Buscando a los chicos skin

Como hace tiempo de no veo a los chicos skin, decido buscarlos yo.

Buscando a los chicos skin.

Hola a todos de nuevo. Quiero contaros otra experiencia caliente y absolutamente real. Espero que os guste.

Los que me conocen ya saben de mi afición por los skin jovencitos. Es algo superior a mí, no lo puedo evitar. A pesar del gran peligro que esto conlleva.

Hacía mucho tiempo que no tenía sexo con este tipo de chicos, aún que si con otros, pero no era lo mismo. Decidí que iría yo a buscarlos. Era sábado por la noche. Decidí que para poder acercarme a ese mundillo debería pasar desapercibido, me vestí lo más parecido a ellos y me lancé a la búsqueda de los chicos.

Me dediqué a buscar por los lugares al aire libre por los que sabía que rondaban. No los encontré. Como pesaba más mi calentura que el sentido común, me fui a cierto bar al que me llevaron en una ocasión. Estando en la puerta, con más miedo que vergüenza, llamé al timbre y esperé a que la puerta se abriese. Un portero enorme se plantó delante de mí mirándome de arriba abajo durante un buen rato. Después de hizo a un lado sin decir nada y me permitió el paso. No había mucha gente, podría haber más o menos unos veinte tipos de edades variadas, pero no los chicos que yo buscaba. Me acerqué a la barra y pedí una cerveza.

Pasó un poco de tiempo y se acercó un tipo. Me sonaba su cara pero no sabía de que. Me miró con cara de mala leche y me dijo: “Yo a ti te conozco, te trajeron unos cachorros hace tiempo”. Yo me hice el tonto y le contesté que no. El me replicó: “Si, si. Yo les di pasta para que tu me la chuparas en el water”. Ahora caí, era cierto, pero tenía que disimular y lo negué de nuevo. El tío se cabreaba por momentos. Sacó una navaja y acercándomela al costado me obligó a ir al servicio.

Me sentó en la taza, se bajó los pantalones y los calzoncillos y me dijo que se la chupara o me cortaba el cuello. Sin más acepté hacerlo. Le agarré la polla y comencé a chuparla. En unos segundos estaba más dura que un palo. Se guardó la navaja y me sujetó de la cabeza mientras me follaba la boca. En varias ocasiones me la clavó entera y me dieron las consabidas arcadas, pero aguanté. Después de un buen rato de mamada, me di cuenta de que el me agarraba de la cabeza, mientras yo lo agarraba a el del culo. Era pequeño y duro, me gustaba su tacto y lo sobé a placer. Cuando estaba a punto de correrse, me dijo: “Te voy a llenar la cara de lefa, maricón” e intentó sacarla de mí boca, pero yo lo apreté hacia mí y no lo dejé. Terminó inundándome la boca con una corrida espectacular. No dejé de chupar hasta que me tragué la última gota de leche. Se la dejé más limpia que la patena.

Cuando salimos fuera. Los chicos que yo buscaba estaban en la barra del bar. El tipo me llevó hasta ellos agarrado con fuerza del brazo y les dijo: “Joder, es la puta maricona más viciosa que habéis traído nunca. Me esperan los colegas pero la próxima vez le llenaré el culo de leche” Los chicos se descojonaron de mí y me dijeron: “Hoy lo pasaremos muy bien, esta puta nos va a vaciar los huevos esta noche”.

Me dieron de beber y pasamos un buen rato en el bar, como si yo fuera uno de ellos, o más bien, algo de ellos. Lo que hicieron conmigo esa noche lo contaré otro día.