California Blue IV

Fin de la historia.

A la mañana siguiente, llene de ropa cómoda un bolso de viaje y entré en un supermercado para aprovisionarme de víveres. Después de cargarlo todo en el coche,  conduje hasta el puerto deportivo donde tenía una embarcación de recreo que habitualmente usaba sobre todo para pescar y también de vez en cuando,  para hacer pequeños recorridos lúdicos a lo largo del litoral.

La compré de segunda mano en una subasta hacía dos años, meses antes había vendido la que tenía porque ya me daba ciertos problemas de fiabilidad y no era demasiado cómoda ni tampoco demasiado estable navegando con algo de mar picada. Si me decidí por esta es porque estaba en muy buen estado, era bastante más larga y ancha, lo que le confería mejor estabilidad y el precio era muy interesante. Su anterior propietario le había equipado con ciertas mejoras para aumentar el confort durante las travesías, facilitando así la vida diaria a bordo. También gozaba de una importante autonomía y gran capacidad para almacenar comida y agua potable.

No era tampoco nada extraordinario ni  lujoso, era un diseño funcional y robusto pensado sobre todo para la pesca deportiva en alta mar. Tenía unos doce metros de eslora, cabina acristalada cerrada desde la que se accedía a un amplio camarote interior confortablemente equipado, con su ducha-wc independiente en un compartimiento anexo, la cama se extendía por gran parte de la proa, había  una pequeña cocina con nevera, congelador de mediana capacidad, huecos y armarios para guardar todo tipo de objetos. La propulsaba dos motores diesel  independientes de ciento cincuenta caballos cada uno,  de bajo mantenimiento y con fiabilidad contrastada. Para mi era perfecta, me daba confianza, era robusta en mala mar, tenía una autonomía notable y estaba equipada con una buena plataforma a popa para la pesca.

Reposté junto al malecón del puerto y puse rumbo hacia un pequeño amarradero situado a unas treinta millas náuticas en dirección, noreste manteniendo una cómoda velocidad de crucero de quince nudos, hacía un buen día, la mar estaba en calma, no había riesgo de de mar rizada o marejadilla en las siguientes veinticuatro horas y calculé que en poco más de dos horas llegaría a puerto. Mi plan, además del obvio que no era otro que desaparecer y dejar durante estos días que Cassadra se cociera lentamente en su propio jugo, era más bien lúdico.  Tenía previsto dormir esa noche en el camarote fondeado en el puerto y salir a primera hora en dirección a una cala cercana donde quería practicar un poco la pesca submarina, una de mis grandes aficiones. Y por supuesto, pasar el fin de semana con mi nueva pareja, que no era otra que Anabella.

Ya con el barco amarrado a uno de los pontones y tras haber hecho una comprobación general del estado de mi traje y del resto del equipo de buceo, me serví una cervecita fresca sentado en la borda con los pies colgando. Me dio por encender el móvil a ver si había alguna novedad. No esperaba que la americana me llamase aun, hasta última hora de la tarde no le entregarían mi mensaje. Si me extrañó tener varias perdidas de un colega mío, un tal Sebastián, jefe de sala de una de las mejores discotecas de la ciudad a la que de vez en cuando asistía para ver a los amigos y tomarme unas copas.

  • ¿Sebastián? Hola, soy Carlos, ¿pasa algo?.

  • Hola Carlos, tío,  tengo que contarte una cosa, a ver si te pasas por mi trabajo cuando puedas, puede que te interese mucho o puede que no. Pero me temo que te vas a llevar una buena sorpresa.

  • Adelántame algo, no creo que durante unos cuantos días pueda verte, ahora mismo estoy fuera, además tengo mucho lío en el trabajo y me faltan horas.- No me apetecía tener que recorrer toda la ciudad para escuchar alguna de sus historias, aunque en ese momento me estaba picando mucho la curiosidad, Sebastián durante los años que yo le había tratado, no era precisamente un cotilla que se pasara la noche contando los trapos sucios de nadie.

  • Antes de nada, tengo que hacerte una pregunta, ¿tu estás saliendo en serio con Anabella, o solo es una amiga más con derecho a roze?.- Sebastián me había visto muchas veces con ella en su local los últimos meses, yo tenía muy buena relación personal con el, Anabella en cambio no era consciente de la relación de confianza entre nosotros, quizás porque normalmente cuando me veía acompañado, me saludaba y se mantenía a distancia.

  • Coño, que pregunta…¿te has enamorado de ella bribón?.- Le solté para darme tiempo a mi mismo pensando que era mejor, si confirmar la situación o por el contrario despistarlo, dándole a entender que solo era una amiga. ¿Con cual de las dos respuestas el bueno de Sebastián cantaría más y mejor?.

  • Es una buena amiga, pero no tengo nada formal con ella. ¿Ha pasado algo?, ¿se ha metido en algún lío?. Le tiré la caña a ver si pescaba algo.

  • Bueno, entonces no tiene importancia, pero ya que estamos, te lo cuento. La otra noche vino un rato por el local, yo andaba por las barras y me pareció que ella intentaba esquivar a la gente con la  que normalmente os relacionáis por aquí. Ya sabes que la disco es muy grande y su actitud la encontré de lo más extraño, entró y me pareció que estaba nerviosa, venía sola, subió con muchas prisas a la planta superior. Así que me puse a observar que hacía  allí, tu no estabas y me pareció extraña su forma de actuar.

Por fin la localicé, se estaba dando el lote con un tipo en uno de los reservados más apartados del primer piso, ella no se dio cuenta de mi presencia. Supuse que no le interesaba demasiado que la vieran acompañada en esos momentos, y de no ser porque me llamó la atención, no se hubiese enterado nadie.  Luego salieron ambos por separado, pero el de seguridad que como sabes, está loquito por ella, me comentó que al cruzar la calle volvieron encontrarse y se fueron en el mismo coche. Por eso te he llamado varias veces a ver si solo eran figuraciones mías o te estaba pegando el salto.

  • Tranquilo tío, no pasa nada, gracias de todas formas, ella es libre de andar con quien quiera, yo solo soy uno más, aun así, te lo agradezco,  hoy por ti, mañana por mi…ya sabes. Te debo una copa cuando nos veamos.- Mantuve el tono desenfadado de mi voz con bastante esfuerzo. Otra vez ha vuelto a pasar,  me recriminé a mi mismo por la poca suerte que tenía siempre con ellas, o no sabía escoger o quizás mi error consistía en escoger siempre a quien menos me convenía.

  • Oye Sebas, un pregunta, ¿Cuándo sucedió eso que me cuentas?.

  • el domingo por la noche. ¿Por qué lo dices?.

  • Simple curiosidad, bueno tío, un abrazo, pasaré a verte pronto.- Colgué, estaba tan frustrado que descargué mi furia tirando con rabia la botella de cerveza contra el muro del amarradero, me caguen en la puta, ese mismo fin de semana estuvo conmigo hasta la seis de la tarde, fue cuando decidimos empezar en serio, cuando nos comprometimos de verdad y ahora resulta que esa misma noche....vaya mierda …joder.

