Cada mañana a las ocho 3

Sigo con mis encuentros clandestinos con el desconocido del bus

Aun con el peso de su cuerpo sobre mí, allí en mitad de ninguna parte, me sentía dichosa, plena y completamente saciada como nunca.

Él se separó y me ayudo a incorporarme.

-siento si te he hecho daño

-no te preocupes, me ha gustado

-follarte se está convirtiendo en lo mejor que me ha pasado. Nunca había sentido nada parecido.

-gracias.

Nos subimos al coche y él apoyaba su mano en mi rodilla desnuda.

-donde te llevo?

-al aparcamiento donde estaba el coche, regresare sola

Media hora después en el bus, no dejaba de imaginar cómo sería su vida, por el coche se notaba que tenía una buena posición.

Me entristecí al pensar que mis mejores momentos sexuales los estaba compartiendo con  un hombre del que no sabía ni su nombre. Tenía su morbo y me hacía sentir menos culpable, pero eso no significa que no quisiera saberlo todo.

Al día siguiente a las ocho de nuevo su mano abrazo mi cintura, me eche hacia atrás y me apoye en su pecho, me abrazo y beso mi cuello todo el trayecto. Al llegar casi a mi parada me dijo:

-me voy de viaje esta noche y no regresare hasta el lunes como poco.

Me beso ligeramente y baje con esa frase tristemente en mi mente. Iba a estar una semana sin verle. Encima esa mañana estaba muy cansada para nada y no nos habíamos ni acariciado.

No supe nada de el en todo el día, supuse que ya no sabría de él, al menos me había avisado pensé.

Por la tarde salgo a las seis del trabajo, cojo el bus y mi sorpresa es mayúscula cuando su cuerpo familiar se pega al mío.

De nuevo besa mi cuello, me mordisquea suavemente y me muero por sentir sus manos en mi cuerpo, pica en la siguiente parada, me coge de la mano y bajamos juntos del bus.

Camino a su lado dos calles, entramos en un pequeño hostal y tras saludar en recepción subo con él en el ascensor.

Nada más entrar cierra la puerta, se coloca detrás de mí y empieza a desnudarme rápidamente, casi me arranca la ropa, se deshace de todo menos de mis bragas.

-túmbate en la cama y abre bien las piernas, me muero por follarte.

Obedezco y me tumbo relamiéndome mientras miro como se desnuda completamente, intento quitarme las bragas

-no te las quites pequeña, ya las apartare

Se pone entre mis piernas, mete dentro su mano y me toca

-estas mojada y caliente como me gusta pequeña, te deseo

Introduce un dedo dentro y lo saca enseguida, demasiado rápido y lleva el dedo a su boca, lo lame mirándome:

-que buena estas, sabes a gloria

Aparta con un dedo mi braga hacia un lado y me penetra fuertemente

-levanta las caderas deja que entre bien adentro, deja que sienta como me absorbes

Me folla sin piedad y soy feliz cada vez que embiste fuertemente dentro de mí, quiero atesorar esa sensación y recordarla el resto de la semana.

-así nena sube bien el culo

Me gusta que me pida las cosas, me encanta su voz ronca, su manera urgente de hablarme. Me corro en dos minutos y sale, me gira y poniéndose de rodillas en el suelo me abre las piernas y hunde su boca entre los pliegues de mi vulva. Me chupa, succiona y hasta clava sus dientes en mi carne yo jadeo poseída por el deseo y el placer que me da.

Me da la vuelta y quedo de frente con la cara hacia el colchón, me abre los muslos y para mi sorpresa me da un azote en el culo.

-no te muevas, deja que haga contigo lo que quiero

De nuevo me azota y se ríe al oír mi gemido.

-te gusta golfa?

-si

-quieres que siga azotando tu lindo culito?

-si

Se levanta, se sienta en la cama y me dice:

-ven ponte sobre mis piernas

Me giro en la cama y apoyo mis pechos en sus muslos y el me azota mientras yo jadeo a cada golpe de su mano.

-saca mi polla y chúpala, hazlo despacio

La saco y me la meto entre mis labios empiezo a lamer suavemente mientras él me mira, chupo la punta y la meto despacio dentro de mi boca, succiono suavemente y me animo, el golpe me pilla por sorpresa, porque no lo espero y porque es más duro.

-me encanta que me la mames, me gusta demasiado, te dije que despacio golfa

Otro golpe, otra vez su mano plana en mi culo, me abre con su mano y me toca bruscamente, pellizca sin piedad mi clítoris y con la otra mano me azota de nuevo, yo presa del deseo chupo más fuerte antes de correrme en sus dedos.

-tienes el culo rojo y te has corrido, eres alucinante, ponte a cuatro patas y deja que te folle ese culo rojo y encantador que tienes

Me pongo a cuatro y me agarro las caderas, apoyo su polla y noto el dolor en la entrada, meto la cabeza gorda mientras me acaricia la espalda.

-te duele verdad?

-sí, me duele. Sigue

Empuja lentamente hasta la mitad, sus jadeos se hacen más sonoros.

