Camaleón (capítulo 12)
Yo te llevo clavado en el alma...
Camaleón: Yo te llevo clavado en el alma
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Javier:
No podía dejar de pensar en la declaración de Robert, me sentía muy confundido pues por un lado estaba él, a quien seguía amando con todas mis fuerzas y por otro lado estaba Felipe, quien era mi novio y al que menos daño quería hacer.
Felipe me demostraba su amor día a día, era atento, cariñoso, guapísimo, en fin el novio que cualquiera querría tener pero es que no lograba quererlo así como él me quería a mí. Aunque debo reconocer que había algo que nos unía con una fuerza increíble y esa fuerza era la pasión que ambos poníamos en hacer el amor, nuestro mejor pasatiempo.
- Felipe: Buenos días cariñito ¿cómo amaneció?
- Javier: Bien (besándolo) muy pero muy bien
- Felipe: Me alegro pero le tengo una mala noticia, hoy tengo que cerrar un trato importantísimo en Bogotá y tengo que salir ya mismo.
- Javier: ¿De veras? bueno, ya qué. (desanimado) no me agrada la idea.
- Felipe: Cariñito, será sólo por hoy, cuando llegue le compensaré. Lo prometo
- Javier: Bueno, eso espero
- Felipe: Vida, necesito que me lleve al aeropuerto ¿puedes?
- Javier: Por supuesto, me daré una ducha y te llevo
Por un lado estaba desanimado pues estaría solo pero por otro lado era la soledad que necesitaba para poder pensar y ordenar mi mente con respecto a Robert, era necesario ordenarme y saber cuál era la decisión más acertada, aunque ésta saltara a la vista…
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Felipe:
Tenía serias dudas con respecto a este viaje, algo me decía que no debía de irme o bien llevarme a Javier y aunque lo pensé, debo de aprender a respetar y a confiar en Javier, él ya me había aclarado que nada sentía por Robert y eso para mí era suficiente. Bueno, en realidad no lo era pero sí él me dice que no hay nada yo debo confiar y demostrarle mi amor.
¿Creen que estoy haciendo bien en aceptar esto? No puedo estar tranquilo, aunque este viaje será provechoso para ambos, me pagarán una muy buena comisión por concretar el negocio y con la cual llevaría de vacaciones a Javier, y además aprovecharía el viaje para hacerlo mi esposo, al final eso era lo único que deseaba con locura.
- Javier: ¿Listo, vida mía?
- Felipe: Sí, adelante
- Javier: ¿Estás bien?
- Felipe: Eh, sí. Bueno, en realidad no, ya sabes lo mal que llevo volar
- Javier: Tranquilo, que es muy poco tiempo y durmiendo no se siente
- Felipe: Será un día intenso sin ti. En todo el tiempo que llevamos juntos, nunca nos habíamos separado por tanto tiempo
- Javier: Cariño, son sólo 24 horas.
- Felipe: Demasiado tiempo sin ti,
- Javier: Jajaja ya no exageres, ve tranquilo y cuando llegues nos desquitamos por la crueldad del destino de separarnos por 24 horas
- Felipe: Te amo (besándolo)
Quería hacer del trayecto al aeropuerto un instante eterno, de verdad no quería dejar a Javier.
- Felipe: ¿Me vas a extrañar?
- Javier: Amor, es sólo un día ¿qué te ocurre?
- Felipe: No sé, tengo miedo. No quiero dejarte sólo, de verdad que no quiero
- Javier: Amor tienes que relajarte, estás preocupándote por nada.
- Felipe: Tienes razón, perdón.
- Javier: Hemos llegado
- Felipe: Bien, te amo (besándolo)
- Javier: Espera que me bajo contigo
- Felipe: No, por favor. Mientras más te veo menos ganas tengo de irme, prefiero esperar solo. Te traeré un obsequio de allá. Ni te imaginas cuánto me cuesta separarme de ti (tomándolo de la cintura)
- Javier: Te prometo que cuando llegues te tendré una maravillosa sorpresa
- Felipe: Eso espero (besándolo)
Amor, no quiero dejarte, no quiero, no quiero, no quiero, me dolía el pecho de solo pensar en que estaría lejos de él. Una lágrima corría por mi mejilla, no lo entendía, ya antes había viajado y dejado solo a Javier. Entonces ¿por qué ahora me dolía tanto? Sea lo que sea, Dios, cuídame a Javier…
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Robert:
¡Dios! Vaya mierda de clase, sólo quería largarme. Últimamente ni ponía atención en clases, todo me parecí aburrido y detestable, claro, todo menos Javier.
Javier, Javier, Javier, mi gran problema quería recuperarlo pero ¿cómo? Me odia y ahora que encima seré padre creo que ni querrá verme. Ser padre me ilusiona y mucho pero no con Tamara, bueno en realidad no me ilusionaba con ninguna mujer, la idea era maravillosa sólo si Javier estaba a mi lado, y eso era muy difícil.
