Cambio de tendencia
Mónica una mujer joven dentro de la treintena y con una hija de unos quince años. Desde que su pequeña sufrió un accidente que, por poco le cuesta la vida a la pequeña, hizo que se separara de su marido, ahora mismo tiene un deseo oculto...
Aunque está en Control Mental, también tiene dominación, lésbico y filial entre otros.
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Me llamo Mónica, tengo treinta y un año soy administrativa en una empresa mediana, no soy jefa de sección, pero tampoco soy la última de la fila. Mi tarea consiste en contabilizar todos los movimientos económicos de la misma, no soy demasiado alta, mido algo menos de 1’70 m tengo el pelo pintado en color caoba, mis ojos son marrones, normalitos, lo único bueno son mis curvas y volúmenes que están en donde tienen que estar, algunos de mis compañeros dicen que lo mejor que tengo son mis pechos, no son pequeños ni excesivamente grandes, y mi culito respingón, según ellos no estoy mal, soy, lo que ellos llaman resultona.
Hoy mi hija me ha hecho reír, ya no me pregunta por su padre ya que le conté la verdad, no tiene sentido ocultarles las cosas a los hijos, porque me ha propuesto que salgamos las dos a buscarnos novio, menos mal que no sabe de lo que he estado maquinando para poder rehacer mi vida de una forma poco común. Aún hoy recuerdo con verdadero terror lo que fue el inicio de mi historia hace unos cinco años, tanto mi ex-marido como yo solemos trabajar mañanas y tardes, por lo que solíamos contratar a una chica, bastante joven ya que apenas tenía catorce años y la verdad, durante varios años no sospechaba nada porque, en ocasiones sueltas, alguno de los dos teníamos que realizar viajes de negocios que duraban entre y quince y treinta días, pero cuando mi pequeña tenía diez años un día me llamaron del hospital, por lo visto mi pequeña había sufrido un atropello y estaba ingresada en el hospital, en esas mi marido se encontraba en “ un viaje de negocios ” le habían llamado insistentemente al móvil pero no respondía, mi trabajo estaba bastante cerca a unos cinco minutos en coche pero aquel día los cinco minutos fueron los más terroríficos de mi vida, me dirigí corriendo hacia mi habitación, y allí me encontré con otra cosa peor. “ MI MARIDO Y LA CANGURO FOLLANDO COMO CONEJOS EN NUESTRA CAMA DE MATRIMONIO ”, ni que decir tiene que me divorcié rápidamente de mi ex-marido y a la canguro la despedí y ya no la volví a llamar, después de aquello pedí varios días libres para poder cuidar a mi pequeña e impedía, mientras yo estuviese que el cerdo de su padre se le acercase, porque mis padres, muy tradicionales como todos los padres, si le dejaban que la cuidasen. A partir de ahí me alejé de mis padres, ya que querían que volviéramos a lo que había antes y yo, que soy igual de terca que ellos no acepté. Por suerte mi hija pudo salir del trance, sólo le quedó una cicatriz que estropeó sus hermosas piernas, me convertí en el apoyo de mi hija ya que me necesitaba. Mi jefe entendió a la primera mi situación y me liberó de la carga de trabajo que llevaba, llevaba a los comerciales, me relacionaba con clientes y proveedores, y le gestionaba la contabilidad y todo el papeleo que todo ello llevaba, contrató a dos hombres jóvenes, pero éstos estaban más pendientes de las piernas y otros atributos de mis compañeras y míos, con lo que yo estaba bastante más liada. Un día se me presentó con la contratación de una becaria, y si era de mi agrado la contrataría para que me ayudase en todo lo que tenía que realizar se presentó con una chica bastante joven y atractiva, tenía unas espectaculares piernas, y estaba bien dotada por delante y por detrás. Tenía a todo el personal masculino babeando por ella.
Los primeros días fueron normales, de cara a la galería aunque de vez en cuando se me escapaba una mirada hacia ella, pero en casa no dejaba de pensar en ella, cuando me preparaba para el trabajo cogía los mejores trajes, sobre todo los más ajustados y sexis para que se fijase en mí, cuando tenía alguna duda era una tortura porque los escotes que se gastaba me permitía verle los pechos a placer, cosa que ningún compañero podía hacer. Un sábado, que mi hija se quedó con una amiga en su casa. Sabía que se irían las dos de fiesta pues su madre me comentó que esa noche tenían una cena de trabajo, pero no me importó así tendría la casa para mí sola, bueno esperaba que sola no esperaba que estuviera. Había quedado con Montse, la becaria, para ir a una sala de fiestas en dónde había el espectáculo de un hipnotizador, aunque realmente no era un, era una.