-tócate, pequeña acaricia tu coñito como lo hago yo.

lo hago mientras el empuja hasta el final, entra completamente dentro de mí y oigo sus jadeos, sus gemidos cada vez que entra hasta el fondo, yo me toco como me ha pedido, en un momento dado estiro más la mano y agarro sus testículos, tiro de ellos y el jadea empujando sin salir para que no tenga que soltarle, le acaricio sus gordos testículos y doy pequeños tirones cuando noto entre jadeos que se corre, noto su espeso semen y me froto hasta correrme aun con su polla dentro.

Pasa la semana sin pena ni gloria, mi relación con mi marido es apenas inexistente, pero a principios de la semana siguiente mi marido me comenta que tiene una cena de empresa, yo creo que es una excusa para verse con su amante de turno, pero no es así puesto que me dice que deben ir las esposas y maridos.

El viernes aún no sé nada de mi amante, mis trayectos en bus son de lo más aburridos, por la noche mientras me ducho para la cena llevo mi mano entre mis piernas y rememoro el ultimo polvo en el hotel, le recuerdo y me en dos minutos me corro bajo el agua; salgo del baño y me maquillo, no me apetece ir a la cena, pero me visto y me peino, el resultado debe de ser bueno, puesto que mi marido me mira con deseo y eso que no hemos tenido sexo en meses.

Por el camino me comenta que en la cena estarán todos los empleados y que además de su jefe directo estará el gran jefe, el que apenas paraba por la empresa pero que ahora se ha mudado aquí y pasa más tiempo.

Llegamos al salón donde va a celebrarse la fiesta, están las mesas redondas para ocho repartidas por el salón, al final el buffet y a un lado una pista de baile. Todo muy bien organizado y precioso.

La gente aún no se ha sentado y está cerca de una mesa donde sirven aperitivos y copas antes de la cena.

Me lleva entre la gente, cogemos una copa y me lleva a un grupo de gente, entre esa gente destaca una rubia a la que enseguida encasillo como la nueva amante de mi marido, me siento sucia, querría salir corriendo ya no sé dónde me lleva esta vida, hasta ahora todo eran suposiciones, ahora lo veo tan claro que no me duele, ya no le quiero, sus desprecios continuos mataron lo que un día sentí por ese hombre inmaduro, que solo busca ser el centro de todo, envidia a los que tienen o son más que él y se pega a la gente que le hace sentirse importante.

De repente oigo murmuros, la rubia deja de sonreír y se pone seria al igual que el resto, mi marido me dice flojo ese es el gran jefe de todo.

Me giro y mis ojos se cruzan con los de él. No puede ser, no es posible, las piernas se me doblan, el color abandona mi rostro y hasta me sudan las manos.

Es el. Mi amante, el hombre que me ha hecho sentir cosas que ni sabía que se podían sentir.

No me lo puedo creer ese hombre a quien le entrego mi cuerpo sin conocer ni su nombre es el gran jefe de mi marido.

Él también se sorprende, pero como podemos al presentarnos ambos nos damos la mano, el agarra medio minuto más de lo necesario la mía y yo me fundo como siempre que me toca, miro esa mano y la recuerdo en cada rincón de mi cuerpo. Recuerdo además que fue lo primero que vi de él.

Nos sentamos en las mesas y tras un rato me levanto a coger algo del buffet, al momento estaba a mi lado.

-hola preciosa, vaya sorpresas nos da la vida, verdad?

-nunca imagine encontrarte aquí, no entiendo nada.

-yo tampoco

La tranquilidad termina cuando la rubia se pone a mi lado, tenemos que posponer la conversación.

Después de la cena, retiran las cosas y traen bebidas, bajan las luces, ponen música y la gente baila en la pista, es ya más de media noche cuando coincido en la pista con él, bailamos ante todos, disfrazando nuestras miradas, nadie sospecha nada, ni siquiera cuando él me dice:

-llevo toda la noche pensando en las mil maneras en las que te follaría y en cómo podría hacerlo, no sé si podre esperar a mañana.

-que te hace pensar que ahora que se quién eres voy a querer seguir con esto

-nena no es tan fácil, te deseo y me deseas, he visto tus ojos cuando te corres, no te puedes resistir, no pudiste hacerlo en ningún momento. Ni siquiera el primer día fuera del bus, lo intentaste, llegaste a salir del edificio, pero volviste atrás.

-como sabes eso?

-lo sé, dejémoslo ahí.

-vas a intentar alejarte de mí?

-no

-entonces en diez minutos saldré, espera un minuto y ven detrás de mi.

Me deja en la mesa, mi marido y los demás hablan entretenidos, cuando le veo salir del salón, espero un momento y salgo tras él. Sé que iré siempre tras él.

Me coge de la mano y tira de mi por un pasillo bajamos al piso de abajo, un pasillo y varias puertas nos llevan a una especie de sala de juntas, cierra detrás de mí aun sin soltarme la mano, me empotra en la puerta y me besa desesperadamente, le devuelvo el beso. Sus manos recorren mi cuerpo y me siento por fin de nuevo viva, todo mi cuerpo vibra bajo sus caricias.

