Caballo de tiro y enganche

Examinada también en profundidad, muchos dedos entran en su coño, su culo es abierto y examinado detalladamente, sus tetas son sopesadas, son comprobadas la dureza y elasticidad de los glúteos y las piernas, y su boca es abierta y las muelas también examinadas.

Este texto es de un original en Ingles. Me he permitido traducirlo digamos que de forma libre y este es el resultado de esa traducción.

ANIMAL DE TIRO Y ENGANCHE.

Una hermosa y atractiva morena de pelo largo, con pechos grandes y grandes piernas, permanece con los brazos encadenados en alto. Esta sujeta a un poste, y muestra de forma bien visible los signos de haber recibido hace poco la visita del latigo de forma contundente. Le han aplicado cien azotes con el latigo especial que se utiliza solo para casos irrecuperables y esclavos que tratan de escapar. También son claros los símbolos marcados profundamente en sus pechos al fuego. En el izquierdo se puede leer EP 1 y en el izquierdo R 3. Se diferencia también del resto de mujeres que hay encima de la tarima, en que tiene anillados los pezones y el clítoris, y de ellos cuelgan sendas cadenas. Las que salen de los pechos se juntan en una a la altura del ombligo, y la que cuelga de la anilla del clítoris llega hasta las rodillas. La subasta de esclavas se realiza de forma normal dejando a la exuberante morena para el final. El sol abrasador y el intensísimo calor incrementan la agonía de la esclava. El subastador se acerca, la descuelga del poste, dejando que sus manos sigan encadenadas y tirando de la cadena que cuelga de los pezones la lleva hasta el centro de la tarima.

-Señoras y caballeros, esta hembra pertenecía a la señora Beriny. Como pueden ver por sus marcas, se trata de una esclava peligrosa y reincidente en sus intentos de escapada. Su dueña quiere que solo sea vendida como animal de arrastre. Pueden utilizarla para sus arados, carritos, ruedas hidráulicas, etc. Y voy a iniciar la venta en 1.000 €.

La puja fue rápida, ya que muchos querían poseer una belleza exuberante entre sus propiedades. Finalmente fue adjudicada a la Señora Lebon, una sádica lesbiana que odiaba a las jóvenes guapas y con cuerpos atractivos. Fue arrojada a la parte trasera de un carro y conducida a la plantación de su nueva ama. A la mañana siguiente fue encadenada a un arado junto a un caballo real. Al potro le pusieron sus arneses de cuero habituales para el arado del campo, y a la esclava le engancharon las cadenas que colgaban de sus anillas al arado. Se evitaría de esa forma que retrasase la marcha del potro. A ambos animales de tiro les fue colocado un bocado sujeto a un ranzal para que el labrador les dirigiese.

El ritmo impuesto desde el principio fue brutal, sin piedad. Una y otra vez el latigo caía sobre la piel desnuda y sudada de la esclava. Al medio día se derrumbo. De inmediato el labrador aviso al encargado que la llevo al poste de castigo, donde recibió 20 azotes con latigo especial de nueve colas. Fue de nuevo encadenada al arado para continuar hasta el final de la tarde. Estaba materialmente agotada, sin ninguna fuerza. Sin embargo su dueña había dispuesto que su agonía no terminase aquí. Le faltaba por realizar lo que los empleados de la granja llamaban guardias sexuales.

La hermosa morena desnuda había pasado un mes arando los campos junto a un caballo real, y su dueña había decidido unir para siempre su esclava al arado. Un empleado se ocupo de soldar las cadenas que colgaban de las anillas de sus tetas y clítoris al arado, y que hasta ahora simplemente estaban sujetos por un candado. Asimismo le habían encargado que encadenara tamben las manos al arado, y le pusieran una cadena en los pies de medio metro. La dueña no estaba dispuesta a que aquella esclava volviese a escapar, y pondría los medios para ello. Contaba además con que estaba marcada en sus tetas con la EP1 (Esclava peligrosa de grado 1) y la R3 (Reincidente en tres ocasiones)

