Caí en tentacíon

La calentura y el acercamiento con mi hijo me hizo caer en tentación

Caí en tentación.

Mi historia la escribí hace tiempo, la escribí con el ánimo de sentir que platicaba a alguna que le contaba mi caso, es una parte de mi vida de la que me siento muy avergonzada, pero que a la vez la veo con satisfacción experimente un placer hermoso. Me prometí que nadie de sabría de mi caso pero , algo ocurri Hace unos días leí otra historia, que me hizo cambiar mi forma de pensar. Vi mi historia contada por Alberto

Mi historia…..

Difícil empezar, sintiendo lo grave de mi falta, me siento desesperada, necesito de la ayuda de alguien, quizá algún psicólogo, o alguien que se haya enfrentado a un problema como el mío.

Alberto, mi hijo nació cuando cumplí 18 años, un tío, hermano de mi padre me sedujo. Desde el principio recibí el apoyo de mis padres. Cuando termine mi carrera conseguí un empleo y al poco tiempo me independice. Una mujer, madre soltera como yo es acorralada por los hombres, con deseo, casados, solteros, todo tipo de tipos. Antes de conocer a Eduardo tuve dos o tres romances pensando en encontrar al hombre de mi vida, pero solo querían eso, satisfacerse sexualmente.

Cuando conocí a Eduardo, pensé que era el hombre de mis sueños, sentí su apoyo, sus atenciones, de buena solvencia económica, de mayor edad que yo. Sentí un apoyo que nunca nadie me brindo. me amó, nos divertimos, fuimos felices, sin embargo poco tiempo me duro el gusto

Eduardo viaja mucho por su trabajo, la mayor parte de tiempo estoy solita, en compañía de Alberto claro, él, ya es todo un hombre, guapo, formal, pero demasiado tímido, principalmente con las chicas, poco afecto a salir y muy apegado a mi, a su madre. Sus relaciones de Alberto con Eduardo son buenas pero frías, trate de acercarlos, pero no lo logre. Alberto es para Eduardo su entenado, y Eduardo simplemente su padrastro.

Alberto llena mis espacios vacíos, nos acompañamos a todas partes, al cine, al club donde tenemos una membresía. En vacaciones siempre nos acompañamos, Eduardo rara vez nos acompaña. Desde pequeño lo cuide, siempre fue el bebito de mamá, el consentido, conforme se volvió hombre algunas cosas ya no fueron igual, me di cuenta de sus cambios, lo ví crecer, hacerse hombre. Yo me encargo su ropa, incluso su ropa interior, le encanta usar tangas que se ajusten a su cuerpo, yo le comento:

---Un día vas a estar con una muchacha y debes verte sexy, atractivo a la vista de ella.

Naturalmente el mismo me acompañaba a todo, incluso a comprar mi ropa, incluyendo mi ropa intima. Ya se imaginaran el tipo de comunicación que tenemos..Convivimos en todo, por eso se dieron varias situaciones, Mi intimidad en mi cuarto es rota continuamente, Alberto entra a mi recamara sin anunciarse, yo le pedí que se anunciara antes, pero siempre lo ha ignorado.

Con el tiempo yo misma lo miré con esas trusas pequeñitas dibujando sus genitales, lo veía porque dejaba su puerta abierta, o porque caminaba por la casa solo con sus trusas, Muchas veces por no decir siempre, veía de forma diferente a como mira una madre a un hijo, su figura me inquietaba, se vía hermoso, provocativo, muchas veces le pedía que fuera cuidadoso, me decía que si, pero nunca hizo caso. me contestaba que debería verlo ojos de madre sin malicia.

Su excesiva timidez con las chicas me llego a preocupar, pero luego descubrí, sus revistas de chicas lindas en ropa interior, así como material de alto contenido erótico incluyendo películas, de chicas, lesbianas, gays, transvestis, de todo, Pensé que no era correcto que trajera ese material a casa, pero, un joven a esa edad tiene curiosidad, quieres conocer, experimentar, tiene sus propias necesidades, yo misma antes de conocer a Eduardo, siempre estuve insatisfecha, deseosa, necesitando a un hombre, un hombre que llenara mis espacios vacíos.

