Cadena De Tragedias 21

El cielo está nublado, debe ser por ella, cualquiera pensaría que el cielo está por llorar en un día como este.

>>>Fernanda<<<

Me encuentro sentada en mi habitación, concentrándome en como el aire entra y sale de mis pulmones, alineo en el espejo mi foto favorita donde salimos Karla y yo mirándonos como si nadie más en el mundo existiera. Llevé mi mano nuevamente hacia el anillo colgado en mi cuello y lo acaricio mientras contemplo la foto. Escucho que alguien abre la puerta y se asoma.

Gerardo: ¿Fer? – entra y cierra la puerta - ¿Estás lista? Ya llegó la carrosa. – me giré a verlo, es extraño estar acostumbrada a verlo siempre de blanco, con nuestro uniforme del hospital, y hoy verlo en el tono completamente opuesto, todo de negro. – Te… te esperamos afuera. – salió y quedé sola nuevamente.

El cielo está nublado, debe ser por ella, cualquiera pensaría que el cielo está por llorar en un día como este. Yo sé que no es así, en realidad los días así siempre fueron sus favoritos, nubes, viento, lluvia, la escusa perfecta para tomarse un café conmigo y quedarnos envueltas en una cobija sobre el sofá mientras hablábamos hasta caer dormidas. Ella ha querido que este día esté así para despedirla. Al salir de la puerta de mi casa veo a mis padres abrazados y cuando me ven se separan, la tristeza en sus ojos no se compara ni con una décima parte de lo que yo estoy sintiendo, pero tomo aire y sigo mi camino, hago un esfuerzo sobrehumano por no romperme frente a ellos. Nos subimos todos al auto y llegamos al cementerio, donde ya hay muchas personas esperando por nosotros.

Los amigos de Karla, su padre, Gerardo y yo cargamos el ataúd donde van todos mis sueños y anhelos y nos dirigimos a entregar a mi mujer a los brazos de su madre, ahora estarán juntas. Camino al lugar pasamos por otro entierro donde hay varias familias y muchas personas, y una señora abrazando el ataúd de quien creo es su familiar. No miro demasiado, bastante tengo ya con estar cargando este dolor.

Dejamos en el suelo el ataúd y llegó el padre a decir las últimas palabras antes de enterrar al amor de mi vida. Mientras él hablaba cosas a las que no prestaba atención, su padre se derrumbó sobre sus rodillas y rompió en llanto. No imagino por lo que ha de estar pasando, perdió a su esposa cuando Karla nació, ahora la pierde a ella. Puse mi mano sobre su hombro y como un niño chiquito se abrazó a mis piernas, no pude más y me quebré, nos abrazamos y acompañamos nuestro dolor. Intentó recomponerse, me acerqué para dejar una rosa blanca sobre el féretro, la bajaron poco a poco y su padre lanzó la primera bola de tierra, después yo y siguieron todos los demás. En ese momento comenzó a llover y poco a poco todos fueron retirándose. Sentí una mano sobre mi hombro.

Gerardo: Fer… vamos, está comenzando a llover más fuerte, te llevaré a ti y a tus padres a tu casa.

Fer: Gracias, llévatelos a ellos por favor, quiero estar un poco más aquí. – no insistió e hizo lo que le pedí. - ¿Qué voy a hacer ahora sin ti? ¿De qué sirve todo si no voy a poder compartirlo contigo? Durante estos tres días despertaba con el deseo de estar en una pesadilla, pero acabo de entender que la pesadilla es real – llevé mi mano al anillo de mi cuello – Siempre te voy a amar – en ese momento volví a sentir una mano apoyada sobre mi hombro, pero no me giré – Gerardo te pedí que te llevaras a mis padres – la mano se quitó de mi hombro y como no escuché respuesta, volteé a ver por qué seguía ahí… pero no había nadie. Miré hacia varios lados y no vi a nadie, la lluvia bajó de intensidad y en menos de un minuto se detuvo. Miré hacia el cielo que poco a poco iba despejando, y una ráfaga de aire  me llegó de frente – miré nuevamente la lápida de mi prometida – salúdame a tu madre, debe ser tan hermosa como tú. – Besé mis dedos y los apoyé sobre la tierra mojada bajo la cual se encontraba mi amor.