Habíamos decidido salir en serio, nos sentamos y lo hablamos todo, como sería la relación y que no debía nunca de suceder, acordando que en un par de meses viviríamos juntos, comprometiéndonos a actuar desde el minuto “0” como se espera que actúe una pareja monógama, sin terceros o terceras de por medio, dejando atrás todo aquello que interfiriera o perjudicara a la nueva unión,  yo la notaba tan feliz, tan comprometida con lo nuestro, que esta revelación me hizo el mismo efecto que un jarro de agua helada sobre mi espíritu.

Todo se estaba torciendo, mi trabajo, mis ilusiones de poder compartir mi vida con una mujer extraordinaria a la que poco a poco, más allá del deseo y del  buen sexo había comenzado a amar. Mi mente fría y analítica se encontraba en plena batalla contra mi corazón y mucho me temí que saldría victoriosa,  devolviéndome otra vez a mi conocida zona de confort, al mundo de las putas, de los deseos superficiales y en definitiva, de nuevo a la soledad.

Durante esos días no pesqué, ni siquiera me puse el traje de buzo, solo me dediqué a lamentarme y a beber. No volví a conectar mi celular. Lo dejé en un cajón del camarote y me dediqué a olvidarme de todo y de todos.

Así me encontró ella, Anabella llegó en su coche ese mismo viernes para reunirse conmigo y quedarse a dormir en mi barca hasta el domingo.

  • ¿Carlos…? Oye… eyyy¿Qué te pasa?Te he llamado mil veces ¿ por que apestas a alcohol si tu bebes muy poco siempre? Oye…!!Eoooo!!,despierta ¿Qué ha pasado cariño?.- Me sostenía la cabeza entre sus brazos, tenía una mirada de sincera preocupación.

  • ¿Qué que ha pasado Anabella? ¿Dime tu que es lo que está pasando? ¿Soy alguna especie de juguete nuevo para ti? ¿Alguien a quien venderle la moto de ser tu flamante novio para luego seguir con tu vida de soltera, sin renunciar a nada, sin implicarte al cien por cien en esa relación? En fin…vete, será lo mejor y déjame dormir.- Me giré dándole la espalda

  • Cariño, escúchame, no se que es lo que te pasa, ni tampoco se de que me estás hablando. Lo que si tengo claro es que no estás en condiciones de mantener una conversación coherente ni seria conmigo, duerme un poco, despéjate, volveré en un par de horas y hablaremos de todo lo que quieras. – Me dio un beso en la mejilla y escuché como recogía las botellas de licor que tenía esparcidas por el camarote para que no bebiera aun más. Minutos después la oí subir por la escalerilla y abandonar el barco.

Creo que estuve en una especie de duermevela intranquila que si bien no me sirvió para descansar, al menos me despejó bastante de mi ingesta de alcohol. Me di una ducha rápida en el WC, me afeité me vestí con ropa limpia. Recogí todo lo que había por el camarote, abrí las escotillas para que se ventilara y lo dejé todo ordenado y limpio. Me hice una taza de café bien cargado y me tomé una aspirina.

Mi dolor de cabeza empezaba a remitir cuando escuché como ella se subía al barco, entró en el camarote y se sentó frente a mí con cara de preocupación y ciertos síntomas de que había estado llorando antes de venir a verme.

  • Carlos…¿Qué pasa? Te pido que seas sincero conmigo.- Noté sus ojos muy húmedos.

  • ¿Me pides que sea sincero dices? ¿No crees que eres tu quien tiene que sincerarse conmigo?.- Mi mirada era fría, me sentía muy dolido con ella, mucho más de lo que yo mismo estaba dispuesto a reconocer.

  • ¿Qué es lo que sabes que tanto te jode?…¿que te han dicho de mi? Venga cariño, somos adultos, seguro que puedo soportar todo lo que me digas. Va…esto hay que aclararlo y buscar la forma de superarlo, si es que hay algo que superar. – Su expresión estaba a medio camino entre la preocupación y el temor.

  • Anabella, es bien sencillo, solo debes contestarme a esta pregunta ¿Qué hiciste este domingo cuando te fuiste de mi casa?.

  • Verás, no se que te han contado pero… . – La interrumpí con mi mano en alto.

  • No, no, no quiero entrar en ese tipo de respuestas ambiguas, no te va a servir de nada jugar al gato y al ratón conmigo, repito ¿Qué hiciste el domingo después de marcharte de casa? Creo que la pregunta es muy clara, espero que la respuesta sea igual de concreta.

  • Bueno, verás, no te lo quise decir… por la noche estuve con unas amistades y salimos un rato de discoteca, nos retiramos temprano a dormir. Escúchame un momento, mira, estoy en lo nuestro al cien por cien, todo que hago o haya hecho es para cerrar puertas y para que nuestra relación funcione sin sobresaltos futuros. Créeme cariño, confía en mí. Lo hago por nosotros.

-¿Cerrar esas puertas para ti implica pegarte el lote en un reservado con un tío con el que luego quedaste fuera de la disco para marcharos en el mismo coche? ¿Esa situación la ves tu necesaria e inteligente para que lo nuestro funcione?.- Se quedó totalmente noqueada ante mis preguntas, sus ojos se llenaron de lágrimas contemplado como mi cara le estaba expresando todo el dolor y rabia que en esos momentos sentía.

  • Carlos…por favor, no te precipites, no tomes una decisión movido por la rabia y el rencor, al menos déjame que te explique lo que pasó esa noche. Por favor…te lo pido por favor… .- Se puso a llorar como una magdalena abrazándose a mí. Yo no se lo impedí pero tampoco colaboré. Le aparté la cara cuando quiso darme un beso. Comprendió que no era accesible a ninguna de sus caricias y retirándose hasta sentarse en la cama, se estuvo limpiando los ojos y sonándose la nariz.

Me limité a mirarla en silencio, a esperar sus explicaciones y como pensaba justificar su comportamiento durante esa noche.

  • Mira, quien fuera que me espió esa noche, a quien vio conmigo no fue otro que a mi marido,  al menos al que lo era legalmente  hasta esa noche, lo se, es un poco complicado de entenderlo y también se que debería habértelo dicho mucho antes.- Estaba desolada, notaba como su temor a mi reacción se estaba apoderando de ella, tenía miedo a lo que yo podía decidir ahora.

  • ¿Tu marido?…¿pero que me estás contando? Nunca me dijiste que tuvieses casada, no entiendo nada.¿Por que me lo escondiste?.

  • Mira Carlos, no te lo dije porque no quería que tuvieses un mal concepto de mí, no soportaba que llegaras a la conclusión de que me estaba acostando contigo mientras aun andaba de pareja con otro. Era como confirmarte una vez más que yo era otra parecida a tus antiguas novias, con pareja estable y acostándome con el primero que la calentaba. No quería darte esa imagen porque no era algo real, yo con mi  marido a penas tenía ya relación, cada uno hacía su vida separado del otro desde hacía más de un año y solo faltaba cerrar los flecos para que se acabara del todo.

