Cadena De Tragedias 20

Mi cuerpo se quedó helado… ¿Pero qué fue lo que hice?...

¡¡¡Hola a todos!!!

He vuelto, antes que nada quisiera pedirles una disculpa por tardar tanto tiempo en subir la siguiente parte, sé que les prometí publicar casi diario pero tuve que hacer un viaje de negocios a España y se me juntó muchísimo trabajo. Apenas hace un par de días tuve tiempo de seguir escribiendo, procuraré hacerlo para no tardar tanto en subir las siguientes partes. Espero que les guste. ¡Gracias a todos por sus comentarios y correos, los aprecio mucho!

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>>>Fernanda<<<

Sábado por la mañana, es hermoso despertar abrazada por la mujer más hermosa de este mundo y ver su bellísimo cuerpo desnudo y saber que esta hermosura de mujer me ama con todas sus fuerzas, tanto como yo a ella. La desperté con un beso y me regaló la sonrisa adormilada más bella que he visto en mi vida.

Karla: Buenos días mi vida, ¿dormiste bien?

Fer: Claro que sí amor. Buenos días. – la besé nuevamente. Me sonrió y se giró para tomar el control remoto que siempre tiene al lado de la cama. Como era su costumbre por las mañanas, apretó un botón y se encendió el reproductor con nuestra canción. “Can’t Help Falling In Love With You – Elvis Presley”, acarició mi mejilla con tanto amor al sonido de la música que el tiempo se detuvo.

Karla: Quiero que bailemos nuestra canción el día de nuestra boda. – veía sus ojos brillar de tanta emoción que por un momento creí que se soltaría a llorar.

Fer: Es un hecho, amor. Y la bailaré contigo cada amanecer a tu lado. – hicimos el amor y después desayunamos en la habitación. – Tengo guardia en la ambulancia, debo terminar de prepararme.

Karla: Adelante, mi súper chica. Ve a salvar el mundo. – le di un beso en la frente y la dejé durmiendo un poco más. Antes de salir de la habitación, miré nuevamente esa imagen de ella en la cama, y llevé mi mano al anillo que colgaba de mi cuello con la cadena de plata, lo acaricié entre mis dedos y me sentí la mujer más afortunada de este mundo.

Fer: Karla… - abrió los ojos y me miró con una dulce sonrisa – te amo inmensamente – su sonrisa creció más. – te veo mañana por la mañana.

Karla: Claro que sí amor, pasaré a visitar a tus padres por la tarde y te paso a recoger mañana a la estación de ambulancias. ¿Ahorita pasa Beto por ti, cierto?

Fer: Sí mi vida, tú descansa, que anoche casi no dormimos jaja, besos. – salí tan solo escuchar el claxon del auto de Beto y nos fuimos a trabajar.

La mayoría de la mañana atendimos a un par de accidentes menores, una señora que se le subió mucho la presión, un abuelo que se cayó en el baño y se fracturó la cadera, etc. Estaba siendo una tarde relativamente tranquila, sin embargo no podía evitar tener una extraña sensación de angustia desde que salí del departamento de Karla hoy por la mañana, y los demás lo notaron.

Beto: Fer, ¿Te encuentras bien? Hoy te noto algo distraída.

Fer: Disculpa Beto, seguro no es nada, solo ando… inquieta.

Beto: ¿Y eso por qué?

Fer: No lo se, te digo que seguro no es nada. –

Beto: ¿Problemas en el paraíso?

Fer: Jajaja, que va, mi chica es perfecta. A veces siento que estoy en un sueño y no tardaré en despertar para darme cuenta de que en realidad soy un vago sin hogar.

Beto: Jajaja, como eres, entonces… ¿Mucho trabajo en la escuela?

Fer: Pues… relativamente, nada que no me haya pasado antes en cuanto a la carga de lo que tengo que estudiar… en realidad no sé bien qué sucede, seguro son las hormonas. – Reímos un poco y cambiamos de tema. Cerca de las 5 de la tarde, acabábamos de trasladar a un señor que se infartó a un hospital, cuando el chofer de la ambulancia nos avisó que había habido un percance cerca de la avenida principal y nosotros éramos los más cercanos. Sin pensarlo nos dirigimos para allá.

