Camaleón (capítulo 3)

La pasión atrapará a Felipe y Javier...

Camaleón: Oculto bajo el dorso de mi piel

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Felipe:

Me apresuré en llegar a casa para reclamarle (y follarme) a Fabián, y aunque no había punto de comparación entre Fabián y Javier era lo único, que por el momento, tenía a mano.

  • Fabián: Vaya, por fin llegas, te estaba esperando.
  • Felipe: (tomando del pelo a Fabián) ¿Cómo se te ocurrió golpear a Javier?
  • Fabián: (intentando soltarse) porque lo merecía.
  • Felipe: (soltándolo) él no lo merece, yo soy el culpable aquí, no él. No vuelvas a tocarlo nunca más.
  • Fabián: Tenía que hacerlo porque él se está interponiendo entre nosotros, él te está provocando
  • Felipe: Javier no necesita hacer nada, me tiene comiendo de su mano sin siquiera hacer algo, me ha vuelto loco, y si sigo contigo es únicamente porque Javier no me acepta pero cuando lo haga te juro que te mandaré a volar. Ya no me importas, ¿entendiste?
  • Fabián: (dándole una cachetada) Él jamás te va a aceptar, sólo está jugando contigo
  • Felipe: Tienes la mano demasiado suelta, no vuelvas a tocarme
  • Fabián: No voy a dejar que te vayas con él (comienza a tocar la verga de Felipe) yo puedo hacerte feliz y amarte más que él
  • Felipe: ¿Crees que tu amor me interesa? (tomando de la cabeza a Fabián) por ahora lo único que me interesa de ti es tu cuerpo
  • Fabián: (comenzando a masturbarlo) Soy mejor que él ¿verdad?
  • Felipe: (entre gemidos) no le llegas ni a los talones a Javier
  • Fabián: (agachándose) pues veamos

¡Madre mía! Quería golpearlo pero qué bien la mamaba el condenado, se tragaba mi verga completita mientras la masturbaba, podía sentir sus dedos deslizarse por mis venas que estaban hinchadas, qué increíble es el placer que me provoca aunque prefiero no mirarle y dejarme hacer.

No me movía mucho, sólo me dejaba hacer, hasta que vi cómo era Javier quien se comía mi verga y fue automático, mis caderas comenzaron a moverse y mis manos se fueron directo a su cabeza, podía ver esa carita de ángel comiéndose mi verga y eso me volvía loco, Javier me tenía hechizado no podía parar de gemir y sólo deseaba hacerle el amor, hundía más y más su cabeza, aumentando el ritmo de mis gemidos.

  • Felipe: Así Javier, uff qué rico, no sabes cuánto te amo.
  • Fabián: (levantándose del sofá) eres un imbécil (dándole una cachetada)
  • Felipe: Mierda…

No es que me importe lo que le pase a Fabián, pero había vuelto a meter a Javier en problemas ya que le había revelado a Fabián que estaba fantaseando con él, tenía que hacer algo no podía quedarme así…

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Javier:

Estaba un poco confundido todavía, sobre todo porque me seguía sonando extraño el que Felipe tuviera un novio, no es que me moleste pero…

  • Carlos: Aquí está tu café ¿ahora me vas a decir lo que te pasa?
  • Javier: Es extraño todo esto… Felipe, Felipe me dijo
  • Carlos: Que está enamorado de ti ¿verdad?
  • Javier: Sssí (titubeando)
  • Carlos: ¿Ves como sí tenía razón?
  • Javier: Lo sé pero… por un lado me halaga, es decir, Felipe es guapísimo y cualquier hombre o mujer estaría loco y feliz de que él le declarase su amor pero por otro lado está el estúpido de Fabián, está Robert, estás tú… no sé, está medio planeta
  • Carlos: No me digas que te gusta ese tonto
  • Javier: No he dicho eso pero hoy cuando me tocó, no sé, me hizo sentir cosas que hace tiempo no sentía
  • Carlos: ¿Te tocó? No puedes venir a mi casa a decirme eso y pretender que te escuche sin que me duela
  • Javier: No es eso lo que quiero, Carlos, es que estoy confundido.
  • Carlos: Siempre me has dicho que no hay nadie que te excite tanto como yo (acercándose a Javier)
  • Javier: Eso es muy cierto, mejor olvidémonos de Felipe ¿no? (besándolo)