  • ¿Esos flecos pendientes implicaban darte el lote con el esa noche?.- Siguió llorando, no me respondía nada coherente,  me estaba ya poniendo de los nervios.

!!Contéstame coño!!, ¿Era necesario? .´- No pensaba pasar por alto ni una sola coma antes de tomar una decisión. Ella tenía la cabeza agachada, unos gruesos lagrimones le empapaban los muslos.

-Vamos a ver, Anabella, no quiero ponerme violento pero quiero la verdad, dime una cosa, ¿te acostaste con el esa noche?.

  • Si…, ya que me lo preguntas, no te puedo engañar, lo siento mucho cariño, pero si me acosté con el, tu no lo vas a entender, pero esa noche me cité para dejar la relación de una vez por todas finiquitada, le engatusé para que me firmara de una puta vez los papeles del divorcio, como brasileña que soy y además personal consular, casada  con un brasileño en Brasil,  la ley que debo de seguir y que me interesa por encima de todo  para obtener el divorcio es la brasileña, no la española, aquí con comunicar el certificado de divorcio, tenía suficiente.

-Además quiero dejar bien registrado todo esto en Brasil, mi familia tiene dinero y propiedades y una parte de ellas son mías, no quiero que el pueda intentar apropiarse de algo o vender alguna parte de mi patrimonio aprovechándose de que estoy lejos y que la justicia allí es corrupta y va lenta cuando conviene. El se vuelve a Brasil en dos semanas, insistió y volvió a  insistir para que le dejara al menos esa noche estar conmigo,  me los firmaría sin problemas y no volveríamos a molestarnos más, me confesó que estaba saliendo con una chica desde hacía meses y que también deseaba que yo fuera feliz con quien estuviese, aunque me temo que lo que intentaba era algún tipo de reconciliación conmigo, aunque fuera un plan a medio plazo.

  • No se que pensar de todo esto…me parece demencial, no puedo entenderlo joder…- Estaba abatido escuchando todo lo que me estaba contando.

-Escúchame joder…no quería que un día no pueda casarme contigo porque seguía casada con otro, que haga algo en Brasil que me perjudique a mi o a mis bienes, allí hay mucha corrupción y las leyes no siempre funcionan. O que más adelante se presente aquí y nos quiera buscar problemas legales en España ¿Comprendes porque tomé esa decisión? Me acosté con el odiándome por  hacerlo, para mi solo fue sexo, simplemente forcé la situación sabiendo como sabía que quería follarme al menos una vez más y le puse ese caramelo en la boca para obligarle a firmar, llevaba meses y meses detrás suyo sin ningún resultado.

-Lo siento cariño …siento mucho que te hayas enterado así, tenía que haber pospuesto mi decisión de aceptar que nosotros nos pusiéramos de novios sin tener solucionado este problema, todo esto habría sido mucho menos doloroso, pero tenía tantas ganas de decirte que si, que  precipité estúpidamente la situación,  en vez de esperar a tenerlo todo atado y bien atado, para comenzar desde cero contigo. Se que he faltado a lo que prometí, pero no veía otra salida.- Se removía en el asiento como una pantera acorralada, continuó intentando que yo la escuchara, ser retorcía las manos nerviosamente. Siguió hablándome, como si intentara que no pensara demasiado en decidir nada, solo quería que la escuchara todo el rato.

  • Que te hayas enterado me mata como no puedes ni imaginarte, esto es un desastre joder….una mierda, no se que estarás pensando de mi, pero quiero que sepas que te amo con todo mi corazón, que soy una mujer honesta que quiere estar a tu lado  y que no quiere perderte.- Se derrumbó encima de la cama y se puso de nuevo a llorar desconsolada.

Me senté a su lado, sin tocarla, solo la miraba y la escuchaba sollozar. Por fin tomé una decisión o eso pensé en ese momento, no le hable, no le dije que la perdonaba, simplemente la abracé y la besé en la nuca. Ella seguía con la cabeza enterrada en la almohada dando hipidos y gimiendo. Creo que se quedó por fin dormida,  quizás vencida  por el miedo y  agotamiento mental de todo lo que había sucedido. Yo me dejé también llevar por el cansancio, a duras penas había dormido unas cuantas horas, eso sin contar con mis excesos con el alcohol, vamos que emocionalmente también estaba  bastante arrasado. Unas horas de sueño no nos vendrían mal a ninguno de los dos. El mar me acunó hasta que perdí la conciencia.

Me desperté lentamente, me dolí todo el cuerpo, notaba la boca seca y pastosa, miré a través del ojo de buey que tenía justo encima y vi que ya era de noche. Giré la cara y me quedé prendado en su ojos, Anabella me estaba mirando con una mano apoyada sobre mi pecho. Me intentó sonreír a pesar de que su cara estaba húmeda del llanto. Quiso decirme algo pero le puse el dedo en sus labios.

  • Escúchame Anabella, te creo y se que lo has hecho por nosotros, creo que te has equivocado tomando esa decisión, aun estoy resentido pero creo que lo podré superar, pero la próxima vez, habla conmigo y confía en mí. ¿Vale?.- Dejemos ese tema, no quiero volver a hablar de el esta noche, venga, levántate y límpiate los mocos, pareces una colegiada enfurruñada, arréglate y nos vamos a cenar a esa fonda que hay al final del muelle, tiene un pescado del día estupendo. – Le sonreí y acercándome a ella, le di un beso con cierta rabia. Ella me respondió con otro aun más intenso cogiéndome por la nuca, sin dejar mi boca se subió encima mío.

  • Oyeee….¿Y lo de la cena?.

  • Luego, ahora si no te importa,  quiero tomarme el postre.- Se fue deslizando por mis piernas hasta acabar con su cara pegada a mi boxer. Sin quitármelos se dedicó a darme pequeños mordiscos siguiendo el contorno de mi polla por encima de la tela mientras su mano me masajeaba lentamente las pelotas. Se me puso tan dura y caliente que me molestaba tenerla encerrada. Ella no tenía prisa, se tomaba su tiempo y viendo mi creciente impaciencia se recreaba aun más con sus jueguecitos. Por fin fue bajando lentamente la ropa hasta que mi rabo emergió tieso y desafiante. Sacó la lengua y comenzó un recorrido entre mi escroto y mi capullo, subiendo y bajando para de vez en cuando detenerse en mi frenillo o darme un chupetón en la punta. Yo estaba ya tan duro que podía partir nueces con el rabo.

