Calentando motores
Lo que yo mismo comenzé acabo volviendose en mi contra, no sabia que se sentía al hacerlo con un hombre...
Tengo 23 años, mi nombre es Josep. Soy un chico que duda de su sexualidad desde los 16 años, yo tuve novias y me gustaron todas pero siempre me atrajeron algo los hombres y no pude probarlo nunca por miedo. Esto que voy a contar me sucedió hace un mes y aún hoy me arrepiento de haberlo hecho. Yo llevaba como un año trabajando en un supermercado con dos familiares míos, siempre nos fuimos los tres en el vehículo del trabajo y allí nos quedábamos a merendar cuando al mediodía cerrábamos el súper. Era un pequeño cuarto con una tele un sofá y cocina. El resto del personal era de la zona por lo que iban a sus casas a comer.
Todo esto lo hicimos durante este año en que trabajábamos allí. Pues hace cosa de dos meses entro un chico nuevo a trabajar porque uno de mis familiares encontró un trabajo mejor y se fue. A este chico le conocí y me calló genial, es cuatro años mayor que yo pero joven al fin y al cabo y a mí no me gustaba mucho físicamente pero había algo que me llamaba la atención de él, quizás su masculinidad o que se yo. Con este chico tampoco cogí mucha confianza a pesar de que él también se quedaba con mi familiar y conmigo a comer en ese cuarto que antes comentaba.
Me enteré por otras fuentes que había estado metido en líos de prostitutas y drogas por lo que esa poquita atracción que pude sentir por él en algún momento se me pasó debido a que esos temas no me gustan nada y porque si iba a las prostitutas tenía que ser 100% heterosexual y perdía cualquier oportunidad de probar nada con el. Hace cosa de un mes mi familiar cogió una semana de vacaciones y por lo tanto me quedaron al cargo del negocio junto con el otro chico, cuyo nombre era Michael.
El lunes, fue el primer día que estuvimos solos y no sucedió nada mas allá de que el por fin me contó todos los líos que tuvo con las drogas y con las prostitutas y yo solo le escuchaba y le daba la razón en todo por miedo a llevarle la contraria estando a solas con él. En un momento de esa soledad sentí algo que no me gustó nada, no se si era que se estaba abriendo a mi o el hecho de que estábamos solos y sabía que íbamos a pasar 3 horas diarias así en ese cuarto, pero me estaba empezando a gustar un poco de nuevo.
El martes ya no hubo tanto que comentar y él se durmió una siesta. Por mi zona hace mucha calor y el aire acondicionado estaba estropeado pero aún así yo dormí tapado con una manta porque no quería mirarle. El dormía sin camiseta y yo no podía conciliar el sueño por más que lo intentaba. Era cerrar los ojos e imaginarme cabalgando encima suya a la vez que le escuchaba jadear de placer.
Michael es un chico de 27 años , bajito pero atlético, musculoso, con el pelo corto y un par de cicatrices en la cara que a mi me resultaron sexys, una mirada penetrante...
El miércoles cuando le noté dormido decidí mirarle y le vi boca arriba sin camiseta y con un pantalón gris largo que formaba parte del uniforme. Se le notaba un poco el bulto del paquete debajo de ese pantalón del que me queje 1000 veces al no dejarnos trabajar correctamente pero que ahora me encantaba puesto en el. Lo que más me atraía de él era su pecho y abdomen cubierto de pelo negro, no mucho, pero lo justo como para notarse que era el torso de un hombre. Yo me relamía con ganas de por fin probar si era solo atracción lo que yo sentía con los tíos o era bisexual realmente y nunca había tenido mejor ocasión. Entonces me levanté y me acerqué a él. Puede sonar un poco cerdo pero debido a que toda la mañana habíamos estado descargando un camión de electrodomésticos su cuerpo aun mostraba el brillo del sudor producido por un exceso de trabajo. Cuando me encontré a su lado, empezé a oler un poco a sudor y me acerqué a olerle las axilas puesto que los brazos los tenía abiertos. Se las olí y sinceramente olían un poco mal pero a la vez me sentía cada vez más y más excitado. Saqué mi lengua y la pase por su axila recogiendo su sudor salado y de hombre. Tengo que reconocer que una vez que lo tuve en la boca dude en escupirlo pero apreté mis ojos y me lo tragué. Era mi forma de sentirle dentro de mí. Esto me generó un alto grado de excitación hasta el punto que me acerque a su paquete para olerlo pero en ese momento el se removió y se dio la vuelta quedando colocado boca abajo. Yo me asusté y me acosté de nuevo en mi sofá.
