Camaleón (capítulo 2)
Yo siempre te llevaré...
Camaleón: Yo siempre te llevaré
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Javier:
Fue largarse Fabián y de inmediato la radia me invadía, en defiitiva las cosas no parecían ir por buen camino. Hoy me enteré que Felipe era gay y eso me mantenía perplejo, además el imbécil de Fabián me decía que yo me le estaba metiendo por los ojos a Felipe, cosa que era imposible, Felipe es sólo un buen amigo y yo sólo tengo ojos para Robert, aunque él no los tenga para mí.
Me repetía una y mil veces la palabra “gay” al lado de “Felipe”, nunca lo pensé, me dolía saber que siendo mi mejor amigo haya sido el último (quizás) en enterarme, él siempre era el primero en saber de mí, yo siempre acudía a él y ahora veo que la confianza nunca existió.
Mi cabeza es un mar de dudas, preguntas, ¿celos? Por qué rayos me molestaba imaginar a Felipe al lado de Fabián, yo muchas veces he ido a su casa y nunca lo vi ahí, no entiendo nada.
- Carlos: Permiso, Javi, cómo estás
- Javier: Pues bien, creo
- Carlos: ¿Robert?
- Javier: Carlos, no quiero hablar de él
- Carlos: Nunca quieres, y sabes… yo soy el más interesado en saber cómo van las cosas con él. Si le dejé el camino libre, que por lo menos te haga feliz.
- Javier: Carlos… no quiero hablar de él, no lo merece.
- Carlos: ¿Te hizo algo?
- Javier: No, nada (sólo me rompió el corazón) tranquilo. Además si tú y yo terminamos, sabes perfectamente que no fue por él.
- Carlos: Javier, yo te sigo queriendo y mucho pero tonto no soy, sé que detrás de tu “no eres tú, soy yo” estaba él.
- Javier: No necesariamente, sólo me cansé de nuestra pseudovida
- Carlos: ¿Pseudo? Gracias, ya me queda claro lo que te importaba (saliendo molesto)
- Javier: Carlos, espera. Discúlpame, es que me acabo de enterar de algo y me tiene desconcertado.
- Carlos: Y qué es, si se puede saber, claro.
- Javier: Felipe es gay
- Carlos: Ya… ¿y qué con eso?
- Javier: No me lo imaginaba
- Carlos: Pues eras el único que no lo imaginaba, o crees que me caía mal por nada, siempre lo he odiado y ahora veo que no me equivocaba con él
- Javier: Pues no sé por qué lo odias, él es muy buena persona
- Carlos: Sabes perfectamente por qué lo odio, no te hagas
- Javier: No, no lo sé
- Carlos: Ese tonto está baboso por ti, es obvio que te quiere como algo más que un amigo.
- Javier: No es así, no entiendo por qué siempre das por hecho que todos los hombres están enamorados de mí, Felipe ha sido mi mejor amigo desde siempre, tenemos mucha confianza y si sintiera algo por mí ya me lo hubiera dicho.
- Carlos: Mira, el idiota ese tiene algo que se llama cerebro, antes estabas conmigo por tanto era obvio que no te diría nada, y ahora que estás sufriendo por Robert pues menos.
- Javier: No, Felipe no está enamorado de mí, tiene novio.
- Carlos: ¿Novio? Wow, pues eso no cambia nada, tú eras mi novio e igual amabas a otro.
- Javier: Se acabó, por favor vete. No quiero seguir hablando de esto.
- Carlos: Aunque te moleste, sabes que tengo la razón, adiós.
No, no puede ser, Felipe es guapo y todo lo que quieran pero no está enamorado de mí, no me veo con él, no me interesa pero para nada ser su novio mucho menos me interesa competir y arriesgar mi integridad física con la loca esa de Fabián.
Carlos tenía razón, el que hubiese una relación no impedía que Felipe sintiera algo por mí, de la misma manera que no impidió que yo me enamorase de Robert. Quizás la solución era volver con Carlos y dejarme de tonterías, con él tenía estabilidad y cariño, en cambio con Robert, en el caso que se fijara en mí, no tenía nada, aún no termina la universidad, aún vive con sus padres, era todo difícil e incierto.