>>>Julieta<<<

El viaje en el auto de Violeta duró cerca de 5 horas, al inicio fue un poco tenso pero después de ingresar a la autopista decidí poner música y cantar a todo volumen. Poco a poco Violeta se fue relajando y terminó cantando conmigo. Hicimos un par de paradas para comprar algo para refrescarnos y estirar un poco las piernas, me acerqué al mirador a contemplar el paisaje y sentí que los brazos de Violeta me rodeaban desde la espalda.

Violeta: ¿Sabías que me encanta tu aroma?

Julieta: ¿Ah sí, y cuál es ese aroma?

Violeta: Es difícil explicar, es fresco y dulce al mismo tiempo, como el suave aroma de una flor que no logro identificar, un aroma muy particular y especial que solo tienes tú. – abracé sus brazos por enfrente y acaricié sus manos. Me quedé pensando y en ese momento me di cuenta de que yo no identificaba algún olor particular de ella mas que el del perfume que ocupaba.

Julieta: ¿Qué quieres hacer llegando a tu casa?

Violeta: Lo primero es hacerte el amor hasta que quedes inconsciente – nos reímos las dos – y después, dependiendo de qué hora sean, ir a tomar el sol a la playa o a cenar.

Julieta: ¿Cenar? ¿Entonces no me dejarás salir de tu cama hasta la noche? – su mirada seductora me estaba provocando mucho.

Violeta: Ya te dije mis planes, tú sabrás si te escapas antes o extendemos el plan hasta mañana, por mí no hay objeción.

Julieta: Jajaja, eres incorregible.

Volvimos a su auto y después de un rato más ya podía sentir el clima húmedo de la playa. Tan solo llegar, pasamos por unos arcos que daban accesos a un residencial hermoso que tenía varias casas vecinas, todas con vista y paso directo al mar. Aparcamos en su casa y bajamos las maletas, serían dos semanas para nosotras nada más.

Julieta: Tengo muchas ganas de nadar en el mar, iré a ponerme mi traje de baño.

Violeta: Claro amor, la habitación está en el piso de arriba, ¿quieres una cerveza?

Julieta: Gracias amor, ahora vuelvo. – subí las escaleras, dejé mi maleta en el suelo de la habitación, era muy grande y con un gran ventanal que daba hacia un balcón con la mejor vista hacia la playa. Me quité la ropa, y estaba por ponerme el bikini cuando escuché que la puerta detrás de mí se cerraba. Giré mi cabeza y tuve el reflejo de cubrirme el pecho.

Violeta: Jajaja, por qué te cubres mi vida, no es algo que no haya visto antes.

Julieta: Jaja, lo siento, es que me espantó el ruido. Creí que te tomarías una cerveza.

Violeta: Ya lo hice – me guiñó el ojo – vine a traerte la tuya para que te refrescaras. – me acercó una cerveza y ella destapó otra para ella.

Julieta: ¿Alguien tiene muchas ganas de enfiestar, verdad?

Violeta: ¿Esto? – miró su cerveza – no mi vida, es para ti – no entendí su comentario hasta que se acercó a mí y derramó la cerveza sobre mi cuello y escurrió por todo mi pecho y mi abdomen, estremeciéndome por lo frío del líquido – uy, espera, yo te ayudo.

Se acercó a mi cuello y comenzó a besarlo con mucha suavidad, suspiré por las diferencias de temperatura entre el frío líquido y los cálidos labios de Violeta, bajo con sus labios hacia mi pecho y siguió recogiendo todo el líquido con su lengua, hasta que se apoderó de mi pezón que inmediatamente reaccionó a los besos de mi chica, poco a poco la temperatura de mi cuerpo se iba incrementando, tomé su cuello y revolví su cabello mientras ella consentía mis pezones, pasó sus manos por detrás de mi espalda para abrazarme y la cerveza que tenía tocó mi espalda, provocándome un incómodo escalofrío que hizo que Violeta se separara de mí.