>>>Julieta<<<

Han sido un par de semanas maravillosas con Violeta, creo que esta escapada no s ha servido para reconciliarnos y dejar de pelear tanto. En verdad no entiendo por qué le cuesta tanto trabajo ser así de linda cuando estamos con los demás. Todo sería tan diferente…

El 24 de diciembre preparamos una cena maravillosa que si bien disfruté mucho, no pude evitar querer encender mi celular para llamarle a mis amigos, a los de la banda, a Vale, a Theo, a Rox… Rox… también estos días me han servido para poner en orden mis sentimientos por ella, la adoro, es como una hermana para mí. Admito que me confundió mucho todo lo que hizo y dijo, pero pensándolo objetivamente no me veo con ella como una pareja, así como con Violeta, la veo como una hermana que me regaló la vida después de quitarme a mi familia, veo a mis futuros hijos corriendo por la casa y llamándola “tía” y consintiéndolos cuando yo los regañe, me veo a su lado ayudándola a escoger su vestido de novia cuando encuentre a alguien que se gane su corazón, siendo la madrina de sus hijos, y sentarnos en nuestras mecedoras cuando estemos viejitas a charlar por horas con los demás, etc.

Por un momento creí que debería pensar las cosas pero, en el corazón no se manda, y Violeta, cuando estamos a solas, se comporta de una manera que me hace derretirme, frente a los demás se muestra como una persona segura de sí misma, fuerte, orgullosa y no deja que nadie pase por encima de ella, pero cuando está conmigo me deja ver esa parte frágil que a nadie más le ha mostrado, está desesperada porque sus padres la noten y no la vean solo como una chica problema, y a la vez no puede dejar de meterse en problemas, y sé que no he sentido por nadie más lo que siento por ella.

No sé que vaya a pasar, pero si de algo estoy segura es de que tarde o temprano todos, Violeta, sus amigos y mis amigos, podremos formar una bonita amistad de esas que duran toda la vida. Pero eso no va a pasar solo por arte de magia, así que lo que tengo que hacer es hablar con Rox, tranquilas y sin que nadie nos presione, yo creo que mañana que empieza el año será un momento ideal para hablar con Violeta acerca de Rox, aprovechando que ha estado de tan buen humor le diré que necesito arreglar las cosas con Rox, es mi amiga y no quiero perderla por nada del mundo, yo creo que Violeta lo entenderá, y más ahora que la veo más convencida de que solo tengo ojos para ella.

Estábamos festejando el fin de año en la playa y me llegó un sentimiento enorme de nostalgia, de verdad quiero desearles feliz año a mis amigos.

Julieta: Amor.

Violeta: Dime, mi vida.

Julieta: Sé que prometimos no hacerlo, pero es año nuevo. ¿No crees que sería adecuado que les marcáramos a nuestros amigos para desearles un feliz año nuevo?

Violeta: Mmmm pero estamos a solo un par de días de volver, podemos desearles año nuevo cuando los veamos nuevamente.

Julieta: Es que… no quise insistir en navidad pero, tenía la tradición con mis amigos de marcarnos cada año… no te molestes, han sido dos hermosas semanas a tu lado, y no las cambiaría por nada del mundo, pero también quiero llamarle a Renata y su novio, a Yaz… ¿No quieres al menos saludarlos?

Violeta: Tú ganas, encendamos los celulares. – esa es mi Violeta linda que nadie conoce. Corrí por mi celular y estaba tan emocionada que al abrir  mi bolso el celular cayó a la fogata.

Julieta: ¡Mierda!

Violeta: Ay amor… ¿Ves, por apresurada? Jajaja, vamos a la casa y ahí está mi celular. Les llamas del mío. – dios, la amo!

Julieta: ¿En serio?

Violeta: Claro que sí, hermosa. Vamos. Estas llena de arena, ¿Por qué no te das un baño en lo que pongo a cargar mi celular? Tiene tantos días que no lo ocupo que olvidé cargarlo y está completamente descargado.

Julieta: Está bien amor, muchas gracias, pon a cargar el celular y te espero en la regadera. -  estuve mucho tiempo esperando a que Violeta viniera a bañarse conmigo, pero como no llegaba decidí terminar de bañarme y salir a ver por qué se entretuvo - ¿Amor? Te estuve esper… ¿Por qué estás llorando? –  me espanté cuando vi que Violeta estaba sentada en la cama sin moverse y tenía la mirada perdida -¿Qué pasó? ¿Estás bien, amor?

Violeta: Julieta… - me miró en silencio, los segundos se me hicieron eternos. – Vi… vístete amor, guarda tus cosas.

