Cambio de vida (11)

A las once menos diez llamaban a la puerta...

A las once menos diez llamaban a la puerta, la abrí y me la encontré mirándome con cara de mala ostia vestida con una chaquetita corta, una falda que le tapaba justo el culo y unos taconazos negros que la hacían ser casi más alta que yo, me miró a los ojos y se tiró a mi cuello besándome metiéndome la lengua hasta la campanilla.

SILVIA: Hola cabrón, a ver si hoy me follas mejor que la última vez en aquella mierda de probador.

Le quité la chaqueta y llevaba un corpiño negro que le realzaban las tetas, me aparté un momento para verla bien.

SILVIA: Te gusta cómo me he vestido de puta para ti cabrón.

YO: Me encanta la ropa y lo cachondo que me pones joder.

La volví a besar metiéndole la mano por debajo de la falda agarrándole el culo, ella me quitó la camiseta y yo le bajé un poco el corpiño sacándole las tetas por encima metiéndome un pezón en la boca mientras que con la mano le acariciaba la otra teta, todo esto sin movernos del mismo sitio, la cogí en brazos y la llevé al sofá estirándola, le quité los zapatos, le quité el tanga y me lo puse en la nariz para olerlo.

SILIVA: Que cerdo eres hijo de puta.

Le metí la mano rápido en el coño abriéndole las piernas, le froté el clítoris haciéndole gemir y le introduje un dedo en el agujero.

YO: ¿Qué decías zorrita?

SILVIA: Qué me cago en la madre que te parió.

Le metí un segundo dedo y me estiré encima de ella tapándole la boca con mis labios, la follaba con los dos dedos y le frotaba el clítoris con el pulgar, ella gemía y se movía cada vez más hasta correrse, respiró un poco, me miró a los ojos y me acarició la cara.

SILVIA: Ya has conseguido que me corra, ¿estás contento?

YO: No, esto no ha hecho más que comenzar niña diabólica.

SILVIA: Eres un depravado de mierda.

Le quité el corpiño, la falda y los zapatos dejándola en bolas, que buena estaba.

YO: Ponte de rodillas en la alfombra.

Me miró fijamente y lo hizo, me puse delante y me quité el pantalón dejándole la polla tiesa delante de su boca.

YO: Abre la boca.

SILVIA: ¿Me vas a hacer lo mismo que la otra vez?

YO: Qué abras la boca de una puta vez te digo.

Me miró sonriendo y la abrió, me cogí el cipote y le puse la punta en los labios, se la fui metiendo despacio, cuando llevaba la mitad la cabrona apretó los dientes abriendo los labios para que lo viera y me miró con los ojos amenazadores.

YO: No tienes ovarios porque sabes lo que te perderías después cabrona.

Intentó sonreír y se la metió de golpe hasta el fondo succionando volviéndola a sacar, la lamió por un lado bajando hasta los huevos chupándomelos, me estaba poniendo a mil, se la volvió a meter hasta el fondo aguantando un poco hasta darle una arcada y volverla a sacar, la puse de pie y me senté en el sofá estirando de una de sus piernas para que se sentara encima de mí, se metió la polla dando un gemido y yo la agarré fuerte por el culo, se fue moviendo de un lado para otro excitándose cada vez más, mojándose cada vez más hasta llegar a un orgasmo tremendo apretándome fuerte los hombros con sus manos, se dejó caer sobre mí colocando su boca en mi cuello dándome algunos besos suaves, fue la primera vez que noté algo de cariño y ternura en su actitud, le pasé un brazo por la espalda y con la otra mano le fui acariciando el pelo, respiró profundamente y se quedó quieta recuperándose un buen rato.

SILVIA: David.

YO: Sí dime.

SILVIA: ¿Vas a hacer que me corra otra vez?

YO: Voy hacer que te corras todo el día cariño, una vez detrás de otra hasta que me supliques que pare.

SILVIA: No tienes cojones.

