Cambio de vida (16)

El martes estaba en la oficina hablando de trabajo con Pilar...

El martes estaba en la oficina hablando de trabajo con Pilar que llevaba otro modelito de vestido que me tenía loco, un escote que le salían por encima unas tetas redondas y grandes, cada vez que se las miraba me tenía más intrigado como serian los pezones de semejantes barbaridades, y una faldita que cuando se sentaba o se giraba rápido me alegraba la vista con el tanga de color blanco, en ese momento me sonó el teléfono con un mensaje de Isabel preguntándome como estaba, le contesté con una sonrisa que estaba bien y le añadí una imagen graciosa riendo.

PILAR: Está usted contento esta semana, algo especial debió de pasar el fin de semana.

YO: Sí Pilar, volví a pasar un fin de semana con Isabel y estoy muy contento de volver a estar cerca de ella.

Se dio media vuelta dirigiéndose a su mesa.

PILAR: Al final pillaran cacho todas las tías menos yo coño.

YO: Pilar puedes venir por favor.

PILAR: Sí claro, no decía nada de verdad, si ha oído algo estaba hablando para mis adentros.

Se acercaba caminando hasta llegar delante de mi mesa de nuevo.

YO: Pilar, estoy un poquito hasta los cojones de oírte hablar para tus adentros, ¿me quieres decir qué coño te pasa conmigo?

Cambió la cara poniéndose nerviosa, le temblaron las manos cayéndole unos papeles al suelo.

PILAR: ¿Quiere decir qué…?

YO: Sí Pilar, siempre me he enterado de todo lo que decía aunque me hiciera el tonto, y ahora, ¿me quiere decir que le pasa conmigo de una vez?

Bajó la cabeza avergonzada juntando las manos delante.

PILAR: ¿Me puedo sentar por favor?

YO: Sí claro.

Se sentó levantando la cabeza notándole que tenía la cara un poco roja.

PILAR: ¿Por qué se cree que he cambiado mi manera de vestir?, que a veces vengo a trabajar que parezco una puta callejera ostia, por ti joder, por ti, para ver si te fijabas de una puta vez en mí, y ahora que veo que me mira mucho no hay manera que me pida…

Se tapó la boca como arrepintiéndose de todo lo que había dicho.

YO: Pilar, yo no imaginaba que…

PILAR: Que fuera una mujer como las otras con ganas de…

Veía que se lanzaba y tenía miedo de lo que iba a decir.

YO: Pilar por favor…

PILAR: …Que me folle y comerle la polla como las demás, pues ya lo sabe, le comería la polla hasta hacerle correr ahora mismo.

Cerré los ojos clavándose aquellas palabras en mi cerebro, cuando los abrí ella caminaba decidida dando la vuelta a la mesa, me giró el sillón y se arrodilló entre mis piernas bajándome la cremallera del pantalón, yo estaba petrificado sin saber qué hacer, si la dejaba seguir aquella mujer me iba a pegar una mamada allí mismo, y si la paraba la vergüenza que podría sentir ella igual se iba y no volvía a trabajar para mí, no sé, en aquellos momentos era lo que me venía a la cabeza cuando noté que cerraba sus labios alrededor de mi polla, chupándola moviendo la cabeza haciéndola crecer, de pronto…

ALGUIEN: Buenos días David.

Me giré y era Lola una de las socias, la directora general, me giré para meter las piernas debajo de la mesa sin que Pilar me la soltara la cabrona.

LOLA: No he visto a tú secretaria.

YO (intentando disimular la excitación): Creo que ha salido un momento a hacer un recado.

LOLA: ¿Estás bien, te veo un poco raro?

La cabrona de Pilar se la estaba metiendo hasta el fondo succionándomela, el cuerpo se me movía temblando.

YO: Sí, sí, estoy bien, creo que igual tengo un poco de fiebre pero no creo que sea importante, ¿has venido a alguna cosa?

LOLA: Pasaba por aquí y quería que Pilar te apuntara en la agenda una reunión para mañana a las once, pero si no te encuentras bien entenderé que no asistas.

