Café Calipso

La noche es capaz de traer sorpresas cuando menos lo esperas, dos hombres, un lugar, el instante de tiempo indicado.

CAFÉ CALIPSO

Ocho de la noche, la densa neblina cubría las calles del centro de la ciudad, en las avenidas se distinguían las luces de los carros y en lo alto el rojo y verde de los semáforos, la gente buscaba escapar a su casa o simplemente refugio en la calle. Yo caminaba con un espíritu joven y un corazón con heridas, veinticinco años mirando el brillo de la vida, pero aún sentía que ese brillo no me pertenecía en su totalidad.

Caminando entre la bruma que envolvía a todo aquel que estuviera a su alcance, logre distinguir el aviso de uno de mis lugares preferido, un café que cuando lo conocí era un lugar pequeño, pero con el tiempo ha sufrido transformaciones que han hecho de él mas que un café un bar snob que sirve de punto de encuentro entre tendencias de la mayor sobriedad pero pintorescamente futurista, un sitio donde la superficialidad puede embriagar los sentidos. Me senté en una de las barras con vista a la calle, pedí al mesero un martín dry, unos cuantos estaban en sus mesas, otros sonriendo y otros tal vez como yo pensando en la posibilidad de auto curarse de errores.

A pesar del frío de la calle, dentro del lugar hacia calor, doble las mangas de mi camisa hasta el codo y desabotone un botón mas, mi cigarro consumía el oxígeno para remplazarlo por nicotina, un mal hábito que siempre he pretendido dejar pero regresa, mi mirada atravesaba el vidrio que separaba mi cuerpo físico de la calle. Una melodiosa voz se acerca y se dirige a mí:

Interesante pero extraño.

Gire mi cabeza en dirección a la voz y me encontré frente a la mirada de un hermoso joven de mi edad 25 o 26 años tal vez, alto, blanco bronceado, cabello ondulado y castaño claro, parecía un surfista por su piel, ojos brillantes color miel, nariz finamente cincelada por ángeles, aquel hombre tenia un aspecto de personaje mitológico, quizás fue un guerrero de Alejandro Magno de repente seria uno de los mejores, volví en si y respondí con un tono algo cínico y despectivo:

¿Interesante y extraño qué? Respondí

Respiro hizo una pausa, tomo algo de su trago y me dijo:

A veces quisiera recoger en un instante de tiempo lo que hacemos las seis mil quinientas millones de personas que compartimos en este mundo.

Parece tarea de Dios, si quieres puedes tomar asiento, conteste con una sonrisa en mi cara.

Mi desconocido amigo no titubeo por un instante.

Mi nombre es Tiago, Tiago Battaglini, mucho gusto

El mío es Enrique Morín, te ofrezco un cigarro.

Uhmm… No gracias. No fumo.

Le pregunte a que se dedicaba y me respondió que pronto seria ingeniero, sonreí y le dije que bueno seremos dos entonces. Me miro y levanto su trago para brindar por ello. Comenzó a hablarme de sus estudios pero mis sentidos solo exploraban cada curva de su cara, realmente era alguien muy amigable a parte de ser un tipo físicamente agraciado. Generalmente soy algo franco y directo le dije:

Me pareces una persona agradable pero ¿por qué te has acercado a mí? Hay un montón de chicas con las que puedes hablar y estoy seguro que no perderían la oportunidad de hacerlo.

La expresión de su cara cambio, una especie de dicotomía entre un miedo profundo, y un estado iracundo de desagrado se hizo notar y respondió:

Me gusta esta barra, me gusta observar a la gente que camina en la calle y pensé en la posibilidad de conocer a alguien interesante que observe a través del cristal como a veces yo lo hago.

Mi mirada seguía fija en mi trago, en ningún momento lo observe mientras hablaba, solo escuche su voz, se levanto y me dijo:

Discúlpame no quise molestar.

En el instante que comenzaba a retirarse mi mano sujeto su brazo y allí perdí contacto visual con mi copa para mirarlo y decirle:

Siéntate aun no me conoces.

No aun no te conozco, respondió con un tono algo fuerte.

