Cadena De Tragedias 15

Hablar no va a cambiar nada, y más porque la estúpida que se enamoró de su mejor amiga fui yo y ahora tengo que verla en brazos de otra.

>>>Julieta<<<

El movimiento de una mano en mi abdomen y por mi pecho me hizo despertar del hermoso sueño en el que me encontraba, abrí los ojos y vi cómo los rayos de luz entraban por la ventana a través de las cortinas, estaba recostada de lado y detrás de mi podía sentir la respiración de Violeta en mi cuello, habíamos dormido abrazadas después de hacer el amor de la manera más maravillosa. Me giré para darle un beso.

Julieta: Buenos días.

Violeta: Buenos días – se veía diferente, más radiante y hermosa si es que eso era posible - ¿Cómo amaneció la mujer más hermosa del mundo?

Julieta: Jajaja, que hermosa eres, pero tú eres más bonita – me estiré un poco y sentí algo de dolor en mis músculos – me duele todo – pero sonreí al recordar el por qué del dolor.

Violeta: Jajajaja… ¿Ah sí? Eso se puede arreglar, hay que relajar esos músculos.

Se subió encima de mí y sus labios entraron en contacto con los míos, delicadamente mordía mi labio inferior y lo alternaba con su lengua que jugaba con la mía, poco a poco la temperatura volvió a subir al grado que ya sentía cómo nuevamente mi sexo se humedecía mientras sentía cómo sus pechos se pegaban a los míos. Se separó de mí y me miró mucho deseo.

Violeta: Conozco exactamente algo que te va a relajar – sin pensarlo hizo a un lado completamente las sábanas y bajó directamente hacia mi sexo en un camino de besos, al llegar a su destino separó con mucha delicadeza mis piernas para quedar completamente ante ella y al sentir su lengua explorando mi sexo en realidad me tensé un poco ya que jamás me habían hecho eso, pero inmediatamente me invadió un placer inigualable y de verdad empecé a sentir como mi cuerpo se relajaba mucho al mismo tiempo que me daba un placer enorme, Violeta pasaba su lengua entre mis labios mayores y menores con mucha calma, como si me estuviera besando con mucha paciencia y ternura, no sé cuánto tiempo estuvo así hasta que sentí que se apoderó de mi clítoris y comenzó a hacer círculos con su lengua, primero fue muy lento pero cada vez su velocidad iba aumentando y así lo hacía también yo con mis gemidos que le hacían saber que lo estaba disfrutando muchísimo, la temperatura de mi cuerpo se elevó inmensamente cuando tuve un orgasmo por el placer que Violeta logró provocar en mí haciendo que mi espalda se arqueara mientras me sostenía a las sábanas con mis puños, y después de beberse todo mi orgasmo sentí cómo finalmente todo mi cuerpo se relajaba enormemente.

Mis piernas cayeron a cada lado de donde ella se encontraba, mientras mi cuerpo aún tenía espasmos por el orgasmo, y a la altura que estaba solo subió un poco para recargar su cabeza por encima de mi pubis casi por debajo de mi ombligo, pasó sus brazos por debajo de mi cintura y me abrazó como si fuera una almohada y se quedó ahí un rato en lo que mi respiración se estabilizaba – me encantas – le dije, mientras sentía cómo me quedaba dormida nuevamente.

Cuando abrí mis ojos me encontraba boca abajo y cubierta por las sábanas, la habitación parecía estar completamente vacía salvo por mí. Miré mi reloj y eran cerca de las 10 de la mañana, pude escuchar el sonido de la regadera del baño así que supuse que Violeta se estaría dando un baño, decidí acompañarla y me recibió con una gran sonrisa. Nos besamos y acariciamos por otro rato dentro de la ducha hasta que por fin decidimos salir.

Le presté algo de mi ropa y mientras me secaba el cabello se quedó recostada en la cama viéndome a través del espejo.

Julieta: Si me sigues mirando así me vas a desgastar jajaja.

Violeta: Lo lamento, es que no puedo dejar de verte, creo que eres perfecta. – en ese momento mi estómago hizo un fuerte ruido porque no habíamos desayunado aún – jajaja perfecta y hambrienta, qué quieres desayunar, amor? – cuando me llamó “amor” de verdad me derritió.

