Cadena de Tragedias 8

...quería venganza y la iba a cobrar en ese momento, me iba a matar.

>>>Julieta<<<

Cuando Violeta admitió que sí había sido ella quien había matado a esa chica no supe qué pensar, mi mente no lo quería creer, no podía ser verdad, tenía que ser una mentira, luego contó todo con tanto convencimiento que no tuve más dudas, lo había hecho… defendiéndose. Diana dijo un par de cosas más, y lo supe, quería venganza y la iba a cobrar en ese momento, me iba a matar.

No podía hacer más, cerré mis ojos y los apreté fuertemente, escuché un sonido muy fuerte, como si un cristal se hubiera roto al mismo tiempo que sonaba un disparo y sentí un gran peso sobre mí. Era Diana, su cuerpo inmóvil se encontraba sobre mis piernas. Violeta rápidamente miró hacia la ventana y regresó la vista hacia mí, corrió a quitarme de encima a Diana y desató mis manos. Afuera se escuchaban ruidos de perros y policías que se acercaban rápidamente.

Violeta: ¿Estas bien, July? Discúlpame, nunca quise involucrarte en esto - me dijo mientras sus ojos estaban inundados en lágrimas. Apenas y me liberó de las ataduras tuvo el impulso de abrazarme, pero me zafé de ella y corrí hacia el rincón de la cabaña, Violeta se quedó dándome la espalda mirando al suelo – entiendo que no quieras volver a saber de mí, te he hecho tanto daño… - la interrumpí.

Julieta: ¡Cállate Violeta! – se sorprendió por mi comentario y volteó a verme.

Violeta: ¿Qué haces?

Julieta: ¿Qué no ves? – en ese momento paré la cámara que había grabado lo que había sucedido y antes de que pudieran entrar los policías borré el video. – Diana estaba grabando todo, lo borré. – En ese momento perdí las fuerzas de mis piernas y me sentí desfallecer, Violeta alcanzó a sostenerme antes de que me golpeara con el suelo y cayó junto conmigo, finalmente me solté a llorar – tenía tanto miedo Violeta, tanto miedo… - me abrazó fuertemente.

Me di cuenta de que nunca me había abrazado, me sentí protegida entre sus brazos. De pronto, todo me comenzó a dar vueltas y solo escuché a la distancia la voz de Violeta que se desvanecía poco a poco.

>>>Fernanda<<<

Camino al lugar, todos iban muy callados, hasta que Beto por fin rompió el silencio.

Beto: Fer, el lugar a donde iremos es un Código 3, ¿Sabes lo que eso significa? – la mirada de mi compañero de ambulancia, mucho más experimentado, se tonó seria.

Fernanda: Sí, que es una emergencia con riesgo vital y puede ser peligroso.

Beto: Así es, entonces no nos vamos a bajar de la ambulancia hasta que la policía no nos asegure que el campo está libre, aparentemente habrá uso de armas de fuego, así que quiero que tengas mucho cuidado.

Fernanda: Entendido.

Llegamos al kilómetro 40 y tomamos la desviación hacia lo que parecía ser una cabaña a la mitad del bosque, justo cuando llegamos los policías estaban entrando a la cabaña.

Beto: Agáchate Fer, no te levantes hasta que yo te diga. – y así lo hice, Beto salió de la ambulancia y solo 5 minutos después abrió la parte trasera de la ambulancia y me indicó que bajara. – saca la camilla, hay una herida de bala.

Bajamos la camilla y nos dirigimos hacia el interior de la cabaña, había 3 chicas, dos de ellas estaban inconscientes y la otra estaba salpicada de sangre, como ella estaba estable nos enfocamos en las otras dos. Me dirigí hacia la chica que estaba sola y palpé el pulso de su cuello, lo sentí muy débil por unos segundos hasta que ya no pude sentirlo así que comencé a darle RCP mientras los de la otra ambulancia revisaban a las otras dos chicas. Estuve así durante varios minutos hasta que Beto se acercó a mí y me tomó del hombro.

Beto: Basta Fer, mira a tu alrededor, perdió mucha sangre.

