Cadena de Tragedias 7

¡Está bien, confesaré, lo hice!

>>>Julieta<<<

¿Qué?... ¿Dónde… dónde estoy? Mi cabeza… me está matando… Miro hacia un lado y hacia otro y no reconozco el lugar donde me encuentro, intento moverme y me encuentro atada de manos y pies, también tengo algo en la boca que no me deja hablar, intento zafarme pero es imposible.

Diana: Veo que ya despertaste. – vi a la chica que me abordó afuera del bar, sentada en una silla al lado de una luz tenue, muy tranquila mientras yo estaba tirada en el piso. Intenté decirle algo pero no podía por la mordaza de la boca, ¿qué había hecho yo para estar en este problema? – que lástima, pareces una buena chica, que pena que te hayas metido con la persona equivocada – como pude logré hacer que la mordaza cayera a mi cuello y pude hablar.

Julieta: ¿De qué hablas? ¿por qué me tienes aquí? – me dolía todo.

Diana: Ella me arrebató a quien más amaba en este mundo, ahora yo le haré lo mismo, pero para tu mala suerte planeo hacerla sufrir más de lo que ella me hizo sufrir a mí, así que no creas que esto será rápido.  – el pánico me invadió, me secuestró una psicópata.

Julieta: ¿De qué estas hablando? Te confundiste de persona, no soy yo a quien buscas, mira, si me explicas de qué estas hablando o a quién te refieres tal vez pueda ayudarte a… - no me terminó dejar de decirle cuando comenzó a reír burlonamente.

Diana: jajaja, mi vida, ¿te voy a matar y todavía me quieres ayudar? No creas que soy estúpida, no hago mis movidas sin investigar antes. Hablo de tu noviecita, Violeta.

Julieta: Violeta no es mi nov… ¿Violeta?… espera, qué tiene que ver… un momento – de pronto todo tuvo sentido para mí, esta tal “María” es la misma que atacó a Violeta cuando la encontré tirada en el bosque – ¡Eres esa María! ¡La que atacó a Violeta!

Diana: Aparte de bonita, eres una genio. – dijo burlándose de mí – pero no eres ni la mitad de lo que era mi hermana.  – de nuevo volví a confundirme, ¿de qué rayos estaba hablando esta psicópata? – ¿Por qué esa cara, preciosa? ¿Acaso Violeta no te contó de Liz y de cómo la mató? - si pensaba que podía sentirme peor, estaba equivocada, en ese momento me quedé helada, al menos en mi cerebro, porque mi estúpida boca no dejaba de moverse.

Julieta: No… Violeta jamás haría nada como eso… - al parecer mi comentario la enfureció mucho y comenzó a gritar.

Diana: ¡No me vengas con las mismas patrañas que la policía! ¡Mi hermana no era ninguna suicida que se quitaría la vida solo porque sí, a ella la mató Violeta y arreglaron la investigación! – y sin pensarlo dos veces comenzó a patearme el abdomen con todas sus fuerzas hasta que me dejó sin aire, sentía que me ahogaba. Después de desquitarse conmigo, se acomodó su cabello y se sentó de lo más tranquila en su silla – disculpa, perdí la compostura por un momento – de verdad está loca, sí me va a matar – no debo hacer eso si no he encendido la cámara.

Julieta: ¿Ca… cáma… ra? – no podía hablar, aún seguía sin aliento.

Diana: Claro, te dije que mis intenciones son hacer sufrir a Violeta, podría matarla a ella, pero hasta ahí llegaría su sufrimiento, así que encontré algo mejor que eso. Te voy a matar a ti y así ella tendrá que vivir con el dolor de haber perdido a una persona que ama, y para asegurarme de eso, le enviaré el video de todo lo que te haga esta noche hasta que se te escape el último aliento.

De un estuche de herramientas sacó unas grandes y afiladas pinzas para cortar, se acercó a encender la cámara y la dirigió hacia mí.

