Caí en la tentación con mi hijo
Después de dos años sin sexo, se me presentó la oportunidad y no pude dejarla escapar
-Marisa, ¿entras en el coche o que?-dijo mi amiga Isabel con una botella de ron en la mano
-Joder, que es el día de tu divorcio, tendremos que ir a algún sitio a que te folles a alguien
-Un momento que me están llamando y no encuentro el móvil en este desastre de bolso-dije rebuscándolo, y el hecho de que fuera bastante borracha no ayudaba
-¿Sí? Respondí mientras me metía en el coche, era el número de mi hijo
-Hola, puedo hablar con Marisa
-Sí, soy yo-no era la voz de mi hijo ni mucho menos
-Eh…mire…no se muy bien como decírselo, soy Carlos, un amigo de su hijo Jorge…verá, estábamos en una fiesta y la verdad es que a su hijo le ha sentado mal la bebida, pensamos que sería mejor que se lo llevara a casa, porque realmente no puede ni moverse y nosotros nos vamos ahora
-Ok, ok, está bien, dime cual es la dirección- el muy cabrón me había dicho que se iba a estudiar a casa de un amigo
-Cambio de planes chicas, tenemos que recoger al golfo de mi hijo que va más pedo que Alfredo
-Wow, el cachas tu hijo-exclamó Marta provocando las risas de Isabel, siempre estaban con la broma de que mi hijo estaba muy bueno y se lo iban a follar, lo cierto es que es bastante atractivo y nunca necesitaría follarse a unas cuarentonas como nosotras
Llegamos a un chalet y al entrar vimos como sus amigos le estaban poniendo sobre una tumbona
-Vaya pedo que lleva
-Lo mejor es dejarle aquí y que se airee un poco
-Jorge, me oyes
Jorge tenía los ojos abiertos pero no se enteraba de nada
Un amigo le dio algunos cachetes en la cara
-Tío, vas fatal, casi te ahogas en la piscina, te vamos a dejar un rato aquí para que te de el aire, no te muevas, capullo
Por toda respuesta Jorge se limitó a balbucear algo mientras sus amigos volvían dentro de la casa.
Salimos a la calle y nos alejamos algunos metros, cargando con Jorge que estaba completamente grogui.
-Voy a por el coche, esperadme aquí
-No podemos meterle en el coche así, está completamente empapado-dijo Isabel con una sonrisa malvada
-Creo que no va a quedar más remedio que…
-¡Desnudarle!-dijimos las tres entre risas
Enseguida nos pusimos manos a la obra en plena calle, por suerte era tarde y estábamos en un barrio tranquilo. Le quitamos la camiseta, los zapatos y los pantalones, hasta que quedó solo en ropa interior.
-Ojalá mi marido tuviera esos musculazos
-Pásame la botella que estoy seca
Marta sacó una botella de ron y me la dio, le di un gran trago y se las pasé a las dos, que tampoco se quedaron cortas
-Uuuuuhhh!!! Que está noche nos lo follamos!!!!!
-Venga metedlo en el coche
Tiramos su ropa a una papelera y metimos a Jorge, prácticamente desnudo, en el asiento de atrás, Isabel y Marta se pusieron a su lado.
Isabel fue la primera en romper el hielo y le plantó un beso en la boca mientras le acariciaba los pectorales y los abdominales.
-Wow Isabel!!!-dijo Marta entre risas
-¡Qué fuerte!
Cuando dejó de besarle estaba totalmente ruborizada. Cogí una curva a gran velocidad y Jorge se derrumbó sobre Marta como si fuera un muñeco de trapo
-A ver si se le va pasando el pedo-dije yo-Por cierto ¿no tenéis algo de hambre? Qué os parece si vamos al McDonald’s ese que está en la carretera de la costa y que está abierto también por la noche
Estábamos completamente borrachas y con un en ropa interior en el coche. Como para que nos parara la Guardia Civil. Llegamos al McDonald’s y nos pusimos en la cola del McAuto. Cuando llegamos a hacer el pedido el empleado se quedó alucinado al ver a tres mujeres maduras borrachas en el coche y con un tío semi desnudo dentro
-Es un amigo nuestro no te preocupes-dije yo
Cogimos nuestras hamburguesas y las fuimos comiendo mientras yo conducía de vuelta a la ciudad
-Uy que mala suerte-escuché que decía Marta
Miré por el retrovisor y vi como estaba vertiendo el kétchup de una de esas bolsitas que te dan sobre el torso de mi hijo.