Creo que me estaba subiendo el color de las mejillas de lo caliente que me estaba poniendo la mamada de Pilar sin poder gritar o gemir.

YO: Vale, ya me lo apunto y mañana nos vemos.

LOLA: David cuídate que haces mala cara, debes de tener fiebre porque te veo la cara muy roja y no hace tanto calor.

YO: Pues no sé qué me pasa que estoy ardiendo Lola.

LOLA: Bueno me voy, cuídate y dime algo si mañana no puedes asistir.

Se fue por donde vino, aparté la silla para atrás y Pilar estaba sin soltarme la polla chupándomela con una afición que se volvía loca con los ojos cerrados, le agarré una mano poniéndole de pie.

PILAR: ¿Pero que hace jefe?

Estiré de ella caminando a mi cuarto de baño.

YO: ¿Qué qué hago?, te vas a enterar de lo que te voy a hacer.

Entramos con ella sonriendo, cerré la puerta, le puse las manos encima de la pica del lavabo, le levanté el vestido por detrás bajándole el tanga de un tirón, yo me desabrochaba el pantalón dejándolo caer con la ropa interior y ella sacaba el culo poniéndome el chochete a tiro, me la cogí totalmente tiesa de cómo me la había dejado con la mamada restregándosela por el chichi, lo tenía encharcado y con solo el roce empezó gemir, se la metí de un tirón haciéndole pegar un grito tapándose la boca rápidamente, follamos como animales, le aparté los tirantes del vestido sacándole las tetas, por el espejo se las vi por fin, joder que tetas que tenía, redondas que le caían muy poco con un tamaño como para perderse y unos pezones con unas aureolas grandes y rosadas que cuando se las toqué se encogieron poniéndose los pezones duros y salidos, ella gritaba tapándose la boca y yo me la follaba duro sin parar de acariciarle las tetas, se mordió la mano con fuerza corriéndose, cuando acabó la gire arrodillándola, follándole la boca a la vez que ella se acariciaba las tetas manteniendo los pezones duros, me corrí en su boca y la saqué para acabar de hacerlo sobre sus tetas dejándola toda pringada, me miró sonriendo, cogió una toalla y se limpió las tetas, se limpió la boca enjuagándola con agua, se puso bien el vestido y salió dejándome dentro con los pantalones bajados, me limpié la polla y la cara saliendo después.

Me senté en mi silla y entró Pilar de nuevo.

PILAR: Le recuerdo que mañana a las once tiene una reunión de la dirección, dio media vuelta y se fue con una sonrisilla.

Se comportó como si nada hubiera pasado, me gustó el detalle y sonreí yo también. Estuvimos el resto de la mañana trabajando con normalidad, incluso volvió a pasar Lola y escuché que Pilar le decía que ya me encontraba mejor, entraron las dos.

LOLA: Hombre, ahora haces mucha mejor cara, esta mañana pensé que te tendrías que ir a casa.

YO: Sí, estoy mucho mejor gracias a Pilar, me ha dado una buena pastilla y se me ha pasado todo.

Pilar reía disimulando.

LOLA: Pues me alegro mucho, me voy que tengo cosas que hacer, he pasado porque esta mañana me has dejado preocupada.

Pilar la acompañó a la puerta, yo me fijé en el mobiliario de mi oficina, por ser uno de los socios era bastante grande y a un lado habían cuatro sillones, con una mesita en medio para tomar algo en reuniones informales o descansar durante el día si hacía falta.

YO (levantando la voz): Pilar puede entrar por favor.

PILAR: Dígame señor, ¿necesita otra pastilla?

YO: No, no, gracias, la de esta mañana ha estado muy bien, pero me gustaría que gestionase que de esos cuatro sillones se lleven dos y los cambien por un sofá.

PILAR: ¿Por un sofá David?

YO: Sí, cuídese de que sea lo suficiente grande y ancho para que sea cómodo.

PILAR (con recochineo): ¿Ancho, grande y cómodo para qué jefe?

YO: Para tomarme la pastilla con comodidad Pilar, para la pastilla.

PILAR: Sí señor yo me cuido.