Diana: Y para que se asegure de que no es ningún montaje, me encargaré de enviarle evidencia. – acercó las grandes pinzas hacia uno de mis dedos, y estaba por cortar mi dedo.

Julieta: ¡¡¡Espera, por favor espera!!! – grité con desesperación, de pronto escuché un fuerte golpe detrás de ella.

Violeta: ¡¡¡Detente Diana!!!

>>>Violeta<<<

Estaba paralizada de miedo cuando el detective se acercó a preguntarnos qué estaba pasando, Renata le explicó alarmada lo que había sucedido y reaccioné.

Violeta: ¡Fue Diana! ¡Estoy segura de que fue ella, tiene que ayudarnos!

Detective: Tranquilícense todos, señorita Yáñez, por qué cree usted que ambos asuntos están relacionados. ¿Qué relación tiene usted con la señorita…?

Theo: Julieta, Julieta Iturria Montecarlo.

Detective: Con la señorita Iturria.

Renata: Julieta fue quien rescató a Violeta después del ataque en el bosque, después de eso se volvieron muy cercanas y…

Violeta: Si Diana me ha estado siguiendo seguramente sabe que si le hace daño a ella yo… - se me hizo un nudo en la garganta – yo, jamás me lo perdonaría. Así es como ella quiere vengarse.

Detective: Daré una alerta para que las unidades disponibles busquen a su amiga, pero debemos abrir una investigación…

Violeta: ¡A la mierda sus procesos! – le arrebaté las llaves de la camioneta a Renata y salí corriendo antes de que alguien pudiera alcanzarme. Comencé a manejar sin saber exactamente a dónde, pero tenía que encontrar a esa loca de Diana, si se atrevía a ponerle un dedo encima a Julieta juro que… juro que la voy a matar. No sabía por donde buscar, así que me detuve en la estación de gas más cercana que encontré e intenté recomponerme, me tomó unos segundos saber en dónde estaría: la cabaña donde murió Liz.

Manejé a toda velocidad hacia otra zona del bosque, donde se encontraba esa cabaña, si no las encontraba ahí no sabría dónde más buscar, pero no me puedo quedar con los brazos cruzados. Al llegar a la cabaña vi una luz encendida, me bajé corriendo y escuché gritos, era la voz de Julieta. Sin saber qué estaba pasando adentro, corrí hacia la puerta.

Violeta: ¡¡¡Detente Diana!!! – grité, lo que me encontré fue espantoso, tenía unas grandes pinzas a punto de cortarle un dedo a Julieta, cuando me vio se sorprendió y cambió de posición las pinzas, apuntándolas hacia el cuello de Julieta, quien me miraba horrorizada.

En ese momento comprendí que había cometido una estupidez, no llevaba nada en las manos para defenderme, o defender a Julieta, estábamos a merced de la voluntad de esta demente.

Diana: Miren nada más lo que nos trajo el viento… - dijo con aires burlones – así que has venido a contemplar en primera fila cómo me deshago de tu noviecita. – acercó el filo de las pinzas, muy cerca del cuello de Julieta.

Violeta: No, por favor, detente… ¿Qué es lo que quieres? Lo que sea, te lo daré. – enfurecida, quitó las pinzas del cuello de Julieta y las apuntó hacia mí, señalándome, mientras con la otra mano sostenía el cuello de Julieta.

Diana: ¿Cómo te atreves? ¿Acaso me puedes devolver a mi hermana? No Violeta, lo vas a perder todo, como yo - Mientras sostenía la pinza con una mano, soltó el cuello de Julieta, la llevó hacia la espalda y sacó una pistola, la apuntó hacia mí. – No tienes idea de lo fácil que sería volarte la cabeza en estos momentos, no hay nada que quiera más.

Julieta: ¡No lo hagas! – escucharla me partió el corazón. - ¡Por favor, es todo un malentendido! – Diana se enfureció y golpeó en la cabeza a Julieta con la pistola.