-Marta me vas a manchar la tapicería del coche
-Tranqui tía que estoy lo limpio yo en un periquete
Dicho lo cual empezó a pasar su lengua por el cuerpo de mi hijo hasta dejarlo completamente limpio.
Seguimos bebiendo y fumando mientras entrábamos en la ciudad. Cuando parábamos en un semáforo la gente flipaba al vernos.
Puse el coche a toda velocidad rumbo a casa.
Mi pobre hijo no se enteraba de nada, estaba borracho perdido.
Llegamos a mi casa y aparqué justo enfrente. Le sacamos del coche con dificultades y le dejamos tendido sobre la acera.
-No encuentro las llaves-dije mientras rebuscaba por el bolso-Ayudadme vosotras también
Isabel y Marta dejaron a mi hijo en el suelo y empezaron a buscar por el coche, de repente se escucharon unos pasos por la calle.
-¡Esconded a mi hijo idiotas!
Cuando el desconocido cruzó la esquina y apareció ante nosotras mis amigas no habían conseguido meter todo su cuerpo, se tuvieron que quedar en la puerta tratando de ocultarlo. Por suerte la otra persona apenas nos miró y pasó de largo.
-Ya he encontrado las llaves, podemos entrar
Después de la tensión que habíamos pasado nos merecíamos relajarnos, dejé a mi hijo sobre una tumbona del jardín mientras mis amigas y yo nos bebíamos unas copas bastante cargadas cerca de la piscina.
-Marta ¿se puede saber que es esa bolsita que estás manipulando?
-Tranqui Marisa, ahora es cuando empieza la fiesta de verdad
-¿No será marihuana y te estarás preparando un porro a tus 45 años?
-No me lo estoy preparando, de hecho ya lo estoy encendiendo
-Joder Marta en mi casa fumándote un porro, ¿y si lo ven los vecinos?
-¿Quién nos va a ver? Son las tres de la mañana, de hecho os estoy preparando más a vosotras. Y Marisita, coño, que hoy es el día de tu divorcio, a ver si te sueltas un poco la coleta
La verdad es que hacía casi 20 años que no me fumaba uno, desde que me casé con el imbécil de mi ex marido, y cuando mi amiga me dio el mío y le di la primera calada empecé a toser al igual que Isabel, pero la maría era de primera calidad, nunca había fumado uno tan bueno.
-¿Sabéis lo que es realmente cojonudo? Bañarse desnuda en la piscina mientras te fumas un porrito-dijo Marta mientras se levantaba y se acercaba a la pileta.
Sin dudarlo un segundo se despojó de toda la ropa, dejó el porro en el bordillo y se tiró a la piscina
-Venid conmigo, el agua está perfecta
A esas alturas estábamos todas bastante colocadas, así que acabamos todas en la piscina desnudas y fumándonos nuestros porritos, sin importar que algún vecino nos viera.
Estaba en la gloria, todo daba vueltas a mi alrededor y sentía una sensación de relax inigualable.
-Marisa no es por nada pero creo que tu hijo se está levantando
-No me jodas
Era verdad, mi hijo se estaba empezando a recostar aunque su mirada perdida denotaba que seguía completamente borracho.
-Joder joder joder no puedo permitir que mi hijo me vea en estas condiciones-dije mientras salía de la piscina completamente desnuda
Cuando me acerqué a él empezó a vomitar, le agarré de la nuca para que no se manchara.
-Venid a ayudarme coño
-¡Qué desastre!
Sin pensármelo dos veces empecé a bajarle los calzoncillos.
-Ayudadme a lavar esto
-¿No me habéis oído?
Miré a mis amigas que estaban completamente embobadas mirando a Jorge
-Joder Marisa no sé si es que estoy colocada o qué, pero vaya polla tiene tu hijo
-Ya te digo
-Vaya secretito que te tenías guardado ¿eh Marisa?
-No tenía ni idea, no le voy mirando la polla a mi hijo, pero parece muy grande
Ante nosotros quedó un pene de un tamaño enorme a pesar de que no estaba erecto, y parecía además bastante ancho. Por si fuera poco, como mi hijo estaba depilado, verlo sin vello púbico lo engrandecía todavía más.
