no quieres salir más conmigo lo entenderé pero no podía esconderte algo así.

SONIA: Se te agradece la sinceridad.

Se me quedó mirando fijamente a los ojos incomodándome.

SONIA: ¿Vendrás a mi casa después de cenar a tomar algo?

YO: A tomar algo.

SONIA: Y a ver si follas tan bien como parece.

YO: Se te agradece la sinceridad.

Reímos, acabamos de cenar y fuimos a su apartamento, empezamos a tomarnos algo sentados en el sofá, ella se giró subiendo la rodilla abriendo un poco las piernas enseñándome las bragas blancas, se me fue la vista sin querer, me cogió de la barbilla y me besó durante un buen rato juntando nuestras lenguas, se levantó cogiéndome de la mano.

SONIA: Ya me has demostrado que besas bien, vamos a la cama que quiero saber más cosas.

Me llevó a su habitación, nos paramos al lado de la cama volviéndola a besar, una mano la subí del muslo por dentro de la falda hasta la cadera acariciándola, con la otra le empecé a desabrochar la blusa sin dejar de mirarle a los ojos, ella apoyaba sonriendo sus manos en mi cintura, cuando le desabroché el último botón metí las dos manos por los hombros quitándosela dejándola caer por la espalda, le desabroché el sujetador cayendo también al suelo, me quitó el jersey quedando los dos desnudos de cintura para arriba, nos volvimos a besar acariciándole las tetas suavemente erizándolas poniéndole los pezones duros, nos dejamos caer despacio sobre la cama, la besé poniéndome encima bajando a chuparle los pezones siguiendo lamiéndole los abdominales, le bajé la cremallera de la mini falda quitándosela, seguí bajando la lengua por encima de las bragas hasta llegar en medio de sus muslos, le abrí las piernas lamiéndole la ingle pasando a la otra mientras le bajaba las bragas poco a poco, descubriendo un chocho rubio bastante mojado, fui metiendo la lengua por el medio lamiéndolo muy despacio y con paciencia, cuando llegué al clítoris ella dio un suspiro y un jadeo levantando el cuerpo, me hizo ponerme de pie fuera de la cama para desabrocharme y quitarme los pantalones con la ropa interior quedándome en bolas.

SONIA: ¡Dioooos!, encima todo depilado, que guapo eres tío.

Me cogió la polla metiéndosela en la boca a la vez que con la otra mano me amasaba los huevos, me la dejó bien mojada y estiró de una de mis manos para que me recostara encima de ella, volvió a cogerme la polla apuntándosela en el coño para que con un movimiento de mis caderas metérsela un poco, cerró los ojos gimiendo dejándome caer encima metiéndosela del todo, abrió las piernas flexionadas apoyándose con los talones en la cama demostrando que tenía una buena flexibilidad, me sujeté con las manos en la cama para mantener el tronco levantado follándola a ritmo suave y profundo haciéndola jadear con sus manos apretándome la parte baja de la espalda y el culo, aumentaron sus jadeos y gemidos apretándome cada vez más fuerte con sus manos indicándome que estaba cerca del orgasmo, seguí con el ritmo notando su chichi cada vez más mojado hasta que estalló corriéndose intentando ahogar los gritos clavándome las uñas de una mano en el culo, me puse a su lado acariciándole el pelo mientras se recuperaba, me miró con cariño.

SONIA: Me gusta que seas tan tierno conmigo.

YO: No siempre lo soy, depende del momento.

Me miró a los ojos con cara de vicio tirándose a besarme metiéndome la lengua en la boca buscando la mía con cierta fiereza, me puse encima levantándole las piernas cogiéndole un tobillo con cada mano abriendo los brazos dejándola bien abierta, le metí la punta de la polla en el coño y de un golpe la entré hasta el fondo haciéndole pegar un grito a todo pulmón, seguí follando a buen ritmo y con fuerza, ella juntaba un grito con otro sin preocuparse de ahogarlos ni ostias, se debía de estar enterando media ciudad de los gritos que pegaba totalmente desatada, la giré levantándole el culo colocándola en el borde de la cama, yo de pie fuera se la volvía meter de un golpe follándola totalmente descontrolado de lo caliente que estaba, juntando mis gritos con los suyos y los golpes de mi pubis contra su culo cada vez que llegaba al fondo de su coño, nos corrimos como animales sudando como unos cerdos, Sonia jadeaba con la cabeza apoyada en la cama, saliéndole del chichi nuestros flujos resbalándole por las piernas, me estiré boca arriba a su lado girando la cabeza para mirarle a los ojos.

YO: ¿He aprobado el examen?

SONIA: ¿Qué decías de un fin de semana?

YO: Supongo que eso es un sí.

Me besó riendo.

SONIA: Estas hecho un buen cabronazo chaval.

Tomando una copa me preguntó si volveríamos a vernos al día siguiente, me pareció demasiado salir tres noches seguidas con la misma chica, por el miedo que se pudiera creer que me tenía en exclusiva poniéndole un escusa para no hacerlo.