Fer: ¡No, no! Pon tu mano en el abdomen, detén la hemorragia, aún puede llegar al hospital, vamos chica, quédate conmigo! – me rehusaba a dejar que esa chica muriera en mis brazos, seguía dando RCP y nadie me ayudaba. – ¡Ayúdenme joder!

Beto puso sus manos junto a las mías y con mucha calma las apartó del cuerpo inmóvil de la chica, luego volvió a poner su mano sobre mi hombro.

Beto: Así es este trabajo, pequeña. A veces salen, a veces no. – fue ahí donde tuve mi primer golpe de realidad, no podría salvarlos a todos hiciera lo que hiciera – anda, ayúdame a levantar el cuerpo, debemos llevarla al servicio forense. Aparentemente ella era la agresora y los policías la neutralizaron.

Con mi ánimo por los suelos metimos a la chica en la bolsa negra para trasladarla al forense. Los paramédicos de la otra ambulancia se quedaron con las otras dos chicas y nosotros nos fuimos del lugar. Después de entregar el cuerpo en el servicio forense, a las 8 am terminó mi turno y Karla pasó por mí.

Karla: ¿Y bien, cómo te fue? ¿Salvaste muchas vidas? – dijo con una enorme sonrisa que no bastó para animarme, caminé hacia ella mientras su sonrisa se iba borrando y se acercó a abrazarme, no pude mas y me solté a llorar.

>>>Julieta<<<

Desperté en un cuarto privado del hospital, era de noche, o tal vez de madrugada por lo oscuro que estaba todo del otro lado de la ventana, y todo el cuarto estaba oscuro, solo podía distinguir unas pocas sombras.

Intenté moverme y me sentía algo adolorida, sin embargo pude notar que alguien tomaba mi mano, no me había dado cuenta de que había alguien sentado en una silla a un lado de mi cama con sus brazos y cabeza recargados parcialmente sobre mi cama, mientras una de sus manos tomaba la mía. Me dio mucha ternura verla así, así que no quise despertarla, pero el movimiento de mi mano hizo que despertara un poco asustada.

Violeta: Julieta, despertaste.

Julieta: Lo siento, no quise despertarte, vuelve a dormir.

Violeta: No, no te preocupes, ¿cómo estas? – estiró su mano para encender una pequeña lámpara que estaba a un lado y luego puso su mano sobre mi mejilla, era muy cálida.

Julieta: Me duelen un poco las costillas, pero bien. Dime… ¿Qué hora es? – quitó su mano para ver el reloj.

Violeta: Son las 11 pm, te trajimos en la madrugada después de… - miró hacia abajo y se quedó callada.

Julieta: Está… ¿está muerta?

Violeta: …sí. Jamás quise que esto pasara, yo…

Julieta: Tú no le disparaste, fue la policía, ella iba a matarme. – tan solo de recordarlo mi corazón se aceleró, parecía que nada de esto era cierto y que acababa de tener un mal sueño, la realidad es que tal vez no quería creer lo que había pasado. - ¿Cómo supiste dónde estaba? –

Violeta: No lo sabía, pero sabía que en esa cabaña había muerto Liz, así que supuse que tal vez podría haberte llevado ahí.

Julieta: ¿Y por qué te adelantaste a los policías? Pudo haberte matado.

Violeta: Ellos no venían conmigo – me extrañó lo que dijo.

Julieta: ¿Entonces cómo…?

Violeta: Es una larga historia, pero básicamente llegué a la cabaña en la camioneta de Renata, y el detective con el departamento de policía utilizaron el localizador del GPS de la camioneta para ubicarnos, así fue como nos encontraron. – Pude ver que los ojos de Violeta estaban llenos de lágrimas y se contenía lo más que podía.

Julieta: ¿Qué pasa? No debes sentirte culpable por lo que le pasó a la chica…

Violeta: No es eso.

Julieta: ¿Entonces?

Violeta: No me puedo perdonar haberte puesto en peligro, me siento tan responsable de que estés aquí en el hospital…

Julieta: Y lo eres. – cuando dije eso su cara se descompuso mucho y su mano comenzó a soltar la mía, pero sin dudarlo puse ambas manos sosteniendo la suya – si no fuera por ti, en estos momentos me estarían enterrando en lugar de estar aquí recuperándome. - Violeta bajó la mirada.