-La hostia
-Madre del cordero
-Joder, os juro que nunca hubiera imaginado que la tuviera así de grande ¡ojalá su padre hubiera tenido esa herramienta!
Nos quedamos un rato embobadas mirándolo hasta que mi hijo nos sacó del ensimismamiento
-Que estáis haciendo -murmuró con los ojos medio abiertos
-Dame la botella de vodka-ordené a Isabel
Sin dudarlo un segundo abrí su boca y le hice beber una parte considerable de la botella, quedando grogui instantáneamente.
-¡Jajajaja Marisa que expeditiva!
-Imaginad que nos llega a pillar, a vosotras casi ni os conoce pero su propia madre… jaja
Nos servimos unos copazos de vodka con naranja de la botella de la que había mamado mi hijo, estábamos fuera de control, la fiesta se nos había ido de las manos y no quería ni imaginarme como iba a acabar todo.
-Chicas que todavía nos quedan los porros
Marta e Isabel se fueron hacia la piscina, pero a mí se me ocurrió una idea mejor. Agarré a mi hijo de los brazos y los fui arrastrando hacia la pileta. Lo dejé al borde y fui hacia una caseta que tenemos en el jardín, de allí saqué una colchoneta con forma de tiburón, la inflé como pude y la eché al agua.
-Chicas ayudadme que yo sola no puedo- dije entre risas, totalmente borracha
Lo puse sobre la colchoneta a duras penas, viendo como su tremenda polla se balanceaba de un lado a otro
-¿Estás loca Marisa? Si le colocas boca arriba y vuelve a vomitar se pude ahogar. Sujetad la colchoneta mientras le coloco boca abajo.
Con mucho esfuerzo logramos poner a mi hijo de espaldas. Si hay una parte del cuerpo masculino que me pone a mil, aparte de la polla, es el culo, y el de mi hijo era perfecto, un trasero cuadrado y firme, en el que lucía un tatuaje tribal sobre la nalga derecha que yo no conocía. Marta también pareció darse cuenta y le empezó a dar cachetes.
-Has sido un niño malo y ahora te vamos a castigar- dijo mientras empujaba la colchoneta al otro lado de la piscina
Continuamos fumando y bebiendo desnudas en la piscina mientras nos íbamos pasando la colchoneta entre nosotras, en una de estas no pude evitar la tentación y clavé las uñas en el culo de mi hijo, comprobando que estaba durísimo. Una ola de excitación recorrió mi cuerpo ¿sería posible que mi propio hijo me estuviera poniendo cachonda?
Estábamos tan colocadas que cuando salimos de la piscina nos olvidamos de sacar a mi hijo durante un rato, hasta que Marta lo echó de menos. A duras penas lo sacamos de la piscina
-¿Y ahora qué hacemos con el niño?
-Lo mejor es que lo dejemos en la cama por si se despierta
Tras dejarlo en su habitación nos sentamos en un sofá, pero yo iba tan mal que poco a poco me fui quedando dormida...
Desperté alrededor de media hora después, debido a las carcajadas que se escuchaban al otro extremo de la casa. Como pude me levanté del sofá con la cabeza que me pesaba una tonelada. Observé que salía luz del cuarto de mi hijo así como una conversación bastante subida de tono.
-Dios santo es gigantesca, nunca había visto nada igual
-Y pensar que Marisa vive con este semental todo el año
Cuando me atreví a mirar me encontré a Marta recostada sobre mi hijo masturbándole frenéticamente.
-¿Se puede saber qué estáis haciendo?
Mis dos amigas se quedaron heladas
-Verás Marisa es que nos interesaba saber cuanto le mide la polla a tu hijo y como está borracho perdido solo lo podemos lograr así.
Una ola de excitación volvió a recorrer mi cuerpo cuando vi el tamaño de la polla semi erecta de mi hijo.
-Esto no va a quedar así-dije saliendo del cuarto
Cuando volví tanto Marta como Isabel se habían apartado de mi hijo
-Tranquilas chicas que creo que para esto vais a necesitar...esta cinta métrica-dije mientras me sacaba un metro
Las tres estallamos en risa, yo estaba cachondas perdidas y a mi me daba igual todo.