Julieta: ¿Te parece si hacemos waffles?

Violeta: ¿Te parece si te veo mientras los haces? Discúlpame pero soy una inútil, lo sabes.

Julieta: Jajaja está bien, yo haré en desayuno, pero no tengo jugo. ¿Puedes ir a comprar un poco?

Violeta: ¡Eso sí lo se hacer, gastar dinero es mi especialidad! –

Se levantó de un brinco y salió corriendo de la habitación. Han sido unos días locos, espero que al menos este día pueda pasarlo tranquila en mi casa. Me puse a preparar las cosas para el desayuno, Violeta llegó con jugo de naranja y estábamos desayunando muy a gusto.

Julieta: Amor…

Violeta: ¿Qué sucede?

Julieta: Yo sé que lo que pasó anoche fue muy hermoso, pero necesito saber cómo estamos, de lo demás… - decía refiriéndome al tema de lo que pasó con Valeria. La mirada de Violeta se tornó seria de una manera distinta y se quedó pensando un rato.

Julieta: ¿Violeta?

Violeta: ¿Qué me dirías si yo te dijera que ayer fue mi primera vez?

Julieta: … no entiendo a dónde quieres llegar.

Violeta: Después de estar anoche contigo, me di cuenta de que fue la primera vez en mi vida que hacía el amor con alguien, lo demás era y fue solamente sexo.

Julieta: Entonces…

Violeta: Dime, ¿ayer fue tu primera vez? – ya entendía su punto, quería confirmar que lo de Valeria no significó nada, como me estaba dando a entender de todo su pasado.

Julieta: Sí – me devolvió la sonrisa – ayer fue mi primera vez haciendo el amor.

Violeta: Eso es todo lo que necesito saber. – tomó mi mano y la besó, después de terminar de desayunar, volvimos a mi habitación para ver una serie.

Violeta: ¿Tienes planes para hoy?

Julieta: Pues, es domingo, así que haré mi tarea de ciencias sociales y ya.

Violeta: Eres tan ñoña. – le lancé una almohada de la cama y comenzamos una guerra de cosquillas hasta que el timbre de la casa nos interrumpió. - ¿Esperas a alguien?

Julieta: No, iré a ver quién es. – me paré y fui a atender la entrada. Al abrir la puerta estaban Rox y Theo – chicos, no los esperaba, ¿Pasó algo?

Theo: ¿Ahora tenemos que tener una invitación para venir a verte? – se notaba molesto.

Julieta: No, claro que no.

Rox: ¿Nos vas a dejar pasar?

Julieta: Claro… pasen, ¿ya desayunaron? Preparamos waffles y jugo.

Theo: ¿Preparamos?

Violeta: ¿Quién es, amor? – gritó desde la habitación y mis amigos me vieron con cara de enfado.

Theo: ¿Es en serio Julieta? ¿Después de lo que hizo sigues con ella?

Julieta: Chicos, yo…

Violeta: ¿Todo bien? Oh… - salió por fin de la habitación y el ambiente se puso tan tenso que casi se podía cortar con un cuchillo.

Rox: Entonces por eso no nos dejabas pasar eh. – no sabía qué decir, en cierto modo Violeta y yo ya estábamos bien, pero sabía que la relación con mis amigos y ella no iba a ser nada fácil, en realidad ya sería más que imposible.

Violeta : ¿Se puede saber a ustedes quién los invitó? – sí, Violeta tampoco lo hacía muy fácil.

Theo: ¿Cómo te atreves a hablarnos así? Acércate solo una vez más a mis amigas y te juro que no me detendré porque eres una chica – Rox puso una mano sobre su hombro e ignoró lo que Violeta dijo.

Rox: Jules, solo queríamos ver cómo estabas y veníamos a decirte que íbamos a ir a visitar a Valeria, pero vemos que estás ocupada, así que le daremos saludos de tu parte.

Theo: ¿Solo así, Rox? ¿No piensas decirle nada? – Rox se dio la vuelta y salió de mi casa, no me dio tiempo de decirle nada, Theo me volteó a ver con mucha ira y se fue tras de Rox.

