Buscando a Daniela…encontré a Malena (l)

El destino me regala lo que en realidad siempre había querido sin saberlo.

Al poco tiempo de lo que me ocurrió, volvía con un compañero de la Universidad y pasando por donde había conocido a Daniela me comentó que la Casa de Campo se estaba llenando de prostitutas transexuales. En esa época no “eran muy conocidas” o era yo que lo desconocía por completo.

Pero pasar por ahí verlas, ahora que lo sabía, me hizo ver quien era realmente Daniela. Para mi no cambiaba nada de lo que había sentido, al revés, pensé en todo con lo que había sentido con ella y no había experimentado antes con las chicas con las que había estado.

Durante un tiempo pasaba de la vuelta a casa y daba una pequeña vuelta a ver si veía a Daniela, pero no hubo suerte. Y cuando miraba a las otras chicas, no me excitaban ni me hacían desearlas como a ella.

Poco a poco, y tras las vacaciones se me fue pasando esa pequeña fijación que tenía con ella. No buscaba a ninguna otra y yo seguía con mi vida manteniendo relaciones con chicas sin que me supusiera ningún problema ni falta de apetito, al revés siempre he sido muy pasional y muy “caliente” y por aquella época, alrededor de los 20, tuve muchas relaciones con mujeres  mucho mayores que yo… o más bien diría que tengo un “sexto sentido” cuando veo a alguna mujer que creo que vas a ser muy compatible sexualmente conmigo, con independencia de la edad, belleza, peso, estatura,… cuando miro a alguien y me transmite ese deseo… no puedo parar hasta conseguirlo. Pero eso ya os lo iré contando.

En ese momento empezó el auge de los correos electrónicos… siiiiii… que te llegaban 20.000 con fotos de chistes, gatos, fotos X,… un poco de todo porque estaba comenzando también la época digital que ahora estamos viviendo.

En uno de esos me llegó un video de una mujer impresionante, brasileña, mulata, preciosa, con un cuerpo increíble. La escena era la normal de una peli porno, pero en ningún momento podía pensar que fuera una “shemale”… ahí conocí ese término por primera vez… mientras me masturbaba en mi habitación viendo a esa belleza… cuando llega la escena en la que se desnuda y veo su pequeña polla salir dura del tanga, con las marcas del moreno alrededor de su cadera, mientras se retumba en la cama abriendo sus piernas y dejando su culito para que aquel afortunado pudiera chupárselo para después follársela… en ese momento mi polla, que estaba en mi mano se puso dura y caliente mientras mi mano la agitó fuertemente imaginando que yo era aquel hombre afortunado. No tardé ni 1 minuto en correrme, tan excitado estaba que no me dio tiempo a tener cuidado de no manchar nada y mi leche salió disparada hacia mi cuerpo, hacia la mesa del ordenador, hacia toda partes, llenando mi mano de mi leche

Me eché para atrás en la silla, mirando el final del ese corto video mientras mi leche resbalaba por mi cuerpo y por mi mano… la miré y me acordé de Daniela, la acerqué a mi boca y lamí un poco de mi semen, lo que devolvió al instante todas las sensaciones que había vivido con ella cuando me besó con mi el sabor de mi polla en su preciosa boca.

Eso me hizo desear estar con alguien como Daniela, pero no sabía cómo buscar ni tampoco tenía claro que era lo que deseaba… a Daniela o podría ser alguien como Daniela. Así que yo seguía con las mujeres, con las cuales disfrutaba tanto como lo había hecho con mi añorada Daniela.

Un día de marcha con los amigos, volviendo tarde a casa sin haber conseguido ligar pero con unas ganas tremendas de follar… me puse a buscar en internet alguna página de contactos, busqué y di con una chica que vivía cerca de mi casa… lo típico, independiente, no agencia,… y muy linda por cierto, aunque luego hay que ver que coincida la foto con la chica… jajaja. Un martes a las 2 de la mañana tampoco se puede pedir mucho.

Llamé y para su casa que fui. Me recibió con una tanga de hijo negro, sandalias con tacones y un mini camisón trasparente que dejaba ver sus dos tetas grandes que miraban al cielo, con sus dos pezones marrones y grandes que sobresalían y contrastaban con su piel blanquita y suave. No creo que tuviera muchos más años que yo, argentina, con voz dulce, un cuerpo delgado que hacía que sus senos parecieran todavía más grandes.

