Café de media tarde

Cuatro mujeres y en su terreno...imparables! ¡qué suerte estar alli!

Desde mi llegada a la casa la reunión se ha animado mucho. Oigo la voz de la mujer de treinta y pocos años que me ha recibido,  charla muy animadamente con las otras tres mujeres que vi en el salón al entrar. El murmullo llega hasta la cocina donde me encuentro yo solo.

Reviso la nevera por la que llamaron quejándose que no funcionaba bien, oigo como bromean, se ríen y disfrutan de la tertulia de media tarde alrededor de unos vasos de café y unas galletas de chocolate.

A mi espalda noto que alguien se acerca para curiosear. No es la primera vez que al llegar a un sitio donde hay varias mujeres reunidas se inicia un murmullo sospechoso. Debo suponer que mi aspecto les agrada y hacen sus comentarios al respecto. Suelo llevar una camiseta de tirantes que deja ver mis buenos pectorales y mis musculosos brazos, mi cuerpo es poderoso y viril, hasta ahora suele proporcionarme bastantes buenos ratos.

La ama de la casa, muy seria, se dirige a mí pidiéndome que la acompañe hasta el salón para solucionar algo que no puede esperar y necesita mi presencia. Obediente la sigo sin percatarme de lo que me espera.

-  "Estamos discutiendo entre nosotras que es lo que más atrae a los hombres de nosotras, Mari dice que los pechos, Marisa y Soledad dicen que las piernas y el culo.

- “Yo creo que os fijáis más en la cara y en el pecho", "anda… dinos tu opinión ¿a ti que te atrae más?".

- "Bueno yo…. no se… yo os puedo decir lo que me gusta a mí",… en lo que yo me fijo más…los demás no sé".

- "Vale… vale…", dicen ellas a coro, “Te tomamos a ti como ejemplo”.

En otras circunstancias me habría atragantado con la situación, pero hoy me siento pletórico y tengo unas ganas enormes de jugar con estas cuatro señoras, que un poco aburridas, buscan alicientes para pasar la tarde divertidas (en principio tratando de tomarme un poco el pelo, claro!)

- "Nos fijamos bastante en que sea guapa, buen tipo, sexy, algo provocativas…", digo con toda naturalidad y procurando que no se note que me estoy poniendo nervioso.

- "Bahhh…. Uuuuh… eso es muy light… vamos… vamos que no somos quinceañeras… anímate un poquito…", dice una de ellas, la más resultona que busca una opinión más directa y punzante, algo que añada un poco de salsa a su discusión.

Veo por donde van lo tiros y no seré yo el que defraude a la concurrencia, así tomo mis cartas y entro en su juego. Ya veremos hasta donde está dispuestas a llegar. Se por otras experiencias que cuando están en “modo superioridad” no se cortan lo más mínimo por lo que hay que avanzar con precaución.

- "Bueno, si queréis lo que puedo hacer es deciros lo que llama la atención de cada una de vosotras… bueno mi opinión... claro", le digo dando un rápido repaso a la cuatro mirándolas una a una de arriba abajo terminando en cada caso con una mirada directa a los ojos.

- "Eso ya nos gusta más… esto se pone interesante… queremos saber la opinión de un chavalote guapo… de estas cuatro "mujercitas" tan simpáticas que tienes aquí delante", dicen entre risas y todas a la vez.

-  "Está bien, hare lo que me pedís… empecemos… debéis dar una vuelta por el salón una a una y después todas juntas en fila, como si fuese un pase de modelos… yo tomaré nota. Luego os digo mi opinión, con mi dictamen"

-  "Uy ¡qué divertido! ¿y podemos arreglarnos un poco antes?", dice una de ellas que tiene un par de melones espectaculares.

-  "Por supuesto que sí", ”aunque eso nos va a retrasar un poco y tendré que cargar más tiempo en el parte de visita. A mi jefe le tendré que decir que he tenido dificultades en la reparación y puesta a punto”, le advierto a la dueña.