Me salí de debajo, me puse detrás de ella levantándole el culo dejándola apoyada en sus rodillas y con la cabeza enganchada al asiento, le pasé dos dedos por el chichi comprobando que seguía mojado, ella gimió mirándome, le metí la punta de la polla y empujé poco a poco hasta meterla toda, ella respiraba profundamente, cogí un ritmo suave de entradas y salidas oyendo sus gemidos, cuando empecé a sentir que estaba totalmente mojada y que salía de su chumino el ruidito del contacto con mi cipote aumenté el ritmo y la fuerza con la que golpeaba contra su culo provocando que gimiera más fuerte, notaba como su excitación aumentaba por los gestos de su cara y de su cuerpo que se empezaba a mover, llegando a la última fase entrando y saliendo de ella a toda velocidad golpeando contra su cuerpo haciendo un ruido fuerte y seco, levantó la cabeza tensando el cuerpo pegando unos gritos muy fuertes corriéndose por tercera vez en la mañana, se dejó caer en el asiento de lado, yo me senté cogiéndole la cabeza poniéndola encima de mis piernas acariciándole el pelo y la cara mientras ella respiraba rápido, cerró los ojos, pasó un momento y los volvió a abrir.

SILVIA: David.

YO: Sí dime.

SILVIA: ¿Tú no te vas a correr?

YO: Sííí, ahora te voy a estirar y te la meteré en el culo hasta correrme dentro.

La estiré en el sofá boca abajo y me puse encima de ella restregándole la polla por la raja del culo.

SILVIA: Por favor, por el culo no, todavía me escuece de la última vez.

YO: ¿Qué has dicho?

Y le di un azote en una nalga, se lo di flojito como una broma, ella dio un buen grito de placer.

SILVIA: Otra vez, más fuerte por favor.

Lo repetí con un poco más de fuerza y ella volvió a gritar casi como si se estuviera corriendo, la giré y me puse a su lado mirándola.

YO: ¿De verdad te pone esta mierda?

Ella me lo confirmó con la cabeza.

YO: ¿Qué pasa?, Que tú también te has leído ese libro como tantas mujeres que un multimillonario tiene que zurrar a sus amantes para poder correrse el gilipollas, venga hombre no me jodas tía, ¿de verdad te gusta que te peguen?

SILVIA (sorprendida): Que me peguen no, pero unos cuantos azotes me pone.

YO: Si quieres compro unas esposas para atarte y poder zurrarte bien.

Me miró con unos ojillos indicándome que no le parecía mala idea.

YO: Qué cabrona estás hecha nena, va, quieres que te la meta en el culo o no.

SILVIA: No que me duele.

Me levanté y me puse el pantalón sentándome en el sofá delante del que ella estaba estirada.

SILVIA: ¿Ya está?, no me vas a forzar, no me la meterás aunque yo no quiera.

YO: No, es no, si tú no quieres no lo voy a hacer.

SILVIA: ¿Te has enfadado conmigo?

YO: Me estás diciendo que por el culo te duele y por otra parte estás dispuesta a que te lo deje rojo como un tomate a ostias, tú no estás muy bien Silvia.

Se levantó triste, se vistió y se marchó cerrando la puerta detrás de ella sin decir nada, fui a buscar un zumo de naranja, cuando volvía al sofá llamaron a la puerta, la abrí y era ella llorando, nunca me imaginé ver llorar a Silvia, con aquella imagen de tía dura que me dio desde el principio.

SILVIA: Tienes razón, yo no estoy bien, ¿podemos hablar un rato por favor?

YO: ¿Quieres un zumo?

Nos sentamos en el sofá uno al lado del otro, le cogí una mano en medio de las mías.

YO: Dime Silvia, ¿qué te pasa?

SILVIA: Hace bastante tiempo salía con un chico, bueno un chico, un tío que era muy cabrón, el me enseñó a disfrutar de los azotes y de algunas cosas más que me da hasta vergüenza contarte, cada vez iba a más y yo sabía que tenía que dejarlo o acabaría muy mal, entonces conocí a Marta, me enrollé con ella y me dio tanto cariño y amor que tuve fuerzas para enviarlo a la mierda y quedarme con ella, pero a mí me gustan los hombres, el problema es que no se relacionarme con vosotros si no es a lo bruto, por eso cuando me insultas o me ordenas algo me pongo a mil y no puedo decirte que no, ya sé que esas no son maneras, antes cuando me acariciabas el pelo o la cara estaba tan bien, ahora es como si tuviera un choque de sensaciones y sentimientos dentro de mí y no sé qué hacer.

No le dije nada, me levanté, la desnudé dejándola en tanga, la estiré en el sofá con un cojín debajo de la cabeza, saqué una manta pequeña y la tapé, me estiré detrás de ella pasándole un brazo por delante cogiéndola por el estomago y acerqué mi boca a su cabeza besándola.

YO: Estás bien así Silvia.

SILVIA: Sí.

YO: ¿Sabes lo que más me ha gustado de ti?

SILVIA: Claro.

