Caida hacia el infierno (18)

fuga y caceria

CAIDA HACIA EL INFIERNO – 18-

Mientras cumplía mi trabajo en el burdel, no dejaba de pensar en el viernes. Las horas se hacían lentas y mi ansiedad aumentaba día a día. Era la última vez que vería a Juan. El lunes por la tarde ya estaría viajando con mi Amo, a mi nuevo y desconocido destino.

Por fin llego el viernes y salí a las 7 de la mañana rumbo al río el lugar elegido para nuestras citas. Al llegar me quede esperándolo al borde del agua. Dijo que vendría todos los días.

En eso lo veo llegar y corrí a abrazarlo y besarlo.

JUAN: bueno, bueno a que se debe semejante recibimiento. Vine todos los días, pero, pensé, debe venir los lunes.

YO: si, me daba franco el lunes, pero como viene mi Amo, para llevarme, le pedí al dueño del burdel me dejara ir hoy de franco. Me autorizo, según el, porque mi comportamiento era bueno.

Así que hoy es nuestra ultima cita.

JUAN: y a donde te lleva?

YO: nunca lo se hasta llegar al sitio. Puede ser cualquier burdel y cualquier lugar

JUAN: ya me canse de cómo te explota ese hijo de puta

YO: ya te explique. No puedo hacer nada.

JUAN: eres su esposa legítima y madre de sus hijas y me sales con eso. Hace años no ves a tus hijas y tampoco a tus padres. Disculpa lo que voy a decir, ni siquiera sabes si tus padres viven. Tenias que haberte fugado mucho antes.

YO: adonde ir, sin documentos y sin plata. Sabes el tiempo que no tengo dinero en mis manos. No se lo que es comprar ni siquiera un caramelo.

JUAN: bien, vamos a hacer lo que yo te diga. Yo voy al campamento a buscar el dinero que pude juntar. Te vengo a buscar acá y nos fugamos juntos. Ni me digas nada, lo haremos

Me abrazo, conteniéndome y me dijo vamos si?

No se que pensé y dejándome llevar por esa locura asentí con mi cabeza.

JUAN: espérame acá, en menos de una hora estoy. No te vayas al burdel porque te voy a buscar y te saco de los pelos.

YO: si amor, te espero

Salio corriendo, luego de darme un beso. Yo me sentía como una chica de su edad.

No quería pensar en las consecuencias, solo pensaba en huir. No iba a estar peor que ahora. Tenia razón Juan cuando dijo si sabia si mis padres Vivian. El amo nunca me contestaba mis preguntas, solo hablaba cuando quería y de lo quería o convenía a el. Y de mis hijas, salvo la menor, que no sabia adonde estaba, la mayor ya les conté en que se convirtió.

Sentí que alguien se acercaba y me escondí entre las plantas. Era Juan y salí a recibirlo. Traía consigo un bolso.

JUAN: todo listo. Traje comida y bebidas para varios días. Unas colchas y frazadas. Te traje un pantalón y abrigos, supongo más o menos de tu talle. Partamos

YO: si te sigo

JUAN: si bien debías volver al mediodía al antro ese, al dueño no le tomaran la denuncia policial, hasta después de 48 horas. Como es domingo va a esperar al lunes para hacerla.

Encima esperara a tu amo. Sabes nadar? Bueno espera acá llevo todo y vengo a buscarte.

YO: si

Cruzo el río a nado con todas las cosas, tratando de no mojarlas y me vino a buscar.

JUAN: no temas y déjate llevar por mí.

Entramos al agua y me llevo nadando hasta las otra orilla. Me llevaba boca arriba pasando su brazo por debajo de mi mandíbula. Así llegamos a la otra vera del río

Salimos caminando a rápidos pasos tratando de poner la mayor distancia posible del lugar. Bajamos por la montaña y subíamos a otra más pequeña. No se realmente cuanto caminamos pero se hacia la noche. Juan vio una cueva y hacia allá fuimos. Entro primero el, y luego de inspeccionar el lugar, me llamo con silbido.

Salio y trajo para encender un pequeña fogata. Comimos algo y tomamos algo de vino y después nos desvestimos y pusimos la ropa al lado del fuego para que terminara de secarse.

Tiro sobre el desparejo piso una de las frazadas, nos acostamos tapados por otra.

Cansados y abrazados nos quedamos dormidos enseguida. Desperté con la primera luz del día. Me tenia abrazada y me costo levantarme sin despertarlo. Busque en el bolso a ver que había para tomar y encontré un frasco de café instantáneo. Había dos jarritos de aluminio y prepare dos cafés. Lo desperté llevándole el café y dándole una beso en los labios. Tomamos el café en silencio.