Tras soltar unos grititos de alegría por el juego que iniciamos, todas ellas salen ilusionadas como niñas del salón hacia las habitaciones interiores y el baño para acicalarse, todasquieren salir bien paradas en el juego.

Mientras se arreglan, busco un CD de música melódica adecuada para el desfile, y espero la aparición de la primera concursante.

La primera sale y hace el recorrido. Se ha atado la camisa a la cintura desabrochando los botones superiores, con lo que resaltan sus bonitas caderas envueltas en un pantalón ceñido, su cinturita desnuda, y sus pechos medianos y juguetones (no lleva sostén debajo). La premio con unos intencionados silbidos de admiración.

A continuación sale la más sofisticada de todas. Se ha cepillado su hermosa cabellera y se ha subido la faldilla hasta medio muslo, haciendo que el vestido en forma de tubo se ajuste a su cuerpo y pueda lucir sus largas piernas. Unos golpecitos con los nudillos sobre la mesa es la forma de expresar mi aprobación.

Ahora sale la más joven y más recatada de todas ellas. En apariencia no se ha esmerado mucho en cambiar su imagen, pero me sorprende gratamente cuando hace el recorrido cimbreando su cuerpo de forma estudiosamente provocativa y sensual. El movimiento de sus labios poniendo unos morritos muy apetitosos compensa su discreción con la indumentaria.

Finalmente sale la dueña, se ha aprovechado de competir en casa y se ha cambiado el vestido por otro mucho más ligero. Un vestido vaporoso, de tirantes finos, que justo le llega a medio muslo, visten su cuerpo marcando en la tela la señal de sus pezones desnudos. Se contonea con gracia y picardía. Al pasar junto a sus amigas, estas le silban mostrando su desaprobación por este juego con ventaja, y una de ellas le da un manotazo levantándole la falda como castigo.

Evidentemente mi mirada se dirige instintivamente hacia sus nalgas y entrepierna que resultan muy atractivas. Ante las cuatro, resoplo exageradamente haciendo ver mi ostensible agrado.

-  “Bueno… ya estamos todas… míranos bien, y da tu opinión de especialista", dice una de ellas, mientras todas rivalizan en ofrecerme su lado más erótico y sexy.

Dirigiéndome hacia la primera concursante, le digo:

-  "Lo más llamativo es tu figura, tan armoniosa, con esas curvas tan bien delimitadas de tus caderas y el trasero… y tus senos también son muy atractivos…"

- "Vaya rollo… esfuérzate un poco y échale imaginación", dice una. Otra de ellas va más allá al decir: "Eso es lo que diría mi marido de cualquiera de mis amigas… tú debes ser calentorro, queremos sexo".

- "Sexo, sexo, sexo, sexo….", corean todas al mismo tiempo y con volumen en ascenso.

-  "Está bien… está bien… y de regalo, os voy a decir la postura para hacer el amor que cada una de vosotras me sugerís", les anuncio con la voz excitada. Ellas responden con toda clase de gritos y aplausos.

- "Empecemos….lo que más me gusta de ti es tu culito respingón, tan redondito y tan prieto. La postura que me parece más adecuada es la del perrito, pues así podría jugar con mi verga a explorar tu rajita y luego darte bien fuerte hasta hacer saltar chispas entre tus nalgas y mi cuerpo"

- "Así….asiiiiiii, bravo, bravo, sigueee!!!", dicen todas.

- "Tú tienes cara de viciosilla y seguro que en la cama eres una leona…", le digo a la que se presentó con el vestido ajustado y corto.

- "Tienes unas tetas de ensueño y me gustaría tanto darte por detrás para hacer bambolear tus tetas como dos campanas, como hacerte mi jinete para que cabalgues con fuerza sobre mi verga empinada".

-  "uuuuhhhhhhh que bueno se pone esto", dice la siguiente en la lista.

- "Perdona si soy demasiado explícito, pero con esa cara de niña buena que tienes, lo primero que pienso es en hacerte muchas diabluras, desnudarte para ver tu coñito que imagino lleno de pelillos muy negros, tan oscuros como esa melena tan hermosa que tienes.