Al día siguiente , el jueves volví a hacer la misma escena, su sudor me gustaba cada vez más, ya ni siquiera tenía que pensarme el tragármelo, incluso llegué a escupirle un par de veces recogiendo después mi propia saliva. Repito que puede sonar asqueroso pero en momentos de tal excitación se pueden hacer muchas barbaridades y a mí me encantaba.
Esa misma noche apenas dormí pensando que yo quería probar algo más pero no con él puesto que si antes hizo todas esas cosas con las prostitutas y no era gay igual me haría daño al enterarse… no sabía porque pero mi intuición no me suele fallar normalmente.
El viernes, mientras comíamos, Michael me conto que estaba súper cachondo, que hacía mucho tiempo que no echaba un polvo y que el reportaje de tías en bikini que estábamos viendo le estaba poniendo cachondo y el tío se saco la polla y me dijo mira mira que morcillona la tengo. Tenía la polla más bonita que jamás en ningún video porno había visto, peluda, de unos 20 cm, muy gruesa y bonita. Aunque por dentro sentía un escalofrío de gusto lo único que pude hacer fue sonreir y decirle que estábamos comiendo que se la guardase y él me contesto que muchas quisieran comérsela y entre risas se la guardo y seguimos comiendo. Ese lunes volvía mi familiar, faltaban 3 días mas y ya no estaríamos más tiempo solos. La semana se agotaba y yo aún no sabía ni tenía claro que quería hacer y como quería hacerlo. En ese tipo de pensamientos estaba yo cuando Michael lleno de sudor se levanto de la mesa recogió su plato y me dijo que iba al baño un rato que pensaba tardar. Yo vi raro aquello porque nunca sobre esa hora salía del cuarto. Entonces me hice el tonto y yo seguí comiendo. Cuando vi que tardaba más de cinco minutos recordé sus palabras, que estaba muy cachondo y me imaginé que podría estarse masturbando. Sin dudarlo un momento salí del cuarto y fui hacia el baño, puse la oreja en la puerta y oí un sonido maravilloso. Como su mano se movía de arriba abajo y sus testículos rebotaban contra sus propias piernas, como su prepucio descubría y cubría el glande continuamente. Noté como mi erección y excitación aumentaban y cuando quise darme cuenta mi cabeza empujo la puerta quedándola entre abierta.
- ¿Quién anda ahí? Dijo Michael.
No supe que responder y solo atiné a decir.
- Soy yo Michael que tardabas mucho y quería saber si te pasaba algo.
- No no te preocupes vete al cuarto que estoy bien.
- Vale allí te espero.
Volví hacía el cuarto a la vez que pensaba lo tonto que había sido, podría haberme masturbado oyendo ese sonido , esperar a que se corriera y ver si podía oír algún gritito de placer y ahora había perdido otra oportunidad más.
Le espere tendido en mi correspondiente sofá y el entró a los 5 minutos ya descargado como yo me supuse. Fue entrar y me sonrió diciendo.
-Y ahora a dormir.
-Sí que estamos cansados. Dije.
