Buscando alivio con mi hermano Ander

Después de que mi novio me deja caliente y con muchas ganas de sexo, al volver a casa, mi hermano me coge como quería.

Empecé a cachondear con mis primos y hermanos, no pasaba de manoseos, arrimones, tallones e incluso besos (con mis primos). Pero después de haber sido desvirgada por unos de mis primos, otros primos y mis hermanos “exigieron” los mismos beneficios, por eso cuando mis papás no estaban o incluso en la noche me escapaba al cuarto de uno de mis hermanos o ellos a mi cuarto para manosearnos, masturbarnos o fajar sin ropa hasta venirnos, hacernos sexo oral o de plano coger; ni las vacaciones en familia nos limitaban. En ocasiones alguno de mis hermanos llegaba de fiesta un poco tomado o simplemente caliente, y se metía a mi cuarto para que bajar su calentura; yo feliz le ayudaba jejeje. Una ocasión la que llegó con ganas de sexo, fui yo. Había salido con mi novio y sólo alcanzamos a fajar en su coche porque no tría condones; me frustré mucho porque me había preparado para la ocasión con ropa interior blanca pequeña, una falda cortita para facilitar todo, una blusa de botones, que de hecho ya tenía dos o tres botones de más abiertos y mi cocnhita recortadita. Yo estaba con muchas ganas de coger rico, así que al llegar a casa pensé, “Tengo el mismo derecho que mis hermanos de buscar que me bajen la calentura, así que me toca despertar a uno de ellos y que me atienda”, entonces fui al cuarto de mi hermano Ander, que casi acababa de llegar y ya estaba acostado.

Ander – Qué pasó, hermanita? –me llevé el dedo índice a mis labios indicándole que se callara, que no hiciera ruido, me quedé en su puerta unos segundos viéndolo con cara de “estoy caliente, cógeme”- andas con ganas de travesura, hermanita? –susurró-.

Yo – Me dejaron con ganas, Ander…me ayudas? –le dije acercándome a su cama-.

Ander – Nomás ayúdame, hermanita, porque ya me iba a dormir –me subí a la cama-.

Yo – Te ayudo? –metí la mano debajo de las sábanas y acaricié las piernas de mi hermano subiendo hasta su bulto, duerme desnudo, así que enseguida me encontré directamente con su verga que poco a poco se endurecía y se la empecé a jalar- qué rica la tienes, hermanito.

Ander – Andas bien caliente, verdad?

Yo – M-hm.

Ander – Y eso? –yo seguía jalándosela y sentí cómo se ponía bien dura en mis manos, eso me puso aún más caliente y sentí cómo se mojaba mi calzoncito-.

Yo – Pues no se pudo.

Ander – Pero por qué? Cuéntame, hermanita –él sólo disfrutaba de su hermanita jalándosela y quería oír qué tan putita era yo-.

Yo – Pues desde antes de ir a la fiesta yo ya estaba con ganas y ya allá entre que esto y lo otro me fui calentando más, además ya sabes cómo me pongo cuando tomo alcohol.

Ander – Jajajaja sí, te pones bien querendona, Ingrid –asentí-.

Yo – De regreso (en su coche) yo ya estaba con muchas ganas…

Ander – De?

Yo – De coger…ya estaba un poco mojadita, entonces lo acaricié y ya que se le puso dura se la mamé mientras manejaba.

Ander – Ya lo habías hecho, canija?

Yo – No –mentí, ya se la había mamado así a mi tío- es rico…a Fer (mi novio) le encantó.

Ander – Me imagino.

Yo – Quieres que te lo haga un día?

Ander – Por supuesto! Sígueme contando. Se vino?

Yo – No, no lo dejé, quería que me cogiera rico. Nos paramos en el parque atrás del súper, nos pasamos para atrás y empezamos a fajar.

Ander – Cómo estuvo?

Yo – Rico. Nos besamos, nos acariciamos sobre la ropa, luego me abrió la blusa, me agarró las bubis…me las besó…eso me calienta un chingo…

Ander – Tú qué hiciste, hermanita cogeloncita?

Yo – Le agarré el paquete…estaba durísimo…le abrí el pantalón y le metí la mano en el calzón para jalársela…me encanta sentirla en la mano…como ahorita…me mojo mucho, hermanito.