Regreso a su lugar, ya el ambiente del café estaba mas cargado eran las 10:30 p.m. Y comenzaba a desfilar toda clase de gente por el lugar, la música se hacia más fuerte e intensa y me sentía a gusto con mi compaña, me pregunto: - Cuéntame, ¿tienes novia, esposa, hijos?, respondí: no, soy muy joven para hijos, el matrimonio no va conmigo y pues las novias pueden ser un dolor de cabeza, sonrío y dijo: - pienso igual, jajá jajá, sus carcajadas tenían un ritmo que invitaban a seguirlo, yo llevaba mas de tres tragos el tal vez el doble, por un instante perdí mi mirada en sus ojos y me pregunto:

¿Qué ves en mí?

Veo… muchas cosas

Si, ¿cómo qué?

Tal vez los tragos me han abierto el sentido de visualización

No creo, respondió… Yo con o sin ellos pude observar mucho desde que entre.

Ah… ¿si?, ¿qué será?

Bueno lo mismo que tu… respondió

Su gruesa pierna tocaba la mía debido a la cercanía, mis manos estaban sobre mis piernas, y las de el en su vaso, por un momento sentí el roce de dedos en mis piernas, buscando un sentido mas estricto a lo que sucedía, lo mire y disimulo posando sus manos en sus piernas, sonreí, sabes me gustan las manos que se olvidan de la timidez, mis palabras fueron un cheque en blanco. En medio de la oscuridad del lugar y mientras conversábamos de nuestras vidas, nuestras manos tenían su propia conversación con nuestras piernas, aquello era una situación excitante además de de peligrosa debía ser con la mayor discreción posible debido al lugar donde nos encontrábamos. Al rato me dice:

Sabes, no me siento bien, preferiría ir a mi apartamento, me gusta tu compañía si deseas podemos seguir conversando allá.

Tal vez en otra ocasión, respondí.

Si, tienes razón discúlpame una vez más, respondió

Te acompaño a tomar un taxi, le dije para aliviar la tensión.

No tranquilo, tengo mi auto en el estacionamiento

Te acompaño hasta el, insistí

Si gracias, si quieres te dejo cerca de tu casa

Claro sería un placer

Cuando llegamos a su auto, me di cuenta que no estaba en condiciones para manejar, disculpa me dijo, es que después de unos tragos las cosas se mueven, le dije – ¿pero si quieres te llevo a tu casa?, contesto inmediatamente, chévere gracias, toma mis llaves, vivo en la Alameda, te llevo le dije, lo monte en su auto y me dispuse a llevarlo a su apartamento. Maneje por la avenida hacia el norte de la ciudad donde casualmente ambos vivimos, camino a su casa me dice, vivo en el edificio los Geranios, si conozco cual es respondí, vivo muy cerca de el, giro su cabeza hacia la ventana y guardo silencio, tal vez ambos teníamos varias preguntas que deseábamos responder.

Me detuve frente a su edificio, me indico su lugar de estacionamiento, es allí me dice, pero luego de estacionar el auto, me estacionas a mi en mi apartamento se río estrepitosamente, le respondí claro me encargo de que estés bien y luego me voy, me miro y con sus bellos ojos se dirigió diciéndome gracias sabia que debía hablar contigo esta noche. Lo lleve hasta la puerta de su apartamento, la abrió, era un lugar de muy buen gusto minimalista, le pregunte ¿eres estudiante y tienes estos lujos?, sonrío y dijo, a veces tus padres hacen lo posible por hacerte sentir bien, por el hecho de nunca estar, su trabajo los mantiene fuera de la ciudad por largas temporadas, ya estoy acostumbrado a estar solo, pasa sigue, siéntete cómodo, no vale, respondí, ya estas acá, además no te puedes ir sin estar seguro que estoy bien sonrío mostrando sus perfectos dientes.

Se acerco y me dijo:

Quiero seguir haciendo lo que hacíamos en Café Calipso pero acá los dos sin inhibición.

Puso su rostro frente al mío rozando sus labios con la piel de mi cara, cerré mis ojos y con mis manos lo empuje tomándolo de sus caderas hacia mi, el resultado fue sus labios sobre los míos y sus manos y brazos apretando mi cuerpo, ya estaba dicho entre líneas lo que ambos deseábamos, nos besamos intensamente sus manos se metían dentro de mi camisa acariciando mi pecho, su lengua era un látigo de fuego que incineraba mi boca, mis manos tocaban su prominente espalda, comenzó a caminar sin soltarme me guiaba empujándome con su cuerpo. Empezó a besar mi cuello y yo comencé a quitar su camisa, se detuvo por un momento, me miro a los ojos y luego sonrío, su sonrisa desarmo mis sentidos y poco juicio que tenía, continué quitándole la camisa, dejándola caer al piso, bese su hermoso pecho que dibujaba su anatomía, mientras el acariciaba mi pelo, su perfume y el mío se mezclaban embriagando el aire, comencé a morder sus pezones mientras el reía, los lamía alrededor y en cada punta, mientras el quitaba completamente mi camisa, dirigió mi cabeza a la suya y lo bese esta vez fui yo quien busque sus labios, me besaba mientras reíamos, me encantaba su espíritu siempre alegre.