Además de ser Robert el motivo principal de mi ruptura con Carlos, también lo fue la edad, Carlos tenía ya 43 años, y aunque estuviese de maravilla a su edad, ya nuestras prioridades no eran las mismas, a mí me gusta salir de fiesta y pues a él ya no le gusta tanto, además se había vuelto celoso en extremo ya que pensaba (piensa) que me marcharía con el primero de mi edad que viese, al final lo único en lo que seguimos compatibilizando y digo seguimos porque todavía lo hacemos, es en el sexo. Amo a Robert pero no me mantendría en castidad por él.
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Carlos:
Javi… Javi seguía volviéndome loco. Llevábamos 6 años de relación cuando decidió cortarme por… por Robert. Intento creer que fue por él pero me inclino a pensar que es por mi edad, era todo diferente cuando Javier tenía 21 y yo 37, por aquel entonces mi única prioridad era hacerle el amor todos los días y a cada hora (aunque todavía lo es) pero conforme a fueron pasando los años, me di cuenta de que deseaba otro tipo de vida con él, yo quiero casarme con él y tener un hijo pero lamentablemente Javier no quiere, y lo entiendo, él es joven tiene mucho por disfrutar aún, sería egoísta que yo le quitase la oportunidad de disfrutar y obligarlo a ver cómo cada día voy envejeciendo más. Hay que ser realistas, a más edad más complicados nos volvemos, más gruñones y también más dependientes y era más digno aceptar que Javier me dejase ahora que más adelante. Aunque separados, lo que se dice separados, no estamos pues aún nos une el sexo, Javier y yo todavía nos llevamos muy bien en la cama, eso es algo que todavía ningún otro me ha logrado quitar, todavía lo vuelvo loco y sé que me necesita porque así lo veo en sus ojos, todavía me seduce y es que nuestro trabajo da para eso, ya que soy su jefe entonces siempre que estamos juntos una atmósfera de pasión y erotismo nos rodea, tanto que ninguno se resiste al otro.
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Felipe:
No había momento en el día en que no pensara en Javier, lo veía todos los días y todos los días me recordaba a mí mismo que estaba toreando donde no debía, tenía a Fabián y debía respetarlo pero mierda, estoy harto de él, no sé cómo terminar con él y correr a los brazos de Javier…
Me dirigía a su oficina para invitarlo a comer y así poder estar con él un rato, al entrar no vi su mejor cara…
- Felipe: Javi, vine para invi…
- Javier: (dándole una cachetada)
- Felipe: ¿Pero qué te pasa?
- Javier: Te devuelvo la cachetada que recibí de tu novio Fabián
Coño de la madre, Fabián estuvo aquí, las cosas se ponían color de hormiga
- Felipe: ¿De qué estás hablando? Yo no soy gay
- Javier: ¿Y tú crees que soy estúpido? Tu novio estuvo aquí y me dio una cachetada porque según él yo te estoy provocando y por eso no lo tocas, no pongas esa cara, ya me puso al tanto de sus problemas.
- Felipe: Mira, a Fabián no le hagas caso, él y yo no somos nada, pero nada, de verdad él está enamorado de mí pero yo no.
- Javier: Pues para no tener nada se toma demasiadas atribuciones, en fin, ese no es mi asunto, los problemas que tengas con tu novio son asunto tuyo lo que sí te exijo es que lo mantengas a por lo menos mil metros lejos de mí
- Felipe: Perdóname, no va a volver a pasar
- Javier: Por supuesto que no volverá a pasar porque ya me quedó claro que me tengo que alejar de ti, no quiero tener problemas con él.
- Felipe: Eso no es necesario, podemos seguir viéndonos, yo voy a terminar con él y no te va a volver a tocar, eso te lo aseguro.
- Javier: Pero cómo quieres que sigamos siendo amigo cuando no confías en mí, la cachetada me tiene sin cuidado, lo que me duele es que no me hayas dicho que eres gay y que tenías un novio, de haberlo sabido jamás te hubiese molestado
- Felipe: A mí no me molestas, y si no te lo dije fue porque pues para qué, no cambiaba mi amistad contigo, no era necesario.
- Javier: Tienes razón, no era necesario, pero de haber sabido que tenías un novio jamás lo hubiese irrespetado de esa forma, lo mismo haría yo si veo que un “amigo” molesta a mi novio de esa forma
- Felipe: Por qué ironizas con “amigo” ¿lo dudas acaso?
