Cabinas del placer

Me puse de pie esperando que él hiciera lo mismo para poder sentarme y seguir chupándosela, pero me sorprendí al ver que en lugar de ponerse de pie, sacó un condón y comenzó a ponérselo, ahí entendí que no era la silla lo que me había ofrecido para sentarme...

Esto me sucedió en una mañana de ocio, donde la calentura es más grande que las ganas de trabajar.

En mi ciudad existen 3 cyber cafés muy conocidos dentro del mundo del cruising gay, los cuales cuentan con cabinas privadas donde, aun cuando el espacio no es muy grande, es el suficiente para poder hacer de todo un poco. Dicho esto, me dispongo a contarles la siguiente historia.

Hace algunos años yo era el encargado de la mensajería y demás diligencias en una oficina, es decir, mi trabajo consistía en llegar a la oficina a las 8 de la mañana y ver que documentos o paquetería había que llevar a ciertos lugares, o que cosas había que ir a buscar a otras oficinas, entre otras cosas, y salir de ahí para regresar una vez terminadas mis actividades. Debido a esto yo pasaba mucho tiempo en la calle, lo cual me daba la oportunidad de escaparme de vez en cuando y visitar uno de estos lugares donde se puede buscar sexo casual.

Una de esas mañanas donde el trabajo era poco y las ganas muchas, me escapé a uno de estos lugares de cabinas, y aunque sabía que las posibilidades de encontrar algo eran escasas ya que era muy temprano, una buena paja siempre se disfruta. Al lugar al que fui cuenta con dos plantas, y por lo regular la acción esta siempre en la planta alta así que ahí fue donde solicité mi cabina. Subí, encendí la computadora y me dispuse a buscar algo de buen porno para disfrutar de una buena paja. Tal como lo había imaginado, no había nadie más en el lugar, aún no llegábamos al medio día y el lugar lo abren a las 11 de la mañana, la gente comienza a llegar regularmente por la tarde, después de la escuela o el trabajo, yo era el único caliente disponible a esa hora.

Tendría cerca de 50 minutos ya en el lugar, ya había disfrutado de al menos un par de buenos videos porno y me disponía a acabar por fin con tremenda paja solitaria cuando de repente escuché el ruido de la escalera mientras alguien subía (debo mencionar que la escalera era metálica y hacía cierto ruido característico al momento de que alguien subía o bajaba), no le tomé mucha importancia, creí que era el encargado del lugar que subía a asear el baño o a checar que las computadoras funcionaran correctamente, lo cual era común que hiciera cuando recién abría debido a que normalmente no había gente así que acomodé mis pantalones y todo normal.

Me sorprendí un poco al ver que la persona que subió no era el encargado sino otro chico, un cliente más el cual se dirigió a la cabina junto a la mía y encendió su computadora, todo normal, así que me dispuse a seguir con lo mío. Al poco tiempo noté que el chico abrió la puerta de su cabina y fue rumbo al baño, lo supe porque para ir al baño tenía que pasar frente a mi cabina y yo tenía la puerta entreabierta. Cuando él salió del baño, se detuvo en mi puerta y ahí lo miré bien, era bajito, delgado e iba muy bien vestido, supuse que debido a su trabajo. Me miraba fijamente mientras yo seguía masturbándome, de repente se animó a entrar y me sonrió, yo devolví la sonrisa y supo que esa era la aprobación que necesitaba, así que él también abrió sus pantalones y sacó su verga, se veía muy rica, era larga y algo gruesa. Una vez que la tuvo bien erecta, lo acerqué a mi mientras yo seguía sentado en mi silla y comencé a chupársela despacio, le pasaba la lengua por todos lados y la metía a mi boca hasta hacerla desaparecer, yo escuchaba sus gemidos y me excitaba, provocando aumentar el ritmo en las chupadas. Después de unos minutos me pidió que me detuviera, se la guardó y se fue a su cabina cerrando su puerta. Unos 5 minutos pasaron cuando de repente me mandó un mensaje por la red privada del lugar:

-       Que rico la mamas, casi acabo en tu boca.

-       Gracias, tu estas muy rico y me hubiese gustado que acabaras en mi boca.

-       Pero es que no quería acabar tan rápido, quiero seguir disfrutando de tu boquita.

-       Pues cuando quieras.

-       ¿Qué tal que ahora me devuelves la visita a la cabina?

-       Ok, ya voy…

Salí de mi cabina y fui a la suya, ya me esperaba sentado en su silla, con la puerta abierta y su verga bien erecta. Me agaché para tocarla y después meterla a mi boca; chupaba la punta y jugaba con ella con mi lengua, después la metía hasta el fondo de mi garganta hasta casi ahogarme, la besaba y lamía sus testículos que estaban totalmente depilados lo cual hacía que mi lengua deslizara con facilidad por todos lados. Después de un rato de estarle dando placer oral alternando entre agachado y de rodillas, el chico amablemente me ofreció su silla:

-       ¿Te quieres sentar?

-       Sí, claro.