Violeta: No merezco que me trates así, después de cómo te traté… Necesito preguntarte algo – dijo muy seria - ¿Por qué borraste el video?

Julieta: … pues… creo que lo que dijiste es verdad, que fue un accidente, lo que no estuvo bien fue todo lo demás, pero ya estaba hecho, y aunque no te justifico, entiendo que tuviste miedo y tu padre propuso esa solución, a veces al no haber más testigos es difícil creer historias así. – Violeta se me quedó viendo como esperando a que continuara, pero en realidad esa era la razón, le creí y no quería que se metiera en más problemas - ¿Por qué me miras así?

Violeta: ¿Es todo? ¿No me quieres preguntar si es verdad o no?

Julieta: ¿Debería?

Violeta: …no, disculpa, es que… es difícil para mí conocer a alguien que me crea sinceramente, por lo general todos dudan de mí todo el tiempo aunque solo tenga la fama… - le sonreí y ella me devolvió la sonrisa, esta mujer un día me va a matar de ternura.

Julieta: Oye, ¿me ayudas a levantarme? Necesito pasar al baño.

Violeta: Claro, aguarda. – Se levantó y me ayudó a incorporarme, me mareé un poco pero solo duró unos segundos, me di cuenta de que lo único que traía puesto era una de esas batitas de hospital que están abiertas por atrás, me dolió el costado derecho y me agarré por el dolor – te tomaron una placa y los doctores dijeron que tenías un par de costillas rotas.

Julieta: Eso supuse, me dio unas buenas patadas – Violeta volvió a bajar su mirada con mucha tristeza, así que quise cambiar de tema – ¿me ayudas a levantarme? – y lo hizo sin reparos, caminé lentamente hacia el baño y tardé un par de minutos. Al salir, Violeta estaba recogiendo sus cosas - ¿te irás?

Violeta: Necesitas descansar, y conociéndote vas a querer quedarte platicando toda la noche – nos reímos las dos, a mí me dolió un poco el costado pero no demasiado. – prometo venir mañana por ti, te darán de alta.

Julieta: Está bien, muchas gracias. – se despidió con un beso en la mejilla y se acercó a la puerta, yo continué caminando hacia la cama y antes de recostarme me detuve frente a la ventana dando la espalda a la puerta, esperando oír el momento en que se cerrara la puerta, pero no lo escuché.

Me giré para ver qué había detenido a Violeta de irse, para encontrarla justo frente a mí, me tomó suavemente de la cintura y me regaló una mirada como nunca antes, por inercia mis manos tomaron su rostro y nuestros cuerpos se acercaron más si eso era posible, y pasó, nuestros labios se unieron en un tierno y hermoso beso, sentir sus labios era tan maravilloso, tan suaves, sentí como si mi cuerpo comenzara a flotar mientras ella apretaba más mi cuerpo contra el suyo, el beso comenzó a subir un poco de tono y su lengua ya jugaba con la mía, nuestra respiración era cada vez más aceleraba y casi podía escuchar lo rápido de los latidos de su corazón, de pronto Violeta comenzó a abrazarme demasiado fuerte por la cintura y mis costillas rotas comenzaron a pasar factura, supongo que hice una mueca de dolor, porque en ese momento se separó de mí.

Violeta: Disculpa, ¿te hice daño? – le sonreí y negué con la cabeza, nuestras frentes permanecían juntas y las dos sonreíamos como un par de idiotas.

Julieta: ¿De verdad tienes que irte? – negó con la cabeza – Entonces quédate, quédate conmigo, no quiero estar sola esta noche, y menos después de lo que acaba de pasar. – Me tomó de la mano y me ayudó a recostarme, me hice a un extremo de la cama y con mi mano la invité a que se recostara a mi lado.

Violeta: No, como crees, ¿y si me quedo dormida?

Julieta: ¿Pues qué tiene? Te duermes y ya.

Violeta: ¿Pero y si te lastimo mientras dormimos? No July, aquí en la silla me quedo.

Julieta: Anda, no seas así – intenté poner mi mejor cara de puchero, y solo pude arrebatarle una risa.