El como siempre se durmió a siesta y yo empeze a pasar mi lengua por sus axilas con la diferencia de que ya no quería más sudor sino que quería probar todo su cuerpo. Baje con mis labios húmedos por el musculado cuello y hasta sus pezones, morenos y con algún pelo que otro. Se lo relamí con cuidado que no se despertara. Continué bajando por su abdomen y preguntándome a mí mismo si eso me gustaba, era una mezcla de excitación y asco que no sabía. Continué hasta el vello prepúbico por debajo del ombligo. Su respiración entrecortada cada vez me excitaba más. No me creía lo que estaba haciendo, le desabroche el pantalón y se le baje un poquito y le comi los calzoncillos con mi boca. Mientras lo hacía noté como un hedor un poco fuerte y recordé que podría ser semen que habría eyaculado después de limpiarse el inicial. Miré sus calzoncillos y vi unas manchitas oscuras pero ya dudaba puesto que podría ser mi propia saliva. Le baje los calzoncillos y vi su pene ahora decaído y retraído puesto que acababa de eyacular hacía cuestión de media hora. Le retiré con cuidado el prepucio no sin antes mirarle a la cara para asegurarme que dormía. Su glande lucía esplendido y con restos claramente de semen. Mi idea era probarle fresco pero ya que no era posible decidí que me apañaría con ese. Comenzé tocando su glande con la punta de mi lengua y saboré su semen. El sabor era un tanto amargo pero me gustaba. Entonces comenzé a meter su pene en mi boca con mis propios dedos y rechupándole todo.
Era la primera vez que hacía algo así y la sensación era rara, algo muy blando y caliente en tu boca …además comenzé a notar como cada vez se hacía más y más grande.
En ese momento aceleré el ritmo inconscientemente y el pene llegó a lo que yo pensé que sería una erección completa. Yo le saqué de mi boca con miedo a que me pillara, miré hacia sus ojos y lo que vi me hizo abrir los míos. Michael me miraba fijamente con pinta de llevar varios minutos despierto.
-No pares continúa chupando por favor. Me dijo con cara de placer.
-¿Estás seguro? Le pregunte.
-Más que nunca.
Entonces el se incorporo para acomodarse y permitirme a mí chupársela en una posición más cómoda. Ahora ya los dos éramos conscientes de lo que hacíamos y empezé a notar como que ya no me producía tanto morbo lo que hacía, es más, al principio el me dejaba seguir el ritmo de las lamidas pero me agarró la nuca y me obligaba a mantener su polla en mi boca varios segundos lo que me provocaba náuseas. Sus embestidas eran cada vez más fuertes y eso hacía que mi mandíbula comenzara a dolerme. Entonces me separe, me incorporé y le dije:
-Tío, lo siento me acabo de dar cuenta que no me gustan los tíos, lo siento en serio.
El chaval se quedo con cara de enfadado y me miraba con los ojos desorbitados, ya no parecía ese chaval de buena cara de esa semana. Entonces me dirigí a la puerta dándole la espalda y rápidamente se levantó yl cerró la puerta, me dio un empujón y caí al suelo.
-No me jodas tío no seas tonto, estabas deseando, niégalo. Me dijo a voces.
-Si si tío si quería probar pero ya me di cuenta que no me gusta.
-Venga hombre vamos mamamela, si te está llamando mira. Dijo al mismo tiempo que me la pasó rozándome los labios.
Yo la retiré e intenté incorporarme pero el me empujo de nuevo al suelo y se saco el cutter que usamos para cortar celo de las cajas de embalaje. Me lo puso en el cuello.
-Haber puto maricón de mierda no me vengas con tonterías ni juegues conmigo como las putas de antes lo hacían, yo no te habría hecho nada pero tú me has calentado y ahora te voy a follar.
En ese momento empeze a tener mucho miedo y la excitación se me fue. Entonces comenze a llorar del susto.
-Por favor Michael, déjame en paz, el súper abrirá en una hora y lo descubrirán todo, además se lo diré a mi padre y te echará, perdóname por favor no volverá a suceder.
-Mira niñato tú crees que con lo cachondo que me tienes ahora me importa algo nada de eso, mi polla quiere atravesarte y hazme caso que preferirás que te atraviese ella y no el cutter.
Yo intente incorporarme por tercera vez e ir hacia la puerta rápidamente pero me puso de espaldas a la puerta y me aprisiónó. Yo notaba su polla caliente contra mi pantalón. Que ironía pensé, lo que hace un rato me excitaba ahora me repugnaba...
