Buscándo justificaciones de ser como soy

Mi vida es un caos, siento mucha culpabilidad y remordimiento por haber tenido intimidad con muchos hombres, y trato de encontrar razones por las que soy así, quizás es la genética, quizás varios factores se conjuntaron en mi persona, o simplemente no tengo control de los deseos de mi cuerpo.

Los domingos me son una tortura por las cosas que suelo hacer los sábados, además del dolor y la irritación entre las piernas y atrás, la incomodidad por haber tenido las piernas abiertas el día anterior durante tanto tiempo, e incluso a veces siento como que mi lengua embarada, además de todo eso por las vueltas que da mi cabeza tratando de explicarme porque soy como soy, si es normal que me guste tanto el sexo pero no solo eso, sino porque me gusta sentirme sumisa, complaciente, humillada quizás, rebajada, denigrada, y en su momento, que los tipos con los que estoy se expresen vulgarmente de mi. Así estoy dando vueltas en la cama en medio del calor sofocante de las 10-11 am, tratando de justificarme ante mi misma por las cosas que hago, y tal vez si tenga razones, tal vez varias cosas se juntaron en mi persona para que sea tan facilita, tal vez sea genético y quizás desde que iba a nacer tenía una predisposición a sentir placeres tan intensos, y a tener ganas de dar placer, me pregunto cuantas cuando eran niñas se ponían cosas frías en las piernas para sentir una especie de placer sensual como hacía yo cuando aun no sabía nada de nada, ¿alguna mas lo ha hecho? o tal vez simplemente porque me encanta la verga.

Trato de buscar razones, a la mejor algo tiene que ver que cuando estaba en la primaria me hice amiga de una niña muy bonita, rubia, la clásica consentida de los profesores, que recibía halagos por donde quiera que íbamos, y yo como que siempre estaba a su sombra, siempre asumiendo que ella era la bonita y que yo no lo era tanto, o tal vez si lo era pero no comparada con ella, no sentía envida o celos, las cosas eran así y ya, pero era como aceptar el rol de ignorada, y bueno, ella empezaba allá por 5o o 6o de primaria a jugar que tenia noviecitos, y a mí ni me cruzaba por la cabeza eso. Total que al entrar a la secundaria nos separamos y yo fui a una escuela particular, tenia compañeros que eran hijos de políticos de mediano nivel, pero de cualquier forma eran una pesadez, unos engreídos y que se sentían con derecho a todo. Recuerdo que el primer día de clases vi a uno de ellos que era hijo de españoles y fue la primera vez que veía lo que se dice guapo a alguien, blanco con el cabello muy negro, me parecía una combinación que le quedaba bien, además que tenía una expresión como tierna en la cara. No paso mucho tiempo para que me diera cuenta como era el tipo realmente, aun me sorprende que a las 12 años quizás estuviera él y otro grupito de compañeros ya obsesionados con coger, culos, tetas, vergas, que eran palabras que estaban continuamente en sus conversaciones, además de vivir molestando a varios y varias compañeras, yo incluida. Y nadie se atrevía a hacer nada porque sabíamos que sus papas tenían cierto poder, y que los directivos de la escuela los tenían casi en plan de intocables. Ese españolito llamado Armando era de los más insoportables aunque de cualquier forma el ambiente era llevadero, empecé a notar que a ese grupito ya les empezaba a llamar la atención por la forma en que me miraban, me era medio raro sentir que me mirasen el trasero, pero a la vez me sentía ya un poco atractiva, al contrario de todo lo que fue toda la primaria al lado de mi amiga, me gustaba sentir que podía gustarle a esos tipos, que además de ser los de más dinero en la escuela eran de los mas guapitos, en aquel entonces teníamos educación física y teníamos que salir de short, de entre esos tipos en ocasiones nos silbaban o nos mandaban besos dirigidos a las piernas, pero yo no tenía problema con eso porque lo hacían hacia un grupo de nosotras y no a alguien en especifico.