Diana: ¡Tú cállate! Qué perra suerte la tuya, ser un asco de persona y que personas como ella aún se preocupen por ti – en ese momento dirigió la pistola apuntando a la cabeza de Julieta, y quitó el seguro del arma.

Violeta: ¡Está bien, confesaré, lo hice! – no pude más, me quebré y lo dije todo – no es lo que crees, fue un accidente. – la expresión en el rostro de Julieta jamás la voy a olvidar, esos ojos llenos de lágrimas, y una mirada de que no podía creer lo que estaba escuchando… pero Diana dejó de apuntarle y apuntó el arma hacia mí.

Diana: Habla.

Violeta: Tu… - tragué saliva - tu hermana estuvo conmigo una vez, después de eso me siguió buscando pero no le hice caso, insistió tanto que accedí a verla otra vez, aquí, y me citó en esta cabaña abandonada. Al llegar comenzó a reclamarme por muchas cosas y yo no quise escuchar, iba a irme pero me tomó del cabello y me arrojó al suelo, yo solo me intenté defender, al ponerme de pie intentó tirarme nuevamente pero la empujé y cayó hacia atrás, se golpeo la nuca contra esa silla y no se movió más. – los ojos de Diana se llenaron de lagrimas llenas de odio. Pero sabía que con eso, me dispararía a mí y tal vez Julieta podría salir viva. Diana me dirigió una mirada expectante, como si pidiera que continuara – entré en pánico, no supe qué hacer, así que llamé a mis padres… - de todas formas me iba a matar, ya mejor contarlo todo -  mi padre me dijo que saliera de ahí y él arreglaría las cosas.

Diana: El detective, ¿es tu cómplice?

Violeta: No, estoy casi segura que no, mi padre conoce a varios forenses…

Diana: Lo sabía, ¿Lo ves? – dijo hablándole a Julieta – ¿qué se siente haberte enamorado de una asesina? Y tú – dijo mirándome a mí – Tómate unos segundos después de lo que haré y dime ¿Qué se siente que tus acciones hayan matado a tu chica? Haré que pagues por lo que hiciste. – volvió a apuntar hacia la cabeza de Julieta, en ese momento sentí que lo perdía todo, y fue peor cuando en toda la cabaña se hizo el eco del sonido de un disparo.

>>>Fernanda<<<

¡Al fin! Hoy comienzo mis guardias en la ambulancia como paramédico, después de un par de años de mucho esfuerzo al fin podré probar mis habilidades. Me puse mi uniforme y mi novia pasó por mí.

Karla: Buenos días, ¿Cómo está mi doctora favorita?

Fernanda: Jajaja cálmate doctora, apenas voy casi terminando el segundo año, pero bueno, estoy muy emocionada, hoy es mi primera guardia en la ambulancia.

Karla: Lo se, admiro mucho que puedas tanto con la carrera así como con lo de ser paramédico, eres una pequeña genio. Y por eso, mira, te compré algo.

Fernanda: No tenías que molestarte amor, gracias, a ver qué es – abrí el empaque con mucha ansiedad y no pude evitar gritar de la emoción al ver el estetoscopio que tanto quería – ¡¡¡Un Littmann Master Cardiology Black Edition!!! ¡Gracias, gracias, graciaaaas!

Karla: ¿Entonces sí era ese el que querías verdad? Pensaba dártelo la siguiente semana  en tu cumpleaños, pero ya que hoy empezabas con tus guardias pensé que sería mejor dártelo hoy.

Fernanda: Si mi amor, muchísimas gracias de verdad. ¡Ya ni me recuerdes, ya voy a cumplir 21 años! Oye, pero… debió costarte una fortuna.

Karla: Tranquila, me está yendo bien en el trabajo además de que cerré unos buenos tratos que mi jefe quería demasiado y me dio un buen bono por ello, entonces creo que puedo consentir a mi novia, además de que es una buena causa, vas a salvar muchas vidas.