-Vamos puto maricón sientela, te gusta es musculosa velluda te gusta eh... Me dijo Michael a mi oído justo antes de chupármele.
Entonces note como me bajaba el pantalón , yo quería resistirme pero estaba paralizado, tenía miedo y sabia que hiciera lo que hiciera iba a follarme entero. Entonces note como la punta de su dedo entraba un poco en mi ano y como me dolía grite.
-Así así disfruta si va a pasar quiera o no quieras. Me dijo de nuevo al oído.
A la vez que seguía con el dedo, me torció la cara me abrió la boca y escupió dentro de ella, después me la cerró. Yo me lo tuve que tragar.
Yo había oído que con las drogas y las prostitutas el riesgo de contraer el VIH era mayor, entonces eso era lo que más miedo me daba y le dije.
-Por favor, estamos en una tienda , haz lo que tengas que hacer pero ves a por preservativos que tengo miedo de... Fueron mis últimas palabras articuladas puesto que note como la totalidad de su polla me penetraba hasta el fondo. El dolor que sentí fue desgarrador, tuve que gritar mucho ... , grito que comenzó siendo de dolor pero que acabo con un deje de placer... que ni yo mismo reconocía como mío.
Entonces Michael comenzó a sacarla y meterla, penetrándome una y otra vez. Yo seguía gritando cada vez con mas placer y menos dolor. Mi culo se dilataba y eso me hacía disfrutar poco a poco. Era una sensación super rara, cada vez que salía estaba deseando que volviera a penetrarme.
-Está bien michael lo siento, dejaré que me folles me lo merezco. dije yo abandonadome totalmente dispuesto a disfrutar. En realidad era lo que estaba yo pensando hacia ya varios minutos, yo había calentado al chico y me sentía culpable por ello, sentía que tenía razón que no debería haberle calentado así es que decidí satisfacer a ese hombre lo mejor que fuera capaz. Entonces cogí el cutter que aprisionaba mi cuello y lo deposite en la mesa con cuidado a la vez que me daba la vuelta, me arrodillaba y desde abajo le mire y le dije.
-¿Todavía me regalas el poder chupártela?. Y el asintió con cara de buen niño de nuevo y yo comenzé a chupársela ahora si con placer, la excitación había aparecido de nuevo en mí. Sus rápidas y fuertes embestidas volvieron pero ya sabía que no tenía escapatoria así es que me adecué a su ritmo disfrutando en cada una de ellas.
Después de unos 5 maravillosos minutos el me cogió, me alzó y me besó en la boca. Me sentó en el sofá, me abrió de piernas y comenzó a chupar mi pene erecto. Me avergonzó un poco el solo durarle 2 minutos puesto que al ser mi primera vez estaba muy excitado y me corrí rápido.
-Perdona Michael. Le dije con voz temblorosa.
El se sentó boca arriba en el sofá y me hizo señas para que me sentara encima de él. Yo lo hice mientras su dura polla me volvía a penetrar.
Unos segundos después se cumplía mi sueño de estar cabalgándole a la vez que le veía como cerraba sus ojos de placer y me cogía de mi cintura levantándome y bajándome.
-¿ Michael te gusta? Le pregunte entre sollozos.
-Me encanta tío sigue.
-Relájate y disfruta yo me lo curraré. Le dije a la vez que cogí sus brazos musculados y me auto rodee.
-Quieres probar mi semen fresco. Me dijo.
Yo asentí. Ya había probado los restos y no quería quedarle a medias.
Entonces el dejo de penetrarme y empezó a masturbarse a la vez que yo arrodillado esperaba impacientemente su corrida. Para acelerarlo le chupé los testículos. A a los 2 minutos su semen blanco y reluciente chorreaba por mi cara y yo me relamía.
-Aquí hay más no lo desaproveches, es de calidad. Me dijo con voz burlona y yo se la empezé a chupar de nuevo.
Alguién toco la puerta en ese momento y el se levanto rápido.
-Espera Michael todavía queda…
- No te preocupes, quedan aún dos días más para estar a solas. Me contestó sonriendo.