Luego me indico el camino a seguir, diciéndome que andaríamos todo el día sin parar. Me arregle el pelo como pude y nos vestimos. Reiniciamos la marcha.

Había lugares que subíamos y bajábamos constantemente, atravesando lugares con mucha vegetación y árboles. Era una aventura. Durante el día el calor por momentos era agobiante pero en las noches había que dormir con alguna frazada.

Seguimos durante el día nuestro escape. En la noche del sábado, mientras Juan preparaba el fuego, yo pensaba que nos estarían buscando por todos lados. A mi amo seguro le habían avisado y me lo imagino despotricando contra mí, jurando hacerme pagar no solo porque lo había dejado, sino también por el dinero que gastaría en mi búsqueda.

Juan termino el pequeño fuego y comimos algo. Bebimos un poco de vino. Tratábamos de racionar todo. Habíamos acampado al pie de un enorme árbol, buscando que su frondosa copa nos ocultara de una búsqueda aérea. Apago el fuego.

Juan preparo la cama y nos acostamos muy juntos. Comenzamos a besarnos y a desnudarnos. Me metí debajo de la cobija y comencé a chupar su pene. El mientras tanto masajeaba mi nuca, cosa que me vuelve loca, acelere la chupada y despaciosamente me monte. Su gran pene ocupada toda mi vagina, comencé a subir y bajar frenéticamente. Me sentía plena, llena y el acompañaba a la perfección mis movimientos. De pronto sentí un estallido dentro mío, mientras su semen me inundaba. Sentí que bajaba mi flujo y nos enloquecimos los dos. Mordía mis labios para no gritar o hacer ruidos. Termine con mis tetas sobre su torso. Me beso tiernamente en la frente y le ofrecí mis labios que succiono con placer.

JUAN: mi amor, mi amor

YO: me has hecho revivir

JUAN: a partir de ahora, no podemos encender mas un fuego, para evitar nos ubiquen y menos de noche. Escuche ruidos de helicóptero sobrevolar.

YO: esta bien, comeremos crudas algunas cosas.

JUAN: bien. Quiero decirte que pase lo que pase, sepas que te amo. No me interesa nada de tu vida anterior, ni del cerdo ese que tuviste de marido. Si lo tuviese solo conmigo ahora, le apretaría el cogote hasta matarlo.

YO: me has devuelto el amor a mi vida. Hace muchos años no sentía esto que siento por vos. Quiero decirte que si nos agarran me eches la culpa a mi de la fuga,

Que yo te induje a hacerlo.

JUAN: estas loca, nunca haré eso. Ven urgente, ruido de helicóptero.

Nos tiramos en medio de un yuyal y el helicóptero no nos diviso.

JUAN: espérame acá

Quede sola en espera de su regreso. Volvió, no se a los 10 o 15 minutos.

JUAN: sentí a lo lejos, ladridos de perros.

YO: Juan si me agarran a mi tu sigue.

JUAN: jamás lo haré, salimos los dos y terminaremos así.

YO: le tengo pánico a los perros. Seguramente le dieron a olfatear prendas mías. De vos nadie sabe nada, ni siquiera pensaran que voy acompañada. Dirán que mi desesperación me llevo huir sola.

JUAN: no quieras desligarme a mí, yo te induje a escapar de ese hijo de puta, sino ahora estarías en el burdel pasando tipos y tipos para enriquecer a esa mierda.

Vamos a tener que seguir día y noche, sin descanso. Si pasamos el río, estaremos a salvo pues la policía no tiene jurisdicción. Ese tipo habrá venido solo.

YO: no creo más si estaba allá cuando le avisaron. Seguro trajo dos o tres matones de el.

JUAN: igual podemos enfrentarlos.

Seguimos nuestra huida y yo tuve la mala suerte de torcerme el tobillo y caer. Me dolía una barbaridad.

YO; Juan, si me quieres, sigue solo. Yo me arreglare igual

JUAN; ni loco, los dos o ninguno

Como pudo me vendo el tobillo fuertemente y como pude seguí un poco. Sentíamos el helicóptero cerca y encima el ladrido de perros.

Salimos a un claro del pequeño bosque y allí estaban esperándonos ellos. Los perros eran 3 y me rodearon a mí sin dejar de ladrar. A Juan lo tomaron dos policías.

Llegaron dos helicóptero y de uno de ellos bajo triunfalmente mi amo, muy sonriente.