Analizando su actuación, llegue a la conclusión que él los ponía para que yo los viera. compartíamos la PC, por él conocí muchos sitios en internet de alto contenido pornográfico, de esa forma fui cayendo en tentación y terminé aficionándome, me excitaba ver tipos bien dotados, chicas muy lindas, chicas con pene. Fue así como entre a todo relatos , he leído toda clase de historias, las he disfrutado, me han excitado siempre termino masturbándome. .

Mi matrimonio con Eduardo me llevo un pleno goce de relaciones sexuales satisfactorias, con el conocí se puede decir el paraíso sexual, con Roberto el padre biológico de Alberto ni pensarlo, a mis 18 años, nunca supe el verdaderamente disfrute del sexo, nunca una satisfacción placentera. Después con la vigilancia estricta de mis padres todo se me negó todo, cuando me independice trate de satisfacer mis necesidades sexuales, tuve dos novios, pero solo representaron una frustración.

Pero las satisfacciones sexuales con Eduardo duraron muy poco, sus viajes de trabajo, me dejan mucho tiempo solita, me niegan el disfrute del sexo, siempre insatisfecha, siempre esperándolo, el llegaba cansado, fastidiado, o quizá satisfecho por alguna aventurilla. Yo en blanco, con él me di cuenta de mi potencial como amante, se de lo que soy capaz, me se entregar, se disfrutar del sexo, y proporcionar placer, darlo todo. Soy temperamental, caliente, cachonda se entregarme, dar amor y satisfacción sexual en todas formas.

Tantas noches solita, mi cama demasiado grande para mi, sola con mi desesperación, sola con mis deseos reprimidos. Eduardo en sus negocios, mi Alberto en su cuarto, separados solo por un muro, por las noches escucho encendido su televisor, el jadeo de las chicas fornicadas por hombres en las películas pornográficas. Yo en mi cuarto desesperada, deseosa, esperando unos brazos masculinos que me acaricien, que me estrujen, me abracen, que me satisfagan.

Sucedieron tantas cosas, Alberto con acceso libre a mi recamara, desde muy niño solía ir a refugiarse en mi cama, yo acostumbrada a dormir solo con mis bragas, si acaso una batita transparente cubría mi cuerpo y una sabana, a veces sin ella. La mirada de Alberto de curiosidad hacia que me cubriera, en ocasiones tocaba mis chichitas, yo lo alejaba, pensando que no era correcto, pero el insistía hasta que con voz enérgica lo calmaba, desde nos besamos en la boca, con besos tímidos, él mismo propicio un beso mas prolongado, basta Beto, basta, no esta muy bien que beses a mamita de esa manera, pero el se sentía seguro y abra su boca ofreciéndome su lengua, a partir de entonces lo evite, ofrecía solo mi mejilla, o evitaba de plano besarlo,

Una noche estaba por demás inquieta, no lograba conciliar el sueño, escuchaba el incesante tic, tac del reloj, me sentía excitada, deseosa de estar con un hombre, mas de un mes sin disfrutar del sexo. Antes de acostarme me había bañado, me vestí con una batita transparente, muy corta a las nalgas, una pequeña tanguita de parchecito al frente e hilo dental atrás. Al no poder dormir me senté frente a la computadora, viendo cosas de sexo, penes de hombres bien dotados, entre a un sitio de chicas Transvestis con lindos senos y pene, me excite, mis manos tocaron mis senos, estrujándolos, las baje suavemente tocando cada parte de mi cuerpo, hasta llegar a mi sexo, abrí los labios, acaricie mi clítoris, mi pequeño botoncito necesitaba ser tocado, acariciado, mamado, sentirme una mujer de verdad, Me sentía húmeda por la excitación, estaba preparada para una penetración profunda. Pero por ahora me encontraba sola. Nadie podría consolarme, abrí mis nalgas acaricie a mi anito, que delicia, que sabroso, necesitaba una satisfacción hasta que con mucha dificultad llegue al orgasmo.

Completamente insatisfecha, caliente, con mi conchita húmeda y palpitaba, al no haber manera de tranquilizarme, decidí bajar a la cocina por un vaso de leche, me puse mi tanguita, tome un vaso, abrí el refrigerador, me agache para alcanzar el bote de la leche que estaba en la parte inferior, fué en ese momento sentí su mirada, parado tras de mi, ahí estaba, cubierto solo con su tanguita, y mostrando su bulto..

--- Mamita preciosa, que haces levantada a estas horas.?

