Caida hacia el infierno (21)
Llegando a mi destino
CAMINO HACIA EL INFIERNO
21º CAPITULO
De uno en uno fueron pasando los que hacían cola en el pasillo para entrar al camarote, para que los atendiera sexualmente. Luego de atenderlos, en lugar de llevarme a descansar me hicieron atender otra tanda de 5 más.
Uno de ellos era el jefe de maquinas, el último, entro al camarote aun limpiándose con estopa parte de su cuerpo.
Era un tipo de unos 45 años. Grandote, musculoso, morocho de sonrisa grande. Venia tal cual había dejado de trabajar, lleno de grasa de los motores.
Directamente me tomo de la cabeza, me hizo arrodillar en el suelo y chuparle la pija. El movía mi cabeza adentro y afuera, prácticamente me cojia por la boca. Cuando considero que esta listo me puso en 4 patas sobre la cama y dirigió su pija a mi concha tomada por detrás. Me tenía bien sujeta de las tetas. Prácticamente estaba inmóvil y a merced de lo que quisiera el. Si se movía, me movía, sino quietud. Así me tuvo hasta que quiso. Empecé a sentir un orgasmo venir y me entregue al éxtasis. El se dio cuenta y acelero sus movimientos. Yo parecía una marioneta en sus manos. Me hacia mover a su antojo como si fuera una herramienta que usa en su trabajo. Yo deliraba, me estaba sintiendo como hacia mucho tiempo no me sentía.
Ohhhhhhhhhhhhh, diiiiiiiiiii, sssssssssssssssssssiiiiiiiiiiiamorrrrrrrrrrrrrrrr, nooooooooo
Dejeeeeeeeeeeeeeeeee assssssssssssssssssssssssssssssm ajhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Me movía a lo loca en sus fuertes manos. Me sentía presa de King Khon
Por fin cuando acabe le dije gracias, hacia mucho tiempo no acababa así.
Se levanto el pantalón y se marcho. Quise pararme y me tuve que agarrar, mis piernas estaban flojas por la presión ejercida. Como pude me levante y camine por los pasillos rumbo a mi jaula ante la mirada y risas de todos los que me veían. Yo pensé que tan mal caminaba para que rían así. Pase frente a un espejo y me pare a mirarme. Con razón las risas, no solo por lo del pelo revuelto sino que mis tetas blanquísimas siempre tenían hoy la marca perfecta de diez dedos, cinco en cada teta, marcados en grasa. Me metí en la jaula riéndome y gozando lo sucedido me tire al suelo, mientras un marinero cerraba la puerta.
Dormí una cuantas horas, no sabia cuantas. Pedí por favor me dejaran bañar. Me trajeron un balde de agua con estopa y así pude limpiarme.
Luego vino otro marinero me ato la correa a mi collar y tiro de mí para sacarme de la jaula. Salí caminando en cuatro. Estaba cansada pero me llevo por la cubierta para hacer mis necesidades. Solamente orine. Me ato al costado, en una baranda y me dejo ahí. Al rato volvió con un cubo de agua y un plato de un guiso de carne y arroz y me lo comí.
Veía los marineros que trabajaban en cubierta. A ninguno le llamaba la atención de ver una perra atada. El día en alta mar estaba hermoso, un cielo azul brillante y el sol calentaba fuerte adonde estaba yo. Me pare lo que pude y mire el agua del mar golpear contra el buque.
Vino un marinero, se paro delante de mí y saco su pija. Me indico se la chupara y así lo hice. No podía negarme a nada sexualmente, lo tenía prohibido, aunque estuviese comiendo o durmiendo tenia que darle prioridad al marinero. A cumplir sus deseos fuese cual fuese.
Después me quede quieta, sintiendo gritos en cubierta, pero no podía ver porque era del otro lado de donde estaba yo. Vino uno me desato y me llevo hasta donde venían los ruidos.
Se había formado una rueda de marineros, dejando en el centro un hueco. Supuse enseguida que seria para mí. Había mucho viento en la cubierta del barco que sumado al griterío de la gente era insoportable. Empecé a tener frío en el cuerpo, pero a quien podía importarle.
Apareció el capitán del barco y sus oficiales y lógicamente se sentaron en unas sillas que les trajeron enseguida. Pregunte que debería hacer y como de costumbre nadie contesto. Mi pelo se arremolinaba en toda mi cabeza, en especial en mi cara. Ellos no tenían problemas, todos rapados.
Apareció el jefe de máquinas y pensé que todos querrían ver como me copio la última vez. Pero no, se paro en medio del circulo y me dijo en voz baja al oído que debía hacer hombre a su hijo de 20 años, que nunca había estado con una mujer aun.
Le comente que a lo mejor acá afuera y con toda esa gente se podría inhibir, por no hacerlo en algún camarote y que si él y algún otro quería mirar no habría problemas.
El contesto tiene que ser así.. Apareció el hijo acompañado de otro marinero. Me lo presento, yo lo tenia visto por ahí en el barco.
En medio de ese enjambre de gente que gritaba, el viento que corría me dispuse a iniciarlo sexualmente. Me tire de rodillas, ante la aclamación de todos, desabroche el cinturón de su pantalón y lo deje caer al suelo. El chico desnudo totalmente solo miraba.
Tenía un considerable pene aun sin erección. Lo tome con mis manos, lo sacudí un poco y me lo lleve a mi boca. El chico estaba azorado, pero mas por los gritos de todos. Estuve majándolo un poco, temía se fuera en seco.