Violeta: Disculpa, eso no era parte del plan jaja. – me reí con ella y le di un trago a mi cerveza, la dejé sobre la mesa.

Julieta: Eso te va a costar caro – la cara de diversión de Violeta se incrementó cuando la empujé contra la cama y cayó de espaldas, derramando un poco más de su bebida. Subí en la cama junto con ella poniéndome sobre ella, haciendo de lado mi cabello y permitiéndole ver todo mi cuerpo que solo tenía la parte inferior de mi bikini puesto. La respiración de Violeta se hizo más intensa, pude notarlo por el movimiento de su pecho y el sonido de su respiración, su mirada era tan intensa que sentía cómo me poseía solo con la mirada.

Tomé su playera y se la quité de un solo movimiento, desabroché su pantalón y en menos de 1 minuto ya estábamos en igualdad de condiciones. Me tomó por la cintura y comenzamos una danza de besos y caricias. Yo seguía sobre ella así que aproveché la posición para apoderarme de su cuello, lo besé con intensidad mientras ella suspiraba profundamente, sentir su cuerpo retorcerse de placer bajo mi cuerpo me excitaba muchísimo, y con el calor de la habitación bajé hacia sus piernas y me coloqué entre su sexo, apenas pude notar cuando Violeta se aferró a las sábanas por el placer que le producía mi lengua sobre su botón hinchado, su sabor era embriagante y yo no podía parar de comérmelo. Nuestra excitación era tal que introduje dos dedos sin problemas mientras me la seguía comiendo y los gemidos de Violeta eran casi audibles hasta la playa; el movimiento de su cadera me indicó que estaba por llegar cuando recordé el momento que me hizo pasar con la cerveza y quise jugar un poco con ella. Me detuve en seco, saqué mis dedos de su interior y su cara de desesperación me causó mucha gracia, por lo que me acerqué a ella y le di un pequeño pico en los labios.

Julieta: Eso es por lo de la cerveza – le guiñé el ojo y me levanté de la cama. Comencé a ponerme el traje de baño dándole la espalda a Violeta, apenas y podía contener la risa que me había causado su expresión. Sentí sus brazos aprisionarme por la espalda, puso una de sus manos sobre mi pecho y su otra mano directo sobre mi sexo, sus labios estaban muy cerca de mi oído derecho.

Violeta: ¿Sabías que eso no se hace, preciosa? – su voz era tan sensual que casi me derrito en sus labios. Solté una pequeña risa y quise liberarme, pero me tenía abrazada con más fuerza de la que yo podía – o quería – manejar. En esa misma posición comenzó a estimular mi clítoris, y por la excitación que traía casi se me van las fuerzas de las piernas si no es porque ella me estaba sosteniendo, desde su posición comenzó a besar la cercanía de mi oído y bajaba por mi cuello mientras me seguía estimulando, cuando estaba por llegar al orgasmo perdí más las fuerzas y me soltó, cortándome la inspiración y devolviéndome la acción previa – jajaja, ¿ves lo que se siente?

Julieta: ¡Eso es trampa! Tú empezaste jajaja – nos abrazamos y seguimos besándonos para caer nuevamente en la cama. Violeta estaba sobre mí besándome cuando sentí sus dedos llegar a mi sexo y sentí algo frío en mi entrepierna, me tensé un poco y la iba a detener.

Violeta: Tranquila, es pequeño, te va a gustar – sentía una pequeña vibración estimular mi clítoris y generaba una sensación muy placentera en mí, jamás había ocupado uno en mi vida, pero era tanta mi excitación que no la detuve. Poco a poco sentí cómo introducía el pequeño vibrador que había sacado hasta que llegó a lo más profundo de mi ser, solté un suspiro y comenzó a introducirlo y sacarlo cada vez más rápido ayudándose de los movimientos de su cadera, sentía que estaba por estallar así que le pedí que lo hiciera más rápido hasta que finalmente llegué a un estupendo orgasmo que me hizo quedarme sin fuerzas, sacó el vibrador y lo apagó para besarme nuevamente con mucha ternura – eres maravillosa, te amo muchísimo, quiero que siempre te quedes a mi lado.