Quería saber de Javier, lo necesitaba.
(En whatsapp)
- Robert: Hola
- Javier: ¿Qué quieres?
- Robert: Saber cómo estás
- Javier: Pues bien, como siempre ¿y tú?
- Robert: No tan bien, la verdad. Te extraño
- Javier: ¿Extrañarme tú? Pues qué quieres que te diga, no te creo nada.
- Robert: Javi, por favor, no seas así conmigo, sé que lo merezco pero me duele
- Javier: Así mismo me dolía a mí tu frialdad y tu distancia, pero aprendí a vivir con ello.
- Robert: ¿No me extrañas nada, pero nada, nada?
- Javier: No
- Robert: Mentira Javier, yo sé que usted todavía me ama.
- Javier: No, yo amo a Felipe
- Robert: Lo dices para herirme pero sabes que no es así
Javier no siguió contestando mis mensajes, pero con todo lo que me dijo comprendí que si lo quería a mi lado debía de conquistarlo de nuevo, pero qué egoísta sería si lo hiciera. Después de todo no tengo nada que ofrecerle, más que ser su amante, hay un bebé que me necesita a su lado.
Mierda, todo se volvía más complicado.
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Javier:
¿Quién rayos se creía que era para jugar así conmigo? Si algo estaba claro es que yo era su puto juguete. ¿Por qué, por qué cuando me sentía más claro tenía que ocurrir algo que lo empeorase todo todavía más?
¡Dios! A quién quiero engañar, esos mensajes me habían llenado de mariposas el estómago, estaba logrando convencerme de su amor por mí, estaba logrando enternecerme y revivir mi amor por él pero esta vez no se la haría fácil, tendrá que luchar por recuperarme.
(En whatsapp)
- Javier: ¿Cómo pretendes que crea en tu declaración de amor después de todo lo que me has hecho?
- Robert: Porque esta vez estoy siendo más sincero que nunca
- Javier: No puedo creerte, ¿cómo creerte? Si tus promesas no valen nada
- Robert: Nunca antes había abierto mi corazón como ahora lo estoy haciendo
- Javier: ¿Ni siquiera a Tamara?
- Robert: Yo a Tamara no la amo, sólo estuve con ella por probar
- Javier: Ah claro, ahora entiendo. ¿Quieres también probar contigo?
- Robert: No voy a engañarte, nunca he estado con otro hombre, eres el primero del que me enamoro y al único que deseo con locura
- Javier: Robert, por favor basta. Yo estoy con Felipe, ya termina con esto de una vez. Aceptemos que no hay oportunidad para nosotros
- Robert: No la hay porque tú no quieres.
- Javier: Créeme que no se trata de si quiero o no, si no de que las cosas ya están así. Heriríamos a otros con las cosas que queremos decir
- Robert: Si más tardamos, más doloroso será.
Robert… estoy perdiendo el norte de esta vida por ti, no podía dejar de pensarlo, así como tampoco podía dejar de pensar en Felipe, en cómo lo estaba traicionando, en cómo le estaba fallando. Yo no quiero hacerlo sufrir, no quiero, de veras que no quiero pero… ¿por qué todo debe ser tan complicado?
Quizás la única forma de aclarar esto era hablándolo, era necesario.
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Felipe:
Normalmente odio los viajes, por muy cortos que éstos sean, pero hoy le había agregado un plus… Javier, lo extrañaba bastante, tanto que no podía evitar llorar mientras veía sus fotos. Qué marica me veía, yo debía ser fuerte por él, por los dos, yo debo ser fuerte para cuidarlo y acompañarlo pero lamentablemente tengo mis sentimientos y éstos me traicionan mucho.
Le mandaba varios mensajes pero él no los contestaba, probablemente estaba ocupado. Quiero pensar que lo estaba.
(En whatsapp)
- Felipe: Te amo <3
- Felipe: Te amo vida mía
- Felipe: No ha pasado mucho tiempo y ya te extraño un montón
- Felipe: Veo que está ocupado. No importa, más tarde le llamo
- Felipe: Te amo…
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Robert:
Estaba recostado en mi cama mirando el techo, pensaba en lo maravillosa que sería mi vida con Javier.
Sonaba el timbre, probablemente sería la estúpida de Tamara…
- Robert: ¡Javier! ¿qué haces aquí? (sonriendo)
- Javier: Tenemos que hablar y terminar con esto de una vez
- Robert: Está bien, pasa. ¿Te ofrezco algo de tomar?
- Javier: Robert, por favor, no es una visita cordial
- Robert: Perdón, estoy muy feliz de que hayas venido a mi casa, hace tiempo no lo hacías.