No sé cómo se lo hizo pero a los dos días había un sofá muy ancho con unos cojines en el respaldo, que al quitarlos quedaba un espacio enorme que parecía una cama, estábamos los dos mirándolo.

PILAR: ¿Qué le parece jefe?, ¿cree que es lo suficientemente grande para tomar pastillas?

YO: ¿A qué hora acaba su jornada Pilar?

PILAR: Sobre las siete señor.

YO: ¿Y queda mucha gente en le empresa a esa hora?

PILAR: Casi nadie, en esta planta nadie, yo la cierro cada día.

YO: Le importaría quedarse esta noche a hacer alguna hora extra, me está saliendo trabajo y creo que necesitaré ayuda.

Me miró sonriendo a los ojos.

PILAR: No señor, no me importa quedarme, ni hace falta que me las pague como extras.

Me fui al club a comer algo y hacer mis rutinas de gimnasio, después de la ducha tomé algo para hacer tiempo hablando con varias personas en la cafetería, una de ellas Víctor que ya estaba recuperado de su disgusto, otra fue Silvia que pasó con Marta para jugar un partidito y al verme entró a saludarme y quedamos para salir el día siguiente jueves. A las siete y diez entraba en la oficina, Pilar sacó unas llaves para cerrar la planta y nuestra oficina, se había recogido el pelo y puesto algún tipo de perfume o colonia porque olía estupendamente, me acerqué cogiéndola por la cintura.

YO: Hace muy buena olor y le sienta muy bien el pelo recogido.

PILAR: Me he lavado y refrescado un poco antes para celebrar el nuevo mobiliario, me he permitido una cosita si no le importa.

Abrió un armario y sacó una cubitera con una botella de champán en fresco con dos copas y una bandeja de canapés.

PILAR: Si hemos de trabajar hasta tarde será mejor que tengamos algo para comer.

YO: Ya sabía yo que tenía la secretaría más eficiente de toda la empresa.

PILAR: Ahora que tenemos más tiempo le voy a demostrar lo eficiente que puedo llegar a ser jefe.

Nos sentamos con la bandeja delante y levanté una copa.

YO: Brindo por mi secretaria.

PILAR: Y yo por las horas extras.

Dejamos las copas y nos enganchamos los labios, ella se subió de un salto sentándose encima de mí recostándome la espalda, nos besábamos con pasión mientras yo le desabrochaba el vestido por delante para sacarle aquellas tetas con las que había estado pensando todo el puto día, me metí un pezón en la boca chupándolo suavemente, sintiendo como crecía pudiendo cogerlo entre mis labios mamando como si fuera un niño de la teta de su madre, la otra mano la metí por debajo de la falda tocándole el culo, Pilar empezó a gemir con sus brazos alrededor de mi cuello, sujetándome la cabeza para que pudiera atacarle bien las tetas.

PILAR: Cómo me está poniendo de cachonda jefe.

La cogí por el culo girándola, estirándola, ella cogió los cojines del respaldo tirándolos dejando lo que parecía una buena cama, le quité los zapatos y el tanga abriéndole las piernas, se juntó todo el vestido en la cintura, acerqué mis labios a sus muslos besándolos subiendo poco a poco hasta llegarle a la ingle, donde empecé a lamerle subiendo al pubis, tenía el chocho todo depilado excepto un bigotillo de pelo, bajé la legua por la otra ingle y desde abajo le fui lamiendo por el medio del chichi, subiendo poco a poco, sus gemidos empezaban a ser importantes, sus manos me cogían la cabeza apretándola, llegué al clítoris entreteniéndome alrededor y encima chupando, lamiendo y presionando notando como le subía la excitación y el placer, hasta hacer que se corriera gritando muy fuerte, me miraba respirando fijamente a los ojos.

PILAR: Ya sabía yo que con tanto “socializar” tenias que ser muy bueno.