--- No podía dormir cariño, vine por un vaso de leche.

--- Estas hermosa, preciosa, no entiendo como ese hombre te tiene tan abandonada, no te lo mereces, me doy cuenta, veo tu desesperación, siempre pienso en ti, en lo solita que debes sentirte, solita en esa cama tan grande, con tu nerviosismo, con tus deseos insatisfechos.

Me quedé helada de susto, nunca me había hablado así, me extrañó, siempre tan tímido con las chicas, ahora, su comportamiento hacia mi persona había cambiado totalmente, expresaba lo que sentía, expresaba sus verdaderos pensamientos. Y sus pensamientos eran de deseo. Pero no… debería estar confundida, no era así, no podría sentir deseo malsano por su madre.

Pero ahí estaba, parado frente a mi, con su vista sobre mi cuerpo, recorriendo mi cuerpo desde la punta de los dedos del pie hasta mi cabeza, sus ojos se fijaron sobre mis tetas, me tomo de una mano he hizo que me diera la vuelta, sentí su mirada en mi, en mis nalgas, en toda mi anatomía. Yo también lo mire a él, su trusa se había tensado, su pene se estaba erecto. Una erección por mi, Por ver la desnudez a su madre.

---- Te lo vuelvo a repetir, mamita estas preciosa, si tu quisieras?

Se acerco a mi, me tomo entre sus fuertes brazos apretándome contra su pecho.

Mamita hermosa, que linda estas.

Se acerco a mi cara, pego su boca en mi cuello, sentí un reflejo de deseo en todo mi cuerpo, luego la unió a mi boca su lengua se introdujo, busco mi lengua, ambos nos unimos en un beso apasionado, prolongado, intenso, con verdadero deseo. Sus manos me aprisionaban, acariciaron mi espalda, luego la bajo lentamente tocando cada parte de mi espalda, mi cintura, mis nalgas, sentí su erección pegarse a mi, me, nuestras bocas seguían unidas. Nuestros lenguas se buscaban frenéticas. Sus manos abrieron mis nalgas, y exploraron llegando al centro mismo de mi intimidad.

Me sentí frenética, mi deseo se avivo, mis ansias renacieron, mi pasión se avivo con pasión.

Que rica sensación la de sentir unas manos de hombre hurgando en mis partes mas intimas. Un hombre fuerte fogoso, con olor a verdadero hombre, Después de tantas noches solita en esa cama tan grande, tan fría que hermosa sensación casi olvidada. No se que cosas mas pasaron por mi mente, o quizá ese deseo despertado en mi cuerpo no me permitía pensar.

Sentí su boca sobre mi cuello, luego poco a poco, sobre mis tetas, y fue barriendo con su boca cada parte de mi cuerpo, fue bajando hasta que cayó hincado frente a mi, sentí sus manos posarse sobre mis nalgas, y su aliento directamente sobre mi pequeñas bragas. Sus manos me jalaron sentí su lengua, sobre mi cosita, que rico, que sabroso, que rico, ufffffff. En ese momento recapacite.

---- No, hijo, no pude ser. Déjame, no podemos hacer algo de lo que tarde o temprano nos vamos a arrepentir.

Me separe, violentamente, Alberto se quedo hincado mirándome, subí apresuradamente las escaleras, todavía volví la vista para verlo, el se había parado y me seguía, rápidamente entre en mi cuarto cerré la puerta, me tire sobre mi cama y me solté a llorar desconsoladamente. ¿Como me había sucedido esto?..... ¿Porqué había sido tan débil?...... ¿Por qué? No me lo explicaba…..

Mi corazón latía con fuerza, mi mente buscaba una explicación, mi cuerpo se sentía un deseo perverso, la excitación de mi cuerpo de mi mente estaban vivos, mi sexo húmedo, palpitaba, toda yo era como una cuerda de violín estirada al máximo a punto de romperse, necesitaba de un hombre, y ahí estaba tras mi puerta, pero de todos los hombres del mundo, era el único prohibido.

