Cambio de vida (12)

A las cinco me encontré en las pistas...

A las cinco me encontré en las pistas con las chicas, Silvia llegó con una sonrisa abrazándome con cariño, después lo hizo Marta y aprovechó para hablarme al oído.

MARTA: Muchas gracias por lo que has hecho por Silvia.

Me dio un beso en la cara, me pareció un poco extraño que Marta que tenía algo parecido a una relación con Silvia me lo agradeciera, quería decir que lo sabía todo. Me presentaron a Elena una chica bastante guapa como una amiga, no era socia del club y ellas la habían invitado, Silvia se puso a mi lado entrando conmigo a una mitad de pista, parecía que las parejas de juego también las habían decidido antes, le hice un gesto con los hombros y la cabeza a Silvia para saber si pasaba algo.

SILVIA (hablando flojo): No pasa nada David, Elena es una muy buena amiga de Marta, siempre les gusta jugar juntas.

Me lo dijo con un tono haciéndome entender que eran algo más que amigas, me estaba haciendo un lio entre todo, jugamos el partido, mientras íbamos a los vestuarios Marta se avanzó dejando retrasadas hablando a Silvia y Elena.

MARTA: Te estoy muy agradecida de lo que has hecho con Silvia.

YO: Pero Marta, yo no he hecho nada especial, ni creo que sea motivo para agradecérmelo tanto.

MARTA: David, sé que estuvisteis juntos el sábado, cuando volvió Silvia de estar contigo era otra chica.

Me paré mirándole a los ojos extrañado.

MARTA: Sigue, no te pares o nos alcanzan y no podremos hablar, no me dio detalles de vuestro encuentro pero la note mucho mejor, supongo que te explicó su experiencia tan mala con su última relación con un hombre, yo he intentado ayudarla durante un tiempo pero el avance en su actitud desde el sábado ha sido fantástica, creo que contigo ha encontrado a alguien en quien confiar y encontrarse a gusto, sigue ayudándola por favor, es una buena chica y se merece ser feliz, lleva mucho tiempo sin serlo.

Cuanto más hablaba más alucinaba.

YO: Pensaba que vosotras teníais una relación, que lo mío fue un capricho para pasar un rato divertido y ya está.

MARTA: No soy tonta David, yo siempre he sabido que a ella le gustan los hombres más que las mujeres, conmigo era una manera de no tener que relacionarse con vosotros y olvidarse de su mala experiencia, pero sabía que tarde o temprano encontraría alguno que le gustaría y se empezaría a enamorar, Elena y yo somos más parecidas y siempre nos hemos gustado.

Debió de verme la cara que se me estaba quedando que se giró.

MARTA: Chicas nos vemos en la cafetería después de la ducha, voy a hablar con David un rato.

Silvia pasó por mi lado sonriéndome guiñándome un ojo.

Nos sentamos con Marta en un banco un poco apartado.

MARTA: No me dirás que la sonrisa que te ha hecho Silvia no te dice nada, le gustas mucho David…

YO: Me estoy asustando Marta, a mí me cae muy bien y le tengo cariño pero por mi experiencia en mi matrimonio yo no quiero tener una relación seria, tengo miedo de hacerle daño y que empeore, y me siento incomodo con la idea.

MARTA: No te preocupes, Silvia no es tonta, no te va a intentar atar ni ponerte contra la pared, solo con que salgas con ella y habléis, bueno entiéndeme, hablar y lo que haga falta, ya estará contenta y cogerá más confianza en ella misma, ayúdala por favor que se lo merece, esta noche salgo con Elena, vosotros pasároslo bien vale.

Se lo confirmé con la cabeza porque no sabía muy bien que decirle.

Nos encontramos los cuatro para tomar algo hablando del partido y cuatro anécdotas, hasta que Marta se despidió y se llevó de la mano a Elena dejándonos solos, vi pasar a Víctor que me miró con mala cara y me la giró, pensé que era una pena que estuviera así conmigo sabiendo lo que pasaría…

SILVIA: ¿Te pasa algo David?

YO: No guapa, que a Víctor le van a pegar un hachazo que lo dejaran jodido.

SILVIA: ¿Víctor, el monitor?

YO: Sí, el monitor, sabes que nos conocemos desde los nueve años más o menos que empezamos juntos en la escuela de tenis, jugamos juntos hasta que empecé la universidad, era uno de mis mejores amigos y hemos estado casi quince años sin vernos, él se preocupó de empezar a introducirme en el club de nuevo y ahora está mosqueado conmigo por decirle la verdad.