Julieta: Siempre, mi amor, siempre estaré contigo. – seguimos haciendo el amor por no sé cuánto tiempo más, hasta que agotadas nos quedamos dormidas.

>>>Fernanda<<<

Íbamos todos en silencio sobre la ambulancia en lo que llegábamos al lugar del incidente, aún no sabíamos bien de qué se trataba porque Sergio (el conductor de la ambulancia) nos dijo que había demasiado ruido cuando recibió la llamada. Conforme nos acercábamos al sitio, yo repasaba en mi mente los protocolos de acción, ya se me había vuelto una costumbre. Supe que estábamos en el lugar porque había demasiada gente bloqueando el camino, a pesar de que íbamos con la sirena de la ambulancia nos estaba costando trabajo acercarnos al sitio, pero alcanzamos a ver que se trataba de un accidente de un par de autos que habían quedado prácticamente destrozados, jamás me había tocado ver un choque tan aparatoso donde ambos autos estuvieran hechos pedazos.

En cuanto pudimos acercarnos más, nos bajamos y nos dividimos en dos equipos, Gonzalo (otro paramédico con más experiencia) y yo nos fuimos hacia el auto que estaba más cercano y pude observar el cuerpo de una mujer que había atravesado el parabrisas y se encontraba sin moverse sobre el cofre de su auto, mientras que la región de sus piernas aún no salía del todo del automóvil, estaba atrapara entre el parabrisas roto y el interior.

Gonzalo: Fer, tómale sus signos vitales en lo que yo reviso si había alguien más en el auto. – inmediatamente me acerqué al cuello de la mujer y pude darme cuenta de que era una chica no más grande que yo, si no es que hasta más joven. Puse mi mano en su cuello para buscarle pulso pero no pude encontrarlo, busqué por todos los lugares donde podría haberle sentido el pulso… pero nada.

Fer: Gonzalo, no puedo sentirle el pulso – dije con miedo. Gonzalo se acercó conmigo y revisó detalladamente a la chica, su cara me lo dijo todo.

Gonzalo: No hay nada que hacer, parece que se rompió el cuello al atravesar el parabrisas. – una sensación de impotencia y tristeza estaba por apoderarse de mí, pero recordé que había otro auto involucrado y nuestro deber era ir a ayudar.

Dejamos a la chica que había muerto y cuando me di la vuelta para dirigirme al otro auto me encontré de frente con Beto, que me obstruía el paso y tenía una cara muy descompuesta.

Beto: Fer… - su voz entrecortada me paralizó - espera – me tomó de los hombros y pude sentir sus manos temblando, jamás lo había visto temblar ante ninguna situación, en ese momento sentí una opresión terrible en mi corazón, de reojo miré hacia atrás de Beto… no podía ser, yo… yo conocía ese auto.

Fer: No… ¡NO! ¡¡¡NO!!! – me solté rápidamente de Beto y quise correr hacia el auto, pero sentí que sus brazos me atraparon por detrás y me levantó del suelo, todo pasó en cámara lenta. Mientras yo forcejeaba con mi amigo, los bomberos estaban usando una gran máquina para liberar el cuerpo que había quedado prensado en el otro auto, y vi estirarse sin movimiento y completamente ensangrentada una mano que yo conocía a la perfección, y esa mano tenía un anillo de compromiso idéntico al que yo tenía colgando en mi cuello.