Continuó jugando con mi miembro buscando ponerme a cien, por fin se decidió a tragársela y vaya si consiguió su objetivo, noté como su lengua lamía la base de mi rabo, aunque solo fuera por un momento, porque tuvo al final que claudicar al quedarse ya sin aire, escuché una arcada y se la sacó para de nuevo volver a tragársela, en esta ocasión aguantó unos cuantos segundos más hasta que decidió que desde esa profundidad iba a empezar una mamada rítmica y frenética que me hizo agarrarme a la colcha como un naufrago se aferra a un trozo de madera, me encontraba inmerso  en medio de un temporal de sensaciones que me estaban llevando a un tremendo orgasmo.

Exploté instantáneamente como si fuera un globo, notaba como mi corrida le iba llenando chorro a chorro lentamente la boca. Se la sacó solo un momento para poder acomodarse mejor la abundante corrida, parece que mi polla le tenía guardada una pequeña sorpresa, en ese momento le lanzó el último que golpeó contra su cuello bajándole el semen por el canal de sus pechos. Se intentó reír con la boca llena y lo que consiguió fue esparramarme por encima de mi pubis parte del semen que se escapó en medio de su carcajada. La escuché tragar el resto entre risas y excusas de cómo me había puesto de leche mis partes nobles.

Sentados en el restaurante, intentaba estar alegre, pero a veces le notaba cierta mirada triste que de vez en cuando la ensombrecía su carita de pícara, cuando pensaba que no la estaba mirando se venía un poco a bajo, creo que estaba pesándole mucho que yo me hubiese enterado de lo que había hecho y supongo que temía que no confiara en ella durante bastante tiempo. Habíamos empezado la relación hacía nada de tiempo y ya había una mancha en su expediente. Decidí olvidarme del tema, costara lo que costara, pero me temía que iba a costar sangre ese olvido. Encendí  mi celular para ver como estaba el asunto con la americana.

Bueno, bueno, bueno…aquello no era un celular, aquello parecía la central de avisos de la CIA, en el whatsapp, concretamente en el de Cassandra habían sin exagerar más de cincuenta envíos. Me empezaron a saltar mensajes de sms y e-mail con tanta cadencia que temía que el pequeño altavoz se fundiera dando tantos pitidos a la vez de aviso de recepción.

También estaba el de la secretaria confirmándome que el sobre le fue entregado a las seis de la tarde en que quedamos que lo haría. Y otros cincuenta de mis subordinados comentándome que la Cassandra y sus pajes estaban más pesados que las moscas cojoneras intentando conseguir comunicarse conmigo de alguna manera. Que había un ambiente en las oficinas que se podía cortar con cuchillo. Bueno, estaba claro que había removido la entrada del hormiguero con un palo y ahora andaba bien revuelto. Si las hormigas estaban nerviosas, no te digo ya nada como estaba la reina, esa estaba frenética pérdida.

La verdad es que la yankee no daba pista alguna en sus mensajes, salvo la obvia que transmitía por la cantidad de envíos que eran la prueba evidente de su alterado estado anímico. Los textos solo decían cosas como “Tenemos que hablar”, “tenemos que vernos”, “es importante que contactes conmigo”, “¿Dónde te has metido?”, etc,etc,etc.. En fin, que estaba con los nervios destrozados, eso era algo indiscutible. Cuando les conté a mis subordinados que estaría fuera hasta el próximo lunes, les dejé caer intencionadamente que iba a salir con mi barca y que posiblemente estaría bastante tiempo fuera de cobertura porque quería probar la capacidad de navegar en mar abierto y la comodidad de la vida a bordo con vistas a un futuro viaje que quería hacer dentro de unos meses.

Anabella estaba alucinada escuchando  la cantidad de pitidos y berridos que mi móvil emitía sin a penas pausas. Yo solo le iba enseñando el número de mensajes con una sonrisa en la cara.

  • ¿No es mejor que lo apagues? Total, he leído más de veinte y todos vienen a decir lo mismo. – Me devolvió el aparato y se puso a picotear unas fresas grandes y rojas que nos habían puesto de postre.

  • Pues si, no se porqué me ha sorprendido, era muy previsible todo este montón de intentos por hablar conmigo. La verdad es que también podría haber pasado lo contrario. Hacerse la loca y no dar señal de darse por aludida. Simplemente podría haberme dicho el lunes que le había entregado a ella  por equivocación algo particular mío y devolverme el sobre con toda su cara dura.

  • O también podría suceder que no te dijera nada, se gastara una pasta en contratar uno o varios sicarios y el martes o miércoles de la próxima semana desaparecieras, o sufrieras un accidente desgraciado  o te encontraran flotando en el mar. Joder Carlos, esta tía tiene mucho poder y dinero, ¿no se te ha ocurrido pensar que puede tomar ese tipo de decisiones?.- La vi muy asustada, su cara me transmitía una profunda preocupación por lo que me pudiera pasar.

  • Bueno, la verdad es que no había llegado a pensar que ella sea capaz de llegar hasta  ese extremo. Pero tampoco te quiero quitar la razón, en todo caso, el lunes dependiendo de cómo vaya la conversación pendiente y si ella decide amenazarme aunque sea veladamente, le dejaré caer que tengo a buen recaudo copias de los videos preparados para enviárselos a su familia, a las principales revistas rosas y sensacionalistas americanas y otras para las sedes de toda la compañía, además de las correspondientes notas explicando lo que se de ella. Lo que por otro lado no deja de ser verdad, solo que no te lo había comentado aun. Lo dejé todo preparado  con alguien de confianza, aunque esa persona desconoce el contenido de esos paquetes.

Además, no sabe nada de ti, ni tampoco que tipo de relación tienes conmigo, tu representas también otro as en la manga por si me pasara algo. Y no eres una cualquiera, tu eres agregada comercial de tu embajada, con pasaporte diplomático y por tanto, intocable según las leyes españolas.¿Contenta? ¿Estás más tranquila?.-

-No… quiero que te andes con cuidado dependiendo de cómo veas el tema, mira, a mi con que te cambies de empresa y no tenga que ir a verte a Portugal ya me vale de sobras. De verdad, no te obsesiones tanto por el dinero que puedes o no puedes ganar, además de mi trabajo, tengo acciones de mi familia, ya sabes que mi madre es una accionista importante de las madereras del Amazonas y los beneficios me reportan buenos ingresos anuales que van a parar a una cuenta de la que soy titular. A su vez, esos saldos están bien invertidos en acciones y bonos del estado. Podríamos vivir unos largos años sin trabajar, solo con lo que tengo acumulado.- Estaba nerviosa, temía que me pudiera pasar algo y trataba de que me echara para atrás con mi planes.

  • De verdad, Carlos, por el dinero no lo hagas, no te emperres en quedarte en tu puesto si ves que quiere jugar duro, te vas de allí y te colocas en la otra empresa. Prométemelo.- Quería meterme el miedo en el cuerpo, estaba claro que buscaba eso.