-¿Quieres hacer tu los honores Marisa?
Dicho y hecho, agarré con fuerza la polla de mi hijo y empezó a pajearla frenéticamente, todas pudimos comprobar lo dura que se le puso y el increíble tamaño de su verga, que llegó a desbordar la mano de mi amiga.
-Chicas creo que ya está al máximo-dije apartándome
Nos quedamos unos segundos embobadas contemplando ese misil
-Venga Marisa ¿a qué esperas para medirla?
Me fui acercando a la polla de mi hijo como si me fuera a morder, extendí la cinta métrica y la puse al lado de su verga, cuando la noté tan cerca de mi mano mi entrepierna empezó a humedecerse.
-Joder...22,5 cm, casi 23, ojalá su padre la hubiera tenido así de grande
-¿Casi 23 cm? ¿Qué dices?
-Que sí, acércate
Isabel se puso en cuclillas al lado de la polla de mi hijo
-Joder joder
Marta también se nos unió y llegó a tocarle la polla, que dio un pequeño respingo como si tuviera vida propia.
-Está muy dura y caliente
-¿Vosotras creéis que esto cabe en la boca de alguien?
-Solo hay una forma de comprobarlo-dijo Marta
De pronto se sacó un bote de nata montada que debía haber sacado de mi frigorífico y comenzó a cubrir la polla de mi hijo de nata.
-¡Qué pasada tía, la has dejada cubierta!
Sin mediar palabra Marta empezó a hacerle una felación a mi hijo, intentando abarcar su portentoso falo, pero era imposible. Visiblemente excitada Isabel la apartó e intentó hacer lo mismo, pero no logró más que meterse la mitad de su polla. Yo ya no podía más y decidí entrar al ataque, me daba igual que fuera mi hijo, estaba cachondísima.
-Dejadme a mí
Mis amigas me miraron con extrañeza
Agarré con fuerza su pene y me lo fui metiendo en la boca, apenas quedaba nata y pude notar el sabor de su glande, comprobé con admiración que me entraba bastante más que a mis amigas me lo estaba pasando en grande mientras notaba el rabo caliente y surcado de venas de mi hijo en mi boca. También les dediqué un buen rato a sus enormes huevos mientras mis amigas me jaleaban y creo que alguna llegó hasta a hacer una foto con el móvil.
Al cabo de unos minutos dejé de mamársela e intenté controlarme, sabía que el cuerpo me pedía más, me pedía que me metiera ese rabo por el coño y lo cabalgara como una loca, pero al fin y al cabo era mi hijo, si ya había traspasado la línea roja haciéndole una mamada, follármelo era demasiado ¿o no?
Isabel parecía tener menos dudas morales y en cuanto vio que yo me apartaba se subió a horcajadas sobre mi hijo
-Perdona Marisa pero si no lo haces tú lo hago yo
Agarró la polla de mi hijo y se la fue metiendo poco a poco en su encharcado coño, cuando se lo metió del todo dio un gran suspiro y cerró los ojos
-Dios mío esto es genial
Puso las manos en los pectorales de mi hijo y comenzó a cabalgarlo con saña, no puedo negar que me puse un poco celosa pero al fin y al cabo ¿qué iba a hacer?
Isabel no tardó en correrse, bufando y gritando improperios que se oyeron por toda la casa
-Que bueno estás cabrón sigue follándome ojalá mi marido la tuviera así de grande
Se corrió un par de veces más hasta que Marta pidió la vez
-Oye déjame a mí un poco que llevas media hora y estás abusando
Isabel se quitó pudimos ver su chochito totalmente empapado y enrojecido
-Joder que ganas tenía de probarlo
Al igual que Isabel lo montó y comenzó a follárselo a saco
-¡Sí, sí cabrón que aguante tienes!
Los orgasmos se sucedían uno detrás de otro y yo temía que mi hijo se despertara, aunque lo que más miedo me daba era la humedad que bañaba mi entrepierna desde hacía un buen rato
Por puro cansancio Marta tuvo que bajarse y dejar a mi hijo, que sorprendentemente seguía manteniendo su polla durísima como al principio.
