Caliente para tí
De como me gustaría me poseyeras todo un fin de semana.
Escurría semen por mis piernas y mi raja, mi pelo impregnado de ti y mi mano acariciando el saco que envuelve tus bolas con tu miembro entre mis labios y el delicioso sabor de la batalla anterior. Al rayar el alba con los primeros rayos de luz me despertó tu miembro en pie de guerra casi como en un sueño succionaba y lamía tu dulce caramelo, podía sentirlo crecer dentro de mí pidiendo guerra una vez mas. Mis labios comenzaron a succionar y engullirte una y otra vez a cada paso de mi boca crecías inundándome y tocando mi garganta. Tus fuertes manos hurgaban mi trasero y restregaban semen en mi cueva ardiente. Aprisione tu dedo con mis suave cavidad aflojando y apretando una y otra vez, yo pedía tu miembro inundándome de nuevo con movimientos circulares de cadera, mientras mis labios no paraban de comerte.
Tomaste mi cadera y de un solo movimiento sacaste tu instrumento de mi boca, cubriendo el vació con tus labios, sin dejar pasar mas tiempo comprendí lo que quería y me senté sobre tu instrumento mientras los sujetabas con una mano, me deje ir toda y sentí lo largo y grueso que era, como si fuera la primera vez que me tomabas, subí y baje mis caderas en círculos sobre ti hasta que golpeabas duro contra mis entrañas, tus manos en mis caderas imponían el ritmo y yo sentada cabalgaba a la vez que mi pelo agitaba el aire. Pude sentir las primeras pulsaciones dentro de mi pero era muy pronto necesitaba tener mas tiempo así que me repegé a tu pecho deteniendo nuestros frenéticos movimientos y apreté con fuerza, evitando tu venida, no moví ni un músculo y acaricie tus bolas pegadas a mis nalgas.
Después de un momento me tiraste boca abajo y sin salirte ni un instante subiste mis piernas a tus hombros y con furia embestías hasta lo mas profundo de mi ser, yo solo atinaba a mascar tu instrumento para sentir mejor cada centímetro de placer, unos espasmos se apoderaron de mí y me corrí abundantemente, esta vez no pude evitarlo y me invadiste con u leche que como un río invadió mi cueva, te desplomaste sobre mí y tu respiración jadeante acariciaba mis oídos.
Este fué el despertar de una fantasía que empieza desde que me preparo para ser tuya....
Todo empezó al recibir tu correo:
Hola muñeca!
Me han encantado tus relatos y tus palabras me han llevado al borde del éxtasis, quiero devolverte el placer que me has dado. Te veo en el Hotel de Campo el viernes al anochecer, espérame en la habitación con el celular prendido entre las piernas. Tengo un regalito que te hará feliz.
Besos en tu ardiente culito
Raúl
No lo podía creer era una cita y no tenía mas que acudir para ser tuya. Tenía solo una semana así que debía apurarme para estar lista a tiempo. Lo primero que hice fue ir a mi guarda ropa y sacar la caja donde guardaba la lencería y toda mi ropa femenina, junto con cosméticos y mis instrumentos de placer. Busque y no encontré nada lo suficientemente especial para ti así que me prepare a salir con una falda a media pierna y un blusa color rosa, mis zapatillas negras y mi cabello suelto. Lucía sensacional y mis pechos eran firmes y llenaban por completo mi bra talla 36-B.
Me dirigí a una tienda departamental y busqué un vestido sexy y atrevido. Elegí uno de corte recto que se ajustaba a las caderas y hacía lucir mis piernas torneadas, era a medio muslo y pegado en las nalgas que lucían desafiantes y listas para pelear en aquella armadura azul rey. En el departamento de lencería me decidí por un body del mismo color que tenía para sujetar las medias y me daba una cintura deliciosa. Compre unas panties del mismo color y unas medias caladas color humo. Quise salir del lugar con la ropa puesta pero era solo para ti.
