Cambio de papeles

Me convierto en la putita de mi novia

Cambio de papeles.

Hemos bebido demasiado. Estoy en la cama tumbado boca abajo, sintiendo la presión de sus enormes tetas en mi espalda. Me besa el cuello. E gusta. Me dejo hacer.

Su pubis está a la altura de mis nalgas.

-. Mira si tuviera pito te podría follar, dice mi novia moviéndose un poco simulando que me penetra.

Contesto asintiendo con la cabeza.

-. ¿Cambiamos los papeles? Para que te des cuenta de lo burro que eres cuando me lo haces.

Mi novia empezó jugando. Sus uñas me arañan, los dedos pellizcan mis pezoncillos, mis tetitas. Me gira y me las muerde. Me hace quejarme. Sus dientes me tienen aprisionado el pezón. Me gira y otra vez boca abajo.

Una cuerda. La de las cortinas. Las muñecas juntas, atadas.

Vuelve a subirse en mi espalda. Se tumba sobre mí. De nuevo sus tetas en mi espalda. Restriega su pelvis contra mis nalgas. Me encanta.

-. Te estoy dando por el culo, me dice riendo.

-. Sigue, la digo.

Me gusta. Jadeo. Es una sensación súper extraña. Y morbosa.

-. ¿Te gusta maricón? Me sorprende el insulto, pero contesto.

-. Si... Sigue… fóllame cariño, digo imitando su voz.

Un azote. Sonoro. Doloroso. Con todas sus ganas. Seguro que me ha dejado marcados los dedos.

-. Mueve el culo puta, me dice. Es lo que tú me dices a mi cuando estás muy caliente ¿no? Pues ahora yo estoy cachonda maricón, y tú eres mi putita.

Otro sonoro azote. Más doloroso aun. Me quejo.

Su mano se enrosca en mi pelo y tira de él hacia atrás levantando mi cabeza. Me besa metiéndome la lengua hasta la garganta.

Se ríe. Sus ojos brillan. Sus dedos se clavan como garras en mi pecho mientras me vuelve a besar. Sé que me imita cuando magreo a lo bestia sus tetas.

Sigue moviendo las caderas. Sigue restregando su pelambrera contra mis nalgas. El roce sueña extraño. Me excita.

Se da cuenta. Como no, si se me está poniendo la polla durísima.

-. ¡Pero si te estás poniendo cachonda so puta!, me dice volviendo a azotar mis nalgas. Eres una cerda viciosa. Verás tu ahora… dice amenazante.

-. Levanta los riñones guarra.

Agarra mi pene. Lo menea con fuerza, con violencia arriba y abajo como si me estuviera ordeñando. Jadeo. Me gusta, para qué negarlo.

Para en seco. Lo aprieta y tira con fuerza hacia abajo, como si quisiera arrancarlo. Una vez. Otra vez. La otra mano aprieta mis testículos. Los estruja hasta hacerme gemir de dolor.

-. ¿Duele putita? ¿Sí?… se vuelve a burlar de mi. Otro tirón. Se me saltan las lágrimas.

Unas deliciosas caricias alrededor del glande me hacen gemir. Otro dolorosísimo tirón.Yo sigo inmóvil dejándome hacer. Gimiendo de vez en cuando. De dolor. De placer.

Me está sobando el culo. Me lo aprieta, me lo estruja, lo recorre, lo pellizca, clava las uñas.

-. Como me haces tú a mí, me dice cuando me quejo.

De repente se vuelve a tirar encima de mí. Se incorpora un poco y menea sus tetas. Las siento ir de un lado a otro de mi espalda.

-. Me está gustando que seas mi putita, me dice.

La mano juega en mis nalgas.

-.¿Sigo?

-. Si. Respondo con la cabeza.

-.¿Sabes una cosa? Te voy a desvirgar el culo so puta. Y se echa a reír.

Casi no tengo ni tiempo. Siento como me separa las nalgas y un dedo, no un dedo no, dos dedos entran con violencia en mi ano. No puedo evitarlo. Grito. Me quejo.

-. Cállate puta, dice mi novia. ¿Duele? Pues es lo que tú me hiciste a mí, pero con tu mierda de polla maricón.  Ahora te jodes y te aguantas.

Sus dedos entran y salen con fuerza. Me duele. Gimoteo. Ella se ríe.

-. Aguanta cariño, me decías, si solo duele la primera vez… si ya verás cómo te gusta…

Sé que está disfrutando perforando mi culito, rompiéndome entero. El tercer dedo me ha poseído ya.

Se ríe a carcajadas porque mi polla está cada vez más dura.

-. Maricón… me dice una y otra vez, Pero si te está gustando que te jodan el culo.

El empujón es terrible. Con todas sus fuerzas. Mi ano se ha dilatado al máximo. Tal vez se haya hasta rasgado. Creo que los dedos han entrado hasta los nudillos. Es como si me hubieran metido una espada de fuego.

Gimo. Lloriqueo. Me retuerzo. Ella empuja con más fuerza. Cada vez entra más en mí. Gimoteo. Pero no puedo evitarlo. No puedo aguantar. Solo con el roce de la sábana me voy a correr, y lo voy a  hacer mientras mi novia me perfora el culito, mientras me le desvirga. ¡Qué vergüenza!.

Mi cuerpo se tensa. Las convulsiones son brutales. El semen sale disparado. Brota abundante con cada bote que da mi pene. No quiero ni pensar cómo se van a poner las sábanas.

-. Joder… parece que te gusta que te den por el culo… me dice según termino de eyacular. Pues ya verás cuando sea una buena polla maricón, voy a hacer que te revienten el ojete.

Bruscamente, de la misma forma que entró en mi se retira. Me hace daño de nuevo.

La veo caminar desnuda de un lado a otro.

Me encanta, me seducen los movimientos de sus nalgas. Los vaivenes de sus tetas. Me hipnotizan. Coge el cinto de sus pantalones y lo pasa a través de la hebilla. Una especie de collar. Me coloca a cuatro patas. Con mi pene goteando, colgando flácido y el cinto alrededor del cuello tira de mi. Sé lo que quiere. Gateo como un perro.

Me deja en el centro de la habitación.  No sé a dónde ha ido ni lo que estará tramando.

Una cámara de fotos. Un rotulador grueso, muy grueso. Me mira sonriendo. Creo que ha escrito en mis nalgas “soy una puta o soy tu puta”. No sé. Una foto.

No me deja levantarme. Está en cuclillas frente a mí. Veo la raja de su coño abierta. Me maquilla exagerando el carmín de los labios. El colorete. La sombra de ojos. Rímel para las pestañas. Estoy un poco ridículo. Con el sujetador vacio y el liguero en las caderas estoy patético. Otra foto.

Se sube a horcajadas en mi espalda y sádicamente vuelve a perforarme el ano, pero ahora con el rotulador. Lo usa como si fuera un consolador. Creo que me ha metido todo el rotulador, prácticamente hasta el fondo. Otra foto.

Me vuelve la cara para que vea mi culo en el espejo.

Tengo que gatear tras ella por todo el pasillo, con mi dolorido culo, por el que asoma solo la punta del rotulador.

El ordenador está encendido. El nombre de la sala del chat lo dice todo. Si tuviera un gramo de sensatez detendría todo en este instante. Mi pene comienza a revivir.

csdsumiso@hotmail.com