Violeta: jajajaja no te queda la cara de pucherito, no se te da. Pero está bien, me recostaré solo un momento. – se quitó sus vans y se recostó junto a mí, quedando de frente las dos, me desconcertó que sus ojos se llenaron de lágrimas y quiso esconder su cara entre las almohadas y la detuve.

Julieta: ¿Qué sucede?

Violeta: Yo… yo… - de las lágrimas le costaba trabajo hablar – perdona, debes creer que soy una idiota… es que… tengo miedo Julieta – no dije nada, solo la observé para que continuara, me miró a los ojos – es que yo, nunca me había pasado esto. – no entendía del todo hasta que lo dijo – me enamoré, no quería admitirlo pero la situación en la que nos puso Diana me hizo darme cuenta de que perderte sería lo peor que me podría pasar en la vida, jamás me había sentido así por nadie, y fue terrible darme cuenta de lo perdidamente enamorada que estoy de ti, y no se qué hacer, no se qué sigue – mi corazón casi se me sale de la alegría cuando la escuché decir eso, me conmovió mucho todo lo que dijo.

Julieta: Eso significa que todo lo que me dijiste en mi casa, era mentira, ¿cierto? – asintió, no pude evitar soltar una risa y me volteó a ver con cara de molestia.

Violeta: Yo llorando y tú riéndote de mí, ¿a qué juegas?

Julieta: jaja, ay Violeta… - me estiré y le di un beso fugaz, tomé aire, valor, y lo solté - ¿Quieres ser mi novia? – es difícil explicar la expresión que se dibujó en su rostro, era una mezcla de alegría, miedo, emoción, sorpresa. Se acercó a mí y me regaló otro beso igual de hermoso que el primero, y si el primero me había parecido largo, este fue eterno y perfecto, al separarnos las dos sonreímos - ¿Eso es un sí?

Violeta: Claro que sí – sus palabras hicieron eco en mi corazón y me sentí morir de felicidad – pero… ¿y ahora qué? ¿Debo hacer algo o qué sigue? – su comentario me causó mucha risa – Se te va a hacer costumbre reírte de mí, cierto?

Julieta: Esto hacen las novias – le di la espalda y me arrimé hacia ella, a ciegas busqué con mi brazo su mano e hice que me abrazara mientras me acurrucaba en ella – se abrazan y se quieren – dije mientras cerraba los ojos, sentí que Violeta se relajó un poco y se acomodó abrazándome desde la espalda, y así nos quedamos dormidas.

>>>Rox<<<

Mi alma descansó cuando vi salir a Julieta en la siguiente camilla, por un momento creí que la había perdido para siempre. Los seguimos al hospital y los doctores no nos dejaron verla.

Todos queríamos quedarnos con ella pero los doctores insistieron en que solo podía quedarse una persona y no hubo poder humano que hiciera que me alejaran de ella, Violeta me discutió un poco pero Renata y Yaz la convencieron de que descansara y volviera en la tarde para estar con ella.

July no despertó en ningún momento, pues le dieron analgésicos y sedantes porque decían que tendría dolor por las costillas rotas.

En realidad yo estaba tranquila con saber que estaba bien, me siento culpable pues no debí dejar que regresara sola a su casa, pero lo hecho, hecho está, así que solo me queda agradecer que esté viva. Cerca de las 8:00 pm Violeta entró al cuarto y la fulminé con la mirada.

Violeta: Gracias por cuidar a Julieta. Deberías ir a descansar, te ves terrible, yo me quedaré.

Rox: Lo que menos necesita Julieta en este momento es que tú estés cerca de ella, ¿No ves todo lo que le ha pasado por tu culpa?

Violeta: Lo se. -  me desarmó su respuesta – jamás me perdonaré lo que pasó, pero haciéndome la desentendida no arreglo nada, lo menos que puedo hacer es ayudar a cuidarla. – no pude discutir contra eso, y la verdad es que estaba agotada, así que decidí volver a casa.

Rox: Los doctores dicen que mañana por la tarde después de revisarla la podrán dar de alta, vendré a esa hora para llevarla a mi casa, con mi familia y conmigo - dijo remarcando cada una de sus palabras - ahí la vamos a cuidar. – Sin más, salí de la habitación y me dispuse a volver a mi casa a dormir. Con un poco de suerte Violeta no se entrometería más en nuestras vidas.