¡Dios! Cómo estaba este hombre, a sus años todavía me volvía loco, comenzaba a sobar su bragueta sobre el pantalón, no era muy grande, era normal, 17 cms. pero por ahí dicen que no importa el tamaño, sino cómo se use y Carlos vaya que sabía usarla.

Comencé a bajar el cierre de su pantalón y a acariciar la punta de su pene, sentía como poco a poco se iba humedeciendo mientras los dedos de Carlos masturbaban mi ano, uff me estaba volviendo loco.

  • Javier: (gimiendo) ay, por Dios
  • Carlos: Te hago sentir mejor que Felipe ¿verdad?
  • Javier: Tal vez

En realidad no, estaba en el cielo pero el tacto de su piel no me producía lo mismo que Felipe, era distinto con él, era como sí… salvado por la campana

  • Javier: (tomaba su celular para contestar)
  • Carlos: No puedes contestar, estamos ocupados
  • Javier: Tal vez sea importante.
  • Carlos: (Masturbándolo) está bien, adelante
  • Javier: (entre gemidos) Bu… bueno
  • Felipe: Hola Javi ¿estás bien?
  • Javier: Hola Fe… lipe, sí, bien estoy ocupado ah… ah… ahora
  • Felipe: ¿Te pasa algo?
  • Javier: Me duele un poco el est… estómago
  • Felipe: Si quieres voy a tu casa, quiero verte, necesito hablar contigo. Es importante.
  • Javier: Está bien, nos vemos allá. Carlos debo irme, Felipe quiere hablar conmigo, dice que es importante.
  • Carlos: (agarrándose de la cabeza) Ese imbécil sí que se está ganando mi odio. Llámalo y dile que después vas, no tiene por qué ser ahora
  • Javier: Carlos, tranquilo, no va a pasar nada. Además, ¿crees que a mí me gusta quedarme a medias? Pues no pero un amigo me necesita.
  • Carlos: Espero que corras de igual manera cuando se trate de mí.
  • Javier: (dándole un beso) siempre

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Carlos:

Mierda, mierda, mil veces mierda, sentía que Felipe había despertado algo más en Javier, Javier nunca me había rechazado y ahora había salido corriendo a ver a ese tonto, sé que Felipe no es del tipo de Javier pero no puedo evitar preocuparme, no quiero perder lo poco que aún me queda de él.

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Felipe:

Llegaba al departamento de Javier, llevaba conmigo algo de ropa, era obvio que Fabián no querría ni verme después de lo que pasó hoy.

Tocaba la puerta, deseando que Javier aceptara que durmiese con él hoy, no tenía otro lugar y además era obvio que tendríamos que dormir juntos ya que él sólo tiene una habitación.

  • Javier: Hola Felipe, ¿y esa maleta?
  • Felipe: Hola, he discutido con Fabián ¿pu… puedo quedarme contigo esta noche?
  • Javier: Claro claro, adelante, pasa.

Llevaba puesto su pijama, no era uno muy extravagante de hecho era un pantalón corto y una camiseta pero bastaba sólo eso para excitarme, no es que sea un fanfarrón pero a mí las erecciones se me notan de lejos y de cerca pues todavía más…

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Javier:

Felipe me explicaba sus problemas con Fabián pero no podía ponerle atención, estaba hipnotizado viendo su bragueta, no puede ser que la tenga tan grande, Felipe es bajito, y sus manos, ¡Dios! Qué manos, tiene unos dedos largos y gruesos por lo que su verga debe ser igual. No puedo estar tan excitado, no, no definitivamente no.

