Cafe, tabaco y medias negras

Basta un prenda para echar a caminar el erotismo.

Café, tabaco y medias negras.

Medias. Dulces, suaves, tersas, opacas o traslucidas, una prenda exclusivamente femenina. Me fascinan desde siempre.

Mi nombre será R. Soy un hombre de 29 años, rubio, bien parecido y una relación. Consigo el sexo que quiero con mi novia, a la que he ido aleccionando para ponerse la lencería y las medias que me excitan. Sobre todo me gusta que use medias muy delgadas sin panties durante un largo día hasta que las sude, y cachondearla para desearle la concha mojada a través de la delgada telita, para después romper sus pantimedias y hacerlas trizas y cogerla rico. También me gusta que pose para mí en medias de colores o con patrones bordados. Me parece sexy.

Disfruto tanto la prenda que disfruto ver las distintas versiones que existen de ella, sobre todo en la anatomía femenina. A mi me parece atractivísimo cuando chicas y mujeres mas grandes las usan y se ven cómodas en ellas. Me basta ver los pies o piernas de estas bellezas usando pantimedias, medias o tobimedias para que una parte de mi arranque con fantasías.

Hace poco acompañe a mi hermano a un café que tiene un amigo suyo. Pensábamos tomar un capuchino pero alguna maquina se le estropeo al amigo de mi hermano y como el es ingeniero y se las da de "arregla todo" (con bastante éxito, si no le pedirían ayuda), fue como caballero andante a reparar dicha maquina. Así, me quede temporalmente solo en una mesa bebiendo café de una copa.

Frente a mi llego una pareja conocida del dueño, un muchacho alto y la que parecía su novia, que a primera impresión me pareció alguien muy común. Joven, unos 24 años, morena clara, dicen por aquí que café con leche, de cabello negro recogido en un discreto chongo con una dona para cabello, con lentes de armazón delgado, ojos negros, labios gruesos. Un cuerpo delgado, delicado, de esos que no tienen la firmeza de un gimnasio pero no han hecho lonjas aun. Llevaba una blusa blanca que le cerraba bien y acentuaba un busto de tamaño regular a pequeño. Unos pantalones de traje sastre.

Tomaron asiento frente a mi mesa, pero cuando iba a sentarse el muchacho le llamó el dueño del café, el amigo de mi hermano, para hablar con él de un pendiente de negocios, dejando a esta chica sola frente a mí. Ella hizo un gesto de resignación como si eso pasara a menudo. Cruzo la pierna y encendió un cigarrillo. Al cruzar la pierna exhibió sus zapatos, y he aquí que llamo determinantemente mi atención.

Traía unos zapatitos planos negros. Nada del otro mundo. Pies pequeños, chiquitos, delicados, armónicos con ese cuerpo entre niña y mujer, con medias negras con arrugas alrededor de su tobillo, que desaparecían y reaparecían con los movimientos de su pie.

Ella se llamaba Diana, me dijo cuando me presente con ella y le empecé a hacer la platica. Era visitante médico y venia de trabajar, así que estaba cansada. Eso de visitar médicos era de estar viajando todo el dic y por eso evitaba los tacones, pero debía vestirse formal pero no demasiado llamativa. De usar minifaldas o escotes pronunciados no faltaría el galeno con deseos de casanova que la molestara, así que usaba traje sastre de pantalón y zapatos bajos. Como conozco ese medio estuvimos platicando por un buen tiempo, mientras nuestros acompañantes originales platicaban de sus asuntos pendientes.

Yo miraba furtivamente sus pies enfundados en esas medias y me excitaba. ¿De que material estarían hechas? ¿Serían medias o tobimedias? No parecían pantimedias pues suelen tener mayor ajuste evitando las arrugas. ¿Serían de nylon o de poliamida? Sabía que de solo tocarlas y jalarlas un poco tendría mi respuesta. Conozco mucho de estas prendas y puedo distinguir el denier, la marca incluso con solo verlas. A veces cuando no es una marca muy conocida debo tocarlas para terminar la identificación, y es que lo que más me excita de la prenda es su textura, que además puesta se calienta con el calor corporal de la mujer. Si ella se excita, las medias se calientan de manera independiente como el resto de la ropa. En ocasiones cuando estoy aburrido esperando a alguien en un sanborns o en un supermercado me doy una vuelta a donde están las pantimedias y con la excusa de que voy a hacer un regalo íntimo las examino. Algunas dependientes de tienda me miran con recelo y suspicacia y es que creo que ya deben de saber que los hombres que disfrutamos viendo la ropa de mujer o somos unos pervertidos.

Algunas mujeres se dejan examinar las medias con gusto. Para algunas de ellas también guardan un valor de seducción y de autoerotismo. Es una gran forma de saber si a uno le tienen confianza y a las mujeres les fascina un halago que les haga ver que son observadas a detalle. ¿Cada cuando reciben un piropo por su elección de medias, o por el valor de usarlas cuando para algunas les resulta tan incomodo, casi una tortura? Por supuesto es sugeridle primero halagar su cabello, para disminuir su sorpresa y no pasar como pervertido con ellas. Yo recientemente platicaba con una colega y notaba en este otro caso unas medias marrones opacas en pleno verano. Si alguien usa esa prenda en tiempo de calor, es porque le gusta usarla o porque piensa que tiene pies muy feos. Le pregunte y respondió que le gustaba usarlas, y que le disgustaba que se le pegaran los pies sudorosos a su calzado. Le pregunte si me dejaba tocarlas y me lo permitió. Yo toque su tobillo a través de la media, lo frote con delicadeza como una caricia y tome con un pequeño pellizco la media para sentir su textura, su densidad y su elasticidad, para finalmente soltarla de muy poca distancia y escuchar el pequeño latigazo "snap" que hace la prenda al volver a su forma original.

Mientras platicaba con Diana sobre su hermana y su mas reciente novio, sobre series de médicos y sobre los gajes de su oficio, seguía viendo su pie jugueteando dentro de su zapato y las variaciones de la media en su tonalidad y en sus arrugas y zonas lisas. Diana me parecía muy sensual, con labios carnosos, mirada aguda e inteligente y la mano derecha sosteniendo un cigarrillo que se iba consumiendo. Moría de ganas de repetir la experiencia que platique arriba, pero sabía que con el novio allí y en este lugar tan publico seria imposible. Sin embargo no dejaba de imaginar que haría si la tocaba por encima de su elegante ropa, si tocaba su tibia piel y si descubría la parte inferior de su cuerpo. ¿Encontraría unas tobimedias de nylon o algo más provocador? A veces me gusta coger y estirar la media para ver como cambia la transparencia mientras entro y salgo. ¿Le dejaría ir mi semen sobre las medias? ¿En su boca tras una chupada con esos carnosos belfos? ¿Cómo se vería despeinada? Me gustaría cogerla sin que se quitara los lentes

Pasaba la noche y aquellos caballeros terminaban sus asuntos. Yo finalizaba mi café y Diana su tercer cigarrillo. Tiempo de irnos, pero intercambiamos teléfonos, "por lo que se pudiera ofrecer". Ah, que medias.

Agradezco comentarios y contribuciones.