Me puse de pie esperando que él hiciera lo mismo para poder sentarme y seguir chupándosela, pero me sorprendí al ver que en lugar de ponerse de pie, sacó un condón y comenzó a ponérselo, ahí entendí que no era la silla lo que me había ofrecido para sentarme e inevitablemente sentí algo recorrer mi cuerpo, como por arte de magia mi culo comenzó a palpitar, sabía lo que le esperaba. El chico me tomó de la cadera y me acercó a él, me inclinó un poco y comenzó a comerme el culo, pasaba su lengua de arriba abajo, deteniéndose por momentos en mi ano llenándolo de saliva; era delicioso sentir como me ensalivaba el culo para después penetrarme. Una vez que mi culo estaba lleno de saliva, comencé a sentarme sobre esa verga, sentía como poco a poco se iba abriendo camino por mi estrecho culo y yo descendía muy despacio, de repente me detenía un poco para soportar el dolor y cuando este pasaba, bajaba un poco más hasta que la tuve toda dentro; me quedé unos segundos así, sin moverme, mi culo palpitaba, se contraía y él lo sentía. Poco a poco comencé a moverme sobre él, sentía como esa verga deliciosa se deslizaba por mi interior y yo apretaba el culo para que lo sintiera, él comenzaba a gemir y yo aumentaba el ritmo de esos sentones, subía y bajaba con fuerza hasta que mis piernas no aguantaron más y tuve que ponerme de pie para descansar.

-       Ponte en cuatro, te quiero coger así, quiero ver ese culo en cuatro para mi solito.

-       Pero no hay espacio aquí.

-       Abre la puerta, en el pasillo, total que no hay nadie y si alguien llega no me importa que nos vea, te quiero coger en cuatro.

No hizo falta que dijera más nada, me quité por completo los pantalones y mi camisa, el hizo lo mismo. Abrimos la puerta de la cabina en medio del pasillo me puse en cuatro como él me lo había pedido, él se colocó detrás de mí, besó mis nalgas y volvió a lamer mi culo, fue riquísimo, de repente sentí como de nuevo entraba en mí, pero ahora sin resistencia, tenía el culo dilatado y esa verga entró de golpe hasta el fondo.

-       ¡¡¡AAAAAAAAAHHH!!! ¡¡Que rico me coges!!

-       ¿Te gusta? ¿Te gusta mi verga en tu culo mi amor?

-       Me encanta, me encanta como me coges. Dámela toda, ¡toda!

-       Que rico aprieta este culo. ¿De quién es este culito?

-       Es tuyo papito, todo tuyo. Cógetelo como quieras. ¡Que rico!

Así me tuvo no sé cuánto tiempo, aumentaba el ritmo y se sentía divino como entraba y salía, yo apretaba para aumentar el placer de ambos, a veces bajaba el ritmo de las embestidas para recuperar aliento y fuerzas pero nunca salía de mi culo, además porque cuando lo intentaba, yo apretaba más fuerte y le pedía que no me la sacara. Siguió cogiéndome duro un rato más, hasta que no aguantó y el fin era inevitable.

-       ¿Quieres lechita?

-       Sí, dámela toda.

-       ¿Dónde la quieres? ¿Dónde quieres que te riegue mi leche?

-       Donde tú quieras papi, ponla donde quieras.

-       Quiero llenarte el culo de leche.

-       ¡Sí! Quiero tu lechita caliente en el culo.

Después de un par de bombeadas más en alta intensidad, entre gritos y gemidos de ambos, sentí como su verga salió de mi culo para enseguida sentir como un chorro de líquido caliente y espeso golpeaba y resbalaba por mi culo, e inmediatamente más chorros de semen caían sobre mi culo, piernas y hasta en la espalda. El chico gemía y gemía y yo estaba extasiado recibiendo sus descargas de leche caliente sobre mi cuerpo, era delicioso sentir como escurría su semen en mi culo y cuando salió el último chorro, volvió a poner su verga entre mis nalgas, pasándola de arriba a abajo, esparciendo su leche por todos lados, golpeando mis nalgas con su verga y volvió a penetrarme por un instante, ahora de manera suave y con calma, permaneciendo dentro de mi unos segundos y sacarla enseguida.

Nos pusimos de pie y él fue a buscar algo en su maletín, eran unas toallas húmedas con las cuales me ayudó a limpiar toda su leche de mi culo, piernas y espalda; una vez que nos limpiamos comenzamos a vestirnos. Después de vestirnos regresé a mi cabina, ahora era yo quien necesitaba acabar y comencé a masturbarme, el chico se dio cuenta y fue de nuevo a mi cabina, sin decir nada se puso de rodillas y comenzó a darme una mamada de infarto; la chupaba delicioso y no tardé mucho en acabar en su boca, fue una acabada abundante y espesa la cual recibió toda sin reclamar para después tragarla toda sin desperdiciar una sola gota. Una vez que tragó mi leche, se puso de pie y fue al baño, al salir hablamos un poco y nos citamos para una semana después, a la misma hora y en el mismo lugar.

Una semana después volví exactamente a la hora establecida, llegaron un par de personas pero ninguna de interés para mí. Lo esperé cerca de dos horas y nunca llegó, supuse que tendría una buena razón para no llegar o bien, simplemente no le interesaba repetir, así que me fui del lugar.

Pero dicen que todo en esta vida pasa por una razón, pero supongo que esas cosas que pasan las contaré después…