  • Felipe: ¿Quieres probar?
  • Javier: ¿Perdón?
  • Felipe: Que si quieres probar, este helado está buenísimo.
  • Javier: Ah, era eso… pues está bien.

Felipe acercaba la cuchara con helado hacia mi boca, y claro el helado era buenísimo pero la situación me tenía demasiado excitado, nunca antes había visto extraño el que Felipe me diera de comer en la boca, ya antes lo había hecho pero ahora, ahora era distinto, sentía que hacía demasiado calor. Mientras degustaba el helado seguía mirando su bragueta, sentía ganas de morderla, se veía demasiado grande y masturbable, sabía que bastaba con que se lo pidiera a Felipe y tendríamos sexo pero no era correcto, debía comportarme y respetar nuestra amistad

  • Felipe: ¿Te gustó?
  • Javier: ¿Ahh?
  • Felipe: El helado ¿te gustó?
  • Javier: Ah, sí, me encantó, estaba delicioso, tan delicioso que me dan ganas de comer más y más hasta quedar embarrado de él
  • Felipe: ¿Te sientes bien?
  • Javier: Sí, es que… hace calor aquí ¿no?
  • Felipe: Sí, un poco pero tampoco es para tanto

No podía comportarme bien, era como si me estuviese controlando alguien más. Volvía a mirar su bragueta, tenía algo de helado sobre ella, quería agacharme y pasar mi lengua pero… no, ¿qué rayos me pasa? Yo no soy así

  • Felipe: ¿Pasa algo?
  • Javier: Ah… es que, tienes helado en tu…
  • Felipe: ¿Dónde?
  • Javier: Ahí, en donde… ya sabes, tú…
  • Felipe: Pues no veo dónde
  • Javier: Aquí (pasando su dedo por la punta del pene de Felipe) (llevaba el dedo con helado a su boca) y listo, ya no está

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Felipe:

Coño de la madre, Javier ¿por qué no pasaste tu lengua, mi amor? me estás provocando, ya había notado que miraba mucho mi verga y eso impedía que ésta se relajase y se ponía más y más dura y ahora esto, podría darle lo que quiere ahora mismo pero quiero que él me lo pida, voy a seguir su juego.

  • Felipe: (agarrando su bulto descaradamente) Mierda, eh … ¿me prestas un pantalón? Es que sólo traigo el que usaré mañana para ir a trabajar
  • Javier: Es que tengo toda mi ropa sucia y pues no me queda nada limpio más que mis trajes de trabajo, por eso traigo el pijama. Qué lástima tendrás que quedarte en ropa interior pero somos amigos y hay confianza, tranquilo
  • Felipe: Ah claro, no te preocupes

*Comencé a quitarme el cinturón de un modo provocador, lentamente comenzaba a bajar el cierre del pantalón, comencé

a deslizarlo por mis piernas ante la mirada extasiada de Javier, quedando en un bóxer amarillo y con un bulto descarado, Javier lo miraba con cara de deseo pero se reprimía.*

  • Javier: Lindo… bóxer ¿dónde lo compraste?
  • Felipe: Ah, éstos… me los regaló… Fabián
  • Javier: Ah, bueno

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Javier:

Javier contrólate, esto ya parece una película porno, ¿por qué no le dices a Felipe que quieres sexo y ya? Listo, al parecer Felipe ya lo notó y sólo eso está esperando.

En realidad parecía ridículo seguir reprimiéndome, sé que no es lo correcto pero me muero de ganas y está claro que de igual forma lo haré, es mejor ser valiente.

Estaba exquisito, se veía una verga de al menos unos 20 cms. dibujada en 3D en ese bóxer amarillo que tampoco tapaba mucho, era casi transparente y no dejaba nada a la imaginación.