En aquel entonces me gustaba jugar vóley ball, tenis y nadar, así que cuando la escuela hizo una excursión a los balnearios de Cuernavaca me llene de entusiasmo, y estuve feliz ese día sin sospechar que las cosas iban a hacer cambiar mi vida de entonces, y quizás hasta ahora, feliz sin incomodarme las miradas de los tipos esos, con los que casi nunca hablaba. Ya de regreso en el camión el grupito aquel de pesados iba hasta el asiento de atrás, echando relajo como era su costumbre, sintiéndose muy graciosos, nada mas oíamos sus risotadas, sus gritos, sus albures y sus tonterías de siempre. Uno de los compañeros que era de los estudiosos y serios en lo que cabe me fue a ver para pedirme que fuera hacia atrás porque Armando quería hablar conmigo, porque según el yo le gustaba, y me emocione un poquito e inocentemente fui hasta atrás donde vi a Armando y sus amigos todos sentados como esperándome, y si, estaban esperando para sentarme en sus piernas y manosearme toda, y cada vez que estaba sentada en las piernas de uno de ellos hacían como si estuvieran penetrándome, y gritando tonterías:

Miren! así se coge!

Te gusta Eli? Te gusta mi verga? Verdad que si?

Miren que carita pone la Eli! Se ve que esta goza que goza!

Aunque todo pasaba por encima de la ropa, pero no dejaba de ser grotesca la escena, y una de las cosas que me parecieron más humillantes fue cuando destaparon uno de mis senos, que apenas estaban abultándose, y aquel que se supone era el compañero serio pego su boca torpemente a mi pezón, y hacia como si estuviera lamiendo de verdad, pero el muy idiota ni siquiera abría la boca, y no es que lo deseara pero ahora que lo pienso creo que además de ser muy mala onda era muy estúpido, pero bueno igual estos tipos gritaban

Mámale las tetas!

Ni tiene chichis todavía! Jajá! A ver si así le crecen!

Y después este tipo salió con sus comentarios de

Sabe a leche de burra vieja!

Y en fin que todo aquello fue una burla y una humillación, después de un rato ya me dejaron ir y yo iba de regreso llorando quedito, sintiéndome apenada , tonta por haber ido hasta allá sin sospechar que nada bueno podía esperar de ese tipo de gente, en fin. No los acuse ni le dije a mis papas porque me habría dado mucha pena, además que sabía que aun cuando los acusara era muy probable que no pasara nada. Pero yo empecé a cambiar, me empecé a aislar de los compañeros porque incluso las y los que se supone que eran mis amistades luego me preguntaban burlonamente:

Que te hicieron en el viaje? Te cogieron? Te gusto?

Y cosas así, depuse en educación física los besos apuntados y dirigidos ahora si hacia mi eran muy pronunciados, sus señas de tocarse los genitales por encima del short y mirándome como diciendo quieres?

Y luego sus preguntas

Te acuerdas de Cuernavaca Eli? Quieres más?

Me eran incómodos, podrán imaginar cuanto. El día de la excursión fue un viernes 8 de mayo de 1992, no olvido la fecha.

Me las arregle para que el profesor para no salir de short y salir nada mas con pants puestos, aunque me cocinara de calor, pero no quería que nadie me mirase, ni que nadie me tocara, a veces deseaba que nadie me hablara.

Faltaba poco para que terminase el curso y yo contaba los días para irme de vacaciones y no ver a esos tipos ya, pero aun faltaba para estar en paz. En una ocasión mas se juntaron estos 5 tipos y me hicieron bolita en el patio, manoseándome otra vez, no duro mucho pero igual me tenían asustada, uno de ellos tomo mi mano y la puso sobre sus genitales, tallando un poco mi mano diciendo

Hazme una chaquetita Eli!

Y así pasaron las cosas, ellos riéndose y burlándose, celebrando su estupidez que a ellos los hacía sentir como muy cabrones o muy machos, o no tengo idea que. A los pocos días todavía estaba con los exámenes y casi no había clases, así que después de los exámenes ya casi todos se iban, estos tipos si se quedaban jugando futbol o haciendo cualquier cosa, y yo estaba en el patio repasando apuntes con una compañera, y de verdad que cuando los vi venir mirándome casi de inmediato me asuste y se me acelero el corazón, pensando que venían con cualquier cosa menos con algo bueno. Le dije a mi compañera que ya nos fuéramos y estaba a punto de echarme a correr o empezando a correr pero dos de ellos nos alcanzaron y me detuvieron uno de cada lado y me llevaron de regreso como siempre diciendo tonterías

No te vayas Eli, quédate un ratito para que nos des una mamada de verga, ¿no se te antoja?