- “Como tienes ese cuerpo menudo y casi de adolescente, me gustaría verte disfrutar llena de vicio y de lujuria. En fin, con una mamada llena de saliva y luego un polvete mirándote a la cara me daría por satisfecho".

-  "guauuuuuu…. Te estás superando… nos vas a hacer humedecer a todas con tus palabras… aunque espero que también tengas algo más debajo del pantalón… jajaja", dice una de ella.

La dueña de la casa espera impaciente mis comentarios y mi fantasía para ella.

- "Tienes un cuerpo estupendo y creo que llevas una relación satisfactoria con tu pareja, pero quizás un poco acomodada”.

- “Por eso para disfrutar contigo, me gustaría tenerte desnuda, gozando de tu caricias y recibiendo tus besos, pero luego te llevaría por un camino oscuro de desenfreno inexplorado y salvaje”.

- “Te comería el coñito pasándote la lengua por cada rincón hasta llevarte a la locura, jugaría con mis dedos en tu culo, nos haríamos un 69 bien bueno, y luego me gustaría probar varias posturas en la que pudiese ver la expresión de tu rostro cuando la clavo hasta el fondo".

-  "Este chico sabe cómo calentarme", dice en tono de aprobación, al que se suman el resto de sus amigas dando golpecitos en la mesa, suspirando y fingiendo como si estuviesen cercanas al orgasmo.

-  "ya que has sido tan amable con nosotras te vamos a corresponder igualmente con nuestra opinión sobre ti… y la postura que más nos gustaría probar contigo, ¿qué te parece? ¿Se te pondrá dura al pensarlo?", dice la más aventurera.

- "Está bien... está bien... escuchad... puesto que veo que estáis muy salidas os voy a complacer actuando como un autentico BOY", les digo a todas mientras se deshacen en gritos, silbidos y palmas.

Se sientan cómodamente dos y dos en sendos sofás, se aprovisionan bien de bebidas y se disponen a disfrutar del espectáculo. Yo he salido al pasillo para prepararme para mi debut como stripper masculino.

Entro en el salón luciendo mi cuerpo y moviéndome como si fuese un sexy-boy. Saco músculos de mis brazos, me contoneo moviendo mis caderas de forma provocativa y me acerco la mano a mi paquete.

(La entrada ha sido triunfal y creo que cuando más fuerte sea mi debut, mayor éxito voy a cosechar).

Me pongo cerca de ellas y les doy alternativamente la espalda para que puedan meterme mano a su antojo, falsamente protegidas por el anonimato. Empiezo provocando a la más lanzada con una danza insinuante de mi pubis muy cerca de su cara. Luego me desprendo de la camiseta y les dejo que una a una me toquen los duros pectorales y jueguen un poco con mi vello.

Me paso la mano por encima del bulto que delata mi verga y a continuación doy varias rápidas y fuertes embestidas al aire, simulando que le estoy dando fuerte a una hermosa mujer.

- "Muy bien!!! dale fuerte... así... así....", dice una de ellas. Otras dos me tocan el culo y ponen sus manos en la entrepierna desde atrás. La otra se aprieta los pechos para hacerlos más apetecibles en gesto de ofrecérmelos para que me los coma.

Me desabrocho y quito el cinturón. Juego con el haciéndolo chasquear con fuerza, luego lo doblo y con el extremo resultante dibujo los senos de una de ellas. Me bajo la cremallera y les enseño con descaro el borde superior del slip y el buen montón de pelos que hay por encima. La cosa esta que arde, y cuando me meto la mano por debajo de la tela estallan en gritos las cuatro.

-  "Sácatela… y enséñanos tu pajarito…","déjanos ver tu gusanito…a lo mejor le gusta esta frutilla que tengo aquí", "Queremos ver esa polla gorda que seguro tienes!"