Ander – Eres una golosa, Ingrid…síguele.

Yo – Me metió la mano debajo de la falda, me agarró las nalgas, me metió el calzoncito entre mis nalgas y me manoseaba delicioso…luego me abrió las piernas y me tocó la conchita sobre el calzón…estaba empapada…me calentó mucho pensar en que me cogería en el coche…estaba ardiendo…entonces lo monté para frotar mi conchita en su verga, le dije que me chupara las bubis…y me las devoró bien rico, luego le pedí que me cogiera…le dije “métemela, Fer”…moría porque me cogiera…

Ander – Y luego?

Yo – El baboso me dijo que no traía condones, pero que podíamos coger y venirse afuera…pero me enojé y lo mandé a la chingada .

Ander – Hiciste bien, hermanita, no vaya a ser.

Yo – Sí, pero me dejó súper caliente, hermanito.

Ander – No te preocupes, golosa, yo te atiendo –se destapó y quedó su verga al descubierto, yo seguía jalándosela- ayúdame más, no, hermanita? –sonreí con carita de pícara-.

Yo – Quieres que te la mame, hermanito?

Ander – Pero primero ábrete toda la blusa –así lo hice- quiero verte las tetas mientras te bajas por los chescos.

Yo – Así? –asintió- Te gustan mis bubis?

Ander – Tienes unas tetas deliciosas, hermanita…y me encanta vértelas mientras me la mamas –me acosté para estar más cómoda y entonces le di un par de lengüetazos y luego empecé a mamársela; mi hermano me agarraba el cabello para poder ver mejor mis tetas- aaahhh…qué rico, Ingrid.

Yo – Mmmmmmmm…mmmmmmmm…mmmmmmm…mmmmmmmmmm…

Ander – La mamas súper rico, hermanita, se ve que practicas, eh, cabroncita.

Yo – Mmmmmmm…a veces…mmmmmmmm…la tienes rica, hermanito…mmmmm…

Ander – Cuando quieras…aahh…me la estás poniendo al pedo, hermanita –después de estar mamándosela unos minutos, me dijo que ya estaba lista su verga; me pidió que agarrara un condón de su cajón- ahora pónmelo.

Yo – Cómo crees? Nunca he puesto uno.

Ander – Así aprendes, hermanita; pónmelo, ándale –abrí el condón y se lo puse- ya ves, es fácil; luego pondrás otros, pero fui el primero, hermanita.

Yo – Sí, fuiste el primero, hermanito. Quieres que te monte? –le pregunté dándole unas jaladas más ya con el condón-.

Ander – Sí, quiero que te la metas solita…ponme tus tetas en la cara, hermanita…quítate la blusa y el brassiere, pero no te quites lo de abajo –así lo hice, entonces me puse sobre él, me acomodé su verga en la entrada de mi conchita y me senté metiéndomela lentamente-.

Yo – Ay, qué rico –dije suavemente y empecé a montarlo lento para sentir cómo entraba y casi salía su verga de mi panochita; me agarré las tetas, me pellizqué los pezones, mi hermano me agarraba de las nalgas acompañando mi sube y baja, yo mw mordía los labios y gemía-.

Ander – Qué buena estás, hermanita…cómo no cogerte?!

Yo – Necesitaba que me la metieran, hermanito…chúpame las bubis –me incliné y se las puse en la cara, él movía su cadera para metérmela más-.

Ander – No mames, qué tetas, hermanita…mmmmmmm…mmmmmmm…-mi hermano me estaba comiendo las tetas que se estaba devorando mi novio menos de media hora antes, los dos lo hacían muy rico, pero con mi hermano sentía una excitación especial, supongo que por ser algo prohibido-.

Yo – Qué rico cogemos, Ander…chúpame las bubis…así, hermanito, así.

Ander – De lo que se perdió el pendejo de tu novio, Ingrid…tienes bien duritos los pezones, hermanita, qué rico…mmmmmmmm…mmmmmmmm…-ambos nos movíamos con una cadencia muy rica, su verga resbalaba delicioso en mi empapada y hambrienta conchita-.

Yo – Sí, hermanito, estoy súper hot…me urgía que me dieran rico –le susurré; en ocasiones él veía sobre un costado mío para ver en el espejo que tenía frente a su cama cómo me la estaba metiendo- qué bueno tener hermanos tan cachondos.