Violeta: Vaya manera de arruinar el día.

Julieta: Violeta, ¿sería mucho pedir que fueras un poco más amable con ellos?

Violeta: Ahora me estas jodiendo tú, ellos empezaron.

Julieta: Lo se, pero entiende, la situación es delicada.

Violeta: ¿Por qué, porque le partí la cara a tu amiga por acostarse contigo?

Julieta: Pues… básicamente.

Violeta: ¿Sabes qué? No necesito esto, me voy a mi casa.

Julieta: Espera, ¿por qué?

Violeta: ¿Cómo que por qué? Los defiendes a ellos en lugar de defenderme, vienen a tu casa a hablarme horrible y solo te quedas callada, luego encima me dices que sea yo la que los trate bien, ubícate. – en cierto modo ella tenía razón, pero no sé cómo resolver este problema. Como no dije nada, Violeta tomó sus cosas y se fue. No fui detrás de ella, tenía que pensar qué iba a hacer. Después de un rato subí a mi moto y manejé hasta casa de Valeria.

Mamá de Valeria: Hola July, pasa, los chicos están arriba. – subí las escaleras y toqué la puerta, me abrió Theo quien aún se veía molesto, dejó la puerta abierta y regresó a sentarse con las chicas.

Julieta: Hola Vale, ¿cómo sigues?

Valeria: Hola July, me duele el pómulo, creo que tu novia me pegó mas fuerte de lo que creí, mira cómo me dejó el ojo – lo tenía completamente inflamado y morado.

Rox: No creí que vinieras. – está muy seca conmigo.

Julieta: Ella se fue poco después de ustedes, y quería ver cómo estaba Vale.

Theo: Entonces si no se hubiera ido no tendríamos el honor de tenerte aquí.

Julieta: ¿Por qué me tratan así? No es como si yo hubiera provocado todo. Ustedes se la pasan atacándola y ella solo se defiende.

Rox: Entonces viniste hasta aquí para decirnos que tratemos bien a la persona que agredió a Valeria.

Julieta: No, la verdad es que a estas alturas que ustedes se lleven bien es imposible, solo les pido que ya no se ataquen, por favor.

Theo: Eso díselo a Mike Tyson

Valeria: Jajaja… ya va, déjenlo por la paz muchachos – los dos voltearon a ver a Valeria sorprendidos – yo me lo gané, abrí la boca cuando no debí hacerlo y me emborraché tanto que no me pude defender, estoy segura que si hubiera estado en mis cinco sentidos la del ojo morado sería otra. Pero ya, ya pasó, vean la posición en la que ponen a Julieta, no la están ayudando mucho que digamos, vean la cara de angustia que tiene.

Theo: ¿Y como por qué dices que tú te lo ganaste? – en ese momento todas nos quedamos calladas, aparentemente nadie le dijo a Theo la razón de la golpiza que Violeta le puso a Vale.

Vale: Yo no le dije porque no sabía si me ganaría otra paliza si él se entera – dijo mirándome y en tono burlón.

Theo: ¿De qué hablan? – nos miró a todas. - ¿Qué hiciste Vale?

Julieta: Nada de otro mundo, Vale y yo nos acostamos. – la mandíbula de Theo casi llega al suelo y sus ojos no se pudieron abrir más mientras nos miraba a las dos con su mejor cara de sorpresa. – La señorita se puso ebria y se le aflojó la lengua con Rox, pero no contó con que Violeta también la escuchó y perdió la cabeza.

Theo: Eso… eso explica muchas cosas… joder. Bueno, en ese caso… no, no justifico lo que hizo Violeta, solo ahora entiendo por qué fue todo. Creo que cada quien tiene su parte de responsabilidad así que ya no haré más conflicto de ello, creo.

Vale: Y dime July, ¿ya confirmaste si es mejor que yo? – dijo alzando una de sus cejas y en tono de burla, sin saber lo que había pasado entre Violeta y yo.

Julieta: Eh… yo… - no supe qué contestar, solo sentí cómo me ponía completamente roja, y no pude evitar mirar al suelo y sonreír, y todos lo notaron.

Vale: ¡No es cierto! ¡¿Ya lo hicieron?! – sabía que Vale no iba a dejar de molestarme. Hasta que Rox al fin dijo algo.