Yo iba llorando, pidiéndoles y rogando que me dejaran ir, pero me llevaron hasta detrás de los arboles del patio y ahí estaba Armando, de verdad que recuerdo sus ojos y me parecen malignos aun hoy, con sus manos sobre el bulto de sus pantalón diciéndome

Híncate para que me la mames! Verdad que me la vas a mamar?

E hicieron que me hincara, sostuvieron mi cabeza y trataban de hacer que abriera la boca pero la tenia bien cerrada, igual que los ojos, pero si sentí en mi cara el contacto de su pene, no podría asegurarlo ahora pero creo que ni erección tenia el estupidito. Como siempre Armando gritando tonterías

Ahí! Ahhh! Que rico la mamas Eli! Trágatela!

Seguían forcejeando con abrirme la boca, me taparon la nariz y al tener que abrir la boca y el con la intención de meter su pene se lastimo con mis dientes, así que se retiro con un Ayy! Y solo así me dejaron ir, por supuesto corrí lo mas que pude pero ya no fueron detrás de mi porque estaban doblados de la risa, pero por supuesto después dieron a conocer la noticia de que me gustaba mamar vergas y que me tragaba los mecos

Afortunadamente al siguiente año se deshizo el grupito, unos porque reprobaron, otros porque ahora si les negaron reinscribirse los directivos, pero Armando se quedo, pero sin esos tipos detrás ya era mejor portado y no se metía conmigo al menos, pero yo seguía en plan de seriedad y aislamiento, siempre como con un miedo constante, pase a ser de las estudiosas y serias del grupo, sin ir a fiestas ni salir con las amigas ni nada, vistiendo con ropa suelta y de manga larga porque no quería que nadie me mirase mi me molestara, así que empecé a tener la imagen de bien portada, además que de verdad siempre he tenido cara de niña buena, lo cual me hace sentir muy hipócrita muchas veces, o cara de mosquita muerta diría otra amiga que conocí anos después

Así que 2o y 3o de secundaria fueron más o menos buenos, aunque siempre andaba con un miedo constante ante cualquiera que me mirase, así que seguía sin intención de ensenar nada. Pero otro cosa me hizo otro click en la cabeza, un día encontré en el baño de la casa unos libros medio escondidos y unas revistas viejas con tipos desnudos, eran de mi hermana mayor y sabia que llevaba una como doble vida, empecé a leer los libros, los dos eran como una novela muy pero muy erótica, los dos libros tenían descripciones muy ilustrativas de todo tipo de sexo, orgias, sexo oral, anal, penetraciones dobles y cosas así, y me quede impresionada y pensando que eran cosas asquerosas, pero a la vez preguntándome ¿Que se sentiría ser penetrada por el ano? ¿Que de placentero podría haber en meterse a la boca el pene de un hombre, el lugar por donde orina, y peor aun tragar el semen? Me parecía que era como un acto violento, una manera de degradar a las mujeres. Y en la revista podía ver muchos hombres mostrando su pene, negros, rubios, con sus tipos diferentes de pene, algunos delgados y largos, con cabezas como de flecha, con el prepucio y circuncidados, con cabezas grandes, con venas muy saltadas, los veía a detalle y trataba de imaginarme una de esas cosas dentro de mí, en mi boca, hasta el fondo de mi vagina, incluso por mi ano. En varias ocasiones me levantaba en la noche al baño solo para estar leyendo esas cosas, en la como novela los tipos tenían nombre como Boris, Aldo, descritos como muy musculosos, y las chicas las describían con grandes senos que les provocaban erecciones al tal Boris y el otro, y empecé a preguntarme si yo también pudiera causar ese tipo de deseo, aunque mis senos no eran inmensos como describían los de las chicas de la novela creo que ya se veían con bonita forma, y mis piernas seguían siendo delgadas, me las veía como de niña como porotitos, pero trataba de imaginar cómo me vería con el tipo de minifaldas cortísimas o los shorts diminutos que mencionaba el libro y que hacían a esos hombres babear. Me preguntaba de la vez de la excursión, que habría sido si todos ellos en realidad me hubieran penetrado? Si aquella vez con Armando hubiera abierto la boca, me habría gustado? Me ponía a pensar cosas así, y a imaginar, y a empezar a sentirme excitada. En la revista me gustaban los hombres que ponían con uniforme de bombero, tipos muy grandes, con abdominales muy marcadas y penes grandes, arriba del promedio, los miraba y me preguntaba a que podría saber eso.