-Marisa tienes que probarlo, aunque sea tu hijo, estas cosas sólo pasan una vez en la vida
-Es verdad Marisa tu tranquila que no te vamos a decir nada, estamos todas borrachísimas y un día es un día
-Joder es que me da mucho palo, es mi propio hijo
-No lo veas así sino como una oportunidad para echar el mejor polvo de tu vida
-Venga no te hagas de rogar
Entre las dos me fueron acercando a la cama, si bien es verdad que tampoco opuse mucha resistencia. Me desnudé y me subí a la cama, me puse sobre él y agarré su polla con la mano derecha, guiándola hacia mi coñito. Antes de metérmela dudé unos segundos, pues me asustaba su tamaño.
-¡Venga Marisa, todo tuyo!
Empecé a meterme la punta poco a poco, sentía cierto dolor ya que llevaba dos años sin follar por culpa del reprimido de mi ex, y desde luego nunca había “probado” un pene de ese tamaño, parecía que no se acababa nunca pero mi vagina se adaptó a él hasta que entró del todo. Cerré los ojos y di un gran gemido
-Dios mío es enorme, me está quemando por dentro
-Jajaja ya te lo dijimos, cosas como ésta solo se ven una vez en la vida
Comencé a cabalgarle con violencia, como habían dicho mis amigas oportunidades como la que estaba viviendo se presentan muy pocas veces, sentía la polla de mi hijo en lo más profundo de mi coño, yo me inclinaba sobre su cuerpo y lo besaba, decía toda clase de palabras soeces, le pedía que me follara, que me la metiera hasta el fondo, una sensación de vértigo se apoderó de mi cuerpo cuando tuve mi primer orgasmo, el más intenso y largo de mi vida, después se fueron acumulando uno detrás de otro, yo no me cansaba nunca pero estuvimos follando muchísimo tiempo, tanto que mis amigas estaban sorprendidas.
De repente, y cuando menos lo esperaba, mi hijo entreabrió un poco los ojos, casi me da un infarto cuando lo vi, pero seguí montándolo como si nada, fue poco después que sentí su polla hincharse dentro de mí y comenzar a eyacular potentísimos y abundantes chorros de semen que mi coñito acogió como pudo, mientras tenía mi último orgasmo.
Cuando saqué su polla de mi coñito una riada de esperma resbaló por mis piernas hasta las sábanas.
-Que pasada Marisa nos has dejado a cuadros
-Nunca habíamos visto a nadie follar con tanta pasión
-Bueno chicas, creo que hemos tenido bastante por hoy, si no os importa me gustaría descansar un poco
Ninguna de las tres dijo nada cuando nos despedimos.
Volví a la habitación de mi hijo, estaba en la cama completamente desnudo y con la polla semi erecta, no pude evitarlo y limpié los restos de semen con mi boca antes de ponerle el pantalón del pijama para que no sospechara.
Yo apenas pude dormir de la excitación, me masturbé varias veces con la imagen de la polla de mi hijo, sobre todo me obsesionaba la idea de que me hubiera visto cuando había entre abierto los ojos ¿me habría reconocido y habría disimulado? ¿Le habría gustado? Dios, tenía que volver a follármelo como fuera.
Cuando amaneció decidí ponerme un sujetador ropa interior roja y una bata negra, así le esperaría cuando se levantara. Ahora, sin mis amigas delante, no tendría que fingir.
Le estuve esperando durante horas en el salón, por fin, a las tres de la tarde, escuché ruidos en su habitación. La puerta se abrió y lo vi salir en calzoncillos, pero fue directamente al baño, sin verme. Escuché el ruido de la ducha y estuve tentada de entrar con él.
Por fin, a los pocos minutos, salió del baño con la toalla anudada por la cintura, quedamos frente a frente.
-Mamá, tengo que pedirte perdón por lo de anoche
-Co...como, no te entiendo-balbuceé
-Sí, ayer debí de pillarme una buena borrachera con los amigos aquí en casa, no me acuerdo de nada pero tengo muchísima resaca, he visto las botellas de alcohol y...bueno, la marihuana que hay en el jardín. Te juro que yo no fumé nada, pero debí de beber como un cosaco porque no me acuerdo absolutamente de nada, o mejor dicho, de casi nada, ¿me perdonas mami? -me dijo dándome un beso en la mejilla
-Claro Jorge, tranquilo-fue lo único que acerté a decir mientras escuchaba la risa de mi hijo y notaba como una mano acariciaba mi culo…