-Adelante cariño, soy Andrea –me dijo con ese acentillo argentino-, has tenido suerte que ha venido una amiga, si no me hubieras pillado dormida.

Me dio dos besos, me coge la mano y me lleva al salón mientras me pregunta mi nombre, de donde soy, etc.… La casa se veía muy limpia, ordenada y muy bien decorada. Era la primera vez que iba a una casa particular y no me la imaginaba así. No me duró mucho mi curiosidad por la decoración, porque mi vista se fue directa a ese cuerpo que se movía delante de mí con un ángel, que me conduce por el pasillo hasta la última estancia, era su salón, iluminado con velas y por la luz que entra de las farolas. El ambiente estaba muy perfumado, en una mezcla del ambientador de la casa y el perfume que pude sentir en ella cuando  se presentó. Me ofrece algo de beber mientras me hace un gesto inequívoco con la mano para que la pagara.

Me dejo caer un poco sobre el sofá después de pagarla.

-Ponme lo mismo que bebas tú –la oigo decir mientras sale del salón-, yo voy a por hielo… y a guardar el dinero imagino, pensé.

Cuando volvió se puso sobre mis rodillas mientras coge su copa y brinda conmigo. Mis brazos rodeando su cintura, tiene una piel suave, una sonrisa cautivadora, un olor que me excita… ahora que la tengo tan cerca confirmo lo linda que es.

Rodea mi cuello con sus brazos, mientras me comienza a besar.

-¡Qué suerte he tenido –me piropea un poco- un cliente y encima está bueno, con lo cachonda que estoy y un poco colocada tengo que reconocerte! Mientras se suceden los besos mezclados con risas. La verdad que si estaba un poco colocada.

En eso que se levanta, se pone delante de mí y comienza a moverse de forma sensual, a bailar lentamente mirándome a los ojos. Se quita el camisón transparente que llevaba contoneando ese cuerpecito divino. Levanta una pierna y deja caer su pie sobre mi entrepierna, la cual estaba deseando salir.

-¿Me lo quitas?-mirándome con una cara angelical, pero que en ese momento parecía del propio demonio.

Hizo lo mismo con el otro zapato, después de cada uno recorría su pie desde mi cara hasta mi polla. Me lo ponía en los labios para que se los chupara… esa es otra de mis perdiciones, me excita una mujer con los pies bonitos, y me excita aún más si a ella también la excita que juegue con ellos.

Se gira y se acerca al sofá acercando su culo hacia mí.

-¿Te gusta? ¿Quieres quitármelo o prefieres que lo deje puesto?-pregunta moviendo su redondo culo delante de mi.

Podía oler el perfume de su coñito húmedo…. y detrás del hilo del tanga sobresalía el agujerito de su culo, casi rosado. Parecía una muñeca y yo me estaba muriendo de placer. Me encanta la ropa sexy y ver esos cuerpo prácticamente desnudos, pero en ese momento, de las ganas que tenía de tocarla, alcé mis manos a su cintura, las dejé caer por su piel hasta su cadera y agarrar suavemente el tanga para bajárselo. Todo esto con su cuerpo moviéndose delante de mí.

La visión que tenía en ese momento es uno de esos sueños que tienes de tanta película porno y tantas fotos. Algo que pensaba que no me iba a pasar nunca… lo tenía delante de mí. La visión de ese coñito abierto visto desde atrás, el agujerito de su culo y alrededor de eso un cuerpo increíblemente perfecto y cachondo.

No lo dudé ni un momento, me incorporé un poco, la agarré por los muslos trayéndola hacia mí para poder deleitarme con ese olor a sexo que desprendían los dos hoyitos que estaban a punto de ser lamidos por mi lengua. Aún hoy no he podido olvidar el olor de su coño, el sabor de su culo ni los gemidos que daba mientras no paraba de estar más y más húmeda.

-¡Aaayyyy, perdón! No quería molestar, solo preguntar si queréis un poco.- No sé de donde salió la voz, porque mi visión no era muy buena.

Cuando me nos incorporamos los dos pude verla, una mujer todavía más increíble que la que tenía desnuda delante de mí.