Cambio de cuerpo (II)
Este hombre en un cuerpo de mujer se prepara para salir de fiesta por primera vez
Mi hermana está rebuscando entre mi nueva ropa, hay mucha variedad para elegir.
Yo: por favor, nada que sea muy atrevido
Hermana: Piensa que tienes una oportunidad única, saber que se siente al ser el centro de atención, de levantar pasiones, y de levantar otras cosas… jajaja
Yo: no me hace gracia. Es posible que este cuerpo se sienta atraído por lo hombres, pero si lo pienso friamente no quiero acercarme a ninguno, yo soy un hombre y soy hetero, me gustan las mujeres.
Hermana: es cierto que ayer, cuando aún eras hombre te sentías atraído por mujeres, algo absolutamente normal, pero hoy, siendo mujer, sigues siendo hetero y por lo tanto te gustan los hombres, no hay nada de malo.
Yo: se que no es malo, solo que me cuesta aceptar la situación, tengo la sensación de que si tengo algo de intimidad con otro hombre es que soy gay…, y si cuando vuelva a mi cuerpo me siguen gustando los hombres? No se si podría soportarlo…
Hermana; no pienses en eso, solo déjate guiar por nosotras e intenta disfrutar la situación.
Encima de la cama mi hermana había colocado 2 vestidos. Uno rojo que parecía muy ajustado y muy muy corto, no se si me atrevería a salir a la calle con esa pinta.
El otro, un vestido negro de tirantes que por abajo era como una falda, la verdad, siendo hombre, me gustaría ver a una chica con un vestido como ese.
Hermana: ¿Cuál de los dos te gusta más?
Yo: el rojo llama mucho la atención, me quedo con el negro. Aunque preferiría llevar unos pantalones, unos jeans cómodos, vosotras a veces salís así…
Hermana: a veces salimos así, pero hoy es una ocasión especial y las 3 vamos a llevar vestido y tacones.
Yo: ¿Tacones? No no no, me voy a caer
Amiga1; por eso lo que vamos a hacer es prepararte a ti la primera, para que mientras nos vestimos nosotras tu practiques con los tacones por casa.
Yo me sentía un tanto extraño, por una parte, mi mente de hombre me decía que no podía vestirme con aquella ropa, pero por otra, era muy excitante.
Me metí en la ducha, era una sensación tan extraña, mirar hacia abajo y ver esas dos tetas que ahora eran mías, acariciarlas, tocar mis pezones… Dios mío, mis pezones son mucho más sensibles que los de mi verdadero cuerpo.
Como estaba tardando demasiado, una de ellas golpeó la puerta…
Amiga2: Oye Laura, que haces? Por qué tardas tanto?
Yo: ya voy, termino en 1 minuto
Al salir de la ducha, me puse una toalla como hacen las chicas, alrededor del cuerpo tapando desde los pechos y no desde la cintura como hacía cuando tenía mi cuerpo de hombre.
Salgo del baño y me dirijo a mi habitación.
Amiga1: has tardado mucho, te estabas tocando?
Yo: noo noo, solo que ducharme en este cuerpo es diferente a ducharme en el mío, y necesito más tiempo…
Amiga2: bueno, siéntate aquí, vamos a peinarte y a maquillarte, pero fíjate bien como lo hacemos porque tienes que aprender para hacerlo tu solita.
Las 3 se pusieron manos a la obra, mi hermana con el pelo, y sus amigas con el maquillaje. Lo cierto es que lo hicieron bien, un maquillaje suave, nada recargado pero que la verdad, me quedaba muy bien. Para terminar me pintaron los labios, era una sensación extraña, era un poco pegajoso, pero me acostumbré enseguida.
Hermana: jolín, eres tan guapa, que envidia
Amiga2: siguiente paso, vamos a vestirte. Lo primero la ropa interior.
En su mano tenía un sujetador y un tanga negro.
Me puse el tanga sin problemas, pero al ponerme el sujetador tuve mas dificultades, mi hermana se puso detrás de mí y me ayudó.
A continuación me puse el vestido, era todo tan extraño, notaba las piernas al aire y la sensación me gustaba. Me miré al espejo y había que reconocerlo, estaba preciosa.
Me calcé los tacones negros y mientras ellas se vestían yo empecé a practicar por casa. Era difícil, pero tras 10 minutos ya me sentía más segura.
Hermana: Hermanito, no tengas miedo, hoy no va a pasar nada que tu no quieras que pase, pero quiero que te sientas libre de hacer lo que te apetezca. Ten en cuenta que ahora eres una mujer, tu cuerpo es mucho más pequeño, tomaremos alcohol, pero vete despacio, es muy posible que te emborraches más rápido que con tu verdadero cuerpo, yo estaré contigo todo el rato para ayudarte.
Yo: Yo no voy a beber, no me gusta el alcohol, ya lo sabes.
Hermana: es verdad que a tu cuerpo de hombre no le gusta el alcohol, pero hoy deberías probarlo otra vez, quien sabe, a lo mejor a tu nuevo cuerpo sí le gusta…
Me dio un beso en la mejilla, me cogió de la mano y salimos directas a la calle.
Continuará...