Buscando hombres hambrienta de sexo
Esperando a mi marido para tener sexo me deja plantada, entonces decido que no tengo porque quedarme con las ganas, soy atractiva, cualquier tío estaría encantado de follarme, me encanta las guarradas, porque tengo que quedarme en casa. Salgo de casa buscando sexo húmedo, guarro y prohibido
Estaba esperando a mi marido sentada en el sofá. Era fin de semana y quería una noche ardiente. Me había puesto muy atractiva, unos pantalones blancos ajustados que mascaban mi lindo culito y dejaba entrever mi conejito. Una camiseta ajustada sin sujetador que se ajustaban a mis redonditas tetas como un guante y marcaban mis pequeños pezones. Me puse unos tacones de aguja con los que era difícil ponerse en equilibrio, me alise bien mi pelo rubio y me puse crema por todo mi cuerpo para que mi piel estuviera suave. Me había quitado las gafas y puesto lentillas para que resaltaran mis ojos azules. Era una chica delgada y esbelta por lo que con cualquier cosa hubiera estado atractiva pero quería calentar bien a mi marido, esa noche quería sexo guarro, húmedo, cochino. Para ello me había quitado el poco vello rubio que tenía de cuello para abajo. Para calentarme mientras que esperaba a mi novio estaba tomando un vinito mientras veía porno en mi ordenador, una escena en la que varios tíos se tiraban a una chiquilla por turnos con gordas y esbeltas pollas que cada vez me ponían más cachonda. Suena mi teléfono. Lo cojo. Es mi marido, me vuelve a decir que va a llegar tarde, que cene y me acueste sin él. Algo sobre una acuerdo o u n trato que tiene que poner a punto. Me cabreo y me frustro. No puede ser, siempre igual. Me deja con las ganas, cachonda, sabiendo lo fogosa que soy.
Me quedo un rato viendo porno, veo como se corren en la boca de la muchacha, se la follan por el culo, le hacen el sándwich. Tengo ya el tanguita rojo mojado, me empiezo a masturbar, me imagino esas pollas dentro de mí, de cada uno de mis agujeros, estoy muy cachonda. Entonces decido que no tengo porque hacerme una triste paja delante de una película porno. Soy atractiva, cualquier tío estaría encantado de follarme, me encanta las guarradas, porque tengo que quedarme metiéndome mi dedito. Voy a mi habitación y me cambio de ropa. Me pongo un vestido amarillo de fina tela que se ajusta a mi cuerpo como un guante, le llamo mi vestido de puta. La falda queda justo por debajo de mis glúteos, se queda ajustado a ellos notándose perfectamente el contorno de mi culo y el hilo de color rojo de mi tanga, con cualquier movimiento se insinúa un glúteo desnudo debajo. Mis tetas quedan apretadas, con un insinuante escote y con los pequeños pezones señalados tras el vestido. Mi cintura de avispa se ve perfectamente. Me veo en el espejo, me veo atractiva, me veo muy guarra. Decido salir a la calle, solo con mis llaves, no necesito más.
Salgo del portal y me voy a la zona de marcha. Noto como los hombres se me quedan mirando, se vuelven para verme el culo, no me quitan los ojos de mis pezones. Me encanta, me siento la reina, pensar que muchos de ellos se masturbarían pensando en mí me pone. Tras un rato andando me siento muy excitada, noto el calor en mis mejillas y decido buscar un afortunado. Empiezo a callejear por las zona de marcha, comienzo a ver a muchos hombre como posible víctimas, algunos no muy atractivos pero solo me interesa lo que tienen dentro de los pantalones. Entonces andando por un callejón oscuro me encuentro a un tío orinando sobre una pared, era un tío musculado, alto, moreno, atractivo, y estaba bastante bien dotado, tenía una considerable polla fuera de los pantalones regando la pared. Me quedo a cierta distancia mirando descaradamente. El tío me mira, al principio extrañado e incómodo, luego al ver como soy algo sorprendido.