YO: ¿Cómo que claro?

SILVIA: Metérmela hasta la garganta y follarme como un animal.

YO: Pues no, te equivocas.

Se sorprendió, se puso boca arriba para mirarme.

SILVIA: ¿Me estás diciendo cabrón que no te gusta como follo?

YO: La madre que me pario Silvia, claro que me gusta como follas, me vuelves loco, pero te hablo de otra cosa coño.

Relajó la cara mirándome a los ojos.

YO: Lo que más me ha gustado es que te pusieras tan guapa para mí.

SILVIA: No lo entiendo.

YO: Que te llamara esta misma mañana, y te preocuparas de buscar una ropa bonita para verme.

SILVIA: Pero si parezco una puta de cómo me he vestido.

YO: ¿De verdad piensas eso?, yo te veo preciosa, te llevaría a cenar así a cualquier buen restaurante.

Me miró a los ojos sorprendida.

SILVIA: ¿De verdad me llevarías a cenar con esta pinta?

YO: ¿Esta pinta?, nena esa faldita con un poco de vuelo negra con detalles que brillan junto al corpiño con la chaquetita encima, te hacen un conjunto de fiesta precioso, ¿pero sabes que es lo mejor de todo?

SILVIA: Coño David, cómo estás hoy con las preguntitas ¿no?

YO: Tu cuerpo dentro de la ropa, eres preciosa y cualquier cosa que te pongas te va a sentar de puta madre.

Sonrió mirándome a los ojos y me besó suavemente los labios.

YO: Está noche te voy a llevar a cenar y voy a ser la envidia del restaurante.

SILVIA: David, que he salido de casa corriendo y no me he traído nada de recambio.

YO: ¿Qué te va hacer falta?, te dejo una camiseta para pasar el día en casa y ya está.

SILVIA (sonrisa socarrona): ¿Unas bragas limpias?

YO: Esta tarde te quito el tanga y lo meto en la lavadora, lo paso por la secadora y esta noche tienes unas bragas limpitas, limpitas.

SILVIA: ¿Me lo vas a quitar tú?

YO: Yo te lo quitaré, te lo lavaré y te lo secaré, ¿te parece bien?

Metió su cabeza entre mi cuello y mi hombro, junto mucho su cuerpo al mío y me abrazó sin decir nada, yo le pasé un brazo por encima acariciándole el pelo hasta que se quedó dormida. Después de una hora me levanté con cuidado para preparar algo que comer, estaba en la cocina distraído y noté que me pasaban unas manos por delante abrazándome por detrás, me dio un beso en el cuello.

SILVIA: ¿Sabes que me apetece ahora?

YO: Espera que saco la bola de cristal para averiguarlo.

SILVIA: Que me folles con toda la delicadeza que puedas.

Me giré de golpe, me pasó los brazos por detrás del cuello, la besé suavemente acariciándole la cadera y la espalda, la cogí de la mano y entramos en la habitación, nos paramos al lado de la cama, me quité el pantalón, le quité el tanga y nos quedamos en pelotas, le sujeté la barbilla con dos dedos volviéndola a besar, ella me empezó a acariciar el pecho con la palma de su mano para acabar apoyando sus manos a cada lado de mi cintura mientras yo la seguía besando acariciándole la cara y el cuello, fuimos juntando los cuerpos poco a poco sin separar nuestros labios, nos fuimos dejando caer en la cama, ella estirada y yo a su lado seguíamos besándonos suavemente, me puso la mano en el hombro, yo le recorría con la palma de la mano todo el cuerpo desde su bonita cara hasta casi las rodillas, fue abriendo las piernas para que le acariciara entre los muslos, le pasé muy despacio y suavemente la mano por su sexo comprobando que estaba muy mojada, ella me cogía la polla acariciándola, masturbándome muy despacio, me fui colocando encima suyo sin dejar de mirarle a los ojos, abrió las piernas todo lo que pudo flexionándolas clavando los talones en la cama, me acomodé en medio buscando sin cogérmela que la punta de mi pene se orientara a la entrada de su vagina, a la vez que le acariciaba la cara sin dejar de mirarle a los ojos se la fui introduciendo, notaba sus manos en mi espalda, seguía un ritmo muy lento de mis caderas sintiendo el roce de mi sexo dentro del suyo y como se iba humedeciendo, bajé la mano de la cara lentamente hasta acariciarle un pecho con suavidad entreteniéndome en el pezón, ella gemía suavemente y yo la acompañaba con una respiración profunda, acerqué mi boca a su cuello besándolo subiendo despacio acabando en el lóbulo se su oreja, me subió las manos de la espalda hasta la nuca apretándome contra ella subiendo el volumen de sus gemidos, mis caderas apretaban al final de la penetración sin dejar el ritmo suave, cerró los ojos, bajó de pronto una mano a mi espalda apretándola soltando un grito arqueando el cuerpo, aproveché para meter mis brazos por debajo estrechándola contra mí y nos vino a la vez un orgasmo juntando nuestros gritos, moviendo los cuerpos acompasados hasta relajarnos poco a poco quedando en silencio un rato; desplazó una mano hasta mi cabeza acariciándome el pelo.