  • Te lo prometo señorita ricachona, venga, creo que has debido de ver muchas películas americanas de gansters y cosas similares. Va, levanta ese culito maravilloso que tienes, tengo unas ganas locas de follártelo hasta hacerte aullar. – La besé con ansia mientras le sobaba descaradamente el trasero a la salida de la fonda.

  • No te olvides de mi coñito, o se pondrá celoso.

  • Tranquila, ¿tu no sabes que el español, cuando no llega con la punta de la polla a algún agujero, llega con la punta de la lengua o con los dedos de la mano?.- Me había pasado tres puertos cambiando el significado de la frase, pero me quedó bastante bien.

  • jajajajajaja…que burro que eres. – Se abrazó a mi cuello y nos fuimos andando con prisas hasta nuestro nido de amor flotante.

Esa noche fue tremendo, creo que la barca se movía como si estuviese en medio de mar picada, solo que el agua del puerto estaba mansa y tranquila.

A medida que iba entrando en el interior de la barca, Anabella se iba despojando de su ropa y no es que precisamente fuera sobrada de tela, por lo que se quedó desnuda en cuestión de segundos, llegó hasta la cama y se subió encima colocándose de forma que yo tuviese un primer plano de su rotundo culo y sus largas y hermosas piernas. Me arrodillé y empecé a lamerle toda la rajita, ella me pedía que se la metiera, que estaba muy caliente, que luego podíamos jugar pero que ahora, lo que necesitaba era mi rabo hundido en sus entrañas. No me hice de rogar y la embestí con dureza, sin contemplaciones, ella gimió al verse invadida y dejó caer su cabeza contra el colchón, no se lo permití, la agarré por la melena para mantenerle la cara en alto y se la estuve clavado durante un buen rato, se corrió en medio del mete y saca, pero me dio igual, creo que estaba descargando parte de la rabia que tenía acumulada por su reciente comportamiento.

Seguí hundiéndome una y otra vez, se la saqué y sin a penas lubricar su ano,  se la metí empujando como un animal, ella soportó mi violenta penetración con un grito ahogado con su cabeza hundida en la almohada que aferraba con sus manos, se encogía y me rogaba que no fuera tan bestia, pero seguí sin compasión, poco a poco sus gemidos de dolor se fueron convirtiendo en rugidos de placer, me agarró por las nalgas clavándome las uñas tan sádicamente como yo se la había metido por el culo, tuvimos una especie de combate sexual donde cada uno de nosotros procuraba dar tanto placer como dolor al contrario.

Sentía un dolor agudo en las heridas que ella me iba dejando al paso de sus uñas, yo a cambio le metía unas nalgadas tremendas sin dejar de encularla con saña. En medio de toda la batalla, terminamos revolcándonos entre espasmos y gemidos. Me salí de Anabella, estaba boca a bajo, no se si llorando o gimiendo de placer. Se giró y se me quedó mirando rabiosa.

  • Eres un puto cabrón, me has roto el culo.

  • Y tu una zorra, además lo has disfrutado bastante más en tu culo que yo en mis nalgas.- Me giré y le enseñé el destrozo que me había hecho.

  • Pues te jodes, no vuelvas a joderme el culo de esa forma o te arranco las pelotas. – Lo decía en serio.

  • Quizás te gusta más como te lo hacía tu exmarido, ¿también le pusiste el culo el domingo pasado? ¿Fue cariñoso o fue tan animal como yo y aun lo tienes resentido, por eso te dolía tanto? Ahora no  te hagas la estrecha y… .- No acabé la frase, la bofetada sonó dentro del camarote como un latigazo.

Me cogí la cara con la mano, me ardía como si me hubieran tirado ácido, noté el sabor de la sangre en mi boca, me había partido el labio. Ella se quedó paralizada cuando vio como mi rostro se transformaba. La dejé en el camarote y subí a cubierta antes de perder el poco control que me quedaba. Me agarré a la barandilla para tranquilizarme, había perdido los papeles, estaba claro que no la había perdonado, allí abajo la había tratado como a una puta, no habíamos hecho el amor, ni siquiera era sexo duro, aquello era algo diferente y no fue precisamente nada bueno.

Subió y se quedó apoyada en el marco de la cabina. Me miraba muy seria, estaba ansiosa, temerosa de cual iba a ser mi reacción.

  • Quiero que te vayas…..

  • ¿Qué? Pero Carlos, escucha…lo siento, de verdad que lo siento, pero aunque equivocada, hice lo que creía mejor para los dos. Se que no lo has superado, que no me perdonas aunque lo intentas, nos hicimos una promesa muy seria cuando nos comprometimos como pareja y yo la he roto a los pocas horas, pero tenía un motivo muy poderoso…. .- No la dejé seguir.

  • Anabella, escúchame, necesito tiempo para pensar en lo nuestro, si aun  tenemos una posibilidad real de poder estar juntos o es mejor que lo dejemos antes de hacernos más daño. No puedo asumir lo que has hecho así como así, como tampoco puedo entender que no me fueras sincera desde el primer momento, si estabas casada, pues lo estabas, era parte de tu anterior vida y el pasado no se puede cambiar, ese no era el problema, nunca fue el problema, como tampoco lo era que me hubieses puesto al tanto y poder ayudarte a buscar una salida diferente a esa solución, porque siempre hay más posibilidades, además de la obvia y fácil de follarse al otro para facilitarte lo que deseas. A ver, imagina que fuera al revés.

  • No te entiendo, ¿Cómo al revés…?. Estaba confusa, temerosa y no era capaz de hilvanar sus propios pensamientos.

  • Imagina que te enteras, ojo, te enteras, no es que te lo cuente que yo, que me acabo de acostar con Cassandra,  pongamos porque le gusto mucho y decido que si la cortejo y me la tiro puede que consiga seguir en mi puesto y hacerla cambiar de idea sobre mi traslado. Y que cuando me pides cuentas porque alguien te lo ha contado, te suelto que lo he hecho por nosotros, por no acabar en Portugal, para “solucionar” nuestro futuro y así poder estar juntos. ¿Cómo habrías reaccionado tú? No es una situación igual, pero si tiene muchos puntos y decisiones comunes. Contéstame.

No supo que decirme, volvió a bajar  al camarote y apareció con su bolso y su chaqueta.

  • Me voy ahora mismo, ninguno de los dos vamos ahora a solucionar nada,  pero si crees que me vas a apartar de tu vida, vas equivocado, vete haciéndote a la idea, aun tenemos que hablar mucho de todo esto y dejarlo aclarado. Se que ahora mismo no aceptas que sigamos siendo pareja después de lo que ha pasado, lo entiendo,  tómate tu tiempo y luego ven a buscarme o tendré que venir yo a por ti.

Se bajó del barco con la agilidad de una gata y la vi dirigirse a su coche taconeando furiosamente sin dejar de limpiarse las lágrimas que caían por su mejilla.