Mientras ella hablaba me desnudé y sin dejar que se acabara de recuperar del primer orgasmo me estiré en medio de sus piernas metiéndosela despacio, abrió bien las piernas cruzándolas por mi espalda cogiéndome el culo con sus manos, bombeaba con tranquilidad chupándole un pezón de nuevo, le cogí las manos estirándolas por encima de su cabeza sujetándolas con las mías, ella bajó los talones apoyándolos en el sofá levantando las caderas en cada embestida que iba acelerando, me miraba a los ojos.

PILAR: Más fuerte.

Mantenía el ritmo golpeando cuando llegaba al fondo contra su coño con fuerza, sacándole en cada golpe un grito más fuerte abriendo más los ojos.

PILAR: Más por favor.

Aumente un poquito más el ritmo y la fuerza del golpe, se le empezaron a poner los mofletes colorados, me miró muy fijamente y la boca se la abría lentamente.

PILAR: Así, así, me voy a…, me voy a…, me corro coñooooo, me corroooo, que bueeeeeno jooooder.

Se corrió a lo bestia sin dejar de hablar, dejó caer las piernas cogiéndome con sus brazos alrededor de mi cuello bajando mi cuerpo hasta juntarlo con el suyo, Pilar respiraba fuerte sin dejar de besarme en el cuello, estuvimos un rato abrazados sin decir nada.

YO: ¿Te ha gustado?

PILAR: Mucho jefe, eres muy bueno.

YO: Me refiero al sofá Pilar, al sofá.

Se descojonó de risa, se salió de debajo de mi cogiéndome la polla con la mano, yo me estiré y ella se la metió en la boca chupando y succionando un buen rato, la saliva resbalaba por el tronco hasta que ella me la pajeaba distribuyendo la saliva por toda la polla, siguió con una paja mientras me acariciaba los huevos y me metía la punta de un dedo en el culo moviéndolo, me estaba volviendo loco la cabrona, cuando ya me tenía casi a punto se puso en cuclillas metiéndosela hasta el fondo empezando a dar botes sobre mi polla hasta que me corrí pegando unos cuantos gritos, se levantó tapándose con la mano el chichi y se fue al baño, yo me quedé estirado recuperándome, cuando volvió se sentó a mi lado mirándome la polla toda manchada de semen y flujos, la cogió y se la metió en la boca entera sacándola y metiéndola una cuantas veces tragando hasta dejarla bien limpia y reluciente, nos besamos en los labios y nos comimos los canapés con ganas acompañándolos con el champán.

Al día siguiente nos saludamos por la mañana como cualquier otro día empezando la jornada laboral, a media mañana recibí un mensaje.

SILVIA: “Cuando acabes me pasas a buscar y comemos en la playa”

YO: “¿A qué hora te va bien?”

SILVIA: “Yo ya estoy libre, cuando tú quieras”

YO: “A las dos estoy en la puerta de tú casa”

SILVIA: “Okis”

Seguí trabajando y a los veinte minutos otro mensaje.

ISABEL: “¿Podemos repetir este fin de semana?

YO: “El viernes a partir de las cinco estaré en casa, ven cuando quieras”

ISABEL: “Perfecto, me hace mucha ilusión”

Llegó Pilar con unos papeles para firmar.

PILAR: ¿Muchos mensajitos esta mañana jefe?

YO: Sí Pilar, para seguir “socializando”.

Le firmé un par de hojas y se giró caminando.

PILAR: Que golfo esta hecho jefe.

Nos reímos un rato.

A las dos en punto entraba Silvia a mi coche, me besó en los labios acariciándome la cara y salimos para mi pueblo a comer en algún restaurante delante del mar.

SILVIA: ¿Siempre tendré que ser yo la que te diga para estar juntos o algún día lo harás tú también?

YO: Sí claro, lo que pasa es que como no sé lo ocupada que estás no encuentro el momento de hacerlo.

SILVIA: Que cojones tienes tío, menuda excusa barata me acabas de dar.

YO (riendo): Perdona, ya sabes que soy muy despistado, te prometo que lo haré, vale.

SILVIA (seria): Ya, ya, lo que pasa es que te da igual estar conmigo, como mujeres no te faltan pasas de mi como de la mierda.