  • Javier: Parece que el helado también manchó tu… bóxer
  • Felipe: (Eso es otra cosa, amor mío… para que veas cómo me tienes)
  • Javier: tendrás que… quitártelo
  • Felipe: Pero quedaré desnudo…
  • Javier: Tranquilo, eso no es problema
  • Felipe: Pues será…
  • Javier: Yo te ayudo

Comencé a sobarle el paquete, aprentándolo, deslizando mis dedos desde sus testículos hasta la punta, quería mamarlo ya pero era mejor disfrutar de la situación.

  • Felipe: ¿Te gusta?
  • Javier: Me encanta
  • Felipe: ¿Por qué tardaste tanto? Todo esto podría haber sido tuyo hace mucho

Bajé su bóxer por completo y pude ver su verga morena, ¡Dios! Qué grande era, tenía todas las venitas marcadas e hinchadas, sus testículos eran gordos y con algo de pelo, no mucho pero sí lo suficiente para excitarme, comencé pasando mi lengua por ellos, intentando tener los dos dentro de mi boca mientras lo masturbaba, Felipe sólo gemía y llevaba mi cabeza hasta su verga, comencé a devorarla como si no hubiese probado una, estaba loco, excitado, no podía dejar de mamarla y escuchar gemir a Felipe me volvía más loco todavía.

  • Felipe: Para… no… quiero… acabar… aún…
  • Javier: (besaba a Felipe mientras oprimía su verga)
  • Felipe: Quiero… hacerte mío

Sus dedos entraban en mi ano, con cierta facilidad lo cual cambió la cara de Felipe, de estar excitado pasó a estar celosamente excitado, casi violento pero en vez de disgustarme más me excitaba.

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Felipe:

*Me volvía loco de los celos de solo pensar que Javier había estado con alguien, por ello lo masturbaba violentamente,

quería pedirle una explicación y exigirle que nunca más se metiera con nadie más que no fuera yo pero no podía hacerlo.*

  • Felipe: ¿Te… gusta?
  • Javier: (entre gemidos) Me… estás… volviendo… loco
  • Felipe: ¿Quieres… que te haga mío?
  • Javier: Ah… ah…
  • Felipe: (Acelerando el ritmo de su dedo) responde
  • Javier: Sí, hazme tuyo
  • Felipe: Ahora serás mío y de nadie más.

Me senté sobre su sofá y lo senté a él sobre mí, sus piernas estaban sobre las mías y podía ver su cara de placer rogando que mi verga entrara, quería jugar con él y rozaba mi verga por su ano pero sin introducirla, su cara era de placer máximo y no se aguantaba, hasta que quitó mi mano y él mismo se sentó sobre ella.

Se mantuvo quieto sobre ella un momento, intentando aguantar el dolor, mientras aproveché para besarlo con desesperación e introducir mi lengua por cada parte de su boca, quería tenerlo así para siempre.

Comencé a moverme lentamente, escuchando sus gemidos y viendo su cara de placer, primero la introducía toda y luego la quitaba de golpe, Javier estaba vuelto loco y entregado a todas mis locuras, aceleraba el ritmo y luego lo disminuía, quería marcarlo para siempre y que no pensara en nadie más que en mí.

Me lo follé sólo en esa posición hasta que sentí que acabaría, no esperé a que dijese nada y acabé dentro de él, ahora eres mío Javi, sólo mío

Besaba sus brazos, su cuello, sus labios y así me venció el sueño y me quedé dormido dentro de él.

Mañana habría mucho de qué hablar…

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* Avance ***

En el próximo capítulo de “Camaleón”

  • Tamara: No tienes idea de cuánto nos hemos reído de ti, ¿de verdad creías que Robert se iba a fijar en ti? Eso nunca va a pasar porque él me quiere a mí, entiendes estúpido, sólo a mí.
  • Javier: (dándole una cachetada) cállate, cállate y no me vuelvas a hablar así