>>>Violeta<<<

Desde que llegamos a mi casa de la playa las cosas con July han estado de maravilla, no hemos discutido y solo hemos disfrutado de nosotras. Era como un sueño que sabía que tarde o temprano iba a terminar en cuanto regresáramos a la ciudad. Siempre que pensaba en tener que volver a la ciudad, un sentimiento de fastidio me invadía, espero al menos que el tipo que contraté para que tirara el líquido de frenos del auto de Roxana hubiera hecho su trabajo y ella se hubiera llevado un buen susto, eso le enseñará a no meterse con mi novia y al menos la mantendría lejos de nosotras un tiempo.

Decidir apagar los celulares y no encenderlos había sido la mejor decisión que pudimos haber tomado, nadie nos interrumpía ni nos molestaba. Para el día de navidad pasamos una velada hermosa en la playa, con una fogata, una cena deliciosa y uno de mis mejores vinos. Basta decir con que destruimos mi habitación cada noche.

Para la última semana, ya por el 30 y 31 de diciembre, las casas del condominio en la playa habían comenzado a llenarse de gente que venía a vacacionar y pasar el año nuevo en la playa, por lo que ya no teníamos tanta privacidad, pero realmente no importaba. Se acordó hacer una pequeña fiesta el 31 por la noche en la playa con todos los que quisieran sumarse, y a July y a mí nos encantó la idea, ya era hora de que volviéramos a interactuar con la gente o nos volveríamos hermitañas que no salían de su habitación.

Julieta: Amor.

Violeta: Dime, mi vida.

Julieta: Sé que prometimos no hacerlo, pero es año nuevo. ¿No crees que sería adecuado que les marcáramos a nuestros amigos para desearles un feliz año nuevo?

Violeta: Mmmm pero estamos a solo un par de días de volver, podemos desearles año nuevo cuando los veamos nuevamente.

Julieta: Es que… - bajó la mirada – no quise insistir en navidad pero, tenía la tradición con mis amigos de marcarnos cada año… - el que mencionara a sus amigos me molestó un poco y lo notó en mi mirada – no te molestes, han sido dos hermosas semanas a tu lado, y no las cambiaría por nada del mundo, pero también quiero llamarle a Renata y su novio, a Yaz… ¿No quieres al menos saludarlos? – sabía que no tenía sentido discutir con ella en ese momento.

Violeta: Tú ganas – suspiré – encendamos los celulares. – La carita sonriente de Julieta me devolvió el buen humor, así que corrió cerca de la fogata donde había dejado su bolsa, pero levantó tan rápido sus cosas que su celular saló volando y cayó directamente sobre el fuego, que era bastante grande.

Julieta: ¡Mierda!

Violeta: Ay amor… ¿Ves, por apresurada? – se escuchó cómo tronó el celular y supimos que estaba perdido, me volteó a ver con una carita tan desilusionada que no pude evitar llenarme de ternura – jaja, vamos a la casa y ahí está mi celular. Les llamas del mío. – creía que no podía ponerse más feliz por la extensión de su sonrisa.

Julieta: ¿En serio?

Violeta: Claro que sí, hermosa. Vamos – nos cambiamos y nos despedimos de todos para regresar a la casa. – Estas llena de arena, ¿Por qué no te das un baño en lo que pongo a cargar mi celular? Tiene tantos días que no lo ocupo que olvidé cargarlo y está completamente descargado.

Julieta: Está bien amor, muchas gracias, pon a cargar el celular y te espero en la regadera. -  me dijo con una voz muy sexy que me hizo querer correr al baño con ella. Cuando se metió a bañar conecté el celular y lo encendí. Inmediatamente el celular comenzó a vibrar como loco por los miles de mensajes que llegaban por WhatsApp y el buzón de voz se había llenado.

Violeta: Qué fastidio… - dije en voz baja, y me dispuse a revisar el buzón de voz, mensaje por mensaje.

Mensaje 1:

Renata: Mujer, ¿a dónde te largaste sin decirnos ehhh? Espero que no te hayas ido de vacaciones sin nosotras. Pasé a buscarte a tu casa y solo vi la nota de que te habías ido con July, pillina. ¿Cuándo vuelves? Márcame.