Julieta: ¿Qué? ¿Por qué? – limpió sus lágrimas, se puso de pie y se dirigió al balcón, me dio la espalda.

Violeta: Haz lo que te digo, tengo que hablar contigo.

Julieta: Amor, no me dejes así, ¿Qué pasa? – no me respondió y empezó a guardar todas sus cosas - ¿Te molestaste por algo? – mi corazón estaba muy acelerado. Rápidamente comencé a vestirme mientras insistía en que ella me contestara, pero estaba en silencio. – Listo, ya estoy vestida y ya está todo guardado, ¿me puedes decir qué carajos te pasa? – tomó mi maleta y la suya, salió de la habitación sin decir nada. Se dirigió al auto y guardó las cosas, la esperé en la casa. - ¿Es algo noche para salir a la carretera, no crees? – me tomó de la mano y me sentó en la sala de su casa.

Violeta: Perdóname July… creí que estos minutos me ayudarían para darme una idea de cómo decirte esto pero, no encuentro ninguna manera amable… - mientras sostenía mis manos entre las suyas notaba que temblaba como si muriera de frío. – mientras te bañabas empecé a revisar mi buzón del teléfono y tenía muchos mensajes, no sé cuándo pasó, pero Rox… - me helé, y ella tomó aire – Roxana murió en un accidente de auto.

Sentí un desgarro en mi corazón que me quitó el aliento. ¿Qué acababa de decir?. Escuchaba que Violeta me seguía hablando, veía que su boca se movía lentamente pero no escuchaba nada de lo que estaba diciendo, llevé las manos a mi pecho porque sentía que me ahogaba, era esa misma sensación cuando Rox me dijo del accidente de mis padres y mi hermanita Fany, sentía que me iba a desmayar. Sentí que Violeta me tomaba de los brazos y me movía ligeramente para que reaccionara. No podía ser cierto, esto no me puede estar pasando otra vez…

Cuando menos me di cuenta me encontraba corriendo en la playa hacia el mar, quería huir, ¿A dónde? No lo se, solo quería huir, huir de la vida que me estaba matando a todas las personas importantes en mi vida, donde no me encontrara más y me dejara en paz, las lagrimas nublaban mi vista hasta que tropecé con algo y quedé de rodillas  entre la arena y las olas, golpeando el suelo y maldiciendo mi vida.

Violeta: ¡July, July espera! – llegó corriendo detrás de mí y se arrodilló conmigo, yo apoyaba una mano en la arena mientras que con la otra me agarraba el pecho intentando quitarme esta opresión en el corazón y gritaba de dolor, me abrazó fuertemente y lloré entre sus brazos, lloré hasta que no pude más y mis ojos se hincharon.

Julieta: Dime que no es cierto, dime que mi amiga no se murió… - sollozaba en sus brazos.

Violeta: Perdóname July… perdóname por favor…

Julieta: ¿Por qué me pides perdón? No fue tu culpa… - levanté mi cara para encontrarme con sus ojos que miraban al horizonte con sus ojos llenos de lágrimas…

Violeta: Yo… es que… de no haberte traído para acá tal vez eso no hubiera pasado…

Julieta: No digas eso mi vida… siento que estoy en una pesadilla… quiero despertar… ¿Cómo pasó? ¿Qué pasó?

Violeta: No lo se… no me dieron detalles, solo me pedían que volviéramos ya…

Julieta: Entonces vamos… necesito… necesito estar con su familia, los demás… y yo aquí… dios mío… - Nos pusimos de pie y me sentía muy mareada, di unos pasos y todo se puso negro.

>>>Fernanda<<<

Apenas al llegar al bufete, la secretaría del padre de Karla me hace pasar. Tan solo verlo pareciera que las dos semanas que han transcurrido hubieran sido décadas para él, se veía viejo, ojeroso, desaliñado… enfermo… estaba guardando sus cosas en cajas.

Fer: Don Javier, ¿se va de viaje?

Javier: Hija, es bueno verte.  – La tristeza en los ojos de su padre eran terribles, y no creo que yo me viera mejor – No, solo quiero estar solo un tiempo, no puedo trabajar así.

Fer: Ya veo, ¿Puedo ayudarlo en algo?

Javier: Toma – me extendió un sobre grande. – Todo lo que alguna vez fue de mi niña ahora es tuyo, su departamento, sus cosas, sus cuentas, todo es tuyo.

