Buscando en Grindr [1]: Hola, vecino.
Hace 2 años, mientras leía por foros de pornografia relatos sexuales, dí con un hilo interesante. Eran varios usuarios hablando de una aplicación llamada Grindr.
Hace 2 años, mientras leía por foros de pornografia relatos sexuales, dí con un hilo interesante. Eran varios usuarios hablando de una aplicación llamada Grindr. Ésta aplicación prometía poner en contacto a hombres entre si, algo que cualquier otra aplicación (no exclusiva para homosexuales) podía hacer, pero Grindr tenía algo que a mi me gustaba y por lo que me dio mas curiosidad que las otras. Esta aplicación te mostraba un puñado de perfiles de otros hombres ordenados por la distancia a la que se encontraban de ti, y eso era realmente útil para ligar.
Así fué como descagué la aplicación y me hice un usuario. Rellene todos los datos que pedía y pusé una foto en donde recorté mi cara para no mostrarle a todo el vecindario que estaba en la aplicación.
He de decir que vivo en un pueblo de Tarragona con una población bastante reducida y alrededor del pueblo solo hay campo a 4 o 5 km a redonda, así que no tenía mucha fé de encontrar a muchas personas cerca (sin que tuviese que coger el coche).
Cuando acabé de crear mi usuario, comencé a ojear.
El primer perfil que me salía, no tenía foto, pero marcaba que tenia 32 años, que pesaba mas o menos 75 kg y medía 1,70, “No está mal” pensé. Miré a que distancia estaba y salia a 1,5 km. No era lo suficiente cerca para quedar con él sin tener que conducir pero bueno, podríamos hablar.
Abrí el chat y le envié un mensaje.
- Hola, que tal? Soy Carlos, encantado. - Escribí.
No tardo ni 20 segundos en responder.
- Hola, bien, Qué buscas? - Contestó.
- Supongo que lo mismo que todos los que estamos en esta aplicación no? Jajaja. Ahora me acabo de registrar y estaba curioseando un poco. ¿Y tu?
- Pues quedar para fumar un porro y bueno, algo de morbo, pajas, mamadas… Lo que surja.
- Pues que pena que no estés mas cerca porque podriamos quedar ahora mismo, ¿Tienes foto?
Me pasó una foto desnudo, en donde no mostraba la cara. Tenía la piel muy blanca, estaba algo en forma, cosa que me gustó. En la foto aparecía con el pene flácido y aun así le vi que tenia una polla decente.
- ¡Hostia! No me lo esperaba, oye tio, pues estas bastante potente. ¿Cuando nos vemos?
Parece ser que despues de mandarme la foto tuvo que dejar de hablar, por que no contestó más (de momento).
Cuando pasaron un par de minutos, alguien me abrió conversación.
- ¡Hola! Estas a 20 metros de mi. ¡Igual somos vecinos! ¿Donde vives? - Me escribió.
Resulta que se había conectado un chico nuevo, y ponía que estaba a 20 metros de mi. Antes de contestar miré su perfil. Tenía una foto de cuerpo en la que tapaba, un chico normal con un poco de barriga, tono de piel más bien morena. 21 años, 1,80 de altura y 80kg. Estaba bastante bien. Decidí contestar.
- ¡Hostia! A 20 metros, seguro que nos hemos visto mil veces, yo vivo encima del restaurante justo. El mismo bloque que hay encima, en el 3er piso. - Conteste.
- ¿Eres Carlos?
- Si, soy Carlos ¿Nos conocemos?
- Bueno, tu a mi quizás no, pero yo a ti sí, jejeje. ¿Qué te parece si de momento no te digo quien soy? Me estoy haciendo una paja ahora mismo. ¿No te da morbo saber que hay alguien a 20 metros de ti, que está hablando contigo mientras se pajea?
- ¡Venga ya tio! Dime quien eres, no es justo.
En ese momento me mando una foto de su polla empalmada mientras se masturbaba. Tenía una polla medio grande, como 18 cm, con un capullo lila y gordo. Una buena polla.
- ¿Te gusta? - Me escribió.
- No está mal, pero dime ya quién eres, cabron.