¿Qué te gusta el espectáculo? – dijo con tono jocoso mientas se sacudía la polla con más energía de la necesaria
La verdad es que sí – dije con una sonrisa maliciosa, noto como se pone morcillona
Si, pues me la estoy limpiando, ¿quieres ayudarme? – dijo mientras se la seguía sacudiendo y se ponía mirando hacía mí
Uhmmm, me encantaría – dije contorneándome hacía él como una gata en celo
Jaja, bueno ya basta de coña – estaba empezando a intimidarse, no sabía lo lejos que podía llegar, aún así mantiene su polla fuera
No estoy de coña, quiero limpiártela, no dejas que una rubita como yo te limpie tu nabo – dije de la forma más inocente que pude, se le estaba empezando a empalmar
Joder… como no voy a querer… me encantaría….- miraba a todos los lados nervioso – pero mi novia y mis amigos estás esperándome en el bar – seguía con la poya fuera cada vez más empalmada
No notarán tu ausencia, será poco tiempo – le dije mientras me acercaba más y más hasta ponerme enfrente
Uff…. no, no puedo – no paraba de mirar mis pezones y su hermosa polla estaba enorme y erecta – tengo que ir con mi novia
¿Seguro? – me puse de rodillas delante de él con la cabeza al nivel de su pollón- yo es que sigo viendo sucia tu pollita- y acerque los labios a su puntita sin tocarlo
Joder… - estaba ido, tenía el nabo rojo con la punta fuera del glande – ¿pero como quieres limpiármela?
Pues con salivita – y saque mi lengua lamiendo levemente la cabecita, parte de líquido seminal se adhirió a mi lengua, me notaba completamente húmeda.
Ufff … no sé…no puedo – en ese momento estaba metiéndome su cabecita en la boca y la succionaba mientras lo miraba a los ojos – ahhhh… no debería…
Entonces me cogió por la cabeza y me metió la polla lentamente en toda mi boca, olía y sabía un poco a orina, pero me daba igual me encantaba. Comenzó a sacar y meter lentamente la polla de mis labios, imponiendo su ritmo cogiéndome por la cabeza, notaba como mis labios recorrían la forma de todo su nabo. Estaba caliente, me lleve las manos a mi vagina y comencé a masturbarme. Comenzó a embestirme en la boca más rápido, me estaba follando mi boquita, yo no dejaba de mirarle a la cara y de cerrar bien la boquita para que estimulara todo su tronco. Note como su polla salía y entraba de mi boca a gran velocidad, me la comenzó a meter hasta el fondo y notaba el pelo de su pubis en mi nariz y sus testículos gordos y calientes en mi mentón. Estaba camino del orgasmo cuando comenzó a jadear y note como la enorme polla comenzó a convulsionar en mi boca notando gran cantidad de un liquido amargo-dulzón rellenarla, empecé a tragármelo mientras que notaba como iba aumentando mi excitación. El chico me sacó la polla de la boca, notaba semen en mi mentón y en la mejilla, me lo lamí. Se metió la polla en el pantalón, me miró, me sonrió con cara de satisfacción y me dejo de rodillas lamiendo el semen de alrededor de mis labios.
Volví a iniciar mi caminata. Más caliente, más cachonda, con ideas más subidas de tono. Llegue a una calle semioscura y sin salida donde las chicas del botellón iban habitualmente a aprovechar la intimidad para orinar. Sabía que muchos chicos se paseaban por allí para ver culos desnudos y con suerte alguna vagina. Sonreí al tener una idea. Me fui casi al final de la calle entre dos coches, me baje mi tanga hasta los tobillos y me incline como si estuviera orinando dejando toda mi vagina blanquita y depilada abierta al aire. Espere, paso un chico pero al verme aceleró el paso con cara de excitación pidiéndome perdón. Estaba apunto de abandonar cuando oí pasos. Apareció un tío con cierta edad con un cubata entre las manos, tendría unos 40 años y se me quedo mirando embobado como un adolescente. Le sonreí.
Oye, que descarado eres ¿no? – le dije sin cambiar de postura
Joder es que te pones así y uno es humano – decía mientras sorbía del cubata y me miraba el coño como si fuera un espectáculo, se me empezó a humedecer a pesar del fresquito
Jaja –me puse de pie, con el tanga por los tobillos y levantándome el vestido me mire mi chochito que estaba en esa posición cerradito pero muy sugerente - ¿si?, ¿te gusta?
Ufff…mucho… - decía con una clara erección y con los ojos cada vez más desencajados, aunque no se movía del sitio
Pues no sé, la verdad es que es muy suavita – dije mientras me acariciaba mi vagina con la mano
Ufff, sí…¿como de suavita?…¿está humeda? – comenzó a decir con la cara desencajada
Si, mira tocalo – le indiqué dejando el chochito al aire
Se quedo plantado, sin moverse, pero el calentón le hizo andar indeciso, paso a paso hasta llegar a mí. Alargo la mano lentamente como si mi coño fuera a volar si hacía algún movimiento brusco y hundió su mano en mi vagina, note como se iba poniendo calentita y húmeda. Comenzó a masturbarme con toda la mano y
entonces su comportamiento cambió. Se apoderó de él el calentón. Se abalanzo sobre mi boca comiéndomela, metiendo su lengua en mi boca, sabía a ron, con una mano me masajeaba una teta y con la otra me acariciaba el coño bruscamente, notaba un gran placer. Paró de besarme, se llevo la mano que tenía en mi coño a la cara y la olió.