Toque mi sexo, mis tetas, mis manos recorrieron todo mi cuerpo, talle mi sexo con desesperación, me metí uno, dos, tres dedos, me masturbaba con desesperación, con esto lo único que logré fue un insipiente orgasmo. No se a que hora me dormí, soñando cosas excitantes, Eduardo estaba conmigo, me besaba toda, mordía mis tetas, lamía mis pancita, luego llegaba a mi húmedo sexo, pero su cara se transformaba en la cara de Alberto, mi hijo, metía la lengua en mi ardiente pucha, acariciaba mis nalgas, mordía mi sexo. Luego apuntaba su erecto pene hacía mi entrada anhelante, deseosa y la internaba en mi vagina… Desperté agitada, sudorosa, todo mi cuerpo temblaba.

Nuevamente trate de dormir mañana me esperaba un día muy ajetreado, tome el libro que estaba leyendo, leí unas cuantas paginas, no logre conciliar el sueño, me levante, hacia un calor insoportable, me metí bajo la regadera abrí la llave del agua fría, intentaba calmarme.

Al día siguiente, me levante muy aturdida por la desvelada. Cuando tuve conciencia de lo que había sucedido, recapacite y me dije a mi misma. Esto no sucedió, no voy a tratar el asunto con Alberto, el no fue culpable ni yo pensé hacerlo, fue el momento, en lo sucesivo sería cuidadosa con mi forma de vestir.

Por un momento pensé en llamar por teléfono para romper mi compromiso, pero pensé que lo mejor sería alejarme de casa, pensar en otras cosas platicar con mi amiga Yolanda de cosas muy diferentes, Me metí bajo el agua fría de la regadera como si eso me trajera la lucidez que necesitaba, que me vestí me maquille, mas o menos había despertado, baje a la cocina a tomar algo, aunque era el fin de semana, ese día tendría un día muy ocupado, cuando entre a la cocina ahí estaba mi hijo.

Hola mamita preciosa, se ve que pasaste muy mala noche, aun así , te ves preciosa,

Hola hijo, si, pase muy mala noche, mira mi facha.

No, mamita estas hermosa, a propósito, mamita, te tengo una sorpresa, hoy por la noche, reserve en el campestre una mesa, quiero festejarte, recuerdas? Hoy es tu cumpleaños.

Efectivamente, lo había olvidado, y pensé que estaría bien, así de esa manera estaría lejos de la tentación, rodeados de mucha gente, cuando regresara ya estaría Eduardo en casa, me había prometido que hoy llegaba, ahora si, llegara como llegara lo obligaría a cumplir conmigo.

El día la pasé estupendamente con mi amiga, trabajando, bastante pesado, pero me sentí liberada de la carga emocional, me reí, por un momento pensé platicarle, pero no lo creí conveniente, eso no había sucedido, hoy llegaría Eduardo y me quitaría mi excitación. Y todo arreglado.

A mi regreso por la tarde, entre a mi cuarto, deseaba descansar, pero….. en mi cama estaba un vestido nuevo, muy atrevido, escotado, corto de la falda, de tela delgada, muy lindo, además un juego de ropa interior de un color rojo con encaje negro, de bra, tanguita, liguero y medias, todos debidamente acomodados, y un arreglo de rosas que son mi pasión acompañados con una notita,

Con todo el cariño para la madre la mas linda en su cumpleaños, Recuerda que hoy por la tarde tenemos un compromiso. Tu hijo amado. Me entere que había ido a la boutique a donde hago mis compras, y en complicidad con el jotito que me atiende, escogieron la ropa.

Yo estaba demasiado cansada, no tenía deseos de salir, mejor me iba a disculpar, y otro día saldríamos, me di un baño de agua tibia, me seque perfectamente, me vestí con un camisón largo, transparente y solamente unos calzoncitos. Pero cuando me disponía a acostarme, ahí, sobre la cama la ropa que mi hijo me había comprado, como iba a despreciar su ofrecimiento, todavía tenía 3 horas, así es que me acosté a dormir para reponerme un poco y luego me vestiría.

No se cuanto tiempo dormí hasta que el teléfono llamó, era Eduardo, comunicándome que hoy no regresaría. Así es mejor, así tendríamos Alberto y yo campo libre para divertirnos, nadie nos vería, Poco después llamó mi hijo,

Mamita linda, habla tu adorado hijo, prepárate, nos vemos dentro de una hora, te agradó tu regalo?. te vas a ver divina, como le gustas a tu amor.