Seguimos caminando mientras me conducía a una de las habitaciones, inferí que seria la de él, llegamos a una habitación claramente minimalista de excelente gusto, todo en su lugar, una gran cama perfecta e inmaculada, bienvenido a mi habitación, esta noche será de ambos, sonreí, pensé que era una locura o un sueño delante de mi tenia a un semidiós sin camisa que se quitaba los zapatos, me pareció excitante verlo sentado en su cama, desatando cada lazo y quitándoselos de forma ordenada, era obvio que era una persona que le gustaba tener todo en perfecto estado y perfecto orden. Me agache y lo ayude con sus medias, desvelando sus pies perfectos, dedos hermosos y anatómicamente perfectos, para no romper su orden quite mis zapatos mientras el besaba mi cuello y espalda, también quite mis medias y desabotone mis pantalones, gire sobre el y estábamos en la cama yo sobre el y mis manos bajando sus pantalones, el acariciaba mi espalda, podía sentir la erección que ambos teníamos, de un momento a otro solo quedamos en ropa interior, dos cuerpos entregados a conocerse cada pierna se enredaba con la otra nuestros brazos se extendían por encima de nuestras cabezas terminando en un lazo entre las manos, yo besaba su cuello el mi cabello, me tomo con fuerza y se poso encima mío, beso mi pecho y lamió cada pezón dibujando una línea con su lengua desde allí hasta mi ombligo, allí se acerco a mi vientre y con su boca comenzó a quitarme el slip, yo lo ayude un poco mientras quedaba totalmente desnudo ante el, me miro y sonrió, mi erección era clara así como la de el se podía ver, allí mientras el estaba sentado sobre mi con mis manos quite su bóxer y cayo a un lado de la cama.

Ya ambos desnudos y en la cama, busque su pubis cada vello tenia una posición determinada, su olor excitaba mis sentidos, sus gruesas y fuertes piernas las tome mientras con mi lengua recogía el sabor de cada intersticio de sus testículos y de su pene, el busco acomodarse para llegar al mío y sentí su lengua lamiendo la base de mi pene, sus dientes tocando mis testículos enredando su boca en mi pubis, mi lengua saboreaba su glande y poco a poco iba entrando a mi a través de mi boca, ambos nos lamíamos y chupábamos, el succionaba intentando arrancarme el espíritu a través de mi uretra, explorábamos cada parte de nuestros genitales, mis dedos comenzaron a tocar y acariciar el punto que separa su ano de su pene, mientras el con sus manos apretaba mis piernas, cada roce de su lengua y de su barbilla con sus cortos y duros vellos faciales, revolvían y estremecían cada poro de mi piel, gire sobre su cuerpo apretando mis genitales en su cara, no deje de abrazarlo y cuando solo lo tenia a mi merced debajo de mi lo empuje con mi cuerpo hacia el centro de la cama, sus fuertes piernas se enredaban con las mías, los finos vellos de nuestros cuerpos se enredaban y entrelazaban, sus axilas y las mías estaban limpias me pareció agradable ver su pulcritud, vellos bien cortados, las bese e hice un poco de cosquillas con mi boca, el sonrío, terminado por besarnos nuevamente.

Recorrí con mi lengua su cuello, su pecho, su ombligo, su cara era de absoluta satisfacción, llegue a su pene y metí sus testículos en mi boca, los mordí suavemente como si mis dientes fueran trozos de seda acariciándolo, hale algunos vellos con mis dientes, llegue a su ano y comencé a morder sus piernas a lamer alrededor de su orificio anal mientras el se abría mas gimiendo de placer, bese sus testículos, mi barbilla frotaba su ano y lo excitaba al punto que pedía que me lo follará.