Según me contó la acusaron de abusos deshonestos en varias clientas de una prestigiosa clínica psiquiátrica, entre unos y otros le impidieron que pudiese ejercer su profesión. Cómo sabía hipnotizar, ya que lo utilizaba en sus sesiones, le valió para poder ganarse la vida fuera del mundo de la psiquiatría clínica.
Mónica : “ ¿Cómo sabes tantas cosas de la chica? ”
Montserrat : “ Compartí habitación con ella cuando estábamos con las monjas… ”
Mónica : “ ¡Estudiaste en un colegio de monjas! ”
Montserrat : “ No lo que ocurre, es que mis padres no aceptan que su única hija sea de la acera de enfrente… ”, cuando le escuché decir eso algo ocurrió dentro de mí. “ …y me llevaron a una residencia de monjas para que estudiase la carrera de administración de empresas… supongo que es raro que te internen en un lugar, sabiendo que tu tendencia es distinta al resto de la gente, donde había tantas chicas. ”, la verdad esa explicación sobraba, lo importante era que los dos cabestros que estaban para ayudarme no tenían ninguna opción con ella. Esa idea me satisfizo como nunca me había sentido de satisfecha.
Poco después llegamos al local dónde era la actuación, Montse me llevó hasta el camerino, en donde la hipnotizadora se preparaba para su actuación. Montse nos presentó y mantuvimos una amena charla, y en un momento dado Montse tuvo que ir al servicio.
Mónica : “ Me gustaría que me hicieras un favor muy gordo…, bueno serían dos favores. Pero te lo agradecería eternamente… ”
Luna : “ ¿Cómo sería ese agradecimiento? ”
Mónica : “ Haría lo que me pidieras. ”
Luna : “ ¿Qué deseas que haga? ”
Mónica : “ Por un lado necesito y deseo que me quites los prejuicios, pues me siento muy atraída por Montse, y por otro me gustaría poder ser consciente en todo momento del proceso en el cual quiero entrar… ”
Luna : “ Tengo una pequeña afición un poco perversa, y es que me ponen las colegialas de dieciséis y diecisiete años… ”
Mónica : “ Cuando cumpla la edad que pides, te podría presentar a mi hija… ”
Luna : “ ¿Qué edad tiene? ”
Mónica : “ Dentro de poco cumple los dieciséis… ”
En ese instante regresó Montse y nos urgió a que nos fuéramos hacia la sala en donde se haría el show. Llegamos a nuestros sitios, Luna le había pedido a alguno de sus ayudantes que me guardasen un lugar en primera fila. Estuvimos viendo todo el show, pero en ningún momento me hipnotizó y no me escogió. Nos reímos un montón, luego mientras Montse fue al servicio y yo me tomaba un cacharro recibí una nota de Luna, quien me pedía que fuese a su camerino, le dije a la camarera que esperase a Montse y le dijese dónde me encontraba. Cuando entré, después de llamar a la puerta me encuentro con una luz tenue y una música relajante, me invitó a sentarme y con un tono monocorde y cansino comenzó a hablarme hasta que, supongo, me dormí.
Luna
Ponerla en trance me fue muy fácil ya que durante el show puse una música muy relajante, similar a la que usaba en la consulta para atender a mis pacientes. Cuando terminé el mismo, preparé el camerino como lo hacía con la oficina y por último le hablé con ese tono monocorde hasta que cayó dormida. A partir de este momento comenzó la transformación en una lesbiana asaltacunas y promiscua. Lo primero que tenía que hacer es profundizar en su trance, para que la sugestión pos hipnótica fuese más intensa.
Luna : “ Ahora notarás que cada vez que hables con un hombre, sentirás cierta repulsión, no dejarás que te toquen. Tus relaciones con los hombres serán profesionales, es decir correctas y educadas. Cada vez que veas a una mujer te fijarás en todo su cuerpo, sus curvas, sus pechos, su culo, su rostro y cuando ésta sea una menor de edad, la verás en tu mente disfrutando con tus caricias y esa imagen te excitará lo suficiente como para que tengas que calmarte sola… ”