Buscando trabajo (4)

Tras una entrevista muy intensa, regreso a casa con idea de relajarme...vaya iluso...

Mis piernas temblaban saliendo del edificio de oficinas donde había tenido la experiencia mas impactante, por llamarlo de algún modo, que jamás habría pensado en tener. Decliné la opción de coger el metro para ir a casa, prefería ir tomando un poco el aire.

En mi cabeza aún retumbaban los gemidos de mi hija, los sonidos de su boca comiéndome la polla, el sonido de aquel cachete que me regaló su secretaria. Todos los sonidos desembocaban en un mar de placer, lujuria y de infinidad de tabús rotos.

Pero si había un sonido que me había destrozado era el recordar esa última frase “ ya te enterarás …” ¿ Qué mas querrían de mi? ¿ No habían tenido suficiente con humillar a su propio padre? Mi cabeza daba vueltas, incapaz de pensar con claridad.

La tarde se iba apagando, yo me acercaba a mi casa, realmente lo estaba deseando, necesitaba descansar, meterme en la cama y olvidarme de un día plagado de emociones, que en mi habían hecho que casi me volviese loco del todo. Abrí la puerta del portal, tomé dirección al ascensor, entré y subí a mi piso. En el ascensor, es silencio interrumpido solamente por el tenue zumbido de subir iba pensando en todos esos momentos…El sentimiento de culpa se entremezclaba con el poder de la lujuria y la excitación que había sentido…el haber sido saboreado por mi hija…el haber llenado de mi propia leche a mi hija, ver mi semen cayendo por sus muslos…observar como era penetrada por su secretaria…

Una vez llegado a mi piso, salí del ascensor, mientras caminaba hacia la puerta fui buscando en mi pantalón las llaves…pero me encontré algo que no esperaba encontrar…era un tanga…¿ Cuándo me lo habían metido? Era de un color a juego del sujetador de mi hija…debía ser de ella. Lo volví a meter en el bolsillo, si mi mujer lo ve el problema sería insalvable y no podía permitir que eso sucediera, bastantes problemas tenía ya.

Abrí la puerta, atravesé el umbral y me dirigí al salón, donde mi mujer leía tranquilamente un libro. Me senté

-         ¿ Qué tal la entrevista? – preguntó con una sonrisa a modo de animarme

-         Yo creo que bien…- no sabía que contestar – pero aún queda para saber el resultado, está siendo una prueba dura

-         Seguro que lo consigues, además seguro que Alejandra te echa una mano…

Al cuello pensé yo!!. Abrí una cerveza, me descalcé y eché un sorbo…que rica.

-         Ahhh, se me olvidaba – empezó a comentar mi mujer – ha llamado Alejandra y viene esta noche a cenar, me dijo que traería una amiga del trabajo, igual te dicen algo.

Dejé de beber la cerveza y noté un sudor frío que me recorría la espalda de arriba abajo, me quedé petrificado. Alejandra vendría a casa con Sandra?? Hasta en mi propia casa me vana  perseguir? Pensé en infinidad de cosas, si irme a la cama diciendo que estaba enfermo, que tenía una cena con amigos…cualquier cosa, pero mi estado de inmovilidad no me permitía decir nada.

-         Estarán aquí en un hora – acabó de comentar mi esposa.

Mientras mi mujer estaba en la cocina yo fui asumiendo que vendrían, pero también pensé que sería imposible que sucediera algo, delante de mi mujer? En mi propia casa? La casa en la que se crió mi hija? No..no..no podía ser.

Estaba inmerso en mis pensamientos cuando sonó el timbre de la puerta…

-         Cariño – gritó mi mujer desde la cocina – abre tu que yo estoy liada.

Armándome de gran valor y dejando salir un resoplido, me levanté y me dirigí a la puerta. Observé por la mirilla y eran ellas… Lentamente abrí la puerta y delante de mi aparecieron las dos, sonrientes, como si nunca hubieran roto un plato… Ambas venían con la misma ropa del trabajo con las que yo les había visto esa misma tarde.

Primero entró mi hija, la cual me dio un sentido abrazo y un par de besos en cada mejilla, y se fue dirección a la cocina. Alcé de nuevo la vista y Sandra me miraba fijamente con cierta sonrisa picarona….se acercó a mi…en ese momento sentí como un calor me inundaba y volver a ver esa mirada desafiante me estremecía y me excitaba nuevamente…Se acercó a mi…me miró a los ojos y me dio un leve beso en mi boca, sin lengua, solo un roce…al momento sentí su mano acariciar mi entrepierna…

-         ¿ estas así solo con verme?- me susurró…

Y desapareció detrás de mi, yo lentamente cerré la puerta de la casa.

Yo me dirigí nuevamente al salón, allí estaba sentada mi hija y Sandra, riendo y hablando de sus cosas. Yo me senté en mi sillón, las observé…y en ese momento mi hija abrió lentamente las piernas, mostrándome su depilado coño… Muy bajo me dijo…

-         ¿ Cuándo me vas a devolver el tanga?

Estiré mi mano hasta el bolsillo, pero cuando iba a sacarlo sentí a mi mujer venir hacia el salón, mi hija se compuso y yo seguí con mi cerveza.

-         La cena está lista – dijo apresuradamente mi mujer.

Nos levantamos a la mesa, normalmente mi mujer come enfrente de mi y mi hija a mi izquierda, y así nos sentamos, Sandra se asentó a la derecha de mi, de modo que tenía visión de las 3. Sabía que allí podía estar tranquilo.