La siesta me había bastado para reponer fuerzas, volví a tomar otro baño, y comencé a arreglarme. Dudé de ponerme ese vestidito, esta muy escotado de la blusa y muy corto de la falda, pero al menos pero si vestiría mi ropa interior, muy linda, tan seductora, buen gusto el de Alberto, unas hermosas bragas pequeñísimas, un bra apenas sostenían mis tetas y liguero, del mismo color, además un par de medias transparentes. Me puse el vestido, para vérmelo puesto. Me sentaba de maravilla pero demasiado provocativo.

Busque algo mas cubierto, escogí un juego de falda y blusa, pero no, este es demasiado formal… y otro, y otro, no nada me agradaba, fue entonces que decidí usar el vestido, que podría suceder, una vez arreglada me mire al espejo, efectivamente muy provocativo, pero no todos los días es mi cumpleaños, si, así estoy bien, y me siento bien. Con la firme decisión de mantenerme firme, nada tendría que suceder, una simple cena y nada mas

Al llegar al descanso de la escalera, lo miré, estaba ahí, esperando por mi, noté su cara, su mirada se posó en mi, me vio, con esos ojos libidinosos, de lujuria, me sentí desnuda con el vestidito, de falda muy corta y muy descubierta de arriba. Me detuve aún dudando, pero ya estaba decidido, así, que comencé a bajar los escalones que me faltaban. Además había mi hijo había organizado todo, Eduardo ni siquiera había recordado el día, ninguna llamada, ninguna tarjeta. Nada… solo alberto..

Se apresuró a tomarme de la mano y a conducirme por los últimos escalones Sentí que sus brazos fuertes alrededor mío,

----- Felicidades mi reina. Que cumplas muchos años.

---- Gracias hijo. Gracias por todo.

Me recibió con un ramo de rosas y un beso en la mejilla, apenas perceptible, tomados de la mano llegamos hasta el auto, abrió la puerta y ocupé mi lugar, sentí su mirada puesta sobre mí, al subir abrí las piernas mi corto vestido no me permitía cubrirme seguramente enseñe mis piernas o mis calzones, no lo se.

Condujo entre el transito, atento a lo que hacía, al cambiar de velocidad, sus manos tocaban mis piernas, las retire, con pudor. Al llegar al restaurante, entrego las llaves al valet parking y se apresuro a abrir la puerta, trate de cuidar mis piernas, pero…… pues de todas maneras algo debí haber enseñado, Alberto no perdía detalle.

Cogidos de la mano entramos, el capitán de meseros nos condujo a la mesa, situada en un lugar discreto, una chica me recibió con flores rojas, y en cuanto ocupe mi lugar, un conjunto de cuerdas inundo con su música el pequeño lugar, todo a media luz, con música romántica, un mesero se acerco a encender las velas, vino de mesa del mejor, una cena estupenda. Hablamos, platicamos muy amenamente, nos reímos como hacía mucho tiempo no lo hacíamos. Un mesero siempre se apresuró a rellenarme mi copa, de un magnifico vino chileno que tanto me gusta.

No se cuanto tiempo trascurrió, mi mente estaba nublada por el vino. De momento solo quedamos los dos, brindando, Alberto me retiro la silla para que me parara a bailar, me tomo entre sus brazos sentí su cuerpo, sus manos recorrer lo desnudo de mi espalda, bajaron hasta mis nalgas, su boca busco la mía, nuestras lenguas se juntaron, mis brazos cubrieron su espalda. Estaba fuera de mi, mi raciocinio se había perdido. Mi cordura se había quedado en las copas de vino. Sentí su cuerpo muy pegado al mío, su pene estaba erecto, mis bragas mojadas.

Cuando nos sentamos, acercó su silla a la mía. Me tomo entre sus brazos, yo fui la que busqué su boca, yo misma introduje mi lengua en su boca y busque la de él. Sus manos buscaron un camino entre mis piernas, las sentí sobre la licra de mis medias, luego llego a mi carne desnuda, y por último al centro máximo de mi placer cubierto con la delgada tela de mis bragas. Abrí mis piernas, sentí sus manos. Su boca, toda su pasión, volcada sobre.

Momentos después pagaba la cuenta, y abrazados los dos salimos, ahí estaba el automóvil, cuando tome conciencia de mi, nos encontrábamos, en un lugar ruidoso. Al oído le dijo algo a un tipo, este nos condujo a una mesa, bebimos una cervezas, nos besamos, sentí sus manos sobre mi cuerpo, acercó uno de sus dedos a mi boca, comencé a chupándoselo, lamerlo, mis manos acariciaron sus piernas, inevitablemente llegaron a su entrepierna. Sabrosa, bien puesta, deliciosa.