- Uffff…tienes el coñito perfumado - decía con la cara enrojecida
Acto seguido me sentó en el capó del coche, me abrió de piernas y hundió su cara en mi coñito. Notaba como su lengua pasaba por mis labios, me acariciaba mi clítoris, la metía en mi vagina. Estaba ida, comencé a jadear, me daba igual si nos veían, estaba disfrutando aquella comida de coño. Veía como pasaba la lengua por toda mi vagina y mis flujos le corrían por el mentón. Tenía la polla fuera de los pantalones, estaba pajeándose mientras me comía el coño, la tenía completamente empalmada, una polla corta pero gruesa y venosa. Entonces se levantó y comenzó a acariciar mi coño con su rabo, notaba lo caliente que estaba. Entonces se sacó del bolsillo interior de su chaqueta un condón, cuando estaba abriéndolo se lo cogí y lo tiré. Me miró sorprendido, le cogí la polla y lleve su punta a la entrada de mi vagina. Entonces el me la enterró hasta el fondo, dí un grito de placer, comenzó a sacarla y meterla rápidamente muy lubricada por lo húmeda que estaba. Comenzó a gemir sobre mi cara, su aliento olía a mi coño. Sentía como las paredes de mi vagina exprimía aquella gruesa polla, me golpeaba el clítoris en cada embestida y no aguante más, me corrí, una larga corrida. Noté como mi vagina se contraía y relajaba alrededor de su pene y no aguanto más. Me la sacó y comenzó a correrse, empezó a disparar largas y abundantes cantidades de esperma que cayó sobre mi vestido, mi coño abierto y mis muslos. Me dejo completamente pringada, notaba mi vagina pegajosa y el semen correr sobre mis muslos. Estaba encantada y mi amiguito se tiró bocarriba en el capó del coche extenuado. Me levante, me baje mi vestido que estaba lleno de semen, le metí mi tanga en el bolsillo a aquel hombre como regalo y me fui.
Decidí ir de vuelta a casa por otro camino, por un parque, a esas horas estaba despoblado y me venía bien para que no me vieran el vestido con esas manchas blanquecinas. Notaba el frío recorrer mi vagina que estaba al aire. Eso me excitaba. Entonces oí unos pasos detrás, miré, eran unos muchachos jóvenes de unos 18 años, unos adolescentes, que estarían de vuelta a casa. Iban vestidos de chándal. Oí los cuchicheos. Oí como hablaban de mi culito. Entonces se me ocurrió una idea. Me comencé a levantar la falda hasta dejar las cachas de mi culo al aire. Noté como eso los revolucionó.
¡Que culito! ¡le pasaba la lengua hasta por el ojal! – dijo uno con un tono de lo más animal
Te lo rellenaba de leche rubita – decía otro
Me paré y los mire. Las barbaridades que decía me empezó a poner. Se pararon y me miraron sorprendidos. Seguramente ninguna chica les habría echo caso nunca, menos a aquellos comentarios. Eran tres chicos, uno fortachón y moreno, otro muy delgado y el tercero un poco gordito. El fortachón se notaba el jefe del grupo y era el más atractivo. Fue el que rompió el silencio.
Joder, perdona, es que te hemos visto el culo y …
Jaja, os ha puesto no – y me volví a subir el vestido dejando el culo al aire, me incline y me abrí un poco de piernas para que pudieran verlo abiertito, estaba comportándome como una puta
¿Puedo tocar? – preguntó el fortachón con la polla empalmada bajo los pantalones
Si, toca- le dije inclinándome más
El muy cabrón se aprovechó bien, magreó bien mi culo con un mano y luego la metió entre mis cachetes note como acarició mi ano y hasta parte de mi vagina, mientras no se cortó en masajearse el paquete con la otra mano. Me puso a mil.