Se lo expliqué todo para que supiera de lo que le hablaba.

SILVIA: Te has portado como un buen amigo pero no creo que puedas hacer más, ya se dará cuenta y te pedirá perdón, pero de todas maneras yo vigilaría con él, se junta con unos tíos un poco salidos que me parece que lo llevan por mal camino.

YO: Tú también consigues que yo me ponga salido perdido contigo y no es tan malo.

SILVIA: Calla tonto.

Puso una mano encima de la mía mirándome a los ojos.

YO: ¿Qué te gustaría hacer hoy?

SILVIA (con una sonrisa feliz): Si me lavas las bragas más tarde ir a tú casa hasta mañana.

Me levanté cogiéndola por la cintura saliendo del club y llegamos al parking.

YO: ¿Y tú coche?

Ella levantó los brazos.

SILVIA: He venido con Marta y se ha llevado mi bolsa, estoy totalmente liberada de todo.

Entró en mi coche y nos fuimos para casa, mientras conducía hablamos de diferentes cosas hasta que se hizo un silencio.

YO: Silvia, ¿sabes que me gustaría?

SILVIA: Espera que saco la bola de cristal y lo adivino.

YO: Que cabrona estás hecha, me la estabas guardando.

Ella reía a carcajadas.

SILVIA: ¿Que te gustaría David?

YO: Que algún día te vistieras en casa como vas cuando juegas a pádel, estás tan guapa con la faldita.

SILVIA (descojonándose): Mira que llegas a ser pervertido tío, y ¿para qué quieres que lo haga?

Me acariciaba el pelo mientras yo me concentraba en la carretera.

YO (riendo): Para cogerte y follarte como un salvaje, no sabes cómo me pones cuando te veo en la pista.

SILVIA: Calla coño que me pones cachonda, es que eres la ostia tío.

Reímos y seguimos camino hasta llegar a casa. Entramos y le pregunté si quería que le dejara algo para estar más cómodos, nos pusimos unas camisetas, ella en bragas y yo con un pantalón de deporte holgado, salimos al salón.

YO: ¿Quieres tomar algo Silvia?

Ella se colocaba al lado del sofá.

SILVIA: No gracias, ¿puedes venir aquí conmigo?

Me acerqué pensando que necesitaría algo, me miró a los ojos y me pidió que me estirara en el sofá apoyando la cabeza en un cojín, se estiró a mi lado en la parte exterior, los dos de lado y juntos con su culo enganchado a mi paquete haciendo la cucharita, le pasé un brazo por encima, me cogió la mano y se la puso en medio de las suyas debajo de la cara dando un suspiro.

SILVIA: Me da tanta tranquilidad estar así contigo.

Me apreté un poco más a ella dándole un beso en la cabeza, estuvimos un buen rato sin hablar.

SILVIA: ¿Estás cómodo David?

YO: ¿Cómo voy a estar mal enganchado a un cuerpazo como el tuyo?

Se le escapó una carcajada y enganchó más su culo apretándome la polla debajo de los pantalones, le besé el cuello y le seguí acariciando el pelo, ella sonreía y restregaba suavemente su culo contra mi polla haciéndola reaccionar.

SILVIA: ¿Y tú amiga como está?

YO: Como sigas así, mi amiga se va a ir despertando y de un momento a otro saldrá a saludarte y ya no podrás pararla.

SILVIA: ¿No podré pararla?, ¿qué hará?, ¿me va a atacar, por delante o por detrás?, a ti te gusta mucho por detrás, ¿o antes me obligará a hacerle alguna marranada de esas que le gusta tanto hacer con mi boquita?

Me tenía con la polla a punto de reventar el pantalón presionando contra su culo.

YO: No te va a obligar a hacer nada, lo que tú quieras hacerle lo aceptará, y si no le haces caso yo me ocuparé de ella.

Me miraba a los ojos con una sonrisa girando la cabeza.

SILVIA: ¿De verdad no se enfadará si no le hago nada?

YO: Solo le gusta lo que tú le quieras hacer voluntariamente y convencida de hacerle.

Me miró a los ojos sonriendo cayéndole una lágrima que yo le recogí con un dedo, se giró abrazándome.

SILVIA: ¿Cómo no le voy a hacer nada con lo buena que es conmigo?

YO: Tú decides.