Fernanda: Eres la mejor novia del mundo. – me acerqué y le di un beso en los labios.

Karla: ¿Es porque te compro cosas? – dijo haciéndose la indignada

Fernanda: No, es porque me escuchas, me apoyas y te preocupas por mí.

Karla: Mas te vale ehh. – y manejó hasta la Facultad para después irse a su trabajo.

Llevo cerca 4 años saliendo con Karla, la conocí en las jornadas de la preparatoria para orientación vocacional, donde van a darnos pláticas de qué debemos hacer con nuestras vidas terminando la prepa. Yo siempre quise ser médico desde que era muy joven, mis padres se han esforzado mucho para permitirme estudiar aunque sea en escuelas públicas, pues no tenemos mucho dinero, hasta tuve que perder un año por apoyar económicamente a mis padres, pero cuando vi a esa chica tan guapa en la mesa de Derecho no pude evitar acercarme y armarme de valor para invitarla a salir. La conocí cuando ella tenía 22 años y yo tendría 17, ella estaba haciendo su servicio social y se propuso para ir a dar las charlas, ahora a sus 26 ya trabaja en un buffet de abogados con su padre y su socio, le va bastante bien, mis padres la adoran y en resumen es maravillosa.

A todos mis compañeros les encantó mi estetoscopio y me desearon mucha suerte en mi guardia, la verdad es que estaba muy ansiosa. Llegué al sitio de ambulancias cerca de las 8 pm y la primera llamada fue para atender a una señora de la tercera edad que aparentemente tuvo un infarto. Le dimos maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y llegó con vida al hospital. Era la primer vida que salvaba y nunca lo olvidaría. Pasó tranquila casi toda la noche hasta que cerca de las 4 de la mañana recibimos una llamada de que necesitaban 2 ambulancias urgentemente en la desviación del kilómetro 40 y como estábamos cerca nos dirigimos hacia el sitio.

>>>Rox<<<

Después de que Violeta salió corriendo con las llaves de Renata, el detective intentó alcanzarla pero ya se había ido.

Detective: Señoritas, ¿tienen idea de a dónde pudo haber ido? Si se llega a encontrar a Diana puede ser peligroso.

Renata: Se llevó mi camioneta, tiene GPS.

Detective: Compañeros, a trabajar, tenemos que encontrarlas.

Rox: Vamos con ustedes.

Detective: No, es muy peligroso, déjenos arreglar esto. Ya está la localización, vámonos muchachos. – Subieron a las unidades y nos quedamos ahí.

Renata: Hey, ¿alguno de ustedes tiene auto?

Valeria: Yo.

Renata: Vamos para allá, puedo ver la ubicación desde mi celular.

Rox: ¿Por qué no lo dijiste antes?

Renata: Porque sabía que el detective no iba a dejar que fuéramos, vámonos ya.

Nos pusimos en marcha, durante el camino Renata y Yaz nos explicaron la situación por la que ellas estaban ahí y como se relacionaba con la desaparición de Julieta, mi corazón parecía que se me iba a salir. Si alguien se atrevía a dañar a Julieta, yo misma me encargaría de que Violeta pagara por ello, sabía que no debían acercarse más, esta chica solo trae problemas. Cuando llegamos a mitad del bosque, habían varias patrullas y un par de ambulancias, vimos la camioneta de Renata y supimos que ese era el lugar.

Al bajarnos los policías que estaban ahí nos detuvieron y no nos dejaron acercarnos , de pronto vi que los policías sacaban a Violeta de la cabaña que tenía la cara más pálida del mundo, estaba como ida y su ropa estaba cubierta en sangre. Salieron los paramédicos hacia las ambulancias, y  perdí las fuerzas de mis piernas cuando vi que salía una camilla y sobre ésta una gran bolsa negra con lo que parecía el cuerpo de una mujer dentro.