Cambio de imagen, cambio de vida 2
Un cambio siempre es bueno
Ya había pasado una semana desde aquel día en que fui a depilarme, una semana repleta de encuentros sexuales con mi mujer, por su parte excitada con mi pequeño cambio de aspecto y por la mía se mezclaban mis deseos hacia ella con una lujuria desatada por ANA, esa chica que me había hecho disfrutar de un encuentro sexual cargado de erotismo y pasión descontrolada.
Estoy en la oficina y aprovecho para llamar y pedir cita, tal y como me había recomendado ANA antes de irme, mi asombro salta al contestar ella, no sé si me reconoce por la voz, pero eso espero, me da cita, la última hora de todas, ella dice que porque tienen mucho trabajo, me la creo, no tengo porque desconfiar, de todas formas llegare antes por si acaso.
8:30 de la noche y en la sala de espera del centro de estética estamos tres personas, laman a una, 20 minutos después sale, paga y se va, entra la siguiente, esta tarda más , 30 minutos, mato el tiempo chateando con el móvil, ahora ya me toca a mí, pero antes de entrar suena el teléfono de recepción, NOELIA la gerente lo coge, se la ve angustiada, cuelga y hace venir a ANA, le comenta que tiene que irse, algo personal y que le haga el favor de cerrar ella. Todo pasa muy deprisa, y la puerta se cierra detrás de NOELIA dejándonos a ANA y a mi solos. Ella se dirige a la puerta y la cierra con pestillo.
- No quiero que entren más clientes, haces el favor de dirigirte a la habitación del fondo, cierro caja y vengo.
Me dirijo a la habitación, esta es grande, en su interior una camilla, muebles con productos de estética, un pequeño escritorio con un par de taburetes y un sofá. Ana entra.
Estaremos cómodos aquí? Esta es nuestra sala privada, donde descansamos la gerente y yo, es más cómoda que el resto.
Seguro que si.
Sus ojos brillan, no sé bien como describirlo, pasión, excitación, y la incertidumbre de lo que pasara hace aumentar más tensión en el ambiente. Me siento en sofá pero antes le digo a ANA que no se mueva de la puerta, quiero verla detenidamente, lleva puesta la misma bata del otro día, le digo que se la desabroche, esta vez va vestida con una camisa a cuadros rojos y azules, y un short tejano.
Se saca la bata, ahora le digo que empiece a desabrocharse la camisa, ella obedece, no se niega, abre los primeros botones y deja intuir sus pechos que hoy no se esconden detrás de ningún sujetador, sigue desabrochándose la camisa, descubriendo un pircing en el ombligo. Se termina de sacar la camisa, dejando sus tetas a plena vista, no son muy grandes pero están firmes y los pezones de un color rosado resaltan su belleza.
Le digo que se gire y me enseñe el culo que tiene, ANA lo hace. El short tejano está muy ajustado, y le queda como un guante, le digo que me enseñe mejor el culo. Ella coge y se baja el short, dejando al descubierto un culo dentro de unas bragas de lencería transparentes de color blanco, poco a poco se va agachando más para terminar de quitarse el short.
Todo este espectáculo hace que mi excitación vaya en aumento, mientras ANA está de espaldas yo ya me he quitado el pantalón y los calzoncillos, dejando libre mi polla. Ahora mi tono de voz se vuelve más rotunda, y le ordeno que se baje las bragas, pero solo hasta la mitad del culo, ANA obedece. Me levanto y me acerco a ella, al momento introduzco mi mano dentro de sus bragas y empiezo a jugar con mis dedos en su coño, provocando una gran cantidad de fluido vaginal empape sus bragas. Saco la mano, me aparto y le ordeno que se de la vuelta, ANA se gira, ahora tengo sus tetas justo delante, me caven sin ningún problema una ancada mano, se las magreo, acaricio, se las beso, y sigo con un ligero mordisco en los pezones, ella contiene el grito mordiéndose los labios.
Me aparto un poco más.
- Termina de bajarte las bragas.
Sin oponerse, ANA, se termina de bajar las bragas hasta las rodillas, y me sorprende encontrar un pequeño tatuaje en la cintura, en su lado izquierdo, una pequeña mariposa, muy fina y elegante. Se abre ligeramente de piernas y veo su coño muy abultado y carnoso, y como de él caen gotitas de excitación que empapan las bragas que aún no se ha terminado de quitar.
Me vuelvo a sentar en el sofá y ANA me espera que le de la siguiente orden.
- Ven, acércate y empieza a chupar mi polla. Puta.
ANA no replica, es tanta su excitación que no piensa en lo que está haciendo, solo piense en complacer al hombre que tiene delante, y hoy ese hombre soy yo. Se agacha y empieza a chuparme la polla, no deja nada por lamer, mientras lo hace, sus manos me están masajeando los huevos. Ahora soy yo quien contiene un gemido mordiéndome el labio. Le digo que pare y se ponga apoyada en la camilla para que pueda escoger bien que agujero me voy a follar.
- Hoy te follare el coño pero ten por seguro que pronto te follare el culo.
ANA no me replica, solo se abre más de piernas para que pueda follarla mejor. Empiezo a penetrarle el coño, está muy mojado, tanto que me cuesta muy poco meter mi polla del todo hasta el fondo. La agarro del pelo con una mano y tiro con fuerza, mientras con la otra no paro de tocarle las tetas.
Me acerco y le susurro al oído “ No te reprimas más”. Esta simple frase provoca una reacción de lujuria y desenfreno, con cada penetración de mi polla, ella grita más i más fuerte, mientras no para de repetir a gritos lo mismo una y otra vez.
- Soy ANA MOLES y soy tu puta!!! Follame más fuerte!!! Soy ANA MOLES y soy tu puta.
Sus gritos y mis penetraciones se aceleran, cada vez son más intensos, más fuertes, más rápidos. El clímax llega a su punto álgido cuando me corro dentro de su coño llenándolo con una gran cantidad de semen, ella se corre a los pocos segundos, estremeciéndose desde la cabeza a los dedos de los pies que se encuentran encorvados a causa de la tensión.
Al cabo de unos minutos y después de recuperarnos, nos empezamos a vestir entre miradas y muecas. Antes de salir cojo su teléfono y realizo una llamada al mío, ANA me mira entre intrigada y sorprendida, le digo que así poder llamarla a ella directamente para reservar hora, y para algo más si hay ocasión. No replica, solo me sonríe. Salimos del centro de estética, la acompaño durante un rato hasta que nuestros caminos se separan, pero sé que muy pronto se volverán a juntar, y que seguro será un camino lleno de experiencias sensuales y excitantes que andaremos juntos.