Follame ¿qué esperas?, estoy esperando que quemes mi cuerpo y me dejes revuelto por dentro.

Bese su ombligo y levante sus piernas ambas frente a mi evidente erección, su ano estaba expuesto a pesar de no tener ningún tipo de lubricación su liquido preseminal y el mío eran suficiente como para ayudar la penetración, introduje mi glande en su ano, ambos sentimos una experiencia eléctrica por todo el cuerpo, me dijo tranquilo continua, así que poco a poco seguí mientras retorcía su cabeza a un lado, mis piernas imprimían energía para empujar, su esfínter se cerraba pero yo seguía empujando, seguí metiéndome dentro de el hasta que mi vientre toco sus testículos, nos quedamos por un instante quietos mirándonos, acostumbrándonos el uno al otro, hasta que decidí comenzar a repartirnos placer, comencé a salir y a entrar suavemente mientras mis manos lo masturbaban, al mismo tiempo el seguía echando liquido preseminal y lo llevaba a mi boca, continuamos un rato así, lo tome de las axilas y cada vez que me insertaba en el imprimía fuerza y lo ataba con mi pene a mi, tal vez algo le cortaba por dentro por su forma de gemir, pero luego reía se tocaba los pezones y me acariciaba la espalda y pecho, seguí con los movimientos dándole velocidad, mi cara cambiaba, mis ojos cada vez se excitaban mas, su bello cuerpo marcaba su atlética musculatura, mi cuerpo se tensaba dibujando mis músculos igualmente ambos gemíamos de placer, le dije que quería echarle mi semen por todo su cuerpo, me respondió, prefiero que lo dejes dentro de mi, igual me parecía genial su petición.

Sus piernas apretaban mi espalda y la frotaban, yo besaba su cuello, el tocaba mi cara de una forma suave y angelical continué, sentía orgasmos que subían por mis piernas, me detenía por un momento para evitar eyacular así continué un buen tiempo hasta que comencé a moverme de forma fuerte y cada vez mas fuerte al punto que me dolía mi glande, pero la sensación de placer era mayor, un intenso momento se produjo desde mis testículos comenzaba a eyacular, cada chorro que expulsaba era un excitante orgasmo que me hacia gruñir, el tocaba mi espalda y me empujaba mas fuerte, los movimientos de mi abdomen frotaban su pene cuando caí en su pecho su semen ya salía de su pene golpeando mi vientre, eran chorros calientes de un olor fabuloso, mi semen salía de su ano, ambos bañábamos nuestros cuerpos con el, la habitación se inundo de aquel excitante olor, ambos estábamos convencidos que esa noche no había sido casualidad, el tiempo y espacio nos reunió, lo abracé a mi cuerpo cerro sus ojos y quedo en mi regazo, enrede mis pies con los de el y seguí su ejemplo dejando mi mente en blanco y dejándome llevar por el sueño.

Desperté eran las 7:30 a.m. lo vi aun cobijado cerca de mi cuerpo, lo mire y bese su cabello, salí de la cama y me dispuse a buscar mi ropa, fui a su baño lave mi cara y comencé a vestirme, salí y lo vi, tendido aquel semidiós, sentí la imperiosa necesidad de quedarme a su lado ahora y siempre, busque un papel para dejarle mi numero y dirección, cuando lo anotaba me pregunte ¿que tan intenso había sido?, y me dije lo suficiente, pero prefiero no mantener algo que puede ser incierto, preferí guardar el papel en mi bolsillo, me puse frente a la cama y guarde su imagen, salí de la habitación, conseguí mi camisa, me la coloque y salí del apartamento, por un momento quise regresar pero ya había tomado mi decisión.

Paso mas de una semana, reproche muchas veces no dejarle mi numero pero no podía echar el tiempo para atrás, camine por las calles buscando tomar un taxi a mi casa, pase frente a Café Calipso y recordé aquella intensa noche… observe su puerta y mis ojos buscaron su interior, como siempre gente bella derrochando superficialidad, cansado decidí seguir de largo, no llevaba mas de 20 m. camino en la calle cuando sentí una mano en mi hombro, gire mi cabeza y escuche una conocida y suave voz que me decía, estaba sentado en la barra mirando a través del cristal y me di cuenta que no deseo saber que pueden hacer en un instante las seis mil quinientas millones de personas que coexistimos en el planeta, porque solo me interesa lo que hagas tú!