Me bajo los pantalones con cuidado para que el slip mantenga tapando a duras penas mi verga hinchada y tiesa como un palo. Pero mi intención queda desbaratada pues alguien desde atrás de un manotazo me los estira y permite que mi miembro se manifieste con toda tu arrogancia y magnitud.

Las cuatro aplauden alegres. Me desprendo de la prenda y dos unos cuantos vaivenes con mucha intención simulando un empujón bien profundo. Esto las llena de emoción y rivalizan entre ellas por quien dice el piropo más exagerado y también el más ordinario.

Mientras ellas se lo piensan, me escupo dos veces en la palma de la mano y a continuación la restriego sobre el capullo, para acto seguido darme unos cuantos meneos intensos y amplios. El capullo queda despejado, grande, rojo ardiente y brillante, pidiendo que alguna boca lo humedezca o que algún coñito le preste sus fluidos.

Me llevo la mano hasta los huevos y me los amaso un poco, para a continuación pajearme lentamente delante de ellas. No sé si me da más placer el meneo que me doy o sentirme como un actor porno que las cuatro mujeres desean tener un rato entre sus piernas.

Me acerco hasta la que parecía mas seria y le ofrezco mi pene para que lo acaricie con sus manos. Al principio duda, mira a un lado y a otro, como pidiendo permiso a las demás, ante la fija mirada de sus amigas, se lanza a manosear con ganas mi cipote.

Las demás también quieren participar de la fiesta, y se reparten cada centímetro de mi anatomía compitiendo entre ellas para conseguir una mejor ración.

Yo sigo bombeando suave al aire, mostrando orgulloso mi verga desafiante.

La dueña de la casa toma la iniciativa y trata de poner un poco de orden:

- "¿quieres follar con alguna de nosotras?… elige a la que quieras… la condición es que lo hagas aquí delante de las demás…", esto si que es un reto en toda regla.

Las otras tres asienten con la cabeza y dan su aprobación a la propuesta. Difícil elección me plantean y no quiero ser yo quien desdeñe a ninguna de ellas, ya que la cuatro me parecen muy, pero que muy apetitosas.

Dejaré que sean ellas las que decidan a través de un juego. Cada una tiene medio minuto para tratar de seducirme, convencerme o arrastrarme a su lado, y serán las compañeras las que evalúen el resultado. El planteamiento del juego les gusta tanto, como el pensar que puedan ser ellas las elegidas para que les de un buen pollazo.

Por riguroso orden de sorteo empiezan “los bailes de exhibición” teniendo en cuenta los tiempos y orden preestablecido.

La primera, se sube la falda y pone su culo bien pegado a mi pubis, empieza a moverse y frotar sus nalgas como si fuese una diosa. Acompaña los movimientos de sus caderas con unos suaves apretones de sus pechos y una delicada serie de gemidos se penetran en mi cerebro estimulándome al máximo.

El turno de la segunda empieza cuando se sienta encima de la mesa, levanta la pierna y me enseña su coño enrojecido. Se acaricia el clítoris de forma salvaje, metiendo los dos dedos con buen ritmo. Me lo ofrece y me invita a ir a visitarlo.

- "está muy solito y necesita compañía", me dice haciendo un pucherito con los labios.

La primera sensación es escalofriante. Mi polla se pierde en la boca de la tercera. Los dientes van rozando a media que se la va metiendo, paro luego succionar con fuerza. Si no la sujeto va a hacerme correr!!!!

La cuarta aspirante lo tiene muy difícil, pienso yo antes de que empiece a jugar con mi polla entre sus tetas, su boca y sus manos. Por suerte el poco tiempo asignado corre a mi favor y aguanto hasta el final del periodo acordado.

Vista la actuación de las cuatro, evidentemente no hay forma de ponerse de acuerdo en quien ha de ser la vencedora del juego y decidimos hacerlo a suertes.

La suerte a sonreído a … eso os lo cuento más tarde. Ahora las “tres perdedoras” se preparan para ser espectadoras de primera fila, procurando tener una postura cómoda que les permita dar rienda suelta a sus lujuriosas mentes.

Deverano.