Estaba enfadada y no sabía por qué, paré en un lateral de la carretera, le miré a los ojos y la abracé.

YO: No me digas eso que me haces daño Silvia, claro que me importas, y mucho, si no te viera te echaría de menos muchísimo.

Me apretó más contra su cuerpo medio llorando.

SILVIA: ¿Me lo dices sintiéndolo, no me engañas?

YO: Claro que no te engaño, ¿con quién iba a perder los papeles cuando nos insultamos si no es contigo?

Se puso a reír y me dio un golpe en la espalda, nos besamos y seguimos camino, comimos y fuimos a casa, me cogió de la mano llevándome a la cama, se quedó en camiseta y bragas y se estiró haciéndome una señal para que lo hiciera a su lado, me puse un pantalón corto y una camiseta y me estiré con ella, me pasó un brazo por encima apoyando su cabeza en mi hombro.

SILVIA: Estoy tan bien contigo así, se me para el mundo y solo te veo a ti.

YO: Silvia cariño, ¿qué te ha pasado en la carretera?

Me miró a los ojos.

SILVIA: Nada David, cosas mías, ahora ya estoy bien.

Se quedó dormida apretándose contra mí, estuve un rato con ella y sigilosamente me salí de la cama para ir al salón a prepararme una copa y tomarla escuchando música, estaba relajado estirado en un sillón de estos que se estiran para atrás, estaba a punto de dormirme y noté una mano que me cogía los cojones bien agarrados, abrí los ojos de golpe y tenía su cara a un palmo de la mía.

SILVIA: Como te atreves a salirte de la cama sin follarme cabrón, o me follas ahora mismo o te aprieto los huevos y te dejo inservible hijo de puta.

Me puso como una moto, me levanté cogiéndola por la cintura besándola con pasión, la llevé hasta apoyarle la espalda en una pared sin dejar de besarla, metiéndole mano por dentro de las bragas en el coño sobándoselo, me miraba a los ojos con una cara de pasión que solo ella sabía sentir pajeándome a la vez por encima del pantalón, la giré contra la pared levantándole las manos sujetándolas con las mías, apretando mi cuerpo contra el suyo refregándole la polla contra su culo besándole el cuello, ella levantaba la cabeza suspirando de excitación, le bajé las bragas hasta los muslos y de un tirón mi pantalón, me cogí la polla metiéndola por debajo buscando su chichi penetrándola con fuerza, pegó un grito sacando un poco el culo, follábamos despacio pero dándole un buen golpe cada vez que se la metía con su correspondiente grito por su parte, seguía sujetándole las manos contra la pared besándole el cuello y la oreja.

YO (susurrándole a la oreja): ¿Te gusta así cabrona de mierda?, ¿te pone que te domine y te folle como un animal?

SILVIA: Claro que si cabrón, fóllame más fuerte gilipollas.

Se soltó de una mano poniéndomela encima del culo, marcando ella el ritmo cada vez más rápido y más duro hasta correrse con los ojos y la boca abierta, manchando de saliva la pared dándome una ostia en el culo con la mano abierta que me la dejó marcada, paré de mover mis caderas mientras ella recuperaba el aliento, me mojé dos dedos de saliva y separándome un poco sin llegar a sacársela del coño le mojé el ojete del culo lubricándolo.

SILVIA: ¿Qué me vas hacer cabronazo de mierda?

YO: Te voy a follar el culo dejándote que no te podrás sentar en una semana puta de los cojones.

En esos momentos le tenía dos dedos dentro metiéndolos y sacándolos despacio.

YO: Y quiero que te hagas una paja, hasta que no te corras otra vez no dejaré de follarte abriéndote el culo todo lo que pueda.

