Burrito

Mi mujer me cuenta una historia.

Esto que voy a contaros me hace masturbarme cada vez que recuerdo como me lo contó mi mujer. Cuando me lo contó me enfade, y me excite, pero esto no voy a reconocerlo nunca ante mi mujer. Me imagino la situación una y otra vez y me lleva al limite. Os lo cuento.

Tengo un amigo que siempre en el grupo de amigos le hemos llamado “burrito”. Que si el burrito compra las entradas, que si viene o no viene el burrito...

Un día mi mujer me acabó preguntando la razón por la que le llamábamos así. Ella pensaba que porque era un poco tonto, que lo era. Y le tuve que confesar la verdad, que era porque la tiene como un burro de grande.

-Anda ya, no será para tanto. Dijo ella

-Que si, que se la he visto en la ducha y es como un vaso de tubo, incluso más ancha.

-Pues chico, no aparenta tanto...8

-Joer, ¿qué pasa?¿se las has mirado?

-A ver, una vez le miré el paquete, pero de pasada, sin intención. Además tú sabes que la que me gusta es la tuya y que eso del tamaño es una tontería que tenéis los hombres.

Ya claro, pensé yo, es una tontería pero bien le has mirado a burrito el paquete. La verdad es que estuve cabreado unos días, pero cuando ocurrió lo peor, ya se me había olvidado esta conversación.

Fue en un día de partido, estábamos unos amigos, incluido el burrito en mi casa viéndolo por la tele, tomando unas cervezas. A mi mujer no le va el partido y se fue a prepararse para salirse con unas amigas después. Os lo voy a contar como me lo contó unos días después mi mujer porque yo ese día no me enteré de nada. Solo se que en el descanso del partido el burrito dijo irse al baño y que tardó un poco más de lo normal.

Así fue más o menos la conversación donde me contó lo que ocurrió.

-Cariño, ¿si te cuento algo, prometes no enfadarte?

-Pues empezando así no se que decirte- Ya estaba yo un poco mosca.

-Si en realidad es una tontería, igual hasta te hace gracia.

-Anda, pues cuéntame.

-Antes que nada ya sabes que ese amigo tuyo al que llamáis burrito no me cae nada bien, siempre me mira con una cara depravado cuando tu no le miras, parece que me desnuda con la mirada.

-Ya, eso ya me los has dicho un par de veces...

-Bueno , pues ¿te acuerdas del día del partido de la semana pasada?. Estaba yo preparándome para salir dándome crema corporal en el baño. Y justo en ese momento entró el burrito...

-Joder, ¡ya te he dicho muchas veces que cierres la puerta del baño cuando hay gente de fuera!

-Ya pero se me olvida...

-¿Y te vio en cueros?

-Pues si, estaba desnuda, además me quedé como pasmada, no reaccioné al principio y el cabrón ese se aprovechó para mirarme bien a gusto. Esta vez no me miraba como desnudándome, esta vez me miraba diciendo “te follaría ahora mismo”

-¿Y tu no te moviste?- Yo estaba flipando

-Si, después de unos segundos reaccioné y me puse la toalla. Lo que pasa es que era una toalla un poco pequeña y me cubría justo los pezones por arriba y por abajo, justo justo la entrepierna.

Ya daba igual, la había visto a placer todo lo que quiso, pensé yo. Sus pechos opulentos, sus muslos blancos y finos, y su entrepierna rasurada.

-¿y qué ocurrió entonces?

-Pues el burrito dijo que lo sentía pero que se estaba meando, que había tomado muchas cervezas y que tenia que mear, y sin esperar permiso se acercó al baño y se la saco.

-Joder¡¡, que se saco la polla delante tuyo??

-Pues si cariño, delante mío se saco ese pollon que tiene, que tenias razón con lo grande que es¡

Yo no sabia ni que decirle en ese momento, me quedé sin palabras, tu amigo delante mía con la polla dura, grande apuntando al inodoro y yo medio desnuda delante de el. Imagínate la situación. No podía apartar la mirada de su miembro venoso, el capullo rosado asomando. La tenia totalmente dura y me dijo, ves, así me has puesto tu, es culpa tuya y ahora no puedo mear.

Yo me puse roja como un tomate pero no desviaba mi mirada de ese portento. Entiéndeme cariño, no te quería traicionar pero la verdad es que me quedé como una estatua. El se aprovechó de la situación y se movía la piel de su polla adelante y atrás lentamente, disfrutando de la situación, masturbándose lentamente delante de la mujer de su amigo. No se cuanto tiempo paso hasta que vi como le empezó a salir un fuerte chorro que después de chocar contra el inodoro me salpicaba en el muslo de lo potente que era.

-Pues te podías haber movido joder¡- Ya llevaba tiempo sin hablar, estaba sin palabras.

-Ya te he dicho que me quedé como una estatua cariño. Déjame terminar. -que remedio pensé yo- Acabó de mear y se la sacudió también lentamente, todavía la tenia totalmente dura y ver a un hombre con semejante miembro sacudiendosela me puso a cien. Se volvió hacia mi con ese sonrisa de capullo autosuficiente que tiene y su polla se rozo con mi muslo dejándome un rastro de humedad de la orina y quedándose con la polla tocando mi mano que tenia en un de los lados de mi cuerpo. Me dijo, “ya esta, me he quedado a gusto, espero que no te haya importado”, yo sin poder decir palabra y mientras el hablaba su polla rozándome en la mano.

-Ya, y tu no la quitabas¡¡-¡que zorra es mi mujer y me estaba enterando en ese momento

-Déjame terminar, anda. Es que el burrito viendo que ni me movía fue él el que se giro ligeramente y colocó su pollón en mi entrepierna. Como la toalla era tan corta estaba su polla en contacto directo con mi rajita. Creo que se dió cuenta de lo mojada que estaba por que su sonrisa se amplió aun más. Empezó a mover su cintura delante y atrás restregándome su polla por toda mi entrepierna. Hubo un momento que creo que estaba intentándome metérmela, su capullo empujaba mi coñito intentando penetrarme. Entonces pude por fin despertar, me aparte y con la mano aparte su polla, reconozco que le di un buen apretón y salí todo sofocada del baño.

Ya ves cariño que no te he puesto los cuernos ni nada, si fue una tontería.

-Joder una tontería¡ pero si estuvo a punto de follarte¡

-Ala, que exagerado¡

-Seguro que te has masturbado pensando en que te dejabas follar en ese momento, eres una zorra¡

Y me fui cabreado, pero me fui a masturbarme.

Más tarde me acordé que ese día cuando el burrito volvió del baño me dijo todo sonriente “!que baño más acogedor tienes¡”