Fuimos sirviendo los platos e íbamos comiendo, mientras hablábamos de diferentes cosas. En un momento determinado noté una pie que me acariciaba mi pierna derecha…era Sandra…la miré y ella me observó de reojo…

Poco después una segunda pierna…del lado izquierdo empezó el mismo movimiento…ambas me acariciaban las piernas, de modo lento…mi mujer seguía a lo suyo, comiendo y hablando sin saber que se cocía bajo la mesa…intencionadamente me tiré la copa de vino que me había servido encima…

-         Vaya – exclamé – voy a limpiarme y cambiarme, regreso ahora.

-         Te ayudo? – me pregunto mi mujer

-         No, no hace falta, ya cojo unos pantalones limpios.

Me alejé del comedor, bajo mi pantalón se escondía una bestia en ebullición y debía relajarme…Entré en mi habitación, cogí unos pantalones del armario, me quité los mios y me senté encima de la cama…me miré a mi mismo, bajo mis calzoncillos resaltaba un enorme bulto…me bajé los calzoncillos dejando libre a mi polla dura…

Me miré y sabía que tenía que relajarme, pensé en ir al baño y darme una ducha fría y rápida…pero mientras lo pensaba ya estaba mi mano sobre ella…acariciándome…y me dejé llevar…me estiré encima de la cama…y proseguí…ya no eran simples caricias, me agarraba… apretaba…y bajaba mi mano…me estaba masturbando recordando como mi hija me la chupaba en aquella silla…en aquella oficina, como me miraba cuando lo hacía…cerré los ojos…me imaginaba aquello y me excitaba cada vez mas…

De repente  noté una mano sobre mi pollo…pegué un respingo…era mi hija que había entrado en la habitación:

-         Vaya – dijo con tono de sorpresa y sin soltar mi polla – yo que le dije que te venía ayudar yo con el pantalón y parece que te voy a tener que ayudar con otra cosa…

-         ¿ estás loca?- exclamé – ¿ y si viene tu madre?

-         Tranquilo – me dijo poniéndome un dedo en mi boca- Sandra está con ella y la mantendrá allí, si hubiera algún problema nos avisa…

Una vez me dijo eso…mi hija empezó a masturbarme de modo muy lento, pausado….yo me relajé dejando caer mi cabeza sobre la almohada…abrí un poco mas mis piernas y me dejé llevar…

-         ¿ Te gusta asi papa? – me preguntó..

Yo sólo pude asentir, no podía hablar. El momento era sumamente excitante, mi hija me estaba masturbando con mucho cariño encima de mi cama conyugal, mientras que mi mujer estaba con la amante de mi hija en el comedor, a unos pocos metros…pero no me daba miedo, todo lo contrario, sentía placer…mucho placer…

Comencé a notar mucha humedad en mi polla…pequeñas gotas de liquido preseminal afloraban…y noté una lamida…

-         Es todo para mi – susurró mi hija Alejandra

Noté como su lengua me recorría cada parte de mi polla, como al bajar me comía mis huevos, cosa que antes, en el despacho, por mi posición sentada no podía…me agarraba mi polla para dejar mas libres a la vista mis huevos y poderlos saborear mejor…notaba cada lametón, cada mordisco…como cuando subía se metía mi polla entera en su boca…como aceleraba y en momentos lo hacía muy lento…

-         Fíate de mi – yo no podía hacer otra cosa…

Comencé a notar como uno de sus dedos empezaba a juguetar con mi ano…a acariciarlo lentamente alrededor…mientras ella seguía chupándome la polla, que estaba supermojada…comenzó a bajar su lengua…llegó hasta el tronco y apretó lentamente su dedo contra mi ano…como queriendo entrar en ese agujero estrecho…bajó hasta mis testículos…los lamía con ansia, mientras con su dedo seguí apretando y moviendo…noté su lengua acercarse a mi ano…yo me dejaba llevar, me notaba cada vez mas excitado…empecé a notar la lengua sobre mi ano…me lo llenaba de saliva, jugaba con él, me lo estaba lubricando…

De golpe volví a sentir el dedo de mi hija sobre el ano, su boca rodeando mi polla…y comenzó apretar su dedo…debido a la lubricación comenzó a entrar…mi hija seguía chupando…cada vez lo hacía mas rápido, si bien aún lo hacía muy lento…

Notaba su dedo penetrarme mientras me hacía una mamada magnífica…seguía acelerando…cada vez mas…

Estaba apunto de correrme….quería aguantar un poco mas..me movía como poseído…mi hija lo sabía, siguió acelerando las embestidas con su boca y apretó todo lo que pudo con su dedo en mi ano…

-         ahhhhhhhhhhhhhhhhhh – exclamé, era incapaz a no hacerlo en silencio…

Abriendo los ojos, ví como mi hija se comía cada gota de mi semen…como seguía mimando como queriendo exprimir toda la leche posible…

Detrás de mi hija estaba mi mujer…y Sandra…observando la escena…como mi hija se bebía cada gota de mi leche, como yo gemía con cada movimiento de su lengua, de su boca o el dedo en mi culo…yo las miraba a las 3…

Mi mujer me miraba fijamente…detrás de ella Sandra con una sonrisa…mi hija levantó la mirada…y con gotas de semen cayendo de sus labios a su barbilla…se acercó a mi cara y me besó…

Pero no podía quitar la mirada de mi esposa…

( CONTINUARÁ)