El labrador no tenia ninguna piedad o consideración a la hora de utilizar el latigo en la espalda, el culo, los muslos o las tetas de la esclava, teniendo en cuenta también que era el mismo latigo que utilizaba para los caballos reales. Había en la granja 10 cuadrillas formadas por dos caballos cada una, de las cuales ella era la única esclava, el resto eran caballos reales. Durante el día se le asignaba a cada cuadrilla una porción de terreno, y por la noche los animales eran encerrados en las cuadras, excepto la esclava, que era conducida, junto con el arado al que sus cadenas estaban soldadas, a una esquina de las cuadras. Aquí acudían los empleados y hacían uso de ella libremente según sus gustos sexuales. Algunos se conformaban simplemente con que se la chupara (Los había que preferían correrse en su cara y otros querían que se lo tragase todo) Algunos simplemente se la follaban (La mayoría por delante, y algunos por el culo) También aparecía alguna noche alguien que quería cosas raras, como que le lamieran el culo, o le introducía cualquier objeto extraño, como palos, martillos, etc. bien por el coño, bien por el culo. Lo habitual es que para las 12 ya no apareciese nadie, y la noche más concurrida no pasaba de 20 trabajadores.

Por las mañanas la jornada comenzaba las 6. Siempre que llegaba el labrador la encontraba dormida. Tenía entonces que sacar sus tetas hacia fuera y recibía 10 azotes. Se la alimentaba y lavaba junto al resto de potros en el establo con una manguera. Traían su compañero animal hasta donde ella dormía encadenada al arado y lo enganchaban junto a ella. Aquí comenzaba su verdadero infierno. El latigo caía constantemente sobre su piel desnuda, y si por azar cuando estaban arando daban con algún terreno duro y el arado se atrancaba, los latigazos además de ser más fuertes, tenían la puntería de darle en la punta de los pezones y el sudado coño abierto por el esfuerzo. Cada noche las cuadrillas, antes de encerrar a los animales tenían que informar al encargado del rendimiento de la jornada. Naturalmente no falto una sola noche en la que su verdugo no informase de forma negativa.

-Esta cuadrilla se ha retrasado en su cometido por EP1R3

-Que reciba entonces el castigo habitual.

Se arrodillaba allí mismo y el encargado en persona tomaba el latigo de nueve colas y le aplicaba 20 latigazos en las tetas.

El tiempo pasaba lentamente y ya hacia medio año que EP1 R3 araba los campos de Madame Lebon. A esta le encantaba salir por su finca y observar como la carne desnuda y sudorosa de aquella hermosa hembra era fustigada y castigada sin piedad ante el más mínimo signo de debilidad. Siempre fue gratificante para aquella sádica mujer, cuando terminaba de tomar su café, ordenar que preparasen su montura y dar paseos por el campo. Siempre utilizaba un semental argentino que le había regalado una amiga en una ocasión. Ella le llamo ébano, pero en la granja era conocido por todos como estaca, pues poseía un miembro que no era normal ni siquiera para un caballo, además de ir siempre excitado y mostrando su enorme miembro equino. Una tarde de final de otoño se acerco a preguntar a los labradores como iban los trabajos. Al pasar junto a la esclava estaca se paro, acerco su hocico a los sudados pechos, y empezó a lamerlos mientras su miembro mostraba su excitación. Madame Lebon encontró aquello divertido y hablo con el encargado.

-Esta noche, cuando termine su trabajo, quiero que el herrero desenganche las cadenas de esta esclava. Dormirá con mi potro en su establo. Quiero que el también disfrute. Por cada noche que Ébano no goce esta esclava recibirá 30 azotes. Y usted como encargado será el que supervise personalmente esta tarea.

Desde aquella noche, y así todos los dias, cuando termina de arar los campos bajo los azotes y el calor, era conducida al establo de Estaca, donde se aplicaba con la boca y la lengua chupando y lamiendo aquel enorme miembro. Después de 2 semanas recibiendo los 30 azotes establecidos por el ama todas las mañanas, tras la supervisión del encargado, consiguió que el potro eyaculara en su boca por fin. Sin embargo le fue imposible insertar aquel enorme miembro en su coño. Lo intento de todas y cada una de las posturas imaginables. Imposible. Aquel pedazo de polla animal no cabía en el coño de una hembra humana. El ama termino por perder la paciencia y decidió que lo que ella ordenaba tenía que cumplirse siempre, de manera que convoco a todo el personal de la finca y se invito a las plantaciones vecinas. El día señalado, cuando todo el mundo estaba presente, cogieron a EP1 R3 y la ataron al potro de castigos boca abajo, con las piernas separadas y el coño expuesto en toda su amplitud.