Pasé el resto del fin de semana en el barco, volví navegando al puerto y me fui a casa. Estaba sufriendo un episodio de pánico, sentado en mi sofá todo era incertidumbres de futuro. Mi relación con Anabella y todo lo demás, el lunes se decidía la siguiente jugada, en realidad se decidía la partida. Conseguí calmarme poco a poco y fui recobrando el control y los ánimos.

Llegué a las nueve menos cinco de la mañana al despacho. Aquello parecía un avispero, todo el mundo estaba tenso, desubicado, John apareció en medio del pasillo y se vino en mi dirección para intentar cogerme del brazo de malas maneras para que lo acompañara, estaba furioso. Me solté de su mano dando un tirón y le pegué un empujón que le hizo chocar contra la pared.

  • ¿Quieres que te dé un par más como las el otro día?, ¿tan pronto se te han olvidado ya? Si quieres te refresco la memoria.- Le solté a la cara mientras le aferraba por la pechera de su americana.

  • No…no, perdona… Cassandra quiere verte inmediatamente.

  • A mi lo que le apetezca a tu jefa “inmediatamente” me sudan las pelotas, esos deseos urgentes solo les afecta a lameculos como tu ¿te enteras?.

  • Vale…vale, pero te hemos estado buscando todos estos días.

  • Estaba de vacaciones John y cuando alguien está de vacaciones no quiere que le moleste nadie, ¿tan difícil es de entenderlo? ¿o eres tan inútil que no sabes hacer tu trabajo si yo no estoy? Menudo  tonto de los cojones. ¿O quizás sea que el juego ha cambiado y ahora ya no participas, quizás temes quedarte sin puesto ni cargo?. Me puse a reírme en su cara viendo la rabia y el rencor reflejados en su mirada.

  • Quítate de en medio idiota, conozco perfectamente la empresa donde he trabajado durante años, anda…lárgate  y haz algo productivo, se donde tiene el despacho Cassandra, no necesito que me acompañes.

Llamé a la puerta, la secretaría no estaba,  escuché un “adelante” y entré poniendo mi mejor cara de jugador de naipes. Dicen que si las miradas mataran, habría más muertos que vivos en el mundo. Se me quedó mirando con tanta intensidad que pensé que se me cuartearía el cutis.

  • ¿Puede hacer el favor de sentarse Sr. Delval?

  • ¿Ya no nos tuteamos Cassandra.?.

  • Vete a la mierda Carlos…. . Pasó rápidamente al tema.

  • ¿Qué significan esos DVDS que me has hecho llegar?. –Tenía una mirada tan glacial que daba miedo.

  • Solo recordarte una parte que parece has olvidado sobre  tu pasado y ya aprovechando la visita, pedirte un autógrafo, soy un gran aficionado al porno y tengo que reconocer que hay pocas actrices tan putas y guarras como California Blue, desde hace meses se ha convertido en mi favorita.

  • Supongo que lo debes de tener todo planeado, ¿verdad?.

  • Pues si, desde la hipótesis de que todo acabe con muy buen rollo hasta incluso que “alguien” crea que quitándome del medio, resuelve su problema, ¿me explico?.

  • Si…pero no estaría de más que me ampliaras tus planes.

  • Te haré un resumen, hay una serie de paquetes preparados, para la familia, para algunas revistas sensacionalistas de tu país, para ciertos semanarios económicos que tanto han alabado la carrera meteórica de cierta ejecutiva, dura e implacable con los demás…también para las principales delegaciones de la empresa, no todos los días se puede disfrutar haciéndote una paja en medio de carcajadas mientras contemplas como tu futura presidenta se come las pollas de de una manada de negros…o de japoneses por poner un ejemplo, incluso verla chupando coños como si fueran ostras, etc.etc.etc. Están en lugar seguro y se enviarán si yo lo deseo o me pasara algo como por ejemplo que desapareciera sin dejar rastro. En ese caso, además contendrían una carta señalando a quien creo que me ha hecho la putada de mandarme al otro barrio ¿Me sigues?.

  • Yo no soy esa California Blue, creo que te has confundido, puede que se parezca a mi, pero te aseguro que mis abogados te van a dejar con una mano delante y otra detrás. Ni van a haber grandes titulares, ni tampoco te va a pasar nada malo más allá de dejarte en la ruina y estar unos años en prisión.

  • Ahhh…bien, pues si se trata de un error, entonces nada, todo ha sido fruto de mi calenturienta cabeza, solo enviaré de momento esa información a las revistas americanas que tu conoces. Seguro que ellas piensan igual que tu, que solo se trata de un error.- Seguí apretando las tuercas a la yankee.

  • ¿Sabes que creo? Que se van a esforzar en poner patas arriba tu pasado, buscar en la industria del porno californiana que hay de verdad y de mentira, además, sabes bien que obtendrán la información veraz si o si, hay tanto corrupto en ese negocio que alguien,  si es que no acaban siendo todos,  cantarán todo lo que les pidan a cambio de dinero ¿ tu que piensas?.

  • Que eres un hijo de perra.

  • Pero…¿más ....o menos que tu? Digamos que si a ti te podemos puntuar con un diez, ¿Qué nota me das a mi?.

  • Dime tus condiciones, ¿Cuánto dinero quieres?,  pero antes de nada, te advierto, se firmará un contrato de confidencialidad y si te lo saltas solo una coma, incluso si por casualidad alguien llega a la misma conclusión que tu en otra parte del planeta o si un día se levanta un gordo masturbador que ve películas antiguas y ata cabos entre una foto mía que sale en el periódico y una película que vio, dará igual, se te caerá el pelo como si fueras tu el culpable.

  • Lo siento, pero no puedo aceptar. En realidad esto no es un chantaje, es solo mi póliza de seguro para recuperar mi vida. Verás, lo que te propongo en realidad te beneficia a manos llenas, porque sabes muy bien que domino y soy muy productivo en el mercado nacional, por tanto, en vez de gastarte dinero de la empresa o tuyo cesándome y compensándome, eso sin contar la cantidad que me estás ofreciendo privadamente, usa la cabeza coño,  lo que quiero es mucho más sencillo.

  • No acabo de entender que te propones…yo pensaba que… .- La interrupí.

-Cassandra….eres muy inteligente, en realidad te admiro porque nadaste en el barro y saliste de el para convertirte en lo que ahora eres, nadie te ha regalado nada, salvo lo obvio, pertenecer a una familia poderosa, es incluso romántico, es la vuelta de la hija pródiga que cita la Biblia.

  • No quiero tu dinero, quiero que me nombres director general para España y Portugal, considero que soy mucho mejor profesional que Alfredo, me duplicarás el sueldo y los bonus, algo que no va a resentir la cuenta de resultados porque si alguien ha aguantado los beneficios en España he sido yo y el resto de mi equipo. El se dedicaba a las relaciones sociales, a jugar al golf, a dar la cara institucionalmente, etc.etc.etc. .¿Vas viendo el esquema?.