Ander – Qué bueno tener una hermanita tan cogelona.

Yo – Te gusta mi cuerpo, hermanito?

Ander – Cómo no, Ingrid? Estás bien rica…y lo sabes, canija.

Yo – Dime qué te gusta…-yo ya estaba súper excitada, pero quería calentarme más antes de venirme- ándale, hermanito, dime qué te gusta de mi, sí?

Ander – Jajaja…te encanta saber que te desean, verdad, canija?

Yo – Dime qué te gusta mientras me la metes, Ander…ándale…

Ander – Es deliciosa la carita de putita que pones, hermanita…

Yo – Te calienta?

Ander – Un chingo!

Yo – Qué más te calienta?

Ander – Tus tetas son deliciosas…grandes…paraditas, se asoman bien chingón por tus blusas…te encanta enseñarlas, cabrona…

Yo – Síguele, me voy a venir, hermanito…-su verga palpitó, eso es bien rico-.

Ander – Tienes unas nalgas bien ricas…me calienta cuando te pones tus mallones y se te notan los calzones, sobre todo cuando usas tanga…o cuando usas falditas como hoy…y dejas entrever tus calzoncitos…no mames, hermanita, eso me calienta cabrón.

Yo – Sí…me encanta que se calienten por mi…que se les ponga durita…

Ander – Te imaginas cómo te cogerían, verdad…te imaginas fajando con ellos…me calienta que seas tan caliente, tan cogelona, hermanita…tan puta.

Yo – Me voy a venir, hermanito…dime eso otra vez.

Ander – Eres una puta cogelona, Ingrid…eres una puta, hermanita…me encanta que vengas a pedir verga…me acuerdo cómo me restregabas tus nalgas para que te diera arrimones con el camarón o te manoseara, putita.

Yo – Sí…sí…mmmmmmmmmmmm…-me vine y él me agarró fuerte las nalgas para metérmela más- ay, cabrón, qué rico...me urgía algo así –seguí montándolo- gracias, hermanito.

Ander – Cuando quieras, hermanita.

Yo – Ahora te toca echarme tu lechita…quiero sentirla en mis nalguitas…cómo quieres cogerme para venirte, hermanito?

Ander – Ponte de perrito –me acomodó de frente al espejo para verme la carita de putita mientras me cogía y se quitó el condón- así mero, hermanita…no chingues, qué rico culo te cargas…inclínate un poco, putita…así, así.

Yo – Métemela, hermanito.

Ander – No mames, me encantan tus nalgas, Ingrid –entonces me la metió y empezó a bombearme bien rico- mira la carita de puta que pones, hermanita –volteé a ver el espejo y en efecto tenía una carita de golosa, de puta, que me calentó un chingo, quería gritar “cógeme, métemela, hermanito”, gemir, pero no podía porque despertaría a todos, tuve que ahogar todo eso; estaba súper caliente- ya viste, hermanita?

Yo – Sigue cogiéndome, hermanito…quiero que te vengas en mis nalgas…quiero tu lechita caliente, hermanito.

Ander – Quieres mi lechita, hermanita? Me vengo en tus nalgas?

Yo – Por favor, hermanito…quiero sentirla en mis nalguitas, sí?

Ander – Encantado, putita…te fascina la lechita, verdad, Ingrid?

Yo – Ay, sí, hermanito…me encanta cómo se siente.

Ander – Mira tu cara de puta, Ingrid…mírala…-lo hice, él aceleró sus embestidas, sabía que ya no tardaba en venirse-.

Yo – Síguele…métemela, hermanito…vente…vente…

Ander – No levantes la voz, pendeja…ahí voy, ahí voy, hermanita.

Yo – Sí, hermanito, vente…vente, Ander –en ese momento me la sacó y se vació en mis nalgas, me embarró hasta faldita y mis calzones; que de hecho se los quedó-.

Ander – Aaaaahhhh…mmmmmmmm…qué rico, me vine un chingo, hermanita, quedaste toda embarrada, no mames!

Yo – Sí, sentí…qué rico, hermanito…mmmmmm…gracias, estaba súper caliente –me embarró sus mecos en las nalgas con su verga-.

Ander – Cuando quieras, hermanita, me debes una, eh.