Me volvió a mirar y fue bajando el cuerpo hasta tener la cabeza delante de mi pantalón, le dio un beso por encima, la acarició con la palma de una mano moviéndola de punta a punta, me miró de nuevo, yo le devolvía la sonrisa, cogió el pantalón con las dos manos por los lados y estiró lentamente de él para bajarlo por debajo de mis rodillas, moví las piernas y lo chuté con un pie al suelo, Silvia me miraba fijamente la polla tiesa a más no poder, levantaba la vista y me miraba a mí, yo le sonreía de nuevo casi riendo de la escena, me cogió la polla muy suavemente como si fuera algo delicado que se pudiera romper, y sin perderse ningún detalle la fue pajeando muy poco a poco, se la miraba desde la punta a los huevos, parecía como si nunca hubiese visto una y quisiera estudiarla bien, me pasó el dedo pulgar por la punta pasándola por el frenillo, moví el cuerpo al notar el contacto en seco de su dedo, me miró preocupada de haberme hecho daño y se mojó el dedo con saliva para que resbalase volviéndolo a pasar, por la punta salió líquido pre seminal que ella me esparció volviendo a pasar el dedo, me la fue agarrando con toda la mano como a cámara lenta, primero con los dedos y poco a poco cerrando el resto de la mano, hasta tenerla bien cogida con toda la mano apretándola como comprobando la dureza, bajó un poco la piel dejándome todo el glande descubierto, lo miró un momento y le pasó la lengua desde la mitad del tronco hasta la punta mojándola por atrás, después lo repitió por un lado, por el otro y acabó por la parte de delante dejándola mojada, empezando una paja muy lenta llegando con su mano hasta los huevos para volver a subir hasta la punta, mientras lo hacía me volvió a mirar a los ojos.

SILVIA: ¿Te gusta?

YO: Me tienes que no puedo ni hablar.

Sonrió y volvió a fijar la mirada en la polla, en una de las bajadas de mano paró sujetándomela desde abajo del todo notando su puño agarrándomela en contacto con mi pubis, le dio varias vueltas a la lengua por encima y se la fue metiendo cerrando sus labios alrededor chupando con suavidad, metiéndosela hasta la mitad, volvió a subir hasta la punta repitiendo apretando más los labios chupando con más fuerza, moví un poco las caderas dejando ir un gemido tímido, se la fue metiendo sin prisas cerrando los labios quedándole un par de dedos para llegar al final, sacándola para volver a hacerlo una cuantas veces, gemí un par de veces más, me miró sin sacársela de la boca como avisándome que venía algo interesante, fue bajando los labios por el tronco, no paró hasta apartar los dedos que me la sujetaban por abajo llegando a tragársela toda, apretando su cabeza tocándome con los labios el pubis mientras me agarraba los huevos amasándolos, moví varias veces las caderas del gusto y la excitación de verla follándole la boca sin querer, la sacó rápido tosiendo un par de veces sacando un montón de saliva que me tiró encima del cipote pajeándolo para lubricarlo bien, ver como movía la mano agarrando con fuerza mi polla y el ruido del rozamiento de la saliva hizo que casi me corriera en ese momento, le acaricié el pelo bajando la mano hasta su boca limpiándosela, me miró y subió su cuerpo para poder besarme sin soltarme el cipote que seguía haciendo el ruidito de la humedad con su paja, me la soltó un momento, se puso de pie y se quito las bragas y la camiseta, yo me quité la mía tirándola al suelo y me puse boca arriba esperando que ella se sentara encima, volviéndomela a coger siguiendo con su paja, le pasé los dedos por el lado del pelo para apartárselo de la cara, me miró sonriendo con mucho cariño y se fue sentando encima metiéndosela despacio hasta el fondo, cerró los ojos suspirando y se empezó a mover acompasadamente apoyando sus manos en mi pecho, aumentaba el ritmo gimiendo con mis manos acariciándole las caderas y los muslo, se fue moviendo con más velocidad y de golpe abrió los ojos mirándome fijamente corriéndose con unos gritos controlados, dejando caer su cabeza al lado de la mía.

SILVIA: Es tan intenso todo, me gusta tanto saborear cada momento sin prisas.

Le pasé los brazos por la espalda abrazándola con su carita en mi cuello.

SILVIA: Te toca, pídeme cualquier cosa y lo hare por ti.

YO: De momento quiero seguir así contigo, que lo disfrutes todo sin prisas y te recuperes bien.