  • ¿Y que pasa con la información que tienes? .- La notaba esperanzada pero a la vez temerosa. Se habría un mundo de posibilidades en su mente y empezaba a seguirme entusiasmada el juego. Al fin y al cabo, yo era un valor seguro en esta zona de Europa y nombrarme el máximo responsable era en realidad una decisión muy conveniente para los intereses de la empresa, mucho más que nombrar a un satélite suyo solo para poder controlar su ascenso a la máxima jerarquía de la matriz. Mi apoyo lo tendría igualmente, se lo garantizaba y además,  en vez de dejar atrás a un bisoño ejecutivo que desconocía su propio trabajo, era maleducado y no sabía tratar con españoles, dejaba la delegación en manos de un diector ejecutivo joven y con mucha experiencia en el territorio, buenos contactos y posibilidad de incrementar mucho más la productividad de la empresa. Era en realidad, Miel sobre hojuelas, si ella se lo paraba a pensar fríamente.

-Ah..¿la información? En realidad, me la suda, imagina que es…. como un barco que siempre estará en el mar, navegando noche y día sin recalar nunca en puerto alguno, navegando y navegando,  hasta el fin del mundo, a ninguno de los dos nos interesa que atraque nunca, creo que lo mejor es que siga en su rumbo infinito. ¿Me explico?. Le contesté muy serio para terminar sonriéndola y guiándole un ojo.

-Comprendo. ¿Puedo tener tu palabra de honor al menos?.

  • La tienes, yo soy un hombre que no ha perdido aun su honor,  cumpliré mi parte del trato, pero tú procura cumplir la tuya.

  • Bien, pues entonces nos entendemos. – Me dio la mano, al estilo de los viejos caballeros cuando la palabra y un apretón tenían aun algo de valor en este mundo.

  • Hummm…Cassandra, puedo pedirte un pequeño favor, solo como un fan tuyo de tus tiempos de…bueno… ya sabes.- Tenía una sonrisa aflorando en mi boca.

  • ¿Qué favor?. Me estaba estudiando como un tiburón estudia a un atún justo ante de partirlo por la mitad de una dentellada.

  • ¿Te importaría firmarme un autógrafo en una de las copias? Ya sabes, es solo un deseo, lo se, después de todo lo que está pasando es infantil, quizás más bien algo fetichista, pero me encantaría guardarla como si fuera un pequeño tesoro entre mi colección privada del mejor cine porno que se ha filmado.

Me miró muy seria, diría que incluso sorprendida, me contestó que no había problema, se levantó de la mesa y se dirigió hacia la habitación. Supongo que aun conservaba las copias y me daría una de ellas con su autógrafo. Lo se, a veces soy la hostia, pero es que no todos los días tienes por jefa a una  ex star del porno americano reconvertida en dura ejecutiva que además acepte firmarte una de sus películas. Entró en la habitación anexa al despacho. Llevaba ya sus buenos cinco minutos dentro, joder, ahora resulta que no encuentra el dvd, o vete a saber que coño está haciendo.

  • ¿Carlos, Podrías echar el cerrojo de la puerta del despacho?.- La escuché rogarme desde la habitación contigua.

  • Si claro… .- ¿El cerrojo? Quizás quería poner algún tipo de pega o quizás pensaba batallar mucho más aun las condiciones, hasta a mi me sorprendió que aceptara tan rápidamente, ¿cerrar el pestillo? Quizás quería evitar que alguno de los otros dos capullos entraran o molestaran.

¿Está cerrada ya? .- La escuché preguntarme de nuevo.

Si, está cerrada…oye Cassandra, si no encuentras el dvd o no puedes ahora, tampoco es tan importante para que… .- Me quedé de piedra. Cassandra estaba apoyada contra el marco de la puerta, solo vestía un precioso conjunto negro de satén con ligueros y medias de seda, llevaba puestos unos zapatos de tacón alto bastante altos y provocativos. Se había maquillado y pintado los labios de rojo fuego. Su expresión facial era la de una zorra consumada que deseara en ese momento tener a mano una polla o varias clavándosele en todos los agujeritos de su cuerpo. era la viva imagen de California Blue...solo para mis ojos.

  • Hola Carlos, he pensado que mejor que un autógrafo,  te regale algo mucho más...¿inolvidable?, así cerramos y celebramos nuestro trato ¿Cuál es el mayor deseo que un fan de una actriz porno puede llegar a ver cumplido en su vida? A ver si lo adivinas...- Me sonría con lascivia.

  • ¿Acostarse con ella?.-

  • Premio para el caballero….(se puso a aplaudirme socarrona). Además te reconozco algo, tienes muchas pelotas y hace tiempo que me pones muy cachonda cada vez que estás cerca de mi, si no te he follado antes es por las circunstancias, no por la falta de ganas,  ven conmigo, te voy a demostrar como gané una fortuna haciendo un trabajo muy diferente al que ahora tengo.

Se acercó caminando como una gata presumida y cogiéndome de la mano me arrastró dentro del cuarto, solo de entrar me empujó contra el sillón que había pegado a la pared. Sonreía como una loba a punto de devorar a un corderito. En pocos segundos me tenía sin ropa. Quise tocarla, pero me lo impidió. Me agarró la polla y la estuvo sobando hasta ponérmela enorme, empezó a darme largos lametones desde mis huevos hasta la punta. Creo que le gustaba lo que tenía entre manos, se puso a mamármela esparciendo por todo el tronco abundante saliva con sus dedos para de un solo empujón, tragársela por completo, ni siquiera dio una sola arcada, su garganta entrenada no mostraba ningún síntoma de rechazo por la intromisión, yo tenía una polla considerable, bastante por encima de la media, pero la había visto hacer gargantas profundas a unas vergas enormes,  incluso comparándolas con la mía,  por lo que no me extrañó su talento para estos menesteres.

Me folló con la boca como si tuviese en ella una vagina, retrocedía hasta casi sacársela y volvía a tragársela,  sus labios me acariciaban la base del tronco, todo el proceso ocurría sin quitarme los ojos de encima, incluso su lengua se permitía el lujo de lamerme parte de mis pelotas cuando la tenía totalmente encajada dentro de su esófago. Yo a duras penas conseguía contenerme, controlando como buenamente podía para seguir disfrutando de su arte sin que me precipitara al orgasmo.

Me levanté antes de que me dejara escurrido, la hice sentarse donde yo lo estaba antes. Complaciente me abrió las piernas y me mostró su rosada vagina decorada por un mechoncito de pelo perfectamente recortado. Me dediqué a mamarle las tetas sin dejar de acariciar su mojado y caliente cochito, le gustaba y lo estaba disfrutando, emitía pequeños hipidos y suspiros, sus ojos permanecían cerrados y su boca entreabierta mostraba unos dientes blancos y perfectos.