- Javier: Sabes perfectamente por qué dejé de hacerlo
- Robert: Sí, lo sé. Yo lo eché a perder todo y ni te imaginas cuánto me odio por eso
- Javier: Creo que los dos lo echamos a perder
- Robert: No, tú no tienes la culpa de nada, yo fui el estúpido (llorando)
- Javier: (Acariciando su mejilla y tomando sus manos) No, por favor. No sigas con eso ¿para qué hacernos más daño?
- Robert: (Acariciando las manos de Javier con sus mejillas) Me conformo con seguir siendo tu amigo
- Javier: Robert, tú y yo no podemos ser amigos, aunque lo queramos
- Robert: (secando sus lágrimas) tienes razón. Sabes, tengo un álbum de fotos nuestro, de nuestras aventuras cuando éramos amigos
- Javier: ¿En serio?
- Robert: Por supuesto, tenemos un montón de selfies juntos
- Javier: ¿Y dónde está?
- Robert: En mi cuarto, acompáñame
- Javier: (dudando) Ee-está bien. Va-vamos…
- Robert: Aquí está. Mi más grande tesoro
- Javier: ¡Oh, por Dios! Esta foto es de la primera vez que te enseñé química, qué carita tenías, estabas muy pequeño
- Robert: Recuerdo que no sabía nada para el examen y tenía mucho miedo pero gracias a ti aprendí y me fue muy bien.
- Javier: ¡Esta es de cuando estuvimos en la jornada Magis en Brasil! Qué bien la pasamos. El sol, el mar… fue todo tan perfecto a tu lado
- Robert: La verdad es que ese viaje fue maravilloso
- Javier: Y en ésta me estabas enseñando a tocar guitarra
- Robert: La pasábamos muy bien juntos ¿crees que podamos recuperar esa linda amistad?
- Javier: Tal vez…
Nos fundíamos en un tierno beso, corto pero sin duda el que más eterno se me había hecho.
- Robert: Perdón, yo no debí…
- Javier: Tranquilo, es-este yo (acercándose para besarlo de nuevo)
Ahora era Javier quien me besaba pero esta vez había pasión, mucha pasión en él. Lo abrazaba y lo oprimía más a mí, mi boca comenzaba a deslizarse por su barbilla, su cuello, su pecho. Con mis manos comenzaba a desabotonar su camisa mientras él gemía suavemente y quitaba mi blusa.
Lo recostaba sobre mi cama y comenzaba a besar sus pezones, los succionaba delicadamente y con mi mano quitaba su bóxer, comenzaba masturbarlo suavemente, usando sólo mis dedo pulgar e índice. Javier sólo gemía delicadamente, llevaba tiempo deseando tenerlo así, ansiando que fuese mío y hoy podía por fin cumplir mi deseo.
Introducía su pene en mi boca y automáticamente comenzaba a sentirme extasiado, enloquecido. Su sabor, sus gemidos, el suave tacto de sus dedos en mi espalda, besaba sus muslos y sus testículos, mi boca probaba cada trozo de la piel de mi amado, hasta llegar a su ano, primero movía mi lengua en círculos, mientras él se retorcía, luego comenzaba a penetrarlo con ella, mis manos se preocupaban de masturbarlo mientras mi lengua intentaba preparar a su cuerpo para que me recibiera en él. Sentía mi pene explotar, húmedo, deseando estar en su boca, él hábilmente se percata de ello y comienza a quitar mi cinturón y a deslizar mi pantalón, dejándome en un bóxer rojo que poco disimulaba, lo besaba y masturbaba por sobre la tela, mientras mi lengua seguía saboreando su ano.
Sentía el tacto de sus labios en mi pene y más enloquecía, con sus manos acariciaba mi espalda y mis nalgas, jugaba con mis testículos, besándolos e introduciéndolos en su boca.
No podía más, necesitaba estar dentro de él. Con la mayor dulzura del mundo, como si del más fino material se tratase, lo alzaba delicadamente y lo ponía de lado, mientras yo me situaba tras de él. Comenzaba a rozar mi pene, que pedía a gritos estar dentro de él, callaba sus gemidos con mis besos, devoraba su boca con delicadeza mientras sentía cada vez más cómo mi glande iba adentrándose en él, Javier temblaba y acariciaba mis muslos, sentía cómo abría su ano con mi pene, y eso me volvía loco, era una corriente eléctrica al sentir como se deslizaba mi pene dentro de él, lo sentía vulnerable y entregado.
Aceleraba mis movimientos delicadamente, mi meta era hacerlo disfrutar, el ritmo aumentaba y pasaba de ser delicado a rápido, mientras acariciaba todo su cuerpo y devoraba su boca. Me salía de él y ahora lo acostaba sobre mí, Javier me cabalgaba y entrelazaba sus dedos con los míos, me miraba con una sonrisa cómplice y con mucho amor me levantaba (sin salirme de él) y besaba su pecho mientras lo rodeaba con mis manos, Javier besaba mi frente y oprimía mi cabeza en su pecho.