SILVIA: ¿De verdad?

Le acaricié de nuevo el pelo y seguimos un buen rato, la polla se me tranquilizó volviendo a su tamaño en reposo.

SILVIA: No me puedo creer que te puedas aguantar sin hacerme nada y sin correrte.

YO: Me aguanto temporalmente guapa, en cualquier momento empezaremos otro asalto tú y yo.

Se descojonó de risa y me besó en el cuello dejando caer su cabeza en mi hombro.

No tardó mucho en volver a levantar la cabeza y agarrarme otra vez el cipote pajeándolo.

SILVIA: ¿Piensas tardar mucho, es que me gustaría hacerlo hoy si puede ser?

Soltó una carcajada y me besó esperando a ver que le decía.

YO: Es que te veo tan relajada que me sabe mal alterarte.

SILVIA: Serás capullo niño.

Me apretó la polla estrujándola con la mano aumentando el ritmo de la paja, se me puso tiesa al momento y ella aumentaba la velocidad.

SILVIA: Te espabilas o te vas a correr con una triste paja.

YO: Vale, vale, ¿cómo te gustaría que te lo haga?

Se puso sería y me miró a los ojos.

SILVIA: Haz lo que te salga de los cojones pero reviéntame con tú polla cabrón.

Mi cuerpo pegó un salto en el sofá de excitación a la vez que mi cabeza me decía que Silvia estaba volviendo a sus orígenes de descontrol, me miró sonriendo y me guiñó un ojo.

SILVIA: Tranquilo que sigo siendo yo, pero como te gusta que te lo diga mamón.

El que me descontrolé fui yo.

YO: Sigue, sigue diciéndome cosas por favor.

SILVIA: Fóllame cabrón, te crees que no te veo las ganas de hacer conmigo todas las marranadas que se te pasan por la cabeza.

Me estaba levantando poniéndola a cuatro patas encima del sofá metiéndole la lengua en el culo repasándolo por todos los rincones, la bajé al chocho comiéndomelo descontrolado perdido.

SILVIA: Vamos David sigue fuerte, o es que eres un picha floja que no me vas a dar lo que quiero.

YO: ¿Que no te lo voy a dar?, ahora veras cabrona.

Le apunté la punta de la polla en el agujerito del coño y se la metí de un golpe hasta el fondo, pegó un grito mirándome riendo de cómo me veía, yo enloquecía por momentos aumentando la velocidad en cada embestida, aumentaban sus gritos y los míos, abrió la boca para decirme algo pero no llegó a decirlo porque le salió un buen grito empezando a correrse moviendo el culo contra mi polla marcando el ritmo, yo no podía parar de metérsela con fuerza y ella ya estaba con la cabeza apoyada en el sillón recuperándose, estiró una mano apoyándomela en mis abdominales haciéndome reaccionar parando de moverme, se mojó la mano con saliva y se la paso por el agujero del culo.

YO: No Silvia, que se que te…

Me agarró fuerte la polla y se dirigió la punta apoyándola en el ojete.

SILVIA: Venga cabrón, que se que lo estas deseando y yo quiero que me dejes el agujero bien grande y dilatado, ¿o me vas a dejar con las ganas?

La cabrona me sacaba de mis casillas, empujé metiéndosela un poco, me miró sonriendo, yo la miraba serio.

SILVIA: No te preocupes tonto que lo hago por ti, pásatelo bien y dale.

Empecé a meterla muy despacio hasta el final, hasta que se fue lubricando y pude ir aumentando el ritmo, estaba preocupado porque pensaba que tardaría mucho en correrme y no quería hacerle daño.

SILVIA: Serás gilipollas follándome con esa mierda de ritmo, lléname el culo de leche hijo de puta.

Me descontroló otra vez pegándole tres embestidas fuertes, empezándome a correr gritando como un animal llenándola de leche, le saqué la polla y le abrí el culo para verlo bien dilatado, joder como me excitaba, me senté a su lado mirándole a los ojos.

YO (casi no me salían las palabras): Como me pones nena, yo intento que tú te controles y luego soy yo el que me pierdo a la primera, que ejemplo de mierda soy.

Me besó sonriendo.

SILVIA: Sé que te gusta y te lo haré siempre que sea necesario, ya he entendido que en el sexo hay momentos para todo.

Nos duchamos, cenamos y pasamos una noche muy divertida, el miércoles la acompañaba a su casa antes de ir a trabajar.