Llegado el día de la cita me apresura a tomar la habitación temprano por la mañana para hacer todos los arreglos y que me encontraras preciosa y fresca. Comencé por un baño caliente y la depilación de todo mi cuerpo excepto una delgada raya de bellos en mi pubis. Para estar lista me aplique unos enemas de agua tibia que me provocaron algunos orgasmos pequeños y encendieron la pasión que de por si ya era mucha, después perfume el agua del baño con rosas y repose por una hora, mi piel que tersa y brillante. Al salir un poco de crema en todo el cuerpo y solo con bata y mi pelo largo hasta el hombro enredado en una toalla me pare frente l espejo para maquillarme delineando mis cejas y pestañas.
Me maquille con un poco de espuma y mi rostro parecía de porcelana, unas sombras obscuras en los párpados y azul con plateado debajo de las cejas, pestañas postizas y largas, algo de rubor rosado y labios delineados por púrpura un poco de café al centro con un tono carmesí. Me vestí con el body y las medias. Acomodé mis pechos para realzar su forma y tamaño, me puse el vestido y los zapatos. Solo un poco de perfume y listo. El peinado fue de dos colas y amarrado en un chongo, de verdad lucía linda y ansiosa por ti, para estar lista engullí unas bolas chinas cinco en total. Como aun era temprano decidí ir por un café al bar además quería lucir mi nueva ropa. No olvide poner el teléfono justo entre mis piernas, escondido entre mis panties. Saliendo de la habitación un hombre me volteo a ver y me sonrío, supe que era perfecta.
Pedí solo un café y me senté en un rincón con las piernas cruzadas y dejando los muslos al descubierto. Se podía ver el ligero y mi piel desnuda. No paso mucho cuando un hombre alto, se acerco a mí se sentó sin pedir permiso pidiendo un par de copas, era muy guapo y no pude evitar mojar un poco mis ropas, colocó su mano entre mis piernas con maestría y el deslizar de sus dedos me hizo estremecer provocando un inconsciente bamboleo de cadera. Al llegar al fondo frunció el ceño y solo atiné en contestar mi novio vendrá en unos minutos y gusta de hacerse sentir en las vibraciones del aparto. Eres muy caliente, atino en decir, si quieres invítame a la fiesta te vi salir del cuarto y estoy al lado. No pude decir mas pues el celular vibro y mi corazón con el, Raúl había llegado, saque sin pudor el celular de su escondite y le dije el número de habitación. Él estaba impaciente y colgó llamando de nuevo sabía que adoraba las vibraciones. El caballero que estaba junto a mi presento una erección que prometía un buen paquete, pero yo ya tenía a mi hombre.
Subí tan pronto como pude y entre en la habitación rápidamente, unos segundos depués tocaron la puerta y era él alto y fuerte de bigote y con unos brazos del grueso de mis piernas. Me moje de solo verlo. Entro y con toda cortesía me saludo con un beso en la mejilla y tomo mi mano, me dio un collar con un pendiente que llegaba ami busto gusto donde se juntan ambos montes y no atino mas que decir, eres mas hermosa de lo que pensaba. Me ofreció su brazo llevándome hasta la mesita, separa un silla y me lo ofreció cortésmente, me sentía toda una dama. Llamó al servicio del bar y pidió algo de tomar y unos bocadillos. Platicamos por un rato y el solo acariciaba mis manos y a veces mis rostro, halagando mis preciosos ojos y sin quitar la vista de mi busto, yo solo quería brinca sobre él y descubrir lo que tenía guardado para mi. Tocaron a la puerta y era el servicio.
Sirvió unas copas y me invito a sentarme en sus piernas el tiempo que tomaba mi cintura, me senté y sentí su paquete listo para la acción pero se mostró indiferente, solo brindamos y derramo un poco de licor en mi cuello recogiéndolo con su lengua, después me beso a la vez que sus manos recorrían mi torso y senos y mi cola parecía arder sobre sus piernas, me contoneé un poco por sus caricias y otro poco para acomodar su instrumento justo en el medio de mi raja. Siguió besándome sin parar y se apodero de mi pelo soltando el chongo y dejando solo las colitas, "Vaya pero que sexy luces", me dijo. Yo estaba aferrada a su cuello y deleitándome con su bigote en mis labios, era tal cual lo imaginaba. Metí mis manos dentro de su camisa y su velludo pecho me hizo vibrar de emoción, sin pensarlo mi culo daba vueltas sobre su herramienta, dura y caliente.
