Calentona?

A las seis y media de la tarde en la línea D del subterráneo todos viajamos muy apretados, ahora en invierno es – casi – confortable, yo subí en Callao y hasta Av. De los Incas es casi 15 minutos y en tres estaciones ya había recuperado el calor después del frío espantoso que hacia fuera, eso de tener 3 grados con la humedad de Buenos Aires es terrible. En fin. Ya que había recuperado el calorcito empecé a ver a mí alrededor, un poquito mas adentro del vagón viajaba una veterana (como yo) con un cuerpazo interesante que se adivinaba bajo montones de ropa. En un momento, entre Plaza Italia y Palermo ya habían bajado bastantes pasajeros y me corrí hacia donde ella estaba. La estaba mirando, tratando de recordar quien era, estaba segura que la conocía, pero no lo recordaba. Y cuando la estaba mirando, me miró y me sonrió. Contesté la sonrisa y me acerque un poco más. No había recordado quien era, pero me estaba gustando bastante y se me cruzó la loca idea que me gustaría tenerla en mi cama esta noche de frío.

Que frío no? Rompió el hielo

Si le contesté con una sonrisa

Te conozco?

No se, me pareces conocida

Ya te saqué… vos trabajabas en (Nombre de una multinacional que no nombro por obvias razones) como contadora de costos.

Si

Yo estuve un par de veces con vos por la instalación del nuevo sistema de refrigeración en la fábrica de Pilar.

Si, ahora me acuerdo.

Hasta donde viajas?

Incas, después tomo el 60 hasta mi casa en Florida.

Uy te vas a congelar en el micro… yo me bajo en Incas, dos cuadras y a mi cucha

Que suerte... me encantaría poder quedarme en el centro y no tener que congelarme en el viaje

Pero … tu familia… etc. etc. le comenté entre sonrisas

No, que familia… pero… están todos fuera, mi marido y los chicos se fueron a la estancia en cuanto empezaron las vacaciones de invierno… estoy de viuda y me espera una casa vacía y congelada….

Bueno… estamos iguales… mi marido se fue a Tucumán por toda la semana, pero mi departamento debe estar bien calentito, tengo losa radiante… Te invito a quedarte…(Me salió del alma, mejor dicho de la concha)

(Me miró con una sonrisa muy especial, de esas que todos conocemos cuando alguien nos quiere levantar)

Me encantaría… (le contesté con la misma sonrisa)

Ya habíamos llegado a Incas, nos abrochamos nuestros abrigos y envueltas en los chales salimos al frío de la noche de Belgrano.-

Yo pago la cena, donde podemos cenar por acá?

En mi casa… tengo comida congelada… Microondas y listo

Bárbaro me contestó con una sonrisa, y acercándose a mi oído me susurró: Me vas a coger antes o después de comer?

Me agarró de sorpresa, pero tengo reflejos

Antes y después.

Prefecto.

Era cierto lo que había dicho, cuando entramos a mi departamento la temperatura era bastante alta, por lo menos 30 grados. Cerré la puerta y mientras no besábamos furiosamente la empecé a desnudar, en segundos nuestros abrigos quedaron por el suelo. Nos desprendimos después de dos minutos de franelearnos como locas. Mientras nos quitábamos botas, pantalones, medias, puloveres, y nos mirábamos con hambre.

Y si te mandaba al carajo?? Le pregunté

Me jodia… pero tengo ojo y la otra vez cuando que te vi me dije, esta es para mi cama. Y difícil que me equivoque.

Ya en bombacha y corpiño, nos volvimos a abrazar y mi lengua buscó su boca que se abrió y me entrego su dulzura mientras sus manos bajando por la espalda se metieron bajo la tela de mi bombacha y comenzaron a acariciar mi culo, sus dedos directamente fueron a mi ano e intentaron entrar en mi puerta trasera. Me apreté mas para facilitar su trabajo y mi mano derecha buscó su concha, también sin quitar su bombacha, y mi índice izquierdo entró en su ano casi sin dilatar

Meteme la mano en la concha…le pedí desesperada

Vos hacerme acabar… mi amor

Nuestras conchas rápidamente mojaron las bombachas, mientras paradas en el medio del comedor comenzamos un mete-saca monumental que en 5 minutos nos regaló un orgasmo a cada una.

En un grito acabamos juntas… la abrace por la cintura y nos tiramos en el sofá a recuperar el aliento.

Que hermosura

Estuviste bárbara.

Y vos… la puta que te parió, ni marido ni mi amante me hacen acabar tan rápido.

Te gustó… bárbaro le susurré al ido mientras le chupaba el lóbulo de la oreja y le desprendía el cierre del corpiño dejando a la vista un par de tetas no muy grandes, pero redonditas con hermosas aureolas rosada y dos pezones gloriosos de casi un centímetro de largo.

Ella tomo su teta izquierda y me la ofreció, como cuando uno amamanta a su bebé y me prendí como una corderita. Mientras mamaba su teta ella se pajeaba, pero tomó mi mano, la llevo a su concha y me obligó a seguir masturbándola mientras sus quejidos de placer sonaban en el silencio del departamento vacío. Tuvo un nuevo orgasmo que la dejó tirada sobre el sofá, con los ojos cerrados, el pelo revuelto, con su bombacha mojada y una sonrisa de oreja a oreja.

Me levanté, me saque el corpiño, que voló por el aire, me saque la bombacha, caliente como una perra.-

Cojeme, que no puedo mas!!!

No puedo ni moverme… veni acercate que te chupo la concha

Puse mi concha en su cara, me abrí bien de piernas, su lengua en forma de canaleta encontró mi clítoris y mientras tres de sus dedos penetraban mi ano en cinco minutos me arrancó un grito de placer

Me senté a su lado en el sofá apoyando su cabeza en mi vientre y acariciando su pelo.

Como te llamas amor?

Carolina… y vos?

Maria José.

Uno más antes de cenar? Le pregunté

No… dejame descansar... yo tengo 57 y si bien tengo aguante… quiero más toda la noche y no quiero morir en el intento….jajajajajaj

Jajajajajaj

Queres ponerte algo??

Te molesta verme desnuda?

No, pero como no te sacaste la bombacha?

Uy – y de un golpe se arrancó la bombacha que voló a un rincón del living, dejando ver su concha totalmente afeitada, menos una pequeña línea en forma de flecha apuntando a la vagina.

Yo tengo algo de frío

Y yo me estoy meando….

Las dos corrimos al baño, ella se sentó y vació su vejiga, lo mismo que yo hice en el bidet, mientras meabamos nos volvimos a besar. Nos higienizamos un poco, yo me puse la salida de baño de mi marido, ella la mía y nos fuimos a la cocina.

(continuará)