Bajó la mano al instante empezando a tocarse el clítoris con mi polla todavía dentro, le saqué los dedos y la polla del coño metiéndosela en el culo poco a poco hasta el fondo, dio un grito entre placer y dolor, se la saqué y metí unas cuantas veces muy despacio con su dedo masturbándose muy rápido gimiendo cada vez más fuerte, la cabrona estaba a punto de correrse otra vez y le pegué unos cuantos golpes de caderas follándole el culo con fuerza subiéndome un gusto por todo el cuerpo tremendo, se empezó a correr gritando y moviendo el cuerpo, se la metí un par de veces más y le solté toda mi leche dentro temblándome las piernas, las doblé arrodillándome delante de su culo, ella se cogió las nalgas con sus manos abriendo el culo para que viera lo dilatado que lo tenía saliéndole mi leche de dentro del agujero.

YO: Eres muy cabrona nena, muy cabrona.

Se giró tapándose el culo con la mano, me cogió la cara con cariño y me besó en los labios.

SILVIA: Y tú el mejor revienta culos que existe.

Se fue riendo a la ducha, la seguí entrando con ella abrazándola por la espalda mientras nos caía el agua por encima.

YO: ¿Qué te ha pasado en el coche?

SILVIA: Ya te he dicho que no te preocupes, solo quiero que sepas que soy muy feliz cuando estoy contigo vale.

YO: Vale.

Pasamos una tarde y noche genial como siempre en su compañía.

A partir de aquel momento las semanas pasaban entre algunos “canapés” por la noche con Pilar, dos noches como mínimo con Silvia y los fines de semana con Isabel, y alguna semana al revés, veía a Isabel entre semana un par de noches y el fin de semana venía Silvia, yo vivía mi vida más feliz que la ostia.

Uno de los días que fui al gimnasio del club y había quedado con Víctor y sus amigos para jugar un partido me encontré con Katia, le dije que como era que no me había avisado de su regreso, me vino a decir que no le venía muy bien que nos fuéramos viendo, que me envío a la mierda vamos, así que dejamos de vernos íntimamente, con Ana también hacía mucho tiempo que no sabía nada pero ya tenía claro que ella buscaba algo que conmigo no lo iba a encontrar, así que me distribuía la semana con los martes y jueves viendo a Isabel o Silvia, los miércoles cena de “canapes” con Pilar y los fines de semana entre Isabel o Silvia, todo iba viento en popa, una noche después de pegar un polvazo con Pilar estábamos picando algo y me sonó el teléfono, miré quien llamaba y era Sandra.

YO: Ostia que ilusión.

SANDRA: ¿Cómo estás guapo?

YO: Muy bien, por aquí echándote de menos.

SANDRA: Ya, ya, seguro que estás con alguna tía buena que si no te la has follado lo harás de aquí un rato.

YO: Estoooooo, ¿y tú como estas?

SANDRA: Ja, te he pillado con las manos en la masa cabroncete, escucha una cosa, ¿sigues estando solo o alguna mujer inteligente ya te ha conseguido para ella?

YO: No cariño, sigo solo y espero que por mucho tiempo.

Pilar que no se perdía detalle de la conversación movía la cabeza de lado a lado como no estando de acuerdo de que quisiera estar solo.

SANDRA: Así te vendría bien que viniera a pasar tres o cuatro días contigo.

Me puse de pie de golpe de la sorpresa.

YO: ¿Cuándo?, no tardes mucho por favor.

SANDRA: Esta semana no, la siguiente, te lo confirmaré pero la idea sería llegar el jueves y volver al pueblo el lunes por la mañana, ¿te va bien David?

YO: Me va perfecto, confírmame el horario y te vendré a buscar a la estación.

SANDRA: Tan caballero como siempre, te lo confirmo, un beso guapo.

YO: Vale, otro beso para ti, tengo ganas de verte.

Colgamos y Pilar me estaba mirando fijamente.

YO: ¿Pasa algo Pilar?

PILAR: Que me parece que a tus días de hombre soltero y libre le está llegando el final.

YO: Quita, quita, ¿y tú que sabes?

PILAR: Sin contarme a mí, ¿a qué va pasando el tiempo y el número de mujeres se reduce y va quedando más asiduamente con las mismas?

La miré pensando que aquella mujer era una bruja.

PILAR: Pues eso, selección natural se le llama.

YO (cachondeándome): Selección natural, selección natural, ya lo veremos.

No dijo nada subiendo y bajando la cabeza confirmándolo.