Pago la cuenta, y salimos, abrazados, y besándonos a cada momento, ocupamos nuestros lugares, y sentí que las luces de la ciudad bañaban mi cara, Yo me senté muy juntita a el, su manos se posaba sobre mis rodillas, sobre mis piernas, y entre ellas, al detenerse por la luz roja de un alto nos besábamos ardientemente y su mano entraba palpando todo, yo lo permitía abriendo mis piernas. Por fin llegamos a un lugar, no lo identifique, otra vez acudió prontamente a abrirme la puerta, entrego las llaves del carro al valet parking y entramos muy abrazados, nos dieron una mesa, confundidos entre la multitud, nos abrazamos, sentí su boca posarse en la mía.

Vamos a la barra por una cerveza, cuando estuvimos ahí el se quedo tras de mi subiéndome a un escalón, mientras esperábamos por las cervezas me abrazó por detrás, sentí su erección, entre lo delgado de la tela de mi vestido, entre mis nalgas, volví mi cara y me recibió con beso al que yo correspondí con la boca abierta…. No espero mas, me dijo

---- Es hora de irnos mi reina……

---- Si, papito, yo también tengo mucho sueño, la camita me espera.

Nuevamente lo mismo, sus manos acariciando mi cuerpo, sus besos , su deseo, yo me encontraba exacerbada de pasión, de deseo, loca, deseosa, no era para menos. Cuando llegamos a casa se acerco a mi, me tomo entre sus brazos, nos besamos, sentí sus manos, calientes, ardorosas, tocar mis tetas, mi espalda…. Estaba tan deseosa, tan caliente, tan necesitada. Subimos a mi cuarto, entramos, lo sentí deseoso, su mirada puesta sobre mi cuerpo.

Tendida sobre la cama, con los pies sobre la sabana blanca, cerré mis ojos y abrí mis piernas, Alberto parado frente a mi, mirándome, te hinco entre mis piernas, y lamió mi pubis sobre mis pequeñas bragas. Luego me las retiro, yo alce mis caderas para facilitarle la maniobra.

----- Cariño que hermosa eres, que rica te miras. Tanto tiempo deseándote. Mirándote todos los días, muy cerca de mi pero a la vez tan lejos.

Permanecí callada, animada por mi exagerado deseo. No pensaba en otra cosa, sino en mi satisfacción, Ya sin calzones lamió el estomago, sentí su aliento, lentamente bajo a mi bello púbico, por fin abrió mis labios con su lengua y la sentí en mi clítoris. Lamiéndome bien rico, muy sabroso.

Acostada como estaba, se colocó entre mis piernas, sentí sus manos, su boca, recorrieron mis piernas, mis muslos, ambas manos tomaron los labios de mi sexo y jugaron con el

---- Cariño, tengo tentación de algo, alcance a decir…..

---- Lo que tu desees mi reina. Hazlo o dime que deseas que te haga.

No conteste, me subí gateando, bese sus piernas y tome con mis manos su rico pene, lo miré, con mi mano descubrí el prepucio y percibí el olor a macho caliente, lamí su cabeza, una y otra vez, luego la metí a mi boca, disfrute del sabor a macho, con una mano me daba masaje en el clítoris la otra la tenía ocupado en su hermoso pene. Que rica mamada, que sabroso pene.

Me cogió por la cintura, me tendió sobre la cama, abrió mis piernas, y zassssss la coloco ahí en la entrada, y lentamente sentí como iba entrando, tanto tiempo sin sentir una verga, rico. Hasta que entro, toda, sabrosamente, ahí permaneció un momento cogiéndose de mis nalgas, disfrutándome, satisfaciendo mis ansias, luego se movió con un movimiento lento, agradable, sabroso, rico, hasta que sentí mi orgasmo,

---- Hoo papito, que rico siento, que satisfacción me das.

----- Mi reinaaaaaa, que ricoooooooo, sabroso.

Así terminamos rendidos sudorosos, satisfechos. Sentí su semen derramarse dentro de mi, y un beso sellaba nuestro pecado… Soy Margarita…… escríbanme sobre todo personas que conozcan de estos problemas…… me siento.