Mensaje 2:

Renata: Olvidé decirte, Yaz quiere hacer una fiesta de fin de año en su casa. ¿Si vuelves para ese día, verdad? Me voy de compras con Ernesto, márcame, mala amiga.

Jajaja, esa Renata, qué haría yo sin mi amiga.

Mensaje 3:

Rox: ¿Violeta? Contéstame, sé que estás ahí. Vengo del departamento de July y vi lo que hiciste con las flores que le mandé, qué infantil eres. ¿A dónde carajos te llevaste a Julieta? Ni creas que me voy a quedar de brazos cruzados, tal vez ganaste esta batalla, y si crees que apagando tu celular y el de ella me voy a desanimar estás muy equivocada… que te quede claro… qué… jo… joder, ahora qué… mierda, mierda, mierda.  ¡¡¡No, noo!!! – después del grito de Rox se escuchó un sonido muy fuerte en mi celular, llantas derrapando, metal crujiendo, y a lo lejos se empezaron a escuchar muchos gritos hasta que la llamada se cortó.

Mi cuerpo se quedó helado… ¿Pero qué fue lo que hice?... No, no es cierto… yo no tuve nada que ver, era demasiado pronto como para que el tipo que contraté hubiera hecho algo tan rápido, además… yo no… no quería que le pasara nada grave… solo un susto… Mi corazón estaba latiendo demasiado fuerte, cuando mi celular indicó que había más mensajes.

Mensaje 4:

Valeria: ¿Violeta? ¿Será que alguien en este puto mundo puede contestar el celular? Le marco a July y me manda al buzón, estoy intentando comunicarme con Rox porque quedó desde hace 2 horas de vernos en el café y no ha llegado, también su celular nos manda a buzón. Sé que no nos llevamos de maravilla, pero estamos preocupados, no sabemos donde está ella o July. ¿July está contigo? Si te la llevaste a algún lado al menos avísenos, somos la única familia que July tiene y nos preocupamos por ella. Si salieron de viaje por favor cuídala mucho. Y si Rox se comunica contigo por favor dile que nos marque.

Mensaje 5:

Renata: Violeta… No sé dónde estén ustedes dos… - escuchaba sollozos – tienen que volver inmediatamente, pasó algo terrible… por favor, vuelvan cuando antes. – se soltó a llorar completamente y cortó el mensaje. No es cierto, esto es una mala broma.

Mensaje 6:

Yaz: ¿Aló? Maldición Violeta, ¿En dónde carajos están Julieta y tú? Urge que regresen a la ciudad. No quiero tener que decirles esto por teléfono, por favor vuelvan ya. No le digas nada a Julieta… no sé cómo lo va a tomar… estamos todos en shock. Vuelvan ya.

Mensaje 7:

Renata: Violeta, llevamos días buscándolas. Perdóname por el último mensaje, me acababa de enterar. No se si ya lo sepas – su voz volvió a quebrarse – es Rox… tuvo un accidente en su auto. Se quedó sin frenos y se estrelló con otro auto… no sobrevivió. Por favor, el funeral es mañana. Habla con July, ten tacto, acá todos estamos muy mal, sus amigos están destrozados y necesitan a July… y July los va a necesitar a ellos, y a ti, a todos. Por favor, comuníquense ya.

Hacía 7 días del último mensaje antes de que se llenara mi buzón.

Ese fue el último mensaje.

Yo estaba paralizada. Sentía que no podía respirar… fue… fue mi culpa… No, no lo fue … Cierto, no fue mi culpa, los accidentes pasan… ¿Y qué le vamos a decir a Julieta? … ¿Julieta? Ya con Rox van dos, Violetita. ¡No! ¿quién dice eso?

Sacudí fuertemente mi cabeza y dejé de escuchar las voces. Tranquilízate Violeta… Dios mío… ¿Qué le voy a decir a July?...

Julieta: ¿Amor? Te estuve esper… ¿Por qué estás llorando? – no me di cuenta de que ya tenía lágrimas escurriendo por mi rostro. - ¿Qué pasó? ¿Estás bien, amor?

Violeta: Julieta…