Susurró a mi oído que sería solo suya y me sentó sobre la mesa despojándome del vestido y lamió mis senos sin quitarme la ropa que los protegía. Levanto mis piernas y oliéndolas llevo su lengua hasta mi hoyito hambriento y se sorprendió al ver el hilo de las bolas chinas a la entrada, "Así que ya estas lista, por adelantarte debo castigarte primero", metió un dedo dentro mío y sacó una de las bolas sentí gran placer pero el la regreso y me prohibió tocarme hasta que el lo hiciera. Me quede excitada y con el hoyito dilatado. Se paró y me sentó en la cama restregando mi cara contra su paquete. "No lo tendrás en tu cueva golosa hasta que pruebes mis jugos primero", si ese era el castigo cual sería el premio?.
Me apresura desabrochar su camisa y el pantalón pero me lo impidió, con señas comprendí que quería que lo hiciera solo con la boca. Con trabajos pero motivada por el premio libere sus pantalones y baje su trusa dejando frente a mi una preciosa pieza. Lamí las bolas rechonchas de semen y pase mi lengua hasta la punta que debía ser descubierta para liberar aquel delicioso capullo. Besando la punta y con mis labios recorriendo la piel hacia abajo descubrí la cabeza rosada y suave que sin dudar guié hasta mi garganta recorriendo su pellejo hasta la base. Él seguía sin soltar mis cabellos y con sus dedos en mi nuca controlaba el ritmo y la profundidad. Pare la cola sin dejar de saborear y saco el hilo lentamente y una a una las bolas salieron dejándome abierta con una cueva rosada que podía ser vista desde afuera y deseosa abrí y cerré mostrando lo que le esperaba, súbitamente comenzó a brincar y aunque estaba deseosa de probar su leche lo detuve presionando entre sus piernas, pude sentir todo el orgasmo en mi boca pero no deje escapar ni una gota de semen. Me preguntó que le había hecho, contesté que solo un truco para guardar su fuerza pues la noche es joven. No perdió la erección y se lanzó sobre mí tendiéndome en la cama.
Levantó mis piernas y dejando mi brillosa cavidad al aire me inserto de una sola estocada aquel bello pedazo de carne, recorría una y otra vez mi interior mientras mis caderas se bamboleaban con locura de un lado a otro, reculando a cada embestida. Sus bolas pegaban en mis nalgas, mientras sus labios chupaban y jalaban mis senos con fuerza brutal.
Lo abracé con fuerza y colgada en el aire se sentó manteniéndose dentro de mi y al dejarme caer lo sentí profundo y fuerte. Me tomó de las nalgas e impuso su ritmo a mi bamboleo mientras recargaba mi cara en sus hombros y ceñía mi cuerpo al suyo. En cada reculada abría mis nalgas cerrándolas al retirarme de nuevo. Como loca solté mis jugos sin siquiera tocarme y mil descargas de electricidad recorrieron mi cuerpo, el se acostó sobre la cama y yo monté con locura recargando mis manos sobre su pecho, mientras cientos de escalofríos recorrían mi cuerpo en cada sentón. Subía y bajaba en espiral guiada por su instrumento y unos brincos dentro de mí me hicieron acelerar el ritmo esta vez quería que me llenará toda, explotó y un río se vino dentro de mí otro orgasmo me sacudió y atine liberarte de tu prisión para aprisionarte con mis labios y beber las últimas gotas de néctar pero con el calor de mis labios y el fuego de mi boca logre sacar de nuevo una metralla de leche que bebí y disfrute como loca, caímos rendidos, yo con su sexo latiendo en mis labios y sus piernas aprisionado mi cabeza, solo puede tomar sus bolas en una de mis manos y perdí el conocimiento hasta el amanecer.......
Soy un hombre de 25 años que gusta de experimentar con su cuerpo y esta es una de mis fantasías si quieres compartir las tuyas conmigo y por que no hacerlas realidad, escríbeme, prometo contestar a tu llamado.
Katia