- Te digo quien soy, si me abres la puerta de tu casa y me la chupas.
Tengo que reconocer que la situación me estaba poniendo cachondo, me gustaba lo que había visto de él y su polla me había abierto el apetito, pero para mi era un desconocido totalmente.
- No te conozco de nada tio.
- Soy…
- No juegues conmigo.
- Soy…
- Eres un cabrón.
Volvió a enviarme otra foto de su polla, aún más dura y con una gotita de semen en la punta. En ese momento no se que pasó, me olvidé de todo y le conteste.
- Te espero en mi puerta, llama y te abro. - Le conteste
No contestó más. Aproveché para quitar cuatro cosas de en medio que tenía en el piso y esperé junto a la puerta. En menos de 2 minutos solo “Toc toc” en la puerta.
Miré por la mirilla y había puesto la mano, el muy cabrón. Volví a pensar si abrir o no la puerta. Volvió a sonar “Toc toc”. Abrí la puerta.
Era Javi mi vecino de arriba. El hijo de una vecina que estaba bastante buena, la verdad. Yo sabía que él tenía novia porque siempre los veía juntos, por eso ni siquiera pensé en el.
- Que cabron que eres, pasa. - Le dije.
Le hice pasar y cerré la puerta, el rapido se quito los pantalones y los calzoncillos en el recibidor y yo lo cogí del brazo y lo llevé a mi salón, que estaba al lado.
En unos pocos segundos estaba sentado en mi sofá con esa polla tremenda apuntando al techo. Me arrodillé delante de él y se la agarré.
- ¿Te gusta mi rabo? Cometela, cerdo. - Me dijo con voz de cachondo.
Comencé a pajearle y no tardé ni un segundo en metermela en la boca. Comencé a chupársela como si se me hubiese ido la cabeza. Pasaba mi lengua por su capullo y el gemia y me miraba con gusto.
- Tío, no aguanto mas, me voy a correr. - Dijo entre gemidos.
- Si acabo de emp… - Le dije sacandome su polla de la boca.
Y antes de que pudiera terminar de hablar comenzó a brotar leche de su polla salpicandome las manos y la cara, llenando su propio pecho y formando un charco de semen su propia barriga.
- Joder, estaba muy cachondo. - Me dijo descansando.
- No has tardado nada en correrte, pero ahora quiero correrme yo, ¿Que me vas a hacer?
- Mm… Tengo que… irme. - Dijo levantándose del sofá.
- ¿Como?
Cogio rapido su camiseta y se la puso con todo el cuerpo lleno de semen. Se puso sus pantalones y se despidió.
- Lo… Lo siento tio. Tengo que irme a mi no me van los tios. - Se abrochó el botón del pantalón, abrió la puerta y se fué.
Yo aún seguía de rodillas, intentando asimilar lo que había pasado en menos de 5 minutos. Seguía con las manos llenas de semen y salpicones de lefa en la cara. Me senté en el sofá y saboree el semen de mis dedos, era amargo y dulce a la vez. Acabe de limpiarme con una camiseta usada que había en el suelo y agarré mi móvil.
- Eres un mierda. - Le escribí.
No contestó.
Abrí el chat y ví que me habían hablado dos chicos.
Uno me salia a 150 metros y otro a 2km. Miré primero el perfil del más cercano.
No tenia foto, su alias era “lachupoahora”. Tenía mi edad, 26 años, 1,67 de altura y 82kg.
- Hola, ¿te apetece una mamada?
En otra ocasión me habría negado rotundamente pero me había quedado con unas ganas tremendas.
- Te espero en mi casa, Calle XXX, numero XX, 3er piso, encima del restaurante. - Le conteste.
- ¿No quieres verme antes?
- Me da igual quien seas y como seas quiero descargar ahora. - Le dije.
- Voy para alla.
Abrí una cerveza y preparé otra sin abrir, tardó aproximadamente 5 minutos en llegar, sonó el timbre del portal y abrí sin hablar, y cuando llegó arriba todo a la puerta con el puño. “Toc toc”. Le abrí al puerta.
- ¿¿¿¡¡Hector!!??? Pasa, venga, pillate una birra ya sabes donde están.