Fer: ¿Cómo dice? No, don Javier…. Yo no quiero sus cosas.

Javier: Ella te las dejó, te puso como beneficiaria de sus pertenencias. Yo no tengo objeción, en el sobre verás también mi testamento, obviamente tenía todo a nombre de ella pero… lo he dejado todo a tu nombre.

Fer: ¿Por qué hace esto?

Javier: No quiero que el estado se quede con todo lo que he construido, ustedes se iban a casar – cuando dijo eso sentí mi corazón partirse más si es que eso era posible – así que prácticamente eres la única familia que me queda, y sé que vas a usar bien esto, para tus estudios, para tus padres, yo ni con todo el dinero que tengo podré recuperar lo que he perdido, solo te pido que no tires la toalla como yo, tienes toda una vida por delante.

Fer: Don Javier, no hable así, de… debería ver un profesional, también usted tiene su vida por delante…

Javier: je… - suspiró – tienes razón Fernanda, lo haré, por ahora solo quiero descansar, me siento muy agotado. ¿Se nota, no?- dijo intentando esbozar una sonrisa más falsa que mis ganas de vivir en esos momentos.

Fer: Le ayudo a guardar sus cosas y lo llevo a su casa.

Javier: No te apures, ya pedí un taxi y no me falta mucho por guardar. Veré a mi socio antes de irme. No te quito más tu tiempo.

Fer: Está bien don Javier – me acerqué a darle un abrazo y caminé hacia la puerta.

Javier: Fer… - giré mi cabeza – gracias por haber hecho tan feliz a mi hija, te amaba de la manera más pura.

Fer: Lo sé, don Javi, lo se. – salí con los ánimos por el suelo y me dirigí a mi casa. Me sentía intraquila por el estado del papá de Karla. Me dirigí al hospital y busqué a alguno de mis profesores.

Dr. Méndez: ¿Fer, cómo estas? Las clases reanudan en una semana, ¿pasó algo?

Fer: Doctor, mire, sucede que… - le comenté el estado en el que había encontrado al padre de Karla.

Dr. Méndez: Ya veo… entiendo que el señor debe encontrarse muy deprimido, pero si él no acude por ayuda no podemos obligarlo a venir.

Fer: Entiendo… solo quería saber si existía alguna manera de ayudarlo.

Dr. Méndez: Pues, dices que no tiene a nadie más, lo que puedes hacer es acompañarlo, procurar que no se quede solo.

Fer: Está bien, si al menos eso puedo hacer entonces lo haré. Muchas gracias Dr. – qué idiota, era una respuesta tan obvia pero estoy tan mal que no pude verlo por mí misma, no debo aceptar un no por respuesta, debo ir a acompañar a don Javier. Subo nuevamente en el transporte y al estar cerca del edificio del bufete veo que hay una ambulancia y mucha gente alrededor. Alcanzo a ver a mis compañeros de ambulancia que suben una camilla con una bolsa negra. Beto me reconoce.

Beto: ¿Fer? ¿Qué haces aquí? ¿No te ibas a tomar unos días?

Fer: Be… Beto… Quie… ¿Quién va ahí dentro? – dije ignorando lo que me preguntó

Beto: ¿Él? Un señor de unos 60 años, se arrojó desde el piso 14 de este edificio, no traía identificación pero parece que trabajaba en este lugar – dijo mirando hacia arriba.

Fer: Pue… ¿puedo verlo?

Beto: ¿Qué dices Fer? ¿Lo conoces? – me acerqué a abrir la bolsa, cerré mis ojos y miré al cielo - ¿Fernanda?

Fer: Es… es el papá de Karla.

>>>Violeta<<<

Llevamos una hora de camino, de alguna manera me tranquiliza que July se haya desmayado y en estos momentos vaya dormida en el auto, no sé en qué estaba pensando cuando casi le digo que Rox se murió por mi culpa… jamás te lo perdonaría, no se debe enterar. No, pase lo que pase July no debe saber lo que pasó.

Para ser año nuevo la carretera está bastante tranquila, aunque no tengo un punto de referencia muy objetivo porque es la primera vez que ando así en estas fechas. Por lo general me la paso en antros o fiestas celebrando y emborrachándome…

Por ratos miro a Jules, dormida y con los ojos hinchados… regreso mis ojos a la carretera o las que nos vamos a accidentar ahora somos nosotras. ¿Cómo fue que pasó esto? Roxana tuvo la culpa, seguro pudo darse cuenta antes de que su auto no frenaba si no me hubiera marcado… ¡Los mensajes!... Debería borrarlos antes de que July los escuche o sabrá que lo último que dijo Roxana fueron gritos de por qué me la había llevado lejos de ella. En cuanto tenga la oportunidad debo borrar esos mensajes.

