Caí en la trampa de un voyeur

No me pude resistir y cai en la trampa de mi vecino. Queria ver como se follaban a su mujer.

Hola, me llamo Carlos: Soy soltero. Tengo 33 años y mido un metro ochenta.

Me conservo bien físicamente debido a la variedad de deportes que practico. Mi profesión es programador de sistemas. Mi despacho lo tengo en casa, por lo que paso bastante tiempo en el.

Soy de Madrid y vivo solo en una urbanización de las afueras.

La urbanización donde habito es de Chalets adosados. De gente tranquila, la inmensa mayoría son parejas jóvenes recién casadas y que acaban de instalarse.

Con los únicos que he hablado un poco son con Lorena y Alfredo, los vecinos del Chalets de enfrente. Una pareja joven de unos 35 y 30 años aproximadamente.

Ella es una mujer impresionante, alta y escultural. Tiene unas tetas que te quitan el sentido. Ella lo sabe y viste provocativamente con ropas escotadas y que dejan ver el volumen de sus pechos. Sus piernas torneadas y cuidadas por el ejercicio físico las suele llevar enfundadas en mallas deportivas que más de una vez le han marcado claramente la raja de coño.

Cuando no lleva las mallas, suele ponerse faldas de tubo hasta las rodillas, que marcan sus bien torneadas piernas que acabadas en un culo de infarto.

De cara es muy guapa. Su pelo es negro y lo lleva largo.

Los dos hacen buena pareja. El es más o menos como yo de alto y se conserva bien.

Fueron los primeros que conocí en la urbanización y fueron muy amables conmigo cuando me mude. Vinieron a presentarse y a ofrecerse para lo que necesitase...

Un día estaba regando el jardín cuando vi acercarse caminando por la acera a Alfredo. Iba mirando al suelo con las manos en los bolsillos. Tenía cara de preocupación. Cerré el grifo y le llame.

  • Buenos días, Alfredo. ¿Como estas? ¿Te pasa algo? Te noto cabizbajo...

  • Si es Lorena. Su empresa ha quebrado y se ha quedado sin empleo. Lleva casi un mes con depresión y se pasa casi todo el tiempo en la cama con la luz apagada.

  • Ahora que lo dices, es cierto que llevo tiempo sin verla.

  • Lo peor de todo es que últimamente tengo que pasar casi todas las noches en la oficina debido al cambio de horario con Nueva York. Estamos terminando un proyecto en el que tenemos que trabajar al unísono con las oficinas de allí. Me preocupa pasar toda la noche fuera en su estado. Además, debido a la depresión toma fuertes sedantes que la dejan profundamente dormida y me da miedo que alguien pueda entrar por la noche y ella no se entere.

  • Si te sirve de ayuda yo me paso casi toda la noche trabajando y desde mi ventana tengo una panorámica completa de tu casa. No te preocupes. Mientras tú estés fuera, la vigilare como si fuera un perro guardián.

  • Gracias, te lo agradezco. Así podré estar mas tranquilo. Te voy a dejar las llaves de la entrada por si pasara algo que puedas pasar.

  • No se si debería. No quisiera entrar en tu casa estando ella sola.

  • No te preocupes. Me fió de ti, nos conocemos poco, pero me pareces una persona de fiar. Y no creo que haga falta que entres.

Así quedaron las cosas y nos despedimos deseándole una pronta recuperación a Lorena.

Llevaba dos noches ensimismado en mi trabajo cuando sonó el teléfono.

  • Dígame.

  • Carlos, soy Alfredo. Me acaban de llamar de la empresa de seguridad. Ha saltado la alarma de mi casa. Estoy llamando a Lorena pero no me coge el teléfono, podrías acercarte a comprobar que todo este bien por favor.

  • Por supuesto, ahora mismo voy.

  • La clave de desactivación y activación de la alarma es "voyeur30".

  • OK. Ahora mismo voy y te llamo con lo que sea.

-Gracias. Espero tu llamada impaciente.

Me encamine a su chalet. Desactive la alarma y penetre en el interior llamando a Lorena.

  • Lorena, estas bien. Alfredo me ha llamado diciéndome que ha saltado la alarma.