SILVIA (susurrando): Muchas gracias David.

YO: ¿Me lo vas a agradecer?, yo he disfrutado igual que tú.

SILVIA: No lo entiendes, es la primera vez que lo hago así de romántico y bonito.

Levanté la cabeza para mirarla extrañado.

SILVIA: Y ha sido gracias a ti.

No supe que decirle y puse mi cabeza al lado de la suya besándole el cuello con mi cuerpo encima.

SILVIA: Y ahora sí que tengo hambre, me comería una vaca.

YO: Pues tendrás que comerme a mí porque no pienso salir de encima de ti que se está muy bien.

Soltó una carcajada de felicidad abrazándome.

Por la noche fuimos a cenar al restaurante fino, se había recogido el pelo y estaba despampanante, caminábamos detrás del metre que nos acompañaba a una mesa girando las cabezas de todos los tíos empezando a oírse los comentarios de sus parejas discutiendo con ellos, nos sentamos riendo mirando al resto de la sala, estaban todos los hombres dando explicaciones a sus parejas.

YO: Ves como estás preciosa, soy la envidia de todos.

Silvia me sonrió y levantó la cabeza orgullosa de ella, a media cena se puso de pie y se quitó la chaqueta quedándose con el corpiño, los murmullos en las mesas volvieron, yo ni les hice caso, solo tenía ojos para ella, me miró con una risilla.

YO: Ya la has liado otra vez cariño.

SILVIA: No sabes cómo, a más de uno se le salían los ojos y dos tías se han ido con un cabreo de cojones.

YO: Puta envidia Silvia, puta envidia.

Se descojonó de risa y seguimos cenando hablando y riendo, cuando acabamos paseamos un rato por la playa cogidos de la cintura o la mano y llegamos a la casa.

YO: ¿Una copita para acabar la noche como se debe acabar?

SILVIA: Y tanto, tomaré lo mismo que tú.

Se sentó en el sofá mirándome como las preparaba.

SILVIA: ¿Sabes que ha sido una de las noches más felices de mi vida?

YO: Me alegro mucho, cuando quieras repetimos, ya lo sabes.

Me miró fijamente sin decir nada, nos tomamos las copas riendo de tonterías, al día siguiente por la mañana nos despedimos y quedamos en llamarnos.

El lunes entré en la oficina temprano.

YO: Buenos días Pilar.

PILAR: Buenos días jefe.

Se levantó y me siguió con la libretita de las notas, se sentó delante y le dicté varias cosas que quería que preparara aquella mañana.

PILAR: ¿Ya está?

YO: Sí, eso es todo.

PILAR: ¿Cómo le ha ido el fin de semana?

YO: Muy bien, estupendamente.

Ella ya caminaba saliendo de mi despacho.

PILAR: Lo que debe haber “follao” este hombre el finde.

YO: ¿Decías algo Pilar?

PILAR: Nada, que se me han “enganchao” la hojas de la libreta.

Sobre la una del medio día recibí un mensaje.

TANIA: “¿Podríamos vernos esta tarde?”

YO: “¿Sobre las cinco?”

TANIA: Ok, ¿vendrás a mi apartamento?

YO: Vale, hasta luego.

Pasé por el gimnasio a hacer mi ejercicio diario y después fui a ver a Tania, entré en su apartamento y estaba Rut sentada en el sofá.

TANIA: Ha venido Rut para estudiar juntas un rato.

Se levantó y se acercó, me puso la mano en la cintura y yo pensaba que me iba a dar dos besos cuando me encontré con sus labios encima de los míos.

TANIA: Tiene muchas ganas de estar contigo, yo me voy.

Cogía la chaqueta para irse.

YO: Espera, espera, ¿cómo que tiene muchas ganas de estar conmigo?