JUAN: hijo de puta, pelea conmigo mano a mano si eres hombre, no te agarres con las mujeres. Cobarde

Uno de los policías le pego un culatazo en su estomago. Se retorcía de dolor. Intente levantarme y acercarme pero gruñeron los perros y quede inmóvil.

AMA: intenta acercarte a ese y te destrozan. Adonde creías que ibas putona. No sabes que solo puedes vivir en burdeles para que te cojan. Nunca te vas a librar de mí. —y agarrandome y tirando mi pelo— no sabes aun, que no vales nada, que eres mierda y que morirás en una cama cogiendo para mi

YO: eres un tremendo hijo de puta.

Recibí un golpe en la cara que me tiro en el suelo, ante el ladrido de los perros.

POLICIA: que hacemos con este señor

AMO: en el campamento déjenlo en libertad toda la culpa la tiene esta puta. Seguro lo volvió loco con el sexo al pajero ese.

Uno de los helicópteros se llevo a Juan con policías. Por suerte no van a acusarlo de nada. Me llevaron al otro helicóptero y salimos de ahí.

Ni siquiera fuimos al campamento minero. Directamente al aeropuerto a tomar un avión y seguro a la casa del Amo. Esa casa era mía también de casada

Deseaba no llegar a la casa, porque me esperaban seguro una paliza anunciada y algunas cosas más.

Traspusimos la puerta de la casa del Amo y apenas cerro la puerta me pego un golpe en la espalda que me tiro al suelo.

Apareció uno de sus matones y le dijo que ayer había llegado el pedido hecho por el Amo antes de salir a buscarme.

AMO: bien, gracias. En cuanto a ti perra desnúdate y espera en cuatro patas hasta que yo venga. Voy a buscar tu regalito

Se fue dejándome sola en la habitación. Me preocupaba eso del regalito para mí. Me dolía la espalda por el golpe. Apareció nuevamente el Amo y yo a temblar, esperando lo peor.

AMA: cuando me dijeron que habías escapado, si te encontraba en dos horas te mataba. Tarde casi tres días en encontrarte hija de puta. Antes de salir a buscarte encargue algo para ti, para cuando te capture. Jure no volver hasta encontrarte

Entro un hombre a quien no conocía con una caja de herramientas.

AMO: hola buen hombre, esta es la perra que le dije, espero que le vaya lo que me mando

HOMBRE: si le ira bien por lo que veo y sino se ajusta un poco.

AMO: si tiene que quedarle bien justo. Acá tiene lo que mando Ud. colóqueselo a esta puta.

El hombre tomo la caja y saco de ella un collar de metálico. Me quería morir. Abrió el collar, lo puso en mi cuello

HOMBRE: así esta bien señor

AMO: perfecto. Ahora ciérrelo.

Así lo hizo y le entrego dos llaves muy pequeñas.

El hombre se retiro y el me tomo del collar y atrajo hacia el. Me dolió el tironeo pero debía resignarme a llevarlo.

AMO: bien ahora la medalla identificatoria. En una argolla que había al frente del collar puso la medalla. Antes la leyó en vos alta.

Decía: PUTA- ESTA PERRA ES DEL AMO OSCAR y en el reverso EN CASO DE EXTRAVIO LLAMAR AL……. Y el teléfono de el.

Yo me sentía angustiada, tenia que usar ese collar las 24 horas del día, el resto de mi vida.

AMO: en cualquier momento que salga a navegar tiro las llaves al agua. Estaba pensando en hacerte algunos tatuajes pero tengo mis dudas. Pensaba en uno a lo largo de tu espalda con la figura de un pene cabeza abajo goteando hacia el culo.

O tatuarte las tetas, nalgas. Pero pensare que. Ahora lo prometido. Párate perra.

Y empezó a pegarme en la cara, tetas espalda. Me dio con su rodilla en mi muslo, una paralítica, que me doblo. No podía enderezarme pese a sus gritos que me pusiera firme.

AMO: esto es por lo que hiciste al escapar, la guita que se gasto en buscar una perra. El tiempo que me hiciste perder

Y seguía pegándome, estaba ensangrentada, me dolía todo el cuerpo y mi cara aparte de doler ardía.

Vinieron dos matones me levantaron del suelo y arrastrándome me acercaron a el. Tenia miedo me pegara otra vez.

AMO: ahora te llevan a un cuarto y ahí tendrás gasas, alcohol y agua oxigenada para que te cures. Mañana mandare a buscarte para ver que hacer contigo. Espero esta paliza te sirva de lección