Ya estábamos en primero de prepa y yo seguía instalada en la seriedad, y en un trabajo en grupo en casa de una compañera una de ellas llevo una película XXX que no terminamos de ver porque la mayoría de las compañeras no quiso seguirla viendo porque les parecía asqueroso, y a mi también pero las imágenes me seguían perturbando, ver como había chicas que se metían esos penes inmensos en la boca, como terminaban con las caras embarradas de semen cuya consistencia se veía nauseabunda, ver como a algunas las penetraban por el ano, me hicieron quitarme más el sueno y pensar y pensar como seria eso. Mis compañeras que la verdad la mayoría era bastante fresitas y rositas, casi ni mencionaron el asunto después y no sé si pensaban en lo que vimos, pero yo no dejaba de pensar en todo eso.

Empezaba a jugar con mis dedos, introduciéndomelos en la vagina, y sentir ese placercito rico, después a meter mis dedos por el ano, que no fue algo que me gustase mucho, pero ya estaba muy curiosa. Empecé a tener sueños eróticos que me hacían despertar entre gimiendo y con una abundante lubricación entre mis piernas, uno de mis sueños mas locos fue un gato negro que me lamia entre mis piernas, sentía como su lengüita me tocaba una y otra vez. Y me llenaba cada vez más de desesperante deseo.

En la escuela donde iba había chavitos y chavitas de dinero, algunos muy guapos y algunas muy bonitas, una de ellas era una chica que parecía modelo, Gaby, muy delgada y desenvuelta, con porte al caminar y vestía tal vez no con la intención de ser sexy, lo era por naturaleza y cualquier cosa le quedaba bien. La mayoría de mis compañeras ya tenía novio y andaban en sus rollos dramáticos de esa edad pero yo seguía sin salir ni ningún plan en ese sentido, pero Gaby tenia pretendientes de la universidad, de otras preparatorias, de otros estados, o profesionistas ya y empecé a sentir envidia, me preguntaba que sentía ella de ser tan admirada, en alguna ocasión iba yo con ella por la calle y no faltaba quien nos quisiera dar un ridi en su coche pero ella no aceptaba y en ocasiones ni los volteaba a ver, pasamos frente a un destacamento de soldados y le llovieron todo tipo de piropos y le pregunte si no le incomodaba todo eso, simplemente dijo que ya estaba acostumbrada, eso era medio sorpresivo para mi quizás porque ya tenía mucho tiempo que había preferido pasar desapercibida, y es que a ella la miraban tanto, se veía que la deseaban tanto, que en cierto modo quería sentir por algún momento acaparar tantas miradas así.

Y bueno, como ya estaba sola en mi cuarto porque mis hermanas mayores se habían casado empecé mirarme en el espejo tratando de encontrarme algún atractivo, no usaba maquillaje y mi cabello a los hombros sin ningún peinado en especial me hacían sentir que me había equivocado de década, como hippie, después de mucho mirarme empecé a improvisar alguna ropa, faldas que usaba de chica o shorts recortando pantalones viejos, mi miraba y pensaba si podría resultar atractiva, deseable, descubrí en cierto modo que no era fea, nada más que nadie se daba cuenta quizás, y mis piernas aunque delgadas empezaban a tomar cierta forma linda nada mas que se reflejaba que no las había sacado al sol en muchísimos días, así que compre unas medias y me parecieron más atractivas así con falda que me subía mas allá de medio muslo, luego me sentaba para ver cómo me vería cruzando las piernas, y me gustaba lo que veía pero sabía que no me iba a atrever a salir así a la calle, ni a la escuela.

Pero imaginaba más cosas, empecé a pensar como me vería como las chicas de la película, con un pene en mi boca, o con la cara embarrada de semen, que cara iba a poner si tuviera un tipo encima de mí metiendo su pene dentro de mí? De placer? De dolor? Como me vería? Linda?

Y así pase varias noches, intentando medio maquillarme que en aquel entonces pintarme los labios era casi lo máximo que hacía, posando ante el espejo, empezaba a hacer cada fin de semana cosas un poco más complejas, rasurarme las piernas, seleccionar lencería corriente que compraba en el mercado, usando zapatillas, e igual conseguí un perfume dulzón y barato para sentirme más seductora, según yo.