Rox: ¿Eso significa que vas a seguir con ella, cierto? – la notaba un poco alterada, no me miraba a los ojos.

Julieta: La amo, y ella me ama. Sí, no es perfecta, y yo tampoco, pero nos estamos esforzando por que las cosas salgan bien. – lo dije sin pensar, pero ya me estaba cansando de sentirme atacada.

Valeria: Wow, esas ya son palabras fuertes. Aunque tiene mucho tiempo que no te veía tan convencida de algo… y a pesar de que detesto a Violeta, pues… ¡Felicidades! – Vale siempre diciendo las cosas muy a su manera, pero sentí muy sinceras sus palabras.

Theo: Me pones en un gran conflicto July, te adoro y nada me hace más feliz que verte feliz, pero agh… el hecho de que sea ella… no le daré mas vueltas, si tú eres feliz por mí está bien, aunque no bajaré la guardia con ella, jamás la voy a querer.

Julieta: Gracias amigos.

Rox: Yo… - sonó el timbre – debe ser la pizza que pedimos – Rox aprovechó para salir de la habitación antes de que terminara de decir lo que sea que fuera a decirme.

Julieta: ¡Rox! – intenté detenerla, pero se me adelantó – esto es importante… - solo pude susurrar.

Theo: Dale tiempo, July. – puso su mano en mi hombro.

Julieta: ¿Tiempo, tiempo de qué?

Valeria: Sabes que Rox te quiere mucho, y le aterra la idea de que ames a una persona como Violeta, no te quiere ver herida. – me pareció ver que Valeria le hacía señas a Theo, pero no vi bien. – Se le pasará en algún momento.

Julieta: Está bien, supongo.

>>>Rox<<<

Salvada por la campana, literalmente. No sé qué habría hecho de estar un segundo más en la habitación escuchando a Julieta decir que amaba a Violeta y que habían hecho el amor. Sabía que si seguían juntas en algún momento eso sucedería pero no estaba lista para escucharlo aún. Le dije a la mamá de Vale que la pizza ya había llegado pero que yo no me podía llegar porque había recibido una llamada de casa y debía volver (no es cierto, ni hay nadie en mi casa pero eso no lo saben), amablemente se ofreció a llevarles la comida y decirles que tenía que irme, aproveché su amabilidad para salir corriendo de ahí. Mis lágrimas no pudieron contenerse más y conforme subía a mi auto ya estaba hecha un mar de lágrimas.

Necesitaba un trago definitivamente, así que manejé hasta un bar que no está muy alejado de mi casa por si al final no puedo conducir de vuelta. Entré y fui directo a la barra. Pedí una botella de ron y comencé a tomar, el cantinero solo me dirigió una mirada de tristeza al ver mis ojos hinchados por haber estado llorando. En ese momento se sentó al lado de mí una chica que se veía solo un poco mayor que yo y pidió una cerveza, me pareció muy linda pero no me animé a hablarle. Después de acabarme casi media botella ya me sentía bastante pasada de alcohol, me sorprendió que la chica me dirigiera la palabra.

Karla: Disculpa, no creo que debas tomar más, además de que por la velocidad a la que lo haces no parece que lo estés haciendo por las razones adecuadas.

Rox: Necesito ahogar este dolor que tengo en el corazón, espero al menos se me olvide por un rato.

Karla: Mal de amores, entonces – su mirada me pareció muy dulce, estaba a punto de tomarme otra copa cuando tomó mi mano y quitó el vaso de mi mano – tal vez lo que necesitas es hablar y no tanto tomar.

Rox: Hablar no va a cambiar nada, y más porque la estúpida que se enamoró de su mejor amiga fui yo y ahora tengo que verla en brazos de otra. – apretó sus labios y asintió con la cabeza.

Karla: Ya veo, ¿pero qué edad tienes, criatura? Te ves muy joven como para abandonar todas tus esperanzas.

Rox: Tengo 19, me llamo Roxana, mucho gusto, y no soy ninguna criatura, no creo que me lleves más de 5 años.