¿Los accidentes pasan, cierto? No creo que nadie relacione el accidente de Roxana conmigo, además yo estaba lejos cuando eso pasó… nadie abre investigaciones por accidentes… o eso creo.

Julieta: ¿Dónde estamos?

Violeta: A mitad de la carretera, ya vamos hacia la ciudad. – De reojo pude ver que July miraba por la ventana con la mirada perdida. Yo solo miré al frente y seguí manejando en silencio.

Julieta: Le fallé – la miré por unos segundos – le fallé como amiga, no estuve para ella. Me alejé cuando debí acercarme a ella para hacerla entrar en razón.

Violeta: Pero ella te estaba obligando a hacer cosas que no querías. ¿O sí?

Julieta: Violeta, no es momento de hablar de eso – su comentario me molestó un poco, ¿en serio íbamos a discutir todavía por ella? – de todas formas yo tenía toda la intención de arreglar las cosas con ella y dejarle claro que tú eres a quien amo… Pero ya nunca mas podré hablar con ella. – no dije nada y seguí manejando.

Llegamos a la ciudad poco antes de que saliera el sol.

Violeta: ¿A dónde te llevo?

Julieta: A la casa de Rox, tengo que ver a sus padres. – nos dirigimos hacia allá y al llegar Julieta se quedó inmóvil en el auto - ¿Qué se supone que les diga? – no supe qué contestarles. – Será mejor que vaya sola, ¿te llamo después?

Violeta: Claro, te llevo luego tus cosas. Te amo. – se bajó sin contestar. Entiendo que está triste por Roxana pero… al menos pudo despedirse bien de mí.

Puse el auto en marcha y me dispuse a ir hacia la casa de Renata. Llamé un par de veces a la puerta y cuando la abrió hizo una gran cara de sorpresa y me abrazó.

Renata: ¿Dónde carajos te metiste? ¿Escuchaste mis mensajes?

Violeta: Sí, los escuché… ¿Me vas a dejar pasar? Necesito una cerveza.

Renata: Claro, pasa. – se asomó como buscando a alguien más - ¿Y Julieta?

Violeta: La dejé en casa de los padres de Roxana, quiso ir sola.

Renata: ¿Cómo está?

Violeta: Destrozada, cómo quieres que esté, apenas nos enteramos anoche y salimos de vuelta. ¿Cuándo sucedió?

Renata: En la tarde, el mismo día en que ustedes se fueron de viaje.

Violeta: No me jodas… ¿Qué pasó? ¿Iba borracha o qué?

Renata: No Violeta, cómo crees. Pues parece ser que se quedó sin frenos, no pudo bajar la velocidad y cruzó un semáforo en rojo, impactó de frente con otro auto y se rompió el cuello al atravesar el parabrisas, los paramédicos dijeron que murió al instante.

Violeta: Dios… no quería tantos detalles…

Renata: Y además, el auto con el que chocó lo manejaba una chica y también perdió la vida. – lo que me faltaba, me llevé entre las patas a una persona que no tenía nada que ver… - no me imagino como la ha de estar pasando la pobre de July.

Violeta: Y que lo digas… Renata, ¿te importa si me duermo un rato en tu cuarto? Manejé por horas y me siento agotada.

Renata: Claro amiga, descansa. Saldré a comprar algo para comer, mis padres aún no vuelven de vacaciones. Si necesitas algo me llamas.

Violeta: Dale, vete con cuidado.

Renata: Violeta… - dijo antes de salir – ¿tú como estas?

Violeta: Pues… sorprendida por la noticia… Sabes que Roxana no era mucho de mi agrado pero, creo que todos estamos de acuerdo con que esto fue un terrible accidente, pero bueno, me tengo que poner en el papel de ser un apoyo para July, Rox era como una hermana para ella. Le han pasado demasiadas cosas.

Renata: Lo se… bueno, descansa, vuelvo en un rato.

Dejé mis cosas y me dispuse a dormir, solo quería dormir y no pensar en nada más, ni en Rox, ni en Liz, ni en la otra chica que se murió… ni en las voces que he estado escuchando.