Pero no me quede con eso solamente, aun con pena y aun sabiendo que nadie que lea esto me conoce hice algunas cosas que me parecen enfermas, torcidas aun hoy. Una noche estaba estudiando y mi perrito se arrimaba a mí para echarse de pancita para que le rascara, y así estábamos varios minutos y por alguna razón vi su penecito, y empecé a acariciarlo ahí, y el calorcito que sentí me gusto, un calor diferente a cualquier otra parte del cuerpo, mi perrito me veía como preguntándose que onda? Y así pasaba varios minutos, tratando de imaginar lo que sería acariciar un pene de hombre. Aun mas, intente sentarme sobre su penecito, e inmediatamente ese calor me hacía sentir una andanada de placer, pero al sentirme cerca mi perrito se levantaba y se iba corriendo, si se hubiera quedado quieto, no quiero ni pensar que habría pasado. Trate de imaginarme ese calor en mi boca también, e hice cosas aun mas enfermas, compre plastilina y modele un pene, en aquel entonces un sex shop no era muy común y no creo que me hubiera atrevido entrar a comprar un dildo, así que con el pene de plastilina empecé a besarlo, a tocarlo con mi lengua, a meterlo hasta mi garganta, no sentí algo más o menos en especial, solo incomodidad y nauseas cuando chocaba contra mi garganta, y empecé cada fin de semana a armarme fantasías, cada vez más perversas. Recuerdo que veía una película de la revolución donde una chica se queja de haber tenido que tener encima a generales borrachos babeando sobre ella, y trate de imaginar cómo sería realmente eso, tener a alguien encima de una, y para completar mis fantasías de fin de semana ensamble por así decirlo un hombre con pantalones viejos y una chamarra color piel, los rellenaba de mas ropa vieja para que sus muslos y brazos adquiriesen grosor, e improvise una cabeza como de hombre también.

Así que los sábados, sola en mi cuarto vestida sexy según yo, y con ese monigote me imaginaba estar sentada frente a él, imaginaba que me miraba, que clavaba sus ojos en mi escote, en mis muslos, quería sentir que el monigote ese me deseaba. Así que al también puse el pene de plastilina entre sus piernas, y me hincaba para chuparlo, ponía un espejo enfrente para ver cómo me veía haciendo eso, y me ponía que ardía yo, después en la cama ponía esa cosa encima de mí, e imaginaba que besaba mis pezones, que acariciaba mis nalgas, y sobre todo que metía su pene dentro de mí, yo me mojaba tremendamente, me masturbaba, sentía que sería lo máximo sentir una lengua mojando mis senos, y unas manos apretando mis nalgas, y unos muslos fuertes con piel gruesa golpeando contra mis piernas recién rasuradas, me imaginaba que quien me lo hiciera podría desearme mucho. Y con los penes que veía en la revista en mente, me tocaba y terminaba teniendo orgasmos que me dejaban sin aliento, de hecho la primera vez que tuve un orgasmo sentí tanto placer que creo no sentía mi cuerpo, o no sabía que pudiera caber tanto placer dentro de mí. Pero inmediatamente después de recuperar el aliento, tomaba consciencia de lo enferma y patética que era la escena y me sentía muy mal, con mucha culpabilidad, y pensando que era la última vez que hacia algo así, tan retorcido, tan enfermo.

Pero durante la semana ya estaba ansiosa por hacer las cosas que hacía, al terminar 2o de prepa corrieron a un profesor por invitar a algunas compañeras y estudiantes de menor grado a arreglarse con la calificación por decirlo así, las invitaba a ir a nadar y lo acusaron y se fue, y me quedaba pensando, si me hubiera invitado a mi? No necesitaba de la calificación porque iba bien con las materias, y bueno el tipo no era guapo precisamente, pero era más o menos fornido y muy velludo, era algo que me atraía, jugaba básquet ball y las piernas se le veían musculosas, así que para el fin de semana ya tejía la historia imaginando que iba con él a nadar, que iba yo con un short, que durante el viaje acariciaba mis piernas, que dentro de la alberca (adonde hacia anos que no me metía a alguna) me acariciaba, y que finalmente yo cedía para tomar un cuarto en el centro vacacional y ahí hacerle sexo oral, recargaba el monigote aquel que había hecho contra la pared como si estuviera de pie y yo me hincaba para meterme en la boca el pene de plastilina, y me sentía tan excitada, no solo lo ponía encima de mí, sino que yo me sentaba sobre él y trataba de imaginar que me penetraba analmente, imaginando, siempre imaginando, para terminar en orgasmos que cada vez me costaba más trabajo alcanzar.