Cuidado, seguro que es una puta – dijo el más delgado
Ufff, pues esta buenísima, daría lo que fuera por follarme este culo – decía el fortachon con una gran calentura
Yo pago por encular a esta zorra – dijo de repente el más gordito que tenía la mano bajo los calzoncillos y se masajeaba la polla - ¿cuánto pides? – que me tomaran por una puta me debería haber indignado pero aquella situación me calentó mucho
No sé, soy muy barata, creo que me podríais pagar – dije con una sonrisa lasciva y enseñando aún más el culo
Ufff, ¿dime cuanto puta? – dijo el fortachón fuera de sí
Un euro – dije
¡Un euro! – exclamaron los tres
Un euro por cada polla que clavéis en mi culo – y me lo abrí para que contemplaran mi ano y parte de mi vagina
Jajaja, no lo haces por dinero sino por vicio verdad guarra. Venga un euro por cada polla que te clavemos en tu culo. Empiezo yo – se saco la polla del chándal, estaba completamente empalmada, era de tamaño normal – inclínate zorra, quiero ver bien tu culito, quiero que te inclines hasta que te toques los tobillos
Le hice caso, era su puta. Me abrí de piernas y me incliné con el culo al aire hasta que me toque los tobillos, notaba mi culo y la entrada de mi ano abierto. Sentí como empezó a pasar toda su polla entre mis cachetes, la notaba caliente y dura, rozaba mi ano con cada pase, estaba humedeciéndome y calentándome más que en toda la noche. Entonces note como puso la punta sobre mi ano y la comenzó a meter. No tuvo consideración, comenzó a embestir hasta que aquel trozo de carne se clavó entera en mi culo, con un recorrido de dolor con cada embestida. Una vez dentro empezó a follarme el culo, empezó a meterla y sacarla con violencia, notaba como su tronco salía y entraba de mi ano. Comencé a notar un placer en dicha zona y el morbo de aquella enculada me tenía la vagina muy caliente. Empecé a gemir con cada embestida lo que animó a aquel cerdo a darme más rápido agarrándome por mis caderas con una mano y magreándome mi culo con la otra. Los otros dos compañeros hacía cola detrás de él mientras se pajeaban sus pollas.
Ufff… no aguanto más Fernando… déjame un poco… estoy que me va a reventar – dijo el más gordito que para mi sorpresa era el que tenía la polla más grande
Ni hablar… ufff…….si estas tan cachondo utiliza la boca de esta puta, seguro que se deja
No tardo ni un segundo en hacerle caso, se puso delante mía, me puso la polla delante, me cogió por la cabeza y me la metió en la boca casi entera. Sabía un poco a sudor y al liquido preseminal que le salía de la puntita, me encantaba. Me dejó para que se la mamara, yo empecé a comérsela con ansiedad, le recorría con la boca su polla, le chupaba la punta, le lamía los huevos y volvía a comérsela. Comencé a masturbarme, aquello me tenía fuera de mí. Noté como el fortachón comenzó a jadear , se sacó la polla de mi culo y sentí como empezó a caer líquido caliente en mis cachetes y especialmente en mi ano. Note mi culo vacío pero por poco tiempo llego el flaco a rellenármelo de nuevo. Su polla era menos gruesa, entre eso y la lubricación del semen de su amigo me la metió de golpe y empezó a embestirme. Mientras notaba aquella polla en mi culo y mi mano en mi vagina seguí chupando la polla del gordito con más ganas. Notaba como se me hacía la boca a agua y la saliva servía para lubricar aquella mamada, veía la cara de éxtasis de aquel adolescente, conseguí meterme y sacarme todo su nabo relajando mi garganta. Aquello fue demasiado para él, comenzó a respirar entrecortadamente, me la sacó de la boca y pajeándose ansiosamente comenzó a correrse en mi cara, note como gran cantidad de esperma iba a parar a mi cara, mi cuello, mi boca abierta, mi escote. Estaba muy cachonda. Cogí la polla del gordito la restregué por mi cara y seguí chupándosela saboreando su semen, notaba como su sabor invadía mi boca y no aguante más. Tuve un intenso orgasmo, jadeé con la polla en la boca. Entonces noté como descargaba el flaco dentro de mi culo, notaba su polla hincharse y deshincharse dentro.
Tras un tiempo de desorientación me puse de pie, notaba gran cantidad de semen salir de mi culo abierto y recorrer mi vagina y mis piernas. Tenía todo el escote lleno de semen y el de la cara me lo había limpiado en parte. Olía como una cochina. Entonces en fortachón se me acercó y me tiró dos euros al suelo.
- Toma puta, al final solo te hemos metido dos pollas por el culo – me dijo despectivamente
Los cogí inclinándome y volviendo a dejar a la vista mi culito lleno de semen. A pesar de habérmelo recién follado me lo volvían a mirar con ansias. Me fui. Cogí por las calles más desiertas dejando un aroma a polla, semen, culo y vagina. Llegue a casa rezando porque no hubiera llegado mi marido, no sabría como explicarle que hacía regada en semen. No estaba. Eche mi vestido amarillo blancuzco a lavar, me duche y antes de dormir me masturbé recordando aquella noche