Me acosté sobre cubierta y lo atraje hacia. Mientras mis manos jugaban con su pija, yo tomaba su las suyas y ponía una en mi concha y otra en mi teta derecha, al tiempo que le hablaba socarronamente en su oído y me lengua jugaba en su oreja. Enseguida empezó a moverse inquieto y su pija a crecer. Cuando vi. que estaba bien erecta me acosté y lo invite a penetrarme. Se tiro encima mío y mi mano tomo su ya bien erecto pene y lo acompaño hasta la entrada de mi concha. Abrí mis labios vaginales y lo hice ingresar un poco. En el oído lo incite con un “toda tuya”. El chico respondió de inmediato penetrándome totalmente. Empecé a moverme suavemente haciendo que el hiciera lo mismo. Enseguida fue un ir venir feroz entre ambos. Rogué me esperara que tenía deseos de llegar yo también. Me venia todo un orgasmos fantástico y le acaricie la nuca mientras me movía como una culebra debajo de él.
Mientras recibía múltiples descargas de su pene acabe junto con él, en medio de los gritos de todos. Me hicieron dar un baño de agua fría. Luego me dieron de comer y me pusieron la cadena y de nuevo a cubierta a pasear en cuatro patas. Ya era de noche y hacia mucho frío y yo desnuda caminando por esa larga cubierta. Me detuve y orine y luego seguimos la marcha. A los50 metrosvolvía a pararme no solo a orinar sino también a cagar. Una vez que me vio orinar, sin saber que estaba defecando tiraba de la correa queriendo arrastrar. Una vez que termine en medio de las puteadas y patadas en el culo del marinero me llevo a la jaula.
Dormí un rato hasta que me despertaron al abrir la jaula. Dos marineros me llevaron por largos pasillos y escaleras. Llegamos a una puerta que decía “sala de máquinas” y golpeo. Apareció el jefe de máquinas. Los marineros soltaron mi correa y el jefe me hizo entrar, cerrando la puerta detrás de mí. Era realmente bueno estar ahí, hacia calor y enseguida me acostumbre, no al frío de la bodega con ese olor a estiércol. Acá solo era ruido de motores y olor a grasas y aceites. No se que hubiera dado por quedarme en ese lugar hasta que cambiara el tiempo afuera. Vi. al hijo de él que me sonrío cuando me vio.
El jefe me tomo del brazo y me llevo al fondo de la sala. Me hizo acostar en el sucio suelo de grasas y aceites y saco su pija para mi. Me dijo algo al oído que no entendí por los ruidos que había. Ahí en ese suelo mugroso y angosto me cojio a su gusto. Luego nos paramos y camine detrás de el por toda la sala, sentía en mi pelo la grasa y el aceite de la sala. Pasamos por un espejo grande que había y me mire. No me conocía, mi pelo revuelto y grasoso al igual que mi cuerpo con marcas de dedos por todos lados. Llegamos a la zona de duchas y me hizo entrar. Había cinco o seis marineros bañándose, entre ellos su hijo, que cuando me vio me dedico una hermosa sonrisa.
El me empujo hacia la ducha caliente y hermosa, hacia cuanto tiempo no disfrutaba de un agua tan caliente. Me enjabono por todos lados y luego yo a él. Salimos un rato después debajo del agua y no secamos.
JEFE: escucha, tengo una fantasía que me gustaría cumplir contigo
EMILIA: una fantasía? Cual?
JEFE: mi hijo y yo contigo en una cama, que dices?
EMILIA: esta bien, lo haré gustosa aunque si me obligabas tenía que hacerlo igual. Estoy acá solo para satisfacerlos a UDS.
JEFE: bien, vamos al camarote que ahí esta mi hijo.
EMILIA: haces todo con y por tu hijo. No temes que le cuente a tu esposa al regresar, aunque sea sin darse cuenta.
JEFE: no, para nada. Estoy divorciado de ella y el esta a mi cargo.
EMILIA: ah bueno.
JEFE: y vos, tenes familia?
Le conté brevemente mi vida y me miraba con cara de espantado.
JEFE: que hijo de puta debe ser y tus dos hijas.
EMILIA: la mayor ya te conté, la vi. Ese día y nunca mas, ya hace más de un año. Y la más chica, no se nada. Ni donde esta, ni con quien. Ya hace como cinco años.
A todo esto llegamos al camarote. Estaba el hijo tirado en una cucheta de las dos que había. Enseguida se levanto y vi. que el pobre, se estaba pajeando solo.
Enseguida el padre organizo todo. El se puso abajo boca arriba y yo me senté sobre su pija penetrándome. El chico miraba alucinado. Le indique se pusiera detrás mío y como pude tome su pija y la enfile a mi culo. Una vez en la puerta el me penetro. Sentía las dos pijas dentro de mí. Estaba apretada con el padre, mientras el hijo, a su vez me hacia apretar mas. Sentí deseos de tener orgasmos y tire una pequeño. Redoble mis impulsos, tenia miedo que ellos acabaran y yo no.
Apure y apure y llego algo sensacional. Al tiempo que bajaba por mí unos orgasmos tremendos, sentí mi culo inundado de semen. Yo estaba lo moviéndome esperando el padre llegara también a su fin y se produjo. Insertada por dos pijas acabe a lo loca, amarrándome de cualquier cosa que había.
Después de todo eso me llevaron a mi jaula y el jefe me dijo
Mañana antes de anochecer llegaremos a tu destino, espero estés bien.
Quede sola pensando donde seria eso, luego de 90 días de navegación.