Javier comenzaba a moverse más rápido y yo ya no podía más, mis piernas temblaban y yo no podía controlar mis movimientos, acabando dentro de él, inundándolo con mi esencia y todo mi amor.
Sin salirme de él, nos quedamos dormidos…
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Javier:
Estaba recostado sobre Robert, ambos desnudos, sucios, con restos de semen y sudor por todo nuestro cuerpo. La culpa me invadía y me dolía, pero también me sentía rodeado de amor, había hecho el amor con el hombre al que más amaba y deseaba, quedando todo lo demás lejano a nosotros. Hoy sólo éramos Robert y yo.
De repente, la luz de mi celular me devolvía al mundo. Leía los mensajes de Felipe y recién comenzaba a internalizar lo que acababa de hacer, dejaba el celular sobre la mesilla de Robert y comenzaba a vestirme para irme
- Robert: ¿Te vas?
- Javier: Sí
- Robert: Pero quédate, por favor…
- Javier: Robert, yo, yo necesito pensar en lo que acabamos de hacer…
- Robert: Pero Javi…
Quería salir rápido de ahí y estar en mi casa, quería sentirme seguro y poder pensar tranquilamente.
- Tamara: ¿Qué haces saliendo aquí?
- Javier: (asustado) nada, sólo venía a hablar con Robert
- Tamara: ¿Y de qué?
- Javier: Nada que te importe
- Tamara: Te equivocas, tratándose de ti y de mi novio obvio que me importa (interponiéndose en el camino de Javier)
- Javier: Déjame pasar
- Tamara: No hasta que me digas a qué viniste
- Javier: Yo no tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer. Y tranquila que no vine a encamarme con él, no lo necesito
- Tamara: Eso lo sé, Robert jamás te tocaría, él es hombre
Quería hacerla callar y gritarle todo lo que Robert y yo habíamos hecho pero debía cuidarlo a él y cuidarme a mí, por el momento éste tenía que ser nuestro secreto.
- Javier: Tienes razón, Robert jamás me tocaría
- Tamara: ¿Te le ofreciste, verdad?
- Javier: No, eso sólo lo haces tú
- Tamara: No, él y yo somos pareja, así que no necesito ofrecerme para que él me responda y me busque. Menos ahora que seremos papás
- Javier: ¿Qué?
- Tamara: Lo que escuchaste, Robert y yo estamos embarazados, así que espero que ahora dejes de acosarlo, ¿no querrás que mi hijo crezca sin su padre, cierto?
- Javier: Yo no sa-sabía… y tranquila que entre Robert y yo no hay nada, yo sé lo que es crecer en un hogar roto…
- Tamara: Qué bueno que lo entendiste, mi hijo necesita a su papá tranquilo y si tú sigues molestándolo pues, él no estará tranquilo
- Robert: (saliendo de casa) amor se te quedó tu celu…
- Tamara: ¿Cómo amor? ¿qué pasó aquí? Robert, no me digas que tú y él…
- Robert: Tamara no es lo que tú piensas, Javier vino y só-solo hablamos
- Javier: Sí, yo no podría estar con un hombre que tiene mujer y un hijo en camino (mirando con desprecio a Robert)
- Robert: Javier, déjame explicarte
- Javier: No hay nada que explicar, ya tu mujer me lo explicó todo. Te has reído de mí por última vez
- Tamara: Ya basta, no tienes nada que reclamarle mi hombre. Tú te ofreciste a un hombre que no te ama, y éstas son las consecuencias, enterarte de que le hombre que amas se casará y formará una familia con una mujer, qué humillante estar en tus zapatos. Espero que con esto te quites de en medio y desaparezcas de nuestras vidas
- Javier: Tranquila Tamara, te lo regalo, no tengo ningún interés en quitarte al padre de tu hijo, de veras.
- Tamara: No te creo nada, eres tan arrastrado que seguirás molestándolo y acosándolo, rogando porque te haga el amor como a mí me lo hace
- Javier: (cachetada) ¿Cómo te atreves? ordinaria
- Tamara: ¿Cómo te atreves a golpearme? ¡Estoy embarazada!
Quería salir rápidamente de ahí, me subía al coche, Robert se acercaba…
- Robert: Javier espera, por favor.
- Javier: (llorando) Eres un maricón, Robert. Ésta fue la última vez que me dañas, porque ahora sí me perdiste para siempre, para mí ya no existes…
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* Avance ***
En el próximo capítulo de “Camaleón”
- Felipe: ¿Te acostaste con Robert?
- Javier: Sí, yo hi-hice el am-amor con Ro-Robert