Aun con la culpabilidad no deje de hacerlo, e hice cosas mas extrañas cada vez, una vez haciendo agua de horchata me fije que el jarabe para prepararlo parecía como semen, y mis fantasías eran cada vez más complejas, hacia una lista de hombres con los que quisiera tener algo, indicaba a un lado de su nombre como quería hacerlo, si el encima de mí, si yo encima de él, en 4, por detrás o solo sexo oral, y la ropa que usaría para seducirlo según yo, ya tenía dos penes modelados en plastilina, uno café para imaginar a un tipo moreno, y uno rosa para imaginar que estaba con un tipo blanco. Entre los hombres que escogía había algunos compañeros de la escuela, Daniel que era un chavo guapísimo, Ernesto que aunque medio feo tenía una personalidad que me atraía, Elías que jugaba futbol americano y aunque era tonto como el solo tenía un cuerpo que me inquietaba, incluso Armando, que aunque sentía que casi lo odiaba cada vez se ponía más atractivo, y cada vez me imaginaba situaciones más complejas, que hombres mayores me llevaban a un bar romántico con música de tríos con el afán de seducirme, y yo con medias de diseño y faldas cortas, y por supuesto según yo terminaba siempre en la cama con alguno de ellos, aunque para eso ya había insertado una jeringa en alguno de los penes de plastilina, previamente rellena con jarabe para agua de horchata, y cuando les hacia supuestamente sexo oral, ya podían disparar hacia mi boca y mi cara algo parecido a semen, que dejaba escurrir entre mis labios, sobre mi cara, y me veía en el espejo y pensaba que me veía como una puta total. Y cada que terminaba de esas historias locas, me prometía no volver a hacer algo igual. Estoy segura que nadie que me haya conocido personalmente en esa época podría imaginar que era capaz de hacer cosas así, que los compañeros que imagine no se imaginaban ni por aquí la forma en que los deseaba, no tenía ganas de sentir cariñitos ni de recibir ositos de peluche, o besos simples, quería sentir sus penes en todas partes de mi cuerpo, quería tragar su semen, sentir sus manos, sus bocas por mi piel, quería que me cogieran fuertemente. Entre las sabanas estaba el olor a mi sudor y mi líquidos, olor a mi excitación y mi lujuria que empezaba a sospechar que no tenia limites. Aun ahora que lo escribo, igual que entonces, me siento totalmente hipócrita, mustia, una perra caliente y perversa.

Y así estaba yo, sin vida social, sin prospectos de novio, vistiendo horrendamente ahora que lo veo, como niño de mezclilla guanga y sudaderas, sin otra vida más que pensar en mis fantasías para el fin de semana, yendo de vez en cuando con una amiga a ver cualquier película que estuviera en cartelera, la mayoría olvidables completamente, solo recuerdo escenas que me impactaban, no sé si era una fijación por la gente conflictiva, por hombres hiper masculinos y fuertes, con el estereotipo de macho total, no me gustaban los tiernos y románticos, cosa que pronto se empezó a reflejar en el mundo real.

En una ocasión ya en 3o de prepa una compañera que era de tener muchos pretendientes me empezó a preguntar si tenía novio o que onda, yo le decía obviamente que no y en su casa empezó a querer cambiarme de imagen, que me probase tal o cual ropa suya, empezó a ensenarme a maquillarme, y usar delineador en los labios y no solo pintarlos simplemente, y me llevo con su estilista para que me cambiara el peinado, yo no estaba tan convencida pero me insistió y lo vi como un favor, no me cambio grandemente de imagen pero me veía mejor, vio la manera de que me depilase con cera, para no estar rasurándose las piernas a cada rato, y lo de la ropa difícilmente me animo a ensenar algo mas, empecé a usar faldas pero largas y si acaso blusas que apenas ensenaban algo de piel en los brazos, de vez en cuando ya me decían cumplidos algunos compañeros que me hacían sentir incomoda no solo por el hecho de que se fijasen en mí, sino porque no los creía, tal vez pensaba yo no me veo tan fea pero no me veo bonita definitivamente, y empecé a tener un pretendiente de la misma escuela, un tipo tierno, estudioso, muy educado, no tan feo, y que no me prendía nada por lo que siempre lo andaba evitando. Pero al poco tiempo iba a descubrir que ya le llamaba la atención a los tipos malos, que eran los que si me prendían.