Caliente 2

El hecho de sentir tu respiración agitada en mi oído, su pene grande y duro en mi culito y su mano en mi pezón me tenían totalmente excitada.

Hola a todos, primero quiero disculparme por la demora pero salí de viaje y se me hizo algo difícil publicar el relato, pero acá estoy.

Ese día al llegar a la Universidad lo primero que hice fue dirigirme al baño para poder asearme un poco y retocar mi maquillaje y peinado, me subí un poco más el vestido ya que quería ganarme todas las miradas. Salí y note como la mayoría se quedó mirándome con ganas de desnudarme  eso me puso demasiado caliente, solo pensaba en exponer y salir a buscar con quien calmar mi calentura. Y así fue termine la exposición y como era de esperarse recibí varias invitaciones para salir esa noche, usualmente no acepto ya que no me gusta dar la imagen de ser fácil, pero ese día con esas ganas acepte. Me dirigí a la estación a coger el transporte con ganas de que se repitiera lo de la mañana pero estaba desocupado así que me fui sentada pensando en esa noche. Apenas llegue a mi casa me metí a la ducha y empecé a recordar lo que había pasado esa mañana, me toque hasta llegar al orgasmo, me termine de duchar y escogí mi ropa, me puse un vestido muy ajustado que me tapa solo lo necesario ya que tiene transparencia en la espalda y parte del abdomen y por supuesto un escote prominente, no me puse sujetador ya que el vestido lo impedía y me puse las tanguitas más diminutas que tengo (unas negras con transparencia), me puse unos tacones de punta altos y un blazer ya que el frio en mi ciudad y más en la noche es muy común.

Quede con Camilo para ir a un bar, cuando llego a recogerme note como sus ojos se quedaron fijos en mi escote, me causo risa y el me miro sonrojado

-Hola Dani

-Hola Camilo- lo salude dándole un beso en la mejilla muy sensual.

Durante el camino (cuando podía) no paraba de mirarme las piernas (lo que me excitaba), llegamos y al entrar al lugar me robe más de una mirada, y me encantaba y calentaba. Pedimos un trago y hablamos un rato pero él no disimulaba al ver mi escote, así que le dije que fuéramos a bailar, me le pegue muy bien de tal forma que pudiera sentir mis latidos acelerados por la excitación, y yo sentía como cada vez se le ponía más grande y duro. Estaba muy caliente, le cogí su miembro por encima del pantalón

-vamos a un lugar más privado – le dije y el por supuesto no se negó, pago los tragos y pidió el carro.

El montarnos me subí la falda, ahora podía ver por completo mis piernas, y yo notaba su erección

-a dónde vamos? – le dije

  • a mi apartamento, ahí podremos estar completamente solos – y dirigió una sonrisa perversa, lo que me calentó aún más.

Llegamos y solo fue cuestión de entrar al apartamento para que me cogiera fuerte contra la pared de espaldas, se me pego demasiado de tal forma que sentía su mimbro duro pidiendo que lo sacara.

-siempre te he tenido ganas Daniela y ahora que te tengo serás para mí- me susurro al oído, ya sentía mi tanga completamente húmeda – me encanta tu culito y ni que decir de tus tetas.

Puso una mano en mi abdomen haciendo presión contra él y otra en mi seno bajándome el vestido, me pellizcaba los pezones, yo solo podía gemir, el hecho de sentir tu respiración agitada en mi oído, su pene grande y duro en mi culito y su mano en mi pezón me tenían totalmente excitada. Con mi mano le desabroche el pantalón y saque su miembro, era grande, lo empecé a masturbar mientras el bajo su mano, me subió el vestido y me bajo la tanga, noto que estaba muy mojada y eso le gusto, empezó a masturbarme, movía sus dedos en círculos sobre mi clítoris grande. Solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas convertidas en gemidos. De pronto me penetro con sus dedos sentí un corrientazo por cada parte de mi cuerpo y todos llegaban a mi sexo, fue uno de los mejores orgasmos y solo con sus dedos. Cuando recobre las fuerzas y el sentido el aún tenía sus dedos dentro de mí, los saco y los dirigió a mi boca, me excito mucho saborear mis flujos, nos dirigimos a la cama donde me tiro, me puse en 4 mientras él se desnudaba, me cogió duro por la cintura y me penetro por mi sexo sin piedad, sentí todo su miembro dentro de mí, cada vez me daba más duro y nuestros gemidos se intensificaban, después de varios minutos de puro placer y gemidos sentí otro corrientazo mas fuerte sentía que explotaría de placer, contraje mi sexo y sentí como se venía dentro de mí, al recobrar el sentido le dije que si me podía duchar ya que no me gusta salir oliendo a sexo. Nos vestimos y me llevo a casa. Me despedí de el con un beso muy sensual y suave, me baje del carro y al llegar a mi cuarto me mandó un mensaje…”ojala se repita, descansa” y por supuesto que será así.

Besos.