Bajé hasta apoderarme de su clítoris para chuparlo y metérmelo en la boca,  castigándolo constantemente con mi lengua. Aproveché para meterle un dedo en su culo y removerlo dentro como si se lo follara. Ella aun se espatarró más colocando sus muslos sobre los reposabrazos del sillón. Le metí un segundo dedo y le estuve follando el trasero con fuerza sin dejar de pasar mi lengua por toda su rajita. Tuvo un par de contracciones y su cuerpo se puso a temblar en medio de un fuerte orgasmo, me metí entre sus piernas y cuando aun no había dejado de retorcerse por el placer de su corrida, se la clavé de un solo golpe de cadera. Abrió los ojos y gimió mirándome con cara de golfa cachonda, no dejé de pegarle pollazos ayudándome de un dedo que le trabajaba el clítoris mientras ella se acariciaba las tetas y se pellizcaba los pezones con gran placer.

  • Estoy a punto de correrme guapo, venga…dame más duro y nos corremos juntos.- Me agarró de la cintura y sus muslos hicieron presa sobre mis nalgas empujando cuando yo empujaba, noté como el mío me recorría toda la espina dorsal para acabar descargando una generosa cantidad de semen que su vagina absorbió entre contracciones voluntarias que me dejaron totalmente ordeñado dentro de ella entre espasmos y gritos de placer

Me cogió del cuello y me estuvo morreando unos minutos sin dejar que se la sacara.

  • Sabía que estarías a la altura….¿te ha gustado hacerlo con tu actriz favorita? Me estaba sonriendo satisfecha sin dejar de moverse suavemente para mantenerme la vega en erección.

  • ¿Qué te ha parecido a ti tu mayor fan,  California? . Ella aceptó el nombre artístico sin molestarse, bajó una de sus manos y recogió parte del esperma que mojaba mi tronco para llevárselo a la boca con gesto de viciosa impenitente.

  • Excelente, como el sabor de tu semen, ahora quiero que me folles el culo hasta que me lo dejes reventado. Pero antes, quiero algo que si no lo tengo  ahora, luego puede que no te quede.

Me hizo salir de ella y mientras con una mano se tapaba la entrada de su vagina con la otra acercó mi rabo a su boca y me lo dejó limpio y reluciente. Presencié como con sus dedos recogía el semen de su vagina y se los acercaba a los labios para chuparlos,  pasando su lengua entre ellos para no desperdiciar ni una gota.

Cuando estuvo satisfecha de chuparse una y otra vez la mano, se levantó y me hizo sentar a mí. Dándome la espalda, se sentó encima clavándose sin ninguna dificultad mi rabo dentro del culo. Yo le acariciaba las tetas y le pasaba la mano por su rajita deteniéndome en su inflamado clítoris mientras ella no dejaba de mover las caderas subiendo y bajando, hundiéndose una y otra vez mi verga en las profundidades de su recto. Ya no gemía, daba gritos que me temo se tuvieron que escuchar hasta en el despacho de su secretaria, supongo que le daba igual o estaba tan concentrada en gozar de mi rabo que no pensaba ni en las consecuencias de su berridos.

En medio de un acelerón de sus nalgas,  empezó a correrse seguramente precipitada por la masturbación que yo le estaba proporcionando. La levanté pegada a mi cuerpo y poniéndola a cuatro patas en medio de sus temblores y jadeos, la seguí enculando sosteniéndola con mis manos sobre sus caderas. Di unos cuantos pollazos más en su ano y me corrí sujetándola bien apretada, para dejarle mi leche en el fondo de su culito.

Ella estaba totalmente rota, su mejilla se apoyaba contra la tarima de madera con la boca abierta y un hilillo de babas colgando de sus labios. Me acerqué a su oreja y le susurré dándole un mordisco en su lóbulo.

  • Jefa, creo que tenemos un gran acuerdo, déjame que ponga dos puntos al lado de mi firma.- Le pegué dos buenos pollazos escurriendo lo poco que quedara de mi leche en la verga. La cogí por la melena girándola la cara y le di un morreo profundo que ella me devolvió con los ojos brillantes de deseo. Será una antigua actriz porno, puede que se haya follado a cientos de tíos, pero seguía siendo una mujer y se corría como una gata en celo si se la trabajaba bien.

Me vestí, ella aun estaba sentada con las piernas cruzadas y  desnuda en el sillón,  mirándome con un gesto que no supe interpretar, parecía que no tenía prisa en ponerse algo encima. Solo dije que me marchaba, pero que mañana estaría a su disposición a primera hora para lo que quisiera disponer. Asintió con la cabeza, me guiñó un ojo, se levantó y recogió su tanga del suelo. Al salir, observé como el cojín del sillón estaba totalmente empapado con los fluidos de los dos. Le dije a la secretaria que Cassandra me había pedido que no entrara nadie más al menos durante un buen rato. Ella desconfiando pulsó el intercomunicador…al otro lado se escuchó una respuesta, ya cerrando la puerta para marcharme oí a la yankee ordenarle que no entrara nadie el resto de la mañana. Sonreí, seguramente necesitaba una buena ducha y poner en orden sus pensamientos. Igual que yo.

Salí de la oficina, cuando llegaba a la escalera John me alcanzó y se puso a pedirme explicaciones con bastantes malos modos, el tonto del culo parece que no acababa de aprender que a mi era mejor no tocarme los huevos salvo si el hacerlo,  formaba parte de un encuentro sexual. Me giré y le di otro de mis estudiados crochets con el puño en medio de su plexo solar, como no era un boxeador ni tampoco se esperaba el golpe, no tenía tensado el abdomen y el resultado fue el esperado,  lo dejé boqueando y al girar la escalera,  escuché la primera arcada. Eran mano de santo dar un buen puñetazo en ese punto del cuerpo, primero te quedas sin una gota de aire en los pulmones, después, tu estómago se empeña en vomitar todo lo que te hayas comido últimamente.

Salí a la calle y saqué mi celular. Al marcar y acercármelo a la oreja noté el olor de Cassandra aun impregnando mis dedos, mi amiguito parece que se empezó a poner nervioso y decidí largarme de allí antes de que me diera por volver y follármela otra vez por todos sus agujeros durante el resto de la mañana.

  • ¿Anabella? Oye, soy yo, te llamo para decirte que te quiero cariño, no quiero estar ni un segundo más sin ti, y…bueno, quiero que seas mi mujer. Lo pasado, pasado está y nunca más hablaremos de eso.

  • ¿Dónde estás cariño? Me cojo el día libre ahora mismo y vengo a buscarte. – La alegría  le desbordaba la voz aunque escuché ciertos ruidos que me parecieron sollozos.

Le dije en que cafetería la esperaba, ella la conocía bien. Me metí las manos en los bolsillos y me fui dando un paseo despreocupado, tarareando entre los dientes la letra de una vieja y conocida canción.

Working all day

And the sun don't shine

Trying to get by

And I'm just killing time

I feel the rain

Fall the whole night through

Far away from you

California Blue

California Blue

Dreaming all alone

Nothing else to do

California Blue

Everyday I pray

I'll be on my way

Saving love for you

California Blue….

FIN.