RUT: Que quiero follar contigo, que Tania ya me ha dicho que eres muy bueno en la cama.

YO: Sí, si ya lo he entendido, ¿pero tú no estás saliendo con Víctor?

RUT: Es él que es un pesado, quedamos casi cada día, me rio mucho y ya está, de follar follo con quien quiero cuando quiero.

YO: Pero si habló conmigo y está enamorado perdido de ti, me dijo que tú también lo querías.

RUT: Que “exagerao”, salimos, pero yo no tengo ninguna intención de llegar a nada serio.

YO: Pues a lo mejor tendrías que hablar con él, porque me parece que le vas a hacer daño.

RUT: Bueno, ¿me vas a follar o no?

YO: No, no me follo a las novias o mujeres de los amigos.

TANIA: Pues él si tuviera la oportunidad no dudaría en tirarse a tú mujer si la tuvieras.

RUT: La de amigos que ha perdido en el club por hacerlo, es un buitre.

YO: Me da igual, es mi amigo y no pienso hacerlo.

Me fui a casa preocupado pensando si debía decirle algo a Víctor o no, yo creía que siendo un amigo de tantos años debía avisarlo sobre su relación, pero como lo hacía sin ofenderle y de la manera más delicada posible.

El martes temprano le envié un mensaje a Víctor.

“Es urgente que hable contigo, ¿tienes un rato esta tarde?

VICTOR: “Si es tan urgente dímelo ahora”

YO: “No lo es tanto, pero me gustaría hablar contigo”

VICTOR: “Esta tarde a las cuatro y media, empiezo clases a las cinco”

YO: “Perfecto, nos vemos en la cafetería”

VICTOR: “Ok”

A media mañana mensaje de Silvia:

“Te va bien jugar esta tarde a las cinco, con Marta y otra chica”

YO: “Jugar contigo me encanta, ya lo sabes”

SILVIA: “Cállate marrano, nos vemos a las cinco”

YO: “Ok”

A las tres estaba sudando en el gimnasio, a las cuatro y veinte esperaba ya duchado y cambiado a Víctor tomando una bebida isotónica en una mesa de la cafetería, él entró caminando rápido y sonriendo, le pidió algo al camarero y se sentó conmigo.

VICTOR (riendo): Bueno, tú dirás, ¿qué es tan urgente para estropearme la siesta?

Yo estaba nervioso pensando como entrarle en el tema.

YO: Mira Víctor, tengo un problemilla, imagínate que sabes que un buen amigo tuyo, pues eso, que un amigo tuyo…

VICTOR: Venga hombre acaba ya que no tengo toda la tarde.

Cogí aire y se lo dije de golpe.

YO: Que está saliendo con alguien de quien está enamorado y te enteras que la chica no es trigo limpio.

Se empezó a descojonar de risa.

VICTOR: ¿Me estás diciendo que a tú amigo le están poniendo los cuernos como a un ciervo y el tonto de los cojones no se ha enterado?

Me cago en mi vida, por querer ser fino lo estaba empeorando más.

YO: Es que es un amigo muy cercano, y no sé si decírselo o no, ¿tú crees que por amistad debería decirle algo o mejor me coso la boca y ya se enterara?

El cabrón de él seguía muriéndose de risa.

VICTOR: Yo se lo diría aunque solo fuera para ver qué cara se le queda.

La madre que me parió el tonto de Víctor me lo estaba poniendo cada vez más difícil.

YO: Eres tú Víctor joder, que ya no sé cómo hacerlo para que sea más suave la ostia.

Paró de reírse de golpe.

VICTOR: ¿Yo?, no puede ser hombre, si con Rut nos va muy bien.

YO: A lo mejor eres tú qué quieres pensar que te va muy bien con ella y no es del todo cierto.

VICTOR: Venga va, me estás tomando el pelo, ¿es una broma no?

YO: Ayer me llamó Tania para quedar con ella en su apartamento y me quería dejar solo con Rut, las dos lo habían hablado antes.

VICTOR: No puede ser, te lo estás inventando porque quieres tirarte a Rut y te dijo que no, intentas separarnos para que te quede el camino libre, ya conozco estas estrategias de cabrones que quieren follar con las mujeres de los demás.

YO: No Víctor, tú eres amigo mío, como quieres que…

VICTOR: Eras, eras amigo, ahora veo que no me puedo fiar de ti, adiós David.

Se levantó y se fue sin darme opción a explicarme, me supo mal, no por mí, sino por él que le iban a pegar una ostia de cojones sin enterarse.