Karla: Jajaja pues así como me ves ya tengo 26, pero gracias por el cumplido, me llamo Karla, mucho gusto – extendió su mano y la estrechó con la mía. – ¿Tu amiga sabe lo que sientes por ella?

Rox: ¡Qué va! Es tan despistada que nunca se daría cuenta a menos que se lo gritara en la cara, es una idiota.

Karla: ¿Y por qué no se lo dices? ¿Qué mas tienes que perder?

Rox: Su amistad, sé que nunca en la vida tendría una oportunidad con ella, es tan… especial, y yo tan común. – mis ojos nuevamente se llenaron de lágrimas – prefiero tenerla como amiga a no tenerla ni así.

Karla: Tal ves deberías pensar mejor de ti, para empezar, porque eso que dices te pone en la situación en la que estás, ¿no lo crees? Además, no sabes qué es lo que ella siente por ti, tal vez solo tengas que ser sincera y puede que las cosas se tornen a tu favor.

Rox: No es tan sencillo, ella está enamorada de Cruela De Vil, y aunque me mate aceptarlo, tenía más de 2 años de no verla tan feliz, no puedo arrebatarle eso por mi egoísmo.

Karla: No creo que ser sincera con ella sea lo mismo que ser egoísta, pero piénsalo con calma, y sobria.

Rox: Jaja… tal vez tengas razón. ¿Y qué hay de ti? Una chica tan guapa en un bar un domingo por la noche…

Karla: Mi prometida está de guardia en el hospital y no la veré hasta mañana en la tarde, así que solo vine por una cerveza acá porque no soy fanática de beber sola en casa y tenía muchas ganas de un pequeño trago.

Rox: Ya veo, pues, salud por tu prometida que seguro está salvando muchas vidas. – quise tomar mi vaso pero nuevamente ella lo alejó, iba a reprocharle pero me dieron unas nauseas terribles y apenas y alcancé a girarme para vomitar. Ella se levantó rápidamente para ayudarme y ofrecerme una servilleta.

Karla: Ven, te acompaño al baño para que el cantinero no nos corra. – y así lo hicimos, acto seguido estaba abrazada al escusado vomitando todo lo que había bebido esa noche. - ¿Te encuentras bien ahí dentro? – qué pena con esta chica.

Rox: Eso creo… - vomité un par de veces más y salí a enjuagarme la boca. – Disculpa arruinar tu trago. Soy una idiota.

Karla: Tranquila, también tuve tu edad y sé lo que son esas penas. Te aseguro que encontrarás a la persona indicada para ti. Anda, te llevo a tu casa. ¿Traes auto o te llevo en el mío?

Rox: No quiero ser grosera porque te has portado bien conmigo, pero hasta los chiquillos saben que no deben irse con extraños.

Karla: Tranquila, no voy a violarte ni nada parecido, es solo que si alguna de mis amigas estuviera como tú no me gustaría que manejara en ese estado.

Rox: Es cierto, está bien, vivo muy cerca de aquí así que si quieres vamos en tu auto, mañana vendré por el mío.

Karla: ¿No te regañarán tus padres?

Rox: Salieron de la ciudad.

Karla: Vale, vamos.

No sé qué estaba pensando al aceptar que una extraña que conocí en un bar me llevara a mi casa, pero en esos momentos no estaba en condiciones de tomar decisiones, si me pasaba algo bien merecido me lo tenía. Subimos a su auto y le indiqué el camino a mi casa, al llegar me ayudó a bajar y me acompañó a la entrada.

Rox: Te lo agradezco mucho, de verdad.

Karla: No tienes por qué, come algo y duerme, y prepárate unas aspirinas porque mañana tendrás un dolor de cabeza épico. – extendió su mano para despedirse de mí, se estaba dando la vuelta y tuve un arrebato de valentía.

Rox: Oye, Karla… ¿Quieres pasar un rato? – me volteó a ver y me sonrió, se acercó a mí y pensé que tal vez podría pasar algo más, qué mas daba. Se acercó mucho a mí y puso su mano en mi cabeza y alborotó mi cabello.

Karla: Nunca hagas nada por despecho, luego te puedes arrepentir. Vete a descansar ya. – Me dio un beso en la mejilla y subió a su auto. Vaya, ya quisiera yo conocer a alguien así.