- Javier: Ya no sé qué pensar, si no hay confianza pues es obvio que tampoco hay una amistad
- Felipe: ¿Por qué crees que no confío en ti?
- Javier: Porque no me lo contaste
- Felipe: Si no te lo conté es porque quería evitar…
- Javier: ¿Evitar que yo me enamorase de ti?
- Felipe: No, no es eso, si no que…
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Fabián:
Muy a mi pesar tenía que reconocer que Javier era bastante guapo, me volvía loco de solo pensar que Felipe puediera tocarlo y hacerlo suyo. Me costó bastante conquistar a Felipe como para que ese estúpido me lo arrebate.
Hacía mucho tiempo que Felipe ya no me tocaba, cuando yo intentaba seducirlo usaba la excusa del dolor de cabeza, cansancio, trabajo por hacer, etc. Ya conocía todas las excusas posibles y me retorcía de rabia y celos, me moría por sentirlo dentro de mí pero él ya no quiere hacerme el amor, sé que se masturba porque lo he sorprendido en la ducha pero cuando intento enfrentarlo evita el tema y me deja hablando solo. En cambio, veía su cara cuando pensaba en Javier y cambiaba, diría yo que hasta se excitaba sólo con verlo, como en el evento de su empresa en que invitó a ambos, sin que ninguno supiera, fue cosa de ver a Javier y su cara de excitación no se hizo esperar, pasó toda la noche con él y a mí me dejó solo, muy de vez en cuando aparecía para llevarme algún trago y después se iba a donde él.
Créanme que si pudiera matar a Javier lo haría, creo que no faltaba mucho para llegar a eso y Felipe sólo empeoraba las cosas.
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Javier:
- Javier: qué…
- Felipe: (acercándose a su boca) Quería evitar que esto pasara
Los labios de Felipe por primera vez tocaban los míos, opuse resistencia durante algunos segundos y luego reaccioné…
- Javier: (dándole una cachetada) pero quién te crees que eres para besarme
- Felipe: Soy un hombre que te ama, ¿ese no es motivo suficiente?
- Javier: ¿Qué clase de respuesta es esa?
- Felipe: Te amo, estoy enamorado de ti como no te imaginas, tan enamorado que he perdido el norte de esta vida por ti, ansío sentirte cerca y besarte, no hay segundo en que no te pases por mi mente, te amo desde que teníamos 17 y siempre me he reprimido pero ya no puedo más, necesito tenerte, ya no quiero conformarme con ser tu amigo.
- Javier: ¿Y claro, ahora es cuando me dices que cuando tocas a Fabián lo haces pensando en mí?
- Felipe: Por supuesto, imagino que recorro tu cuerpo, tu cintura, que beso tu cuello… (tocando a Javier)
¡Dios! Qué manos tan deliciosas, debía reconocer que Felipe estaba logrando excitarme y es que tampoco está tan mal, pero definitivamente esto no podía ser, ante todo era mi amigo y debía respetarlo
- Javier: Felipe… detente, por favor (entre gemidos)
- Felipe: Llevo años esperando esto, no puedo detenerme
- Javier: (separándose bruscamente) no puedo, de verdad
- Felipe: ¿Por qué? Es obvio que tienes ganas
- Javier: Claro que tengo ganas pero no son las ganas que tú desearías, esto para mí sólo sería sexo y nada más…
- Felipe: Claro, perdón
- Javier: Espera, perdóname, de verdad, pero yo no te puedo amar como tú quieres, yo estoy enamorado de Robert y pues sería maldito si te viera sólo como alguien con quien tengo sexo
- Felipe: Sí, claro, entiendo.
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Felipe:
¡Dios! Qué dolor, estuve tan cerca de demostrarle todo mi amor y nada, una vez más me recordaba que amaba a otro y no a mí pero no quería asumirlo.
Tocarlo… no pienso en otra cosa que no sea tocarlo y hacerle el amor, mi verga había quedado durísima y mientras más pensaba en él más dura se ponía, Javier… me estás volviendo loco.
Aunque tengo ganas de agarrar a puñetazos a Fabián, creo que tendré que desquitarme con él, aunque piense siempre en Javier…
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* Avance ***
En el próximo capítulo de “Camaleón”
- Felipe: Así Javier, uff qué rico, no sabes cuánto te amo (entre gemidos)
- Fabián: (levantándose del sofá) eres un imbécil (dándole una cachetada)
- Felipe: Mierda…