Silencio total. No se oía absolutamente nada. Repetí varias veces la llamada y viendo que no me contestaba subí por las escaleras al segundo piso. Todo estaba en orden y no se veía nada raro. Recorrí las habitaciones hasta que llegue al dormitorio de matrimonio. Abrí la puerta despacio, y ahí, iluminada por la tenue luz de la luna, que se filtraba por la ventana, estaba Lorena, en la cama. Se encontraba profundamente dormida.

La toque en el hombro llamándola por su nombre.

  • Lorena. Lorena.

Nada, estaba profundamente dormida . Cogi el teléfono y llame a Alfredo a su móvil.

  • Carlos, ¿eres tú?

  • Si, estoy en tu casa. Esta todo en orden. Tengo a Lorena aquí en la cama profundamente dormida. He intentado despertarla pero no hay manera.

  • Déjala, no conseguirás despertarla, se toma pastillas para dormir y últimamente abusa de las dosis. Cierra todo bien y pon la alarma. Ah, Carlos, muchas gracias. Te estoy profundamente agradecido.

  • No hay porque, para eso estamos.

Nos despedimos y me dispuse a irme. Eche una mirada a Lorena. Estaba semidestapada con una pierna doblada. Un pecho casi lo tenía fuera asomando por el escote. Se veía parte del pezón.

Me quede un momento observándola. Estaba provocativamente sensual. No pude aguantarme y con dos dedos levante con cuidado la sabana descubriendo su cuerpo. Llevaba puesto un pantalón corto y una camiseta que dejaba al aire el ombligo. Sus pezones se marcaban a través de la tela. Mire al pantalón y ahí a través de la pernera, ligeramente ahuecada, se insinuaba su pubis oscurecido por los pelos cortos y recortados en su contorno. Metí un dedo por la pernera levantándola un poco de manera que me dejara ver su coño. Estaba excitado y tenía el pene como un palo.

Me moje un dedo y se lo pase por en medio de los labios del coño. Ella se giro y se quedo tumbada de espaldas con los brazos estirados. La toque en el hombro y la llame de nuevo por su nombre.

  • Lorena, Lorena, ¿estas despierta?

Nada, ni el más mínimo signo, seguían profundamente dormida. Cogi en pantalón con las dos manos y con cuidado lo deslice hasta dejar su culo desnudo. Era una maravilla de culo, perfectamente formado. La piel suave como la de un melocotón.

Puse la mano en sus nalgas apretándoselas. Pase el canto de la mano en medio de ellas y las separe dejando al descubierto los labios de su coño que se abrieron dejando ver su interior rosado. Mis dedos los recorrían notando su humedad. Presionando un poco fui introduciéndolos en su interior. No se inmutaba y seguía dormida, eso izo que me atreviera a ser más osado. Los hundí hasta los nudillos, sentía su interior caliente y como los músculos de su vagina me apretaban. Sacaba y metía los dedos suavemente para ir poco a poco incrementando el ritmo.

Lorena encogió una pierna. Asustado retire la mano. Espere un poco, y viendo que no había ningún cambio, volví a introducir los dedos en su coño. Los metia y sacaba cada vez mas mojados de sus jugos. Llevándolos a mi boca los chupe saboreando su néctar de hembra.

Atraído por ese olor y sabor acerque mi cara a su culo y lo recorrí con mi lengua. Puse mi lengua en la entrada de su coño introduciéndola en su interior, follandola con ella como si de un pene se tratara.

Lorena tenía la respiración agitada, signo de que aun en sueños estaba disfrutando.

Tenía mi cara hundida en medio de su culo... Lorena empezó a gemir de gusto y en medio de convulsiones tuvo un fuerte orgasmo mientras que mi seguía explorándola.

Me incorpore con la cara mojada de sus jugos y mi saliva. Saque la poya y empecé a masturbarme mirando ese culo. Explote en una corrida encima de ella. Chorros de esperma se deslizaban por la curva de sus nalgas hasta terminar en la entrada de su coño.

Cogi una toalla y la limpie de rastros de semen. Volví a subirle el pantalón y abandone la casa con una sonrisa de oreja a oreja y prometiéndome que volvería.

Fin de la primera parte.

Carolo.x@hotmail.com