Se arrodilla ante mí y me sube la falda del vestido, me baja las bragas y directamente lame mi rajita ya mojada, su lengua recorre cada rincón de mi sexo excitándome más y más, sus dedos se pasean, apartan y penetran en mi vulva, mientras succiona mi carne me penetra con dos dedos, yo meneo las caderas, enloquezco con su lengua, me agarro a sus hombros y me corro en silencio, él lo nota y chupa mis jugos, sigue devorando mi sexo con deleite hasta que de nuevo me lleva al paraíso, esta vez no puedo evitar los gemidos.

-que hambre de ti tenia, eres adictiva pequeña, vas a matarme.

Se levantó, me cogió las manos y las apoyo en la pared, se puso detrás de mí, tiro de mis caderas mientras se sacaba la polla, me la metió de un solo golpe, ambos jadeamos moviéndonos al unísono ya éramos un solo cuerpo.

-cielo que placer estar dentro de ti, no aguanto mas

-no aguantes, quiero que me llenes de semen, quiero pasar el resto de la noche sabiendo que llevo tu semen dentro de mi

-nena como me ponen tus palabras, voy a darte lo que pides pequeña

Se agarró de mis caderas y se hundió fuerte, mas, mas y note un chorro de su semen espeso y tibio, y otro, con ese me corrí yo jadeando con él, apoyados ambos en una pared.

Volvemos a las mesas, nadie ha notado nada, solo yo y el sabemos lo que pasa entre nosotros. Me estremezco de deseo de nuevo al notar su semen dentro de mí.

Al final de la noche dejo a mi marido al borde de la pista, todos bailan, regreso a la mesa a por mí bebida y él se sienta a mi lado.

-acércate más a la mesa y abre las piernas

Yo lo hago y enseguida noto sus dedos penetrándome, cualquiera que mire vería  a dos personas hablando.

-cielo estas chorreando de nuevo y además estas llena de semen, saber lo golfa que eres me ha vuelto a poner súper excitado, quiero volver a follarte, pero no me basta una follada rápida de pie. Conduces?

-si, por?

-ven conmigo

Me lleva a la pista, mi marido se pone blanco cuando ve al gran jefe cerca y además conmigo, este le dice muy tranquilo.

-yo ya me retiro, alguien se va ya? Es para no pedir un taxi a estas horas

-yo puedo llevarle –digo yo-

-no querría que tuvieran que dejar la fiesta por mí, su marido está divirtiéndose y tiene toda la bebida

-no pasa nada señor –dice mi marido pelota-

-de ninguna manera –dice el de nuevo-

Me acerco a mi marido y les digo a ambos

-mira cari yo mañana trabajo, tu no, quédate, yo llevo al señor y luego que alguien te acerque te parece?

-por mi perfecto –dice mi marido ante la amplia sonrisa del jefe-

-bien señor vayámonos le llevare a casa

-gracias señor López. –mi marido se queda contento sabiendo que le hace un favor al jefe aunque sea yo-

-nos vemos en casa.

Salimos del hotel, donde se celebraba el evento y lo llevo al coche.

-preciosa antes de entrar quítate las bragas

Me las quito y entro en el coche

-abre las piernas

Mientras mete su mano entre mis piernas y me toca me dice el hotel donde se hospeda, al llegar nos metemos en el ascensor y en él nos devoramos, me muerde, le muerdo, me chupa, le chupo, ambos estamos de nuevo excitadísimos.

En la habitación me desnuda antes casi de cerrar la puerta, me deja en bragas, le encanta follarme con ellas puestas.

Me tira a la cama y sin demoras, se hunde en mí, su polla llena mi vagina que la estrújame muevo debajo de él y el entra, empuja, empuja, me abre más las piernas y de nuevo empuja, se pone de lado y luego de espaldas sin dejar que su polla salga, le cabalgo, me empalo bien con su polla, más dura si cabe que antes.

-me ha encantado joderte a pocos metros de todos

-si a mí también, ahora hasta me da morbo que seas su jefe

-te gusta golfa follarte al jefe de tu marido?

-si

-tendrás que hacer todo lo que quiera o le despediré golfa

Ambos reímos mientras el pellizca mis tetas, busca mis pezones y los fricciona, tira de ellos haciéndome bajar, para metérselos en la boca, me muerde, su polla me folla el coño y dos de sus dedos juegan en mi culo, lo penetra y me corro, grito, jadeo y me muevo, me muevo hasta que el jadea y de nuevo se corre llenándome más aun con su semen.

Mientras me ducho entra en la bañera y me cuenta como una mañana entro en una cafetería esperando a un amigo con el que había quedado y me vio desayunando, el amigo llamo anulando la cita y me siguió, entro tras de mí en el bus…

Me vestí y regrese a casa, a la mañana siguiente, subí al bus y enseguida note sus manos agarrando mi cintura, su cuerpo frotándose con el mío. Allí éramos solo dos amantes, que más daba como nos llamáramos, quien éramos, o nuestras cuentas bancarias, tan solo importaba el deseo, el placer y ambos bajamos de la mano hacia cualquier sitio donde me poseería y donde me daría placer como CADA MAÑANA A LAS OCHO