-Encargado, cincuenta azotes con este latigo- Solo ver el instrumento daba miedo-

Los golpes caían certeros sobre aquel coño abierto, tembloroso y dolorido. Al principio del castigo solo se enrojeció y empezó a infamarse, sin embargo la sangre empezó a salir en chorritos a partir del latigazo 30. Cuando cayó el último golpe, el objetivo estaba cumplido. Aquel coño había sido rajado para que ampliase su capacidad. Fue descolgada del potro y amarrada en un ingenio de madera y metal que se utilizaba cuando los caballos tenían dificultad para montar a las yeguas. Cuando Estaca acerco el hocico y olisqueo el dolorido y chorreante coño, de un solo golpe introdujo su descomunal miembro en aquel coño que le ofrecían.

La hermosa esclava desnuda empujaba con todas sus fuerzas el arado bajo aquel sol abrasador, cuando de repente un chasquido y el golpe del latigo que hace salir unas gotitas de sangre en su teta derecha.

-Empuja esclava, empuja.

La labradora sabia que el día anterior había recibido un terrible castigo, que había sido penetrada por la poya de un caballo. Apenas podía caminar y mucho menos mantener el ritmo del potro que tiraba junto a ella del arado, pero le gustaba ver como se retorcía de dolor e impotencia aquella esclava morena y desnuda.

En esta región tienen la costumbre de mostrarse todos los meses entre los granjeros vecinos los potros que tienen disponibles para su venta o alquiler. Esta es la primera ocasión que EP1R3 es enganchada a trabes de la cadena de sus tetas al poste largo y bajo, donde están amarrados el resto de caballos por sus riendas para la exposición. Los posibles compradores tiene lógicamente la buena costumbre de sopesar y ver el posible material que van a comprar o alquilar, así comprueban dientes, músculos, dureza de las grupas. E invariablemente la esclava es examinada también en profundidad, muchos dedos entran en su coño, su culo es abierto y examinado detalladamente, sus tetas son sopesadas, son comprobadas la dureza y elasticidad de los glúteos y las piernas, y su boca es abierta y las muelas también examinadas en busca de algún diente defectuoso o alguna caries. Finalmente fue alquilada por una vecina especialmente sádica. Cuando examinaba a la esclava, y tras pedir permiso a Madame Lebon retorció con saña las anillas de los pezones, hasta conseguir que estos sangraran.

-Esta esclava puede servirme para mi rueda hidráulica. La necesito durante una semana que no podré disponer de mi yegua. Ya era un poco mayor y no ha podido resistir un castigo que le di.

Sin mayor problema se ponen de acuerdo y AP1R3 es desenganchada del poste.

-No creo que te de problemas de comportamiento. Como ves por sus marcas tiene querencia a escaparse. Yo le añadí a las marcas de las tetas, las cadenas en las manos y los tobillos. Te aconsejo que se las dejes como medida de precaución. También quiero decirte como amiga, no quiero engañarte, que es muy holgazana, utiliza el latigo con profusión y no escatimes castigos.

Mientras la mujeres cierran el trato, el ayudante de la compradora a cogido la cadena que cuelga de la anilla del clítoris de la esclava y la ha enganchado ala parte de atrás de un bonito carro tirado por dos relucientes yeguas blancas. La señora sube junto a su ayudante y cogiendo las riendas y el latigo lo chasquea al aire. Los animales, perfectamente entrenados, comienza abandonan la granja al trote. No van corriendo, pero la cadena que une el coño de la esclava y el carro se tensa en mas de una ocasión. Tampoco facilitan mucho las cosas el hecho de llevar los tobillos encadenados. Le cuesta realmente en mas de una ocasión seguir el ritmo de los caballos.

Nada mas llegar es desenganchada del carro, y se dirigen directamente a una noria de agua, allí son enganchadas las cadenas que cuelgan de su cuerpo. Un feroz y brutal golpe en la espalda anuncia a la bella morena desnuda cual será su labor desde ahora. Dar vueltas al molino bajo aquel calor abrasador y los golpes del latigo.